El pasado 24 de junio, una manifestación de estudiantes en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), terminó con el ingreso de miembros de la Policía Militar a las instalaciones de Ciudad Universitaria. Sonaron los disparos, los gritos, hubo enfrentamiento y heridos. Desde ese momento la incertidumbre reina en la universidad a nivel nacional ya que también en San Pedro Sula el Movimiento Estudiantil Universitario (MEU) mantiene cerrado el campus y en Tegucigalpa el intento de reabrirlo fue fallido.
Ramón*, es uno de los estudiantes universitarios heridos por los militares que ingresaron al campus de Ciudad Universitaria la semana pasada, ahora ve pasar sus días entre el reposo, la resistencia al dolor y el lento proceso de curación que necesita su brazo herido por esquirlas de bala. Cuenta que aun siente cierto frío que le recorre el cuerpo, a pesar de eso, espera el momento en que pueda volverse a poner la capucha para seguir protestando.
«Cuando estaba con mis compañeros en el portón peatonal, nos percatamos que los militares estaban por ingresar a la U, entraron corriendo y disparando, nosotros creíamos que ellos iban a ingresar a las primeras gradas pero no, llegaron hasta el parqueo del Padre Trino y disparando», explica Ramón.
Policía militar dispara gas lacrimógeno contra estudiantes frente a portón de la UNAH, 24 de junio 2019. Foto: Jonatan Henriquez.
En total fueron siete los estudiantes heridos de bala ese día, quienes de inmediato fueron trasladados al Hospital Escuela Universitario (HEU), algunos solo tenían heridas superficiales de bala, pero hubo uno que recibió un disparo en su glúteo derecho.
El movimiento universitario no nace de la actual coyuntura del país, sin embargo, la profundización de la crisis hondureña desde la reelección de Juan Orlando Hernández en las elecciones de noviembre de 2017 ha provocado que cualquier demanda se convierta en un detonante que suele terminar en represión. Esta es la manera en la que Hernández envía un mensaje claro: él aún tiene el control, y nadie —ni siquiera la autonomía universitaria— lo pondrá en duda.
En la jornada de oración «Un clamor por Honduras», realizada en Casa Presidencial por la Confraternidad Evangélica, Juan Orlando Hernández dijo que hay reglas en Honduras y se preguntó: «¿Es la Universidad un Estado dentro de otro Estado? ¿Por qué puede ser que un pastor no le puede hablar de principios cristianos a la gente o inspirarlos en términos de principio de familia en la Universidad? ¿Por qué se niega eso?¿Por qué, si hay un delito en movimiento y se va persiguiendo a alguien, por qué es delito ingresar? Hay un grupo que se autodenomina el MEU, probablemente muchos de ellos ya no son estudiantes, se ha radicalizado de tal forma que cierran la Universidad y ponen de rodillas a 80.000 estudiantes, maestros, y cuando quieren salen de allí y hacen lo que quieren. Hoy, mañana y siempre, el país debe vivir bajo un orden», dijo refiriéndose a la denuncia de violación a la autonomía universitaria que en su gobierno se ha vuelto común.
Jóvenes responden a represión militar con fuego y piedras, 24 de junio 2019. Foto: Jonatan Henriquez.MIembros de Policía MIlitar afectados en enfrentamiento con estudiantes en UNAH, 24 de junio 2019. Foto: Jonatan Henriquez.
Las demandas estudiantiles
Una de las demandas más significativas de los últimos años en la que los estudiantes universitarios han insistido, es el restablecimiento de las elecciones estudiantiles con su respectivo reglamento electoral, esto les garantizaría tener representación ante el Consejo Universitario, siendo este el encargado del funcionamiento técnico, docente y administrativo de la universidad.
El Rector Interino de la UNAH, Francisco Herrera aseguró en entrevista con Contracorriente, que él pretende que los estudiantes retornen al gobierno universitario, pero para esto se necesita tener la universidad abierta para que el último paso se pueda dar: poner fecha a las elecciones estudiantiles.
El proceso de lucha estudiantil ha tenido como consecuencia la judicialización de al menos unos 50 estudiantes universitarios, por eso una de las demandas vigentes es el cese de estos procesos y que los estudiantes sean reintegrados sin condiciones en su totalidad. Sus demandas actualmente también incluyen la liberación de los presos políticos postelectorales y las demandas de a Plataforma por la defensa de la salud y la educación.
«El día que yo le tenga miedo a los estudiantes, no voy a estar acá», asegura Francisco Herrera, Rector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Foto: Martín Cálix.Los estudiantes universitarios elaboraron un ataúd en alusión que tras los incidentes del lunes 24 de junio la autonomía universitaria ha muerto. Foto: Martín Cálix.
La frágil autonomía universitaria
La autonomía, en términos generales, es la independencia de la opinión y deseo de personas externas, teniendo poder y entidad territorial, rigiéndose por sus propias leyes. La Universidad ha sido atacada en su autonomía en los últimos años.
Los entes policiales con instrucciones del Ministerio Público ingresaron al campus en 2017, con orden de captura a estudiantes que mantenían la toma de uno de los edificios (Química y Farmacia) en apoyo a líderes estudiantiles que recibieron sentencia, declarándolos culpables de delitos cometidos en perjuicio de la UNAH.
El pasado lunes 24 de junio, los militares irrumpieron dicha autonomía junto a policías que acompañaban el ataque que no solo incluyó gas lacrimógeno, esta vez también con bala viva en contra de los estudiantes dentro del campus, poniendo en riesgo la integridad física de los jóvenes que a esa hora salían de clases y transitaban por la entrada principal.
Policía lanza piedra a manifestantes en UNAH, 24 de junio 2019. Foto: Jonatan Henriquez.
El Vicerrector de asuntos estudiantiles, Áyax Irías, dijo en entrevista con este medio que el Consejo Universitario está alarmado por las acciones de las fuerzas de seguridad del Estado en contra de los estudiantes.
En un comunicado, la Secretaría del Consejo Universitario de la UNAH manifestó que «miembros de órganos de seguridad del Estado ejecutaron acciones coercitivas dentro del campus universitario de manera abrupta y disparando contra la humanidad de los estudiantes universitarios». En el tercer inciso mencionan que ratifican su voluntad de emprender medios alternos para la solución de conflictos siendo una vía el diálogo, y en el mismo comunicado exigen a las autoridades el esclarecimiento de este caso.
El miedo es ahora latente entre los estudiantes. Una estudiante de Pedagogía habló con nosotros desde el anonimato y expresó que siente miedo de que se vuelvan a suscitar estos hechos y que al salir de sus clases vuelva a ver el caos que pone en peligro su vida y la de sus compañeros.
Un representante del MEU, quien por seguridad decidió no brindar su nombre, reiteró que el miedo existe porque los estudiantes son víctimas de persecución, se les levanta perfil, su condición de líderes los hace estar en la mira de las autoridades.
En un comunicado, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras (OACNUDH) expresó su preocupación por el uso excesivo de gases lacrimógenos y de incidentes reportados de utilización de armas de fuego por parte de las fuerzas de seguridad en las recientes protestas.
Una estudiante universitaria se pintó las manos de rojo y escribió en ellas «PM asesinos» como símbolo de los estudiantes heridos por bala viva en la represión del 24 de junio en Ciudad Universitaria. Foto: Martín Cálix.En Ciudad Universitaria siguen las tomas de edificios y asambleas estudiantiles, lo que ha obligado a algunos docentes a impartir clases fuera de los salones. Foto: Martín Cálix.
Piedras y ramas para obstaculizar el paso, llantas en llamas, jóvenes encapuchados, de un lado estudiantes del otro policías y militares, son los elementos que hacen que los predios universitarios se conviertan en un hervidero de demandas y represión.
«Estamos en la lucha por la salud y educación, por los presos políticos sin dejar de lado la problemática interna del campus como es la falta de espacios académicos para los y las estudiantes», comentó uno de los estudiantes con capucha que participó en la toma del bulevar Suyapa ese 24 de junio.
La doctora Ligia Ramos representante de la Plataforma por la Defensa de la Salud y la Educación, en su oficina del Colegio Médico Honduras, aseguró sentirse indignada por la violación de la autonomía y los estudiantes heridos, para Ramos esto es a causa del abuso de poder de Juan Orlando Hernández.
Hernández responde a los hechos del 24 de junio
En respuesta a los hechos en la UNAH, Juan Orlando Hernández dio su opinión en el programa Frente a Frente, manifestando que «el hecho está en investigación, pero aquí hay un tema sobre el uso proporcional de la fuerza, yo miré cómo las bombas molotov estallaban sobre las cabezas de los policías. Ningún militar fue herido con una bomba molotov en su cabeza, pero sí hubo lesionados y afectados por estos artefactos de fabricación casera, los militares heridos fueron trasladados al hospital militar. Hernández aseguró que todos tienen derecho a la protesta, «pero cuando ya se transgrede su derecho, ya no se justifica y el Estado debe garantizar la seguridad».
En sus declaraciones, Hernández dijo que los policías que cubren las protestas en la universidad andan desarmados, su única arma es el escudo y aseguró que «no andan armas letales».
En su comunicado, la Fuerza de Seguridad Interinstitucional (FUSINA) declaró «los encapuchados al percatarse de la presencia policial en las afueras de la UNAH, atacaron con bombas molotov modificadas para hacerlas más letales (ya han causado la muerte de un miembro de la fuerza del orden), cañones masaya, piedras, palos y otros objetos, que ponían en peligro la integridad física y la vida de los uniformados, miembros de la comunidad universitaria y los transeúntes, por tal motivo se procedió a hacer uso proporcional de la fuerza como método persuasivo y para repeler el ataque».
Manifestante durante tiroteo suscitado en Ciudad Universitaria en el que militares dispararon contra estudiantes. Policía militar ingresa a campus Ciudad Universitaria en Tegucigalpa, 24 de junio 2019. Foto: Jonatan Henriquez.
La Universidad Nacional Autónoma de Honduras interpuso denuncia ante el Ministerio Público pidiendo que ejerzan acciones pertinentes para que se investiguen y se esclarezcan los hechos.
Ramón tiene una esquirla de bala en su brazo derecho que espera pueda ser removida pronto, ahora ha quedado a la espera que el médico le diga cuándo le harán la extracción, dentro de una semana sabrá qué paso sigue en su lento proceso de recuperación. Esto sucede mientras el MEU asegura que analizará cómo tener mejores condiciones de seguridad para los estudiantes.
El rector, Francisco Herrera convocó a clases para este lunes, pero fueron interrumpidas como semanas anteriores por parte de estudiantes, que se tomaron diferentes edificios para realizar asambleas y de esta forma tomar decisiones, quizá continuar con las tomas internas de edificios.
Para Herrera, esto es auto lesión, los estudiantes encapuchados no deben impedir que los estudiantes reciban sus clases cortándoles el paso a los edificios pero también dijo que los estudiantes tienen todo el derecho de manifestarse en las afueras del campus. «Que los problemas externos al campus no perjudiquen lo interno de la universidad», concluyó.
En busca de una solución, Herrera llamó a una reunión, con el Vicerrector de Asuntos Estudiantiles, Áyax Irías y representantes estudiantiles para lograr llegar a un consenso proponiendo mesas de diálogo y evitar que continúen las tomas para que el presente periodo académico se normalice.
Se pretende según la máxima autoridad de la UNAH que en los próximos días se aplique la consulta estudiantil, y que estos en una sola pregunta respondan si se mantiene la universidad abierta o no.
El Grupo Gestor de la Coalición de la Comunidad Universitaria, mediante conferencia de prensa presentó un comunicado en el que comparan la situación de la UNAH con la crisis que vive el país, de igual forma denuncian que Juan Orlando Hernández autorizó disparar indiscriminadamente dentro del campus, atentando contra la vida de estudiantes y comunidad universitaria. Este grupo, conformado por docentes, estudiantes y personal administrativo que labora en el campus, se creó para la defensa de la comunidad universitaria, siendo un espacio para construir y desarrollar soluciones a problemas de la UNAH.
Mientras las autoridades universitarias esperan una pronta respuesta a la demanda interpuesta en el Ministerio Público, todo ha quedado en suspenso, el retorno y normalización de las clases, Ramón, los demás estudiantes heridos, el país entero quizá.
Son las once de la mañana del 28 de junio, diez años después del golpe de Estado en Honduras. En la ciudad de Tegucigalpa transcurre con calma la conmemoración de uno de los acontecimientos más importantes de su historia, solo cinco hombres se atreven a interrumpir esa tranquilidad.
Vienen caminando bajo el sol desde una plaza cercana al Aeropuerto Internacional Toncontín donde hace casi diez años fue asesinado Isis Obed Murillo, un manifestante de 19 años asesinado por militares y cuyo nombre le han puesto los miembros de la resistencia a esa plaza. Uno de esos hombres, Julio, lleva una cruz en la espalda con el arreglo floral que debió usarse en un evento que la dirigencia del partido Libertad y Refundación (LIBRE) canceló a causa de la presencia militar en el lugar.
En las últimas semanas Honduras se había sumergido en una ola de protestas por diferentes razones: la lucha por la no privatización de servicios como la salud y la educación, la crisis policial y de transporte, y la reiterada exigencia por la salida del actual presidente, Juan Orlando Hernández. En los días previos a la conmemoración del golpe, se había especulado con un país que ardería ante la indignación, pero mientras el día se disolvía, las acciones de protesta en la capital eran abortadas por el mismo Manuel Zelaya Rosales, presidente derrocado en 2009 y líder de LIBRE.
«La traíamos porque era para conmemorar la muerte de Isis Obed Murillo, pero los militares no nos dejaron poner el ramo de flores, entonces unos compañeros se decidieron a traerlo», dice Julio, mientras descansa de un largo camino y toma un vaso de Coca-Cola en la acera frente al Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) ubicado en el centro de Tegucigalpa, donde realizan una actividad para conmemorar a los hombres y mujeres que asesinaron en el transcurso de esa crisis.
Julio ya tiene 52 años y aunque cargó la cruz de madera por varios kilómetros, asegura que no tiene la misma fuerza de hace una década cuando escuchó por la radio que habían sacado a Zelaya de la presidencia y se decidió a salir junto a miles de hondureños para exigir su regreso.
Una semana después del golpe de Estado miles de personas esperaban al presidente derrocado que sobrevolaba el Aeropuerto Internacional Toncotín y amenazaba con regresar al poder. Julio no quiso asistir ese día pero vio por televisión cómo los militares empezaron a disparar contra la masa. Una de esas balas impactó en el cráneo de Isis Obed, y así se convirtió en el primer mártir del golpe de Estado. Zelaya no logró aterrizar en esa ocasión y regresó al país tres meses después.
«Me sentí triste porque a pesar de que no es la misma sangre, es hermano porque somos de la misma tierra, de Honduras», dice este hombre, que algunos días de la semana se dedica a vender golosinas en un pequeño puesto en el barrio donde vive, allí hace suficiente dinero. «Para por lo menos no morirse de hambre», continúa.
Para Julio, la fuerza de la juventud se fue junto a la estabilidad económica después del Golpe. Trabajaba como albañil pero después de la crisis no volvió a ser contratado por ningún ingeniero. Para él y la familia de los asesinados en esa crisis, esta no es una fecha de celebración.
A pesar de que este hombre considera que no es una fecha festiva, la dirigencia de LIBRE convocó a un concierto en el Parque Central de Tegucigalpa para conmemorar el golpe de Estado. Un concierto con casi las mismas personas en comparación con otras acciones realizadas por la dirigencia, pero sin el gas lacrimógeno acostumbrado. En Honduras algunos recuerdan el golpe y otros lo celebran.
A esa actividad asistió Manuel Zelaya, quien dejó que los lustrabotas del centro de la capital le limpiaran los zapatos y le regaló algunos billetes a niños y mujeres que se le acercaron. Un día antes había presentado a la prensa del país un libro en el que narra sus recuerdos del 28 de junio de 2009.
Aunque algunos aseguran que Zelaya debe ser el candidato de la oposición en las próximas elecciones, para Julio no es tiempo de pensar en quién puede llegar a ser el próximo presidente.
«Ahorita lo que queremos es sacar a Juan Orlando y cuando lo saquemos vamos a ver quién es el idóneo para que nos gobierne. Sabemos que nuestro líder es Manuel Zelaya pero no podemos solo enfocarnos en él porque sabemos que en el partido hay otros líderes a los que se puede dar oportunidad», afirma.
En el parque central también hay un espacio para recordar a los mártires del golpe de Estado. Muchos hombres, muchas mujeres, se detienen todos para recordar algunos de los días más oscuros de una crisis que se ha extendido durante diez años en el país.
Después de tomarse algunas fotografías con la gente, le llevan el arreglo floral a Zelaya, el mismo que el grupo de hombres liderados por Julio custodiaron bajo el sol durante varios kilómetros en la mañana. Junto al tumulto de personas que lo rodean se dirige a colocarlo en frente del cartel con los rostros de los mártires, al colocarlo se da la vuelta y empieza posar para las fotografías de los medios nacionales e internacionales. Lo acompaña Patricia Rodas, quien fue Canciller de la República durante su gobierno. Los rostros de Isis, Wendy, Walter, Roger, se pierden entre el tumulto.
—¿Qué debería pasar con los que causaron esas muertes? —Aquí no va a haber perdón con tanto muerto que hemos tenido, tanto compañero que ha muerto en la lucha por sacar este país adelante, dice Julio en una ciudad atiborrada de militares.
Según el historiador israelí, Yuval Noah Harari, autor del bestseller «De animales a dioses», la capacidad de crear ficciones dio origen al descomunal poder de los humanos en la tierra. Eso abarca desde darle sentido a lo que no se puede explicar, hasta convencer a grandes grupos de personas de que es necesario arriesgar la vida por algo que existe solo en el mundo de las narraciones, de las construcciones sociales o de las realidades imaginadas. Es decir, de las ficciones. ¿Qué ficciones han unido a la gente en las calles los últimos 10 años y sobre cuáles se ha construido el poder que gobierna en Honduras desde ese entonces?
Harari narra cómo la revolución cognitiva que comenzó hace 70,000 años transformó al Homo Sapiens de un simio insignificante de África del Este al animal más importante y poderoso de la tierra. Una mutación aleatoria en su ADN cambió la estructura interna del cerebro que le dio nuevas habilidades cognitivas para imaginar, hablar, comunicar, esto le permitió conquistar el mundo porque en eso también se basó el tejido de sus redes de relacionamiento.
En Honduras quienes han controlado la narrativa sobre la democracia, el poder, los Derechos Humanos, el desarrollo, son los creadores de ficciones que se repiten, se adaptan y se convierten en consigna de un lado de la calle al otro. Ha pasado una década del golpe de Estado en Honduras y queremos analizar lo ocurrido en la sociedad hondureña en este tiempo basado en dos ficciones que aun llenan de contenido la acumulación de frustraciones que une a la gente que sale a las calles a protestar, a las estructuras de poder que intentan contener el descontento y a los ojos extranjeros que observan y envían sus comunicaciones protocolarias.
Golpe o sucesión
Podemos partir con el golpe de Estado, visto desde la ficción institucional como un quiebre en el Estado de Derecho, un quiebre en la democracia. Tomando en cuenta que la democracia misma es una ficción (un conjunto de normas y procedimientos que existen en documentos fundacionales del país y en el discurso de los políticos y activistas), la discusión sobre si lo ocurrido en 2009 fue un golpe o una sucesión constitucional, no podía llevarnos a otra cosa que a la polarización social que se expresó no solo en las marchas rojas o blancas, (para ser lo suficientemente predecibles) sino en las discusiones cotidianas a todo nivel que solo hizo más sofisticada la narrativa pero no ayudó a crear nuevas ficciones, o quizá una que estabilizara un poco el ambiente.
Aunque ya se aceptó que sí hubo un golpe de Estado, sigue siendo objeto de análisis, charlas y hasta peleas categorizar el golpe que no tuvo un procedimiento como en la década de los 80s donde tomaba el poder abiertamente una junta militar y centralizaba las funciones de los otros órganos del Estado, sino que utilizó la democracia encarnada en lo más profundo del imaginario colectivo como excusa y como base del procedimiento realizado el 28 de junio y el poder militar se relegó a un rol meramente logístico, argumentado la legalidad de su subordinación al dictamen de instituciones democráticas.
La ficción que nos gobierna es que en Honduras hay democracia, porque está escrita una constitución, porque hay elecciones cada cuatro años, porque hay tres poderes del Estado, porque hay libertad individual según esas leyes y esos procedimientos democráticos, porque hay libertad de prensa y porque cualquier partido político puede participar libremente en los procesos electorales y en donde cualquier ciudadano puede elegir y ser electo. Por eso en el imaginario hondureño, la ficción de la democracia se traduce en que el poder radica en el pueblo, porque de eso se trata la democracia, la que nos han dicho que existe los que manejan no solo la narrativa, sino los recursos, las instituciones, las fuerzas coercitivas.
2. Democracia es el poder del pueblo
Se habla de democracia como un valor universal, con procedimientos definidos en donde la soberanía del pueblo radica en su poder de decisión a través de esos procedimientos. La democracia crea la idea en el imaginario de que el poder radica en el pueblo que elige representantes para dirigir las instituciones del Estado, pero sobre todo los recursos del Estado, elige su forma de gobierno, su sistema económico, la administración de los recursos y participa plenamente en todas las acciones que impactan su vida. Esta idea es tan fuerte que incluso en las calles, en imágenes que podrían perfectamente reflejar acciones anarquistas, cuando se le pregunta a un joven porqué protesta y qué propone para hacer posible la transición de gobierno, la respuesta común es: el poder radica en el pueblo y nosotros vamos a poner al gobernante, o el pueblo es el que manda así que aunque exista un procedimiento para estos casos, es el pueblo el que va a decidir.
La pregunta que surgió de cómo revertir un golpe de estado sigue haciendo eco en las esquinas de un país que cada vez muestra menos salidas, un laberinto donde los balazos y el gas lacrimógeno marcan la ruta. Si la gente que se organiza para crear frentes de lucha por la educación, por la salud por el restablecimiento del orden constitucional, por el Fuera JOH o por el alza de la energía, no acepta diálogos creados con las reglas de los gobernantes sin legitimidad, tampoco podrían aceptar ningún mecanismo diseñado desde el sistema democrático actual, por ejemplo, un referéndum, una Asamblea Constituyente o un gobierno de transición.
A 10 años exactamente del golpe de Estado, lo anterior nos devela la siguiente paradoja:
La ficción de que en el pueblo radica el poder se nos implantó el 28 de junio de 2009 y con ella de que un Presidente se puede botar. De ahí se transitó a la consigna en las calles del Fuera JOH y la expectativa de que suceda un quiebre institucional que pueda sacar a un gobernante autoritario que se montó sobre una institucionalidad que ha mutado con los años. Botar a un presidente se puede en Honduras, nos lo permitió la misma institucionalidad y procedimientos que dio lugar al gobernante que se quiere expulsar ahora. No estamos revirtiendo el golpe, podríamos estar regresando al mismo golpe. Por ser una paradoja, no hay principio ni fin.
¿Qué ha cambiado que nos garantice que la paradoja no nos hará volver al mismo punto de partida de hace 10 años? El quiebre democrático, o el golpe de Estado, 10 años después nos hace volver a pensar en que esa es la salida necesaria ¿la única? Si acaso la democracia de hace 10 años parió un golpe que consumió una democracia que hoy parece estar en los estertores de un nuevo parto ¿de qué?
En Tegucigalpa hay un grafitti que dice: Somos los niñxs del golpe. Discutimos alrededor de esa frase una vez en el equipo de Contracorriente porque estaba en esa pared pero también porque en nuestro reporteo en las calles desde 2009 (unos antes y otros después) muchos jóvenes, hombres y mujeres de nuestra generación nos decían eso: somos hijos del golpe, dejamos la adolescencia, la niñez de golpe. Diez años después quisimos recordar la escena de cómo nos enteramos y de cómo leemos ese momento en la vida de nosotros, los que somos de esta generación “millenial” urbana.
Catherine Calderón (29 años): Hace 10 años la incertidumbre agobiaba mi hogar. «Hubo un golpe de Estado», dijo mi mamá, mientras yo seguía con la imagen de Manuel Zelaya Rosales, en un bus con su sombrero entrando a un batallón por las urnas de la consulta popular que él llamo «La Cuarta Urna». Honduras pasó de ser un país ignorado a hacerse visible, luego que militares sacaran en pijamas a Zelaya y lo trasladaran a Costa Rica.
Mi conocimiento político era poco o casi nulo en ese entonces, sabía que algo no estaba bien, pero no comprendía muy bien qué, miraba las tanquetas y militares desplegarse en el parque central para reprimir a quienes protestaban por el golpe, y lo entendí cuando me aventuré a reportear en vivo para un canal local de Choloma, y me tocó correr junto con manifestantes a un lugar seguro y con ello ver cómo los militares golpeaban a la gente en las calles. Lo comprendí cuando al vestirme de ropa color blanca recibía miradas condenatorias porque andar camiseta blanca significaba estar de acuerdo con el golpe de Estado o llamarlo sucesión constitucional. O si la elección era color negro y rojo, los colores de la resistencia, el termómetro de si mi ideología era de izquierda o no era aplicado inmediatamente, sobre todo en la universidad donde no había claridad sobre lo que sucedía. Entendí que era grave cuando la cooperación se fue y con ello los trabajos de algunos compañeros, y cuando un día vi a una compañera de universidad anotando en su agenda: 280 días en resistencia. Lo terminé de entender en 2015 cuando el escenario estaba más consolidado: el golpe de estado había sido la plataforma perfecta para impulsar la dictadura que ahora vivimos.
Cesia Garay (23 años): Aquel domingo como de costumbre, me levanté temprano para alistarme para ir a la iglesia. Mi rutina se interrumpió con el sonido de aquellos aviones a las cinco de la mañana sobrevolando bajo tan cerca de mi casa. Me asusté. Con apenas 14 años no comprendía qué pasaba, por qué el fluido eléctrico había sido cortado por horas, hasta que escuché a mi madre decir: “Le dieron golpe de estado a Mel”.
Al pasar los días solía ver y escuchar cadenas nacionales anunciando que estábamos en estado de sitio, unos días desde las seis (6) de la tarde o desde las nueve (9) de la noche, sin imaginar que casi llego a dormir a una posta policial junto a mi madre a causa de esa ordenanza, ese día corrimos con suerte y pudimos irnos a casa.
Diez años después del golpe, es difícil no sentir escalofríos al recordar esas noticias de personas asesinadas por salir a manifestar, sentir desesperación al ver el caos de la ciudad, las personas comprando comida como locas y aquella tensión y miedo al verme frente a frente con un militar.
Brenda Alejandra Flores (21 años): “Somos los niños y niñas del golpe”, leí por allí. Somos esas que teníamos unos diez, once años cuando pasó el golpe, somos las y los que seguimos aguantando golpes.
El golpe de Estado del 2009 fue la escuela de muchas y muchos, nos enseñó a resistir, resistir a las represiones y a gobiernos dictatoriales y de facto. No sé si alguna vez imaginamos que lo que mirábamos mal y con miedo en esos tiempos, no era una pizca de lo que diez años después tendríamos que aguantar.
Fernando Silva (24 años): En 2009, cuando era un niño, los domingos significaban coritos cristianos en la radio de mi casa y un desayuno con dos opciones: Pan embarrado con mantequilla y jugo de naranja, o semitas para sumergir con avena y leche. El domingo 28 de junio desperté imaginando el sabor del manjar de pan y mantequilla, pero la ausencia del cantante cristiano pidiendo misericordia a Dios por la radio me extrañó. No había electricidad y aviones se escuchaban sobrevolar el cielo de Tegucigalpa. Frente a mi casa, en el callejón donde solía jugar al fútbol por las tardes, se escuchaba una radio a batería y alguien hablando, era un hombre mayor muy conocido en la zona. La pulpería estaba cerrada, no habría pan y mantequilla en el desayuno, no entendí la razón incluso después de que escuché frente a mi casa que alguien dijo: “Es golpe de Estado, sacaron a Mel”.
Jennifer Avila (29 años): El 28 de mayo, un mes antes del golpe de Estado en Honduras se cayó La Democracia, el puente que conecta San Pedro Sula con la costa caribeña. Un terremoto de 7.5 en la escala de Richter sacudió todo el país y más la ciudad donde yo nací y crecí y donde mi mamá en llanto dio a la familia la noticia del golpe el 28 de junio de 2009.
El puente era el símbolo de El Progreso, Yoro; una ciudad de paso donde la Standard Fruit Company tenía su centro de operaciones el siglo pasado. Varios alcaldes le dedicaron murales y fotógrafos postales a este puente que quedó sumergido en el gran río Ulúa frente a las ahora pobres plantaciones bananeras que han quedado después de la fiebre del oro verde. Recuerdo esa noche del terremoto, el cielo estaba rojo y el calor tenía a los vecinos afuera de sus casas cuando comenzó a temblar. Un mes después, el calor de la madrugada también anticipaba otra caída, la de la democracia que nunca ha tenido puentes.
Martín Cálix (35 años) : Abigail, hoy está cumpliendo 23 años. Hace diez años yo estaba comprándole un regalo —uno bonito, uno que luego no significaría nada en su vida—. La incertidumbre por algo que no conocíamos nos invadió, el Golpe de Estado lo cambió todo, abrió heridas donde no parecía posible: mi familia como todas las familias hondureñas sufrieron las consecuencias que en diez años aún tratamos de llenarlas de significado.
Las calles de El Progreso, pequeñas como son las calles de los pueblos, se llenaron de gentes, de gentes que en su mayoría se miraban con el asombro de quienes por primera vez se reconocen, se enteran de su existencia. Muchos nos enteramos que existíamos para bien o para mal —para mal existimos la mayor de las veces— en una patria que importa un poco más que nada. Jamás un golpe significó tanto. Entonces, aquel peligroso gesto de creer que todo tiempo pasado es mejor dibuja la promesa del olvido. La memoria es un camino de constante retorno. Jamás le dije feliz cumpleaños a mi hermana desde entonces.
Vienna Herrera (24 años): Tenía 14 años y dormía hasta tarde como cualquiera a esa edad lo haría un domingo, me despertaron las conversaciones con incertidumbre y el ruidos de avionetas que volaban sobre Tegucigalpa. No había luz y escuché a mi madre decir “le dieron golpe de Estado a Mel”. Entre mi inocencia, mi cuerpo aún despertándose y mi falta de conocimiento pregunté “¿Qué es un golpe de Estado?” en aquel momento a mi no me importaba nada más que escuchar música tranquila y leer por las tardes al volver del colegio, desde ese 28 de junio no he sabido qué se siente vivir sólo preocupándose por querer escuchar música o leer. Mi familia se reunió en la sala, a mis hermanas y a mí nos explicaron todo: “esto es diferente ahora, es una lucha entre ricos y pobres” dijo mi papá. Entre una que otra anécdota que involucra eventualmente gases lacrimógenos, desde entonces así han sido todas las conversaciones familiares.
Abigail Molina (23 años) Somos las semillas que desde el 2009 han germinado con rebeldía.
Un golpe de estado no se olvida. A mis 13 años no entendía bien el peso social-económico que significa un golpe de estado. Aún recuerdo los toques de queda y 10 años después me sigo preguntando si no pensaron los de afuera, que en sectores marginados como Chamelecón los toques de queda son de siempre , sin embargo desde ese entonces todo tomó otro rumbo, incluso la delincuencia.
Yo conocí la rebeldía de ser feminista y resistir en uno de los contextos más fuertes que hemos atravesado como pueblo. Hoy, diez años después, esas niñas y esos niños que éramos durante el golpe de estado seguimos resistiendo, seguimos intentando cambiar esta realidad que nos golpea todos los días.
Las mujeres dentro de la Policía Nacional de Honduras enfrentan muchas barreras para ejercer su profesión libremente y en condiciones iguales: son víctimas de acoso y hostigamiento por parte de sus compañeros o sus superiores, además se les suele relegar a labores comunitarias y sobre ellas cae la carga de sus hogares porque nunca dejan de ser mujeres en una sociedad que les dice cómo deben de vivir o morir. Por eso también se enfrentan a ser víctimas de femicidios impunes, incluso cuando pertenecen a instituciones que deberían de prevenirlos y sancionarlos.
En medio de una crisis constante en el país, el martes 18 de junio inició una huelga de fusiles caídos por parte de la Dirección Nacional de Fuerzas Especiales de la Policía Nacional de Honduras, anunciaron en un comunicado que no querían seguir reprimiendo las protestas y exigían mejoras laborales. En el quinto punto mencionaban el acoso laboral y sexual que viven las mujeres en la Policía Nacional de Honduras (PNH) «aunque presenten denuncias no son investigadas, ni tampoco se sanciona a los responsables» mencionaba el texto.
En el punto donde se encontraba la huelga, las mujeres no se mostraban muy visibles ante los medios. Apenas tres de ellas aceptaron hablar sobre el tema. «El acoso sexual es lo que más existe para las mujeres en la policía, en donde estamos asignadas hay un oficial que manda a las mujeres que no se dejan a una posta de castigo, que queda lejos y nos pone a hacer hasta 12 horas de turno cuando lo rutinario son 8», dice una de ellas, habla con miedo aún detrás de una capucha que lleva para cubrir su rostro.
El miércoles por la noche representantes de las Fuerzas Especiales y las autoridades de la PNH llegaron a un acuerdo con la mediación del Comisionado de Derechos Humanos, Roberto Herrera. El acuerdo que contiene nueve puntos, no da respuesta a las denuncias de las mujeres por acoso laboral y sexual.
Las tres policías en la huelga mencionaban que les fue difícil colocar ese punto en el comunicado, porque muchas no quieren hablarlo, pero también por el riesgo que corren al denunciarlo abiertamente. «No crea, esto no es fácil, cuando se den cuenta van a hacer un informe de qué mujeres estábamos aquí y quienes fueron las que pusieron ese punto», dice otra de ellas.
La oficial de policía Perdomo, frente al centro comercial Plaza Miraflores, ordenando el tráfico del bulevar Centroamérica, ella, como muchas otras mujeres policías, trabaja en la unidad de tránsito de la Policía Nacional. Foto: Martín Cálix.
Antes de esto, una ex agente de la PNH había contado su historia dentro de la carrera policial y cómo fue su experiencia estudiando. La ex agente tuvo que dejar la institución debido a la crisis postelectoral, un periodo de protestas contra el presidente Juan Orlando Hernández cuando se reeligió en medio de muchas irregularidades, su nombre no será mencionado por seguridad. Quizás por su contexto habla tan abiertamente de los abusos que sufrió en su experiencia.
«Muchas veces a mí me sacaron de clase para que yo fuera a la oficina de algún oficial y lo único que hacía era morbosearme, decirme cosas y yo simplemente me quedaba callada». Cuando la ex agente habla de cosas, se refiere a la calificación sobre su cuerpo o su sexualidad ante sus compañeros oficiales o a veces sus superiores. Las pocas veces que denunció estas conductas con el director, él no hizo nada, cuenta.
«Tenés que aguantar muchas cosas de parte de los oficiales y más que todo, hombres porque de repente te acosan, te dicen cosas y cuando no les hacés caso te castigan de una manera bien fea. Uno sufre mucho como estudiante en la Policía». La ex agente dice que los castigos más frecuentes consistían en enviarla a dar vueltas, corriendo por el perímetro y otras veces, junto a otras compañeras que sufrían lo mismo, la dejaban encerrada los fines de semana.
Los casos de acoso dentro de la Policía Nacional no son públicos, en algún momento incluso se denunció a través de medios de comunicación que en el proceso de depuración policial al que han sometido a la institución en los últimos años, hubo mujeres que fueron depuradas por no acceder a mantener relaciones sexuales con su superior.
El proceso de depuración policial comienza en 2016 luego de que se dan a conocer publicaciones que implican a altos oficiales de la Policía en el asesinato del Zar Antidrogas en 2009. Hasta el momento más de 5 mil elementos han sido separados de la institución por retiro voluntario y el despido por justa causa que incluye la comisión de faltas muy graves y delitos.
Del total de agentes retirados de sus cargos, la Junta Depuradora señala que son más de 100 mujeres las que pasaron por ese proceso. Las policías que estuvieron en la huelga dicen que han visto cómo muchas compañeras que siempre han cumplido con los reglamentos reciben bajas repentinas «y uno no sabe por qué, la mayoría de mujeres no tenemos problemas con derechos humanos ni con ciudadanos, entonces no se sabe porqué las depuran», ellas piensan que es por el acoso.
El líder evangélico Alberto Solórzano, comisionado de la Junta Depuradora, asegura que la información sobre las mujeres depuradas por denunciar acoso sexual es real y conocieron al menos tres casos en que se denunció que esto había sucedido. «Nosotros supimos y evaluamos que se estaba actuando injustamente porque alguien había denunciado a un superior, la disciplina recayó sobre el superior y no sobre la persona que denunció», asegura que a las mujeres las restituyeron en sus cargos después de recibir y verificar esa situación.
Apenas hasta febrero de este año, se comenzó a incluir el término de acoso dentro de los controles internos de la PNH. En el reglamento disciplinario aplicable a la Secretaría de Estado en el Despacho de Seguridad y Miembros de la Policía Nacional en su artículo 46 menciona que una falta grave es: «aprovecharse de su cargo o grado para inducir, acosar o establecer relaciones de carácter sexual con sus compañeros o subalternos». Esta falta, al ser comprobada, da lugar a la cancelación del policía por despido, sin responsabilidad para el Estado.
El líder del Centro Cristiano Internacional, el Pastor evangélico Alberto Solórzano, es también miembro de la Junta Depuradora de la Policía Nacional. Foto: Martín Cálix.
Actualmente, el ente encargado de recibir las denuncias de este tipo es la Dirección de Asuntos Disciplinarios Policiales (Didadpol), que comenzó a trabajar desde el año pasado. Entre las 1,300 denuncias que llevan actualmente, solo han conocido una sobre acoso sexual, que forma parte de sus casos más emblemáticos hasta el momento, por eso le denominaron: «Uso de jerarquía y grado para realizar acoso sexual de oficiales a subalternas».
El único caso que conoció la Didadpol se dio cuando una subalterna denunció a un oficial en San Pedro Sula por acoso, dentro del proceso de investigación se presentaron pruebas e incluso se hizo un juicio interno en el que se declaró culpable al oficial. Los nombres no son públicos, pero hasta el momento Didadpol solo se encarga de investigar, las sanciones le corresponden al Ministro de Seguridad, quien debe actuar y despedir al oficial, pero aún se está a la espera de que éste responda.
«Siento que cuando una mujer sale a interponer la denuncia es porque ya no aguanta ese círculo, porque ella no ha podido arreglar esa situación y necesita por fuerza una ayuda. Las instituciones estamos obligadas a garantizar los derechos a la mujer, sobre todo a su libertad sexual donde la mujer decida y pueda disponer de su cuerpo y de su vida con la persona que ella prefiera», señala Allan Argeñal, director de la Didadpol.
Cuando la ex agente se graduó, esperaba que la situación mejorara, pero el acoso seguía ahí, también en el ejercicio de su profesión. «Hubo oficiales que me mandaban a llamar a mí o a varias de mis compañeras y era para que de repente saliéramos —cuando terminaban sus jornadas— ahí fuera de Tegucigalpa y al no aceptar ellos nos castigaban». Pero la ex agente nunca denunció, no sabía cómo podía probarlo.
La oficial de policía Perdomo, frente al centro comercial Plaza Miraflores, ordenando el tráfico del bulevar Centroamérica, ella, como muchas otras mujeres policías, trabaja en la unidad de tránsito de la Policía Nacional. Foto: Martín Cálix.
Las organizaciones de mujeres saben que el acoso es un tema muy difícil de tratar. Helen Ocampo, del Observatorio del Centro de Derechos de la Mujer (CDM), dice que la violencia machista está en toda la estructura de la sociedad. «Está en todos los espacios organizativos, independientemente del espacio que sea y obviamente la Policía, al ser una organización estatal y mixta, tampoco se ve exenta de ese tipo de violencia».
De acuerdo con la información a la que tuvo acceso la Didadpol, antes de que existiera este ente, las mujeres colocaban denuncias en la Inspectoría General de la Policía Nacional, en organizaciones de derechos humanos y en el Ministerio Público.
De acuerdo a la información del Ministerio Público, desde 2010 hasta 2018 se registraron 102 denuncias contra agentes de la Policía y militares por los delitos de violación, actos de lujuria, trata de personas y tentativa de violación. Además, se registran 11 denuncias por hostigamiento sexual dentro de las cuales 4 fueron cometidos por subcomisionados o subinspectores de la Policía Nacional, los demás eran agentes de la Policía Nacional.
Según Lorena Cálix, vocera del Ministerio Público, las denuncias por violencia sexual o acoso cometido por policías o militares generalmente son provenientes de mujeres que andaban en la calle o eran familiares y no de mujeres dentro de la policía porque estas tienen miedo de perder su trabajo o tener represalias y por eso no reciben denuncias, asegura además que no poseen información de la profesión de las mujeres que denuncian violencia sexual.
«Es importante instruir más a las mujeres, que puedan tener la libertad de denunciar cuando les sucede esto, no solamente dentro de la institución policial, sino que se dan en todas las instituciones y sabemos que algunas mujeres callan por temor a perder su trabajo», añade Argeñal.
Roles de género
En Honduras, actualmente las mujeres representan apenas el 20% entre agentes y oficiales en la Policía Nacional (PNH), sin embargo, esta cifra era apenas la mitad 10 años atrás. La Comisaria de Policía Sandra Raudales es una de esas mujeres que resistieron para poder abrir camino a la incorporación de más mujeres a la institución policial, aunque los paradigmas en los que ellas entran no hayan cambiado mucho, la incorporación de más mujeres en la Policía Nacional es notable.
«Ahora hay mayor incursión de las mujeres en la institución y pueden ver a las compañeras en la calle dando vía, laborando en la parte operativa o en fuerzas especiales y en todas las entidades, no hay para la mujer limitantes en el desenvolvimiento», dice Sandra Raudales, jefa de la oficina de Bienestar Social de la Policía Nacional.
Para ingresar a la Policía Nacional existen dos maneras: el Instituto Técnico Policial (ITP) del cual se egresa como agentes de escala básica y la Academia Nacional de Policía (ANAPO) en la que pueden aspirar a cargos más altos a lo largo de su carrera.
La Comisaria Raudales en sus oficinas de la Secretaría de Seguridad. Foto Martín Cálix.
Wendy Martínez es Policía Clase 1, el segundo rango al que se puede ascender en la escala básica de la Policía Nacional. Al llegar, le pide a sus dos compañeros que la esperen afuera mientras da la entrevista y ellos atienden a sus órdenes. Wendy, cuenta minutos más tarde, cómo esta situación en que los hombres la respeten les ha costado mucho trabajo a las mujeres.
Martínez ingresó al Instituto Policial de Honduras (IPH) en 1993. En aquel momento no había pasado siquiera diez años desde que las mujeres comenzaron a ser aceptadas para entrar a la escala básica de la institución. «Cuando yo ingresé no había muchas mujeres policías y los varones pensaban que nosotras veníamos a quitarle espacios y en realidad veníamos a complementarlos. Fue difícil la aceptación, pero tenían que trabajar con nosotras», recuerda la policía.
Las primeras mujeres dentro de la Policía Nacional en Honduras ingresaron a la institución en los años 70, pero estas no entraban realmente en la escala básica. Al principio eran solamente dos mujeres de las Fuerzas Armadas que fueron trasladadas al servicio policial. Años después, mediante un convenio firmado con los Carabineros de Chile, cuatro mujeres se graduaron de la primera promoción de mujeres en la Policía Nacional.
La Clase Uno Martínez, durante la entrevista en el lobby de la Secretaría de Seguridad. Foto: Martín Cálix.
Cuando entra el grupo de 4 mujeres, crean una unidad para ellas llamada Policía Auxiliar Femenina, a las que se le asignaba tareas básicas y comunitarias. Cualquier mujer que ingresaba desde los centros de educación policial solo podía formar parte de la policía femenina en donde laboraban regulando el tránsito, dando servicio en calles peatonales, en escuelas o en las aduanas.
Fue hasta los años 80 que las mujeres finalmente entran en la escala básica de la policía y pueden acceder a algunos puestos que antes solo habían sido para los hombres. Según un Informe Nacional sobre mujeres en las Fuerzas Armadas y la Policía, en 1984 las mujeres entran a cursos de policías de la escala básica y hace diez años logran ingresar a la Academia Nacional de Policía para que pudieran aspirar también a estudios de oficialidad.
«Este es un trabajo exclusivo para varones por el aspecto cultural machista en que a la mujer no se le permite entrar a áreas de varones. Las que lograron romper esa barrera eran admiradas», opina la comisionada Raudales, a la vez que recuerda cómo hace 20 años ella fue la primer mujer policía de su aldea y ahora son 15 mujeres más las que estudiaron en la institución.
Las mujeres que quieren hacer carrera dentro de la fuerza policial deben enfrentar varios obstáculos más. En la actualidad no hay ni una mujer en direcciones o en la jerarquía más alta dentro de la policía, en sus inicios hacían labores comunitarias y actualmente muchas mujeres son relegadas a esos mismos puestos.
Wendy Martínez ha dedicado su carrera policial a las labores comunitarias. Primero ingresó a la policía femenina y actualmente está asignada en el programa GREAT (Gang Resistance Education and Training), que consiste en capacitar niños de escuelas y colegios de la capital sobre el respeto, la no violencia y la prevención de maras y pandillas.
Martínez cuenta que ingresó al ITP y no a la academia debido a que tenía un hijo pequeño en aquel momento y la academia le exigía cuatro años fuera de casa. Las policías que también son madres, generalmente tienen que cumplir los roles que históricamente se le han relegado a las mujeres.
Un día en la vida de Wendy empieza quizás antes de que el sol aparezca por las ventanas. «Soy esposa y madre, así que me toca todo como a una mujer normal: ir al supermercado, lavar la ropa, hacer de comer a mis hijos, atender a mi esposo, visitar a mi mamá y a mi familia», cuenta con rapidez, como si solo la idea de recordar sus labores la pusiera en alerta.
La comisionada Raudales también cuenta cómo estos roles de madre se repiten en sus trabajos «las mujeres en la institución nos volvemos como una madre para los subalternos. Somos esa parte sensible, esa parte humana… Somos las mujeres las que estamos pendientes de las necesidades de nuestros subalternos, al igual como lo hacemos con nuestros hijos», dice con naturalidad.
Declaraciones del director de Recursos Humanos, el comisionado Leonel Sauceda, realizadas en la página oficial de la PNH, menciona que uno de los avances más significativos para mejorar las condiciones de vida de las mujeres en la institución es tener en cuenta cuando una madre egresa de los centros de educación policial para que se le asigne a un lugar cercano a donde viven.
Junto a su equipo de trabajo, la Comisaria Raudales, posa para la foto en las oficinas de la Secretaría de Seguridad. Foto: Martín Cálix.
Por su parte, la sub comisionada Zulma Reyes que coordina la Unidad de Género, menciona que uno de los propósitos de esta dependencia es capacitar para «concientizar a los hombres ya que es también parte de la responsabilidad en la crianza de los hijos. Al igual que en las tareas del hogar, creo que aquí ambas cosas deben ser compartidas», menciona.
Raudales asegura que las mujeres en la Policía son fuertes. «Considero que los estigmas que hay con que somos el sexo débil, no son así, más bien la mujer dentro de la Policía ha demostrado tener mucha fortaleza de carácter, de espíritu y también fortaleza física para poder enfrentar las diferentes faenas de la vida».
Sin embargo, esta imagen compite con la narrativa predominante en medios de comunicación, donde las mujeres policías destacadas lo son por su belleza. En ocasiones son calificadas según los estándares predominantes, promoviendo el acoso sexual contra ellas. Por ejemplo, esta noticia en el periódico deportivo Diez.
«En los últimos meses varias mujeres policías se han viralizado, en la mayoría de los casos, porque destacan dentro de la institución por su belleza y llaman la atención de los ciudadanos», señala otra de las noticias sobre el tema.
Violencia de género
Formar parte de las estructuras que investigan la criminalidad expone la vida de cualquiera, sin embargo, las mujeres además están expuestas a otras violencias por su género. El caso más polémico que algunos aseguran podría tratarse de un femicidio que fue registrado en 2018: la muerte de Sherill Yubissa Hernández, jefa del departamento de delitos contra la administración pública en la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), que aún continúa en investigaciones.
El 11 de junio de 2018, Sherill fue encontrada muerta en su apartamento ubicado en el Barrio El Calvario en Santa Rosa de Copán. Su cuerpo posaba inerte, con un disparo en su cabeza y un arma en su mano derecha. A la escena del crimen solamente tuvo acceso la misma dependencia en la que laboraba y en menos de dos horas declararon que se trataba de un suicidio. Días después, el dictamen de Medicina Forense señalaba que Sherill había sido asesinada.
Selma Julissa Villanueva, quien era directora de Medicina Forense en aquel momento, aseguró que su cuerpo tenía lesiones de un intento de asfixia y que su muerte la quisieron simular como un suicidio. «Este caso lo que revive son las claras formas de impunidad que imperan en el país en relación con las muertes violentas de mujeres, sobre todo cuando se dedican a investigar la ola de criminalidad que hay. Esto no es otra cosa más que un claro reflejo de la investigación muda e inoperante que se da en el país», afirma Villanueva, detrás de su escritorio en un hospital privado.
Villanueva fue destituida de la dirección de Medicina Forense meses después de las declaraciones que dio sobre el caso. Asegura que su separación de la institución está relacionada con el dictamen sobre Sherill que dio a conocer públicamente, por el cual además recibió amenazas de muerte. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le otorgó medidas cautelares y el Estado de Honduras le proporcionó un carro blindado. «No me ha amenazado cualquiera, son torones (personas con mucho poder, ¿cómo puedo creer en el sistema? Yo prefiero el carro, al menos ahí me encierro cuando vengan en un semáforo», explica.
La Dra. Julissa Villanueva en su consultorio médico de las Clínicas Viera, antes fue la jefa de Medicina Forense. Foto: Martín Cálix
El día que encontraron el cuerpo de Sherill la ATIC no permitió el acceso a la Dirección Policial de Investigación que procesara la escena, tampoco al Ministerio Público ni a Medicina Forense.
Su novio era Wilfredo García Rosales, en aquel momento el jefe regional de la ATIC en San Pedro Sula, departamento de Cortés. García fue una de las últimas personas en verla con vida. En su momento declaró que Sherill le contó que estaba preocupada porque tenía dos letras atrasadas de un préstamo y estaba a punto de perder su vehículo que estaba en garantía. Ante esas declaraciones, la madre de Sherill señaló que no creía la versión de García y además pedía que otra instancia investigara el caso.
Sobre el caso, el criminólogo y ahora diputado, Denis Castro Bobadilla, analizó la escena y declaró que se trataba de un homicidio. «No es cualquier individuo el que hizo esto, es una persona que sabe y tiene que estar en el contexto de investigaciones y de las instituciones del país en la investigación criminal», analizó cómo el arma estaba montada sobre la mano de Sherill ya que no tenía el espasmo característico de un disparo, sino que estaba completamente relajada, además en un sitio equivocado en relación al disparo.
De acuerdo a Bobadilla y a Villanueva, a Sherill alguien le hizo presión en su cuello minutos antes de que el arma fuera disparada lo que provocó que al momento de sentir que perdía el aliento sacara su lengua. Hasta ahora las investigaciones del caso se encuentran en secretividad dentro de la Fiscalía de Delitos contra la Vida en el Ministerio Público, sin embargo, el director de la ATIC, Ricardo Castro, dijo ante la prensa en ese entonces, que se trataba de un suicidio y por razones «aparentemente pasionales». Meses después se le consultó nuevamente a la ATIC sobre el caso y se negaron a dar declaraciones.
De acuerdo a un reportaje publicado por The New York Times, Sherill sospechó que Wilfredo ayudaba a los criminales en vez de trabajar para acabar con el grupo delictivo debido a que está casado con la hermana de un líder de la MS-13. Además, «fue reasignado a un puesto administrativo mientras se investiga el homicidio de Hernández, de acuerdo a un vocero del Ministerio Público en San Pedro Sula. Casi diez meses después, no hay ningún presunto culpable», señala el texto.
Villanueva asegura que el caso «pone al descubierto lo que está ocurriendo en muchas de las agencias de investigación y otras instituciones del Estado, sobre todo cuando le digo que no solo es la muerte de la agente lo que se esconde ahí. Detrás del caso Sherill hay abusos, acosos sexuales para agentes de la lucha contra el crimen o de la ATIC por parte de las altas personalidades que dirigen esa agencia y un silencio sepulcral de parte del Fiscal General que conoce esas denuncias y no hace nada», sentencia.
Sobre las denuncias por acoso realizadas por policías o agentes de la ATIC, también se le consultó al Ministerio Público durante varias semanas y éste no dio respuesta ni información al respecto.
Otra hipótesis sobre el caso que se filtró a medios de comunicación es que la muerte de Sherill estaría ligada a las investigaciones que realizaba contra un alto oficial de la Policía Nacional en la zona occidental del país.
El caso de Sherill tiene similitudes a otro que sucedió a principios de año dentro de la Policía Nacional. Saida Suyapa Fuentes Paz era agente asignada a la línea de emergencia del 911 en El Progreso, Yoro. Fue encontrada muerta en medio de unas cañeras, dentro de su automóvil, con la pistola de reglamento en su mano derecha aparentando un suicidio, escena similar a la de Sherill.
Según la información preliminar proporcionada por la ATIC, Saida se encontraba en su día libre y se trasladaba hacia la posta policial de La Lima, en Cortés, acompañada de su pareja Yoni Lagos, quien en su momento fue detenido para investigación como sospechoso y días después consiguió la libertad. No hay información sobre el proceso de investigación.
Para Julissa Villanueva el que sucedieran dos casos similares en menos de un año solo puede significar dos cosas: o han encontrado una modalidad para asesinar y salir impunes, o las autoridades son incompetentes y no son capaces de investigar un posible homicidio porque esto además afectaría a las instituciones.
Lagos, la pareja de la víctima, dijo en aquel momento que después de una discusión por problemas personales, él se bajó del automóvil en una parada de autobuses y miró cómo ella se desvió a las cañeras. Según su versión, él corrió a buscarla y la encontró sin vida.
Según Villanueva, este tipo de casos no son comunes y no deberían darse porque tanto en las agencias de investigación criminal como en la Policía uno de los requisitos es aprobar exámenes psicológicos para poder ingresar a estas instituciones, no pueden aceptar a alguien con una tendencia suicida. «No se le va a dar un arma a una persona que tenga tendencias depresivas en la proyección en los test psicométricos y psicológicos y evaluaciones previas que le hacen», recalca finalmente Villanueva.
El caso de Sherill y el de Saida siguen sin resolverse, los voceros dejan de contestar cuando se les pregunta del caso. Ni siquiera responden si continúan en investigaciones.
Helen Ocampo del Centro de Derechos de la Mujer (CDM) señala que las muertes violentas de mujeres se encuentran con un 95% de impunidad. «Toca hablar un poco de la violencia estructural que facilita que se justifique que se siga cometiendo y que quede impune, las lesiones y las muertes violentas de mujeres y con eso hay que hablar de la cultura de violencia que es sostenida por varios pilares: la cultura, la impunidad y la violencia en concreto».
Helen Ocampo del Observatorio de Derechos Humanos de la Mujer del Centro de Derechos de la Mujer. Foto: Martín Cálix
—A mí me rompieron mis sueños, todo por lo que tanto había trabajado. —Dice la ex agente a través de una llamada por teléfono, tuvo que huir de Honduras porque asegura que su vida también corre peligro por enfrentar a sus superiores. La ex agente vive sola, esperando por la aceptación de su solicitud de asilo y trabaja hasta muy tarde en la noche a veces como mesera, a veces limpiando casas.
A pesar de su experiencia en Honduras, cuenta que buscará ingresar nuevamente a la Policía en el país donde vive ahora y que espera tener una mejor experiencia, se resiste a ser invisible.
Muchas mujeres dentro de la Policía Nacional en Honduras soñaban con ser policías, pero los obstáculos interpuestos a su género les impiden vivir y ejercer en condiciones iguales a sus compañeros. Las mujeres, que parecen invisibles en tantos espacios, continúan siéndolo incluso dentro de las estructuras que investigan sus muertes violentas y en las que buscan prevenir y sancionar la violencia en general.
Mientras tanto, las tres mujeres de la huelga dicen que son policías por necesidad y no por vocación, que desearían trabajar en cualquier otra cosa pero que están ahí para evitar el hambre que sufrieron intentando encontrar otro trabajo y para sacar adelante a sus familias. Una de ellas menciona que tiene una hija y que trabaja duro a diario porque las condiciones en que ella ejerce su profesión son injustas, «quiero que ella sea cualquier cosa, menos una policía».
Honduras atraviesa un nuevo pico de crisis, extensión del descontento tras la reelección de Juan Orlando Hernández y acumulación de 10 años de inestabilidad política y social después de un golpe de Estado. El lunes se paralizaron los transportistas de carga pesada y el martes una huelga de fusiles caídos por parte de la Dirección Nacional de Fuerzas Especiales de la Policía Nacional, provocó mayores protestas y bloqueos en todo el territorio, saqueos de negocios y una represión militar que ha dejado más de 20 heridos y al menos 2 muertos.
Los transportistas y la Policía lograron acuerdos con el gobierno, sin embargo, el ambiente de descontento sigue demostrándose en las calles y retomando con fuerza la consigna del “Fuera Joh”, pero quienes abrieron el camino hace más de un mes fueron los gremios magisterial y médico con el llamado a salir a las calles exigiendo la derogación de decretos que llevarían a la privatización los servicios de salud y educación. El gobierno del presidente Juan Orlando Hernández derogó los decretos y convocó a un diálogo nacional con sectores cercanos a sus intereses. Los líderes de la Plataforma por la Defensa de la Salud y Educación convocaron en paralelo un Diálogo Ciudadano Alternativo con diferentes sectores de la población que se retoma hoy viernes y no descartan salir a las calles nuevamente ante el proceso de privatización de salud y educación que aseguran ha emprendido el gobierno.
En este proceso, un liderazgo muy aceptado por la ciudadanía en las calles ha surgido, la doctora Suyapa Figueroa, presidenta del Colegio Médico de Honduras, quien para muchos también se perfila como una líder política que podría presentarse como alternativa en un cambio de gobierno.
Contracorriente (CC) conversó con Suyapa Figueroa (SF) sobre la crisis constante que vive el país y las soluciones que propone el Diálogo Ciudadano Alternativo.
CC: ¿Cómo se sienten, como gremio, de su papel en este momento de crisis? SF: Sentimos que ha valido la pena, que la gente sea capaz de cuestionar lo que se le ha presentado como bueno pero que en realidad tiene todo el trasfondo y una complejidad administrativa que no logramos comprender pero que al final es lo que ha venido sucediendo con la ENEE (Empresa Nacional de Energía Eléctrica), con el sector telecomunicaciones pero cuando se trata de derechos fundamentales de la población pues usted puede vivir sin teléfono y quizás hasta sin luz, pero si le quitan la educación le quitan la esperanza y si le quitan la salud le quitan la oportunidad de seguir viviendo. Creemos que hemos aportado un granito de arena, se necesita seguir construyendo ciudadanía y habrá otras organizaciones que se incentiven en trabajar esta sociedad y de alguna manera sembrar esta semilla porque no nos sentimos todavía que hemos hecho un enorme paso porque había que medir el impacto de este enorme diálogo.
CC:¿Por qué inició esta lucha y por qué seguirla? SF: La lucha es por algo que en este momento se le niega al pueblo, lo hace sufrir, perder la vida en muchos casos. Agotamos todos los recursos. Por ejemplo, ahora tenemos un recurso interpuesto contra la Ley Marco de Protección Social, si ese poder del Estado quiere demostrar su independencia debería asumir la responsabilidad de derogar esa ley porque esa va a ser otra lucha y cuando juntamos muchas luchas como lo que está sucediendo, aquí hay un descontento generalizado ¿A dónde vamos a llegar? no lo sabemos y yo se lo manifesté en múltiples ocasiones a todo el mundo que Honduras es un pasto seco y cualquier cosa enciende la chispa.
Tal vez la Comunidad Internacional aprende que hay cosas que por muy diplomáticos que queramos ser no podemos ocultar realidades que saltan a la vista y que no debemos poner oídos sordos, más cuando decidimos ser veedores de un proceso que desde su inicio fue viciado.
CC: ¿Han conversado acerca de la situación de la crisis prolongada en la que estamos con alguna representación diplomática? SF: Generalmente ellos vienen a hablar con la parte gubernamental y así debe ser, pues ellos vienen como apoyo a los gobiernos. Pero cuando ellos dialogan con otros sectores distintos se pueden dar cuenta que estamos en una situación muy difícil y tomar una decisión teniendo un panorama más completo porque nosotros los hondureños nos sentimos en un verdadero estado de indefensión, que no tenemos a quien recurrir: que no podemos recurrir al poder judicial, que el Congreso ha legislado para la impunidad, que se perpetúe la corrupción y aprobaron un Código Penal que es una vergüenza.
CC: Ustedes han hablado de que al poner en emergencia salud y educación se pueden hacer compras sin recurrir a la Ley de Contrataciones del Estado ¿tienen conocimiento de alguna irregularidad? SF: No, no tenemos prueba de que se haya hecho alguna compra pero dentro de las peticiones que se han hecho. Hemos pedido que se haga una auditoría de lo actuado por la junta de transformación. Si se hicieron contratos que se revisen, no tenemos nada porque se han manejado en secretividad, sabemos que hay préstamos que son condicionados por el BID, no sabemos si se adquirieron más préstamos condicionados. Interpusimos recursos en la Corte Suprema de Justicia, uno de ellos un amparo contra los decretos y fue desestimado aunque estaba bien sustentado. Entonces que se revise lo actuado también y la derogatoria de esto. Por eso uno de los puntos importantes es que se nos diga y audite cuáles fueron las cosas adoptadas por la junta de transformación, las acciones de ello y que luego revisemos de qué se trataba lo que estaban haciendo y en qué querían transformar el sistema de salud y educación.
CC: ¿Ha recibido amenazas, se ha sentido insegura en la posición en la que está? SF: Sí, nosotros hemos recibido amenazas. El hecho de que el gobierno haya gastado el dinero del pueblo en una campaña de odio contra la Plataforma es un grave daño, un desprestigio a nuestra imagen, que mandara turbas de gobierno a tomarse el hospital donde yo trabajo también ha ocasionado una inseguridad, un daño a mi ejercicio profesional y de hecho aquí está el Presidente de la Conferencia Médica Latino-Iberoamericana y el delegado de la Organización Médico Mundial para revisar lo que el gobierno está haciendo y cómo nos está poniendo en riesgo a todos los médicos en la Plataforma.
Yo he tenido serias amenazas y lo he denunciado ante el mecanismo de defensores de derechos humanos, ante el CONADEH y no han hecho absolutamente nada.
Fotografía: Fernando Silva
CC: ¿Piensa hacer denuncias a nivel internacional ante la falla de los mecanismos nacionales? SF: Claro, nosotros estamos preparando la denuncia. Recuerde que no solamente es lo que nos han hecho a nosotros como dirigentes del movimiento sino además lo que le han hecho a la gente ante la negación del servicio. Tenemos denuncias ante la Fiscalía de Derechos Humanos, hemos denunciado desde hace dos años el cierre de las salas del Instituto Cardiopulmonar, la falta de tuberculosos, esta epidemia de dengue que estamos en epidemia desde agosto del año pasado y no se ha hecho lo suficiente, sevenció el insecticida.
A veces nos preguntamos ¿por qué se prohibió que se movilizaran los carros, que se diera el auxilio económico para que se pudiera afrontar? Nunca se controló un entomólogo, se desarticuló el programa de control de vectores de atención a dengue. Entonces, todo tiene un trasfondo en el país y nos preguntamos si se quieren generar crisis, si estas crisis son provocadas y cuál es el objetivo. Por lo menos a nosotros en este momento nos pusieron en un lío porque no podemos estar en asambleas informativas gracias a la declaratoria de emergencia y nos preguntamos si es que dejaron crecer esta emergencia con ese propósito, no sabemos, o solamente es su inoperancia manifiesta, su incapacidad manifiesta y su poco amor por lo que ellos deberían hacer.
CC: ¿Tienen pensado volver a las calles en algún momento? SF: Sí, nosotros lo hemos dicho que el diálogo no nos puede alejar de esa auténtica manifestación de la población porque la población al salir a las calles solo ejerce la ciudadanía, por supuesto que la gente va a seguir manifestándose.
CC:La policía se fue a una huelga de un par de días por incumplimiento de acuerdos del año pasado ¿como lo ven y qué cree que puede pasar con los nuevos acuerdos? SF: A nadie le cumplen, por eso es que no podemos sentarnos a una mesa de diálogo, nosotros tuvimos acuerdos en 2017 que no se cumplieron que el señor Madero sabe perfectamente que no se cumplieron, que él se comprometió en convocar al ministro de Educación y de Salud para que cumplieran con el acuerdo del 5 de diciembre de 2017 que coincidió justamente con la huelga de la policía y que gracias a eso firmamos el acuerdo porque el gobierno estaba inflexible, sabemos que fue coyuntural, pero no ha cumplido. No le cumple nada, es un gobierno que carece de credibilidad por lo tanto difícilmente va a ser posible que entremos en un diálogo que no es un interlocutor válido tampoco.
CC: ¿Cómo ha sido el proceso del diálogo alternativo ciudadano que planean retomar este viernes? SF: La mecánica surgió como una necesidad de plantear una respuesta ante un diálogo convocado por el gobierno donde el interlocutor que tiene el gobierno carece de legitimidad porque a muchos de ellos las bases le han quitado la representatividad y la toma de decisiones. Otro es que el gobierno se encargó de levantar acusaciones con múltiples delitos y luego los sienta en una mesa de diálogo entonces ¿cómo usted puede tener resultados adecuados convocando a personas que no son representativas, con gente a fuerza sentada? Como alternativa la idea es iniciar un diálogo con personas representativas pero además de muchos otros participantes de la sociedad que pudieran aportar a soluciones que pudieran aportar a temas que nunca se han discutido.
CC: ¿Qué temas se plantean en este diálogo? SF: Se trata de incluir a pacientes en una propuesta de cómo mejorar sus procesos de diálisis, que aspiran ellos al llegar a un centro hospitalario como garantías, que necesitan tener, cuál es el costo de los medicamentos, como hacen cuando no hay. Entonces es conocer de viva voz quienes sufren las problemáticas y poderlos incorporar en una propuesta que nos vuelva a garantizar el acceso a sus medicamentos, terapias óptimas, que sean tratados con la calidez que requieren.
Algunas otras como juventud, que están temiendo los jóvenes universitarios, por qué han tenido un conflicto tan alargado, por qué no hay acceso a educación superior y se han reducido los cupos para entrar a la universidad y como recuperarlos, qué proponen, cómo abordar al ausentismo escolar, la deserción, los temores y si han pensado en retirar a sus hijos. Todas esas cosas no las podemos conocer si no hacemos que la ciudadanía participe en el diálogo, creo que nunca en Honduras se había planteado una situación como esta y queremos darnos esa oportunidad de poder construir desde lo público algo que verdaderamente funcione. El sistema de salud en los años 70 Honduras fue invitado en la conferencia Alma-Ata por su atención primaria en salud ¿y cuál era la diferencia? la participación ciudadana.
Lo exitoso de esa atención primaria en salud fue la participación ciudadana, la comunidad se encargaba de distribuir métodos de anticoncepción y reproducía charlas que los médicos daban, entonces hay que recuperar esas cosas que se han perdido.
CC: ¿Por qué cree que se perdió esa dinámica de involucrar a la comunidad? SF: Porque las políticas públicas han ido cambiando, ahora la salud se ve como un gasto que “no tiene un retorno” para el Estado, la salud debería ser vista como una inversión que no va a tener un retorno visible para el gobierno, sin embargo, si se traduce ese bienestar en satisfacción para la comunidad como disminución de violencia, de embarazo en menores y en salud preventiva, diagnósticos y manejos oportunos entonces al final si va a reducir el gasto del gobierno en salud. El 80% de las atenciones son de atención primaria, entonces hay que volver a optimizar ese 80 para aspirar a que ese otro 20 lo hagamos de una manera integral.
CC: ¿Qué esperan lograr con el diálogo alternativo? SF: La inclusión, si alguna vez tuvimos un buen sistema de salud y la gran panacea de ese modelo era la participación ciudadana entonces creo que podríamos recuperarlo si hacemos que la participación ciudadana vuelva a tener la preponderancia que tuvo y lo hizo exitoso.
CC: Para que esto sea realmente exitoso debe haber también un involucramiento y una responsabilidad desde el gobierno ¿cómo lograrían esto? SF: Claro, nosotros necesitaríamos tener un interlocutor del gobierno y ahí nos preguntamos, el gobierno vino el primer día del diálogo (martes) pero se hace presente con la idea de llevarnos a su agenda, entonces hay una incompatibilidad porque nosotros no estamos buscando prebendas, no estamos hablando de aumentos salariales, vacaciones ni ningún beneficio para el gremio médico estamos hablando de la mejora del sistema porque así como estamos no podemos seguir trabajando. Necesitamos que el gobierno adopte esto, ¿cómo pensamos hacerlo? es demostrándole al gobierno que están equivocados en sus políticas, ellos necesitan sentarse con la población porque si no tiene su respaldo no van a poder avanzar como gobierno y el pueblo hasta este momento no le está respaldando la toma de decisiones erróneas que están haciendo.
Entonces, que se de cuenta el gobierno que necesitan el respaldo del pueblo para continuar y que de no obtener ese respaldo popular, ellos también están en riesgo. Y los venideros gobernantes también aprendan: el construir ciudadanía no es solo para resolver la problemática actual sino construir a futuro para que también los gobernantes que vengan sepan que tienen que incluir en sus políticas a la población y no solo a grupos específicos que son los que ellos creen que sostienen el poder, el poder está sostenido por el pueblo y es a quien menos respaldo y apoyo se le ha dado.
CC: ¿Ha recibido alguna llamada directa del gobierno a su despacho para negociar? SF: A través de personas se ha dicho “queremos una reunión, pero solo con usted doctora” y nosotros les hemos respondido que eso no es posible. Éticamente no es posible porque lo que me planteen a mí no puede ser escuchado por una junta directiva o por toda una plataforma, si lo que voy a proponer es algo transparente y limpio lo puedo hacer públicamente pero aquí se ha acostumbrado a hacer este tipo de negociaciones, con un vino y galletitas finas, ahí es donde las cosas no avanzan en este país. Sí han propuesto reuniones de ese tipo a las que les hemos dicho que no.
CC: Este es un gobierno al que le han demostrado que no tienen el respaldo del pueblo, entonces para ustedes como gremio y plataforma ¿cuál es el siguiente paso? SF: Creo que la gran enseñanza es que los políticos entiendan que no lo tienen todo, que si creen que han podido manipular al pueblo no es así, el pueblo es consciente y de alguna manera se cansó y son generaciones que van cambiando y aprendiendo de las lecciones que han aprendido y van aprendiendo a sortear las grandes dificultades. El pueblo de repente se ha empoderado en este momento, ¿y qué sigue? es lo que el pueblo diga. Nosotros lo hemos dicho, nuestra lucha es conseguir que haya garantías de la prestación de servicios, esa es nuestra lucha desde el gremio médico y magisterio y el pueblo nos ha acompañado acá y lo que se ha logrado es gracias al acompañamiento de la población y a que las bases de estos gremios son las que han definido la ruta a seguir.
CC: Si el pueblo les ha acompañado hasta ahora ¿ustedes van a acompañarlo en lo que decidan? SF: Probablemente todos sepamos que un gobierno que nace ilícito no puede progresar y estamos totalmente de acuerdo. Creo que aquí muy pocos sectores han quedado en la línea de apoyo hacía la ilegitimidad y ahí será una decisión personal pero ahí se sale de las competencias del Colegio Médico, eso lo hemos dicho bien claro, nosotros llegamos hasta donde el mandato de la institucionalidad nos los permita, pero cada uno es un ciudadano y puede participar en otros ámbitos si así lo desea y es libre de hacerlo.
La Misión de Apoyo Contra la Impunidad y Corrupción (MACCIH) en conjunto con la Unidad Fiscal Especial Contra la Impunidad de la Corrupción UFECIC presentó el duodécimo caso de corrupción denominado Narcopolítica, una investigación que muestra cómo un gobierno trabajó en conjunto con el narcotráfico. Este caso se suma a la llama encendida de las protestas por la educación y salud pública del último mes y el reporte de medios internacionales que muestran a Juan Orlando Hernández en una lista de investigados por la DEA. Las protestas ya toman forma de bloqueos en carreteras y enfrentamientos entre manifestantes y policías, y de nuevo resuena en las calles el “Fuera JOH”.
En 2015 hubo dos detonantes de la crisis social y política: el descubrimiento del saqueo al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) para financiar campaña del presidente Juan Orlando Hernández y la entrega a las autoridades estadounidenses del cartel de narcotráfico Los Cachiros que en sus declaraciones de ese entonces mencionaron haber recibido apoyo de empresarios, políticos, militares y policías.
Así, el caso de narcopolítica, el primero de la MACCIH que incluye lavado de activos por narcotráfico a través de contratos con el Estado, comienza a investigarse con la declaración de Devís Leonel Rivera ante un juez en Estados Unidos en donde menciona que en 2009 se contactó con el expresidente Porfirio Lobo Sosa, en aquel entonces candidato presidencial del Partido Nacional justo tras el golpe de Estado.
Los Cachiros tenían la Empresa Inmobiliaria INRIMAR que durante el periodo de Porfirio Lobo Sosa consiguió al menos 21 contratos por un monto de más de 68 millones de lempiras (casi 3 millones de dólares) que aparentemente tenían como objetivo realizar obras viales en los departamentos de Olancho y Colón.
En el caso hay 12 personas acusadas de las cuales cinco ya pasaron por audiencia inicial en la que se les dictaminó auto de formal procesamiento, dos están extraditados en Estados Unidos y hay cinco prófugos de los cuales se dice que tres podrían presentarse esta semana a los juzgados.
Los imputados son Miguel Pastor, exministro de la Secretaría de Obras Públicas, Transporte y Vivienda (SOPTRAVI) así como Walter Maldonado, exdirector de carreteras, ambos acusados de falsificación para lavado de activos, abuso de autoridad, fraude, falsificación de documentos públicos y cohecho.
De igual manera, Deysi Zúñiga y José Manuel Valladares son imputados por falsificación de documentos públicos y complicidad en fraude. Mientras que Claudia Matute es acusada de ocho delitos de fraude y ocho por falsificación de documentos públicos.
Ya se presentaron ante la justicia las imputadas Carol Pineda y Luisa Montalván a quienes se les dictó prisión preventiva. Pineda enfrenta cargos por fraude y falsificación de documentos, mientras que Montalván está acusada de complicidad.
Para algunos analistas, las personas con requerimientos no son suficientes. Raúl Pineda, un analista de larga trayectoria nacionalista, exdiputado y allegado al círculo de Juan Orlando antes que éste fuera presidente de la república por segunda vez, menciona que en este caso hay acusaciones contra empleados subalternos, pero no para los jefes que tomaban las decisiones.
“Se sacaron personas que estaban involucradas en ese ilícito para protegerlas, los que están ahí son ángeles caídos, personas que pudieran estar comprometidas o no pero los jefes de ellos, los decisores, no están ahí y eso demuestra una gran debilidad del Ministerio Público y de la MACCIH… No es primera vez que pasa que redactado un requerimiento fiscal, se excluye a las personas más ligadas con el que manda el país” señala Pineda poniendo en duda la independencia de la Misión.
Pineda asegura que lo único que sostiene al gobierno de Hernández es el gobierno de Estados Unidos, “habrá otras declaraciones, extradiciones que van a revelar si el presidente y su círculo inmediato estaba involucrado en esto o no, hasta este momento lo que se cierra sobre él es una sospecha mortal porque lo de su hermano no es punto de debate y eso nos guste o no, lo compromete a él”.
Negocios con narcotraficantes
Miguel Pastor y Walter Noé Maldonado fueron quienes le otorgaron contratos a la empresa INRIMAR. La mayoría de las obras no se realizaron y en otras el dinero se cobró años después, “el propósito de la asignación de estos contratos era básicamente prestigiar y legitimar a la empresa INRIMAR, para poder lavar dinero proveniente del tráfico de drogas internacional” señala el comunicado de la MACCIH.
Además, aseguran que existe evidencia de que Miguel Pastor y Walter Noe Maldonado viajaban junto con Fabio Lobo, hijo de Lobo Sosa, en un helicóptero pagado por el señor Devís Leonel Rivera durante la campaña electoral y además se tiene evidencia que era el señor Fabio Porfirio Lobo Lobo, quien se encargaba de que los contratos fueran otorgados a INRIMAR por parte de SOPTRAVI, aun cuando en esa época no había presupuesto disponible en dicha institución para pagar esos contratos.
Según una auditoría del Tribunal Superior de Cuentas (TSC) uno de los contratos otorgados a Los Cachiros fue la Reconstrucción de Vado El Encino, con 30 metros en el Municipio de Catacamas. Este fue supervisado por la Empresa Construcción y Supervisión Vanvitelli, S. de R.L. de C.V. cuyo representante legal era el imputado José Manuel Valladares y al menos hasta 2017 recibieron supervisiones de obras.
La auditoría señala que la empresa Vanvitelli presenta en su informe final fotografías que no corresponden a la realización del proyecto en mención, las fotografías presentadas corresponden a otros proyectos de emergencia, incumpliendo con la Ley de Contratación del Estado, así como con el mismo contrato y el marco Rector del control interno institucional de los recursos públicos.
Devis Rivera Maradiaga reveló en su declaración en Estados Unidos que los contratos con SOPTRAVI el Fondo Vial y la ENEE se le adjudicarían a cambio de un pago del 10 al 20% a Fabio Lobo.
De acuerdo con la investigación de la MACCIH, al menos 5 contratos adjudicados a INRIMAR se dieron durante un estado de emergencia por la tormenta Agatha decretado por el presidente Lobo en junio de 2010. Estos decretos no incluían el departamento de Olancho porque no presentaba una situación tan grave como los demás y posteriormente se incluyó en una ampliación.
El Estado de emergencia permite que las contrataciones directas, pero estas deben ser aprobadas por el presidente, “Los contratos que se suscriben en situaciones de emergencia, requerirán de aprobación posterior, por acuerdo del Presidente de la República, emitido por medio de la Secretaría de Estado que corresponda, o de la Junta o Consejo Directivo de la respectiva Institución Descentralizada o de la Corporación Municipal, si es el caso” establece la Ley de Contratación del Estado en su artículo 9.
Las autoridades aún tienen pendiente orden de captura contra Marlon Yovany Aguilera Flores, Carol Ivone Pineda Baide y Norberto Antonio Quezada Suazo, Lucas Velázquez Ramos, Luisa María Fonseca, por los delitos de falsificación de documentos públicos cómplice necesario y fraude.
Uno de los contratos adjudicados a INRIMAR en 2012 por el monto de 28 millones de lempiras, se firmó entre Devis Leonel Maradiaga y el presidente del Fondo Vial de aquel momento, Hugo Ardón Soriano. Ardón presidió esa dependencia durante el gobierno de Lobo y el primer año de gobierno de Hernández, es hermano del ex alcalde de Copán, Amílcar Ardón Soriano que en enero de este año fue acusado en Estados Unidos por “delitos relacionados con el tráfico de drogas a gran escala”.
El hermano de Hugo Ardón fue alcalde de El Paraíso, Copán, entre 2000 y 2015, posición que utilizó para facilitar el tráfico de drogas. Geoffrey Berman, abogado de la corte de Manhattan, señaló que Amílcar Ardón trabajó junto a Mario José Cálix y “conspiraron para importar cantidades masivas de cocaína a Estados Unidos y usaron armas pesadas para proteger envíos de drogas. Ardón Soriano supuestamente utilizó su posición como alcalde hondureño para facilitar el tráfico de drogas y para imponer un impuesto a otros traficantes, lo que generó durante el proceso millones de dólares”.
Las figuras presidenciales señaladas por narcotráfico
Durante la presentación del caso, se mencionó que el expresidente Porfirio Lobo no tiene un requerimiento en su contra por decisión del Ministerio Público, aseguran que hay una investigación individual en su contra.
El expresidente reaccionó defendiéndose de los hechos y denunciando a la MACCIH por mencionar su nombre sin pruebas. Para Lobo existe un pacto de impunidad entre el presidente Hernández y Luis Almagro, Organización de Estados Americanos (OEA), “La selectividad en las acciones evidencia que lo hay, no son las palabras sino los hechos que dicen que aquí hay una muralla que no se pasa que es 2014” Lobo cuestiona cómo en seis años del gobierno de Hernández no hay investigaciones en su contra, a pesar de que en algunos medios de comunicación han mencionado actos de corrupción.
Porfirio Lobo Sosa en su casa de habitación. Foto: Martín Cálix.
El caso presentado por la MACCIH se da en el mismo contexto en que documentos desclasificados en una corte federal de Nueva York menciona que desde 2013 se inició una investigación de la Agencia Antidrogas en Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés) por “tráfico de drogas a gran escala y actividades de narcotráfico y lavado de dinero en relación con el ingreso de cocaína a Estados Unidos”, en la que aparece el nombre del presidente Hernández, su hermana Hilda, Ebal Díaz, uno de sus asesores más cercano, y el actual ministro de seguridad Julián Pacheco.
Estos documentos se hicieron públicos como parte de las mociones preliminares al juicio de Tony Hernández, hermano del presidente, programado para septiembre. Tony fue arrestado en 2018 en Miami y está siendo acusado de organizar durante años la importación de toneladas de cocaína a Estados Unidos.
De acuerdo con la información pública, la DEA pidió a las empresas Apple, Mircosoft, Yahoo, AOL y Google proporcionar toda la información de los títulos de los correos electrónicos de varias cuentas. Aunque por el momento no se ha confirmado si finalmente accedieron a esa información.
Mientras tanto, el gobierno de Hernández emitió un comunicado posterior a la información pública en el que dice que las acusaciones son falsas, “irritados por haber sido enjuiciados y extraditados por el presidente Juan Orlando Hernández, varios líderes narcotraficantes de Honduras acusaron falsamente al presidente y sus colegas ante el gobierno de Estados Unidos en el año 2015” añaden que la DEA reconoció la colaboración de Hernández en la lucha contra el narcotráfico.
Sin embargo, el expresidente Lobo habla desde su experiencia con la extradición de uno de sus hijos acusado de trabajar junto a Los Cachiros, menciona que las investigaciones en estos casos duran mínimamente cinco años, que sería difícil que la de Hernández estuviera cerrada en tan poco tiempo.
“Si hay un evento nuevo es otra investigación y lo de su hermano pasó recientemente, investigan todo el núcleo familiar: los bienes que tenga, todo… Tenga la garantía de que tienen que estarlo revisando a él, a los hermanos, a los padres, las esposas, los hijos. Lo revisan todo, lo hacen de oficio para ver y verificar que la familia no esté ligada ni relacionada” concluyó Lobo, mientras en las calles de Honduras las protestas no paran, los liderazgos sociales involucrados no aceptan diálogo y ya la única vía de demanda es bloquear el país ante las acciones del gobierno de Hernández, cuestionado en mayor escala desde su segundo mandato.
Terminó la convocatoria al paro nacional demandando la derogación de varios decretos que declaran emergencia en el sector salud y educación y el diálogo al que llamó Juan Orlando Hernández fracasó, con la ausencia de los sectores demandantes mientras que la represión ya deja decenas de heridos en todo el país y varias arterias carreteras aun bloqueadas. Ya pasó alrededor de un mes desde que se inició el debate sobre la presunta privatización de los servicios de salud y educación a través de varios decretos ejecutivos, entre ellos los que declaran emergencia para el sector educación: el PCM016-2011, el PCM018 que prohíbe reuniones y tomas de centros educativos y los PCM26 y 27 para el sector salud donde nuevamente declara emergencia al sistema educativo y de salud para crear comisiones interventoras. Ese debate rápidamente salió a las calles por la negativa del gobierno de Hernández de derogar los decretos y abrir un diálogo sobre la reestructuración de estos dos sectores partiendo de la realidad de saqueo que ha venido sufriendo en la última década. No se había visto un paro de este tipo desde la crisis desatada tras las elecciones en las que Hernández se reeligió en medio de denuncias de fraude y a pesar de no ser permitida la reelección por la Constitución de la república.
Esta semana , las manifestaciones crecieron con el llamado a un paro nacional que ya suma 48 horas de protestas en las que ya se unieron estudiantes, enfermeras y grupos de resistencia contra el gobierno de Hernández. Para encender más la llama, en el Congreso Nacional los diputados de oposición realizaron una protesta que terminó en golpes porque se aprobaron varios contratos sin quorum, uno de ellos el aumento del techo de préstamo para la concesionaria del aeropuerto Palmerola y el contrato con la empresa Oracle para la ubicación de archivos del Registro Nacional de las Personas en una nube, servicios avanzados de migración y administración de datos y diligencias de consultoría y desarrollo por un monto de 7.6 millones de dólares. Y mientras los diputados se iban a los golpes en el Congreso Nacional, la policía nacional se enfrentaba con manifestantes y el presidente era noticia en los medios de comunicación internacionales por aparecer en una lista de personajes investigados por narcotráfico en Estados Unidos. Las protestas por la no privatización de la salud y educación terminaron en la consigna de la crisis postelectoral: la renuncia de Juan Orlando Hernández.
Estudiantes de Ciencias de la Salud se suman al Paro Cívico convocado por el Magisterio y Médicos en la ciudad de Tegucigalpa, 31 de mayo de 2019. Foto: Martín Cálix.
Algunas personas discuten frente a la Embajada de los Estados Unidos en Tegucigalpa, no logran ponerse de acuerdo: unos están en contra de la quema de llantas en la entrada de la sede diplomática y otros están a favor, 31 de mayo de 2019. Foto: Martín Cálix.
Un grupo de maestras se subió a un pick-up luego de correr un tramo desde la toma hacia el centro de Choluteca debido a las detonaciones de armas de fuego de la Policía Nacional y sus fuerzas especiales, quienes disparaban escondidos en la distancia de los potreros a ambos lados de la CA-5 Sur, 30 de mayo de 2019. Foto: Martín Cálix.
Jóvenes sostienen una manta con la leyenda «La educación es la vacuna contra la ignorancia» durante las protestas del primer día del #ParoNacional. Foto: Fernando Silva
Muchas personas tuvieron que hacer varios kilómetros a pie debido al corte de carretera en la entrada desde el norte a Choluteca, 30 de mayo de 2019. Foto: Martín Cálix.
Un pick-up de la Empresa Energía Honduras (EEH) fue incendiado durante el primer día del Paro Cívico en Choluteca, el día anterior, otro vehículo de la misma empresa fue quemado en el centro de la ciudad, los altos costos de la energía eléctrica y el exceso de proyectos de generación de energía que afectan todo el departamento de Choluteca ha provocado un mayor repudio hacia la empresa de energía, 30 de mayo de 2019. Foto: Martín Cálix.
Quema de llantas impiden que camiones continúen su paso por la CA-5 Sur que conecta a Tegucigalpa con Choluteca, 30 de mayo de 2019. Foto: Martín Cálix.
Una mujer policía recoge los restos de lo que fue un enfrentamiento entre la Policía Nacional y manifestantes en el bulevar Fuerzas Armadas de Tegucigalpa, 31 de mayo de 2019. Foto: Martín Cálix.
Muebles en llamas, en medio de las principales calles de Tegucigalpa, durante las protestas de ayer. Foto: Fernando Silva
Dos jóvenes apilan neumáticos en la entrada del edificio de la Embajada de los Estados Unidos para ser quemados en ese mismo lugar, 31 de mayo de 2019 Foto: Martín Cálix.
Un joven encapuchado se cuelga de las cámaras de seguridad de la Embajada de los Estados Unidos, las que fueron arrancadas y quebradas por los manifestantes, 31 de mayo de 2019. Foto: Martín Cálix.
Un soldado del Ejército hondureño intenta mitigar las llamas en la entrada de la Embajada de los Estados Unidos con un extintor portátil. El Ejército fueron los primeros en llegar hasta la sede diplomática, 15 minutos más tarde llegaría el cuerpo de bomberos, 31 de mayo de 2019. Foto: Martín Cálix.
La sede diplomática más importante en Honduras, el edificio de la Embajada de los Estados Unidos en Tegucigalpa, no sufría un atentado de esta magnitud desde el 7 abril de 1988, cuando también fuera quemada, 31 de mayo de 2019. Foto: Martín Cálix.
Hombres caminan junto a una bandera amarrado a una varilla. Foto: Fernando Silva
Katherine Reyes (27), estudiante de sexto año de la carrera de medicina de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras personificó durante una de las marchas a las pacientes de las zonas más pobres del país, a las que atiende a diario. Foto: Fernando Silva
Una mujer adulta se tapa la cara del sol con una rama, durante las manifestaciones del primer día del #ParoNacional en Tegucigalpa. Foto: Fernando Silva
El 25 de mayo se celebra el día del periodista hondureño como conmemoración de la primera impresión del Diario Oficial La Gaceta, el periódico estatal donde se publican las leyes ya ratificadas del país. Entonces, se concibe como un día propicio para celebrar a los periodistas, el día que se publica un periódico de la institucionalidad que el periodismo debe auditar, del cual debe representar contrapoder. Algo no está bien.
Ya pasó casi un siglo de esta tradición, y no vamos a analizar todo lo que ha sucedido en casi 100 años con la prensa hondureña, sus diversas mutaciones ante regímenes militares, caricaturas de democracias, fraudes electorales o dictaduras disfrazadas de democracia y cooptadas por el crimen organizado. No, en este editorial nos vamos a enfocar en la celebración de este año, particularmente la que tanto espera el gremio: la que viene del Congreso Nacional.
Pues así como del Congreso Nacional salen las leyes que han manipulado a los medios de comunicación ya sea por la vía del chantaje, como con la ley de publicidad oficial o por la vía de la penalización como con los delitos contra el honor con el nuevo Código Penal, también de este poder del Estado se otorgan los más altos galardones para toda categoría de periodistas: los fotógrafos, los cronistas deportivos, los reporteros regionales, el periodista mayor generador de opinión pública, etc. Y el gremio se viste de gala, cada año, para recibir los aplausos de pie de los diputados, cuya mayoría están siendo investigados por actos de corrupción. Sí, esa corrupción que nos toca a los periodistas investigar, la misma.
Hubo un ligero cambio de planes, y este año, en medios nacionales, la nota sobre el día del periodista hablaba de una celebración no tan elegante, porque la premiación se trasladó de las instalaciones del Congreso Nacional por la amenaza de que los diputados de la oposición la boicotearan con sus pitoretas. Pero eso no opacó la fiesta, el gremio formalmente reconocido por estar colegiado o por pertenecer a una asociación de trabajadores de la prensa, se movilizó para ser celebrado por diputados del Congreso Nacional a otro sitio, quizá no se movilizó tanto a reportear este país en la década más oscura que hemos vivido en la última era, una década inaugurada por un golpe de Estado que no solo quebró más la endeble institucionalidad hondureña sino que dejó una cadena de corrupción que cada año suma eslabones y que se blinda con pactos de impunidad entre el poder ejecutivo, el poder judicial y el poder legislativo. El circo, para distraer, lo celebra la prensa, orgullosa de ser galardonada por los diputados que este año, poco antes del 25 de mayo nos regalaban una buena mordaza a todos los que estamos en el ecosistema de medios.
El mayor premio que ha dado este Congreso Nacional ha sido la reciente aprobación del Código Penal, donde se rebajaron las penas por los delitos contra el honor (ignorando las recomendaciones internacionales de despenalizarlos por completo) pero agregando delitos, como el de injuria y calumnia contra instituciones supervisadas, y sumando agravantes como la difusión de injurias y calumnias por redes sociales e internet. Por otro lado incluyeron delitos como el de difusión de noticias o rumores falsos y abuso de información privilegiada, ciberterrorismo o el de daños a los sentimientos religiosos que parecieran no estar vinculados a la profesión o al derecho a la libre expresión, pero por la ambigüedad podría aplicarse a quienes hacen periodismo de investigación, sobre todo los que buscan en las aguas turbias de empresas privadas, sistemas financieros, oenegés moviéndose en las olas de la corrupción y el lavado de activos.
Entonces, el Congreso hace fiesta y da premios a los periodistas, que creyéndose en el libre ejercicio de su profesión, perpetúan un sistema de impunidad que mantiene a la gente inmóvil ante el horror o ante la pornografía noticiosa, y por otro lado castiga a los que hacen periodismo lento, riguroso y comprometido con revelar cómo funciona y a quiénes afecta el ejercicio del poder cuando éste sirve para sostener un régimen criminal. Los periodistas premiados en el Congreso Nacional no recuerdan ni el pasado reciente, el que ya cuenta con 77 periodistas asesinados y no se sabe cuántos exiliados por razones que ni siquiera se conocen porque la justicia va en cámara lenta. Mucho menos recordarán que alguna vez en la facultad o en alguna conversación salió la discusión sobre para qué sirve el periodismo y quizá alguien dijo que para hacer contrapeso al poder o para buscar la verdad, para dar un servicio vital que hace que el derecho a la información libre y veraz exista.
El periodismo hondureño enfrenta una tarea ineludible, la de un cambio de paradigma que provoque no solo verdaderos debates intelectuales sobre el oficio periodístico, también la de abandonar la capitulación de premios que aderezan la silenciosa complicidad de las corporaciones televisivas, de prensa y radiales que tienen secuestrado el periodismo evitando que Honduras sea verdaderamente contado y comprendido.
Por: Juan Martínez d´Aubuisson
Fotografía de archivo: Sandre Ruiz
El día 4 de mayo el periódico New York Times publicó un reportaje sobre una comunidad de San Pedro Sula que ha decidido pelear contra la pandilla más poderosa de Mesoamérica y de buena parte de los Estados Unidos. La Mara Salvatrucha 13 (MS13). Esas mismas personas creen que esa publicación ha puesto en riesgo, más de lo que ya están, sus vidas. Dicen que las fotos fueron tomadas sin consentimiento y que nunca autorizaron al periodista a publicar sus nombres. Creen que el periodista Azam Ahmed y el fotógrafo Tyler Hicks de New York Times han contribuido en acelerar una muerte que esperan desde hace años.
La comunidad del reportaje está en lo profundo del Sector Rivera Hernández. Probablemente el sector más violento de todo Honduras. Es un lugar que oscila entre lo urbano y lo rural. Las calles son de tierra al igual que muchas de sus casas. Las familias son muy pobres y la violencia más brutal es la cotidianidad. El sector es disputado por varias pandillas. A veces son 7 a veces 6, a veces 8. Se extinguen y nacen con la rapidez de los tiros. En este sector la autoridad es compartida entre el Estado y los bandidos.
El reportaje va sobre la historia de un grupo de chicos que decidieron pelear contra la MS13 para impedir su entrada al barrio y las vejaciones y destrucción que esto conlleva. Se armaron como pudieron y pelearon. Como era de esperar perdieron. Varios fueron raptados y otros huyeron. La gente del barrio, incluidos hombres y mujeres mayores, ha retomado la lucha contra la gran pandilla con iguales resultados. En esta historia David es raptado por Goliat y su cuerpo es abandonado en alguna barranca del Rivera Hernández.
En el reportaje se cuenta la historia de los perdedores con gran detalle. Se dicen sus nombres reales, se muestran fotografías de sus rostros, se dice la ubicación de sus casa, se muestra el vehículo en el que uno de ellos se mueve todos los días hacia su trabajo. Incluso se publicó fotografías de sus dos hijas frente a su casa. Si ya eran una molestia local para la pandilla MS13 ahora son un target especial. Se publicó en uno de los medios más grandes del mundo que un grupo de muchachos inexpertos y mujeres mayores han logrado mantener a raya la pandilla más poderosa del país y de la región. Una mujer del barrio, a quien el periodista dejó expuesta al publicar su rol dentro del grupo de auto defensa y fotos de su rostro y de sus hijos, lo expresa de la siguiente forma: “ se vino a cagar en la olla de leche. Nunca le di permiso para publicar mi nombre ni mis fotos. No me di cuenta cuando me las tomó. Ese hombre le puso precio a mi cabeza”.
Tiempo atrás, otra mujer, esta vez una reconocida periodista, dijo en una ponencia “ hay que tratar a todas las fuentes como si tuviesen millones de dólares para demandarnos” tal parece que New York Times trató a estas gentes como lo que son: hondureños muy pobres sin un centavo para demandar a nadie.
Conozco a algunas de estas personas desde 2015, cuando llegué por primera vez para escribir un libro sobre la ciudad. En esta comunidad las reglas siempre han sido claras. No se publican los nombres y no se toman fotos de rostros. Siempre hemos tenido claro que estas cosas les incrementan mucho el riesgo de morir a manos de sus enemigos. Una de las fuentes del reportaje asegura con mucha convicción no haber dado su consentimiento en ningún momento para que publicaran su rostro o su nombre, o el de sus hijos. El periodista asegura que pidió permiso. La gente afectada dice que no. Es obvio que hubo una seria confusión. En todo caso es responsabilidad de los periodistas dejar las cosas claras, no de las fuentes.
Desde mi punto de vista estos errores parten del absoluto desconocimiento de las dinámicas sociales de las comunidades. Estos espacios, sobre todo el Rivera Hernández, son tremendamente complejos y la paz o el caos dependen de hilos muy endebles. En este lugar una muchacha puede morir por las palabras mal empleadas de su vecina. Un vendedor de pan puede terminar en una zanja por pasarse dos calles de su recorrido habitual o por usar una camisa con una letra, color o un número incorrecto. La esencia de las pandillas tiene que ver con el prestigio, y la violencia con las afrentas a este. Es asombrosa la larga lista de acciones que pueden ser interpretadas como una afrenta al prestigio por parte de los jóvenes pandilleros. Azam y Tyler no entendieron esto. Es difícil si solo le dedicas unos días a este tema.
Escribí al periodista Azam Ahmed para consignar su versión de los hechos. Le comenté que estaba escribiendo esta columna y le pregunté si las personas habían dado su consentimiento sobre publicar sus rostros y sus nombres. Su respuesta a mi correo fue: “HAHAHAHA”. Días después se excusó. Dijo no tener idea de cómo el correo se había enviado solo y accedió a bajar las fotografías de los rostros. Sin embargo el material llevaba varios días en línea y había circulado como pan caliente por los celulares de todo Rivera Hernández.
Luego recibí un correo del director de comunicaciones de New York Times diciendo que todas las personas dieron su consentimiento para participar en la historia, que como ocurre siempre con este periódico cumplieron todas las normas de ética.
New York Times no son los únicos en hacer este tipo de reportajes. Rivera Hernández ha sido tiro seguro para las grandes cadenas de medios internacionales que quieren retratar la violencia salvaje de América Central. El mecanismo es sencillo: contratan a periodistas locales, fixer, y les hacen una lista de cosas que necesitan grabar durante los pocos días que permanecerán en la ciudad. Los guías no se arriesgan mucho, van a Rivera Hernández. Esas listas siempre incluyen cadáveres, pandilleros, tatuados del rostro de ser posible, víctimas de la violencia, lo más desgarrador que se pueda encontrar, y por supuesto un tour en un pick up de la policía persiguiendo pandilleros. Todo esto lo encuentran en un solo lugar. Solo hace falta poner en youtube el nombre del barrio y podrán ver una larga lista de estos video- reportajes. Vistazos rápidos al salvajismo del tercer mundo.
En Honduras el silencio y la desconfianza son la norma. En el barrio Rivera Hernández el mantenerte callado puede ser lo que te separe de la muerte. La guerra entre las pandillas genera un ambiente hostil en donde cualquier vecino puede ser tu enemigo y cualquier extraño un asesino. Con todo esto la gente de la comunidad abrió sus puertas a los periodistas extranjeros y les dejaron conocer su intimidad. Les abrieron las puertas de su casa y les presentaron a su familia. Estas concesiones tan grandes en un entorno tan hostil debieron ser tomadas en cuenta. Una buena historia no vale una vida.
El reportaje está en línea. Incluso fue traducido al español. New York Times, Azam y Tyler tienen un cheque más en su lista de lugares salvajes explorados. Mientras tanto, en ese barrio miserable y caluroso, hay un grupo de vecinos que viven aterrados porque creen que ahora, después del reportaje, la MS13, y la muerte, está un paso más cerca de ellos.
El brasileño, exprocurador del Estado de Sao Paulo, Luis Guimarães termina su trabajo como vocero de la Misión de Apoyo contra la Corrupción e Impunidad (MACCIH) en 40 días. En un año de mandato, Guimarães asegura que deja una propuesta de ley de Colaboración Eficaz más clara y mantiene la filosofía con la que recibió el cargo: «no hay margen para hablar, se tiene que trabajar de manera profesional, los hechos van siendo descubiertos».
Desde que la Misión de Apoyo Contra la Impunidad y Corrupción (MACCIH) comenzó en 2016 ha presentado 10 casos que en total suman a 111 imputados entre diputados, otros funcionarios públicos y familiares de estos, acusados de malversar casi 400 millones de lempiras en diferentes actos de corrupción: desvío de fondos desde ong’s o despachos de gobierno, irregularidades en concesiones, sobrevaloraciones en equipo médico o contratos con el Estado, así como la denuncia del Pacto de Impunidad que intentó frenar las investigaciones contra diputados. En el período de Guimaraes, se presentaron siete nuevos casos: «Caja Chica del Hermano», «ampliación del Caso Pacto de Impunidad», «Licitación Fraudulenta del Instituto de seguro Social», «Arca Abierta», «Fraude sobre el Gualcarque», «Patuca III» —Colusión y corrupción, así como el requerimiento de aseguramiento de bienes relacionados al caso Caja Chica de la Dama.
Guimarães, con estos resultados, asegura que a pesar de la tendencia que pudo haber marcado la expulsión del Comisionado de la CICIG en Guatemala, en Honduras la misión de la OEA está garantizada, porque el gobierno de Estados Unidos tiene la voluntad de seguir financiándola y porque la relación del gobierno de Honduras con la Maccih ha sido cordial y de eso depende en gran parte.
La llegada de Guimarães a Honduras tardó alrededor de 4 meses ya que tras la salida del peruano Juan Jiménez Mayor en febrero de 2018, el Presidente de Honduras no aceptó la propuesta que Almagro presentó en abril, hasta en junio que Heide Fulton, encargada de negocios de la Embajada de Estados Unidos hiciera un llamado de atención para resaltar la urgencia de nombrar el vocero de la misión. La presión de la Embajada estadounidense ha sido clave también para la reelección del fiscal general y la garantía que éste trabaje con el apoyo de la Maccih.
Ya en la recta final de su mandato, Guimarães acepta recibir medios de comunicación en su oficina, ahora habla con la tranquilidad de quien ha cumplido un trabajo en un país como cualquier otro, con redes de corrupción enquistadas en el Estado. Nos recibe a nosotros para hablar de su mandato y de la importancia de la aprobación de la ley de colaboración eficaz en un contexto en el cual el Congreso Nacional ha aprobado un código penal que reduce penas por delitos de corrupción y buena parte de la sociedad pone como expectativa llegar a la presidencia de la república con las investigaciones por corrupción.
CC. ¿Cómo fue este año en Honduras? ¿Qué sabía y qué es lo que se encontró en Honduras?
LG. Ha sido un año de mucho trabajo, la misión es algo importante en la vida de Honduras y también para la OEA, una forma de colaboración en un país soberano. Tenemos un equipo muy bueno, profesional, hemos trabajado muy bien con la UFECIC (Unidad Fiscal Especial contra la Impunidad) del Ministerio Público (MP) y con las instituciones en general. El problema de corrupción existe en muchos países, la cuestión es siempre cuál es la relación de las instituciones del país frente a una situación de corrupción, creo que hemos abierto otros caminos ayudando al MP que es la institución que debe tomar la iniciativa de combate a la corrupción, creo que también hemos hablado de los temas institucionales para el país, he presentado el informe al Consejo Permanente de la OEA con algunas ideas y sugerencias. Yo he sido bien recibido por el pueblo hondureño, pero mi mandato termina el 30 de junio, nadie es insustituible y tengo certeza que el trabajo se va a mantener.
El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, resaltó los resultados ofrecidos por la Misión. «Valoramos el informe y el papel de la MACCIH en la lucha contra la corrupción, en especial, en la construcción de un sistema nacional anticorrupción que ha permitido la investigación de siete casos más de gran corrupción en estos últimos meses», afirmó. «Con esto, ya son once los casos que los equipos integrados UFECIC – MACCIH han logrado judicializar desde su creación en el 2017», agregó.
CC: En esta etapa de la Maccih con usted en la vocería, ¿cuáles han sido los retos más importantes de la Misión?
LG: En todos los países para hacer investigación y proponer acciones penales, crímenes de corrupción es necesario que se trabaje con profesionalismo y que se tenga independencia, la independencia de las instituciones de justicia es fundamental para tener resultados. Creo que hemos avanzado con la creación del circuito judicial anticorrupción pero no hay resultados milagrosos, esto es una cosa que debe pasar, es una evolución de las instituciones que se tiene que hacer.
CC: ¿Hay voluntad para hacerla?
LG: Creo que la sociedad hondureña tiene voluntad, pasa como en cualquier sociedad, que hay gente que quiere cambiar la situación y hay gente que no quiere, sería bueno que la mejoría de las instituciones sea voluntad permanente.
CC: Mucho de esto pasa por el Congreso Nacional, la aprobación de la ley de colaboración eficaz y la misma renovación del convenio con la Maccih y ese es un congreso, en el que muchos de los diputados han sido acusados por la Ufecic ¿cómo ve la correlación de fuerzas allí?
LG: Esto no me compete a mí analizar, esto es un análisis que debe hacer el pueblo hondureño, también la renovación del mandato de la misión, hay un artículo en el convenio que dice que es necesario un intercambio de notas entre el gobierno y la secretaría general de la OEA pero los avances dependen de la voluntad general, expresada por la sociedad, no es una institución de una organización internacional que va a hacer los cambios, nosotros ayudamos, hacemos la colaboración pero el protagonista de las mejorías institucionales debe ser el pueblo hondureño y las instituciones hondureñas.
CC: ¿Cuál es la importancia de la aprobación de la ley de colaboración eficaz para el trabajo de la Maccih?
LG: Para el combate al crimen organizado, las organizaciones criminales, violentas o de de crimen de cuello blanco, es un instrumento importante. Una ley como esta no va a resolver por sí misma los problemas pero da al MP y al Poder Judicial una herramienta, muchas veces para llegar a los jefes de las organizaciones criminales, se tiene que obtener una colaboración de uno de sus integrantes, este proyecto tiene los instrumentos necesarios para que en algunas circunstancias esta colaboración sea hecha. Otros países latinoamericanos, países con sistemas parecidos lo tienen, no veo razón para que Honduras no la adopte, claro que es legítima la discusión sobre el proyecto y que se perfeccione. No hay proyecto perfecto pero este se ha hecho con colaboración de la Procuraduría General de la República y el proyecto ahora es mejor que el anterior.
CC: ¿En qué cambió?
LG: Es más claro, hay la explicitud del control judicial y las situaciones en que el juez no debe aceptar la colaboración, este proyecto está más adelantado que el anterior, se tiene que discutir.
CC: ¿En qué radica la resistencia en atrasar la revisión y aprobación?
LG: La preocupación tiene un poco de todo, es posible que existan operadores del derecho que tengan dudas auténticas sobre la mejor forma de hacerlo, claro que hay personas que no quieren esta solución porque le temen, el ideal en una situación como esta es hacer un buen debate en el Congreso, llamando especialistas sobre el tema, examinando el texto del proyecto y que cada uno responda a su elector. Este no es un tema de interés de la misión sino de las instituciones y de la justicia en Honduras.
CC: El discurso que predomina es que estas leyes lo que permiten es la negociación con criminales, como una nueva forma de impunidad…
LG: No es una forma de impunidad, ha sido utilizada en otros países. En Italia, por ejemplo, el enfrentamiento contra instituciones mafiosas ha sido hecho con este instrumento, en Brasil las principales operaciones contra la corrupción han sido hechas con este instrumento, es una ponderación de valores y de utilidades, por esto, un colaborador va a proporcionar información y el beneficio que va a tener será proporcional a la colaboración que haga, no es algo arbitrario, por esto es que este proyecto está más organizado y lo deja claro.
CC: ¿No tener este instrumento ha sido un obstáculo para la UFECIC en los casos que apoya la Maccih?
LG: La Ufecic tiene que trabajar con la ley vigente en el país, un instrumento como este podría traer ventajas, se continúa trabajando pero es un instrumento útil que va a facilitar en el objetivo de llegar a las cabezas de las organizaciones criminales.
CC: Con lo que está pasando en Guatemala, aunque son misiones distintas, ¿cómo leen ustedes la situación de la Maccih en Honduras estando cerca de la discusión de renovación de mandato?
LG: Las situaciones son diferentes, aquí hay una relación institucional que ha sido cordial con el Estado hondureño, aunque hemos tenido una que otra visión diferente sobre el problema. Cuando la CICIG fue expulsada del país no tengo duda de que algunas personas aquí se quedaron contentas pensando que la solución aquí sería la misma. La relación de la misión dentro de su mandato con los poderes del Estado hondureño es muy diferente a la de Guatemala.
Luis Guimarães, vocero de la MACCIH 2018-2019 Foto archivo/Martín Cálix
CC: ¿La relación de la Maccih con el Ejecutivo y con el Legislativo es igual o tienen más tensiones con uno?
LG: No hay que analizar cada uno, es fundamental que la misión cumpla su deber dentro de la institucionalidad del convenio, no es objetivo de la misión sustituir la institucionalidad de un país y eso lo dejé claro desde el inicio. Entonces hemos trabajado, hemos dado ideas, no dejamos de hacer observaciones críticas contra proyectos de ley que pongan en amenaza el trabajo del MP, esto tiene que ser hecho con tranquilidad y profesionalismo.
CC: Cómo reciben las expectativas de la sociedad, es común escuchar de denuncias que no se reciben…
LG: Hay expectativas legítimas, las personas tienen que saber que son las instituciones hondureñas las que deben hacer las labores investigativas. Las personas tienen una visión errada de la misión que es de apoyo y no de sustitución, es muy diferente a lo que pasó en Guatemala donde la misión de la ONU tenía poderes de investigación propia, aquí no, aquí tenemos que apoyar el MP, entonces creo que algunas personas tienen una visión errada sobre las posibilidades de la misión, algunas personas lo hacen por el choque político del país y yo he dejado claro que no dejaré usar a la misión como instrumento de lucha política, la lucha política debe ser hecha por los partidos y los hondureños, no por una misión de la OEA, en una sociedad con libertad de expresión se habla de todo aquí, se tiene que mantener la tranquilidad para trabajar dentro de los marcos de la institucionalidad.
CC: ¿Qué avances ha tenido el sistema de justicia e investigación en Honduras con el apoyo Maccih?
LG: La creación de la UFECIC ha sido un avance, claro que es necesario esfuerzos, la UFECIC está trabajando a su límite de capacidad, también es un avance, la creación de juzgados especializados en corrupción estos son avances importantes para lograrlo. La creación de la unidad de protección de jueces, capacitaciones, informe del centro de la justicia de las Américas que ha sido presentado con buenas ideas para el cambio del sistema penal de Honduras, no podemos ni queremos adoptar soluciones a las instituciones hondureñas sino solo aportar ideas con estándares internacionales.
CC: Ese apoyo de la Maccih al MP ¿en qué se traduce? ¿Es para clasificar casos? Este país está lleno de denuncias…
LG: Damos apoyo de carácter técnico, hacemos seguimiento del trabajo del MP, el apoyo de la misión, técnico y político al trabajo del MP es importante, algunas personas son críticas porque quieren más casos, más rápido siempre les digo de que si es fácil por qué no se hizo antes cuando la misión no estaba aquí. Presentamos 11 casos, los trabajos siguen y lo hacemos dentro de los marcos institucionales, no hay margen para hablar, se tiene que trabajar de manera profesional, los hechos van siendo descubiertos.
CC:¿Cuál es el papel de la embajada de EEUU?
LG: Los EEUU son los mayores donantes de la misión y han apoyado el trabajo de manera muy firme, muy abierta.
CC: ¿Corre riesgo con la amenaza de Trump de reducir fondos para Honduras?
LG: Aquí no tenemos problema, los fondos siguen adecuados al trabajo, por tanto no hay cualquier efecto de cambio en el trabajo de la misión.
CC: ¿Qué espera la MACCIH de la sociedad civil?
LG: Lo que espera es que la sociedad siga su trabajo y que tenga la conciencia de que lo que se ha hecho es para mejorar el sistema de justicia de Honduras, la sociedad es la beneficiaria de este trabajo pero la misión no sustituye a los hondureños que son los protagonistas de su propia historia.
CC: La gente tiene mucha expectativa, por la experiencia CICIG, de que se lleguen a estructuras lideradas por el Presidente o la Primera Dama, y hay denuncias específicas sobre esto, ¿cómo las reciben ustedes?
LG: No voy a hablar sobre cualquier persona, la cuestión no son las personas, sí lo hechos, el MP debe investigar los hechos, los hechos llevan o no a personas, entonces no se debe singularizar el nombre y apellido de las personas, la cuestión es hacerlo de manera profesional e independiente.
CC: ¿Sienten que están trabajando en terreno hostil, sobre todo la UFECIC?
LG: Es normal que siempre que se hagan investigaciones, las personas investigadas no van a colaborar de manera voluntaria. Es normal en cualquier país.
CC: ¿Es posible que el país así como está pueda construir una institucionalidad fuerte para la lucha contra la corrupción?
LG: Creo que es un proceso de evolución, la gente tiene expectativas inmediatas, que sea rápido, pero no siempre esto ocurre con la velocidad que cada uno de nosotros le gustaría, lo que no se puede es parar de trabajar en el mismo sentido y perder el ánimo, esto no se puede, el trabajo hecho hasta ahora ha sido útil para Honduras, solo personas que tienen expectativas irrealizables no van a reconocer el trabajo.
El Secretario General de la OEA ha dicho que la misión tiene voluntad de seguir pero depende de las instituciones del Estado hondureño hacerlo.
Tres años han pasado desde que la Misión de Apoyo contra la Corrupción e Impunidad de Honduras (MACCIH) propuso la Ley de Colaboración Eficaz, un instrumento jurídico diseñado en 2016 para que implicados en actos de corrupción participen en el proceso de investigación hasta llegar a los actores principales del crimen. La propuesta no se ha aprobado y entrará a discusión en el pleno del Congreso Nacional. Expertos señalan que hay una falta de voluntad política de los diputados hacia un mecanismo jurídico que permitiría desarticular redes criminales que han desfalcado al Estado y con esto combatir la impunidad y la corrupción.
Ante la finalización del convenio entre Honduras y la Organización de Estados Americanos (OEA) que mantiene a la MACCIH en el país, en febrero se reformuló dicho anteproyecto de ley con la esperanza de que finalmente se apruebe en un Congreso Nacional, que ante la presión internacional ha nombrado una comisión de dictamen en la que una parte de sus integrantes están involucrados directamente en casos de corrupción.
Una comisión de dictamen corrupta
El 24 de abril pasado fue nombrada una comisión de dictamen integrada por nueve diputados de diferentes partidos políticos, entre ellos: Mario Pérez, Rolando Dubón Bueso, Yuri Sabas y Francisco Rivera quienes están siendo investigados por la MACCIH y la Unidad Fiscal Especial Contra la Impunidad y la Corrupción (UFECIC) por su supuesta participación en actos de corrupción.
Según el abogado Eddy Tábora, director ejecutivo del Comité por la Libre Expresión (C-Libre), ninguno de ellos debería integrar esta comisión de dictamen porque la ley del Congreso Nacional no lo permite mientras estén siendo investigados.
“Muchas de las personas que van a conocer este proyecto en comisión de dictamen o en el pleno tienen conflicto de intereses porque actualmente están siendo investigados por corrupción”, afirma.
A inicios de 2019, representantes de la MACCIH explicaron que esta ley tiene como objetivo regular los procedimientos, requisitos, circunstancias y beneficios que podrán gozar todas aquellas personas, en libertad procesadas o sentenciadas, permitiendo la posibilidad de que un procesado pueda obtener un beneficio a cambio de la entrega de información relevante, oportuna y verificable, que conduzca a mejorar la eficacia de la persecución, sobre todo, de organizaciones criminales.
Este tipo de ley está presente en una gran parte de países en Latinoamérica y en Perú, por ejemplo, El Equipo Especial del caso Lava Jato de la Fiscalía firmó un acuerdo de colaboración eficaz con representantes y exfuncionarios de la empresa Odebrecht. A través de dicho acuerdo, Odebrecht quedó obligada a entregar a las autoridades información sobre actos de corrupción en Perú durante los últimos tres gobiernos, y se comprometió a pagar una indemnización económica en favor del Estado.
El acuerdo, además, permitió a los fiscales peruanos utilizar las pruebas y la información entregada para seguir buscando evidencias en las investigaciones.
En Honduras se espera que el colaborador eficaz transmita mayores conocimientos de quiénes fueron los que participaron en la comisión del delito, la forma en qué se ejecutó, y cómo se integra o funciona la estructura de la organización criminal. El beneficio del procesado podría ir desde una pena atenuada hasta la remisión total de la pena.
Esta ley en Honduras no solo es aplicable en casos de corrupción, ya que abarcaría desde delitos de tráfico de drogas hasta delitos forestales. En el tema de corrupción se plantea como una solución ante los cuestionamientos que indican que en ninguno de los diez casos presentados por la MACCIH se ha llegado a los principales ejecutores del crimen.
Según Eddy Tabora la mayor preocupación ante la posible aprobación de esta ley es la situación del país, “se presenta el proyecto con un contexto de un gobierno autoritario, de una institucionalidad cooptada a los intereses de los corruptos entonces la pregunta es: Si se plantea una herramienta contra estos corruptos, ¿Cómo es que va a pasar del Congreso y ser efectiva?”, finaliza.
Congreso Nacional de Honduras. Foto: Martín Cálix
Colaboración con mayor cobertura
La normativa relacionada con la colaboración eficaz no es nueva en Honduras. El Código Procesal Penal desde 1999 habla de los Criterios de Oportunidad que es una forma de llegar a acuerdos con personas acusadas, una herramienta que quedó en manos de la fiscalía y que se ha utilizado en algunos casos para criminalidad organizada. Según expertos en el tema, el problema es que solo puede ser aplicado antes de una acusación.
En el Código Penal se incorpora también temas de colaboración eficaz pero solo cuando una persona ha sido condenada con asociación ilícita y solo si hay sentencia, aplicando solo para un delito concreto.
Según Jari Dixon, diputado del partido Libertad y Refundación (LIBRE) y miembro del Frente Parlamentario de Apoyo a la MACCIH, la aprobación de esta herramienta es importante ya que con la regulación actual se ha investigado, procesado y condenado a dos o tres personas dejando a las estructuras criminales intactas.
Dixon afirma que “lo que se busca es saber cómo se maneja la corrupción, quiénes son los líderes y la ruta del dinero. Esta información solo se puede obtener a través de personas que ya formaron parte de la estructura criminal y que ya fueron capturados”.
Jari DIxon, diputado de LIBRE. Foto: Martín Cálix.
Después de intentos fallidos para su aprobación en 2017, la nueva propuesta de ley con recomendaciones dadas por la Corte Suprema de Justicia en 2018 fue elaborada por expertos de la MACCIH en conjunto con representantes de la Procuraduría General de la República. Ese es el documento que actualmente está siendo evaluado por la Comisión de Dictamen.
El anteproyecto de ley indica que “las limitantes para la aplicación de las figuras contempladas en el Código Procesal Penal vigente, requieren que la legislación nacional estructure un conjunto de disposiciones para ampliar el ámbito de aplicación de las herramientas de investigación judicial, para facultar su aplicación en distintos momentos procesales y a la vez, establecer parámetros sobre el grado de eficacia de la colaboración”.
Ahora la Ley de Colaboración Eficaz deja un listado abierto de delitos a los que se puede aplicar y a los que no. Entre los que no son aplicables están el delito de violación, tortura, homicidio y asesinato; además no puede utilizarse contra menores de edad y el Ministerio Público no lo puede otorgar sino que debe ser un juez.
Estas diferencias se consideran sustantivas, además que se puede aplicar en cualquier momento del proceso, desde que el supuesto implicado es investigado hasta que sea condenado. Según Eddy Tabora esos son los parámetros reales “pero se van a enfrentar a los parámetros políticos, el contexto social e institucional”.
Tábora también indica que “esta ley tiene varias aristas éticas, una es: ¿cómo negocias con una persona que ha cometido delitos tan graves? Hay barreras muchas veces infranqueables para avanzar en la investigación y se pueden resolver situaciones que de otra manera podrían ser inalcanzables”.
Hasta el momento nueve de diez casos que ha presentado la fiscalía en apoyo con la MACCIH se encuentran en pausa y no han llegado a la etapa de juicio oral y público. En total son 111 funcionarios públicos y familiares que están siendo acusados de malversar un aproximado de 400 millones de lempiras (USD 16.2 millones) en diferentes actos de corrupción y la mayoría de esos funcionarios siguen en función.
Ante el anuncio de la renuncia de Luis Guimarães como vocero y representante de la MACCIH se espera que en las próximas semanas se socialice el proyecto de ley.
Tomás Zambrano, diputado del Congreso Nacional por el Partido Nacional, aseguró en una conferencia de prensa que la Ley de Colaboración Eficaz es una iniciativa de fortalecimiento institucional y justicia que facilitará a los operadores de justicia recoger información crucial, comprobada y acreditada a los delitos en que aquella persona esté involucrada.
Ante la posibilidad de su aprobación, Zambrano aseguró que “en la actual legislación existen figuras similares que ya se están utilizando para darle un trato diferente a personas que ayudan a obtener información para desmantelar redes de corrupción, como ya ha sucedido en el caso del IHSS.”
«Se debe analizar si se va ampliar el artículo 28 del Código Procesal Penal ya vigente, que establece procedimientos especiales en casos de colaboración», detalló Zambrano quien también fue señalado por la MACCIH y la UFECIC por los delitos de falsificación de documentos, abuso de autoridad y delitos contra la forma de Gobierno en el caso denominado Pacto de Impunidad.
Jari Dixon asegura que el mayor obstáculo de esta ley son esos diputados del Congreso Nacional que están siendo investigados, y en caso de que sí sea aprobada podría cambiarse o manipularse porque “es difícil que corruptos quieran investigar a otros corruptos, o investigarse a sí mismos”.
Mandato de Estados Unidos para aprobación de la ley
El pasado jueves la Embajada de Estados Unidos en Honduras emitió un comunicado en el que felicitaba a la MACCIH por su gestión en el país desde su llegada en 2016 e instaba a las autoridades para la renovación del convenio que le permite su operación. En paralelo destacaba la importancia de la aprobación de la Ley de Colaboración Eficaz y aseguraba que la aprobación de esta ley significaría que el Congreso Nacional de Honduras está comprometido a combatir la corrupción en conjunto con el Ministerio Público y la Corte Suprema de Justicia.
Sin embargo, Tábora asegura que esta ley no va a resolver una problemática general “la ley no garantiza que vamos a tener una sentencia, garantiza que se pueda investigar y eso es socialmente importante porque nos permite conocer la verdad. Hemos visto otros casos que se investigan y luego les dan sobreseimiento, los magistrados sobre todo cuando son altos funcionarios porque los conoce la Corte Suprema”.
Para Tábora esta no es la única reforma que hay que hacer en el sistema, no solo se requiere trabajo en la normativa sino que se debe fortalecer la institucionalidad.
Violaron a una niña de 16 años, en el Palma Real, fueron 4 jóvenes que ella consideraba amigos.
Violaron a una niña en La Ceiba, y no es la primera, y aunque quisiéramos, tampoco es la última. A diario violan a muchas niñas y mujeres alrededor del país, mujeres de todas las edades, desde recién nacidas hasta señoras que ni siquiera pueden defenderse de sus agresores. Hasta 2018, Honduras se posicionaba como el país en primer lugar en índices de violaciones en América Latina. Con todas las estadísticas y las noticias diarias, necesitamos que pasen estas cosas, que se evidencie a una «manada» en Honduras para poder reaccionar, y aún así, es insuficiente la reacción.
A raíz de la violación en grupo a esta niña de 16 años en La Ceiba, varias chicas famosas o influencers se unieron para una campaña en redes sociales a la que llamaron: «No Más». A esta campaña se le unieron grupos feministas, colectivos, y ahora, hombres, niños, niñas, mujeres. Exigen un alto a las violaciones en nuestro país, un país extremadamente machista donde desde pequeñas nos enseñan a cuidarnos de todos los hombres, incluso de los hombres de nuestras familias, de nuestros maestros, de nuestros amigos; ¿pero a ellos les enseñan que no nos tienen que violar, ni tocar?
Les enseñan la caballerosidad, otro término de la sociedad machista que obliga al hombre a ser amable esperando algo a cambio de las mujeres; porque eso es la caballerosidad, no les enseñan a que tienen que respetarnos porque somos seres humanas como ellos, les enseñan a respetarnos porque si nos respetan pueden conseguir novia, esposa, etc.
La campaña, una vez más, nos ha demostrado que las mujeres estamos y seguimos en peligro. Los hombres realizan comentarios sumamente violentos acerca de esta campaña, culpando a la víctima, como siempre, diciendo que si andamos bebiendo o con ropa corta, nosotras nos lo buscamos. A las chicas participantes de la campaña les comentaban acerca de la ropa interior que usaban, les comentaban sobre su físico y recalcaban que —para unas— sería un favor el que las violen. Todo esto queda corto con los comentarios que han seguido haciendo a cualquier mujer que se vaya sumando a la campaña.
Además, han comenzado a desprestigiar la campaña con estadísticas rebuscadas diciendo que hay más hombres asesinados, que son más hombres los que sufren violencia sexual en las cárceles; sin entender la base de la violencia que sufrimos día a día, una violencia basada en nuestro género, una violencia en la que primero te violan y luego te matan, si «tenés suerte» quizá te dejen viva. Una violencia en la que si sufrimos delincuencia común se suma que también nos violan.
Una violencia en la que son las parejas o ex parejas quienes asesinan a las mujeres porque las consideran de su propiedad. Una violencia que cosifica a las mujeres.
Y sí, hay más hombres asesinados, porque la violencia machista comienza en la idea implantada en los hombres desde que son niñas, que las cosas se solucionan «como hombres», utilizando la violencia, peleándose hasta morir o matar. Una violencia que repiten en sus hogares, en sus trabajos, con sus parejas.
Pero, ¿por qué intentan apropiarse de una campaña dirigida a concientizar y sensibilizar a la sociedad por las miles de niñas y mujeres violadas?
¿Por qué sacar estadísticas de hombres asesinados y violados hasta ahora? ¿Por qué no hacerlo antes, con casos de niños violados? ¿Por qué la molestia a que nos pronunciemos —de una forma pacífica— contra las violaciones hacia nosotras? ¿Por qué les incomodamos tanto?
Por fin se puso el debate sobre la mesa, ahora, al menos, ya sabemos el tipo de hombres que nos rodean, y nos queda cuidarnos mucho entre nosotras para que nunca nos topemos con esos que comentan que no somos «violables», porque ninguna mujer debe ser categorizada en sí somos «violables» o no, ni tenemos que lidiar con hombres que piensan así.
El Congreso Nacional aprobó dos dictámenes de la Ley de Reestructuración y Transformación del Sistema de Educación y Salud la semana pasada, lo hizo entre movilizaciones y paros laborales del sector salud y educación que se oponía a la ley porque aseguraban que buscaba la privatización de ambos sectores.
Lunes y martes de esta semana las calles de Tegucigalpa fueron escenario de manifestaciones que fueron reprimidas por el gobierno, ante esta presión el Congreso Nacional decidió no ratificar la ley que permitía modificar los presupuestos de salud y educación, para contratar médicos y maestros e invertir en infraestructura, pero que según las dirigencias del Colegio Médico de Honduras (CMH) esta también permitía despidos masivos y compras sin transparencia.
A pesar de esto, grupos de los gremios del sector salud y educación aseguran que la lucha no terminará hasta que se deroguen los decretos que colocan en emergencia estos rubros. Desde la aprobación de la Ley Marco de Protección Social en 2015, el proceso de descentralización de hospitales y escuelas se aceleró, un proyecto que impulsó el presidente Juan Orlando Hernández después del desfalco del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).
Contracorriente (CC) entrevistó a Daniel Sponda (DS) dirigente del Colegio Profesional Unión Magisterial de Honduras (COPRUMH) sobre cómo fue la crisis de estas semanas, cuál es el proceso de privatización que aseguran ya se está dando y qué acciones tienen planeado emprender en los próximos días.
CC: ¿Cómo inicia esta crisis y el proceso de privatización en salud y educación?
DS: Se genera a raíz de varios elementos, pero el magisterio viene siendo atacado por el régimen desde 2011 por la lucha contra el golpe de Estado, en el 2011 se aprobó un Decreto Ejecutivo de emergencia para el sector educación: el PCM016-2011, pero en 2013 se emitió otro: el PCM018 que prohíbe reuniones y tomas de centros educativos. Lo último es el PCM26 y 27 para el sector salud donde nuevamente declara emergencia al sistema educativo y de salud, crea comisiones.
El problema es que son bestias pero sin dentadura, elevan las comisiones a rango de ley con decretos. Un jueves antes de semana santa los congresistas someten a votación eso a espaldas de las mesas de concertación y quieren aprobar ese proyecto decreto, que por cierto en la comisión no hay nadie de la oposición. Libre hace una protesta dentro del CN y suspende la discusión.
El martes después de Semana Santa comienzan las acciones,las protestas a nivel nacional, se movilizan las bases del magisterio y los empleados del sector salud también, esta lucha es una lucha de los trabajadores, de la educación y del sector salud, no solo médicos y docentes sino todos los trabajadores de la Secretaría de Salud que no son médicos o enfermeras, aunque hay algunas organizaciones gremiales que sus dirigentes no han dado la cara pero las bases están con nosotros en la calle. Entonces la primera respuesta del ejecutivo es retroceder.
Fotografía: Martín Cálix
¿Cómo quedó el decreto en el Congreso Nacional? Porque hay especulaciones de que puedan reanudar después.
DS: No existen esos decretos, fueron sometidos a
votación y se eliminaron de acta, no hay posibilidad de que pase eso. Ahora nosotros estamos exigiendo al consejo de ministros que deroguen todos los PCM16-2011 y el PCM26 y PCM27 del 2018 y exhortamos al Congreso Nacional a que derogue la Ley Fundamental de Educación y la Ley Marco de Protección Social.
CC: ¿Qué significa decretar emergencia en salud y educación?
DS: Estas comisiones están integradas por siete personas y coordinadas por el ministro de cada rama, esos decretos solo están denotando la debilidad institucional que tiene el Estado de Honduras porque esas
comisiones están al margen de la ley y no tienen asidero legal, esta es una nueva violación a la Constitución y a las leyes del sector educación y de salud.
En segundo lugar, estas comisiones tendrían potestades para hacer contrataciones y despido de personal sin pasar por los procedimientos que la ley establece. Un tercer elemento es que podrían hacer compras directas sin licitación, es decir, abrirle nuevamente las puertas a la corrupción en el nombramiento de personal y generar nuevamente espacios donde estas comisiones puedan comprar de manera directa lo que a todas luces es una gran oportunidad con el latrocinio de Honduras.
Fotografía: Martín Cálix
CC: ¿Cómo se daría este proceso de privatización?
DS: El proceso de privatización ya está abierto pero es silencioso, creo que ese elemento es fundamental comprenderlo porque la gente piensa que el gobierno va a emitir boletas de pago de mensualidades en los centros educativos pero hay una privatización silenciosa en el sector salud y educación. Si usted va a traer boleta de calificaciones de sus hijos los padres o profesores pusieron dinero para imprimir esas boletas, si usted va a un centro de salud y no hay jeringas, así que le toca comprarlas eso es un claro proceso de privatización pero silencioso. Esto quiere decir que el Estado el único compromiso que tiene con la Secretaría de Salud y Educación en este momento, prácticamente, es el pago de salarios y ojo, que eso es a medias porque en algunos casos hay deudas históricas con estos sectores o con estos nuevos sistemas de contratación al margen de la ley y sin beneficios, pero esta etapa abriría la posibilidad de la privatización total del sistema. En salud hay muestras más fuertes que en educación como el Hospital de San Lorenzo entregado a AgroLíbano que administra el lugar y hace cobros.
CC: Las comisiones de salud y educación podrían hacer compras sin transparencia, recordando el desfalco al IHSS ¿Cómo ven el tema?
DS: La transparencia se genera cumpliendo la ley, si el Estado respetara el Estatuto del Médico y del Docente que ya tenemos, quitando
la Ley Fundamental de Educación y la Ley Marco de Protección Social, no
necesita crear nuevas leyes. Aquí la corrupción se va a abolir respetando la ley y el tema de los aspectos democráticos es que Honduras carece de un Estado de derecho y por eso aparecen estos PCM con comisiones que duplican las funciones del ministro o ministra.
En educación la situación es grave porque hay una ex ministra de educación y una viceministra que estuvo dos periodos, si hay una crisis en el sistema educativo estas dos señoras ayudaron a hacer esas crisis ¿cómo es que hoy, siendo culpables, van a venir a arreglar la crisis? Y por otro lado, la educación es laica y vemos que hay un pastor de la iglesia evangélica en esa comisión, una cosa fuera de lugar y por otro lado, representantes de la cooperación internacional que está bien que ayuden y colaboren, pero bajo los mecanismos que plantee el Estado de Honduras y aquí la cooperación aporta un mínimo pero incide mucho en las políticas educativas y eso no puede ser.
CC: ¿Qué papel cree que libró esta crisis dentro de la crisis constante en el país?
Yo creo que lo más importante de esta crisis es que han aparecido liderazgos que no están dispuestos ni a negociar ni a tranzar con el régimen y que bajo métodos obreros de organización y lucha hemos arrancado un primer triunfo y creo yo que eso le ha dado una lección al pueblo de cuál es el camino a seguir para retornar al orden constitucional.
Fotografía: Martín Cálix
CC: ¿Y cómo vieron la represión en respuesta a las manifestaciones que se dieron los últimos días?
DS: Lógicamente este es un Estado sumamente represivo, pero pienso que ahí es donde hablamos de los métodos obreros si la huelga y la movilización es bien organizada y los dirigentes tienen claro cuál es el camino a seguir y no están dispuestos a tranzar. Ni el sector salud ni educación se sentó en la mesa a negociar decretos, nuestra posición fue clara: vamos a eliminar los decretos y eso fue lo que hicimos.
CC: Algunos sindicatos y organizaciones se reunieron con Mauricio Olivia en el Congreso Nacional ¿cómo lo vieron?
DS: El sector educación, sobre todo, y algunos del sector salud fuimos engañados por burócratas que le ayudan al régimen, a nosotros se nos dijo que el gobierno nos convocaba para explicar, al llegar nos damos cuenta que quien pidió la reunión fue Daniel Durón y no negociamos nada, planteamos claramente por qué no íbamos a trabajar con ese decreto y por qué no lo negociaríamos-.
CC: ¿Qué otras acciones planean, qué sigue?
DS: El siguiente paso es llamar a un Encuentro Nacional de Luchadores la próxima semana, para definir una hoja de ruta para luchar contra la ley de minería, las que concesionaron los ríos, la ley de empleo por hora, luchar por el bosque, de los territorios de los pueblos indígenas y autóctonos, nuevamente buscar la reforma agraria, rescatar el derecho a la educación y salud pública, el Código del Trabajo, limpiar la corrupción del país y que paguen los saqueadores del Instituto Hondureño de Seguridad Social pero no solo los presos sino que los autores intelectuales del latrocinio, devolverle a Honduras la democracia que tanto se olvida.
—Si con esto se nos va la vida, exigiendo justicia, pues que se vaya.
Silvia tiene la rabia en sus ojos, una rabia profunda que provoca que la garganta se le seque y las palabras no terminen de ser pronunciadas por un instante. Las lágrimas, y el desencanto, todo sigue a flor de piel, sobre todo el dolor, la ausencia que provoca dolor. Hace tres años, la violencia le arrebató la vida del menor de sus cinco hijos.
A Tomás Enrique García Castillo lo secuestraron al finalizar la movilización del 1 de mayo y lo asesinaron en la Col. San Francisco de la ciudad de Tegucigalpa, su familia dio con su cuerpo cinco días después, y solo después de cuatro días de preguntar, de insistir, de negarse a la posibilidad de su muerte, finalmente, el personal de Medicina Forense les dio respuesta. Tres años después de su muerte, a su madre le parece que fue apenas ayer que lo enterró, y se pregunta cuándo va a pasar ese dolor. Luego se responde a ella misma que ese dolor jamás la abandonará.
Silvia es una profesora de 65 años que no quiere jubilarse porque dice que el trabajo le ha ayudado a no pensar tanto en la muerte de su hijo, a sentirse útil, a pasar el duelo. Cada que hay una marcha, por pequeña que sea, ella sale con la fotografía de su hijo impresa en un banner para exigir justicia, suele ir acompañada de sus hijas. Pero la justicia está tardando para esta madre, que aun no ha recibido respuesta, que aun no sabe quién asesinó a su hijo, pero intuye el porqué: hace tres años manifestantes intentaron quemar la sede del Partido Nacional en Comayagüela durante el paso de la marcha del 1 de mayo de 2016. Silvia cree que fueron infiltrados y que su hijo pagó por ello.
Tomás era miembro del comité de seguridad de la Resistencia, su tarea era cuidar que los infiltrados no les hicieran fotos a las personas en las marchas, o controlar las provocaciones. La familia de Silvia y Tomás se unieron a las movilizaciones masivas que resultaron como respuesta al Golpe de Estado de 2009, pero luego de la fundación de Libre, ellos, como muchas personas, intentaron seguir con cierta normalidad en sus vidas.
En más de una ocasión quisieron secuestrarlo, y su madre dejó de creerle por un tiempo, porque Silvia creía que era difícil que quisieran secuestrar al hijo de una maestra. Cada tanto, Tomás volvía a casa diciendo que creía que lo estaban vigilando, que habían querido secuestrarlo, llegó incluso a tener medidas cautelares. Silvia asegura que tuvo opciones para sacarlo del país por medios propios ya que el Comité de Familiares de Desaparecidos de Honduras (COFADEH) había dejado de asistir casos de este tipo en ese momento, pero el exilio no era algo con lo que Tomás estuviera de acuerdo, no quiso irse, porque su amor por Honduras era mayor que el miedo que pudiera sentir, cuenta su madre que alguna vez le dijo su hijo.
Ni bien ha comenzado la marcha de este 1 de mayo y a Silvia se le acercan a saludarla, la abrazan, le dicen cosas al oído y siguen su camino, más adelante el acto se repite, otra persona hará lo mismo. Para Silvia estos gestos le demuestran que su hijo era querido, que el apoyo y la solidaridad que la gente le demuestra le ayuda a mantenerse firme en su idea de exigir justicia. Una justicia que dice llegó a exigir en la Fiscalía de Delitos Contra la Vida y en la Dirección Policial de Investigación (DPI), incluso en instancias internacionales, porque de su caso se han hecho cargo los abogados de COFADEH, pero sus preguntas nadie las responde.
Silvia es maestra de español en un colegio de la capital, su rostro es el del cansancio que produce la edad y el trabajo continuo de quienes tienen la responsabilidad de educar. Sus alumnos, explica, llegan desde los barrios marginales de Tegucigalpa. Basta con «tocarlos» para que ellos cuenten sus problemas. «Si son mil alumnos, son mil problemas los que atiendo», cuenta un poco resignada, un poco triste. Cada que termina una frase guarda silencio, bien para pensar lo que viene, bien para reponerse de lo que acaba de decir.
En su camino por la marcha los periodistas se le acercan para que cuente la historia de su hijo, el joven de 37 años que murió sin ejercer su profesión, egresó de la facultad de Ciencias Jurídicas de una universidad privada, porque en la UNAH ya no podía seguir estudiando, no se hubiera graduado explica su madre. Pero estos mismos medios de comunicación no dijeron nada hace tres años. Cuando la noticia de su muerte se publicó en 2016 nadie dio su nombre, el anonimato puede interpretarse como una segunda muerte.
—La gente le dice a uno «la justicia viene del cielo», bueno, si viene del cielo también la estoy esperando.
En tres años Silvia y su familia han exigido justicia, justicia legal, justicia divina, cualquier tipo de justicia, explica. Cuenta que jamás ha ido al psicólogo o al psiquiatra para superar la muerte de su hijo, que es un dolor que no cree que los medicamentos se lo borren.
En su recuerdo, no sólo habita la imagen de aquel ser que nació de ella y que vio crecer, sino el del hombre en que se convirtió. Tomás —cuenta su madre— no creía en las marchas, no creía que caminando se pudiera cambiar algo, de que en las calles estuviera el poder. «Él creía en la lucha armada», cuenta Silvia. Y en esto, madre e hijo tenían diferencias, y discutían, conversaban, Tomás y Silvia no sólo eran unidos por ser madre e hijo sino porque la militancia en las calles luego del Golpe de Estado les cambió la vida a ellos como a muchas familias hondureñas.
El 1 de mayo ha cambiado de significado para Silvia y su familia, porque ahora hace la marcha imaginando los últimos pasos de Tomás, imaginando que cuando llegó al parque central de Tegucigalpa, fue lo último que hizo y vio, antes de ser asesinado.
—Voy a estar exigiendo justicia mientras tenga el último hálito de vida. —Sentencia desde las lágrimas.
Hoy se conmemora el Día Internacional del Trabajo, una fecha que en Honduras se ha convertido en tradición para sindicatos de trabajadores salir a las calles para hablar de sus reivindicaciones. En San Pedro Sula salieron desde un punto estratégico de la ciudad, cercano a un centro comercial que en dirección al sur lleva al centro de la ciudad. Y aunque la marcha fue ejecutada bajo los parámetros tradicionales, alineados y segmentados por sectores, en el parque central frente a la Municipalidad más de 100 elementos policiales escuchaban órdenes de sus superiores para determinar su actuar.
Algunos de estos elementos portaban palos de madera y no la indumentaria oficial. Algunos también aprovecharon para hacerse selfies y tomarse fotografías con sus compañeros policías mientras un niño de alrededor de 10 años los observaba medio acostado desde una jardinera que también sirve de banca o cama por las noches.
Este es de esos niños viviendo en condiciones de la calle, niños invisibles que trabajan o piden dinero para comprar pegamento amarillo que tiene un costo de 10 lempiras ($0.40) y lo venden en casi cualquier establecimiento que tenga una sección de ferretería, en pulperías o tiendas de conveniencia.
Al otro lado del parque, algunos artistas hacían pruebas de sonido antes que llegara la marcha que venía lenta al son de la canción de Macario Mejía, la del #FueraJoh.
En el escenario estaba un guitarrista y un acordeonista, junto a ellos otros dos niños con sus botellas de pegamento amarillo o conocido popularmente como “Resistol”. Allí con su mirada fija, en su imaginario son artistas grandes y reconocidos, toman el micrófono y se apropian del escenario, aunque ya no son dueños de sus cuerpos, la droga ya les ha consumido una buena parte del cerebro.
Una vez que llegó la marcha frente a la Catedral del parque, algunos jóvenes encendieron morteros y con sus consignas de #FueraJOH otros ingresaban a la Catedral para hacer pintas, a ellos se le sumaron mujeres jóvenes que también decidieron dejar consignas y el afiche de la campaña #YoNoQuieroSerViolada.
Los niños invisibles, siguen rondando todo el show conmemorativo y se unen a algunas acciones, quizás desde la inocencia y la euforia que emanan los manifestantes. Uno de ellos se subió a una base donde solía haber un busto, a la par de él, una joven mujer con la bandera de la población LGTBI y un afiche de Yo No Quiero Ser Violada.
Niño inhala pegamento amarillo mientras observa a elementos policiales, que resguardan el edificio de la municipalidad de San Pedro Sula. Niño dependiente del resistol amarillo, en el escenario durante la prueba de sonido previo a la llegada de la marcha. Dos niños simulan cantar en el escenario del 1 de mayo, mientras sostienen su botella con resistol amarillo. Niños invisibles les llamaron en una charla de Tedx San Pedro Sula. Policías preventivos resguardando la Catedral de San Pedro Sula, minutos antes que jóvenes hicieran pintas y pegaran afiches de campaña Yo No Quiero Ser Violada Joven mujer posa durante la manifestación de cierre por manifestaciones del 1 de mayo en el parque central de la ciudad de San Pedro Sula. Mujeres pegando afiches de Yo No quiero ser Violada en el parque central de San Pedro Sula. Niño de la calle, dependiente del resistol amarillo frente a uno de los vitrales de la Catedral de San Pedro Sula el 1 de Mayo de 2019.
Don Esteban, con 86 años recuerda su tiempo en los campos bananeros. Habla de la gran huelga bananera, la de 1954 en que las y los trabajadores de las bananeras levantaron su voz de protesta y protagonizaron una de las afrentas más prolongadas contra una trasnacional de esa magnitud: la Standard Fruit Company. Gobierno todo poderoso de Honduras en esos años.
Fotografía: Protestas del 30 de abril 2019/Martín Cálix
Después de un largo silencio en las calles, después de los 22 asesinados en protestas tras la crisis postelectoral, después de arrancar el proceso de consolidación del gobierno de Juan Orlando Hernández en un segundo mandato protegido por el gobierno de Estados Unidos; los únicos que se atrevían a decir «Fuera Joh» eran los migrantes. Juntos en caravana, huyendo desesperadamente del país, los migrantes usaban su última energía entregada a la patria para gritar la consigna que se fue borrando en la cotidianidad de sobrevivencia en Honduras.
En febrero de 2019, a un año de la última gota que derramó el vaso de la protesta contra la reelección del Presidente, un joven economista, influyente en redes sociales y medios digitales, convocó a una movilización de las olvidadas antorchas, una convocatoria general con la
bandera anticorrupción. Las antorchas del movimiento indignado de 2015 en un intento por reaparecer. A esta prueba se apuntaron alrededor de 80 personas, según el propio conteo del economista. Luego, el Colegio Médico de Honduras convocó a protesta de antorchas finalizando con un foro nombrado: El ciudadano en la calle. Esa ya era la cuarta del experimento y ya sumaban unas cien personas más. Gradualmente, en Tegucigalpa y al norte de Honduras, en El Progreso, Yoro; fueron saliendo las familias nuevamente con sus antorchas, después de las cinco de la tarde, con pancartas coloridas y niños vestidos con productos promocionales del «Fuera Joh».
Así, las ciudades más significativas del descontento popular: Tegucigalpa, San Pedro Sula y El Progreso, fueron saliendo del encierro, ignorando tal vez que en el sur del país las protestas no cesaron y se radicalizaron en 15 meses, cada semana de manera ininterrumpida, sumando 138 acciones de protesta.
Heridos, detenidos, criminalizados, y un joven asesinado en Choluteca en la última ciudad de Honduras, geográficamente, pero también porque poco ha importado incluso en el imaginario colectivo. El norte y el sur en un país tan pequeño no deberían tener la connotación global, la del norte con más recursos y el sur pobre y explotado. En un país que ha
sido explotado de forma pareja, siempre el sur es muestra de la precariedad, de la violencia con la que el extractivismo deja seca la tierra. El grito del sur es el único que se mantuvo después del pico de descontento expresado en las calles después de las elecciones de 2017.
Después de las antorchas de marzo, las manifestaciones se fueron nutriendo con la suma de la causa «David Romero», en defensa del periodista que preso por calumnias y difamación, se convirtió en un
estandarte de la libertad de prensa pero sobre todo de la consigna “Fuera Joh”. Y luego la incorporación de dos grandes gremios, callados y opacados en otras coyunturas políticas: los médicos y los maestros.
En el Congreso Nacional se discutió una ley de reestructuración para el sistema de salud y el de educación basada en el Decreto Ejecutivo número PCM-027-2018 en el que se declaró estado de emergencia en la Secretaría de Estado en el Despacho de Educación, con la finalidad de
facilitar los procesos de transformación y reestructuración. Esto es igual a una movida corrupta, según la oposición y los gremios, que recuerdan cómo han sido saqueadas estas instituciones y utilizada la emergencia para comprar sin procesos de licitación transparentes. Esto responde a la desconfianza de todo lo que venga del gobierno de Juan Orlando Hernández.
La discusión en el Congreso estuvo a la altura del congreso hondureño, entre gritos y manifestaciones de la oposición, el secretario de este poder del Estado le gritaba a otro diputado que parecía «niñita»
llorando. Los gremios sacaron esta discusión a la calle y con una posición firme de exigir la suspensión definitiva de la discusión de esta ley, sumaron una causa más al hartazgo popular.
De la manifestación con antorchas a la toma de calles o protestas frente al Congreso Nacional, la respuesta del gobierno ha sido de represión. A mayor represión, mayor expresión de violencia en la
manifestación. Esta semana, estudiantes universitarios se unieron a los gremios y el Congreso Nacional tuvo que retroceder, la ley de reestructuración en salud y educación se eliminó del acta y se restringió su discusión hasta nuevo aviso, cuando llamen a los sectores interesados a negociar.
La crisis hondureña se desborda inesperadamente y el recipiente, la mayoría de la población, cada vez puede sostenerla menos. Ya sea en las calles protestando o en la terminal de buses aglutinándose para huir en caravana hacia Estados Unidos, la Honduras más golpeada está dando un mensaje: no hay movimiento del actual gobierno hondureño que no genere rechazo.
Durante los últimos días, la ciudad de Tegucigalpa se ha convertido en escenario de protestas después que el pasado jueves 25 de abril el Congreso Nacional aprobara dos dictámenes para la Ley de Reestructuración y Transformación en el sistema de Salud y Educación. La propuesta del Poder Ejecutivo para modificar los presupuestos de salud y educación, busca contratar médicos y maestros e invertir en infraestructura. Sin embargo, los docentes y médicos aseguran que la ley no debió proponerse, que no van a negociar por un artículo porque la ley tiene como fin la privatización, que no van a dejar de protestar hasta que se elimine. Y así la chispa regó el fuego de la protesta por todo el país, hoy se reportaban alrededor de 70 focos de manifestaciones en contra de esta ley en 16 departamentos de Honduras.
Médicos, estudiantes y maestros agremiados en los distintos colegios magisteriales llegaron a protestar en los bajos del Congreso Nacional hoy, lo que comenzó con movilización desde distintos puntos de la capital concluyó con una represión brutal de parte de la Policía Nacional que resguardaba los alrededores del Legislativo.
Al menos 5 personas fueron detenidas y José Humberto Duarte, un hombre de 54 años que estaba en ese momento en el centro de la ciudad, fue gravemente herido de bala por Jairo Alberto Flores López, un policía municipal que corría en medio de miembros de la Policía Nacional mientras sostenía un arma. El centro de la ciudad se convirtió en un laberinto y varios edificios, incluido el de la alcaldía, fueron quemados.
El Congreso Nacional, tras suspender la sesión donde hoy se discutiría el tema, emitió un comunicado llamando a la dirigencia magisterial y a los médicos a no dejarse engañar, «a no caer en la trampa de un sector político que en base a engaños los lleva a las calles a protestar de manera violenta e injustificada», porque la ley no busca privatizar los sectores de educación y salud, sino fortalecerlos desde la generación de aumentos salariales, nuevas plazas para contratar profesionales de las áreas y generar las condiciones de infraestructuras que se necesitan para tener sistemas de salud y educación de calidad.
Lo anterior no ha desmovilizado a los sectores, se prevé nuevas protestas a partir de las próximas horas.
Momento en el que los médicos y maestros llegaban a los bajos del Congreso Nacional el día 24 de abril previo a la modificación de la Ley de Reestructuración y Transformación en el sistema de Salud y Educación. Foto: Martín Cálix. Un empleado del sector salud grita consignas en los bajos del Congreso Nacional. Foto: Martín Cálix. Movilización magisterial del 26 de abril a la altura del bulevar Fuerzas Armadas. Foto: Martín Cálix.Frente al Banco Central de Honduras, algunas personas quemaron llantas para imposibilitar el paso de la Policía Nacional, de esta manera quedaba suficiente espacio entre los más rezagados de la movilización y los policías. Foto: Martín Cálix.Fernando, músico capitalino que con su trompeta suele llegar a las jornadas de movilización. Foto: Martín Cálix.Un docente porta una pancarta subido sobre la valla que divide los dos carriles del bulevar Centroamérica de la ciudad Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix.Estudiantes universitarios detienen momentáneamente una pipa de agua para obstaculizar el tráfico en el bulevar Centroamérica de Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix.Una mujer ordena su mercancía previo a que inicie la movilización de las antorchas la tarde del 26 de abril. Muchos vendedores ambulantes llegan para ofrecer camisetas, antorchas, banderas y gorras, durante las marchas de las antorchas. Foto: Martín Cálix.Las antorchas se han convertido desde 2015 en símbolos de resistencia para aquellas personas que únicamente pueden protestar luego de las 4 de la tarde, cuando las jornadas laborales han terminado. Foto: Matrín Cálix.Una niña sostenida en hombros por su padre, protesta en los bajos del Congreso Nacional en la marcha de las antorchas del 26 de abril. Foto: Martín Cálix.Una joven sostiene una antorcha y mantiene total atención a los discursos realizados en los bajos de Congreso Nacional la noche del 26 de abril. Foto: Martín Cálix.Un anciano con su antorcha la noche del 26 de abril en los bajos del Congreso Nacional. Foto: Martín Cálix. Dos vendedoras ambulantes huyen de los gases lacrimógenos en el centro de Tegucigalpa cuando la masiva movilización de estudiantes universitarios llegara a las inmediaciones del Congreso Nacional al mediodía del 29 de abril. Foto: Martín Cálix. Tres jóvenes universitarias, encapuchadas, guardan en una mochila un bote con vinagre para protegerse de los gases lacrimógenos. Foto: Martín Cálix.Un joven devuelve una bomba lacrimógena a la Policía Nacional durante el enfrentamiento de este 29 de abril cuando estudiantes universitarios intentaron llegar a protestar a los bajos del Congreso Nacional. Foto: Martín Cálix.
En medio de una semana de protestas, paros laborales y movilizaciones del sector salud y educación, diputados en el Congreso Nacional (CN) aprobaron dos dictámenes de la Ley de Reestructuración y Transformación del Sistema de Educación y Salud. Ante esta situación, ambos sectores anunciaron un paro nacional a partir de las 7 am.
La ley fue propuesta por el Poder Ejecutivo para modificar los presupuestos de salud y educación, para contratar médicos y maestros e invertir en infraestructura. Sin embargo, Suyapa Figueroa, presidenta del Colegio Médico de Honduras (CMH), denuncia que el problema de fondo es una declaratoria de emergencia en salud y educación sin justificación constitucional. “Históricamente esas declaraciones han sido utilizadas para hacer compras sin que vayan los mecanismos de control y regulación del Estado, esto violenta tratados internacionales que les obliga a que muestren indicios de transparencia” asegura.
Dentro de los objetivos de la ley aprobada se señala que busca “mecanismos más ágiles para responder a los requerimientos de los administrados a efecto de prestar los servicios públicos de la mejor manera posible en el marco de la ley”. De acuerdo al CMH esto permitiría que las compras se realicen de forma no transparente, lo que finalmente debilitará el sistema de salud y educación a un punto en que se justifique su posterior privatización.
El ministro de educación, Arnaldo Bueso, manifestó que la transformación presupuestaria busca “modificar líneas presupuestarias de líneas que no se mueven mucho y se establece a que exactamente debe ser invertido el cambio presupuestario mobiliario, atender las necesidades de infraestructura. Se trata de llevar todavía mejores condiciones a los docentes, a los alumnos y empezar un proceso de educación que tanto necesita el país”.
La privatización del sistema de salud hondureño fue uno de los temas centrales de la manifestación del 24 de abril en los bajos del Congreso Nacional. Foto: Martín Cálix.
Cuando la ley se discutía dentro del Congreso Nacional a principio de la semana, comenzaron a darse tomas y protestas a nivel nacional, lo que provocó la suspensión del debate la tarde del 23 de abril cuando Mauricio Oliva, presidente del CN, prometió consensos entre todas las partes involucradas.
Sin embargo, al día siguiente, médicos, maestros, odontólogos y otros profesionales de salud y educación realizaron una movilización desde el Hospital Escuela Universitario (HEU) hacia el Congreso Nacional donde los coordinadores exigieron a los diputados la derogación completa del proyecto de ley.
Durante el plantón frente al Congreso Nacional, el vicepresidente del Colegio Médico de Honduras (CMH), Samuel Santos, declaró que “no podemos seguir con la misma historia de América Latina donde se privatizan las ganancias y se nacionalizan las pérdidas, las empresas que generan dinero para el pueblo fueron privatizadas. Por eso no venimos de rodillas, venimos como jefes de los que se reúnen en este edificio porque les pagamos su salario: retiren esa ley nociva para el pueblo” exigió.
Mientras, miembros del sector salud y una parte del gremio magisterial declararon que no iban a dialogar por la remoción de un artículo sino por la ley completa, la mañana del jueves la comisión especial que dictaminó la ley decidió retirar el primer dictamen que había presentado y realizó uno nuevo, donde eliminaba el primer artículo que los sectores denunciaron que podría terminar en despidos masivos.
Entre discusiones, gritos y pancartas de diputados y diputadas que se encontraban en oposición a la ley, el dictamen finalmente fue aprobado con 66 votos a favor, el Congreso Nacional aseguró que se hizo con el aval de las centrales obreras del país.
Mientras tanto, Ebal Díaz, ministro de la presidencia, aseguró que con la eliminación del artículo que podía dar despidos masivos “ya no hay razón ni preocupaciones para que puedan sentirse amenazados ni hay razones para que haya protestas o marchas”.
Empleados de la salud se movilizaron en la ciudad de Tegucigalpa el día 24 de abril para exigir al gobierno se respeten sus derechos laborales. Foto: Martín Cálix.
Sin embargo, la presidenta del Colegio Médico asegura que esa no fue discutida con todos los sectores afectados. “No estamos dispuestos a sentarnos con corruptos a negociar derechos, les exigimos de una vez por todas que legislen para este pueblo: queremos salud, educación gratuita y de calidad para el pueblo, ni un hospital más entregado a las organizaciones no gubernamentales que ustedes mismos han construido para lavar el dinero del capital público” finalizó Figueroa.
Además del paro nacional, el CMH, los maestros y sindicatos realizaron una convocatoria para una movilización que comenzará a las cuatro de la tarde del viernes en Tegucigalpa, y saldrá desde el puente de la Guadalupe hacia el Congreso Nacional. Las últimas semanas, cada viernes se ha convocado el movimiento de antorchas a las calles exigiendo un cese a la corrupción.
Una corte de Florida emitió una orden de captura en contra del candidato a la presidencia de Guatemala, Roberto Arzú García-Granados, que participa por la coalición PAN-Podemos. La orden fue girada debido a que Arzú no se presentó en una audiencia judicial tras una demanda interpuesta por la compañía del famoso asesor político, Juan José Rendón. A Arzú se le acusa de no haber pagado US$5 millones 500 mil por el contrato de asesoría para su campaña presidencial de 2019. JJ Rendón es conocido también en Honduras por asesorar a presidentes como Porfirio Lobo Sosa y Juan Orlando Hernández.
Texto: Oswaldo J. Hernández y Carolina Gamazo
“Roberto Arzú:- Hola Amigo.
Juan José Rendón: – Amigo? No tengo amigos que no tienen palabra”.
Esta conversación sucedió en julio de 2016, entre el hoy candidato a la presidencia, Roberto Arzú, y el famoso asesor político venezolano, Juan José Rendón.
La charla de tono poco amigable se convertiría, poco a poco, en el inicio de una demanda judicial por la que una corte de Florida ha girado orden de captura en contra del candidato de la coalición PAN-Podemos.
En febrero de 2016, Roberto Arzú García-Granados se acercó a Juan José Rendón, conocido por dar asesorías a campañas de partidos de derecha en todo el continente americano y que, en enero de 2019, fue señalado en una audiencia del Chapo Guzmán. La intención de Arzú era contratar a la empresa de Rendón, JJ Rendón & Associates Strategics Creativity, como la principal asesora de su futura campaña presidencial.
Bajo un contrato legal se acordó la promesa de un pago total de US$4 millones. Arzú acordó que se encargaría del pago de impuestos y la cifra total ascendió a US$5 millones 500 mil.
Para finales de febrero de 2016 se debía desembolsar un pago de US$1millón 500 mil a favor de Rendón como consultor de la campaña política de Arzú. Y el resto se pagaría durante 2016 hasta marzo de 2017, mediante pagos mensuales.
Arzú estuvo de acuerdo con cada uno de los desembolsos. Pero terminados los tiempos nunca cumpliría con su parte. Cuando Roberto Arzú se negó a cancelar los servicios, Juan José Rendón decidió demandarlo en una Corte de Miami.
Rendón explicó en su demanda que JJ Rendón & Associates Strategics Creativity, su empresa para asesoría política, había establecido un contrato con Roberto Arzú pero que no se cumplió con ninguno de los pagos correspondientes.
Debido a este proceso judicial, el 23 de abril de 2019, se conoció que la jueza, Barbara Areces, de la Corte de Florida, presentó una orden de captura en contra de Arzú por no haberse presentado en una audiencia relacionada a este caso el pasado 4 de abril. El juzgado, aunque ya ha dictado sentencia a favor de la empresa de Rendón, necesitaba la presencia de Arzú para ver la posibilidad del pago de su deuda mediante bienes materiales.
La publicación de un libro, asesoramiento en redes: el contrato
El contrato pactado, contenido en el expediente, detalla el tipo de asesoría que se llevaría a cabo para convertir a Roberto Arzú en el próximo presidente de Guatemala. Y se enlista una serie de acciones con las que se llevarían a cabo los servicios de Rendón como asesor de campaña.
Establecer un focus group costaría US$86 mil. Un entrenamiento para redes por US$180 mil. Organización territorial por US$300 mil. La publicación de un libro por US$85 mil. El pago para columnistas en diarios nacionales por US$24 mil.
En el documento también se cotizaban los servicios de investigación sobre posibles opositores por US$150 mil. Además de grupos neurofocales (US$60 mil) y agencia política en Miami (US$120 mil) de forma opcional.
Rendón adjuntó en su demanda una serie de mensajes sostenidos con Roberto Arzú mediante WhatsApp, que datan desde febrero de 2016 a Julio de 2016. No-Ficción obtuvó los WhatsApp utilizando Tor como herramienta de búsqueda de bajo nivel dentro de las páginas de expedientes legales de EEUU. Arzú, en estos mensajes, insiste que el pago por la asesoría de campaña está a punto de realizarse. Pero el desembolso, tras meses y meses de conversaciones, nunca ocurrirá.
En una de las pláticas, Roberto Arzú dice que su padre, el ex presidente Álvaro Arzú, está ansioso por conocer a Rendón y su trabajo. Que puede contar en todo momento con su familia ya que son personas muy serias y respetables. Que su proyecto de convertirse en el próximo presidente de Guatemala es algo muy serio y real. “Vamos con todo”, dice Roberto Arzú entusiasmado en varios mensajes.
Durante varios días, Roberto Arzú ofrece pagar los honorarios de JJ Rendón & Associates Strategics Creativity. E insiste de nuevo en que la transacción está a punto de ocurrir. Pero el dinero no llega.
-No sé fallar querido amigo- dice Arzú.
– Ya veras amigo ya veras no te voy a fallar- repite.
Y falla.
-Estamos full amigo! – exclama Arzú, pero no pasa nada.
Roberto Arzú llama guerra sucia a la acción de Rendón
En una conferencia de prensa emitida este 23 de abril de 2019, el candidato presidencial dijo que él no acudió a la audiencia en la Corte de Florida, el 4 de abril, porque la dirección registrada para su notificación no era su casa, y por lo tanto nunca se enteró. Aseguró que había estado hace un mes y medio en Miami y que no hubo ningún problema. Indicó además que está demanda está enmarcada dentro de la guerra sucia.
“Lleva un fin político atrás, sin duda. Hay personas guatemaltecas involucradas en esto y nos confirma lo que las encuestas han expresado: que somos el proyecto político electoral y nuestra candidatura es la que va en ascenso”, dijo Arzú, sin olvidar mencionar que la orden de captura en su contra se genera a partir de una demanda civil y no penal, por lo que no compete una orden de extradición.
Arzú confirmó que se reunió en dos ocasiones con Juan José Rendón. “Lo conocí porque una persona nos lo recomendó. Tuvimos dos citas, fuimos a hablar y en su presentación supo venderse bien: dijo que había recibido a varios guatemaltecos y candidatos presidenciales y que él los había rechazado en su momento”.
El hijo del ex alcalde capitalino, y actual presidenciable, explicó que la comunicación con Rendón se rompió tras hacerse público, en marzo de 2016, que Andrés Sepúlveda, un hacker colombiano empleado por Rendón, fue condenado a 10 años de prisión por interceptar la comunicación de los negociadores de paz en Colombia. Este reconoció haber «interceptando digitalmente datos». Sepúlveda indicó además haber laborado votos para el Partido de Avanzada Nacional (PAN), en Guatemala, cuyo candidato en ese momento era Juan Gutiérrez.
«Varios meses así, febrero, marzo, abril, junio de 2016, llenos de charlas y promesas de dinero, hasta que Rendón pierde la paciencia e increpa al actual candidato del PAN-Podemos diciendo que su palabra no vale nada».
WhatsApps muestran que Arzú siguió escribiéndose con Rendón
Pese a lo indicado por Roberto Arzú, los mensajes de WhatsApp evidencian que siguió contactando al dueño de JJ Rendón & Associates Strategics Creativity. En Julio de 2016, le escribió con una propuesta un tanto diferente. “Tengo una salida para que estés tranquilo y yo también quieres escucharla” (SIC), escribía desde su teléfono el ahora candidato a la presidencia de la alianza PAN-Podemos.
Su propuesta, para tratar de contener y neutralizar la demanda civil en su contra, consistía en preguntar sobre cuál era el precio de la empresa de Rendón para posicionar su imagen social, política y personal en Guatemala. “Por un tiempo prudencial”, escribía Arzú. Dependiendo de los resultados, él y su equipo decidirían continuar o no con su candidatura. “Un arreglo nuevo desde cero”, proponía.
Rendón, sin embargo, ya no confiaba y la demanda siguió caminando en la cortes judiciales de Miami. En un WhatsaApp, contenido en el expediente, le dijo que sospechaba que un candidato como él nunca podría ponerse de acuerdo con sus financistas. Que no confíaba en los Arzú para nada. Qué estaba perdiendo su tiempo.
“La única forma de arreglar era mandar una propuesta con soporte concreto. Pero para variar te encanta poner la pelota en otro lado”, le contesta Rendón con enfado.
La trayectoria de Rendón
En la conferencia de prensa, además, Roberto Arzú fue preguntado sobre si previo a que se hiciera pública la información de la revista Bloomberg, no tenía ninguna sospecha sobre la integridad de Rendón. “¿Antes de tener contacto con él, ustedes no sospechaban?”, le cuestionó un periodista. “No, la verdad es que no”, respondió Arzu.
Sin embargo, los servicios de Juan José Rendón eran famosos en América Latina desde su asesoramiento a la campaña de Uribe y Juan Manuel Santos en 2010, y sus tácticas sucias en política habían sido publicadas hasta la saciedad en diversos medios de comunicación.
Era llamado como difamador profesional, experto en campaña negra y gigoló político.
Rendón además fue contratado por Henrique Capriles Radonski en Venezuela; en Perú fue contratado por el candidato ultraconservador a la alcaldía de Lima; y por Enrique Peña Nieto en México.
En Centroamérica, según información recogida en distintos medios, trabajó en las campañas de Porfirio Lobo en Honduras, tras el golpe de Estado de 2009. En el Salvador fue asesor de Norman Quijano, candidato de ARENA, en la campaña de 2014 y ese mismo año también fue asesor de Juan Orlando Hernández, el presidente de Honduras, reelecto inconstitucionalmente y en medio de una crisis de legitimidad por señalamientos de fraude electoral.
Rendón también apareció en el juicio del Chapo Guzmán, cuando su secretario personal, Alex Cifuentes, mencionóque su secretaria había sido contratada por Rendón.
Roberto Arzú García-Granados es el hijo primogénito de Álvaro Arzú, el político fundador del Partido de Avanzada Nacional (PAN), ex presidente de Guatemala entre (1996- 2000) y alcalde capitalino desde 2004 hasta su muerte el año pasado.
Mientras el hijo pequeño del ex alcalde, Álvaro Arzú Escobar, lleva ya varios años en política, como diputado con el partido Unionista; para Roberto Arzú García-Granados -su medio hermano- es la primera vez que participa en política. Se le conoce públicamente por haber sido presidente del Club Comunicaciones de la liga nacional de fútbol y poco menos a nivel nacional.
Su campaña, hasta la fecha, se ha basado en mensajes populares en redes sociales, en los que pide la pena de muerte, sacar el ejército a las calles y ofrecer recompensas a la población por denunciar la corrupción.
Este artículo se republica en el marco de la Red de Investigación periodística de Centroamérica conformada entre Revista Factum de El Salvador, No Ficción de Guatemala y Contracorriente en Honduras.
En esta cancha todos los niños quieren ser Messi. Las niñas —al menos la única que hoy juega— quieren ser ellas jugando al fútbol.
En La Leona —uno de los barrios históricos
de Tegucigalpa, más conocido quizá por sus artistas y fiestas— juegan los niños de La Alambra en una cancha de fútbol que de vecinos tiene una planta eléctrica y un basurero.
Pareciera que en esta cancha se habita en ese territorio gris entre la nostalgia por la infancia y lo salvaje de la vida adulta, y es que no hay nada que un adulto no desee más que volver a ser niño, convencidos quizá de que crecer fue una mala idea. La cancha de tierra y polvo de La Leona durante mucho tiempo estuvo destinada únicamente para aquellos hombres que no le tuvieran miedo a fracasar y aventurarse a lo inhóspito. Sin embargo, los niños han avanzado también en conquistar este campo de fútbol, esta arena donde al mejor estilo romano, quien no sale empolvado nunca jugó.
Es posible que muchas infancias transcurran lentas entre el polvo y los raspones, jugar al fútbol en aquellos lugares donde lo seguro es tropezar siempre con la misma piedra, o caer en el mismo bache. Imaginar jugando que se juega en el mejor estadio del mundo, que sé es el mejor
jugador del mundo.
Estos niños, y esta niña, su portera —quien parece ser la única interesada en jugar al fútbol mientras los demás se pelean por quién tira el penal, o quién va con quién— están lejos de las canchas sintéticas donde quizá juegan las verdaderas promesas, el futuro del fútbol hondureño. En esta cancha se juega en estado puro, sin disciplina, sin adiestramiento. La naturaleza de sus victorias no se limitan al gol, o la mejor gambeta elaborada torpeza desde sus pies pequeños, sino en la idea de ser parte de algo superior y colectivo, porque jugar al fútbol siempre fue una actividad de grupo, algo que no podés hacer solo, que necesariamente implica una complicidad.
«Lejos de los fichajes multimillonarios, en una playa sin nombre, alguien patea una pelota o algo que la representa: un bulto de trapo, una lata, una bolsa llena de papeles. Ese gesto transmite un placer inexpresable, el de jugar por jugar.» Lo explicado por Juan Villoro en «Dios es redondo», es la metáfora para quienes juegan desde el anonimato, como estos niños.
En sus camisetas —elaboradas en el mercado negro de la merchandising del fútbol global— de los grandes equipos, no figuran sus nombres sino el de Messi —o según sea el caso, cualquier otro—, esto parece revestirlos de cierta gloria, de cierta magia que los adultos no poseen o perdieron al crecer. Porque si de mayores jugamos al fútbol por dinero, o por salud, o porque intentamos emular la infancia, de niños se juega por placer.
Los niños del polvo y la cancha salvaje conservan lo que no se puede conservar: la ternura de jugar al fútbol sin esperar otra cosa que no sea jugar al fútbol.
El fútbol menor en Honduras se encuentra en el abandono con niños y niñas que en su mayoría juegan en canchas de tierra donde sus huesos están expuestos a quebrarse al igual que sus sueños de llegar a ser deportistas profesionales. En 2005 las autoridades del fútbol hondureño firmaron un acuerdo para empezar el proyecto Semilleros del Futuro que vendría a mejorar las condiciones del fútbol menor con canchas, uniformes y capacitaciones, un proyecto que fracasó por el mal manejo de los fondos, entre irregularidades en la contratación de empresas hasta pago por obras que nunca se realizaron y equipo que nunca fue entregado.
Según informes de una auditoría externa e investigaciones de este periódico, en Semilleros del Futuro, realizado entre 2006 y 2012, al menos 26.2 millones de lempiras (USD 1.389.542) fueron mal ejecutados. Estos fondos estaban destinados a construir 70 canchas para contribuir al crecimiento futbolístico del país y generar espacios de juego seguros para aproximadamente 25 mil niños y niñas.
El proyecto se realizó con fondos nacionales y del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) administrados en un principio por la Federación Nacional Autónoma de Fútbol de Honduras (FENAFUTH) y luego por la Comisión Nacional Pro Instalaciones Deportivas (CONAPID).
Las irregularidades del proyecto se vinculan a una red de corrupción estatal en la que figuran desde el expresidente Rafael Callejas, encarcelado en Estados Unidos por corrupción; hasta Reinaldo Sánchez, actual ministro de la Secretaría de Inclusión Social, quien autorizó la participación de COSEM, una empresa vinculada al desfalco del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) en la remodelación de El Birichiche, un campo histórico en la capital del país.
COSEM: una empresa en fuera de juego
El Birichiche es una cancha cercana al Estadio Nacional en el barrio Morazán de Tegucigalpa, y es el principal centro de encuentros deportivos entre los equipos de las ligas menores en la capital de Honduras. Hasta 2011 éste era un campo de tierra de color rojizo en el que niños y adultos practicaban fútbol exponiéndose a lesiones y golpes a causa del terreno rústico que hasta el momento había sido completamente descuidado.
En 2010 se decide hacer obras de remodelación para convertirlo en una cancha sintética y para colocarle como bandera de un proyecto que fue más efectivo como propaganda política que como beneficio para el país. En ese momento se vivía un gobierno de transición tras el golpe de Estado al expresidente Manuel Zelaya, se intentaban restaurar las relaciones internacionales y dar esperanza de reconciliación con otros sectores de la sociedad, cada proyecto era importante para restaurar la imagen de los políticos que cimentaban las bases del gobierno actual de Juan Orlando Hernández.
Como parte del Proyecto Semilleros del Futuro, en octubre de ese año se abre el proceso de licitación pública para la remodelación de El Birichiche y se planea la sustitución del polvo por grama sintética, siendo Reynaldo Sánchez, además presidente del Consejo Central del Partido Nacional, quien lo firma en su condición, en ese entonces, de presidente de CONAPID.
Las obras a ejecutarse serían el suministro e instalación de grama sintética, instalación de alumbrado eléctrico y las obras de mitigación del Cerro Juana Laínez. El ingeniero Edgardo Núñez, coordinador de proyectos de CONAPID y quien estuvo a cargo de esta obra de Semilleros del Futuro, en una entrevista a Contracorriente resaltó la importancia que tuvo y aseguró que «fue el rostro del proyecto, porque de tener una cancha que por años fue una tradición verla de tierra a tener una de grama sintética, es un logro importante. Esta obra fue de las primeras canchas de grama sintética de ese nivel en Honduras».
Según una auditoría del Tribunal Superior de Cuentas (TSC), el 12 de noviembre de 2010 la comisión de apertura, análisis y evaluación de la licitación recibe las ofertas de tres empresas: Canchas Sintéticas S.A, Suministro Ingeniería Tecnología S. DE R.L (SIT) y Compañía de Servicios Múltiples S. DE R.L (COSEM).
Dentro de esa comisión, encargada de seleccionar a la empresa idónea para el proyecto, destacaba el abogado Juan Carlos Berganza, representante del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) para ese proceso.
Berganza fue despedido del CNA en 2014 y en 2017 fue mencionado por el Ministerio Público por haber recibido dinero proveniente del desfalco al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) del que participó su ex esposa Susette Atuán Rojas. Según la mención, el abogado tenía conocimiento del fraude y aun así aceptó el dinero.
Esta comisión también estaba integrada por el ingeniero Edgardo Núñez y los representantes de la Unidad Ejecutora.
La evaluación de las ofertas técnicas y económicas de las tres empresas dejaría como resultado la desestimación de la oferta hecha por Canchas Sintéticas al considerar que «la garantía de sostenimiento de oferta no garantiza a CONAPID, el precio y demás condiciones del contrato».
Canchas Sintéticas actualmente tiene algunas de las canchas privadas de grama sintética más importantes de la capital y forma parte de la construcción del Centro Menor Birichiche, una zona vecina del proyecto de 2011 en el que se desestimó su oferta.
El Centro Menor Birichiche está siendo ejecutado por la FENAFUTH con fondos de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) e incluye además de la instalación de grama sintética —con un área menor a la del Birichiche—, vestuarios, oficinas administrativas y una amplia gradería para los padres de familia y aficionados. Todo esto se está realizando por un costo aproximado de 7.5 millones de lempiras (USD 141 mil). La mitad del presupuesto base en la obra ejecutada por CONAPID en 2011.
Final de ascenso de tercera a segunda división entre Olimpia vs Leones, partido disputado en la cancha El Birichiche de Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix.
Según el mismo coordinador del proyecto, la oferta de Canchas Sintéticas fue desestimada al presentar un error de redacción en su garantía. No hubo tiempo para reponer este error, espacio que sí se otorgó a la empresa COSEM cuando no presentó el documento de clasificación de la Oficina Normativa de Contratación del Estado (ONCAE), un requisito esencial para poder adjudicar el contrato.
COSEM es una empresa que distribuyó software y computadoras a través de contratos con diversas instituciones del Estado, entre ellas el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS). En 2014 una investigación del Ministerio Público reveló que entre 2010 y 2011 esta compañía pagó sobornos a los directivos de esa institución para ganar un contrato de 19.7 millones de dólares.
Los socios fundadores que participaron de ese hecho son Jorge Daniel Herrera y Óscar Roberto Laínez, apodados como Los Tetos, quienes aceptaron ante la fiscalía haber pagado 72 millones de lempiras (USD 3.8 millones) en coimas y ahora son testigos protegidos en el caso. Según declaraciones de Carlos Montes, otro implicado y exviceministro de trabajo, algunos de los fondos serían utilizados en la campaña electoral del Partido Nacional de 2013.
Las declaraciones de Montes al Tribunal en 2017 indican que el empresario Óscar Laínez depositó en su cuenta para apoyar la campaña del Partido Nacional pues era simpatizante de esa institución política, las investigaciones del Ministerio Público detallan que fueron 3 millones de lempiras (USD 150 mil) los que se transfirieron al Partido Nacional durante el proceso electoral de 2013 en las que se declaró como ganador a Juan Orlando Hernández.
Ante las acusaciones de ese momento, Hernández declaró que el Partido Nacional debía devolver los fondos que recibió del desfalco al IHSS y que él no estaba involucrado de ninguna manera. Parte de esos fondos fueron enviados por COSEM.
Previo a esas declaraciones en los tribunales, en 2015 documentos difundidos por un medio de comunicación, indicaban que cheques de empresas involucradas en el desfalco al IHSS llegaron al Partido Nacional. Estas acusaciones desataron una ola de protestas en las calles y posteriormente resultaron en la llegada de la Misión Contra la Impunidad y la Corrupción en Honduras (MACCIH), una misión internacional enviada por la Organización de Estados Americanos.
En ese mismo periodo en el que la trama de corrupción más grande conocida hasta el momento en el país se estaba gestando, la comisión evaluadora del proyecto Semilleros del Futuro nombró a COSEM como la empresa ganadora del proceso y encargada de la instalación de grama sintética en El Birichiche y se firmó contrato el 16 de mayo de 2011 entre Jorge Daniel Herrera y Reinaldo Sánchez como presidente de CONAPID, por un valor de 14.9 millones de lempiras (USD 792 mil).
El Centro Menor Birichiche pronto estará listo para el uso de los equipos de las ligas menores de la ciudad de Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix.
Según un socio de una de las empresas a las que no se adjudicó la obra, en ese proceso hubo corrupción ya que se le asignó un proyecto a una empresa que hasta ese momento no tenía ninguna experiencia en el rubro y se dedicaba a vender sistemas de computación.
En su acta de constitución inicial, COSEM tiene como razón social la importación—exportación, compra—venta y distribución en todo el país de mercadería de todo tipo, representación de marcas extranjeras y todo tipo de actividades mercantiles. En ningún momento se menciona el rubro de construcción de obras civiles o instalaciones deportivas.
A pesar de estas situaciones se firmó el contrato, que según representantes del Colegio de Ingenieros Civiles de Honduras (CICH) parte de la ilegalidad.
«En los proyectos de obras civiles debe haber un proceso antes de la licitación —afirma la ingeniera Ela Martínez de la fiscalía del CICH— y dentro de la lista de información que se pide siempre está la constancia de inscripción en el colegio de ingenieros civiles, es un requisito no negociable porque la ley lo establece».
Según información oficial brindada por este colegio profesional, COSEM nunca ha sido inscrita en su sistema por lo que nunca debió obtener el contrato para ejecutar una obra civil como la que se le adjudicó.
El mejoramiento de la histórica cancha de El Birichiche tuvo un costo total de Lps.18,712,304.28 dentro del Proyecto Semilleros del Futuro. El Birichiche alberga a las ligas menores de fútbol de la ciudad de Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix.
Cuando se le pregunta al ingeniero Núñez sobre el involucramiento en casos de corrupción de la empresa a la que ellos adjudicaron esta obra, se pone incómodo y se limita a decir en un tono de voz más serio que «se desarrolló e hizo en su tiempo, no sabría darle una opinión al respecto, estas personas tienen un trámite legal correspondiente así que en todo caso sería de preguntarle a ellos».
Durante varias semanas se intentó contactar a los representantes de COSEM sin éxito, no aparecen en la base de datos de proveedores de ONCAE y aunque también se le solicitó información sobre el registro de la empresa a ONCAE, no hubo respuesta.
También se contactó para una entrevista a Óscar Reniery Sánchez, ingeniero al que COSEM contrató para coordinar el proyecto, Sánchez es el actual Coordinador de la Comisión de Vigilancia del CICH. A pesar de los correos y mensajes no se obtuvo respuesta.
El ingeniero Núñez es el único de los involucrados directamente en el proyecto que acepta dar una entrevista. Reinaldo Sánchez a través de su asistente dejó de contestar los mensajes cuando se le plantearon algunas de las irregularidades detectadas. Días después, el ahora ministro de la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (SEDIS) y presidente del Partido Nacional celebraba la obtención de un reconocimiento otorgado por el Instituto de Acceso a la Información Pública por la transparencia con la que esta institución política se maneja.
La presencia de Reinaldo Sánchez en todos los documentos del proyecto de El Birichiche es notable en la intermediación con COSEM, la firma del contrato con la empresa de «los Tetos» y las órdenes de pago.
A criterio del ingeniero Rigoberto Izaguirre, presidente del CICH, tanto COSEM como CONAPID violentaron la ley porque «la empresa que va a ofertar servicios de ingeniería tiene que estar debidamente inscrita y es obligación del funcionario público verificar que se cumpla con la ley exigiendo la inscripción en el colegio respectivo».
Jugar al proselitismo en las canchas sin construir
Las canchas de tierra han sido un lugar común para las ligas menores y amateurs en Tegucigalpa. Una de las más representativas era el campo Birichiche donde se desarrollaban diversos campeonatos y se formaban muchos de los jugadores que llegaban a la liga profesional de fútbol. Por eso es que cuando se firma la modificación del contrato del BCIE y se sustituye a FENAFUTH como organismo ejecutor de Semilleros del Futuro por CONAPID, El Birichiche surge como proyecto referente por su remodelación.
A pesar que dicho cambio se firmó en 2007 no fue sino hasta 2010 cuando se empieza formalmente con la segunda etapa del proyecto. Ese año Reinaldo Sánchez asume como presidente de la junta directiva de CONAPID mientras simultáneamente ejercía como Secretario Privado del Presidente de la República, Porfirio Lobo.
En las elecciones de 2009 después del Golpe de Estado en Honduras, Reinaldo Sánchez fue elegido como diputado por el departamento de Olancho y luego fue posicionado en estos puestos. Después de una crisis política profunda, afirmar la imagen del partido era importante y el proyecto Semilleros del Futuro sería trascendental como espacio de posicionamiento y propaganda ante la población.
El coordinador del proyecto, Edgardo Núñez, ya había trabajado en la temática deportiva, encargado de proyectos en la Alcaldía Municipal del Distrito Central y que conocía a algunas de las principales figuras del Partido Nacional en aquel momento.
«Es un proyecto que se dio con la mejor intención de que la juventud se alejara de las drogas, los malos pasos y el objetivo era mantenerlos entretenidos», dice Núñez.
Niños juegan en una cancha de tierra sin grama en un barrio de Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix.
Cuando Semilleros del Futuro se rediseña para su segunda etapa, se define un total de 70 canchas como objetivo total. CONAPID se encargaría de la ejecución de 14 canchas con su respectiva grama natural, sistema de riego, cercado perimetral, servicios sanitarios y camerinos; 47 canchas polideportivas hechas de cemento y la mayor inversión individual sería destinada al mítico Birichiche. Un total de 62 sub proyectos que se sumarían a los 8 ya finalizados en la etapa previa por FENAFUTH.
Eran 16 departamentos los que serían beneficiados con canchas, pero de las 62 obras que iban a realizarse solo se ejecutaron 15 a causa de las irregularidades administrativas que posteriormente provocaron la suspensión de los desembolsos y el cierre del proyecto.
Un informe de auditoría externa realizado por la firma Aguirre y Asociados asegura que las licitaciones a cargo de CONAPID, examinadas hasta el 30 de septiembre de 2011, sí se realizaron según la Ley de Contrataciones del Estado y los lineamientos de adquisición del BCIE. Las obras se ejecutarían pero sus actos de inauguración serían utilizados como una plataforma política para los que en ese momento eran los líderes más importantes del Partido Nacional.
En relación a los otros componentes del proyecto, como capacitación e implementos deportivos, la inversión fue mínima. En esos dos aspectos se invirtió un total de 854 mil lempiras (USD 45 mil) mientras que a la Unidad Ejecutora que administró el proyecto se le pagó un total de 10.5 millones de lempiras (USD 558 mil), casi el 80% del pago total estipulado a pesar de que la ejecución de Semilleros del Futuro fue del 31%.
En el periodo en que Semilleros del Futuro fue administrado por la institución dirigida por Reinaldo Sánchez se le pagó a la Unidad Ejecutora el 66% del total que finalmente obtuvieron como ganancia.
Asociación de Servicios Especializados para el Desarrollo (SEDE) fue la empresa a la que se contrató como Unidad Ejecutora del proyecto y a quien en múltiples informes se señalaría como la responsable de no llevar un buen manejo técnico y administrativo del proyecto, una de las causas de su fracaso.
Un ejemplo de las irregularidades con las que se desarrolló esta empresa son los apuntes dados por el Tribunal Superior de Cuentas en la Auditoría del Departamento de Fiscalización de la Deuda Pública donde se afirma que la falta de cumplimiento por parte de la Unidad Ejecutora al no presentar al BCIE informes anuales de auditoría externa, realizados por una empresa acreditada por la Comisión Nacional de Bancos y Seguros, constituyó un caso de negligencia administrativa que ocasionó que no se pudieran detectar las deficiencias del proyecto evitando que se subsanaran y se siguieran cometiendo, hecho que según ese informe provocó «un perjuicio económico para el país».
A pesar de todas estas irregularidades, al preguntarle a Edgardo Núñez sobre la efectividad del proyecto, reclina su silla y con una sonrisa, afirma que «fue una alegría poder llevarle a la gente de escasos recursos con el apoyo del BCIE y del gobierno toda esta cantidad de proyectos, charlas, uniformes. Siento que el gobierno hizo su parte al cumplirle a las comunidades las solicitudes de los proyectos».
«La verdad es que nosotros no sabemos ni cuánto costó este proyecto, porque aquí no le dan información a nadie de nada. Nosotros preguntamos pero se hacen los locos», dice doña Reyna, refiriéndose a la cancha de grama sintética de El Birichiche.
Doña Reyna trabaja desde hace 20 años con las ligas menores del Club Deportivo Olimpia y asegura que a pesar de la utilidad que tiene esta cancha, hacen falta muchas cosas para completar las condiciones óptimas para el desarrollo de las ligas menores. No hay baños en buen estado, ni camerinos, y los jóvenes tienen que cambiarse en público. Según cuenta doña Reyna, esta falta de privacidad hace que al salir del partido se generen peleas entre los jugadores.
Sentarse a ver un partido en El Birichiche es suficiente para notar que las graderías viejas, los baños tenebrosos y las mallas rotas del campo alejan la idea que se vendió de una cancha de primer nivel que valía cada millón invertido. Los 18.7 millones de lempiras (USD 990 mil) que se le pagaron a COSEM por esta construcción.
Reina Varela, representante delegada de las Fuerzas Básicas Olimpistas en la Liga Federico Fortín entrega el trofeo por el tercer puesto al capitán de Tigres. Foto: Martín Cálix.
Un total de 3.7 millones de lempiras (USD 198 mil) más de lo estipulado originalmente en el contrato, a causa de una serie de ajustes planteados por la empresa de «Los Tetos». Estas ampliaciones fueron irregulares ya que según el acuerdo inicial no se aceptarían variaciones de más del 5% del valor del contrato; sin embargo, el aumento final de la obra fue del 24.96%.
Las bases de licitación indicaban que la instalación de grama sintética tendría que ser con calidad avalada por la FIFA en 7,521 metros cuadrados; según los presupuestos presentados por COSEM, esta instalación tuvo el valor de 6.9 millones de lempiras (USD 370 mil).
Para efectos de esta investigación se cotizó la compra e instalación de grama sintética para la misma área de la obra en El Birichiche. Dicha cotización se hizo con uno de los proveedores avalados por la FIFA en Honduras y resultó que nueve años después, el valor de compra e instalación era de 3.6 millones de lempiras (USD 192 mil). Un 50% menos que el costo dado por COSEM en aquel momento, 9 años atrás.
Carlos Muñoz, técnico del Federal de la liga Gustavo Rivera de categoría sub 14, da indicaciones a sus jóvenes jugadores en el descanso de medio tiempo durante un partido disputado en la cancha de El Birichiche contra el equipo Estudiantes. Foto: Martín Cálix.
«Ahorita la acaban de reparar, ya va a necesitar cambio la grama, es que si le dieran el mantenimiento adecuado duraría un poco más», se lamenta doña Reyna, quien señala cómo esa grama sintética de 7 millones de lempiras ya se había despegado causando que los futbolistas se lesionaran.
«¿Qué hacen el presupuesto? No le puedo decir que se lo roban porque la verdad yo no soy quién para decir que se lo roban, allá a la conciencia de ellos. A uno solo le queda esperar que hagan mejores proyectos».
Los registros de pago a COSEM por la construcción de El Birichiche a los que tuvo acceso este periódico presentan inconsistencias.
A partir del 1 de junio de 2011 hasta el 5 de junio de 2012 se emitieron 10 cheques a nombre de COSEM por el valor total de 18.7 millones de lempiras (USD 990 mil). En ese mismo periodo de tiempo, la empresa emitió 11 recibos por un valor de 24.4 millones de lempiras (USD 1.3 millones).
El exceso se debe a un recibo firmado por Óscar Laínez, en ese momento gerente general de COSEM, en el que se describe que el 21 de julio de 2011 recibieron la cantidad de 5,654,992 lempiras (USD 299 mil) por el concepto de estimación de la obra; sin embargo, en el expediente no hay copia del cheque recibido.
Entre los pagos efectuados en 2012, ya finalizada la obra, se emiten tres recibos por el mismo concepto descrito en el de julio del año anterior, esta vez con la copia respectiva de los cheques.
El beneficio de esta obra pagada de forma irregular a COSEM tenía principalmente una visión proselitista en favor de Juan Orlando Hernández, Porfirio Lobo y las instituciones ejecutoras que posicionaron la obra como un logro de los presidentes del poder ejecutivo y legislativo.
Al momento de inaugurarse la obra se dijo que se había recibido un millón de lempiras por parte del Congreso Nacional pero no hay evidencia de ese aporte en el expediente de la obra. Según los registros, todos los fondos de esta obra vinieron del Gobierno Central ya que desde agosto de 2011 el BCIE dejó de hacer los desembolsos por su contraparte a causa de las irregularidades del proyecto.
Finalmente, el 21 de diciembre de 2011 se da la patada de inauguración de la nueva cancha de El Birichiche. Este evento contó con la presencia del entonces presidente de la República, Porfirio Lobo, y el titular del Congreso Nacional, Juan Orlando Hernández. Además, de otros personajes como la diputada nacionalista Lena Gutiérrez, Rafael Callejas de FENAFUTH y Reinaldo Sánchez como presidente de CONAPID.
Porfirio Lobo incluso aprovechó la celebración para repartir un pastel por su cumpleaños.
Muchos niños y niñas asistieron al evento con la emoción inmensa de una cancha que, según declaraciones de Reinaldo Sánchez, beneficiaría a 60 mil niños y niñas en la capital. Según las estimaciones hechas oficialmente en el documento de rediseño del proyecto son 875 niños y niñas los beneficiarios de la obra.
Para que se cumplan las estimaciones dadas por las autoridades de CONAPID y del Congreso Nacional tendrían que existir 2,400 equipos en las ligas menores de Tegucigalpa, practicar exclusivamente en el Birichiche y cada día tendrían que jugar 6 o 7 equipos. Esta estimación dada por las autoridades indica que los equipos solo jugarían una vez al año en la cancha.
En las palabras de inauguración, el ahora Presidente Juan Orlando Hernández, afirmaría: «Este Congreso Nacional va a participar intensivamente en la actividad deportiva de Honduras, como nunca antes».
Ocho años después de ese evento no se ha realizado ningún proyecto similar en otra zona de la capital, pero el ingeniero Núñez parece satisfecho con lo que se hizo, a pesar de que según él, «es difícil quedar bien con todo mundo».
«Creo que el proyecto se hizo lo mejor que se pudo y usted puede ver que tenemos un proyecto en el que juegan día y noche y allí está. El cerro no ha sufrido ningún tipo de desprendimiento, para mí sí ha sido un proyecto exitoso», asegura.
Según doña Reyna, sentarse a ver un partido en El Birichiche es peligroso, por dos aspectos: El poco mantenimiento de las gradas que parece provocar que tarde o temprano se caigan y las ratas que se pasean por las graderías e incluso pueden morder a algún desprevenido.
«Uno se puede enojar pero a ellos poco les importa y nunca les ha importado. Allí vienen con unas cuantas cositas de vez en cuando. Las cosas tienen que ser permanentes».
A pesar de que en Tegucigalpa no se han realizado obras de este valor y magnitud, sí se han realizado proyectos de esta índole en otras zonas del país. Es inevitable hacer comparativas.
La Dirección General de Obras Públicas ejecutó en 2017 un proyecto con el mismo valor que el de El Birichiche y las diferencias son notables considerando que en esta obra hecha en el departamento de Choluteca se construyeron graderías, salón de usos múltiples, muro perimetral y una pista de concreto hidráulico.
La cancha de futbol, un campo histórico para el juego político
Utilizar la construcción de estadios o campos deportivos como promoción política es una estrategia histórica en los gobernantes hondureños. Tiburcio Carías Andino fue un militar y político del Partido Nacional que desde 1933 hasta 1949 instauró un régimen dictatorial que fortaleció a las Fuerzas Armadas, incentivó el enclave bananero que explotaba a los trabajadores de la industria, persiguió cruelmente a sus opositores e invirtió mucho en infraestructura. En ese periodo y por su mandato se construye el Estadio Nacional y nace El Birichiche.
Según Juan Manuel Aguilar, historiador y docente universitario, Carías tenía la intención de construir una pista de aterrizaje en las faldas del cerro Juana Laínez pero se dio cuenta de que el espacio era muy reducido y se encomendó establecer estas instalaciones deportivas en la zona. Un legado histórico que, a pesar de las violaciones de derechos humanos durante su mandato, muchos le agradecen.
Al finalizarse su construcción, el Estadio Nacional fue un lugar para la práctica del fútbol y béisbol; sin embargo, el Birichiche desde el principio fue para patear la pelota y gritar gol, nunca tuvo otra razón de ser, aunque tiempo después se llegó a practicar otros deportes y hasta sirvió de campo de tiro para los militares que trabajaban para la dictadura.
Según cuenta el historiador, todos los martes y viernes desde 1938 hasta 1946 un grupo de militares asistía al polvoriento campo para disparar hacia las faldas del cerro y mejorar su puntería. Al atardecer cuando los militares se iban, algunos niños que observaban la práctica desde lejos, corrían hacia las faldas del cerro para sacar el plomo y luego revenderlo en el mercado a una fábrica que elaboraba pesas para la Penitenciaría Nacional.
Los otros días y los fines de semana el campo era para jugar al fútbol. Las escuelas llevaban a los alumnos a practicar gimnasia y las ligas amateurs jugaban sus partidos más importantes.
Al terminar la dictadura, el Birichiche seguiría como una cancha dura y polvorienta albergando la práctica del fútbol en la capital hondureña y en la época más reciente sería el hogar de las ligas menores.
Jugar al futbol cerca de la muerte
Cuando el proyecto Semilleros del Futuro fue administrado por CONAPID, se estipuló la construcción de 47 canchas polideportivas en todo el país, finalmente se completaron 11 de esas canchas. Solo uno de estos proyectos fue en Tegucigalpa, en la colonia Mary Flakes, cercana a un cementerio.
En enero de 2011 Reinaldo Sánchez inauguró la obra con la presencia de varios integrantes del Partido Nacional. La cancha fue bautizada con el nombre de Lena Gutiérrez, parlamentaria que 4 años después, el Ministerio Publico acusó por delitos contra la salud pública, falsificación de documentos y fraude en perjuicio del IHSS.
Gutiérrez, quien también estuvo en la inauguración del proyecto en El Birichiche, era vicepresidenta del Congreso Nacional cuando se le acusó de manejar una empresa que supuestamente vendió medicamentos irregulares a la Secretaría de Salud por un valor de 6.4 millones de lempiras (USD 121 mil).
Gutiérrez fue una de las líderes más importantes y visibles del Partido Nacional hasta esa acusación y constantemente apoyaba las actividades de los otros personajes cercanos a la presidencia de Juan Orlando Hernández.
Óscar Álvarez, en ese momento titular de la Secretaría de Seguridad y del mismo partido que Gutiérrez y Hernández, también acompañó esa inauguración y firmó un convenio en el que se prometía la presencia policial en las distintas instalaciones deportivas de todo el país. Un acuerdo que aparentemente no se cumplió.
El acceso en la colonia Mary Flakes no es fácil, controlada por la Mara Salvatrucha es una de las zonas más peligrosas de la ciudad y constantemente hay noticias de asesinatos y denuncias de extorsión.
En el informe de auditoría externa realizado solo algunos meses después de inaugurarse la obra se describe que «se pudo verificar que ha sufrido bastante deterioro, debido a actos vandálicos. Entre los daños se puede mencionar el robo de los portones, de los faroles, del sistema eléctrico entre otros».
El ingeniero Núñez asegura que este proyecto tenía como uno de sus objetivos apartar a los niños y niñas de la violencia generando espacios de juego seguros para que se desarrollen. Los espacios de juego no se concretaron y los pocos que se construyeron están en el abandono porque acercarse a estas canchas en los barrios controlados por las pandillas es jugar fútbol cerca de la muerte.
Entrenamiento de la Selección Juvenil Femenina de Fútbol de Honduras en la cancha de El Birichiche. Foto: Martín Cálix
Corrupción: inicia el partido
Con el objetivo de dar financiamiento parcial al proyecto Semilleros del Futuro, el 26 de agosto de 2005 se firmó el contrato de préstamo 1649 entre el Gobierno de Honduras, FENAFUTH y el BCIE por un monto de 56.7 millones de lempiras (USD 3 millones). Las firmas de ese acuerdo incluyeron a Rafael Callejas, presidente de la federación nacional de fútbol y expresidente de la República; y como testigo de honor a Ricardo Maduro Joest quien en ese entonces era el titular del Poder Ejecutivo.
Una auditoría del Tribunal Superior de Cuentas señaló posteriormente que el mismo año de ese acuerdo también se perdieron 30 mil dólares en la FENAFUTH debido a que Joma Sport, el patrocinador de la Selección Nacional de Honduras, entregó solo la mitad de una compra de 2 mil piezas de material deportivo. A pesar del perjuicio económico no se realizó el reclamo respectivo desde la federación y se pagó como si la operación de compra hubiese sido completa. Esta clase de irregularidades se repetirían en el acuerdo recién firmado.
El proyecto contó con dos etapas de ejecución. La primera estuvo a cargo de FENAFUTH donde Rafael Callejas y Alfredo Hawitt eran los máximos ejecutivos. Los objetivos iniciales eran la construcción de 65 canchas deportivas, rehabilitación de la estructura física de El Birichiche, entrega de 51 mil implementos deportivos; charlas para niños y niñas, entrenadores, árbitros y dirigentes; y formación de al menos 780 nuevos clubes de menores.
El costo total del proyecto sería de aproximadamente 154 millones de lempiras (USD 8.2 millones) entre los fondos de préstamo y los fondos públicos, siendo el componente de infraestructura el de mayor inversión. Se construirían dos tipos de canchas, todas con grama natural, sistema de riego, cercado perimetral, servicios sanitarios y camerinos. Era un sueño hecho realidad para el fútbol menor de un país que, hasta el año en que se firmó el acuerdo, solo había clasificado una vez al mundial mayor de fútbol.
Según el informe de auditoría externa realizado por la firma Aguirre y Asociados, al momento del cierre del proyecto en diciembre de 2011 solo se habían ejecutado 49 millones de lempiras (USD 2.6 millones). Debido a las faltas administrativas de la Unidad Ejecutora y la falta de soluciones por parte de CONAPID se suspendieron los fondos por parte del BCIE y solo se completó el 31% del proyecto. De esos 49 millones de lempiras ejecutados, este periódico identificó que 26 millones (USD 1.4 millones) presentan irregularidades.
Ocho años después de desaprovechar esta oportunidad doña Reyna no recuerda algún proyecto denominado Semilleros del Futuro, a pesar de estar sentada frente al edificio administrativo que se construyó con dichos fondos para tener las oficinas regionales centro—oriente de la federación de fútbol en Tegucigalpa.
«El apoyo es mínimo porque no dan lo que verdaderamente tendrían que dar, aquí en Honduras estamos con escasez de canchas y la verdad es que la federación perdió la oportunidad de comprar muchos terrenos aquí en la capital, pudieron haberlos comprado y hubieran tenido un bonito proyecto», explica. Doña Reyna se refiere al proyecto Gol, uno anterior al de Semilleros del Futuro pero muy conocido por la corrupción con que se manejaron los fondos otorgados por la FIFA a la FENAFUTH.
Esta mujer de 63 años ha dedicado una gran parte de su vida al fútbol menor, por eso observa con detenimiento a la selección femenina de fútbol que juega frente al lugar donde ella está sentada. Cuando se le pregunta sobre el futuro de las ligas menores dice con una arruga en la frente que, «cada día viene decayendo más el fútbol. No tenemos semilla para poder sembrar y el fútbol va a seguir decayendo».
Momento en el que los jóvenes del Club Deportivo Olimpia de la Liga Federico Fortín de Tercera División celebran la conquista del campeonato y el pase a la Segunda División de la Liga Nacional de Fútbol. Foto: Martín Cálix.
De las 70 canchas que se pretendía construir en total entre la primera y segunda etapa del proyecto Semilleros del Futuro, el informe de auditoría externa indica que solo se realizó la construcción de 24 canchas debido a que no se desembolsaron los fondos suficientes a causa del mal manejo del proyecto.
Bajo la administración de FENAFUTH, entre 2005 y 2008, se adjudicaron 10 de esas 24 canchas; la auditoría denuncia que no existe registro de las ofertas técnicas y económicas presentadas por las diez empresas a las que se adjudicaron esos procesos, éste es un requisito obligatorio según la Ley de Contrataciones del Estado y los lineamientos de adquisición del BCIE.
El Centro Menor Birichiche pronto estará listo para el uso de los equipos de las ligas menores de la ciudad de Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix.
Una de las construcciones adjudicadas de manera ilegal fue la cancha del municipio de Lepaera en el departamento de Lempira, en el occidente de Honduras. Se firmó el 7 de agosto de 2006 por un monto de 1.3 millones de lempiras (USD 67 mil), y se adjudicó a la empresa Constructora de Occidente S.A (COOCSA). Según una nota publicada por un diario nacional, hasta el 15 de mayo de 2008 no se había realizado la obra y los pobladores temían que nunca se ejecutara. Al momento de la auditoría externa solo se había realizado el 54% del proyecto.
Cuando se consultó por la finalización del proyecto a la Alcaldía Municipal de Lepaera, la encargada de proyectos de esa municipalidad afirmó que la obra sí había sido finalizada pero que recientemente se había renovado con la inauguración de un Parque para una Vida Mejor, proyecto impulsado por el Presidente Juan Orlando Hernández y la primera dama Ana García.
COOCSA también fue beneficiada con la adjudicación del proyecto de construcción de una cancha en Santa Bárbara. En ese caso el 28 de julio de 2006 se emitió un pago por el valor de 266,051 lempiras (USD 14 mil) por el concepto de «anticipo para la construcción». Un año después, el 12 de julio de 2007, se volvió a repetir el pago con la misma descripción por el valor de 99,993 lempiras (USD 5 mil) sin ninguna justificación por parte de FENAFUTH.
Otra de las irregularidades importantes dentro de esos 10 proyectos sin oferta técnica y económica adjudicados por la federación presidida por Callejas, es que el 13 de junio de 2006 se realizó el pago de 540,610 lempiras (USD 29 mil dólares) a la empresa Grupo Profesional de la Construcción por anticipo a la construcción de dos proyectos en los departamentos de Valle y Choluteca. Esos proyectos nunca se ejecutaron y fue cuatro años después, cuando CONAPID asumió la coordinación, que finalmente se construyeron.
En total, fueron 14.3 millones de lempiras (USD 758 mil) que FENAFUTH adjudicó sin tener una oferta técnica y económica de los proyectos.
Pon el cursor sober el mapa y dale Click a los puntos rojos para ver datos de canchas:
Antes de estar al mando de FENAFUTH Rafael Leonardo Callejas fue Presidente de Honduras entre 1990 y 1994. Algunos meses después de terminar su mandato, fue acusado por el Ministerio Público por los delitos de malversación de caudales públicos, falsificación de documentos, abuso de autoridad, abrogación de funciones correspondientes al cargo y fraude. Acusaciones que revelan el retrato de cuatro casos de corrupción ejecutados en su periodo como titular del Poder Ejecutivo.
A partir de ese momento se inició un proceso judicial señalado por diversos sectores de la sociedad como irregular y en el que Callejas y otros funcionarios fueron beneficiados con un sobreseimiento definitivo en mayo de 2007.
Las investigaciones y acusaciones en su contra no impedirían que en 2002 Callejas asumiera las riendas de la federación de fútbol, un cargo que mantuvo durante 13 años hasta que en 2015 fue acusado por una corte de Nueva York en Estados Unidos por el escándalo de corrupción FIFA GATE al ser parte de una red de crimen organizado y conspiración en la que recibió junto a Alfredo Hawitt, secretario de la FENAFUTH, sobornos por una cantidad aproximada de 10 millones de lempiras (USD 600 mil) a cambio de la adjudicación de los contratos de derechos comerciales y de transmisión de los partidos de clasificación de la selección hondureña para la Copa Mundial de fútbol.
Cuando a doña Reyna se le pregunta por las gestiones de Callejas y Hawitt hace la cabeza hacia atrás, suspira y dice: «Buenas no fueron porque el único proyecto que hicieron aquí fue arreglar esta cancha de El Birichiche —cancha frente a la que se encuentra— porque las ligas menores se lo exigían y ellos vieron la necesidad».
Doña Reyna no sabe que la instalación de grama sintética en El Birichiche no fue gestión de FENAFUTH.
«Si hubo corrupción no se van a escapar. De la justicia de Dios y de los hombres nadie se escapa», sentencia con un aire de indignación.
Uniformes invisibles
Niños juegan en una cancha de tierra sin grama en un barrio de Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix.
El proyecto tenía destinado casi 29 millones de lempiras (USD 1.5 millones) para la entrega de 51 mil implementos deportivos. Este rubro era el segundo más importante en Semilleros del Futuro. En 2006 se destinaron los fondos para la entrega inicial de dichos implementos a tres regionales de la Federación de Fútbol. Uniformes, balones y otros implementos que, según el informe de auditoría externa, nunca llegaron a manos de los niños y niñas en tres regiones del país a los que estaban destinados.
A partir del 11 de enero de 2006 se emitieron tres cheques por un valor total de 1.8 millones de lempiras (USD 98 mil) para llevar implementos deportivos a 7 canchas distribuidas en las regionales Centro—Oriente, Occidente y Sur de Honduras. El informe indica que no se identificó evidencia alguna de la entrega del equipo, no existen recibos o actas de recepción y no hay pista alguna del destino de esos fondos.
Durante los seis años que duró el proyecto no se hizo otra inversión para la distribución de implementos deportivos en las ligas menores.
Entre los implementos que nunca llegaron a su destino, construcciones asignadas sin el debido proceso y otras irregularidades que la auditoría externa define como «gastos no elegibles», fueron un total de 17.7 millones de lempiras (USD 937,344) mal ejecutados por la FENAFUTH a cargo de Rafael Leonardo Callejas. Hasta la fecha de la publicación de este reportaje esta institución no ha dado declaraciones sobre su implicación en este caso de corrupción.
Juego amañado
Un jugador del equipo Estudiantes intenta avanzar hacia campo rival ante la marcación atenta de los jugadores del Federal, partido de la liga Gustavo Rivera de categoría sub 14 que se desarrolla en la cancha de El Birichiche en la ciudad de Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix.
Las instituciones dirigidas por Rafael Callejas y Reinaldo Sánchez permitieron que 26.7 millones de lempiras se manejaran de forma irregular, esos fondos estaban destinados a la construcción de canchas, entrega de implementos deportivos y capacitaciones. Además se utilizó como plataforma política para consolidar el proyecto de gobierno de Juan Orlando Hernández, con obras como la remodelación de El Birichiche, en la que se otorgó una licitación de manera ilegal a COSEM, empresa involucrada en otros casos de corrupción. Un hecho que solo se suma a las otras tramas de corrupción en el gobierno inconstitucional de Hernández.
Una Auditoría del Departamento de Fiscalización de la Deuda Pública afirma que las obras que fueron construidas en este proyecto se encuentran en abandono, sin mantenimiento, utilizadas para fines diferentes para las que fueron creadas, inconclusas y otras están siendo saqueadas.
El informe indica que «se puede concluir que el proyecto no ha cumplido con los objetivos, ni los beneficios para el cual fueron otorgados los fondos, pero sí tenemos que pagar una deuda que afecta la situación económica del país».
A pesar de no haber cumplido con los requerimientos de ese préstamo y perjudicar económicamente al país, representantes del BCIE afirmaron que en 2019 esa institución dispondrá de más de 7 mil millones de lempiras (USD 296 millones) para prestar al país.
Honduras vive una escalada en suicidios. Un país violento, no solamente porque así lo indica su tasa de homicidios, sino porque la violencia cotidiana termina afectando a toda la población que ha perdido la esperanza. En un país del horror, donde los medios de comunicación buscan respuestas en lo paranormal, quienes atienden la salud mental de la población son pocos, sigue siendo deuda del Estado. En este podcast conocen la historia de Mireya y Fanny dos mujeres que han dedicado su vida a ayudar con las cargas de otros.
Conocí a Juana Pavón en el Redondel de los artesanos, en Tegucigalpa. Yo tenía catorce años y había sido invitada a tocar piano en una noche cultural organizada por Mujeres en las Artes. Juana bailaba mientras yo tocaba a Bach y esa es la primera imagen que tengo de ella. Esa noche me abrazó y besó, y mientras tomaba mis manos y acariciaba mi rostro, me dijo: «Yo tengo una hija». No entendí esas palabras. Yo no conocía a Juana, no sabía quién era esa mujer excéntrica, explosiva, que no sentía vergüenza y que pronunciaba palabras irreverentes, pero que al mismo tiempo era capaz de dar amor e iluminar con su ternura a una niña asustada de catorce años.
Pasaron algunos meses y volví a encontrarme con ella en recitales de poesía, en conciertos y en exposiciones de pintura. Hasta ese momento nunca había leído a Juana, me incomodaba escucharla en sus recitales y conversatorios sobre poesía porque sus escandalosas expresiones me hacían saltar de asombro. Yo fui criada en una familia de «buenas costumbres» de «recatados pensamientos» y este era un estilo de vida que no era permitido contradecir. Juana Pavón creaba un choque de emociones en mí porque me hacía cuestionar esos patrones tan presentes en mi diario vivir. «¿Qué cosa le ven a Juana?», les preguntaba a mis amistades cuando la citaban o la aplaudían de manera efusiva, pero ignoraban mi pregunta y yo seguía sin entender.
Pasaron muchos años. Me acompañé de la poesía y de otras lecturas durante noches, días y meses; descubrí a Clementina Suárez, a Amanda Castro y a Teresa Morejón de Bográn, entre otras, y todas ellas me llevaron a redescubrir a Juana Pavón, Margarita Velásquez Pavón (su nombre de cuna) o Juana la Loca; y a través de su poesía encontré a la mujer desmitificadora, comprendí a la mujer ultrajada, conocí a la mujer violada, me identifiqué con la mujer marginada, descubrí a la mujer valiente que con la palabra denunciaba y rompía patrones y nos daba lecciones de amor, de fortaleza y de lucha.
La poesía de Juana rompió con los esquemas tradicionales. Era mordaz y transgresora en su lenguaje, su palabra testimonial denunciaba la violencia que vivió y que sabía que vivían otras mujeres. Su tono conversacional provocaba una empatía con quien se adentraba en sus letras.
¿Por qué escribo sobre Juana Pavón? Porque Juanita me enseñó que yo era esa sujeto, la privilegiada, la no privilegiada a quien le da risa el Día de la mujer, la que calla y espera, la que tiene motivos para gritar, la que está unida a las otras mujeres porque nos une un vientre, porque «latimos… latimos…latimos! / somos río, mar/ jungla, sol/ luna y pulmón».
¿Qué le miraban a Juana? Lo que yo no podía ver en aquel entonces: su palabra inclemente, a la poeta a quien el sufrimiento humano no le era ajeno, a la madre que sufría por no estar con sus hijos e hija, a la mujer que nos daba voz a todas, a la poeta empoderada que no se preocupaba ni atendía protocolos y tradiciones poéticas, que no tenía miedo de expresar su pensar. A la mujer que vivía su poesía.
La última vez que vi a Juana fue en 2008. La encontré caminando en una calle de Tegucigalpa, nos abrazamos y me regaló su hermosa sonrisa. Le dije: «Juanita la ha leído», y me preguntó: «¿Ya leíste a Clementina y a Roberto Sosa? Ahora ya podés volar entonces, mi patito feo».
Juana ha muerto hoy y hago mías las palabras del maestro Carlos Lanza: «A todo cielo, a todo mundo, como mueren las poetas, ha muerto la poesía mujer o la mujer poesía, ha muerto de vivir y de soñar».
Celebro y agradezco su vida, su locura divina, su explosión, su ternura, su inmensa palabra.
La mano que da siempre, está por encima de la mano que recibe
(Proverbio africano)
Portada: «La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón», por la compañía de la Escuela Nacional de Arte Dramático, en el Teatro Nicolás Avellaneda de Comayaguela en agosto de 2017.
Foto: Martín Cálix
Texto: Teatro Proyecto Lagartija Centroamérica
Desde que lo sacaron de las plazas y calles y lo encajonaron en salas, el arte «de las tablas», ha requerido de auxilios económicos públicos y privados para su producción.
Esta relación de dependencia frente al poder (de cualquier índole que sea) se ha venido considerando como normal, —pero porque así ha sido, pensamos, no significa que lo siga siendo—. Las condiciones y contextos, en efecto, están modificándose con gran velocidad.
En estos tiempos que corren, signados por lo que se llaman postmodernidad, el vínculo ése, ha venido sufriendo alteraciones. En la Europa actual, por ejemplo, se cierran salas, centenas y centenas de profesionales de la escena deambulan de teatro en teatro en busca de trabajo. En estas condiciones, el arte teatral, al menos en lo que se conoce como centros hegemónicos en la cultura occidental, está pasando por una profunda crisis económica y existencial. Y es que por su propio «ser» el arte teatral, el de verdad, se ha convertido en una acción de resistencia. Resistencia contra los códigos surgidos (e impuestos) en una sociedad sometida dictatorialmente a las leyes del mercado y volcada hacia el consumo masivo y vacío, en la que impera la robotización mental y física, y en la que lo económicamente rentable y tecnológico priman sobre lo artesanal y humano. Estos dos últimos conceptos (artesanal y humano) son parte esencial de lo teatral.
En esta perspectiva hemos sido varios los teatristas que en «nuestra América» hemos venido alertando sobre este estado de cosas, el eco de lo que hemos dicho y hecho, sin embargo, no ha tenido la recepción deseada.
Démosle la voz entonces a célebres figuras de la escena europea, quizás así, al escuchar voces «autorizadas», nuestros colegas en Centroamérica pongan más atención a lo que hemos venido señalando y haciendo desde hace casi medio siglo. Veamos:
Peter Brook, el célebre director de escena, en entrevista ofrecida a la revista «Ajo Blanco» de la ciudad de Barcelona en octubre de 1991 señalaba: «Me fui de la Royal Shakespeare Company (de la cual fue su director). Era una madre para mí, mi gran madre teatral. Te amparaba y te daba los medios necesarios, pero por ser una institución estaba obligada a producir y mostrar los productos no según la leynatural, esto es cuando están realmente acabados, sino cuando la institución lo decide, —y eso no es teatro, es una máquina de hacer teatro—». Esta manera de hacer (señala el entrevistador) nada tiene que ver con la mecánica habitual en la que se ensaya, se estrena y a otra cosa.
La verdad del teatro (continua Brook) «es como una luciérnaga, una diminuta incandescente que puede apagarse en cualquier momento, a la que hay que avivar cada instante».
En el mismo número de la revista citada, el teatrista catalán Andrés Morte se expresa así: «abandoné mi cargo oficial porque me sentía perdido en la parafernalia post-industrial. Si el teatro tiene algún sentido hoy en día es porque el espectador está viendo a una persona en escena que está viva y haciendo aquello para ti en ese momento. Se trata de uno de los discursos que mantiene aún la emoción a través del sudor de la propia existencia del interprete».
Por su parte el director Peter Stein en declaraciones a Le Monde Diplomatique, en el año 2017 señala que «el subsidio a los grupos teatrales disminuye» y se alarma a su vez «por la ausencia y falta de entusiasmo del público», y lo atribuye al uso de formas escénicas desvinculadas de la realidad que está viviendo actualmente la sociedad alemana.
Antes, al menos, decimos, aunque no fuese muy rentable en términos mercantiles, al teatro se le otorgó la categoría de símbolo cultural. De tal forma que asistir a las funciones en las salas encajonadas y oficializadas otorgaba cierto «pedigree» a quienes asistían. En los tiempos actuales, sin embargo, ese valor simbólico viene siendo devaluado y relegado. Y es que se viven nuevos tiempos, nueva era y por las señales que flotan nos encaminamos hacia una nueva civilización, la cual podría asentarse en lo comunitario.
¿Qué hacer entonces en Centroamérica?, ¿seguiremos copiando los códigos emanados de la institucionalidad hegemónica, la cual a su vez anda como perdida?
En caso que se vierta una negativa sobre estos interrogantes, entonces, busquemos e inspirémonos en nuestra propia realidad para ver si en ella (o en ellas) se encuentra una respuesta que lleve consigo la creación de una nueva narrativa escénica, la que a su vez exige la construcción de técnicas adecuadas para que pueda concretarse.
La teatralidad de nuestros pueblos, en sus signos como en sus contenidos, ha sido siempre resistente. En esa perspectiva cada quien hará lo que pueda y buscará su camino con su propia lámpara, «que cien escuelas se abran y cien flores renazcan», solía decir el dirigente político Mao Tse Tung.
27 de marzo 2019, Valle de Ángeles, Francisco Morazán, Honduras
Entre octubre 2018 y enero 2019 el éxodo masivo de hondureñas y hondureños ̶ aproximadamente unas 20 mil personas, en dirección hacia Estados Unidos, ha puesto en evidencia la profunda crisis política y humanitaria que Honduras atraviesa desde el último medio siglo. La autonombrada “caravana migrante” es una forma de protesta ante la sistemática política de exclusión social del país, un duro golpe de fortuna para el cuerpo social hondureño, un duro despertar hacia recuerdos atrapados en el olvido. Este evento catastrófico ha permitido que afloren narrativas silenciadas, heridas emocionales, temores, deseos y aspiraciones íntimas reprimidas de larga data que han marcado la memoria corpórea individual y colectiva de la población hondureña, evidenciando un tejido social desgarrado que permanece sin zurcir.
“Yo lloro por la violencia que pasa cada día en este país;no sé por qué, no estamos en guerra, es por tanta violencia, del tipo que sea. Todos vivimos un luto diario, no sabemos qué va pasar, no sabemos si vamos a regresar. Hoy estamos todas aquí, no sabemos si mañana nos den la noticia de que una de nosotras ya no va estar. No son malos augurios, es que no sabemos cómo estamos en este país”. (Participante del taller creativo. 2017)
Durante las últimas dos décadas, Honduras ha experimentado un agudo proceso de desgarro social, visible en el incremento de la violencia atroz que deja huella en los cuerpos y vínculos afectivos. Para el pueblo hondureño, enfrentar las masacres y asesinatos cometidos con profunda crueldad en un país que no atraviesa una guerra declarada se ha vuelto una experiencia paralizante. En 2015, la tasa de homicidios en Honduras era una de las más altas de la región y del mundo, a pesar de que las cifras del Estado reflejaban una disminución desde 2014 (CIDH, 2015).
No obstante, existe otro tipo de violencias que se silencian. Una de ellas es la fractura de sentido o desconexión de aquello que nos importa, como acontece con la ruptura del tejido social, cuerpo colectivo necesario para la construcción de comunidad. Con el fin de comprender violencias no nombradas, pensar en los procesos mismos de la violencia se vuelve una tarea necesaria. Rita Segato (2003) entiende estos procesos “como estrategias de reproducción del sistema, mediante su refundación permanente, la renovación de los votos de subordinación de los minorizados en el orden de estatus, y el permanente ocultamiento del acto instaurador” (p.113).
Ante este panorama desesperanzador, Mujeres en las Artes (MUA),de la que soy cofundadora y activa colaboradora, se ha interesado en comprender cómo la sociedad es afectada en términos psicosociales por las violencias, ante todo las maneras resilientes de enfrentarlas.
MUA es una organización cultural y creativa, paraguas e incubadora de iniciativas para la investigación, formación y producción promoviendo la diversidad y la inclusión, la gestión del conocimiento, la innovación y el emprendimiento con enfoque de género, interseccionalidad e incidencia en políticas públicas
En 2017 se desarrollaron cinco talleres de reconstrucción de memoria desde el cuerpo cuya metodología de trabajo fue creada en el marco de mi investigación autobiográfica Recordar para volver al corazón: El cuerpo territorio de sentido y resistencia. El objetivo de los talleres fue acercar a las y los participantes al cuerpo como territorio que siente y al territorio como cuerpo social colectivo. Desde los resultados de esta experiencia, el presente escrito indaga sobre el actual paisaje social hondureño, considerando el significado que tienen la identidad y la migración en los procesos de reconstrucción de memoria desde el cuerpo.
Maturama define la violencia como aquellas situaciones en las que uno se mueve en relación con otro, en el extremo de la exigencia de obediencia y sometimiento, cualquiera que sea la forma como ésta ocurre, en términos de suavidad o brusquedad y el espacio relacional en que tenga lugar. Es la negación del otro, que lleva a su destrucción en el esfuerzo por obtener su obediencia y su sometimiento (Penagos, 2008; p. 11)
La Secretaría de Seguridad de Honduras explica, de forma reiterativa, que las altas tasas de violencia son efecto del crimen organizado, redes transnacionales y carteles del narcotráfico, delincuencia común y las pandillas. Este discurso oficial silencia tópicos como los altos niveles de corrupción, la impunidad, débil estructura judicial, la colusión estatal, y la violencia estructural que se expresa en acciones desesperadas por la sobrevivencia por mencionar solo algunos. García (2017) en un análisis sobre las normas jurídicas aprobadas por el Estado de Honduras, presenta luces para comprender los procesos de violencia:
… se habla de éxitos en seguridad mientras que la percepción ciudadana sigue en términos generales siendo la misma que hace tres años y las masacres se multiplican. El temor crece, el miedo se apodera de la ciudadanía y hace presa de las calles, barrios y colonias. Se logran parcialmente los objetivos de esa “política de seguridad”: la inmovilización, la inactividad de muchos y el rechazo y movilizaciones de otros. (García, 2017, p.43)
El éxodo migrante hondureño da nombre a la violencia sociopolítica, revela la farsa de la seguridad y la existencia de otras violencias, como son: exhibición del poder y control del Estado sobre la población por medio de la disolución violenta de las protestas públicas; negación de las necesidades básicas, tales como vivienda, salud, educación, alimento y trabajo digno. A ello se unen el despojo territorial, explotación laboral, la exclusión, desigualdad, violación de la libertad de expresión y precarización de la vida, todo lo cual impacta en los afectos, lo social y las emociones. Se suma a lo anterior las cifras alarmantes respecto a una ciudadanía empobrecida: el 67.4 por ciento de la población hondureña son pobres y más del 40 por ciento viven en extrema pobreza (El Heraldo, 2018).
El sector social más afectado ante esta estremecedora realidad son las mujeres; cabezas de hogar, viudas, víctimas de violencia intrafamiliar y femicidio, son ellas las que cargan con duelos aun no llorados y el horror cotidiano de una guerra no convencional. De acuerdo con Cañas (2018), la reducción en las cifras “estadísticas de la muerte” no deberían provocar alegría; por el contrario, se debería declarar duelo trinacional permanente —Honduras, El Salvador y Guatemala (el llamado triángulo norte)— por las siguientes razones:
.. Porque por cada homicidio que se comete hay de cinco a ocho familiares de la víctima que sufren […] Quienes dependen de las víctimas quedan desamparados, quedan huérfanos, y viviendo un profundo dolor social que a veces sufren en silencio y en privado por temor a más violencia (Agencia Afp, 2018).
Los recuerdos intensos se marcan en el cuerpo y dejan huella en la memoria. Pese a no poder ubicarlos en un marco social, contexto espacial o temporal, son estos sentimientos —percibidos como extraños— los que adquieren un pleno sentido cuando se encuadran en una experiencia colectiva, al mismo tiempo que agencian la comprensión de lo recordado. En este sentido, el trabajo de memoria colectiva desde el cuerpo conlleva una creación individual que encarna la identidad, entendida como archivo vivo de la memoria.
Si hay alguna categoría que más se acerca a lo que podría ser —si eso existe— la identidad de un ser humano, no cabe duda que es la migración, en el sentido que uno no puede decir que ya llegó al final del camino de su proceso de realización humana, recuerda el experto en migraciones Wooldy Edson Louidor (2017). Un construir la propia vida con y desde el cuerpo, tal y como apunta el artista plástico Santos Arzú (2006) en El cuerpo cicatrizado por la memoria. El artista y su obra: “es que no importa dónde vaya el hombre [y la mujer], siempre irá con su existencia a cuestas para su gozo o desgracia”.
Identidad y narrativas de la memoria.
Los resultados de los talleres desarrollados por MUA hacen referencia al cuerpo-territorio de sentido, archivo vivo de la memoria, lugar de enunciación, resistencia y resignificación de la realidad individual y colectiva. Los lenguajes estéticos —simbólicos— son las herramientas que agencian la comunicación, puentes que enlazan el transitar hacia los recuerdos que por largo tiempo han estado silenciados, una manera de abrazar lo vivido y dar paso a la palabra. Las expresiones artísticas hicieron posible la aproximación a vivencias de carácter extremo y al mismo tiempo redujeron la exposición a la revictimización de las y los participantes[4], minimizando el riesgo de herir la propia identidad, el Yo.
El cuerpo humano entraña un sinnúmero de asociaciones y connotaciones que le confieren sentido cuando aparece representado en la obra de arte, es el núcleo a partir del cual se elabora una mirada sobre el sujeto y su universo material espiritual. (Vargas, 2017, p. 27.)
Las experiencias que se compartieron en los talleres se asociaban a memorias traumáticas, eventos que se marcaron en el cuerpo de manera invisible —huellas mnémicas-, recuerdos no dichos, negados, prohibidos, indecibles e innombrables que emergen en momentos de conmoción social. Por ello, se parte del conocimiento de que estas memorias se acentúan y agudizan en contextos de extrema violencia —eventos catastróficos, violaciones a los derechos humanos, desastres, catástrofes sociales y también naturales—, sobre todo cuando las vivencias han sido silenciadas.
Sin embargo, es posible evidenciar esta particular forma de memoria ante la presencia de fracturas afectivas-emocionales, como lo es en el caso del sentido de la identidad colectiva. Cyrulnik (2016) señala que la persona puede quedar prisionera del pasado una vez que el recuerdo del acontecimiento traumático se fija en la memoria; por este motivo la memoria no evoluciona y no se pueden adquirir otras informaciones que permitan cambiar la representación que se hace de algo doloroso que ha pasado.
Con relación al cuerpo y la memoria, hay una concepción original del trauma que refiere a la herida quirúrgica para pensar la correlación del trauma individual y el colectivo. Según Pollak (2006) existen memorias que rompen el tejido social, como acontece con las heridas que rasgan la piel; estas son las memorias que se guardan celosamente en estructuras de comunicación informales y que pasan desapercibidas por la sociedad en general. Sobre la herida y el trauma Leys (2011) afirmó lo siguiente:
Trauma fue un término que en sus orígenes se refería a una herida quirúrgica, y se concibió como un modelo donde se rompía la piel o la cubierta protectora del cuerpo, lo cual ocasionaba una reacción catastrófica general en todo el organismo (p.166).
Honduras recién comienza a despegar en el desarrollo de investigaciones y trabajos de memoria colectiva desde el cuerpo con enfoque psicosocial; por ello consideramos que apuestas creativas resilientes como la que aquí se presenta son fundamentales en territorios que atraviesan violencias extremas. Es urgente generar espacios de diálogo, abrir ventanas hacia la comprensión de realidades invisibilizadas y silenciadas, elaborar narraciones vitales para la elaboración de procesos de duelo y el restablecimiento de proyectos de vida, tanto personales como colectivos.
Efectivamente, la tarea del trabajo de memoria, que solo es posible mediante la suma de vínculos afectivos del grupo, lo que Maurice Halbwachs llama “comunidad afectiva” (Pollak, 2006; p.18) refiere a la relevancia de crear alianzas, sistemas de diálogo y comunicación para dar sentido a la percepción que se tiene de la identidad, sobre todo porque la identidad se vincula con la manera en que la persona genera condiciones para producir cambios, permanencias y readaptaciones al interior de la vida cotidiana. La memoria, igual que la identidad, no es estática, se arraiga y se transforma necesariamente con los acontecimientos sociales. También es selectiva y se encuentra en constante disputa, (de) construyéndose mediante los conflictos sociales (Higuera, s.f.).
Lo no dicho, silencios y testimonios.
Los recuerdos no son un relato apasionado impasible de la realidad desaparecida; son el renacimiento del pasado, cuando el tiempo vuelve a suceder. Alexievich. S.
Los recuerdos individuales evocados en los talleres creativos desarrollados por MUA reúnen las voces de 85 personas; jóvenes, artistas y mujeres creadoras, testimonios vivos de profunda intensidad y sufrimiento, narrados en primera persona al interior de un espacio que conecta con el otro y la creatividad, contenedor de escucha, expresión y cuidado, diálogo protector. Al momento de abordar la trama de los recuerdos no se estableció un encuadre temporal espacial rígido, sino que respondió a relaciones y experiencias vividas a través de tiempos biográficos diversos que brotaron y encontraron lugar a través de la palabra. La referencia central fue el cuento de la memoria autoría, atribuido a Fals Borda, que circula como una herramienta metodológica de uso extendido.
El cuento narra la historia de un pueblo sumergido en la violencia, donde un día sus pobladores fueron despertados por el pregón de un mercader que gritaba: “¡Compro los malos recuerdos!”. La dinámica permitió atravesar la frontera del silencio y el surgimiento de energías generadoras para la escucha. Una vez avanzado el trabajo en los grupos, las vivencias fueron reactivadas de manera creativa a través de la elaboración de una silueta humana en donde se marcaron códigos, o simbologías que representaban experiencias dolorosas. El fluir de emociones se facilitó al no formular interrogantes sobre los eventos dolorosos; al contrario, las y los participantes fueron invitados a deshacerse (“vender”) sus malos recuerdos, y para ello pudieron elegir entre la palabra y el silencio.
Talleres de reconstrucción de memoria desde el cuerpo. 2017. MUA – Honduras.
En los talleres se evidenció que las acciones resilientes permiten levantarse, mirar la cicatriz, y de esa manera resignificarla a través de la simbología que la representa. La resiliencia evidencia que hay otras perspectivas, verdades y formas de comprender los eventos que se inscriben en nuestro cuerpo, nuestra historia y que esta a su vez no es un destino, sino fruto de la experiencia y saberes acumulados de generaciones anteriores que se graban en la memoria corpórea.
Simbología del cuerpo intervenido
En “el cuerpo intervenido”, una de las actividades centrales del taller, el cuerpo es territorio marcado por relaciones, lugar donde se identifica el dolor y da sentido a la experiencia personal que es construida socialmente, semejante a la identidad que solo es posible configurar en lo colectivo. En otras palabras, el cuerpo es el territorio donde se cuenta la historia del dolor y la acción resiliente desde la cual se resignifica la herida. El sufrimiento, las sensaciones y las cicatrices se representan a través de dibujos, palabras u objetos, que son colocados en la parte del cuerpo donde la persona considera ha sido herida o donde siente dolencia; también se puede indicar con colores, rayas, formas, entre otras, en la parte del cuerpo donde se siente el suplicio, dependiendo de la experiencia vivida.
A continuación se presenta la lectura de los diferentes cuerpos intervenidos a lo largo de los cinco talleres de memoria: el cuerpo-territorio y territorio-cuerpo desde la mirada que nombra el sufrimiento causado por acontecimientos que marcaron el cuerpo individual a partir de los silencios del mundo exterior —colectivo—. La intención de este apartado es nombrar lo innombrable, lo que la sociedad calla, e igualmente evidenciar el silenciamiento social como forma de ocultamiento de realidades y como mecanismo de represión, control y disciplinamiento de los cuerpos.
Dolor en el silencio. Cicatrices y formas / Figuras
Olvidar sería atroz. No es que me aferre al pasado, no es que haya tomado la decisión de no olvidar. Olvidar o recordar no depende de nuestro deseo, incluso si tuviéramos el derecho. Ser fieles a los compañeros que hemos dejado allá, es todo lo que nos queda. Olvidar es imposible de todos modos… No estoy viva, estoy muerta en Auschwitz y nadie lo ve. Charlotte Delbo. Ninguno de nosotros volverá. (Pollak, 2006, p. 92)
Cicatrices: Corazón, pecho, cintura, manos, cabeza, tórax y el afuera o marcas que se representan fuera del cuerpo-silueta.
Las flores evocan el dolor atrapado en el corazón, el sexo, las manos, el pecho y el tórax; abrazan la cintura que se extiende hasta el afuera, se traspasa la frontera del propio cuerpo y se extiende al cuerpo social. Las siluetas se marcan con una equis en la garganta que representa el vacío que no se ha podido llenar por la pérdida de un ser querido, miedo, amenaza y riesgo de perder la propia vida. Corazones vacíos, ausentes de voz por no poder expresar el sufrimiento de lo vivido, que recuerdan la traición y el silenciamiento.
La experiencia del asalto con pistola o cuchillo es una angustia recurrente, una cercanía terrorífica con la muerte que vivenciaron, directa o indirectamente, todas y todos los participantes de los talleres. La muerte, el dolor y el luto se pueden mostrar en imágenes hermosas, como la mariposa esfinge, cuyo cuerpo ostenta manchas que recuerda a una calavera. Las sogas amarran las manos, representando la impotencia, la represión y el silenciamiento. El sufrimiento oprime y enlaza la boca, cuello y cabeza, ata con cadenas y candados, aprisionando las emociones, oprimiendo al sujeto. Así, el sistema aprieta con cadenas, cierra el candado y se traga la llave, inmovilizando, causando caos mental y profundo dolor, encarcela el espíritu y destruye la existencia, como si los seres humanos debieran encerrarse en jaulas.
Cabezas que emergen fuera del cuerpo y se encarnan en los ausentes que recuerdan la muerte y la vida que no se rinde, figuras humanas cansadas de interpretar roles y estereotipos que buscan separar la tribu. Viaje interior desde el yo en la confrontación del duelo –dolor-, como una aflicción atrapada en los pulmones, falta de respiración anticipándose a la asfixia y la consumación del crimen. El asalto a la vida que aniquila a los actores sociales, lágrimas que evidencian procesos de desconfianza, como cuando cae la lluvia y nos empapa de sufrimiento, dolor provocado por rupturas de los afectos y los duelos. Venas enfermas, vacío provocado por la incapacidad de movernos, miedo a dejar de caminar y no encontrar respuesta, tan solo en el suicidio.
Talleres de reconstrucción de memoria desde el cuerpo. 2017. MUA – Honduras.
Cicatrices. Marcas, rayas, colores: huecos en la tela – papel, torbellinos, ondulaciones, color negro.
Lenguaje del cuerpo como lugar de la memoria: cicatrices, heridas y huellas; frente, coxis, rodillas, pecho, mente, ombligo, estómago, pelvis, ojos cerrados.
Las cicatrices, heridas y huellas del silencio se encarna en el cuerpo, memorias sumergidas en un aire de sufrimiento que indica privaciones y angustias nacidas de la indiferencia por haber soportado tanto. También se entienden como evocación práctica y habitual de levantar la mano para castigar, vacíos, ausencias, pérdidas y fracturas afectivas dolorosas que han dejado hueco sobre la tela y el papel, cruces que evidencian la historia de la tortura y la condena por pensar y soñar diferente. Son realidades dolorosas que se cargan en los hombros cansados, y solo pueden verse con los ojos cerrados para evitar el miedo que provoca el río de lágrimas que amenaza con ahogarnos.
Estas memorias también fracturan las rodillas, en una especie de danza que choca con la oscuridad, que susurra el espanto de no poder volver a caminar ni comunicar a través del cuerpo la tan soñada danza de la libertad. Son memorias del corazón que despiertan como torbellinos y se extienden por todo el cuerpo, ondulaciones presentes que dibujan el caos, desorden y confusión que se escapan de nuestra cabeza. La cruz revela la historia de tormento, clavos en las manos para que dejen de hablar los cuerpos-territorio y territorio-cuerpo de mujeres, cuerpos políticos que intentan silenciar.
Por consiguiente, el cuerpo recuerda los conflictos al interior de la familia, inscritos en el coxis, el estrés y la impotencia que gritan a través de la migraña que se graba en la frente. Inconscientemente hay un encuadre de la memoria sobre cómo se piensa, recuerda la conciencia o cómo se percibe el cuerpo-mente. Hay un espacio de racionalización del dolor que se siente en el corazón, pero se trabaja conscientemente desde el pensamiento, evitando lo que Pessoa (2013) advierte; el corazón, si pudiera pensar, se pararía. Se prohíbe el canto, y ello se concentra en la caja torácica, el pecho que duele, asfixia producida cuando se inhala miedo y enojo a bocanadas. Recordarlo induce al vómito, agruras y dolor que se concentra en el estómago. La muerte es como el ombligo: lo que en ella existe es su cicatriz, el recuerdo de una existencia anterior, advierte Mia Couto (Martín, 2017). El regaño, se expresa en el vientre, centro y origen del dolor que en muchos casos se desliza hasta la pelvis, indicando tortura sexual, acoso y violación.
Resignificaciones del dolor: resiliencia.
Lenguaje: Flores, Corazones pintados, espiral, palabras y frases escritas, casas y montañas, mandalas, cruces y rosarios, color amarillo, arcoíris, pies con y sin alas, águilas, ojos abiertos, mano, matriz.
Las flores como símbolo de la memoria son un llamado a la esperanza y la alegría, dirigidas a la transformación del dolor; pese a la vivencia de acontecimientos dolorosos, la vida seguirá floreciendo. Representan la descendencia, la espiral como nacimiento, muerte y renacimiento que abraza a hijas e hijos, corazones pintados que florecen del dolor concentrado y dirigido a la recuperación. El cuerpo es voz, manos que comunican y expresan lo vivido, un reclamo de justicia tras la búsqueda de la no repetición del dolor, al nombrar la dignidad por medio de palabras y frases escritas. La vitalidad palpita al interior del cuerpo en contacto con la naturaleza, las montañas y la casa como espacio protector, reflexión, paz interior en busca del esparcimiento negado. Las mandalas y cruces recuerdan la vida como proceso, responden a ciclos, hacen referencia al retorno y un volver a la espiritualidad, acercamiento a lo ritual, religiosidad y las energías para enfrentar el sufrimiento.
Talleres de reconstrucción de memoria desde el cuerpo. 2017. MUA – Honduras.
Al mismo tiempo, los saberes y conocimientos acumulados de generaciones se proponen como acciones resilientes para enfrentar el dolor, formando grupos que contienen, transmiten y proyectan luz para guiar el camino de la persona herida. Por su parte, el sol es una imagen presente como aura energética que cubre el cuerpo y el paisaje con su color amarillo, espiral que nace todas las mañanas y muere con el atardecer. Significa avanzar y no quedarse estática ante el dolor; los pies corren hacia afuera del territorio-cuerpo en huida; sin embargo, es acción que evidencia la creatividad como herramienta comunicadora que nada detiene, mirada positiva espiritual y mental escenificada en los pies con alas, y su incansable viaje hacia la búsqueda de lo seguro, una manera de escapar de una realidad tormentosa. De manera semejante, las águilas transmiten su poder de vuelo ante la ausencia de movimiento, proporcionan fuerza para continuar avanzando.
Por otra parte se propone superar el estado de las cosas, ojos abiertos que miran lo que acontece desde la diversidad de vidas que recuerdan el arcoíris cuando el cielo se muestra claro, esperanzador y con fuerza positiva para enfrentar la adversidad. Un volver a la energía vital, a la sexualidad como territorio de placer y a la matriz desde el origen y la maternidad, una comunicación que se concentra en el vientre, desde el cual se escriben los relatos de la experiencia.
Cuerpo-territorio. Huellas mnémicas y experiencias límites
A continuación se registran recuerdos cercanos y personales de orden sensorial que se compartieron durante los talleres, por ejemplo el ruido, olores y colores, recuerdos posibles de capturar durante la intervención de las siluetas y la cartografía territorial, permitiendo procesar la información de las experiencias captadas emocionalmente. Entre las imágenes que posibilitaron desarrollar una mayor comprensión de un acontecimiento trágico se encuentran las siguientes:
El sonido de una pistola cuando se carga durante un asalto: amenaza.
Mirada al momento de encontrarse frente a frente con el asesino del padre de una de las participantes.
El tono de llamada del teléfono que me despertó en la madrugada cuando la policía llamó para decirme que necesitaban que fuera a identificar el cuerpo de mi mejor amiga; la habían
A través del lenguaje creativo fue posible nombrar penas afectivas experimentadas como resultado de eventos de alto impacto emocional, que no se limita únicamente a las víctimas directas de hechos violentos, sino también a las personas que presenciaron un acontecimiento de esa naturaleza. Pollak (2006) nos dice que “toda experiencia extrema es reveladora de los constituyentes y de las condiciones de la experiencia ‘normal’, donde el carácter familiar hace frecuentemente de pantalla del análisis” (p.11).
Los talleres creativos resilientes se concibieron como acciones de intervención psicosocial que actúan como mediadores para el trabajo de memoria colectiva desde el cuerpo y generan espacios para la comprensión de la realidad social, constituyendo una manera de reducir las tensiones que la incertidumbre provoca. De igual modo, rescatan los acontecimientos que no han sido totalmente escritos; por ello, la memoria hace posible a través del testimonio dar cuenta de historias silenciadas –disidentes– y rescatarlas, referenciarlas y dignificarlas (Alonzo, 2012, s.p.). Por consiguiente, los testimonios que dan voz a los recuerdos y han abrazado por largos periodos el silencio como la culpa y ausencia de escucha, encontraron un espacio que hace posible reconstruir y nombrar parte de la propia historia, expresarse. Es necesario subrayar que para muchos de las y los participantes ello solo fue posible a través de los lenguajes estéticos.
Talleres de reconstrucción de memoria desde el cuerpo. 2017. MUA – Honduras.
Así, el arte se transforma en herramienta poderosa que posibilita nombrar huellas profundas marcadas en el cuerpo, levantar los silencios para expresarse y dar significado a una realidad negada, que el colectivo no podía o no quería acoger. Desde este orden de pensamiento, MUA propone estos espacios como apuesta ética-política dirigida a la búsqueda de justicia, es decir, otorga valor al testimonio que da cuenta de su propia vivencia, en particular a quienes se les niega la palabra, como acontece con los sectores marginados y excluidos de la historia.
El arte y la cultura no pueden reducirse al entretenimiento, ni tampoco a una actividad de ocio, ni como moda de gestión social o ser retomado simplemente como instrumento o técnica para mantener ocupados a la juventud y la niñez. Se propone como instrumento que agencia la comprensión de problemas estructurales profundos, en tanto la práctica y hacer artístico tienen una función trascendental en la vida social. (Dobinger, 2018, p.13)
Los largos silencios también recuerdan las resistencias de quienes transgreden el orden de las cosas, narraciones sepultadas a manera de castigo ejemplificador que va configurando un paisaje cultural que condena los reclamos de justicia que la misma historiografía anula. Desde otra perspectiva, se ha podido constatar que el silenciamiento está lejos de conducir al olvido, puesto que transmite la memoria cuidadosamente a través de los recuerdos; así lo expresa Pollak (2006): “disidencias afectivas expresadas en redes familiares y de amistad, esperando la hora de la verdad y de la redistribución de las cartas políticas e ideológicas, [las afectivas-emocionales] germinadas en las acciones colectivas (p. 20).
A manera de conclusiones
La violencia… Es la negación del otro, que lleva a su destrucción en el esfuerzo por obtener su obediencia y su sometimiento. (Humberto Maturama)
En las épocas en que vivíamos en medios naturales poblados por animales que nos atacaban, cuando el frío nos torturaba y los desastres climáticos nos mataban de hambre, el grupo constituía el único refugio afectivo, el único lugar de seguridad que permitía sobrevivir. (Boris Cyrulnik)
Los recuerdos tejidos, individuales y colectivos dieron forma y voz a una memoria colectiva viva que evidencia la profunda crisis que atraviesan la sociedad y Estado hondureño. La memoria individual relata el sufrimiento provocado por eventos que han quedado marcados profundamente en la memoria corpórea de las y los participantes, como son los actos de violencia física, sexual y psicológica extrema, sufrida de manera directa por la persona o por algún familiar o amistad cercana. Estos hechos brutales afectan mayoritariamente a mujeres, niñas, niños, jóvenes y grupos socialmente diversos, poblaciones negras e indígenas. Igualmente, impactan de manera catastrófica las muertes —asesinatos— de un familiar o amistad próxima como resultado de la represión estatal, crímenes que en Honduras permanecen impunes.
Recordamos que las personas que sufren un asalto u otro hecho que amenaza a la integridad, es decir, el riesgo de perder la vida o sufrir lesiones físicas graves, generan a manera de autoprotección una serie de reacciones psicológicas y fisiológicas que se expresan en el cuerpo, semejante a lo que acontece con la violencia sexual y física. A lo anterior se suma la violencia mediática, en especial por su contenido y las imágenes del horror que imponen una estética de muerte, violencia que legitima las desigualdades y crea escenarios de terror; los cuerpos desmembrados se exhiben diariamente, las calles adquieren el significado de espacios que no deben ser transitados.
La traición, mentira, engaño y complicidad, amplían la impunidad hasta los círculos afectivos más cercanos: familiar, amistad, laboral e institucional. La ausencia de justicia silencia, reprime y causa profundas sensaciones de miedo, vergüenza y culpa que generan sufrimiento. Así, indican privación, aislamiento y angustia que se profundiza por la indiferencia social. Ello evidencia profundas contradicciones ante los discursos oficiales sobre las razones que justifican las violencias, especialmente la cotidiana, así como las estrategias que proponen para enfrentarla; a ello se suma la ausencia de seguridad y la desarticulación de las creencias familiares y sociales. Ante la ausencia de una explicación congruente que confiera significado al caos que se vive, se genera confusión en la gran mayoría del grupo. La salud y la enfermedad se evidencian como punto culminante de la crisis, concretamente cuando la persona se encuentra en estado crítico y no puede responder a la propia sobrevivencia.
La impotencia, el miedo y el terror se presentan, en su mayoría de veces, entrelazados y vinculados a la inexistencia de un sentimiento de libertad, sea esta física, de pensamiento o afectiva. Pesa sobre la persona el silenciamiento cuando es juzgada, criticada y criminalizada socialmente. Se destaca que gran parte de los relatos de estas personas fueron compartidos por primera vez en el espacio de los talleres, mirados como eventos imprevistos, figura de mala suerte, que confronta mentalidades colectivas que valoran los procesos de vida como lineales y ordenados, es decir “normales”. Los eventos de alto impacto emocional rompen con un modelo de vida que ubica estos acontecimientos, por su carácter sorpresivo, fuera del cuerpo individual y colectivo, generando sentimientos contradictorios.
Talleres de reconstrucción de memoria desde el cuerpo. 2017. MUA – Honduras.
Así lo expresaron algunos participantes de los talleres: ser capaz de contar lo vivido en espacios de la vida cotidiana era extremadamente doloroso, porque a veces no había tiempo ni para sentirse triste. Igualmente, expresaron que fue al interior de los grupos de trabajo que sintieron que sus vivencias tenían alguna importancia, valor antes no identificado. La persona se descubre ante agresiones de carácter repetitivo como el asalto, que produce revictimización, vergüenza, frustración, terror, culpa de no haber impedido “nuevamente” la agresión. Es desde este contexto que la identidad entra en disputa con la realidad, se fracturan los conocimientos heredados en momentos de crisis. Según San Juan (2001), lo esencial de una crisis es el desequilibrio que se da cuando la persona se enfrenta a una situación o circunstancia o situación excepcional para la que no encuentra respuesta adecuada dentro del repertorio adaptativo de respuesta que ha aprendido (p. 15). Algo similar ocurre con la memoria; de acuerdo con Pollak (2006), las víctimas que son excluidas de las redes de sociabilidad muestran dificultad de integrar sus recuerdos en la memoria colectiva de la nación (figura del mal querido e incomprendido).
A lo largo de esta reflexión se ha evidenciado el transitar de largos procesos de duelo aún no llorados, pérdidas afectivas que resultan de violencias silenciadas y acumuladas en el cuerpo por varias generaciones. Igualmente, se ha podido constatar el peso que posee el ocultamiento de la violencia estructural, y como esta se entreteje a nivel de las instituciones estatales, causando heridas sobre la piel o el tejido social en la vida cotidiana y grandes daños a la sociedad en su conjunto. Se sobrevive en condiciones de injusticia extrema, que representa una violencia sistémica que explica todas las otras.
Las experiencias de muchos países que han atravesado profundos conflictos o dictaduras se plantean la pregunta por el pasado, fundamentalmente por parte de las víctimas, con la intención de que estos hechos fueran conocidos por toda la sociedad y estas atrocidades no vuelvan a repetirse. En el caso de Honduras, podríamos afirmar que la violencia sociopolítica y las dictaduras del pasado no han sido nombradas desde las secuelas psicosociales que ha provocado en la población. Es necesario recordar que existe un precedente que criminaliza y reprime a las víctimas que se han atrevido a sacar la voz, una revictimización si consideramos que los hechos traumáticos, de acuerdo con Basabe (1993), por su carácter extremo e inusual, se asocian con la amenaza a la vida de las personas, las violaciones, daños masivos al territorio o la propiedad y cuando se alteran creencias esenciales de la persona sobre sí, el mundo y los otros (p. 8).
Por último, como se mencionó en la conferencia impartida en Clacso 2018, Creatividad y resiliencia en tiempos de violencia sociopolítica en Honduras, la amenaza contra la propia vida sustrae de las entrañas el miedo más profundo, para dar voz al río humano de la caravana migrante. Y es al interior de una comunidad generada de manera improvisada que se emprende el apoyo necesario para dar sentido a la lucha por la sobrevivencia. Ante la ausencia de derechos, el dolor, la desesperación y la urgencia de afrontar una catástrofe social que traspasa los límites de la existencia, el hambre y el miedo dan significado a la resistencia, activan en las personas su propia capacidad de agencia, es decir, llevar a cabo y tomar decisiones por sí mismos y tomar las direcciones de la propia vida, expresadas mayoritariamente a través de un grito de dignidad contra el silenciamiento, que es la muerte moral (Dobinger, 2018, p.12).
[4] Se toman como referencia los datos empíricos de la investigación El arte como lenguaje que interpreta la realidad (Álvarez, 2006). El fin del estudio fue comprender el mundo social en el que se ve inmersa la práctica artística realizada por mujeres artistas. Analiza el conocimiento de mujeres dentro del campo de las artes visuales y su relación con los procesos de construcción de la identidad de género. El estudio confirmó que las artistas, en su proceso de configuración de la identidad, interpretan su realidad a través del lenguajes estéticos de manera crítica al confrontar los roles sociales asignados a las personas según su sexo y las experiencias vividas.
[5] Se dispone de la autorización para la publicación de todas las fotografías, registros de los talleres de memoria desde el cuerpo Mujeres en las artes Leticia de Oyuela MUA, 2017.
Edición de texto: María Eugenia Ramos.
En menos de dos horas, la ex fiscal general Thelma Aldana, dio un giro de 180 grados a su carrera política. De una orden de captura en su contra solicitada por el Ministerio Público, pasó a ser candidata presidencial del Movimiento Semilla. Aldana, tras ser inscrita por el TSE, adquiere inmunidad. Su caso ejemplifica la judicialización que configura el proceso electoral de 2019.
Los tiempos electorales deberían ser predecibles. A una fecha, todos los participantes inscritos. A cierta hora, la lista de candidatos definida sin más que la tranquilidad de esperar el día de las elecciones.
Sin embargo, en Guatemala las horas y los días de una elección presidencial, implican incertidumbres temporales, prórrogas o atrasos que se configuran en torno a los aspectos legales sobre cómo se inscriben los candidatos. Una hipérbole de excitación, nerviosismo y altas expectativas.
A dos días de haber finalizado el plazo de inscripción de candidatos por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE), como si se tratara del final de temporada de una serie televisiva, Thelma Aldana, la ex fiscal general, en menos de dos horas pasó de tener una orden de captura en su contra a ser inscrita como candidata a la presidencia de Guatemala por parte del Movimiento Semilla y adquirir inmunidad.
Un documento filtrado en redes sociales, contenía la orden de aprehensión en su contra, y estaba firmada por el juez décimo de instancia penal, Víctor Cruz. La acusación formal fue presentada por el Ministerio Público (MP) en contra de Aldana por presuntamente haber contratado a Dimas Gustavo Bonilla, el actual decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de San Carlos de Guatemala, como consultor para una capacitación que en su momento, según el señalamiento del MP, no se llevó a cabo.
Dimas Gustavo Bonilla ha obtenido tres contratos con el Estado, según el portal Guatecompras, que suman Q253,802.88. En 2015 fue contratado como docente jurídico en el despacho del Fiscal General de la República, por Q 214,774.19.
La orden de captura se hacía pública en un momento trascendental para la candidatura de Thelma Aldana. Una semana antes, ella había presentado su solicitud de inscripción como candidata, pero el TSE aún no la confirmaba para poder competir por la presidencia, junto a su compañero de fórmula, Jonathan Menkos, como parte del partido Movimiento Semilla.
La orden de aprehensión solicitada por el MP en contra de Thelma Aldana y que se filtró en redes sociales.
Tras varias horas de silencio, tanto de las autoridades oficiales de Gobernación, el Organismo Judicial y el MP, como del partido Semilla, el documento fue validado por Fernando Lucero, vocero del Ministerio de Gobernación, a una hora en la que coincidía con la entrega de la notificación del TSE para certificar la inscripción de Thelma Aldana como candidata.
En Guatemala, todas las personas inscritas en la contienda electoral, adquieren inmunidad para asegurar su participación en el proceso. La Ley Electoral y de Partidos Políticos indica que los candidatos gozan de derecho de antejuicio. Y la orden de captura en contra de Aldana, según abogados como Alejandro Balsells y Édgar Ortiz Romero, al ser inscrita como aspirante a la presidencia pierde todo efecto legal y como candidata no puede ser aprehendida sin una resolución judicial que ordene el retiro de inmunidad.
«Thelma Aldana, la ex fiscal general, en menos de dos horas pasó de tener una orden de captura en su contra a ser inscrita como candidata a la presidencia de Guatemala».
Aldana como objetivo
La candidatura de Thelma Aldana, planteada como posibilidad, ha estado rodeada de especulaciones desde hace varios meses. Durante el último año de su gestión al frente del MP se incrementaron los señalamientos en su contra por utilizar las investigaciones judiciales como una herramienta para despejar su camino político de posibles rivales. Casos en contra de la clase política, entre diputados y ex candidatos a la presidencia, le crearon desgaste ante diversos sectores.
Aldana negó en reiteradas ocasiones que tuviera aspiraciones a la presidencia. Sin embargo, tras dejar la fiscalía, un grupo de sus colaboradores en el MP comenzaron a trabajar en una iniciativa política conocida como Plataforma Ciudadana (PC).
Dado que la agrupación comenzó a tomar forma en junio de 2018, a menos de nueve meses del inicio de campaña, la agrupación consideró que el tiempo y los recursos eran insuficientes para formar un partido político.
La opción de PPC, según fuentes cercanas a la agrupación, fue buscar un vehículo electoral con el cual competir. Este grupo se reunió con partidos de todo el espectro político como el empresarial Compromiso Renovación y Orden (Creo); el centrista Encuentro por Guatemala (EG) y el partido Libre; así como el Movimiento Semilla, entre otras agrupaciones.
Inicialmente PC contempló a EG como la opción más viable, y avanzaron durante varios meses en negociaciones para integrar un grupo que incluyera a los candidatos de PC a diputados en casillas con opción de elección. Las dirigencias de ambas agrupaciones, sin embargo, no lograron llegar a un acuerdo, por lo cual finalmente la alianza se realizó con Movimiento Semilla.
Desde entonces, la candidatura de Aldana ha polarizado el espectro político. El fiscal del partido Todos, Emerson García, en entrevista en Radio Sonora, indicó que denunciarían la candidatura de la ex fiscal ante el TSE por considerar que no reúne las condiciones de idoneidad para ser candidata.
Y durante las últimas semanas, algunas acciones judiciales por parte de Marcelo Sarti, abogado del hermano del presidente Jimmy Morales, en el caso Botín Registro de la Propiedad, plantearon la invalidez de la constancia de inexistencia de cargos, mal llamado finiquito, cuando Thelma Aldana dejó de ser funcionaria pública. También desde el Congreso de la República, diputados de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) citaron al jefe interino de la Contraloría General de Cuentas, Fernando Fernández, y al Registrador de Ciudadanos del TSE, Leopoldo Guerra, para tratar este punto.
La solicitud de inscripción de Thelma Aldana, como explicó el presidente del TSE, Mario Aguilar Elizardi, durante la reunión semanal con los fiscales de los partidos políticos, sucedió en un momento en el que el registrador de ciudadanos, Leopoldo Guerra, se reportaba enfermo. “Será una condición que como Tribunal evaluaremos en su debido tiempo. Nunca antes había sucedido”, indicó.
El día en que finalizó el plazo de inscripción de candidatos, Thelma Aldana aún no había sido notificada sobre su participación en las elecciones de 2019. A 24 horas de haber iniciado la campaña electoral, la fiscal general, Consuelo Porras, ordenaba su captura. Y dos horas más tarde, tras la filtración de la solicitud del MP en las redes sociales, el TSE le otorgaba a la candidata de Semilla, la posibilidad de participar como candidata a la presidencia.
El TSE aprobó la inscripción de Thelma Aldana como candidata a la presidencia de Guatemala.
Candidaturas judicializadas
Otros candidatos, al igual que Aldana, han tenido problemas en su inscripción ante el TSE. Una vez iniciada la gestión de sus inscripciones como candidatos a la presidencia, el MP ha presentado investigaciones en contra de diversos actores políticos que buscan ocupar un cargo de elección popular.
Sandra Torres Casanova, del partido UNE, fue inscrita como candidata a la presidencia el 4 de febrero de 2019. Y un día después, el MP pidió el retiro de inmunidad, junto a siete diputados de su partido, al acusarlos de formar parte de una estructura político-criminal que no reportó más de Q19.5 millones durante la campaña de 2015.
La petición de antejuicio en contra de Sandra Torres, sin embargo, no afectó su candidatura a la presidencia, como lo ha confirmado Mario Aguilar Elizardi, presidente del TSE. La Corte Suprema de Justicia (CSJ) amparó a la candidata de la UNE y el 27 de febrero de 2019, rechazó por mayoría, la solicitud de antejuicio que el Ministerio Público (MP) presentó en contra de Torres.
El 5 de febrero, en otro caso de candidaturas judicializadas, y a tan sólo nueve horas de haber recibido su credencial como candidato a la presidencia, el MP solicitó antejuicio contra José Mauricio Radford, candidato del partido FUERZA, por los supuestos delitos de falsedad material, falsedad ideológica y encubrimiento propio.
La solicitud fue planteada por la fiscal Consuelo Porras. Y la CSJ, un mes más tarde, resolvió que no había indicios suficientes que implicarán directamente al candidato de FUERZA en los señalamientos que procuraba investigar el MP. Radford es oficialmente uno de los candidatos para disputar la presidencia de Guatemala en junio de 2019.
Por otra parte, otra de las candidaturas que ha implicado la participación de los tribunales de justicia, es la inscripción de Zury Ríos, por el partido Valor (antiguo Partido de Liberación Progresista PLP), que fue rechazada desde un inicio por el Registro de Ciudadanos. Ríos no fue inscrita como candidata a la presidencia debido al impedimento constitucional de ser hija del General Efraín Ríos Montt, responsable del golpe de Estado que se llevó a cabo el 23 de marzo de 1982. La decisión de rechazar su candidatura fue confirmada por el pleno de magistrados del TSE.
No obstante, la CSJ otorgó un amparo provisional a favor de Ríos, lo que le permitió ser inscrita el 15 de febrero, en la contienda electoral y recibir su credencial como candidata. Tras una apelación promovida por el TSE, la Corte de Constitucionalidad (CC) –el máximo tribunal de Guatemala- revocó el pasado 12 de marzo el amparo provisional que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) había otorgado a la candidata del partido Valor.
La candidatura de Zury Ríos, en tanto plantean nuevas acciones legales para intentar regresar a la contienda electoral, es una moneda al aire que podría solventarse una vez que la CSJ emita su decisión definitiva para inscribir o no a Ríos como candidata a la presidencia.
Thelma Aldana fue Fiscal General de Guatemala de 2014 a 2018.
Los tiempos de la justicia y los tiempos electorales
“La Fiscalía y las investigaciones no tienen tiempos políticos. Los casos se hacen operativos cuando tenemos los medios de investigación y las autorizaciones correspondientes”, indicó el jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), Juan Francisco Sandoval, acerca de la investigación presentada contra Sandra Torres, ya como antejuicio, y un día después de haber obtenido inmunidad como candidata.
La respuesta de la presidenciable de la UNE fue arremeter contra el fiscal y acusarlo de ser parte “de una estructura que tiene cooptado el MP” y que es controlada por Thelma Aldana.
Ninguno de los actuales rivales políticos de Aldana, sin embargo, parece muy sorprendido por la celeridad con la que avanza la investigación del MP en contra la ex fiscal general. Por lo regular, cuando se señala a una figura pública, los tribunales realizan una primera citación. En este caso, se solicitó directamente su captura. Sin posibilidad de mediación.
En entrevista con la cadena CNN, Aldana indicó desconocer porque su caso había sido declarado bajo reserva hasta el 28 de marzo. “No tengo idea. Lo que sí -sé-, es que manipulan mi participación en el proceso electoral. Voy a seguir la lucha contra la corrupción y muchos están temblando por eso», aseguró la presidenciable.
Aldana también aprovechó la entrevista para responsabilizar de esta denuncia en su contra, en casi cada una de sus intervenciones, al “Pacto de Corruptos”, la denominación genérica para todos los opuestos al cambio en el status quo, según dejó entrever.
El dirigente que busca impunidad en Guatemala, según explicó la ex fiscal general, es el presidente Jimmy Morales. Aldana incluyó entre los miembros de este grupo “a varios diputados” contra los que la ex funcionaria presentó investigaciones relacionadas a lavado de dinero, crimen organizado y corrupción.
La candidata oficial de Semilla evitó calificar el trabajo de su sucesora en el MP, Consuelo Porras, y se limitó a señalar que la actual fiscal general “está vigilante, es lo que sabemos todos los guatemaltecos”. Una clara referencia a las intervenciones de Porras y su constante pasividad que demuestras en sus intervenciones públicas cuando se presenta –en comunicados, en entrevistas, en conferencias de prensa- como “vigilante” del cumplimiento de la ley.
Los tiempos de los procesos judiciales y los tiempos políticos han terminado por coincidir con el inicio de la campaña electoral. A la maratón con la que tradicionalmente se representa la campaña electoral en Guatemala y todos sus candidatos (28 partidos inscritos formalmente), se suma una verdadera carrera de obstáculos, obstáculos judiciales.
El convulso inicio del periodo de oferta electoral deja una paradójica imagen: una carrera en donde los velocistas y el público está más pendiente en ver a quién descalifican, que ver, en realidad, quién lidera la marcha.
Este artículo se republica en el marco de la Red de Investigación periodística de Centroamérica conformada entre Revista Factum de El Salvador, No Ficción de Guatemala y Contracorriente en Honduras.
El Presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández visitó Estados Unidos donde sostuvo reuniones con la Organización de Estados Americanos (OEA), la Administración para el Control de Drogas (DEA) y el Departamento de Estado. Llevaba una propuesta que con orgullo presentó como un avance en materia de Derechos Humanos, un avance que cambiaría la vida de los países latinoamericanos dañados, desangrados por el crimen organizado, maras, pandillas –o como los llamen– según dijo.
Hernández, en el país donde su hermano se enfrenta a la justicia por presuntos vínculos con el narcotráfico , propuso que cambien conceptos, que se comience a nombrar al crimen organizado como violador de DDHH. Y para fortalecer su discurso hizo alusión a los videos que circulan de acusados de homicidio aceptando que la pandilla los manda a matar, personas siendo víctimas de asalto o ejecuciones a plena luz del día captadas por cámaras de seguridad.
A pesar que en lo que va del año se han perpetrado 15 masacres, y que eso significaría el doble que el año pasado, Hernández insiste en que la reducción de la violencia en Honduras ha sido ejemplar y que para seguir por ese camino necesita aumentar el presupuesto en materia de seguridad y defensa, más policías y militares. Y junto con ese discurso acaba de inaugurar una nueva fuerza especial, la Fuerza Nacional de Seguridad en el Transporte Urbano, otro híbrido entre policía civil y policía militar.
«Sólo tenemos 2 opciones: nos conformamos y perdemos lo que hemos logrado en materia de seguridad en los últimos años o redoblamos esfuerzos para tener niveles de seguridad de primer mundo… le contaba a la OEA que son alrededor de 67 mil personas que han perdido la vida pero una vez que enfrentamos este fenómeno y hemos roto la tendencia lo que hemos logrado es salvar alrededor de 45 mil vidas», destacó Hernández durante su discurso.
Pero Hernández coloca un punto interesante cuando habla sobre Derechos Humanos y habla de involucrar a actores privados (él se refiere solo a maras y pandillas) como responsables de violaciones a DDHH. Conveniente en un Estado donde recomendaciones de organismos internacionales de Derechos Humanos son ignoradas y cada año esas recomendaciones solo engrosan la lista de pendientes. Y convenientemente solo habla de maras y pandillas y no otras estructuras de crimen organizado, por ejemplo las que desfalcan al Estado o las empresas privadas que en el desarrollo de proyectos extractivistas violan los derechos de la población.
El doctor en Derecho Internacional, Joaquín Mejía escribió en Tratados de Libre Comercio (TLC) y Derechos Humanos: un desafío para el Sistema Interamericano de Derechos Humanos que «…es imputable al Estado toda violación a los derechos reconocidos por la Convención Americana cometida por un acto del poder público o de personas que actúan prevalidas de los poderes que ostentan por su carácter oficial, también la responsabilidad estatal puede verse comprometida cuando un hecho ilícito violatorio de los derechos humanos que inicialmente no resulte imputable directamente a un Estado, por ejemplo por ser obra de un particular o por no haberse identificado al autor de la transgresión, puede acarrear la responsabilidad internacional del Estado, no por ese hecho en sí mismo, sino por falta de la debida diligencia para prevenir la violación o para tratarla en los términos requeridos por la Convención».
Es el Estado al único que por acción y omisión se puede condenar por violaciones a DDHH.
Si el presidente quiere hablar de Derechos Humanos, podría comenzar respondiendo a las recomendaciones que tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) como la Oficina Adjunta de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) han hecho en los últimos meses. Recomendaciones que insisten en desmilitarizar la seguridad ciudadana, en procurar justicia para víctimas de la violencia postelectoral perpetrada por fuerzas armadas, hacer transparentes los gastos en temas de seguridad y defensa, garantizar el derecho a la libertad de expresión y el acceso a la información pública derogando ley de secretos, despenalizar la injuria y la calumnia y deshacerse de los artículos relacionados al delito de terrorismo y apología al mismo. El Presidente no puede hacer recomendaciones en materia de Derechos Humanos mientras lidere un gobierno autoritario tutelado por las Fuerzas Armadas.
A mi edad, mi abuela materna ya tenía dos hijas, y un tercero en el camino. Era licenciada en educación, e iba por una maestría en el mismo ámbito.
También vivía con un esposo que tenía gusanos en la cabeza, violento y abusador, que muchos años después, su sombra sigue en las reuniones familiares, en la cabeza de todos sus hijos.
Mi abuela paterna, por otro lado, a mi edad ya era enfermera; de vocación, porque no la dejaron estudiar secundaria, sino que su hermano mayor le dijo: «serás enfermera». Y lo fue.
Fue feliz de enfermera, hasta que conoció a mi abuelo y se casaron a los 27, mi abuelo que le dijo «serás ama de casa» y a pesar de llevar diez años en hospitales, con un trabajo e independencia propia, cuando mi abuelo se lo ordenó, lo fue.
Ambas tuvieron historias de querer escapar; más o menos a la misma altura, cuando tuvieron a su primer hijo. Ambas cansadas y frustradas, doloridas y golpeadas, en ese primer año, eran un reflejo de lo que les esperaría. Seguras de haber cometido errores en su vida. Pero cuando sus esposos fueron a buscarlas, ellas regresaron.
Como todas, cometieron errores. Volver con tu esposo. Criar a tus hijos. La diferencia, es que a ellas nunca se les perdonó por ello. Siguieron sufriéndolo, hasta hoy. Atadas a estos hombres, de una manera u otra, y a sus decisiones.
A lo largo de mi vida, he tenido a muchas mujeres que admirar. Mujeres académicas, mujeres artistas, mujeres revolucionarias, mujeres fuertes. Mis abuelas no estaban incluidas en la lista, por lo que yo creía eran sus errores. Su silenciosa resignación.
Ahora, que he entrado a la adultez, que he cometido mis propias equivocaciones, no tropezando con la misma piedra, pero sí con varias en el camino, porque vivir en esta región como mujer no es fácil, y definitivamente no era más fácil hace cincuenta años atrás, pienso en ellas todo el tiempo. La vida no es fácil, no sale como vos querés. Para ellas, definitivamente no lo fue. Pienso en ellas y cómo aceptaron sus vidas, sus equivocaciones y responsabilidades en silencio. La realidad es que estaban solas, sin ayuda. Y pienso en querer tener la misma fortaleza el día de aceptar mis errores, las consecuencias de ellos, y la realidad que la vida nos golpea constantemente, todo el tiempo. Que a veces nos encontramos solas. Y seguir adelante a pesar de todo, cómo ellas lo hicieron.
Asumirme como feminista en un país, una sociedad y un mundo machista y patriarcal es uno de los retos más grandes que he asumido en estos dos últimos años. La deconstrucción es profunda, por ejemplo, a las mujeres nos han enseñado a estar en una constante competencia con otras mujeres, a no poder admitir que podemos tener diversas capacidades. Nos han inculcado la envidia, desde pequeñas, desde que nos dicen las frases como «están las mujeres con las que los hombres se casan y las de pasar el rato» e instantáneamente nos dividíamos para poder ser las mujeres que los hombres y que el patriarcado quiere que seamos.
Es un camino difícil, el de asumirse como feminista, porque te deshacés de amistades, de conocidos/as, te toca discutir con familiares, te deshacés de muchos saberes machistas de la vida, pero también, te hacés de nuevas amistades, que están en ese proceso de deconstrucción y de búsqueda de la liberación total de la mujer. También te hacés de nuevos aprendizajes y de otros espacios que te vuelven libre. Porque el feminismo te vuelve libre, a mí me ha vuelto libre, por muy difícil que sea asumirlo, cuando te apropiás del feminismo y lo llevás donde sea, te hace libre.
Pero es difícil, porque una preferiría vivir sin cuestionarse, porque una preferiría quedarse sin preguntar por qué nuestras tías son las que sirven en las cenas familiares mientras nuestros tíos están platicando, porque una preferiría vivir sin cuestionarse por qué en los centros educativos no te dejan ir de cierta manera vestida porque se considera a la mujer «provocativa», pero al hombre, si le exigen vestirse de cierta forma, es por puros formalismos. Porque una preferiría no cuestionarse tantas cosas, no ser tan incómoda ante los micromachismos o ser tan insoportable para los hombres, histérica por no divertirse de sus chistes machistas y ser insulsa, aburrida, porque ya molesta lo que nos han normalizado por tanto tiempo.
Somos unas exageradas, dicen, que ya tenemos todos los derechos, que ya vamos a la universidad, ya trabajamos y ya hay políticas mujeres en nuestro país.
Y sí, derechos tenemos, las leyes son muy favorecedoras, nuestra Constitución dice que todas y todos tenemos igualdad de derechos. Pero no es suficiente.
Hoy, 8 de marzo, quiero que nos quede claro eso, a todas las mujeres de nuestro país y de todo el mundo. Que nunca es suficiente, que tenemos derecho al voto, y hay que estar felices que nuestras ancestras lograron conseguirlo hace más de 60 años; pero aunque tengamos derecho al voto, no tenemos suficientes espacios políticos, no se nos escucha a nuestras exigencias, y los que siguen tomando las decisiones sobre nuestros cuerpos son hombres. Nos siguen matando, violando y negando nuestros derechos sexuales y reproductivos, ¿de qué nos sirve votar si gobiernan para seguir fomentando un sistema patriarcal que nos mata, nos viola y nos criminaliza?
Nunca es suficiente. Tenemos derecho a trabajar, y también, es un gran logro; pero es un logro que el mismo sistema ha usado a su favor. Ahora, las mujeres cumplimos doble jornadas de trabajo; porque sí, trabajamos, pero además del trabajo fuera de casa, llegamos a atender a los hijos, a las hijas, padres, compañeros, etc., y es un trabajo que no es remunerado. Y se nos tilda de súper heroínas por el hecho de poder ser mamás y tener un buen trabajo. «Amor», le llaman a trabajar hasta 12 horas diarias para luego ir a atender a nuestra familia y hacer todo el trabajo del hogar.
Nunca es suficiente, podemos estudiar, ir a las escuelas y a las universidades, pero eso es un privilegio. Porque muchas niñas, jóvenes y adultas que están en procesos de aprendizajes son las que también deben velar por sus familias, cuidar hermanas y hermanos, servirles a sus papás, tener un trabajo no remunerado en su casa mientras estudian, y mientras sus hermanos, varones, solo estudian.
Nunca es suficiente, y nos vamos a seguir quejando, y vamos a seguir gritando porque todos esos derechos que se reconocieron y los que todavía no, se cumplan, se hagan efectivos. Que no solo estén escritos en las leyes, que se pongan en práctica. Que el trabajo en el hogar deje de verse como un sacrificio que toda mujer tiene que cumplir, sino como lo que es: trabajo. Que nuestra participación política no sea limitada y sea solo para cumplir ciertas obligaciones de incluir a mujeres en sus planes y gabinetes; que tengamos voz, que seamos escuchadas, que seamos nosotras las que decidamos por nuestros cuerpos, por nuestra libertad, por nuestros derechos y no los hombres.
Porque nunca es suficiente, ¡hay que enojarnos y hay que seguir exigiendo!
Hoy, 8 de marzo, no celebramos, conmemoramos nuestras luchas y recordamos también las luchas de nuestras ancestras.
No celebramos, conmemoramos. Conmemoramos las luchas de todas esas mujeres que han estado al frente de la defensa de los territorios, del agua, de las mujeres. También conmemoramos a las que no han estado al frente, a las que nunca consideraron. A las compañeras de hombres que hicieron cambios históricos que nunca habrían hecho sino fuera por el apoyo inmenso de sus compañeras. Conmemoramos a las mujeres obreras, que tampoco están al frente de luchas por la defensa pero que luchan por sobrevivir al día a día, siendo explotadas diariamente, tanto en el hogar, como en la empresa. Conmemoramos a las mujeres que muchas veces se nos olvidan, porque sus nombres no retumban, pero que son las que mantienen el país, y el mundo. Porque si paráramos todas, se para el mundo. Asumirse feminista es entender que no es suficiente, que las mujeres luchamos siempre.
El mercado Los Dolores, le debe su nombre a la iglesia construida por los mulatos que vivían en el Barrio Abajo de Tegucigalpa en el siglo XVIII. Estos construyeron la catedral de San Miguel Arcángel erigida ante la necesidad de comulgar el cristianismo en una época en donde, debido al intento fallido –explica el historiador Edgar Soriano– de segregación social, la principal iglesia católica del centro histórico de la ciudad, estaba prohibida para ellos, los pardos, apelativo que hacía alusión al color más oscuro de su piel, no eran negros, tampoco indígenas. Los Dolores –narran algunos capitalinos– es el nombre que le dieron en homenaje a los muertos durante la construcción de las dos iglesias, la mitología se construye a través de los años.
Aquí, adentro del mercado, si bien hay una variedad de negocios que van desde puestos de ropa hasta talleres de reparación de electrodomésticos, salones de belleza y salas de vídeojuego, el atractivo principal son los comedores, que en su mayoría superan los 15 años de existencia. Comedores permeados por la gastronomía tradicional hondureña, liderados por mujeres que saben –tienen claro, se debe decir– que la vida no es fácil para ellas.
Poco antes, varias horas antes, cuando el día comienza o cuando el día comienza para la mayoría de los trabajadores del país, estas mujeres suman quizá al menos dos horas de trabajo previo: limpiar –porque a pesar del exigente rigor de limpieza, nadie sabe lo que en la noche sucede con los utensilios, explica Vicky, la responsable de las tortillas en Baleadas Lourdes–, preparar los jugos, cortar las verduras para las sopas, hacer la masa que terminará siendo miles de baleadas a lo largo del día.
–Conquistamos este mercado, dice doña Blanca.
–Hicimos la conquista de este mercado.
Lo que antes eran puestos endebles frente a la iglesia de Los Dolores, ahora son sólidos –aunque estrechos, pequeños– comedores donde trabajan familias enteras. Un ejército de mujeres cocineras ha levantado por más de veinte años un espacio donde se hace homenaje, sin saberlo de repente, a la tradición culinaria del país. Hoy son las madres y las hijas y las cuñadas y las nueras, pero fueron las abuelas, en algunos de los casos, las que fundaron el mercado. Son comedores de tradición, de eso no queda duda.
Si bien, en su mayoría, son negocios familiares, no todos lo son. Vicky, en Baleadas Lourdes, Josseline en Comedor Lilian, y otras, son sólo empleadas.
Doña Lilian no siempre fue la jefa de cuatro mujeres, antes trabajaba para alguien como lo hacen ellas para doña Lilian, era cocinera en otro comedor, ahora tiene el propio y habla desde el orgullo de quien se ha construido una carrera, quien ha forjado un nombre en el hierro de la memoria colectiva. Comedor Lilian comenzó como un puesto de carnes asadas, hoy, su menú, es un abanico de opciones.
–Ser mujer y venir a trabajar aquí es lo más hermoso, y si a mí me gusta lo que hago, me siento bien. Si no vengo ellas me hacen falta. Doña Lilian dice esto y señala a sus empleadas, que limpian, que ordenan, que cortan las verduras para la sopa de mañana.
Hacia principios del siglo XX -quizá- en el norte del país hubo uno de los avances más significativos en la gastronomía hondureña: la baleada. Ahora, la baleada casi puede ser cualquier cosa que venga envuelta en una tortilla de harina de trigo, pero no siempre fue así, se sabe –nadie explica cómo pero se sabe– que la baleada inició en los campos bananeros del litoral atlántico hondureño, siendo esa tortilla de harina de trigo con frijoles fritos en manteca de cerdo y queso rallado. Hoy, la baleada ha derivado en infinitas versiones. En Los Dolores, Vicky, hace una de las versiones más populares de la baleada: «la big mama», apodada así por Big Momma, una mujer negra enorme interpretada por Martin Lawrence en Big Momma’s House del año 2000.
Vicky no sabe cuál es el origen de la palabra baleada, en sus once años de experiencia –ocho de ellos trabajados en Baleadas Lourdes– no se ha enterado. Y se ríe con cierta pena infantil, cuando se le pregunta si lo sabe, y dice que no.
Doña Blanca corta cebollas y zanahorias, sentada frente a la vitrina que mantiene caliente las carnes en su comedor. Corta las verduras con la mesura que el más terrenal de los placeres implica, preparar las condiciones para el encurtido que acompañará las carnes para sus clientes. Asar la carne para comérnosla fue quizá lo primero que hicimos como humanidad cuando conocimos el fuego, cuando por alguna casualidad –causalidad de por medio– la humanidad se topó con la aquel evento que no sólo le proporcionaba calor, también modificó la alimentación: poner la carne sobre las fogatas mientras conversaban y comérsela luego, y seguir conversando, moldeó también nuestro pensamiento: supimos entonces que el fuego era bueno, que la carne asada era mejor, sabía mejor, que la carne cruda, dejamos de ser animales salvajes y comenzamos el largo camino hacia la autodomesticación. Doña Blanca no lo percibe, sus clientes lo ignoran, pero en ella habita ese instinto primigenio, asar la carne como lo hicieron los primeros hombres, las primeras mujeres.
La vida puede pensarse desde lo sencillo, desde las pequeñas cosas. Nos suele gustar la idea de que es en los detalles donde encontramos la vida. En Los Dolores, las mujeres que cocinan, pertenecen a otro terreno: al imaginario de lo gastronómico, que lejos del idilio folklórico, es uno mayoritariamente femenino. Hemos entendido, mal entendido, que un chef es intelectualmente superior a una cocinera. Aquí radica un patrón de la división sexual del trabajo culinario, asignando la labor intelectual de la cocina a los hombres, y a las mujeres la postergación de su reconocimiento. No nos hemos pensado necesariamente desde la resignificación el aporte de la mujer, de las mujeres, a la conservación de la historia gastronómica hondureña. En 2004, el Centro de Derechos de la Mujer, reveló mediante una investigación que las mujeres superan en porcentaje a los hombres en las áreas de servicios (11.6%) y alimentos (5.3%).
Blanca Reyes, de Comedor Blanquita, es una mujer que lleva treinta años trabajando como cocinera. Para ella ser una mujer cocinera es realizar una labor pesada, sentimiento que se extiende a las mujeres de los demás puestos dentro del mercado Los Dolores, donde cada una de ellas entiende su trabajo desde un esfuerzo que se hace con dedicación y orgullo, pero que se entiende desde la dureza que realizarlo implica. En su mayoría, los comedores comienzan labores desde las seis de la mañana y se extienden hasta las seis de la tarde, cuando con el anochecer queda únicamente cerrar el puesto, volver a sus hogares, ser mujeres en ellos y volver al día siguiente.
Puede parecer increíble que lo –aparentemente, sutilmente– invisible se haga visible, que no entendamos las cosas obvias, por obvias que sean: que estas mujeres encargadas de alimentar todos los días a tantas personas cuantas quepan, apretadas, en sus comedores chiquititos, estas mujeres trabajadoras del todo poderoso dios del hambre que sacian cuando atienden a sus clientes, si vuelven, o cuando vuelven, a sus hogares, no regresan para descansar, o tomarse una cerveza, o tomarse una cerveza y descansar, porque ni en uno ni en otro lado, escapan a su condición de mujeres trabajadoras. Su condición de mujeres pobres que ha determinado sus alegrías pero sobre todo, como es en la mayoría de los casos, sus tristezas.
Puede que haya aquellos que piensen que ellas son la postal del folklore nacional, que son la estampa curiosa, el plano perfecto para promover la hondureñidad. Puede que haya ciegos. Aun así, Las Dolores, están ahí, todos los días del año
Los rostros de los deportados narran este país. Los zurcos en su piel manchada por el sol nos muestran que la decisión de migrar es dolorosa, que regresar al lugar que los expulsó es como caer en una grieta que se los traga, y es así cómo los pobres, los frustrados, los dolidos –sin que nadie escuche sus gritos– también vuelven, apenas sin ser notados. Pero los deportados en una comunidad minera nos muestran aún más, son el reflejo del espejismo y no del desarrollo que produce el oro en un país como Honduras.
Las caravanas se han convertido en una manera de migrar unidos, de dar un mensaje, de cargar sueños anhelos esperanzas y desesperanzas por la consecuencia de vivir en el país del éxodo, el que privilegia las armas antes que las necesidades básicas, el que se rige por la economía extractiva y el que expulsa no sólo la fuerza laboral sino todo aquello que huela a pensamiento. En este podcast, Jorge Andino les cuenta la historia de Chiqui Rasta, quien puso en canción este cambio en el fenómeno migratorio porque también es su propia historia. Además juntó otras voces del arte nacional para explicar la vida del arte en un país como Honduras.
Porfirio Lobo Sosa asumió la presidencia de la República meses después del Golpe de Estado en 2009, el gobierno de «Unidad Nacional» le llamaba. Esa administración ha estado bajo investigaciones desde que llegó la Misión de Apoyo Contra la Impunidad y Corrupción en Honduras (MACCIH) en 2016.
Su esposa, Rosa Elena Bonilla, enfrenta un juicio oral y público por apropiación indebida de fondos y fraude como autora de un supuesto desfalco de más de 16 millones de lempiras ($650 mil) desde el despacho de la Primera Dama, fondos que estaban destinados a obras sociales. El caso de la MACCIH fue denominado: «La caja chica de la primera dama», y por esto Bonilla mantiene prisión preventiva desde hace casi un año en la cárcel de Mujeres en Támara, Francisco Morazán.
A su hermano, Ramón Lobo, la MACCIH también lo acusa en el caso denominado «Caja Chica del Hermano», por el desfalco de más de ocho millones de lempiras ($350,000) a través de la Guardia de Honor Presidencial en la administración de Lobo.
De igual manera, hace una semana, el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) presentaba una denuncia en la que según sus investigaciones, Lobo habría derrochado 310 millones de lempiras provenientes de fondos transferidos del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) a la Secretaría de Finanzas.
Contracorriente (CC) entrevistó al ex presidente nacionalista, Porfirio Lobo Sosa (PL), sobre los casos de corrupción en los que se le involucra a él y a su familia, la renovación de cuadros dentro del Partido Nacional y la gestión del gobierno de Juan Orlando Hernández. Lobo siente que hay persecución, que está de moda ir tras los expresidentes y que de alguna manera Hernández se blinda, que todos los casos están enfocados en el periodo antes de su primera gestión.
CC: ¿Cómo fue ser Presidente de un gobierno de transición entre un Golpe de Estado y la era de JOH?
PL: En 2009, el 28 de junio fue el Golpe de Estado y Honduras quedó sumergida en una crisis bastante profunda. A raíz del golpe, Honduras quedó excluida de las relaciones internacionales, la OEA nos suspendió y para poder reintegrarse a la comunidad internacional había que reingresar a la OEA. Una época de aislamiento y con un nivel de manifiesto bastante alto en las calles, manifestaciones de todo tipo.
Fue un periodo muy interesante porque los cinco partidos que participamos en las elecciones de 2009 nos sentamos y nos pusimos de acuerdo en un Plan de Nación con una visión de Honduras para 2036 y lo firmamos todos los partidos. La verdad que logramos dialogar todo y llegar al nuevo proceso, las nuevas elecciones en 2013 que eran cruciales para Honduras para legitimar el proceso.
CC: ¿Usted cree que se ha cumplido ese Plan de Nación para 2036?
PL: No, el Plan de Nación contempla que la comunidad debe de organizarse, es como una fuerza que viene de abajo en todos los temas, entonces requiere de mucho diálogo, escuchar a la gente, potenciarla en lo que pueden desarrollar porque el Estado ayuda, pero no sustituye las organizaciones de la sociedad.
CC: Desde su perspectiva ¿Cómo ha sido la gestión del gobierno de Juan Orlando Hernández?
PL: Con mucha preocupación y dolor veo que de nuevo hay como una confrontación. Cuando las confrontaciones son manifiestas, la gente descarga un poco y a veces cualquiera podría creer que no hay malestar, pero cuando se sale a la calle y habla con la gente sí hay y es un sentimiento complicado. Además, hay muestras de estallidos de insatisfacción social como el caso de los migrantes que es gente que en realidad tiene necesidad de salir, con toda la campaña que les hacen de los riesgos y que no van a entrar, pero la gente aún así va y toca las puertas allá del imperio.
CC: ¿Cómo considera que Hernández ha manejado el tema de los migrantes?
PL: Me parece que hay una injusticia grande, no me gustó la actitud del gobernante nuestro, contrastado con lo que declaró el presidente Morales y López Obrador que dijeron «no los vamos a detener y aquí los vamos a ayudar», mientras que aquí se dijo que eran delincuentes, de pandillas, africanos, y esa gente que llega allá lo que vemos es que son madres con niños, es dramático eso.
Y yo que el Presidente le hubiera dicho a Estados Unidos: «mire, como ustedes dicen que son amigos nuestros, ¿por qué no hacen lo siguiente?, ábranle las puertas, si esa gente va a trabajar y si encuentran que alguno por su historial delictivo no debe de ingresar pues no lo dejen entrar».
Foto: Martín Cálix.
CC: ¿Cómo considera que ha sido la instalación de la MACCIH en el país, cómo ha actuado hasta el momento?
PL: Estoy de acuerdo con la MACCIH, con que vengan a ayudarnos a fortalecer el sistema de justicia buscando que tengamos una aplicación correcta de la ley, de la Constitución y los Convenios Internacionales. La Misión tiene una labor importante que pudiese hacer, me da la impresión y preocupa mucho la forma en cómo están influyendo en el sistema de justicia.
Hay una presión fuerte aparentemente de la encargada de negocios que se encarga de la embajada de Estados Unidos donde por tweets y telefónicamente da las instrucciones. Además es una actuación muy selectiva, si vemos casos concretos como el de Pandora que llevan a diputados líderes del Partido Nacional, porque en los casos el 95% son del PN, los llevan porque a ellos el Comité de Campaña del partido les dio el dinero e hicieron lo que tenían que hacer, pero nadie le va a preguntar al comité ni al candidato de dónde sacó el dinero.
Es una ironía que los diputados estén enfrentando la ley con encubrimiento por lavado de activos, pero entonces vemos que al Comité de Campaña nada le ha pasado. Es muy selectivo, como que van diciendo «a éste lo tocan, a éste no me lo tocan» y al final parece que es que Almagro quiere decir que logró tener presa a una primera dama, a un ex Presidente, un diputado, etc.
CC: En el caso de su esposa, Rosa Elena, menciona que ha habido violación a varias leyes durante el proceso, ¿a cuáles se refiere?
PL: A Doña Rosa le presentan un requerimiento porque ella en la transición se pone de acuerdo con doña Hilda, la hermana del Presidente, sobre los fondos que había en esa cuenta que era el despacho de la primera dama, que no es nada oficial sino que es de hecho: la primera dama no es funcionaria y eso lo ratificó la corte de apelaciones.
Vienen, capturan a doña Rosa con todo un show y la ven toda esposada y con grilletes porque esa fotografía la ocupaba Almagro allá en Washington, le decretan auto de prisión con formal procesamiento con un lavado de activos, malversación de caudales pero como no es funcionaria pública no hay malversación, entonces la corte le quita esos delitos y le agrega apropiación indebida aunque en su circuito no puede conocer de ese delito, entonces aparte de que el tribunal se crea con posterioridad a los delitos, también monta una acusación que no formuló el Ministerio Público.
Artículo 99 de la Constitución que dice que no puede ser allanado si no es de las 6 am a las 6pm ¿saben cuánto estuvieron en mi casa? Desde el miércoles a las 6 am, ininterrumpidamente hasta el sábado a las 6 de la tarde. Les daban a otros medidas, a ella se le negaron, entonces te encuentras con que es una cosa con dedicatoria.
Hay una presión fuerte aparentemente de la encargada de negocios que se encarga de la embajada de Estados Unidos donde por tweets y telefónicamente da las instrucciones.-Porfirio Lobo Sosa
CC: Usted menciona que hay una presión detrás de este caso, también ha dicho que son cinco jinetes del apocalipsis los que le hacen este proceso, ¿qué presiones son, a qué personas se refiere?
PL: No voy a detallar los nombres, pueden figurar algunos. Yo me di cuenta de lo que iba a pasar con mi esposa cinco días antes, en ese momento habían eliminado a Jiménez Mayor de la misión porque parece que no lo controlaban. Un amigo llegó y me dijo «quiero que sepa, señor Presidente, han decidido que hay que darle algo a la MACCIH y ese algo es su esposa», y me dijo que cinco habían acordado en Casa Presidencial y eso fue lo que sucedió, pueden figurar algunos nombres, pero son cosas que ahí vamos a ver poco a poco.
En un condominio rodeado de guardaespaldas, Lobo Sosa pasa sus días entre diligencias legales por los casos contra sus familiares. Foto: Martín Cálix
CC: Usted dice que en todos los gobiernos hay corrupción, ¿qué cree o sabe que está pasando en éste, por qué no hay investigaciones?
PL: Si me dice un periodista norteamericano que tenía la información de que a dos fundaciones les habían dado 2,500 millones de lempiras de una institución, cuatro más también han trasladado recursos, luego lo contrasto con que hay cinco diputados con formal procesamiento con 420 mil lempiras cada uno, entonces de repente es la forma de cubrir las cosas. Porque en el Caso Pandora si alguien sabía de dónde venían los fondos era el Comité Central de Campaña y el candidato, tiene que saberlo.
Todos los casos tiene una frontera, 2014 para acá no hay ni una tan sola denuncia que el CNA haya presentado de este gobierno ¿no es que ellos trabajan con la MACCIH?, a veces se vuelven brazos de los que quieren tapar la corrupción y cuando estalle eso va a ser grande.
Es una ironía que los diputados estén enfrentando la ley con encubrimiento por lavado de activos, pero entonces vemos que al Comité de Campaña nada le ha pasado. Es muy selectivo, como que van diciendo «a éste lo tocan, a éste no me lo tocan» y al final parece que es que Almagro quiere decir que logró tener presa a una primera dama, a un ex Presidente, un diputado, etc.-Porfirio Lobo Sosa
CC: Otro de los organismos que lo ha señalado a usted y a su familia es el CNA, ¿cree que está parcializado o recibiendo presiones de parte del gobierno para señalarlo?
PL: Habría que ver algo, recibieron transferencias para supervisar las elecciones de 2017, ¿dijeron algo de las elecciones de 2017? Se supone que observaron y después dirían si hubo o no incidentes, dudas o no, pero algo debían haber dicho ¿y qué dijeron?, nada, ¿por qué no traspasa la frontera de 2014 el CNA? ¿Me va a decir que un gobierno va a pasar cinco años sin corrupción? No hay forma, en todos los gobiernos hay corrupción.
Lobo mostrando transferencias SIAFI como supuesta prueba para mostrar que CNA está parcializado. Foto: Martín Cálix
CC: Hace poco usted mencionó que hay dos ONG’s que han recibido 2,500 millones de lempiras desde el gobierno de JOH ¿cuáles son?
PL: Son fundaciones que están ligadas de alguna manera al poder.
Me dice un periodista norteamericano que tenía la información de que a dos fundaciones les habían dado 2,500 millones de lempiras de una institución, cuatro más también han trasladado recursos, luego lo contrasto con que hay cinco diputados con formal procesamiento con 420 mil lempiras cada uno, entonces de repente es la forma de cubrir las cosas. Porque en el Caso Pandora si alguien sabía de dónde venían los fondos era el Comité Central de Campaña y el candidato, tiene que saberlo. -Porfirio Lobo Sosa
CC: Ahora con esta era del Presidente Hernández, ¿cómo cree que ha sido esa renovación de cuadros dentro del Partido Nacional?
PL: Yo voy a luchar en mi partido y voy a luchar, si al Partido Nacional lo van a usar de escudo, se van a pasear en él. Yo estaba tranquilo en mi trabajo, le dije a mis hijos: ustedes encárguense de todo que yo voy a luchar. Si el Partido no se separa del gobierno vamos a quedar mal, porque si los que están ahí no quieren escuchar que no vean, pero uno mira la realidad y se da cuenta cómo anda la gente. Eso sería una tragedia, el partido no se hizo para proteger a nadie, sí para defender lo que es injusto y debe mantener sus principios.
CC: Conociendo casos como el de Pandora, que se daría a finales de su periodo de gobierno y donde se ha dicho que hubo filtración de dinero a través de ONG’s para financiar campañas políticas, ¿cree usted que desde ahí comienza esta modalidad de utilizar ONG’s para malversar fondos?
PL: Eso de las fundaciones es una modalidad nueva, creo que inicia cuando estaba el Presidente en el Congreso Nacional y nosotros nunca usamos las fundaciones porque si una ayuda solicitaba un diputado, se le daba a él y tendría que liquidar su ayuda él. Entonces cuando se pone una fundación arriba lo que estás alimentando es una burocracia porque si el proyecto va a llegar ¿para qué vas a ocupar una fundación? Ahí habría que ver cuánto ganan esas fundaciones.
CC: ¿Cómo era el financiamiento de campañas políticas antes y cómo ve que es ahora?
PL: El financiamiento de campañas antes era de la empresa privada, de algunas instituciones, diferentes fuentes de financiamientos. Los empresarios le ayudaban a todos, lógicamente al que suponían que iba a ganar le daban más, al que no le daban poquito y así. Mi campaña fue desde la llanura porque no estábamos en el gobierno.
El problema de los gobiernos es que el último año muchos de los funcionarios se van alineando con el candidato porque representa el futuro y el otro va de salida, pero ahí está y cada quien responde a sus actos, lo importante es no venir y tratar de poner al partido de carnada. Pero la vida les va a seguir y nunca hay que alegrarse de ser mala gente, nunca. Decía Gandhi que una política sin principios no es política, el partido tiene principios extraordinarios y no hay que abandonarlos, pero el poder a veces enferma.
En mi trabajo me ha tocado escuchar y ver actos de violencia, de odio, de rencor e injusticia, de desesperanza. Por eso cuando Martín Cálix me recomendó escribir esto para el 14 de febrero, pensé que sería un buen ejercicio porque yo misma sé que en esos escenarios duros donde siempre reporteo hay muestras de amor en pequeños detalles para los cuales a veces no estoy preparada, me falta afinar la sensibilidad para verlos o para retomarlos en el análisis que hago al final. Y comencé a pensar en los detalles de las cientos de historias que he reporteado en casi una década que llevo en este oficio, esos detalles que guardé pero que quizá nunca procesé.
La mujer que baja los mangos del árbol de su casa, los parte y los raya para repartir las hilachas a un grupo de jóvenes abandonados a la calle. Que lo hace porque ella tiene hijos, porque sabe lo que es estar abandonada y siente algo allí en el pecho que la empuja a dar de lo que no tiene, reír un rato y luego seguir la vida dolorosa. O esos chavos que en medio del gas lacrimógeno se juntan en la protesta y sin importar los comentarios machistas, se abrazan, juntan sus frentes, se miran y son captados por la cámara de un fotógrafo que tiene el ojo para notar que allí hay amor. El amor de quienes sobreviven en las condiciones más precarias, con la cruz a cuestas de alguien que no aparece, con la lágrima permanente trabada en el párpado porque la sangre no se limpia fácil en un país sin justicia, y ese trauma que solo se lleva por el amor profundo, irracional que nos apega a la vida aunque sea cruel.
Entonces también pensé en mis amigos a quienes amo y con quienes he aprendido a amar hasta las heridas que me he hecho con mis propias decisiones. Así comencé a escribirles a varias personas, con un poco de pena porque siento que nadie se esperaría esto de mí, y porque tampoco quiero irrumpir en la intimidad de nadie. En fin, aquí les dejo mi esfuerzo por juntar escenas de amor, ese sentimiento que nos empuja a vivir.
El amor es costumbre
Hay una pareja que conozco casi a la distancia, los he visto juntos y en persona pocas veces. Sin embargo cuando pensé en personas en las que yo siento que hay una conexión especial, pensé de inmediato en Susy y Fabricio. Le hice a Fabricio tres preguntas que me saqué de la manga, sin pensar demasiado. Fabricio cuenta su historia de amor y yo me los imagino en carretera, con una mochila donde no solo cargan sus libros de consulta y libretas, cargan un montón de detalles donde está eso que los mantiene unidos.
Es curioso que cuando a mí me prohibieron el café, la más preocupada en mi muro de Facebook era Susy quien incluso me recomendó tomar un café que no era café, solo para consolar mi desgracia. Ahora quizá se por qué. La primera escena que se le viene a la mente a Fabricio cuando le pregunto dónde encuentra el amor en la cotidianidad, es en la hora del café.
«Cuando tomamos café. Muchas veces es en la calle, otras en la cocina y algunas en el dormitorio. Cuando tengo trabajo, soy como Winslow el personaje del Fantasma del Paraíso y estoy sentado en una mesa, encerrado typeando, usualmente pendo las cosas y cuando están maduras las escribo, es más fácil, se van de un tirón. Pues en esos momentos soy un autista y además gruñón que no entra en contacto con nadie. Pero cuando tengo chance de volver a ser humano, allí es cuando le hago café y lo tomamos. Solo nos vemos y hablamos cualquier cosa como dos grandes amigos. En ese momento sé, sin tener que razonarlo, que hay amor. Cuando andamos de viaje hay una sensación que no puedo explicar en la convergencia de la fatiga, el desplazamiento y el esperar en carretera un bus que pase, a veces tomamos un jugo (o ella una horchata), en esa convergencia la miro y sé que la amo. No sé si a ella le pasa lo mismo, nunca hemos conversado eso.
Para mí el amor es costumbre. No es esa cosa inventada en la edad media del flechazo y eso, ni lo que dice Ringo en «Con la Pequeña Ayuda de mis Amigos», cuando los Beatles le preguntan si cree en el amor a primera vista y él responde que sí, que le pasa a cada rato… el amor no llega de pronto, va entrando como el tiempo y nace de la vivencia, se va aprendiendo a amar. El segundo elemento es que tengo un como switch para el amor (no para el odio porque no sé odiar). Apago y desconecto. Así ya está, he dejado de amar. Lo que sea. Amor romántico, amor fraternal o parental, amor a las cosas, amor político o ideológico…pues con Susy el mecanismo me falla. Apago pero no desconecta».
Mis preguntas son bastante básicas, la última que hice fue ¿cómo se hace para mantener sano el amor? Y Fabricio me contestó «El amor es sano, nosotros somos los enfermos. Pienso que uno se mantiene dentro del amor construyendo. Los fracasos que he visto, y los momentos de crisis que he tenido en mi vida de pareja con Susy, es cuando el egoísmo y el egocentrismo mandan. Eso hace chocar las personalidades y lleva a los pleitos y envenena el amor. Yo he renunciado a muchas cosas a cambio de lo que tengo. Esto se puede acabar en un segundo pero para mí vale el riesgo».
Poliamor
Este tema lo he platicado con mucha gente cercana en diferentes etapas de mis relaciones y nunca me he sentido muy cómoda al respecto. En este momento pienso que no me funcionaría porque lo que yo conozco de esto es que ha sido herramienta para hacer funcionar una máquina que se fundió, el amor que se acabó, un vacío que solo debería empujar a cerrar el ciclo y continuar el camino lejos de ahí. Entonces por eso pregunté casi las mismas tres preguntas a una chica que también conozco, cerca y lejos, que tiene una relación poliamorosa. Ella vive con su chico desde hace casi 5 años y siente que su relación está llena de ternura pero hace seis meses comenzó otra relación y lleva las dos juntas en común acuerdo.
«Una acción cotidiana que refleja amor es cuando él cocina (nos dividimos las labores según nuestra posibilidades diarias) y me hace mi comida favorita, o que siempre pese a todo el caos de la cotidianidad encontremos un momento al día para abrazarnos y contarnos qué nos ha pasado.
Con él comencé una relación de noviazgo monogámico, duró dos años, luego nos mudamos juntos y decidimos, luego de muchísimas pláticas, leer muchísimo otras experiencias y de mucha sinceridad, que no estábamos felices así. Comenzamos a abrir la relación a otro tipo de experiencias, y hemos ido construyendo un vínculo poliamoroso lo más horizontal posible, es muy difícil, pero es ahí donde ambos hemos encontrado la felicidad de acompañarnos a ser juntos y con otros.
Actualmente él tiene ocasionalmente vínculos sexuales y afectivos con otras personas. Yo tengo otro noviazgo desde hace 6 meses».
Cuando le pregunté a ella, a Iris, si me recomendaba historias de amor diversas me habló de la suya y me pareció interesante porque es un tabú, aunque algo que existe ahí es la sinceridad que le falta a las relaciones monógamas en muchas ocasiones. Yo, sin embargo lo veo ahora como un mecanismo para mantener la relación, una forma diferente de descubrirse.
Cuatro meses y cinco días sin vos
El año pasado, Martín y yo preparamos un especial sobre presos políticos que reporteamos durante varios meses, el tiempo en que estuvieron presos. Allí conocimos a Lourdes y a Melvin. A Lourdes yo pude visitarla en la cárcel, a Melvin no porque estaba en la cárcel de máxima seguridad. Pasaron 4 meses y cinco días encerrados sin verse y sin siquiera comunicarse. Lourdes aún recuerda esos días y llora, sobre todo llora cuando cuenta lo que Melvin le dijo que vivió en El Pozo. No se separan, trabajan juntos y salen juntos. Esos cuatro meses de ausencia acumularon tantos gestos y caricias, la cercanía de la piel que se vuelve una necesidad extrema cuando uno extraña.
«Desde años hemos trabajado juntos en nuestro negocio y cuando nos pasó ese mal rato lo perdimos todo. Ahora estamos empezando de nuevo. Nosotros luchamos juntos para sobrevivir, nos levantamos a hacer las cosas de nuestra casa para luego abrir el negocio y pues así él y yo nos llevamos muy bien. Déjeme decirle que no ha sido nada fácil, tenemos 6 años de estar juntos y todavía su familia no me acepta. Esa es la lucha más difícil», cuando Lourdes se refiere a esos cuatro meses dice «ese mal rato», «eso que nos pasó»… un algo que aún no puede describir bien, el hueco de esos cuatro meses sin él.
«Eso que nos pasó fue una gran prueba. El día que él salió de la cárcel, su familia se lo llevó y le dijeron que no lo querían ver nunca más conmigo, ellos me culparon a mí de todo. Pero él a media noche vino a buscarme y me dijo que me amaba y que no me iba a dejar. Así somos felices.
Para mantener sano el amor nosotros nos tenemos mucha confianza, compartimos nuestros problemas, nuestras tristezas, nuestros dolores y las felicidades, el mal de uno es el del otro. Nosotros no tenemos hijos, mi último hijo tenía 5 meses cuando comencé mi relación con Melvin, él ama a mis hijos y ellos a él».
Melvin es un hombre callado, Lourdes habla claro, fuerte, saca todo y Melvin la escucha y asiente, no agrega nada porque esa noche lo dijo todo, salió de la cárcel y buscó el lugar donde está su libertad.
Amor de ruptura
Sara hace un par de meses escribió un texto que sigo editando, es su historia de amor en construcción con un chico trans. Para mí es muy difícil editar algo tan personal, pero creo que ambas hemos aprendido en ese proceso. Por eso cuando me pensaba esta entrada pedí a Sara que contestara mis preguntas y nos diera un par de vueltas para entender la diversidad del amor. Así, ella y Nahil escribieron esto:
«Yo diría que somos una relación con muchas diferencias y disidencias en cuanto a amar y cultivar relaciones. No obstante, somos un desborde de ternura y cariño con el otro/otra, porque precisamente lo que nos provoca amarnos tan intensamente son nuestras rupturas ante los mandatos patriarcales.
Cuando salimos de casa y nos encontramos en espacios públicos, en algún momento de ir caminando juntes , mi pareja Nahil roza su mano con la mía, es su deseo por tomarme la mano pero que no logra concretar por el miedo e inseguridad que provoca la gente que nos rodea acechándonos con sus miradas violentas y discriminatorias. Nos vemos a los ojos, le tomo la mano fuertemente pero con cariño y así vamos tomados de la mano con miedo, y con mucho amor».
Aunque me avergüenzan mis preguntas les cuento que pregunté esto: ¿Si el amor en la relación es como un edificio como describirías esa construcción?
«Lo hablamos con Nahil anoche, ambos coincidimos que no vemos nuestra relación como un edificio, pero si fuera así estaríamos más pendientes de nuestros interiores; reconocer quienes somos, y contemplar lo que somos. Tenemos mayor interés en reconocer nuestras subjetividades, y de ahí reconstruirnos para acercarnos a una relación más libre y sin ataduras.
Intentamos ser muy honestes, aunque nos moleste en ciertas ocasiones escuchar deseos-sentires de la otra/otro que no queremos hablar o colocar. Es un acuerdo, y esta práctica nos ha permitido acercarnos más, como el establecer vínculos de compañerismo/amistad que trascienden la relación de pareja. También procuramos cultivarnos y cuidar lo que vamos cosechando en el desafío de amar desde las diferencias y disidencias, lo que nos ha generado establecer un diálogo constante».
El amor como proyecto
La tarde que Maddalen y Gabriel se casaron, los amigos no pudimos evitar llorar de emoción y meses después ella lloró cuando supo que mi relación terminó. He estado en su hogar que sabe ser un espacio abierto pero también íntimo, por eso les pasé las pregun tas para que contaran lo que yo he visto apenas.
«Ambos nos mostramos amor siempre que estamos juntos, con besos, abrazos, y palabras amorosas. Sin embargo, un momento donde sentimos que hay mucho amor es cuando nos vemos después de todo el día de trabajo, y el momento en el que antes de comenzar a comer, nos damos un beso cariñoso como antesala para el buen provecho.
Es un sentimiento de admiración mutua. El compromiso de ambos de construir un proyecto de vida juntos es causa y consecuencia del sentimiento de amor que sentimos el uno por el otro. Gabriel siente amor al ver la capacidad de Maddalen de ver lo hermoso y positivo de todo; Maddalen siente mucho amor al ver la forma en que Gabriel se toma la vida, con una actitud sabia, positiva y humilde.
No hay un impase que descuidemos y no abordemos. Tratamos de generar acuerdos que hagan de nuestra relación y convivencia familiar un espacio agradable y cómodo para ambos. El cariño, el amor, el contacto físico de todos los días es un alimento diario que nutre y mantiene sano nuestro amor».
Si hay un lugar donde llegar y sentirse consentido por el amor que irradian es la casa de Madda, Gabriel y Walki.
Estoy enamorada y el día está soleado
Si hay una cosa que me hace feliz, incluso cuando las relaciones fracasan, es lo disfrutado, los recuerdos del tiempo que dediqué a amar, de amar nunca me he arrepentido ni en las peores circunstancias. Por eso creo que soy capaz de amar profundamente siempre que puedo y lo amerita. Pero hay una persona que cambió todo mi concepto de amor y me mueve entre la línea de la locura y la racionalidad extrema. Ella se la pasa escuchando música de los Beatles y coleccionando canciones que lleven su nombre: sol, soleado, sunshine, sun, sunny… hay muchas afortunadamente, porque se ha convertido en un hobby que me atraviesa el alma de ternura, como cada gesto que hace o cada reflexión suya de la vida.
Cuando la vi por primera vez no entendí lo que sentía, cuando se dormía en mi pecho y se alimentaba de mí, cuando comenzó a caminar y cuando comencé a notar que crecía, es algo que no puedo poner en palabras aun. A veces me parece que es mucho amor propio, por eso de que la tuve en mis entrañas y de mis genes tiene mucho. Pero amo también su individualidad, su construcción propia como persona. El amor que siento por ella yo sé además que es infinito, que no se va a ir porque me aburrí, porque me dolió algo que hizo, porque cambiamos tanto que ya no nos entendemos, sé esto porque una nace sabiendo de ese amor.
Una noche Sol y yo hablábamos de poesía después que me recitó un poema que le enseñaron en el kínder, yo entonces le leí Táctica y Estrategia de Mario Benedetti. Ella me abrazó y me dijo: tu corazón es mi corazón y mi corazón es tu corazón. Allí, en ese gesto fui consciente de que ambas nos llevamos dentro.
Concluyo esto diciendo que el amor me hace mortal, fuerte y débil al mismo tiempo y que me aterra. Ahora amo intensamente y no hay nada más que yo pueda tener que me haga vivir, reír, llorar, abrazar fuerte y contemplar los días soleados que tengo por fortuna.
En medio de juicios por malversación de fondos en contra de varios diputados, en el Congreso Nacional comenzó un proceso para blindar nuevamente a los funcionarios de gobierno con el fin de que el Ministerio Público no pueda proceder en contra de funcionarios públicos, lo que también obstaculizaría a la Misión de Apoyo Contra la Impunidad y la Corrupción en Honduras (MACCIH).
El proyecto lo introdujo el diputado del Partido Nacional, Marcos Paz Sabillón, para reformar el artículo 115 de la Ley General de la Administración Pública. Los sectores que se oponen a la reforma, señalan que esta busca limitar las atribuciones del Ministerio Público (MP) y designar como responsable de determinar las responsabilidades civiles y penales al Tribunal Superior de Cuentas (TSC) sobre acciones u omisiones ejecutadas por funcionarios de órganos colegiados en el ejercicio de sus funciones.
En ese sentido, las intervenciones del TSC son las que darán lugar a que el Ministerio Público proceda por la vía correspondiente, mientras no se pronuncie el TSC. “No procederá el ejercicio de la acción civil, penal o administrativa contra los miembros de los órganos colegiados como resultado de la función pública ejercida mientras no se determine la responsabilidad de los mismos por parte del Tribunal Superior de Cuentas” señala la reforma.
Esta reforma es parecida a la que se realizó en 2018 a la Ley General del Presupuesto y que logró detener el proceso en contra de varios diputados acusados por malversación de caudales públicos a través de ONG’s en las que se apropiaron de 8 millones de lempiras ($44,400). Hace dos semanas la Sala de lo Constitucional declaró inconstitucional esa reforma cuando los diputados acusados en el Caso Arca Abierta intentaron utilizarla en su defensa.
Mientras tanto el diputado Marco Paz, quien presentó el proyecto de reforma, asegura que está orientada a que el TSC fiscalice y audite aquellos diferentes entes colegiales cuyas juntas directivas están integradas no solo por funcionarios públicos.
Sin embargo, de acuerdo al artículo 2 de la ley en discusión, la administración pública central y descentralizada está constituida por “Organismos de derecho privado auxiliares de la Administración Pública los curadores administrativos, los centros asociados, patronatos, asociaciones comunitarias, los concesionarios del Estado, las alianzas público-privadas, los fideicomisos que presten un servicio al Estado o las personas jurídicas de derecho privado que por propiedad o gestión sean controladas por la Administración Pública”.
De acuerdo a parlamentarios de oposición, el proyecto fue presentado de manera abrupta y en menos de 8 días ya se encontraba dictaminado y agendado para su discusión y aprobación, además asegura que el proyecto no fue socializado y que ni siquiera lo conocía el TSC.
Mientras tanto, la MACCIH denunció a través de un comunicado que esta reforma iría en contra de la Constitución debido a que le resta atribuciones al Ministerio Público para ejercer su labor de investigación, “pretendiendo que sus actuaciones dependan del pronunciamiento previo del Tribunal Superior de Cuentas, retrasando con ello las investigaciones, lo cual abre la puerta a la impunidad y sin duda es una medida que debilita todos los esfuerzos del país en la lucha contra la impunidad”.
Ante esta situación, la directiva del Poder Legislativo suspendió la discusión del mencionado proyecto, anunciando que lo van a socializar con los sectores obreros y empresariales, según ellos los únicos involucrados en las reformas que se estarían realizando.
Los diputados del Partido Nacional aseguran que se trata de una campaña de desprestigio en su contra. “Existen diputados que se prestan y colaboran a desprestigiarnos como institución y sobre todo que mal interpretan y con algún tema dañino quieren darle otro rumbo, otro sentido a los decretos y temas que se manejan aquí en el Congreso Nacional. Son los que más salen criticando asuntos que se están discutiendo” añadió Zambrano en declaraciones públicas sobre el tema.
Sin embargo, para la diputada por el Partido Innovación y Unidad (PINU), Doris Gutiérrez el proceso no se les dio a conocer antes. “Ahora dicen que lo van a socializar ¿por qué no lo hicieron antes si era tan bueno? Nos quieren engañar diciendo que eso nos va a favorecer a los diputados, tenemos que cuidar los fondos públicos sea que en la junta directiva estén obreros, campesinos, funcionarios públicos o empresarios porque el dinero es dinero del pueblo” sentenció.
Yhavé Sabillón, coordinador de la MACCIH, asegura que esta reforma es una respuesta a los últimos procesos judiciales que se han realizado contra funcionarios públicos. “El análisis es extensivo y sabemos las intenciones de los grupos vinculados a actos de corrupción que quieren empantanar estas resoluciones presentes y las futuras que vienen” señaló.
Hasta el momento la MACCIH en conjunto con La Unidad Fiscal Especial contra la Impunidad Corrupción (UFECIC) han revelado al menos tres casos de corrupción involucrando a diputados y exdiputados en malversación de fondos a través de organizaciones no gubernamentales y que en algunos casos, aseguran que los fondos fueron utilizados para campañas políticas del Partido Nacional y Liberal en 2013.
Para la diputada Doris Gutiérrez los avances de la MACCIH no han sido fáciles debido a las estructuras que se comienzan a tocar. “Tienen varios candados para hacer una buena investigación, no se ha aprobado la Ley de colaboración Eficaz, existe la Ley de Secretos y lo poco que se ha hecho ha sido con un gran esfuerzo, rompiendo redes tremendas de impunidad y corrupción, enfrentándose con grupos de poder realmente fuertes” finalizó.
De acuerdo a la información pública de la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social, en los últimos 4 meses el gobierno ha desembolsado casi 70 millones de lempiras para organizaciones no gubernamentales, algunas de ellas pertenecientes a personas que actualmente enfrentan procesos judiciales por malversación de fondos.
Una red de corrupción enquistada en la alcaldía de San Salvador hizo todo lo posible para que un hombre de confianza de Nayib Bukele ganara contratos como productor audiovisual. Falsificaron firmas, simularon competencias, alteraron fechas en documentos… todo para cumplir con los gustos del alcalde. Mario Romero Piche, un viejo empleado de las empresas de Bukele recibió más de un cuarto de millón de dólares en servicios de producción audiovisual, una producción pagada con fondos públicos que finalmente terminaría siendo usada para la campaña del candidato de GANA.
I – El hombre que Nayib Bukele quiere para producir su campaña
El 31 de octubre de 2016, Mario Romeo Piche Guerrero llegó a la Secretaría de Cultura de la Alcaldía de San Salvador seguro de que ganaría un contrato para la producción de un spot televisivo. Tan seguro estaba de ganar que, cuando llegó a presentar su oferta, ya había hecho el video que le iban a pedir. Es más, el video ya estaba publicado, desde hacía seis meses, en las redes sociales del entonces alcalde Nayib Bukele. Es más: la Secretaría de Cultura ya había autorizado que se emitiera un cheque a su nombre. El trabajo estaba hecho y, para que Piche cobrara su pago, solo faltaba simular una competencia y que la ganara.
Once días antes de la presentación de ofertas para la producción del audiovisual “La verdadera fuerza”, la entonces secretaria de Cultura Suecy Callejas Estrada había solicitado a la junta directiva de la institución que autorizara un presupuesto máximo de $8,858.00 para su realización. “La verdadera fuerza” tendría una duración de un minuto con treinta segundos, y destacaría la recuperación del centro histórico de la capital salvadoreña sin el uso de la fuerza.
Los documentos oficiales de la municipalidad muestran que ese mismo día, 20 de octubre, Callejas Estrada también sometió a consideración de la directiva tres propuestas para hacer el trabajo, incluida la de Mario Piche. Las otras dos cotizaciones estudiadas eran falsas. Falsas. Ese mismo día, 20 de octubre, la directiva autorizó que se tramitara el pago al ganador, Mario Piche, que unos días después simularía entrar a competencia con la presentación de una propuesta que ya había sido declarada ganadora. “La junta directiva, por unanimidad y sin abstenciones, acuerda: Autorizar la contratación de servicios de edición y producción de “La Verdadera Fuerza”, y se emita cheque a nombre de Mario Romeo Piche Guerrero por la cantidad de ocho mil ochocientos ochenta y ocho 82/100 dólares, y autoriza a la tesorera o quien haga las veces de pagador a que realice las erogaciones correspondientes”, dice el acuerdo número 11 del acta número trece de la junta directiva de la Secretaría de Cultura de San Salvador.
Factum ha documentado 12 contratos otorgados entre 2015 y 2018 por la Alcaldía de San Salvador a Mario Piche que quedaron marcados por irregularidades que van desde invitaciones a concursar para proveer cobertura a actividades ya pasadas, hasta ofertas falsas cuyo diseño lo dejaban a él como único posible ganador. Este esquema sorteó todos los controles institucionales de la alcaldía, desde las unidades que solicitaban los servicios, pasando por las unidades de contratación y adquisición y juntas directivas, hasta el concejo municipal presidido por el alcalde Nayib Bukele. El mecanismo facilitaba a la alcaldía dar contratos a un productor audiovisual que había logrado ganarse la confianza de Nayib Bukele desde antes que este fuera alcalde. Luego Bukele se convertiría en candidato presidencial del partido GANA y Piche en productor de su campaña electoral. Esto traería una ventaja adicional para los intereses del candidato: los materiales audiovisuales producidos por Piche para la alcaldía, pagados con fondos públicos, fueron usados para la campaña del candidato de GANA.
Extracto del acta número 13 de fecha 20 de noviembre del 2016 en el que el concejo de la Secretaría de Cultura de la Alcaldía de San Salvador da como ganador de contrato a Mario Piche, luego de competir contra dos cotizaciones falsas. El video “La verdadera fuerza” se había publicado desde el 24 de abril del mismo año.
La oferta que Mario Piche presentó ante la junta directiva aquel 31 de octubre era por $8,858.82. Es decir, solo 82 centavos mayor al presupuesto máximo solicitado por Suecy Callejas, un presupuesto que, en teoría, no debía ser conocido por ninguno de los ofertantes.
Las otras dos ofertas presentadas por la secretaria ante la junta directiva tenían los nombres de Olga Castro y Andrés Marroquín. Las dos eran idénticas en aspectos técnicos: ofrecían producción a cuatro cámaras y tomas con drone. Pero variaban en el precio. La oferta a nombre de Olga Castro era por $8,999.99 y la de Andrés Marroquín por $8,950.00. Ambas eran un puñado de dólares más caras que la de Piche, lo que dejaba a este en ventaja.
Pero en realidad ni Castro ni Marroquín presentaron propuesta alguna: alguien había inventado los precios y había falsificado sus firmas.
Castro y Marroquín son viejos conocidos de Mario Piche: ambos han sido sus empleados en la productora “Dharma Audiovisual”. Olga Castro lo sigue siendo. Marroquín renunció hace algún tiempo. Factum contactó a los para preguntarles cómo, siendo empleados de la misma productora, cotizaban con precios diferentes que, casualmente, beneficiaban la oferta de Mario Piche.
Ambos dijeron que nunca habían presentado cotizaciones para la producción del documental “La verdadera fuerza”. Al mostrarles los documentos con sus nombres, los dos dijeron que la firma que los calza no era la de ellos, que fue falsificada. Los dos mostraron su documento único de identidad (DUI) para evidenciar las diferencias entre sus firmas en el DUI y las de los documentos de la alcaldía.
Falsificar firmas en un documento para obtener un contrato o simular una competencia es un delito que está contemplado en el Código Penal salvadoreño. El artículo 284 del código establece penas de tres a seis años para quien lo cometa, y si este es funcionario público la pena se agrava hasta los ocho años de prisión.
Piche aseguró en una entrevista a Factum que él únicamente presentó una cotización para la producción del audiovisual y que no sabe cómo llegaron las otras dos cotizaciones con firmas falsas a manos de la secretaria de Cultura, Suecy Callejas Estrada. Este medio contactó a Suecy Callejas Estrada a través de mensajes directos a su cuenta de Twitter para saber de dónde sacó las cotizaciones con firmas falsificadas, pero la exsecretaria se limitó a decir que no respondería preguntas de este medio y argumentó que toda esta investigación se trataba de un ataque a la campaña de Nayib Bukele.
El video solicitado por la secretaria de Cultura ante la junta directiva aquel 20 de octubre ya estaba publicado en el canal de YouTube de Nayib Bukele desde el 24 de abril de ese año, es decir, seis meses antes de ser aprobada su compra.
Detalle de las cotizaciones supuestamente presentadas por Olga Castro y Andrés Marroquín. Ambas cotizaciones tenían firmas falsificadas. Los precios fueron establecidos para dejar como único ganador posible a Mario Piche.
Revista Factum consultó cientos de documentos relacionados con los contratos entre la alcaldía y Piche, habló con exempleados de la alcaldía que trabajaron en el área de comunicaciones, entrevistó a personas que participaron en las producciones de videos y a los productores directamente involucrados en el mecanismo para otorgar contratos fraudulentos. Toda esta información muestra no solo una dinámica para favorecer a un contratista, sino cómo los fondos municipales financiaron productos audiovisuales que muchas veces carecían de mensajes de interés institucional y, en cambio, eran de carácter propagandístico en favor del ahora candidato presidencial. Es más, todos los spots estrellas producidos por Piche fueron subidos directamente al canal personal de YouTube del exalcalde Nayib Bukele y a sus redes sociales, y no a las de la alcaldía.
Factum intentó obtener explicaciones de las jefaturas involucradas en cada caso sobre las irregularidades en los contratos, pero ninguna aceptó entrevista. Los pocos que respondieron los mensajes de este medio argumentaron que esta investigación se trata de un ataque a Bukele. “Claramente Factum ya no está buscando la verdad, sino cómo golpear nuestra candidatura”, respondió Callejas Estrada.
Bukele tampoco quiso hablar con Factum. Un periodista de este medio solicitó entrevista con el candidato en cuatro ocasiones desde el pasado 13 de diciembre, por medio de su hermano y jefe de campaña Karim Bukele. Karim nunca respondió si su hermano explicaría sobre el fraude en las contrataciones para la cobertura institucional. A lo que sí respondió fue a la pregunta de por qué la campaña actual de su hermano ha estado utilizando audiovisuales pagados con fondos municipales. “No participaré de ninguna entrevista”, dijo. El pasado 23 de enero, Factum buscó nuevamente un encuentro con el candidato en un evento público, solicitando dos minutos de su tiempo por medio de Ernesto Sanabria, exasesor de Bukele en la alcaldía y ahora miembro de su equipo de campaña. Sanabria dijo en ese momento que consultaría con los encargados de la actividad para gestionar la entrevista y preguntó cuál era el tema a tratar. Al final del evento, Sanabria dijo que no se podría realizar la entrevista.
La exgerente de Comunicación Social, Sofía Medina, contestó una llamada a su teléfono celular el 25 de enero. Luego de escuchar que se trataba de un periodista de Factum, dijo que se encontraba en una reunión y que correspondería la llamada media hora después. Factum intentó contactarla tres veces más por la misma vía, pero ya no contestó.
Los únicos involucrados que respondieron a preguntas de Revista Factum fueron el productor Mario Piche y sus colaboradores Olga Castro y Andrés Marroquín.
Durante varios encuentros a lo largo de esta investigación, Piche aceptó a Factum que su vínculo laboral con las empresas de Bukele lo llevó a ser productor de la comuna a petición del alcalde. Piche dijo que los casos documentados por Revista Factum son solo una parte de lo recibido de la alcaldía, y que trabajó como productor audiovisual a tiempo completo sin tener un contrato para ello. Añadió que esto lo hizo gracias a un “pacto tácito” entre las jefaturas que respondían a Bukele y él.
La relación entre Nayib Bukele y Piche data de enero de 2011, cuando el ahora candidato lo contrató en su agencia de publicidad Brand Nölck Red America, S.A. de C.V. Posteriormente, Bukele puso a Piche como cabeza de un proyecto más ambicioso: el canal TVX. Piche, bajo instrucciones de Bukele, dio forma al canal y a su programación, contrató a todo el personal necesario y tomó decisiones editoriales durante varios años. Piche también contribuyó, aunque en menor medida, a producir la campaña audiovisual de Bukele cuando fue alcalde de Nuevo Cuscatlán, y también en la de su sucesora, Michelle Sol. Piche asegura que se mantuvo separado de la campaña de Bukele para ganar la Alcaldía de San Salvador en el año 2015; sin embargo, en agosto de ese mismo año, renunció a TVX para convertirse en productor independiente. Un mes después, pasó a trabajar a tiempo completo para la Alcaldía de San Salvador.
Estos contratos otorgados por la Alcaldía de San Salvador al hombre de confianza de Bukele violan la Ley de Adquisiciones y Contrataciones de la Administración Pública (LACAP) y la Ley de Ética Guberamental, además de contener una serie de irregularidades, como falsificación de firmas, que constituyen delitos. Piche dice que él es “bueno” y que solo hacía el trabajo que le pedían los funcionarios que respondían al exalcalde.
Mario Piche, uno de los empleados de Nayib Bukele, durante un mitin en la Plaza Gerardo Barrios en San Salvador, el 26 de enero de 2019. Foto FACTUM/ Salvador Meléndez
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Cuando comenzó la relación entre Nayib Bukele y Piche en 2011, el productor audiovisual era pareja sentimental de Suecy Callejas Estrada, quien más tarde se convertiría en secretaria de Cultura de San Salvador.
Piche era, entonces, un estudiante de la licenciatura en Comunicaciones de la Universidad Don Bosco que necesitaba hacer pasantías. Para su suerte, Callejas Estrada era amiga de Gabriela Rodríguez, quien hoy es esposa del candidato presidencial. Gabriela se enteró, por medio de su amiga, que Piche necesitaba hacer horas sociales para poder graduarse, y le ayudó a hacerlas en una de las empresas de publicidad de Nayib Bukele: Brand Nölck Red America, S.A. de C.V.
“Ahí yo llegué y fue chivo porque estuve como un mes de pasante y al término de ese mes les gustó lo que hacía y me dijeron que qué ondas, que me contrataban”, cuenta Piche. Fue contratado como productor, puesto que mantuvo durante 15 meses. En marzo de 2012, Bukele lo invitó a unirse a un nuevo proyecto: un canal de televisión que meses más tarde sería llamado TVX, el nombre comercial de Starlight, S.A. de C.V. El canal empezó su transmisión en noviembre del mismo año en los canales 23 y 25 de televisión abierta.
El trabajo de Piche, como director del canal, fue darle forma al proyecto, idear los productos y contratar al personal necesario para que TVX pudiera salir al aire, como camarógrafos, productores, sonidistas, editores. Piche fue director durante tres años, y dice que al menos el primer año en esa función recibía órdenes directas de Nayib Bukele, aunque este nunca figuró en ningún papel como propietario del canal.
El 5 de noviembre de 2012, el canal 23 fue interrumpido con una campaña publicitaria que anunciaba que un “movimiento social” se había tomado el canal. Un hombre enmascarado con el personaje de la película “V for Vendetta” anunciaba que el canal era desde entonces un medio independiente y que no pertenecía a ningún partido político. Para entonces, Bukele había cumplido seis meses de ser alcalde de Nuevo Cuscatlán en representación del partido FMLN.
Según Piche, un año después del lanzamiento de TVX, Nayib se distanció de la gestión diaria del canal. “Dijo que iba a dedicarse a su carrera política”, recuerda Piche. En su lugar se conformó una dirección conjunta entre Piche, Federico Ánliker y Marlon García. Ánliker, amigo de infancia de Nayib Bukele y quien se convirtió en vicepresidente del canal, es ahora el secretario general de Nuevas Ideas, el partido político creado por Bukele. Mientras, Marlon García era una carta delegada por José Luis Merino, dirigente del partido FMLN y, según una investigación periodística de El Faro, ejecutivo del grupo ALBA.
Piche añade que durante todo ese tiempo conoció los gustos audiovisuales de Bukele y por eso se convirtió en uno de sus productores y empleados de confianza. El siguiente paso fue que Bukele lo involucrara en su proyecto político en el año 2014, solicitándole algunos videos para publicitar su gestión como alcalde de Nuevo Custatlán, con la mira puesta en catapultarse hasta la Alcaldía de San Salvador para 2015.
Piche asegura que no cobraba las producciones audiovisuales para Nuevo Cuscatlán, ya que lo consideraba como parte de su trabajo en TXV.
Bukele ganó la Alcaldía de San Salvador en marzo de 2015 y asumió el cargo en mayo. Piche dejó la dirección general de TVX en agosto de ese año para convertirse en productor independiente.
II – Una alcaldía conspira para engañarse a sí misma
La Secretaría de Cultura de la Alcaldía de San Salvador fue creada por la administración de Nayib Bukele en mayo de 2015 como una unidad descentralizada, es decir, con autonomía administrativa y financiera, y sustituyó al Centro de Promoción Cultural y Recreativo Municipal de San Salvador que había sido creado por el alcalde Carlos Rivas Zamora en 2003.
Según sus estatutos, se financia con fondos de la alcaldía municipal y debe rendir informes anuales al concejo municipal y está sometida a vigilancia y fiscalización de la Corte de Cuentas de la República.
El concejo municipal creó una institución cuya administración estaría a cargo de una secretaria de cultura y una junta directiva. La directiva sería presidida por el alcalde y tendría entre sus facultades aprobar planes de trabajo y autorizar la contratación de personal, ventas, donaciones y compras.
Uno de los vocales de la directiva sería propuesto por el presidente, es decir, por el alcalde. Bukele escogió a Mario Piche, quien fue nombrado el 20 de mayo, cuando seguía siendo su empleado en TVX. El presidente de la directiva también tendría la responsabilidad de proponer a la persona encargada de la secretaría, y esa fue Suecy Callejas Estrada.
Piche dejó TVX en agosto del mismo año y recuerda que poco tiempo después de renunciar llamó a Sofía Medina, gerente de Comunicación Social y mano derecha del alcalde, para ofrecerle sus servicios de productor audiovisual. Añade que un día a principios de octubre de ese 2015, la gerente lo llamó para decirle que necesitaban un productor audiovisual como él. Es decir, uno que conociera los gustos audiovisuales de Bukele.
Para entonces, la alcaldía capitalina había contratado los servicios de América Publicidad, S.A. de C.V. para la producción de piezas audiovisuales y colocación de pauta publicitaria. Para cubrir la demanda de la alcaldía, esta empresa solía subcontratar a productores más pequeños.
Un día, una encargada de América Publicidad llamó por teléfono a Piche para decirle que requerían de sus servicios, que sabían que él trabajaba bien y que alguien de la alcaldía había pedido su contratación.
Así, Mario Piche empezó a hacer producciones audiovisuales a través de terceros para la alcaldía y para la Secretaría de Cultura de San Salvador.
“Cuando empecé a trabajar, en octubre, con la alcaldía era por medio de la agencia, no había que hacer tanto trámite ni reporte. Empezó con un spot y una cuña; después se (me) hizo un pago mensual, por hacer los videos que pidieran de gerencia o las autónomas, según lo que necesitaban”, dijo Piche a Revista Factum.
Al preguntarle por el evidente conflicto de interés que había en su contratación en la alcaldía de Nayib Bukele, donde él era miembro de la directiva de la Secretaría de Cultura, Piche argumenta que en aquel momento le dieron una explicación muy sencilla: ningún productor lograba complacer los gustos de Nayib, “todos le quedaban mal”, recuerda que le dijeron.
Los conflictos de Piche con la ley por sus servicios a la alcaldía de Nayib Bukele iniciaron en octubre de 2015. Él sabía que, como vocal de la Secretaría de Cultura, no podía prestar servicios a la alcaldía ni por medio de terceros. Pero aún así, hizo varios trabajos, aunque contratado por la agencia América Publicidad, S.A. de C.V.
El primer spot que Piche dice recordar haber producido en esas condiciones es el titulado “San Salvador: 100 días / 100 obras”. Este video fue publicado en el canal de YouTube de Nayib Bukele el 11 de octubre de 2015. El spot es un video de un minuto exacto de duración que muestra en tres momentos letreros con la leyenda “Nuevas Ideas que se ven”, con fondos color cyan, el color que más tarde adoptaría el partido de Bukele.
Un mes después de aquella producción, Piche empezó a hacer videos para varias dependencias de la alcaldía, entre ellas Desechos Sólidos, el Instituto Municipal de los Deportes (Imder) y eventualmente la Secretaría de Cultura, de la que continuaba siendo vocal, pero siempre subcontratado por la agencia América Publicidad.
Suecy Callejas Estrada, exsecretaria de Cultura de la Alcaldía de San Salvador, durante la grabación del programa “Nuevas Ideas TV”, transmitido por Canal 12. La acompañan, de izquierda a derecha, Federico Ánliker, Mario Durán y Juicef Bukele / Foto tomada de @suecallejas
El artículo 26 de la Ley de Adquisiciones y Contrataciones de la Administración Pública (LACAP) inhabilita a los miembros de las juntas directivas de las autónomas para ofrecer servicios al Estado. Este impedimento aplica también para las subcontrataciones. “Las contrataciones en que se infrinja lo dispuesto en este artículo son nulas”, dice el mismo artículo.
Aparte de esos trabajos subcontratados por la agencia de publicidad, Revista Factum ha documentado 12 contratos que Piche gestionó directamente con la alcaldía y que están marcados por ilegalidades.
Piche fue directivo de la Secretaría de Cultura de San Salvador durante casi año y medio, desde el 20 de mayo de 2015 hasta el 4 de octubre de 2016. En ese período obtuvo cuatro contratos con la municipalidad, de los cuales dos fueron por servicios brindados a la secretaría de la que formaba parte, y en esos 16 meses y medio ninguna alarma institucional se encendió porque él tuviera simultáneamente la calidad de contratante y contratista.
El productor dice recordar que, a los pocos meses de estar realizando producciones audiovisuales para la Secretaría de Cultura, tuvo una duda: “Yo sabía que había un conflicto de interés, verdad, por ser productor y miembro de la junta directiva, por eso pensé salirme”. Aunque dice que nunca participó en la aprobación de una contratación para sí mismo, sabía que existía un conflicto de interés.
Por eso, “en los primeros meses de 2016” dice que renunció verbalmente a su cargo en la directiva y dice que Suecy Callejas le dijo que aceptaba su renuncia, pero no de inmediato, por lo que le pidió un tiempo para encontrar un sustituto.
“Todavía recuerdo que fui a una sesión más como a los 15 días, fui así como en plan de despedida. Después ya no volví a las reuniones de la junta”, cuenta Piche.
La documentación oficial contradice a Piche: el acta número 13 correspondiente a la sesión de la directiva del 20 de octubre de 2016 menciona sobre el vocal Piche que “faltó con excusa”.
Mario Piche dice que renunció a su cargo en la Secretaría de Cultura de San Salvador a inicios de 2016. Sin embargo, el acta #13, con fecha del 20 octubre de 2016, comprueba que Piche era miembro de la entidad municipal por 18 meses, al mismo tiempo que ganó contratos de la alcaldía.
Una de las primeras producciones realizadas por Piche para la Secretaría de Cultura bajo un contrato directo se realizó a finales de febrero del 2016, promovida por la secretaria Suecy Callejas Estrada. El jueves 25 de febrero, Callejas Estrada solicitó a la junta directiva “la contratación de un productor audiovisual para cubrir eventos de la Secretaría de Cultura de San Salvador, por lo que presentó la propuesta del señor Mario Romeo Piche Guerrero”, según consta en el acuerdo número 13 del acta número tres de sesiones extraordinarias de ese año.
El contrato fue para cubrir tres actividades mensuales de marzo a mayo de ese año por $1,130.00. Un promedio de $376.66 al mes.
La segunda producción realizada por Piche para la Secretaría de Cultura data del 24 de abril del 2016. Ese día, el canal de YouTube del alcalde Nayib Bukele publicó el video “La Verdadera Fuerza”, producido por Piche. Sin embargo, el pago para este producto por $8,858.82.00, sería aprobado por la junta directiva hasta seis meses después, el 20 de octubre, mediante una falsa competencia en la que participarían dos cotizaciones más con firmas falsificadas.
En mayo del mismo año, al mismo tiempo que era vocal de la junta directiva y tenía un contrato por tres meses con la Secretaría de Cultura como productor audiovisual, la Gerencia de Comunicación Social de la alcaldía le otorgó otros dos contratos a Piche. El primero fue un contrato por $13,808.60 para la cobertura de eventos “del señor alcalde” durante los meses de mayo y junio. Este contrato fue autorizado el 20 de mayo, es decir, ya casi terminado el primer mes para el que se estaba contratando los servicios de cobertura. Piche acepta esta irregularidad con naturalidad: “No sé quién más presentó ofertas, pero se tardaron un montón en aprobar. Cuando recibimos orden de inicio varios videos ya no contaban para reportes, no podía ser retroactivo”.
El segundo contrato otorgado por la Gerencia de Comunicación Social, bajo el mando de Sofía Medina, al vocal Mario Piche fue por la cobertura del lanzamiento de la Secretaría de la Mujer y la producción de un spot llamado “El valor de ser mujer”. Cada producto (el resumen de la cobertura del lanzamiento y el spot) tenían un precio de $5,000.00, haciendo un total de $10,000 por el contrato.
Este último contrato también fue una competencia simulada en el que se falsificó documentos con firmas para dejar como único ganador a Piche Guerrero.
Karim Bukele, hermano de Nayib, durante un mitin en la Plaza Gerardo Barrios en San Salvador, el 26 de enero de 2019. Foto FACTUM/ Salvador Meléndez
III – La alcaldía pagó documentar todo… para la campaña de Bukele
El hombre de confianza de Nayib Bukele ganó por licitación uno de los 12 contratos documentados por Factum en 2017. El 27 de marzo firmó por un monto de $158,900.00 para dar cobertura a las actividades de la Alcaldía de San Salvador durante todo ese año. Aunque obtuvo el contrato por concurso público, Piche no cumplió con dos requisitos de la competencia.
La recepción de ofertas para esta licitación pública fue el 3 de febrero entre 2:00 y 3:00 de la tarde. Según el cuadro de recepción de ofertas del que Factum tiene copia, Piche llegó a dejar su oferta cuando faltaban 60 segundos para que cerrara la convocatoria. De haberse tardado 60 segundos más, la convocatoria se habría declarado desierta porque nadie más participó en el concurso.
La LACAP exige a las instituciones del Estado un procedimiento para realizar licitaciones públicas y establece que deberá promoverse la competencia. Si una licitación recibe únicamente un ofertante, deberá declararse desierta y repetirse el procedimiento, excepto si el único ofertante cumple con todos los requisitos. Y Piche no los cumplía.
Ese día, Piche se quedó esperando 40 minutos más a que se celebrara la sesión de apertura de ofertas. Fue recibido en la sala de reuniones de la jefatura de la UACI, por Carlos Ernesto Palacios Castro, jefe de la unidad, según consta en el acta de apertura de la que Factum tiene copia.
En esa reunión, Piche entregó varios sobres cerrados. Dos de esos fueron abiertos en esa reunión. En uno estaba la oferta técnica-económica y en el otro una garantía de cumplimiento emitida por La Central de Seguros y Fianzas por un monto de $7,947.00. Esta garantía era un requisito para obtener el contrato con la alcaldía y serviría para comprometer al contratista a responder a la municipalidad en caso de faltas al contrato.
Uno de los requisitos para la LP-36-AMSS-2016 era que el ofertante debería entregar una garantía equivalente al 15 % del valor del contrato. El contrato era por $158,900 y el 15 % era $23,835. Piche no cumplió con este requisito. Sin embargo, el contrato le fue otorgado. Es más, el contrato firmado entre Nayib Bukele y Piche unos días más tarde dice que la garantía sí fue el equivalente al 15 %, aunque en realidad no fue así.
Otro de los requisitos incumplidos por Piche fue no presentar las hojas de vida respaldadas por los atestados de cada uno de los miembros de su equipo. Él dice haberlo solventado posteriormente por medio de varias adendas y gracias a la guía del personal de la alcaldía.
Durante 2017, el trabajo de Piche fue documentar todo tipo de actividades de la alcaldía, incluidas las de Bukele. E incluidas algunas que nada tenían que ver con los intereses o fines de la municipalidad.
Por ejemplo, el viernes 28 de julio del 2017, la tertulia matutina del locutor Salvador Alas, conocido como “La Choly”, en la radio Scan (96.1) fue interrumpida con una plática especial con el alcalde de Salvador, Nayib Bukele. La tertulia tuvo una duración de una hora y diez minutos. Esta tertulia fue transmitida simultáneamente por la plataforma Facebook Live desde la página personal del alcalde y producida por el equipo de Mario Piche con fondos pagados por la alcaldía.
La conversación entre el alcalde Bukele y “La Choly” empezó informando que dicha transmisión puede verse a través de su página personal de Facebook “Nayib Bukele”. Durante los primeros minutos de la plática, Bukele se asegura de los detalles de la transmisión: “¿El audio de la radio es el mismo audio?”, pregunta al encargado de la transmisión por Facebook Live que está siendo pagada con fondos públicos.
Ese año, la alcaldía erogó un pago total de $158,900.00 a Piche por la cobertura de “eventos importantes” de la comuna capitalina. Según el informe de seguimiento del contrato LP-36-AMSS-2016, cada mes, la alcaldía emitía facturas por un valor oscilante entre $19,000.00 y $25,000.00 a Mario Piche. En el mes de julio del 2017, Piche reportó haber realizado la cobertura y producción de 17 eventos por un costo total de $19,324.55. Es decir, que en promedio, cada evento “importante” producido por Piche, incluida la transmisión del alcalde con “La Choly”, le costó a la alcaldía $1,136.73.
Esta tertulia se dio en el marco de las fiestas agostinas a celebrarse en la capital. La conversación fue una retahila de bromas simples y algunas con doble sentido entre el alcalde y “La Choly”, como decirse mutuamente que quisieran verse usando tacones algún día. Durante todo el desarrollo de la entrevista no se informó a la población formalmente sobre las actividades de la alcaldía en el marco de las fiestas, pero sí tuvo un resultado: el alcalde Nayib Bukele pactó un “reto” con “La Choly” para jugar paintball frente a cientos de capitalinos con la supuesta intención de recaudar fondos para donarlo al cuerpo de bomberos de El Salvador.
Según el informe elaborado por Piche a la Gerencia de Comunicación Social, para esta producción se utilizó: una cámara de video HD, un lente 35mm, un trípode, un micrófono de solapa, un mezclador de audio y una computadora laptop con software de transmisión de video.
El mismo informe también añade algunas capturas de pantalla del video donde se ve al alcalde con lentes de sol y una chumpa café al lado del locutor Salvador Alas, “La Choly”, vistiendo una sudadera blanca y un gorro.
Facebook Live del entonces alcalde de San Salvador junto con el locutor Salvador Alas, el 28 de julio de 2017. El evento fue transmitido por Mario Piche, y pagado con fondos públicos de la alcaldía de San Salvador.
Piche y un equipo de más de 20 personas cubrían y documentaban con fotos y videos todos los eventos importantes de la alcaldía. Entre el equipo de Piche se encontraban al menos ocho personas exempleadas de TVX.
Aunque el contrato fue administrado por la Gerencia de Comunicación Social, específicamente por Sofía Medina, Piche asegura que hizo trabajos para varias dependencias de la alcaldía como Desechos Sólidos, Instituto Municipal de los Deportes, e incluso la Secretaría de la Cultura, y que para realizarlas, preparaba un cronograma en coordinación con cada uno de los encargados de las autónomas.
La orden de inicio, un documento necesario para poder arrancar con la ejecución del contrato, fue dada hasta el 1 de mayo del 2017. Sin embargo, Piche acepta que empezó a trabajar en la documentación desde enero, cuando ni siquiera se había abierto la convocatoria, cuando aún no se sabía oficialmente si iba a ganar el contrato, cuando ni siquiera había un contrato.
De su cobertura, Piche guardó un banco de imágenes de las cuales se ha valido para producir spots televisivos para la campaña de Bukele. Es decir, con las imágenes pagadas con fondos públicos se ha alimentado la campaña del candidato presidencial.
Factum revisó los videos producidos con fondos de la alcaldía publicados en el canal de YouTube de Nayib Bukele y los comparó con los de su campaña presidencial. Este medio detectó el uso de al menos 21 imágenes idénticas que aparecen tanto en videos pagados por la alcaldía como en los videos de la campaña de Nayib Bukele.
Nadie del equipo del candidato ha querido responder sobre el uso de estas imágenes. El único que habló un poco fue el mismo Piche.
-Quiero insisitir en esto. ¿Cómo explicás que se estén usando imágenes que vendieron a la alcaldía para la campaña?
-No tengo una respuesta.
-¿Quién te pidió: “hacé este collage”?
-La gente de Nuevas Ideas.
-¿Sofía Medina?
-No… hay varias personas… o sea, yo no me había puesto a pensar… ahora estoy entendiendo… No sé si yo soy el que te tiene que responder eso porque realmente, hasta ahora, no me lo había preguntado.
IV – 11 falsas competencias
De los doce contratos con irregularidades que la alcaldía de Nayib Bukele otorgó a Mario Piche, once fueron por modalidad de libre gestión, es decir, por invitación a él y otros dos ofertantes. De estos, Factum ha logrado comprobar que al menos en tres se falsificaron las firmas de los otros dos competidores con el fin de dejar como único posible ganador al hombre de confianza del alcalde. Los otros contratos tienen a su base irregularidades que van desde solicitar coberturas de eventos que ya habían pasado, propuestas por un valor exacto al máximo presupuestado, cuando se supone que el ofertante debe desconocer ese dato, competencias simuladas entre los mismos empleados de la productora de Piche, y trabajos que el productor hizo para la comuna al mismo tiempo que era miembro de la junta directiva de la Secretaría de Cultura, algo que es prohibido por la ley. Algunos de estos casos incluso juntaban dos irregularidades, como solicitar cobertura de eventos que ya habían pasado y en su cotización se presentaron ofertas con firmas falsificadas.
La Ley de Adquisiciones y Contrataciones de la Administración Financiera (LACAP) establece que todas las compras de instituciones del Estado serán reguladas por el “Manual para el ciclo de gestión de adquisiciones y contrataciones de las instituciones de la administración pública”. Este manual establece tres únicas formas en que las instituciones pueden realizar compras: licitación o concurso, libre gestión y compra directa.
En breves palabras, estas tres formas de compra se pueden resumir así: la licitación o concurso, en el caso de las alcaldías, se usará cuando el bien o servicio a contratar tenga un valor de más de $48,000 (160 salarios mínimos del sector comercio); la libre gestión, cuando el bien o servicio tenga un valor igual o menor a $48,000; y la contratación directa, en casos de emergencia, cuando la institución no puede esperar a realizar los procesos burocráticos que implican una compra, independientemente del costo del bien o servicio a contratar.
Según el Manual de Adquisiciones y Contrataciones, una libre gestión es una contratación “simplificada y expedita” que, no obstante, “debe dejar constancia de haber generado competencia solicitando al menos tres cotizaciones”. La única excepción a esta regla será cuando el precio del bien o servicio sea igual o menor a 20 salarios mínimos ($6,083.00).
De los 12 contratos con anomalías entre la administración Bukele y su hombre de confianza Mario Piche, 11 fueron adjudicados por libre gestión y solo uno por licitación o concurso. En los 11 primeros no hubo competencia real y en el 12 sí hubo concurso, pero Piche lo ganó sin cumplir los requisitos.
En este último caso, aparte de incumplir los requerimientos del concurso, el trabajo de Piche estaba supuesto a hacer cobertura de actividades de la institución, pero buena parte de su labor fue cubrir actividades propagandísticas del alcalde.
En el caso de los contratos por libre gestión, el manual establece que el primer paso es la solicitud de la unidad que requiere el bien o servicio a la Unidad de Adquisiciones y Contrataciones Institucional (UACI). El bien o servicio debe estar contemplado en una planificación anual de adquisiciones, o de lo contrario se deberá solicitar autorización a la entidad competente para añadirla.
El segundo paso consiste en comprobar con la Unidad Financiera Institucional (UFI) la disponibilidad de fondos para adquirir el bien o servicio. La UFI responderá a la UACI cuánto es el monto máximo con que cuenta para la libre gestión. Este monto deberá mantenerse oculto a los ofertantes.
En el caso de las alcaldías o autónomas, como es el caso de la Secretaría de Cultura, las juntas directivas pueden aprobar directamente las contrataciones o adquisiciones siempre bajo el estricto cumplimiento de la LACAP.
Para seleccionar a los ofertantes, la UACI de la alcaldía deberá publicar la información relativa al proceso de contratación en el sitio web de compras públicas (Comprasal) y remitir una solicitud de cotización a los oferentes enlistados en un “banco de oferentes” que debe ser elaborado en cada institución pública.
Luego deberá establecerse “un tiempo prudencial” para que los oferentes puedan presentar sus cotizaciones a fin de que el plazo sea igual para todos los competidores.
El manual establece que el contrato por libre gestión podrá aplicarse a un contratista cuando sea el único ofertante siempre y cuando se haya generado la debida competencia, invitando a tres proveedores distintos. En ninguno de los 11 contratos que Piche ganó por libre gestión hubo competencia.
La LACAP establece que el responsable de que se cumpla la ley en todo caso de contratación o adquisición será el titular, la junta o consejo directivo de las instituciones. En este caso, eso significa el alcalde Bukele y el concejo municipal; y los directivos y la secretaria Callejas Estrada en algunos casos.
El contrato que Piche obtuvo por licitación también lo consiguió con violación a la LACAP, pues no presentó la garantía de cumplimiento por el monto requerido, e incumplió el requisito de presentar las hojas de vida completas de sus empleados.
V – El productor de Nayib Bukele puede viajar al pasado
Mario Piche, uno de los empleados de Nayib Bukele en su campaña presidencial, durante un evento de Nuevas Ideas en la Universidad de El Salvador, el 15 de noviembre de 2018. La Alcaldía de San Salvador, durante la gestión de Bukele, lo contrataba como productor de vídeos, los mismos que han sido plagiados para la actual campaña. Foto FACTUM/Bryan Avelar
El 12 de diciembre de 2016, la Secretaría de Cultura de San Salvador envió tres cartas de invitación a tres oferentes distintos para participar en el proceso por libre gestión para la cobertura de la temporada de danza 2016. Las invitaciones fueron enviadas a los productores Mario Romeo Piche, Olga Castro y José Mario Castillo. El mismo día, unas pocas horas después, la secretaría recibió tres ofertas por $11,453.25, $11,600.00 y $12,000.00 de parte de cada productor, respectivamente.
En este caso, aunque los precios volvían a favorecer a Piche, y las ofertas habían sido presentadas tan solo unas horas después de haber sido solicitadas, las firmas de las otras cotizaciones no eran falsas.
Ocho días después de que fueran presentadas las tres ofertas a la secretaría, la jefa de la UACI de la secretaría, Coralia de Vega, elaboró un cuadro comparativo de ofertas en el que recomendaba contratar a Piche “por ofrecer mejores precios y calidad en sus servicios o bienes”. Este cuadro fue revisado por Elizabeth Cornejo, coordinadora de la Unidad Financiera Institucional (UFI) de la secretaría y autorizado por la secretaria de Cultura, Suecy Callejas.
El 20 de diciembre, la junta directiva de la Secretaría de Cultura aprobó el $11,153.00 a Mario Piche Guerrero por “servicios audiovisuales de la temporada de danza”. Piche estaba autorizado para grabar la temporada de danza con los eventos “Gala + Danza”, “Danza a Puertas Abiertas”, “Giselle”, “Grandes momentos del ballet” y “Cascanueces”.
Solo había un problema: los eventos a filmar ya habían pasado hacía cinco meses, en julio del mismo año.
Sin embargo, aunque no lo dice en el cuadro de evaluación de ofertas, Mario Piche era el único de los ofertantes que podía solucionar ese problema. Para ello, Piche no tenía que volver al pasado, más bien solo tenía que presentar el trabajo que ya había hecho, el trabajo por el que únicamente estaba esperando su paga.
Según Piche, después de terminar su relación laboral con la agencia América Publicidad, aproximadamente en marzo del 2016, él siguió trabajando a tiempo completo para la alcaldía, aunque no tuviera un contrato para ello. Así, cubrió mes a mes decenas de eventos que le eran pagados con contratos por libre gestión que le eran otorgados de forma más esporádica.
Esta irregularidad, según Piche, se explica en dos palabras: “pacto tácito”.
Eso, un acuerdo no hablado sino sobreentendido, es lo que existía, según el productor, entre él y la administración Bukele. Piche se encargaba de cubrir todos los eventos importantes sin importar que no hubiera contrato de por medio, y la administración se encargaba de pagarle a como diera lugar.
Así pasó con al menos un evento más para la Secretaría de Cultura. El 23 de diciembre del 2016, la misma secretaría que había contratado a Piche para una producción audiovisual hacía tres días, lo volvió a contratar para la cobertura del Festival Internacional de Cine de San Salvador (FICSS), un festival que había pasado hacía casi un mes.
Al preguntarle cómo explica que la administración Bukele lo favoreció de esta manera en específico, Piche dice que él más bien cree que en la secretaría “necesitaban producir rápido los videos. Muchas veces pasaba que pedían los videos sin mucha antelación y creo que no había forma de hacer el proceso de elaborar bases, publicar, recibir ofertas, evaluar, etc. En todo eso hubieran pasado semanas, cuando usualmente el video tenía que estar ya terminado la misma semana”, dijo el productor a este medio, aunque admite tener claro que esta forma de contratación era irregular.
VI – Contratado y contratista
Durante los 14 meses y medio que Piche fue directivo de la Secretaría de Cultura, aparte de los dos contratos otorgados por la directiva de la que formaba parte, obtuvo otros tres contratos por servicios requeridos por la alcaldía.
Al día siguiente, 20 de mayo, la Gerencia de Comunicación Social solicita a tres productores diferentes una cotización por los servicios requeridos. A mayo solo le quedaban 11 días para finalizar, pero aun así se hizo la solicitud.
Las invitaciones estaban dirigidas a Mario Piche, Olga Castro y Andrés Marroquín. El primero en contestar, según los documentos, fue Piche. En su oferta, prometía entregar “Grabación de tres eventos estratégicos”, “Documentación de situación actual de espacios públicos”, y “Registro fotográfico”. Pedía, a cambio, honorarios por $13,808.60.
En este contrato entre Piche y la Gerencia de Comunicación Social, administrada por Sofía Medina, se repite el esquema de fraude usado en la Secretaría de Cultura de Suecy Callejas Estrada. Las dos cotizaciones que competían con la de Piche contenían la misma oferta técnica, pero con precios más altos: una por $14,464.00 y la otra por $13,939. Las dos tenían firmas falsas. La primera tenía el nombre de Olga Castro y la segunda el nombre de Andrés Marroquín.
En este caso, incluso, la firma falsa de Andrés Marroquín no solo es diferente a la de su DUI, sino también a la que puede verse en el documento falsificado usado para simular competencia en la Secretaría de Cultura. La firma falsa de Olga, extrañamente, en todos los casos es igual, aunque diferente a la firma de su documento de identidad.
Factum contrastó las firmas con las de los documentos de identidad de ambos productores y no son coincidentes. Este medio también les preguntó si habían sido ellos quienes presentaron esas cotizaciones y lo negaron.
El 25 de mayo, es decir, pocos días antes de que terminara el primer mes de cobertura que solicitaba el contrato, la gerente de Comunicación Social, Sofía Medina, recomendó contratar a Piche. Así consta en el cuadro de evaluación de los ofertantes. En ese documento, Sofía Medina escribió: “Se recomienda adjudicar los servicios de producción audiovisual para eventos del Sr. Alcalde en los meses de mayo y junio al señor alcalde por un monto $13,808.06 por haber demostrado experiencia y conocimiento del trabajo requerido”.
Para entonces, Piche llevaba casi un año trabajando para la Alcaldía de San Salvador. Su trabajo consistía en documentar el trabajo de la gestión Bukele y algunos eventos estratégicos del alcalde para fortalecer su imagen. Con todo ese material, Piche creó un banco de datos que más tarde servirían para crear spots publicitarios de la campaña presidencial de Bukele.
El segundo es del 23 de mayo de 2016, con motivo del lanzamiento de la Secretaría de la Mujer de San Salvador por parte de la alcaldía. En el evento participaron el alcalde Nayib Bukele y su esposa Gabriela de Bukele. Para darle cobertura al evento, la Gerencia de Comunicación Social había convocado el 12 de mayo a tres ofertantes mediante un proceso de libre gestión. Los ofertantes eran, de nuevo, Mario Piche y Olga Castro, y un tercero de nombre José Mario Castillo.
El mismo día se presentaron las tres ofertas. La oferta de Mario era de $10,000 exactos. $5,000 por la cobertura y $5,000 por el spot. La oferta de Olga, igual que las otras veces que compitió contra su jefe, era ligeramente más cara: $10,700. La de Castillo era por $11,300.
El mismo día, la UACI de la alcaldía emitió un cuadro con la comparación de ofertas, y Sofía Medina, gerente de Comunicación Social, escribió el siguiente comentario a mano: “Se recomienda adjudicar el servicio de producción audiovisual para cobertura de evento “Lanzamiento de la Secretaría de la Mujer” al proveedor Mario Romeo Piche Guerrero por el valor de $10,000, debido a ser la mejor oferta económica más baja”.
Esta otra competencia también fue irregular, aunque Olga Castro estaba compitiendo en teoría, seguía siendo miembro del equipo de Mario Piche. El contrato produjo un video llamado “El valor de ser mujer”. Factum consultó con tres mujeres que participan en dicho spot, publicado en el canal de YouTube de Bukele. Las tres contaron que quien las había contactado para ser filmadas fue “una persona llamada Olga Castro”. Una de las mujeres que participó en el spot aceptó ser identificada. Su nombre es Claudia Zaldaña y en el video aparece tocando la batería. Las otras dos mujeres prefirieron ser simplemente nombradas como dos actrices que también participaron en el video. Zaldaña contó a Factum que luego de que Olga la contactó, fueron a un espacio donde poder filmarla tocando la batería. Olga llegó con Piche y al final de la filmación le entregaron $20. Una de las actrices también manifestó haber recibido $20, y se quejó de “un engaño”, ya que, según ella, nunca les dijeron que participarían en un spot que saldría en la televisión.
El tercer contrato que ha logrado documentar Factum ocurrió en el mismo mayo de 2016. Para esta libre gestión, la Gerencia de Comunicación Social únicamente invitó a Piche.
La invitación era para brindar “servicios de producción audiovisual para transmisión de entrevista en YouTube en el despacho del señor alcalde como estrategia de comunicación social”. La invitación fue enviada a Piche el 20 de mayo y tres días más tarde, Piche la respondió con una cotización de $878.00 por la transmisión.
Como ocurrió durante toda la gestión Bukele, Piche, el hombre de confianza del entonces alcalde y ahora candidato, ganó de nuevo.
Este reportaje es republicado en el marco de la Red Centroamericana de Periodismo de Investigación entre Factum, Contracorriente y No Ficción.
El pasillo frente a la sala 3 de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) está lleno, son 20 imputados por el caso conocido como «Arca Abierta», entre ellos: diputados actuales y ex diputados, los que enfrentan cargos por malversación de fondos públicos. Los acompañan sus familias, amigos y sus abogados. La mayoría lucen tranquilos, se toman fotografías sonrientes y deciden compartirse un aceite que aseguran fue bendecido por la iglesia católica.
Minutos después, dentro de la sala, entre la tensión y la calma, los diputados reciben la resolución de la audiencia inicial: sus familiares y conocidos están libres del proceso, cinco de ellos con sobreseimientos definitivos y seis con provisionales. Sin embargo ellos estarán enfrentando un juicio que comenzará el 20 de febrero y deberán defenderse del delito de malversación de caudales públicos, cargo que es equivalente a entre seis y ocho años de prisión, así como la inhabilitación del cargo por al menos tres años.
Sin embargo, todos se defenderán en libertad y seguirán legislando en el Congreso Nacional de la República, lo único diferente en sus vidas será no poder salir del país y cada viernes visitar la secretaría de la CSJ para firmar un registro.
El caso Arca Abierta se trata del octavo caso presentado por la Unidad Fiscal Especial contra la Impunidad y Corrupción (UFECIC) con apoyo de expertos de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (MACCIH) en el que se acusa a los imputados por la malversación de caudales públicos por 21 millones de lempiras (más de $879,000) mediante la Asociación No Gubernamental «Planeta Verde».
De acuerdo a la información revelada, los diputados solicitaron dos millones de lempiras en Casa Presidencial ($83,333), tres millones del Congreso Nacional ($125,000) y 16 millones de la Secretaría de Finanzas ($666,000) que en menos de dos meses mediante transferencias se depositaron en la cuenta bancaria de Banco PROMERICA que tenía la Asociación Planeta Verde. La fiscalía señala que posteriormente los fondos se trasladaron a las cuentas personales de diputados propietarios y suplentes, al igual que a sus familiares y terceras personas.
El procedimiento de Planeta Verde es similar al Caso Pandora, donde a través de dos ONG’s se sacaron más de 283 millones de lempiras de la Secretaría de Agricultura y Ganadería para financiar campañas políticas del partido Liberal y Nacional, como también favores particulares.
Para la UFECIC la decisión del juez los deja «conforme parcialmente», los acusados que ahora enfrentarán un juicio por el cargo de malversación de caudales públicos son los actuales diputados por el Partido Nacional (PN): Gladis Aurora López, Gustavo Alberto Pérez, Welsy Milena Vásquez y Milton de Jesús Puerto, de igual manera los ex congresistas Fabricio Puerto y José Alejandro Flores (quien fue suplente del diputado recientemente fallecido, Edwin Pavón, también implicado).
Entre estos diputados acusados se encuentra Gladis Aurora López, actualmente la vicepresidenta del CN y que durante 2014 y 2017 fue la presidenta del Comité Central Ejecutivo del Partido Nacional.
López, al conocer la resolución no mantuvo su sonrisa característica y manifestó que analizarían ir a una apelación o continuar con el proceso, «yo lo miro como algo positivo porque continuamos con el proceso de demostrar nuestra inocencia y yo quiero recordarles que muchas personas se alarmaron porque decían que nos iban a quitar el cargo, que teníamos que pagar 21 millones de fianza y me siento muy contenta porque nada de eso se dio».
Gladis Aurora López, diputada nacionalista por el departamento de La Paz, llega a la Corte Suprema de Justicia junto a su esposo Arnold Castro. Foto: Martín Cálix.
Mientras tanto, para Geovanny Castellanos y Allan Arony San Martín que eran acusados de cómplices, el juez decidió cambiarles el cargo y junto a Gregorio González acusarlos de fraude en perjuicio de la administración pública, todos ellos eran miembros de la junta directiva de Planeta Verde.
Para el caso del actual diputado Juan Carlos Valenzuela (PN) y los ex parlamentarios Audelia Rodríguez (Independiente), Óscar Álvarez (PN), Hernán Vindel (PN), Carlos Bonilla (PN), así como a Iveth Navas, empleada de la ong, se les dio un sobreseimiento provisional.
Oscar Álvarez, por su parte, señaló al finalizar la audiencia que «estamos complacidos con la decisión del honorable juez, dándole gracias a Dios que se ha hecho justicia. En el caso de mis compañeros que tienen auto de formal procesamiento oraré por ellos y espero salgan bien librados».
Mientras que a los familiares de los diputados, que fueron acusados de cómplices por la UFECIC, se les dictó sobreseimiento definitivo: Estela Muñoz (esposa de Juan Carlos Valenzuela), Arnold Gustavo Castro, Ana Lucía Castro (esposo e hija de Gladis Aurora López), Yajaira Talbbott (ex esposa de Edwin Pavón), así como a Indira Osorio.
Para los acusados por malversación pública y por fraude el juez decidió que podrán defenderse en libertad, sin la suspensión de sus cargos en los casos de los diputados y les decretó las medidas sustitutivas a la prisión de no salir del país y firmar cada viernes un libro de registro.
Welsy Vásquez, diputada nacionalista del Congreso Nacional, intentando dar declaraciones a la prensa nacional. Foto: Martín Cálix.
Las organizaciones detrás de la familia González
Durante la presentación de los medios de prueba admitidos, uno de los testigos presentados por la fiscalía era el motorista que aseguró llevaba los documentos de la ong y que realizó alrededor de 9 cambios de cheques de Planeta Verde que Gregorio González Rivera le pidió, a pesar de que él fue contratado para otra ONG de la que González es representante legal, la Asociación para el Fortalecimiento de los Hondureños (AFH). Tanto la Asociación Planeta Verde como la AFH consiguieron su personería jurídica en 2015 con dos meses de diferencia y registradas por la madre de Gregorio González, Julia Rivera.
Tal como mencionó el testigo en la audiencia, Planeta Verde fue creado en la misma oficina de Asociación para el Fortalecimiento de los Hondureños (AFH) ubicadas en el Centro Comercial Miramontes, en el mismo cubículo. Sin embargo su página web ahora menciona otra dirección y se ubica en el edificio Altaris, piso 2, en el mismo edificio donde se encuentra la Asociación Esperanza Para Todos, cuyo representante legal es su hermano Julio González Rivera y que también fue registrada por Julia Rivera.
Asociación Esperanza para Todos actualmente tiene un convenio que firmó en noviembre de 2018 con la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (SEDIS) por un valor de más de seis millones de lempiras ($268,572) otorgado por 3 meses para la construcción de techos, pisos y letrinas.
Julio González además fue mencionado durante la resolución de la audiencia inicial del caso Arca Abierta por tener un cheque a su nombre proveniente de le Asociación Planeta Verde por un valor de 200 mil lempiras.
Esta clase de contratos en familia no es un comportamiento atípico, la ONG de Gregorio González, AFH, en noviembre de 2018 firmó un convenio con la SEDIS con duración de casi 3 meses por el valor de más de cinco millones de lempiras ($222,321) para la construcción de viviendas, techos, pisos y letrinas sencillas.
La relación de González con las estructuras de gobierno tiene tiempo, en octubre de 2015 también recibió 359,500 lempiras ($14,949) del Instituto Nacional Agrario que en aquel momento era dirigido por Ramón Lara Bueso, actualmente uno de los imputados por el Caso Pandora.
El ex Ministro de Seguridad y ex diputado, Óscar Álvarez, acusado de malversación de caudales públicos por una cantidad de 800 mil lempiras. Foto: Martín Cálix.
Detrás del caso y de la audiencia inicial
De acuerdo a la UFECIC, los fondos del caso Arca Abierta fueron sustraídos mediante la emisión de 87 cheques por parte de la Asociación Planeta Verde a favor de los encausados, de los cuales 22 cheques fueron otorgados a diputados y familiares, 52 cheques canjeados en efectivo, seis recibidos por particulares, dos a favor de la Asociación Beneficios Infantiles de Transformación y Alternativas (BITAL), y cinco cheques pagados a diferentes empresas privadas.
El informe preliminar financiero presentado como medio probatorio señala que de los 16 millones de lempiras solicitados a Secretaría de Finanzas cinco eran para limpieza de solares, dos y medio para mantenimiento y reparación de calles, casi tres millones para capacitaciones y talleres, y cinco para fumigación y capacitaciones.
Dentro de los medios de prueba el Ministerio Público entregó 75 cheques originales, un video y un audio que incita a la falsificación de documentos para liquidar fondos. Según el testigo que proporcionó el audio y que era representante legal de Planeta Verde, en noviembre de 2017 se reunió con Gregorio González y él le pidió que firmara unas liquidaciones porque «tenía que entregar esos fondos para encubrir a los diputados, me dijo que había que liquidar, que descargara fotos del internet de montañas o de lugares de Honduras», momento que fue captado en audio.
El apoderado de Planeta Verde declaró en la audiencia que él solicitó algunos proyectos y firmó varios cheques vacíos, pero que «decidió dejar de firmar porque no vio la ejecución de los proyectos». En ese período de tiempo el banco le alertó de alguien que intentaba cambiar un cheque con una firma que no concordaba con la suya «al revisar la chequera que siempre tuvo en posesión Gregorio, la numeración no concordaba, la chequera fue manipulada y pegada con pegamento y alguien extrajo ocho cheques de los cuales siete fueron cambiados por un valor de un millón 400 mil lempiras ($58,333)».
Según la pericia del Ministerio Público la cuenta de Planeta Verde creció a 4 millones 500 mil lempiras ($187,500) en un periodo de 10 días hábiles, tanto el testigo como Gregorio González colocaron una denuncia por el dinero «robado» y decidieron hacer una investigación no formal para la cual contrataron a la abogada Ritza Antúnez, que fue recomendada por Geovanny Castellanos.
El testigo manifestó no conocer la junta directiva de la asociación, pero que en una ocasión que cambió un cheque para Castellanos «lo atendían como si fuera el presidente del banco… colocamos una denuncia por el millón de lempiras en la Dirección Policial de Investigaciones con una jefa que ahora fue depurada».
El testigo dijo finalmente que tiempo después González le dijo que debían retirar todo el dinero de la cuenta y la denuncia porque lo estaban investigando a él y al banco PROMERICA por los cambios indebidos «me dijo que iban a hacer una coperacha para recolectar el dinero robado y se iba a tapar eso con cada persona de la dirección de Planeta Verde».
A pesar de las declaraciones del testigo, la información de que éste desconocía del caso fue desestimada por el juez durante la resolución debido a que el testigo aseguraba no tener cheques a su nombre, pero en la evidencia había al menos 3 cheques a su nombre por el valor de más de 250 mil lempiras, por lo que calificaron había un interés por salvar su responsabilidad dentro del desfalco.
Luis Javier Santos, jefe de la Unidad Fiscal Especial contra la Impunidad de la Corrupción (UFECIC). Foto: Martín Cálix.
Los nombres detrás de las aprobaciones del dinero a las ONG
Una de las conclusiones finales del Ministerio Público durante la audiencia inicial era que la ONG Planeta Verde debió ejecutar los proyectos como lo detallan las solicitudes que realizaron los diputados, por lo tanto los fondos para los proyectos no debieron caer en las cuentas personales de los encausados.
La Ley del Presupuesto General de la República señala mediante decreto 87-2011 una reforma realizada en el período en que el presidente del Congreso Nacional era Juan Orlando Hernández, que autoriza a la Secretaría de Finanzas la transferencia del 25% de los valores no ejecutados en los fondos nacionales para transferirlos a la Institución 449 Servicios Financieros de la Administración Central con el propósito de constituir un fondo destinado a financiar diferentes programas y proyectos acorde a los objetivos en el Plan de Nación y Visión de País.
En diciembre de ese año se realiza una nueva reforma, que pide se reduzca el gasto de servicios no personales, materiales y suministros de más de 50 instituciones para trasladarlo a la Institución 449 destinado a financiar diferentes programas y proyectos. Este fondo es administrado por el Presidente de la República, un representante de la Secretaría de Finanzas, representante de cooperación externa y los presidentes de la comisión del presupuesto del Congreso Nacional. Esto quiere decir que todas las solicitudes para esa asignación de fondos para programas sociales, deben pasar primero por el Presidente del Poder Ejecutivo.
Para el abogado penalista, Celso Alvarado, en estos casos de corrupción se trata de una criminalidad organizada y deberían de estar en investigaciones las personas que autorizan los fondos. «Existe también impunidad en el hecho de encubrir a los actores directos, parte de ese cuadro de impunidad que acontece con los delitos de cuello blanco es que no nos cuentan toda la historia, deberían haber llegado hasta las personas que autorizaron ese desembolso porque esos son los autores intelectuales del hecho», manifiesta.
De acuerdo a las informaciones de la pericia del Ministerio Público, una de las solitudes de fondos fue firmada por Mauricio Oliva, el presidente del Congreso Nacional y todas las solicitudes se le planteaban al Presidente Juan Orlando Hernández, quien al aprobarlas le pedía a la Secretaría de Finanzas realizar las transferencias.
Al finalizar sus conclusiones en la última etapa de la audiencia inicial, la fiscalía solicitó la suspensión de los diputados actuales, un auto de formal procesamiento con medidas como la presentación a los juzgados para firmar el libro de control y la prohibición de salir del país, así como el pago de una fianza equivalente a 21 millones de lempiras. Mientras tanto solicitó para Gregorio González y Geovanny Castellanos, auto de formal procesamiento con prisión preventiva.
Ante esta declaración, los seis equipos de defensa que representan a los 21 acusados solicitaron un sobreseimiento definitivo argumentando que el ente acusador no demostró el delito por el cual los señalan, hubo insuficiencia probatoria y que sus apoderados realizaron las liquidaciones de los fondos «que hayan liquidaciones extemporáneas no es un requisito esencial para enmarcarlo como malversación de caudales públicos» a la vez que argumentaron que «no hay ley que establece que a los funcionarios no se les puede depositar en sus cuentas personales para que utilicen esos fondos en actividades, eso solo lo exigen las campañas políticas con la ley de transparencia».
Para el abogado penalista, Celso Alvarado, este argumento de la defensa fue débil ya que la Ley del Presupuesto establece que los recursos del Estado se manejan en un fondo común, «si se presume que los fondos utilizados por los diputados iban a ser invertidos en proyectos comunitarios la gran pregunta es ¿por qué el Estado no los transfiere de manera directa? De forma transparente tal cual lo establece la ley».
Para el juez que conoce del caso Arca Abierta, el Ministerio Público no logró probar su tesis y sus testigos no resultaban veraces.
Los abogados defensores de los imputados en casos MACCIH
Las defensas en el caso Arca Abierta ya eran bastante conocidas, al menos cinco de los abogados son defensores también de otros casos investigados por la MACCIH, entre ellos los abogados de más de cinco imputados en este caso: Doris Imelda Madrid, Dagoberto Aspra y Marlon Duarte también representan a varios imputados en el Caso Pandora.
Por otro lado, Jaime Banegas, el abogado de Oscar Álvarez ha participado en otros momentos emblemáticos en la CSJ, fue el apoderado legal de ASTROPHARMA y también fungió como apoderado de la empresa Desarrollos Energéticos S,A (DESA) cuando se intentó colocar una demanda por un millón de lempiras (41,666$) contra Suyapa Martínez, directora del Centro de Estudios de la Mujer (CEM-H), que en una ocasión pidió que se investigara a DESA por el asesinato de la líder indígena, Berta Cáceres, la demanda fue declarada inadmisible
En 2015 Banegas también representó al Partido Nacional (PN) cuando colocó una querella en contra del ex candidato a la presidencia, Salvador Nasralla, luego de que este declarara en un debate televisivo con Óscar Álvarez que el PN había creado empresas para beneficiarse de 2mil millones de lempiras del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS). La querella se declaró inadmisible por la Corte Suprema de Justicia un mes después.
Finalmente, el abogado Juan Carlos Sánchez que defiende a cuatro imputados en Arca Abierta, fue el defensor de los cinco diputados involucrados en el caso «Red de Diputados», caso que la Corte Suprema de Justicia decidió suspender por las reformas al artículo 123-A de la Ley del Presupuesto, que dice que el caso debe ser investigado primero por el TSC, una reforma conocida como Pacto de Impunidad y que también se intentó usar en esta audiencia.
Gregorio González, formaba parte de la directiva de Asociación Planeta Verde y ha sido acusado por el delito de fraude en perjuicio del Estado. Foto: Martín Cálix.
El destino de la MACCIH
Durante la audiencia inicial de Arca Abierta, el equipo de defensa de los imputados solicitaron que la audiencia se detuviera, amparándose en el artículo 131-A la Ley Orgánica del Presupuesto, una reforma que se dio cuando salió a la luz el caso Red de Diputados, que dice que no se puede proceder legalmente en recursos invertidos en proyectos sociales en los periodos gubernamentales 2006-2010 y 2014-2018 hasta que el Tribunal Superior de Cuentas realice las auditorías correspondientes con un límite de tres años para investigar.
Durante la presentación del caso en diciembre de 2018, el Vocero de la MACCIH, Luiz Guimarães Marrey, señaló que el Ministerio Público era un ente independiente del TSC y no debía esperar a que este actuara, además aseguró que «los mecanismos de rendición de cuentas respecto al gasto de los fondos públicos son ineficientes y que existe debilidad y poca confiabilidad en las Unidades de Auditoría Interna del sector público».
El juez que conoce del caso Arca Abierta negó la solicitud a la defensa y solicitó a la Sala de lo Constitucional que declare inconstitucional ese artículo, ante esto una de las defensas le planteó al juez «que no tenía sentido seguir con el proceso porque si en su momento la Sala Constitucional resuelve que estas reformas no son inconstitucionales, no tendría sentido someter a estas personas a un proceso injusto».
Finalmente la Sala de lo Constitucional sentenció como inconstitucional las reformas realizadas ya que «vulnera los alcalces y límites constituciones y legales de las funciones atribuidas al Tribunal Superior de Cuentas y al Ministerio Público», a la vez que señaló que el caso Red de Diputados deberá ser devuelto a la jueza que lo archivó y finalmente que se debe de certificar la sentencia sobre la inconstitucionalidad para enviarla al Congreso Nacional para su publicación en el Diario Oficial La Gaceta.
De acuerdo al ex fiscal, Edmundo Orellana, «el juez magistrado asignado ha actuado con apego a la ley cuando se le planteó la solicitud para que aplicara el Pacto de Impunidad, él correctamente decidió elevar a la sala de lo constitucional la solicitud para declarar inconstitucional esa ley porque a su juicio lo es, de manera que hizo lo correcto y es lo que debió hacer el juez natural que correspondió a otros casos».
A la MACCIH solo le queda este año dentro del convenio firmado entre Honduras y la Organización de Estados Americanos (OEA) y el panorama aún es incierto, mientras el ex fiscal Edmundo Orellana dice que «la presencia de la MACCIH ha generado incomodidades y que la renovación de su convenio depende de que ese dolor de cabeza termine o se intensifique, desde la perspectiva del gobierno seguramente están viendo la posibilidad de disminuir la capacidades y las posibilidades que tiene la MACCIH para investigar».
Por otro lado, en este último escenario que señalan analistas se trataría de ratificar a la MACCIH, pero que esta siga sin investigar al Ejecutivo. El abogado penalista Celso Alvarado señala que «no hay que perder la perspectiva de que la MACCIH viene de una instancia política que podríamos decir es hasta corrupta, la OEA, que las denuncias que realizó Jiménez Mayor y otros al momento de su salida nos indica que estamos en la misma manada de lobos. Puede ser que esa perspectiva o influencia política para no manchar la imagen del titular del ejecutivo o del CN, puedan ser parte de las negociaciones para la continuidad».
Lo único que parece claro de estos escenarios es que tanto el caso Arca Abierta, como el de Red de Diputados y Caja de Pandora, tienen una misma estructura: la creación de ONG’s que permite la filtración de fondos públicos a cuentas personales. Las últimas declaraciones de uno de los involucrados en el caso Pandora señalaban al Presidente Hernández como la cabeza detrás de estas operaciones, un escenario oscuro para el gobierno de Hernández al que se le suma la recién extradición de su hermano y ex diputado por el Partido Nacional, Tony Hernández, acusado de narcotráfico en Estados Unidos.
Un empleado del Ministerio Público subiendo cajas con documentos referentes al caso Arca Abierta hacia la sala 3 de la Corte Suprema de Justicia en la ciudad de Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix.
En público, el candidato de Arena ha condenado al régimen venezolano. En privado, una de las empresas en las que ha tenido participación envió más de $54 millones en productos a una institución dirigida por un hombre de confianza de Maduro.
Texto: Moisés Alvarado | Fotos: Salvador Meléndez | Revista Factum
Edición: Jessica Ávalos
«No podemos ser cómplices del gobierno de Venezuela”, dijo Carlos Calleja en una conferencia de prensa organizada el 10 de agosto de 2017 para tratar un tema único: exigir a la presidencia de Salvador Sánchez Cerén tomar distancia de la de su homólogo sudamericano. El entonces precandidato presidencial de Arena acusó a Nicolás Maduro de liderar “un régimen que buscaba establecer una dictadura”. Nada extraño para un hombre de derecha que comenzaba a posicionarse sobre temas relevantes para dar el salto definitivo a la política meses más tarde. Sin embargo, Carlos Calleja, el empresario, no marcaría ninguna distancia del cuestionado gobierno de Maduro.
Por esos meses, multitudinarias protestas se sucedían en Venezuela en contra de violaciones a los derechos humanos y contra el desabastecimiento de alimentos y productos básicos. Desde inicios de 2017 hasta ese agosto, el Observatorio Venezolano de Conflictos fijaba en 163 la cifra de asesinatos durante las protestas.
Carlos Calleja tomó la condena a Nicolás Maduro como una de sus banderas. Insistió en el tema en foros internacionales, como la conferencia “Concordia Summit 2017”, realizada en Nueva York en septiembre de ese año, donde compartió con líderes y empresarios de todo el mundo sobre la necesidad de encontrar una salida a la crisis venezolana desde la comunidad internacional.
Cuando Calleja pronunciaba esos discursos era directivo de EFI Logistics, una empresa que en ese septiembre envió más de $16 millones en productos a la Corporación Venezolana de Comercio Exterior (Corpovex), la institución estatal que centraliza las importaciones y exportaciones del país petrolero y que entonces era dirigida por Giussepe Yoffreda, mayor general de la Fuerza Aérea, uno de los hombres de confianza de Nicolás Maduro.
Corpovex ha participado de varios mecanismos fraudulentos, como el de los sobreprecios del sistema de compensación de Petrocaribe, en el que la estatal PDVSA aceptó alimentos sobrevaluados como pago de la factura petrolera por parte de los países deudores, o la importación de las cajas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), donde se ha comprobado la existencia de largas cadenas de intermediarios ligados al régimen que encarecen los productos que finalmente llegan a Venezuela.
La corporación venezolana recibió desde EFI Logistics más de $54 millones en mercadería entre 2016 y 2018, según documentación consultada para esta investigación. El 95% corresponde a insumos y productos médicos. Factum comprobó que en algunos casos Venezuela compró por valores mayores que lo cancelado por los mismos productos en la red de hospitales del Ministerio de Salud de El Salvador.
Intermediar y encarecer
Carlos Calleja ocupó el puesto de director propietario de EFI Logistics desde 2009, cuando llegó para sustituir a su padre, Francisco Calleja. Renunció en mayo de 2018 para dejarle su lugar a Herbert Tobar, quien también figura como parte de la junta directiva de Calleja S.A. de C.V., la sociedad familiar dueña de Super Selectos.
La finalidad de EFI Logistics, según su propia descripción, es la “prestación de servicios como operador internacional de logística y manejo de mercaderías a clientes establecidos dentro y fuera del área centroamericana”. Su labor, por tanto, es la de ser un intermediario para otras empresas que son los verdaderos proveedores. Por ello los productos que envió a Venezuela provinieron de 25 países, como Estados Unidos y China.
Carlos Calleja, candidato presidencial de ARENA, junto a su padre, Francisco Calleja, y otros miembros del partido, durante las elecciones internas, el pasado 22 de abril de 2018. Un mes después, Calleja renunció al puesto de director propietario de EFI Logistics, una empresa que envió productos a una institución estatal de Venezuela. Foto FACTUM/ Salvador Meléndez.
Fueron 822 transacciones, la más grande por $3.5 millones, entre 2016 y 2018. Existe un patrón curioso en los envíos: realizaba muchos en una misma jornada. Para hacerse una idea, los $54 millones salieron en apenas seis días: tres de 2016, dos de 2017 y uno de 2018.
Hay un cargamento que no es especialmente cuantioso entre los enviados por EFI Logistics a Corpovex, pero que sirve para ilustrar todo el paisaje. Partió de El Salvador en noviembre de 2016. Eran 34,000 pares de guantes estériles, un poco más de una tonelada. Desde Venezuela pagaron $108,000 por el paquete. El gobierno del país petrolero destinó, por tanto, $ 3.18 a cada par. Un mal acuerdo si se toma en cuenta, por ejemplo, que el Ministerio de Salud salvadoreño acostumbra a desembolsar 32 centavos de dólar por binomio. Una décima parte.
Los guantes fueron fabricados en Malasia y mandados desde Puerto Rico a El Salvador. Tuvieron que cruzar las aduanas de al menos tres países antes de llegar a su destino final en Venezuela, lo que fue encareciendo cada vez su valor.
Un miembro de la junta directiva de EFI Logistics, quien ha estado en ella desde su fundación en 2005, afirma que ellos únicamente son intermediarios y que son los proveedores quienes se encargan de establecer los valores de venta al destinatario final. También se desliga de cualquier decisión con respecto a los negocios de la empresa. Según él, quien habla bajo condición de anonimato, estas le corresponden a una administración permanente, conformada por ejecutivos de la compañía.
“Nosotros no sabemos a quién le exportan”, sostiene ese directivo.
A Julio Salaverría, el ejecutivo que dirige la administración permanente de EFI, se le consultó vía correo electrónico sobre estos envíos. Se le preguntó si no les preocupa que su empresa pueda estar en medio de una de esas redes de sobreprecios que ya varias investigaciones han señalado con relación a Corpovex. La más reciente, #Petrofraude, detectó la participación de compañías salvadoreñas en este tipo de esquemas, como en el caso de Proveedores Diversos A&G, que exportó leche en polvo australiana a un costo 50 % mayor al de la referencia internacional.
“Nuestra empresa es un operador logístico, que no tiene la potestad de cambiar el destinatario de los productos que son enviados por nuestros clientes”, contestó.
Salaverría reconoció que, como operador logístico, sí conocen los valores con los que sus clientes venden su mercadería, pues ellos tienen la responsabilidad de elaborar los documentos con los que la Dirección General de Aduanas realiza el proceso de exportación desde El Salvador.
Factum revisó los precios de cinco productos enviados por EFI Logistics a la institución venezolana y los comparó con aquellos con los que fueron comprados por el Ministerio de Salud de El Salvador. El resultado de ese ejercicio: Corpovex desembolsó 4.3 veces más que la institución centroamericana. Pagó $1.3 millones por productos que hubiera podido adquirir por un poco más de $300,000.
Otro punto que colabora con el encarecimiento es el tema de los seguros. En todos los envíos de EFI Logistics a Corpovex los seguros son mayores al 30 por ciento del valor FOB, el que tiene el cargamento cuando la sociedad que lo envía lo coloca en el barco o transporte. Este y el seguro conforman el precio CIF, que es el que paga el destinatario final. Según Rogelio Tobar, experto en el negocio marítimo, se trata de una tasa que se sale por mucho de los estándares internacionales.
“No tiene cuenta importar cuando se va a pagar tanto, no es negocio. Solo revise usted cuánto cuesta un seguro, por ejemplo, contra incendio localmente, que está entre los más caros. Apenas supera el 1 %”, explica Tobar.
La condena internacional
Carlos Calleja fue confirmado como candidato a la presidencia por el partido Arena en abril de 2018. En mayo, abandonó todos los puestos que ocupaba en diferentes empresas. Ese fue el caso de Zona Franca de Exportación El Pedregal, la propietaria del 99.94 % de las acciones de EFI Logistics, y con la que comparte a las mismas personas en su junta directiva. Ahí, Calleja fungía como vicepresidente. Al igual que en EFI, fue relevado en el puesto por Herbert Tobar, hombre de confianza de su familia.
Foto de referencia de la Zona Franca El Pedregal, vista desde la carretera hacia Zacatecoluca, donde se encuentra ubicada las naves industriales de EFI Logistic, empresa encargada de hacer exportaciones hacia Venezuela. Foto FACTUM/ Salvador MELENDEZ.
Factum intentó contactar con otros miembros de la junta directiva de EFI Logistics, pero ninguno aceptó responder. Tampoco Carlos Calleja, con quien se trató de arreglar una entrevista en repetidas ocasiones por medio de su equipo de prensa, y a quien se buscó en los eventos realizados la semana pasada como parte de su campaña.
Nicolás Maduro tomó posesión de un nuevo periodo como presidente de Venezuela el 10 de enero de 2019. El pueblo salió otra vez a protestar contra el régimen, que respondió con violencia. A excepción de El Salvador, Cuba, México y Bolivia, los países de Latinoamérica han seguido la estela de Estados Unidos y reconocido como verdadero presidente interino del país a Juan Guaidó, el líder de la Asamblea Nacional. En la asamblea legislativa de El Salvador, todos los partidos, a excepción del FMLN, han solicitado al gobierno de Salvador Sánchez Cerén que se alinee a esta tendencia. Carlos Calleja se sumó a la ola, como ya lo había hecho en 2017, y también lo hizo su compañera en la fórmula presidencial, Carmen Aída Lazo, quien indicó que “cualquier complicidad con dictadores como Maduro es inaceptable”.
“Reafirmo mi compromiso de posicionar a El Salvador en el lado correcto de la historia. Como presidente electo, estaré en toda la disposición de acompañar al pueblo venezolano y su presidente interino, Juan Guaidó, en el proceso para recuperar su democracia”, escribió en su cuenta de Twitter quien fue, no hace mucho, directivo de una empresa que envió mercadería valorada en millones de dólares a una institución manejada entonces por un hombre de confianza de Nicolás Maduro.
Este reportaje es republicado en el marco de la Red Centroamericana de Periodismo de Investigación entre Factum, Contracorriente y No Ficción.
Sobre el valle, las fincas de palma aceitera se extienden hasta donde la vista alcanza. Invadido, de un lado y de otro, el Valle del Aguán es ahora un valle de palma africana. Quienes viven en sus comunidades, los más jóvenes, o trabajan en las plantaciones cortando fruta de palma o migran porque las oportunidades son escasas.
En Honduras existen 190 mil hectáreas sembradas con palma aceitera, según la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), estas plantaciones se extienden a lo largo del litoral atlántico, desde Cortés hasta Colón. Para 2018 las ventas de aceite de palma africana se estimó en al menos unos 400 millones de dólares, una cifra que dificilmente imaginaría un cortero de palma que trabaja de 5 a 10 de la mañana por unos 3200 dólares al año.
La Cooperativa Agropecuaria Brisas de San Pedro tiene 33 socios y cuenta con una extensión que supera las 500 manzanas de tierra donde cultivan palma aceitera. Foto: Martín Cálix.
Los corteros de Zamora comienzan sus jornadas de corte de fruta a las 5 de la mañana. Foto: Martín Cálix.
Franklin, 31 años, trabaja por 216 lempiras diarios, en jornadas de corte de fruta de palma aceitera que comienzan a las 5 de la mañana. Desde hace 14 años que realiza este trabajo. Foto: Martín Cálix.
Es diciembre, y aunque las lluvias de la temporada parecen no acabar nunca, los corteros que trabajan en la plantación de más de 500 manzanas que la Cooperativa Agropecuaria Brisas de San Pedro, llegan temprano, toman sus instrumentos de trabajo y comienzan la jornada. Una jornada que sólo se ve ligeramente interrumpida para tomar un descanso a mitad de mañana, unos minutos para tomar aire, para conversar entre ellos, para tomar refresco de cola y unos churritos.
Toda la fruta cosechada por esta cuadrilla de unos 7 hombres irá luego al plantel de COAPALMA para su procesamiento. Ahí se le extrae el aceite a la fruta, y se procesa en manteca o se envasa en las pipas para exportación al mercado europeo, el principal cliente de los productores de aceite de palma hondureño.
Tres trabajadores de la Cooperativa Agraria Brisas de San Pedro recolectan la fruta en un tractor que arrastra un contenedor para transportar la fruta hasta el plantel de la refinería. Foto: Martín Cálix.
Las fincas de palma aceitera invaden todo territorio fértil, incluso las reservas y parques nacionales. Entre 1994 y 2016, las plantaciones de palma africana invadieron de un 5% a un 20% del Parque Nacional Jeannette Kawas, denunciaba su administración a la prensa nacional. Lo mismo ha ocurrido en otras zonas protegidas del país: Punta Izopo en Tela, Mico Quemado en Yoro y Cuero y Salado en Ceiba. Los residuos de la palma africana son vendidos como comida para cerdos a las granjas porcinas y el agua contaminada, en el valle, se descarga en el Río Aguán, no hay desperdicio en la cadena productiva del aceite de palma. El monocultivo de palma aceitera es apenas una de las tantas variables que hacen del Valle del Aguán una zona de mucha conflictividad agraria. Ejemplo de ello es Luxón: una comunidad campesina que disputa sus tierras con otra cooperativa. Aquí también, en Luxón, a los campesinos no les basta para sobrevivir cultivando plátano, maíz o frijol, una parte de su tierra está ocupada por el monocultivo.
A mitad de mañana los trabadores hacen un alto en sus labores para desayunar y descansar un poco, esa mañana lluviosa, el desayuno fue refresco y churritos. Foto: Martín Cálix.
Un cortero descansa unos minutos antes de volver a sus labores. Foto: Martín Cálix.
En Zamora, a 10,3 km del centro de Tocoa en el departamento de Colón, los corteros de la Cooperativa Brisas de San Pedro, trabajan en condiciones más estables, estas tierras no están en disputa, pero sus condiciones de vida no son muy distintas que las del resto de habitantes del valle.
Un joven recolector carga el contenedor con fruta que luego será transportada a las instalaciones de COAPALMA. Foto: Martín Cálix.
Para saber más sobre la situación de los campesinos en el Aguán y de qué huyen recomendamos leer este reportaje: Huir del despojo
En los tanques de almacenamiento en el plantel de COAPALMA se pueden leer las siglas RSPO, o Mesa Redonda de Aceite de Palma. La RSPO es una asociación sin ánimo de lucro que reúne a diversos actores en la cadena de valor palmera, con el objetivo de promover la producción y uso de aceite de palma con criterios de sostenibilidad ambiental, social y económica. Foto: Martín Cálix.
La fruta de aceite de palma es almacenada en un contenedor antes de ser transportada a las calderas de agua caliente. Foto: Martín Cálix.
Don Julián, presidente de la Cooperativa Agraria Brisas de San Pedro, observa un tractor transportando fruta de palma aceitera en las instalaciones de COAPALMA. Foto: Martín Cálix.
Un joven empaca paquetes de La Exquisita, la marca de manteca producida por COPALMA. Foto: Martín Cálix.
Un joven carga una carretilla con residuos de fruta de palma africana. Foto: Martín Cálix.
Los residuos de aceite de palma aceitera son empacados y estribados para luego ser vendidos a las granjas porcinas donde servirá como alimento para cerdos. Foto: Martín Cálix.
Según el informe de huella de carbono del aceite de palma producido por COAPALMA, con la promoción de la CEPAL, publicado en 2014 la mayoría de las emisiones de GEI generadas a lo largo del ciclo de vida se producen en la etapa de cultivo (63,35%), seguidas de las emisiones generadas durante extracción del aceite crudo (19,55%). Foto: Martín Cálix.
Cajas de La Exquisita son estribadas para su distribución. La manteca es uno de los tantos productos que invaden los supermercados y que contienen aceite de palma. Foto: Martín Cálix.
A un año de la segunda toma de posesión del Presidente Juan Orlando Hernández, quien se reeligió violentando la Constitución de la República, en la ciudad de Tegucigalpa a penas algunos barrios se manifestaron en contra de la continuidad del gobierno de Hernández. La última semana estuvo marcada por la aprobación de las reformas constitucionales al Tribunal Supremo Electoral, el Registro Nacional de las Personas y el Tribunal Superior de Cuentas, y las actividades de protesta convocadas para esta semana se vieron profundamente afectadas por los pactos en el Congreso Nacional.
En la Col. Kenedy de Tegucigalpa, una colonia estratégica para los grupos de resistencia, se manifestó un grupo reducido, el grupo que mantuvo la protesta no superaba las 100 personas. La Policía Nacional respondió como es costumbre ante la protesta social: gas lacrimógeno. En la medida en la que el gas invadía los pasajes y calles principales de la Kenedy los habitantes poco a poco comenzaron a sumarse, los encapuchados comenzaron a salir de sus hogares, y lo que inicialmente era una manifestación pacífica terminó en enfrentamiento entre los habitantes de la colonia y los miembros de la Policía Nacional.
Un manifestante ondea la bandera de Libre a la altura del bulevard Centroamérica en la Col. Kenedy. Foto: Martín Cálix.
Una militante del Partido Socialista de los Trabajadores muestra la portada de El Trabajador, órgano de difusión de la organización de izquierda. Foto: Martín Cálix.
Un joven toma un descanso del inclemente sol de la mañana vestido con el chaleco de los comandos insurreccionales convocados por Manuel Zelaya. Foto: Martín Cálix.
La quema de llantas ocupó únicamente un carril del bulevard Centroamérica. Foto: Martín Cálix.
Un joven encapuchado en la manifestación del bulevard Centroamérica a la altura de la Col. Kenedy en la ciudad de Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix.
Miembros de la Policía Nacional al momento en el que comenzó la represión en el bulevard Centroamérica. Foto: Martín Cálix.
Efectivos de la Policía Nacional formados en valla policial luego del primer repliegue de los manifestantes quienes se ocultaron en los pasajes de la Col. Kenedy. Foto: Martín Cálix.
Muchas mujeres acuerparon las manifestación en la Col. Kenedy con pancartas alusivas a su descontento frente al gobierno de Hernández. Foto: Martín Cálix.
La Policía Nacional avanzó hacia las calles principales dentro de la Col. Kenedy, y los manifestantes se replegaron en distintos momentos resguardados por los vecinos. Foto: Martín Cálix.
Un manifestante de Libre encara a los policías luego de darse cuenta que el gas lacrimógeno estaba afectando a niños y ancianos en los alrededores del bulevard Centroamérica. Foto: Martín Cálix.
Una bomba lacrimógena lanzada por la Policía Nacional en la Col. Kenedy. Foto: Martín Cálix.
Miembros de la Policía Nacional avanzando entre gases lacrimógenos por los pasajes y calles dentro de la Col. Kenedy. Foto: Martín Cálix.
Cargamos con nuestras guerras nuestras canciones de cuna nuestro rumbo hecho de versos de migraciones, de hambrunas
Jorge Drexler
«Siento que si me quedo en mi país van a doblegarme con amenazas, y uno por temor tiene que ceder», dice Javier, mientras intenta ignorar el frío que se filtra desde el techo de La Casa del Migrante en Ciudad de Guatemala. Pero dice que prefiere aguantar ese frío a dormir en la calle junto a su esposa y cuatro hijos con quienes salió huyendo desde El Progreso, Yoro hace unos días con apenas 200 lempiras ($8.2) que le prestó su hermano. Afuera de ese lugar hay al menos 400 personas durmiendo en las aceras porque ya no hay espacio en el refugio para albergar a los caminantes de esta segunda Caravana Migrante.
Javier es joven, no tiene más de cuarenta años pero la vida no le ha sido fácil en los últimos meses. Trabajaba en una plantación de palma africana y lo despidieron, al igual que a su esposa Marcia que laboraba en una de tantas maquilas instaladas en la zona norte de Honduras. Esos empleos no les daban una vida digna, pero al menos les alcanzaba para sobrevivir. «Nos iba mejor pero desde un tiempo para acá hemos estado mal económicamente, mal en todo sentido».
Según la Asociación Nacional de Industriales de Honduras (ANDI), en Honduras, de 6 millones de personas económicamente activas únicamente 700 mil tienen un empleo formal que genere un sueldo para acceder a los servicios básicos. Javier y Marcia eran parte de los otros 5 millones que transitan entre el desempleo y la precariedad laboral.
A pesar de la pobreza, nunca pensaron en migrar hasta que hace algún tiempo la mara que controla el barrio donde viven empezó a llegar por la noche para intimidarles e intentar serruchar su casa de madera. Sus hijos de 12 y 14 años habían sido elegidos para formar parte de una de las escalas básicas de la pandilla: banderines. Tendrían que encargarse de hacerle los mandados a los cabecillas y vigilar quien entra o sale del barrio, no tenían opción de rechazar la oferta. Para los padres era aceptar entregar a sus hijos o quizá toda la familia sería asesinada.
Según un informe de organizaciones y redes de sociedad civil en la región, Honduras tiene tasas de homicidios de la población entre 15 y 19 años que alcanzan los 102.8 homicidios por cada 100 mil habitantes. La única opción es huir.
«Mi miedo con los mareros es que mis hijos tengan un mal futuro», dice Javier, mientras intenta limpiar una mancha en la barbilla de su hijo mayor.
La Caravana Migrante es conformada en su mayoría por madres y sus hijos que no cuentan con los documentos necesarios para salir del país por lo que para cruzar de Honduras a Guatemala aprovechan el paso de camiones o rodear la montaña para no ser detenidas por las autoridades migratorias. Foto: Fernando Silva.
Una caravana de desplazados
Rosa Nelly Santos, del Comité de Familiares de Migrantes Desaparecidos de El Progreso (COFAMIPRO), dice que la única opción para las familias que están en situación de violencia es huir y por eso junto a la organización que dirige se encarga de apoyar a quienes se enfrentan a las amenazas y desean salir del país.
Desde 1999 que COFAMIPRO se encarga de ayudar a las madres y familiares de migrantes que han desaparecido en la ruta hacia Estados Unidos repatriando a los muertos en el camino y ayudando a encontrar a los perdidos. Rosa, afirma que «la caravana migrante ha significado una forma más económica y segura de salir del país para los de esta zona».
Ese es el caso de Javier y su familia que siguieron a la Caravana Migrante sin dinero en los bolsillos pero con la seguridad de que la única esperanza queda en una frontera diferente a la que recibió a sus compatriotas con gases lacrimógenos. Esa policía que lanzó una bomba para repeler a los desplazados no era una opción para denunciar las amenazas a las que estaban siendo sometidos. «La policía en Honduras se vende al mejor postor porque la droga funciona como si fuera talco de bebés, ellos mismos saben quiénes venden, se hacen de la vista gorda», afirma.
Por eso tuvieron que decidir caminar desde el punto de reunión de la caravana en San Pedro Sula y turnarse la carga de su bebé de tres años. En muchas ocasiones se quedaban atrás de la caravana por la dificultad de ser una familia completa en movimiento pero tenían muy claro su objetivo «donde lleguemos vamos a pedir asilo político porque no podemos llegar a una casa que no es digna».
Ahora esta familia forma parte de los aproximadamente 9249 hondureños que ya han realizado el proceso de solicitud de la visa por razones humanitarias en México.
Este proceso fue una sorpresa para los miles de hondureños que llegaron a la frontera de Tecún Umán preparados para obtener la misma resistencia que la caravana de octubre de 2018. En su lugar recibieron botes con agua, comida y esperanza de poder transitar y trabajar legalmente en México por un año. Una política migratoria implementada por el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien quizá cambie las reglas del juego.
Ana Laura Martínez de Lara, directora general de control e identificación migratoria del Instituto Nacional de Migración en México, aseguró que «es un programa que está abierto para esta caravana. Es una excepcionalidad». No hay más información al respecto, pero desde que ella dio estas declaraciones los desplazados siguieron llegando por miles a la frontera y parece que es un flujo que no se va a detener. Ya circula en redes sociales la organización de una nueva caravana para febrero.
Ante la falta de capacidad de la Casa del Migrante en Ciudad de Guatemala un aproximado de 400 migrantes durmió en las frías aceras de la zona 1 guatemalteca para seguir su ruta hacia Tecún Umán la mañana siguiente. Foto: Fernando Silva.
Otros decidieron seguir el camino sin solicitar ningún permiso, solo cruzaron la frontera y van dentro de territorio mexicano intentando llegar hasta Estados Unidos, son aproximadamente mil personas las que cruzaron en la madrugada siguiente al inicio del proceso de solicitud de visas humanitarias porque pensaron que quizá era otro engaño para deportarles. La historia les ha enseñado que lo más sencillo para las autoridades gubernamentales es engañar y olvidar, sean del país que sean.
En la caravana pasada el gobierno hondureño prometió darle vivienda, trabajo y una vida mejor a los migrantes que retornaran al país voluntariamente. Según datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores fueron más de 7 mil migrantes que accedieron a la deportación. Muchos de ellos siguen esperando el cumplimiento de esas promesas.
«No tenemos recuentos de que alguno haya querido regresar, la mayoría nos decía que habían sufrido demasiado con sus pies llagados, golpeados. No tenemos un dato de alguno que haya querido retomar», afirmó Nelly Jerez, vicecanciller de relaciones exteriores. Sin embargo, el testimonio de los migrantes dice lo contrario.
«Va a haber quinta y sexta vez, hasta que logremos pasar, porque aquí (en Honduras) la situación está bien difícil. No hay trabajo y la violencia se incrementa cada día más. Estamos en enero y ya hay quince masacres y lo peor es que el Presidente dice: Vida mejor. ¿Cuál vida mejor? Da pena que diga vida mejor», afirma Karla, originaria del municipio de Sabá, Colón quien por cuarta ocasión intenta llegar a Estados Unidos, siendo la segunda vez que lo intenta siguiendo la caravana.
Cuenta que la vez anterior la deportaron cuando viajaba por Monterrey hacia la frontera con Estados Unidos. Mientras que sus hermanos, quienes también la acompañan, en la caravana pasada decidieron regresar voluntariamente ante las promesas de Juan Orlando Hernández de darles empleo y vivienda.
«Mis primos y hermanos se vinieron porque les prometieron de todo –dice Karla mientras intenta sostener la mano de uno de sus hijos para que no se escape– hasta el son de hoy se vinieron de nuevo y no les dieron nada».
Después del anuncio de las autoridades mexicanas, los integrantes de la Caravana Migrante hacen fila para hacer solicitud de la visa por razones humanitarias que les permitirá transitar y trabajar legalmente en México por un año. Foto: Fernando Silva.
Este grupo de familiares lo conforman ocho personas entre primos y hermanos que como muchos hondureños van huyendo de la muerte. Hace quince días uno de sus primos fue asesinado después de ir a cobrar un dinero que le debían por arreglar un camión, ese hecho fue la confirmación de que a pesar del desplazamiento interno que habían hecho, mudándose de varias ciudades del país, no podían enfrentarse al poder de un cartel de narcotraficantes que quería las tierras que un familiar les había dejado como herencia.
A Karla la siguen su hija y su hijo, muy pequeños aún –quizá– para entender que si se quedan en el país donde nacieron, el que les está exigiendo un pasaporte para poder escapar, lo más seguro es la muerte. Esta madre dice que ganaba 500 lempiras semanales ($20) pero que solo le ajustaba para pagar el alquiler de la casa donde vivía junto a su esposo y sus hijos, para poder comer tenía que pedir prestado, por eso afirma que su esperanza es poder darles un mejor futuro en Estados Unidos lejos de un sistema que excluye a más de 900 mil niños y niñas de su sistema educativo y que por sus condiciones también habría dejado por fuera a estos menores.
Mientras tanto, la salida de esta nueva Caravana Migrante le ha servido al Presidente estadounidense, Donald Trump, para negociar. Ofreció extender por tres años más los programas del Estatus de Protección Temporal (TPS) y de la Acción Diferida para los llegados en la Infancia (DACA) que su gobierno canceló para algunos países entre 2017 y 2018.
Trump pide a cambio que el Partido Demócrata acepte financiar los $5,700 millones de dólares para cumplir su principal promesa de campaña: hacer el muro entre México y Estados Unidos. El TPS beneficia desde 1999 a más de 56 mil hondureños que residen en Estados Unidos después de las devastaciones que dejó en el país el Huracán Mitch hacia finales de 1998 y fue cancelado por Trump en mayo de 2018, mientras que el DACA beneficia a más de 16 mil jóvenes que llegaron a Estados Unidos antes de cumplir los 16 años, este último programa espera tener una respuesta sobre su estatus en la Corte Suprema de Estados Unidos durante 2020.
Cuando la primera caravana salió hacia ese país norteamericano, Trump amenazó con quitar la ayuda monetaria dada a los países del Triángulo Norte, pero Javier se pregunta «¿qué ayuda hay? ¿A dónde queda ese dinero? Al sector de nosotros no llega nada, nosotros cuando conseguimos comemos y cuando no, pues no se come».
Durante el camino los migrantes fueron asistidos por muchos guatemaltecos, por lo que para Javier ha resultado claro: «sufrimos más allá, que lo que sufrimos en el camino».
En Guatemala esta caravana ha tenido un recibimiento más frío que la anterior, la posibilidad de cruzar a México con visa humanitaria ha dejado que miles duerman en el parque de Tecún Umán, no es hasta el cuarto día de la situación que el gobernador de Ayutla, municipio donde se encuentra la frontera, ha comenzado a plantearse habilitar más lugares para refugios.
El camino tampoco fue fácil, cuenta Roberto, un hombre de 50 años que también huye de una comunidad de Yoro. «Nos llevó una rastra pero la detuvieron en el camino y le pusieron una multa, entre todos ajustamos por lo menos la mitad para que pudiera pagarla y de ahí seguimos caminando hasta que llegamos delante de Chiquimula nos permitieron que subiéramos a los buses», Roberto cuenta que en el camino se paraban a mostrarles billetes a los buses con ruta hacia Tecún Umán y no se detenían, «luego nos dimos cuenta que era una orden de gobierno la de no dejar que nos llevaran, nos tocó duro».
En Agua Caliente mujer espera bajo la lluvia en una larga fila mientras espera hacer el registro con las autoridades migratorias para poder seguir en una fragmentada Caravana Migrante que intenta cruzar la frontera con Guatemala. Foto: Fernando Silva.
Una problemática multicausal
Roberto cuenta que huye de las maras en Yoro, en su comunidad ocurrió una de las seis masacres ocurridas en los primeros 13 días del año, producto de la lucha de tierras entre las maras y los productores de café, frijoles y ganado, a quienes se las quieren quitar. «Cobran impuestos, tienen gente robando, saqueando casas y ganado, roban el café y le roban el dinero a la gente. La economía no está dando y hasta que el gobierno no cambie esa situación y la controle no se va a poder vivir en el país».
Lo que menos pensaba Roberto era que un día tomaría la ruta migratoria, tiempo atrás sus oportunidades eran mejores, incluso vivió durante varios años con visa en Estados Unidos y maneja muy bien el inglés. Roberto dice que intentó de todo en Honduras, incluso aplicar a un call center, pero que su edad lo convierte en una persona descartable, que se va porque no tiene otra opción. «Mi plan es llegar a trabajar a Estados Unidos, mandar a traer a tu familia o enviarle dinero para poder emprender un negocio», agrega.
En Honduras la migración no es producto de una sola causa, eso también lo sabe Javier que en el camino con sus dos hijos menores recibieron una atención médica que no tendrían en el país, a causa del frío y la lluvia se habían enfermado y sus vías respiratorias estaban completamente colapsadas. Afirma que esta atención que recibieron no es igual en Honduras. «Si llevo a mi niño que anda fiebre, así como está ahorita me dan la receta y de donde voy a sacar para comprar en la farmacia si uno mas bien busca los centros de salud porque en realidad lo necesita, si tuviera dinero lo llevaría a una clínica privada», afirma.
Para Karla Rivas, coordinadora de la Red Jesuita con Migrantes en Centroamérica, el desplazamiento en caravana de estos grandes grupos de hondureños y hondureñas es a causa de factores que son estructurales como la pobreza y la falta de oportunidades pero también se mezclan la violencia y la impunidad.
«El gobierno dice que genera trabajo, que está dando seguridad pero en la realidad esas promesas no se cumplen, por lo tanto es en la ruta migratoria donde la gente está poniendo sus esperanzas», dice Rivas, quien además recuerda que el departamento de Yoro de donde son originarios Javier y Roberto es el tercer foco anual de deportados en el país.
Según Rivas a lo largo de la historia de la migración internacional hay momentos o hitos de migración fuerte, en Honduras se pueden identificar varios: en los 90 con la aplicación del modelo neoliberal que comienza a privatizarlo todo y luego en el Mitch por razones como falta de trabajo o porque las familias perdieron en una semana todo lo que tenían.
«El Mitch también sería un detonante migratorio en El Progreso debido a la tradición que tenían los campos bananeros con las compañías bananeras que fueron uno de los efectos más fuertes que a nivel económico afectó a la zona, el tener una infraestructura que no fue reparada ni resuelta por el Estado», confirma Rivas.
Ismael Moreno, director del Equipo de Reflexión Investigación y Comunicación de la compañía de Jesús (ERIC-SJ), en una artículo de la revista Envío apuntó que «es el síndrome de la “banana republic” que sembraron los norteamericanos y dejaron a muchos esperando, embelesados, pensando en el regreso de las compañías bananeras. En esas condiciones individualistas nacieron, así lo aprendieron, así crecieron, así han sufrido y siguen sufriendo. Y así buscan su salida en el norte, individualmente. Aunque sean caravana, aunque sean miles. Es una caravana de individualidades».
La migración provocada por el Mitch incrementaría el fenómeno de las maras en la zona, que aliadas con otros sectores del crimen organizado han sumido a los hondureños y hondureñas en el terror.
Rivas afirma que hablar de amenazas por maras ya no es hablar de migración sino de desplazamiento forzado. En la ruta migratoria hay infinidad de estas historias que huyen no solo porque no tienen qué comer sino porque hay una vida que quieren conservar, desde octubre del año pasado les vemos correr sin importar el peligro, tienen la convicción de no poder regresar.
Cuando decidimos lanzar #OperaciónMorazánII nos referíamos a intervenir de manera social, nacional y en materia de seguridad para recuperar espacios y la paz y la tranquilidad del pueblo hondureño pic.twitter.com/qLq0xSa1y5
«Si son delincuentes de nada sirve para la sociedad, nosotros somos pobres simples jornaleros, no tenemos la facilidad para decirle a nuestro hijo: usted va a estudiar en el colegio lo básico que es primaria. No hay fondos porque hasta en la escuela uno tiene que pagar todo», dice Javier, quien junto a su familia ha tenido que dormir en las aceras de Tecún Umán mientras espera la respuesta a su solicitud de visa humanitaria. Incluso allí, en la intemperie, se siente más seguro que en su propia casa.
La lucha en contra de las maras y pandillas es constantemente promocionada por el gobierno de Juan Orlando Hernández. Pero los resultados de esa supuesta lucha siguen siendo invisibles.
Esa falta de resultados podría deberse a la vinculación que, según una investigación de la revista Vice, tendría Tony Hernández con las maras. Tony es hermano del mandatario hondureño, y en noviembre de 2018 fue capturado en un aeropuerto estadounidense por suponerlo responsable y cabecilla de una de las redes de narcotráfico más importantes de Centroamérica. Finalmente es el mismo gobernante quien mantiene el clima de inseguridad en el país.
La caravana que se fragmentó a lo largo de todo el camino hasta juntarse en la frontera de Guatemala con México, caminaba en grupos de decenas y cientos pero había un común denominador, cada cierto tiempo gritaban el «Fuera JOH» y cantaban la añorada salida del Presidente reelegido ilegalmente.
Al menos 100 migrantes se suben a un camión pagado por un buen samaritano en Guatemala. Se dirigen hacia Tecún Umán para reunirse con los otros integrantes de la Caravana que ya están esperando para cruzar hacia México. Foto: Fernando Silva.
Para Rivas tiene mucho más trasfondo que solo la frase, afirma que «la gente no lo dice simplemente haciendo una consigna sino más bien una declaración de que este país que está liderando Juan Orlando Hernández, en unas condiciones ilegales e ilegitimas, es finalmente el modelo que los está obligando a salir del país».
Rivas cuenta que vio por televisión como un hondureño en México decía que le iba a decir a Trump que la consigna es: «o se lo lleva o nos va a tener a todos acá».
Roberto y la familia de Javier ya emprendieron el camino. Se espera que ante las nuevas políticas migratorias en México salgan muchos más hondureños desde un país insostenible, una tierra donde impera el miedo.
Un lugar de donde Javier está seguro que es mejor salir sin dinero, pero que dice moviendo reiteradas veces su cabeza que «no se puede vivir, en Honduras no».
En medio de un consenso entre el Partido Nacional (PN), una parte del Partido Liberal (PL) y el Partido Libertad y Refundación (LIBRE), el Congreso Nacional aprobó esta semana un paquete de reformas electorales que incluyen la creación del Consejo Nacional Electoral y el Tribunal de Justicia Electoral para sustituir al Tribunal Supremo Electoral así como algunos cambios en el Registro Nacional de las Personas (RNP).
Las reformas electorales son un tema que ha estado presente desde el golpe de Estado de 2009 y fue una de las recomendaciones que dejó la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE) y las Naciones Unidas luego de observar el último proceso electoral en 2017 que estuvo lleno de irregularidades.
Ahora, se han aprobado una parte de las reformas electorales, tanto el Consejo Nacional Electoral como el Tribunal Justicia Electoral y el RNP serán dirigidos por tres Comisionados propietarios y dos suplentes, y ejercerán sus cargos por un periodo de cinco años con posibilidades de reelección. La segunda vuelta en elecciones y la reelección presidencial quedaron como temas relegados a una posible segunda discusión.
A pesar de que la mayoría de diputados votaron a favor (107 de los 128) hubo una parte de la oposición, el Partido Liberal que dirige Luis Zelaya y el Partido Innovación y Unidad (PINU) que se negaron a aprobarlas. Ambas partes argumentan que lo que sucedió fue un pacto para repartir cargos y que las reformas no son estructurales, por lo que no garantizan transparencia en los próximos procesos electorales, pero además denuncian que hubo un consenso entre los demás partidos, que incluyen la eliminación de la Unidad de Política Limpia y la no renovación al acuerdo que termina este año y que ha mantenido una Misión de Apoyo Contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (MACCIH). La Maccih con la Unidad Fiscal Especial contra la Impunidad y la Corrupción (UFECIC) han destapado redes de corrupción que señalan a diputados de este Congreso Nacional.
Contracorriente entrevistó a Eduardo Martell, miembro del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal (CCEPL) sobre los desafíos que enfrenta no consensuar sobre la reelección presidencial ni la segunda vuelta o balotaje y cuáles deben ser los mecanismos para garantizar elecciones transparentes.
CC: La coordinación del Partido Liberal y el Partido Innovación y Unidad (PINU) fueron los únicos que votaron en contra de las reformas electorales ¿Por qué esta decisión?
EM: No podemos olvidar lo que sucedió el 26 de noviembre del 2017, un proceso electoral fraudulento y lleno de inconsistencias, que irrespetó la voluntad soberana del pueblo y generó al menos 23 muertes certificadas por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras (OACNUDH). Quedó evidenciada la necesidad de una reforma integral de la arquitectura electoral, ir a una repartición de cargos es lo más fácil que podíamos haber hecho como partido, pero rechazamos esa negociación porque no resuelve el problema y sigue latente la posibilidad de comisión de fraudes electorales.
Muchos no solo enfrentan delitos de traición a la patria sino de vínculos con el narcotráfico, con el crimen organizado y con la corrupción. Eso es una bofetada a lo que en realidad debería ser una democracia representada por gobernantes de entero crédito. -Eduardo Martell
CC: ¿Eran esas las reformas que se debían aprobar en el Congreso Nacional?
EM: No porque no se contempló una reforma integral que incluía segunda vuelta, plebiscito para la reelección, un registro totalmente científico y apartidista, un ente electoral confiable con las garantías y mecanismos de autocontrol que garanticen un proceso respetuoso de la voluntad soberana.
CC: ¿Qué mecanismos podrían garantizar una elección transparente?
EM: Primero es saber quiénes van a nombrar a los miembros de este ente electoral, ¿el mismo Congreso Nacional? ¿Es Mauricio Olivia y los vinculados a los casos Red de Diputados, Pandora, Arca Abierta los que van a transparentar el proceso electoral? ¿Cuál va a hacer el mecanismo de transmisión de resultados electorales? no se habló de la municipalización de las mesas, de un ente de justicia electoral. Sigue exactamente igual que como está el Tribunal Supremo Electoral: todo va a caer a la Corte Suprema de Justicia, cambian el nombre, amplían la burocracia, pero al final los reclamos que el perjudicado haga van a ir nuevamente a una corte que está vinculada y controlada por el Partido Nacional.
CC: Las reformas al Registro Nacional de las Personas ¿son las adecuadas?
EM: No hay ni una sola reforma, lo que hubo fue una modificación del directorio. No sabemos cómo se van a manejar las bases de datos y a controlar el acceso, el anteproyecto dice que el personal va a ser contratado de manera directa y no en concurso público. Dicen que la base de datos va a ser anclada en un país extranjero y eso es algo que no creo que se haya visto.
No, no hay ninguna reforma que nos garantice que vamos a contar con un registro civil científico, confiable, seguro y al margen de la intervención de los partidos.
CC ¿Qué implica el que se esté dejando sin consenso la segunda vuelta o la reelección? ¿Cómo ve esos posibles escenarios de conflicto?
EM: Bajo estas medidas el régimen corrupto y vinculado al narcotráfico de Juan Hernández se va a fortalecer, no se habla de la reelección presidencial y nosotros planteábamos un plebiscito para ir a resolver una ilegalidad.
Tampoco se habla de la segunda vuelta cuando ahora somos un sistema multipartidista con al menos cuatro fuerzas significativas y se necesita en ese esquema una segunda vuelta para que el ganador tenga no solamente la fortaleza sino la legitimad de la mayor parte de los electores. El costo de las elecciones es de 1500 millones de lempiras, pero estoy seguro que al menos el 50% es despilfarrado en viajes, capacitaciones que se podrían ahorrar, la segunda vuelta no es un proceso tan caro: son dos candidatos, menos papeletas. Con estas decisiones de haber abandonado problemas torales sigue latente la posibilidad de fraudes electorales y la debilidad del sistema electoral.
CC ¿Cuál es la postura del Partido Liberal en cuánto a la reelección, cómo debe tocarse este tema?
EM: La Constitución es clara: el soberano es el pueblo, el pueblo tiene que decidir sobre la reelección y no cinco magistrados, ni 128 diputados. Nosotros como partido aceptaríamos si quiere la reelección, si la quieren indefinida, alterna, continua, pero que sea el pueblo el gestor de su propio futuro.
Pero no, probablemente parte de estos acuerdos implique la regulación de la reelección en el corto plazo, que no nos extrañe eso.
CC: Hay muchos diputados en esta legislación que enfrentan cargos de delitos contra la administración pública y que están en medio de procesos judiciales ¿qué representa para el país que sean capaces de seguir tomando decisiones dentro del Congreso Nacional?
EM: Es insólito, es una mafia la que controla el CN y es esa mafia la que hace las supuestas reformas para fortalecer la democracia ¿qué tipo de control puede ofrecer? Muchos no solo enfrentan delitos de traición a la patria sino de vínculos con el narcotráfico, con el crimen organizado y con la corrupción. Eso es una bofetada a lo que en realidad debería ser una democracia representada por gobernantes de entero crédito.
Un hombre y una mujer cruzan la acera a un costado de la antigua Galería Nacional de Arte y del Congreso Nacional, en la ciudad de Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix.
CC: La Acción Ciudadana Contra la Dictadura (ACCD) busca hacerle frente al gobierno de Juan Orlando Hernández ¿Qué significa que el Partido Liberal sea parte, cómo es llegar a consensos con Salvador Nasralla y líderes del movimiento social?
EM: Hay que analizar lo que sucedió en México, la victoria de Andrés Manuel López Obrador contra un régimen corrupto debe de llamarnos a la reflexión, el esquema tradicional de lucha exclusivamente partidista es parte de la historia y si no lo entendemos cometemos un grave error, lo que hicieron en México fue entender que la unidad no era de partidos sino de buenas personas, personas honestas que quisieran cambios.
La ACCD nace para combatir al régimen de Juan Hernández, para exigir y luchar por su salida, para estructurar un gobierno de transición y para posibilitar elecciones que permitan el retorno del orden constitucional al país, esta es la primera etapa pero yo no descartaría que buscásemos la composición de una mesa electoral para ir a elecciones.
Esta participación del Partido Liberal en la ACCD lo que implica es el cambio de rumbo de este partido de cómo fue manejado en los últimos diez años, implica retornar a sus orígenes de lucha: podemos perder presencia en las instituciones, no apostamos por beneficios porque solo queremos que Honduras cambie y eso significa la lucha que va a ser contra corriente, contra poderes constituidos, es la única forma de evitar que Honduras entre en un colapso mayor del que ya estamos.
CC: Este ambiente político en el que se decidieron las reformas electorales está rodeado por protestas divididas y objetivos políticos divididos ¿Qué piensa sobre la falta de consensos con Manuel Zelaya? ¿Qué significa para la oposición?
EM: Usted no puede llegar a consensos con personas que no quieren. Respeto y valoro la lucha de LIBRE, pero Mel Zelaya pactó con Mauricio Oliva, Juan Hernández, con Carlos Flores y es su decisión porque el apostó por negociar con los sectores que controlan el país y la élite política y económica que controla el país, renunciando a su lucha discursiva. El pueblo valorará y será el que tenga que establecer si se equivocó o no.
CC: ¿Qué significa para la oposición esta situación de quiebre o separación?
EM: Yo creo que es beneficioso, Manuel Zelaya se había mantenido en un discurso confrontativo y de oposición, habían sectores de la población que creían ese discurso, pero sus acciones ahora develan la posición de cada uno de los que estamos en este ambiente político.
CC: Después del proceso electoral del 2017, ¿cuáles son las lecciones, qué rumbo debe estar tomando el país en el sistema electoral?
EM: O cambiamos nuestro sistema electoral y mejoramos esa arquitectura institucional o la democracia hondureña está condenada al colapso, el país está caminando por la senda del precipicio con los altos índices de pobreza, desempleo, hondureños que abandonan el país, niveles de escolaridad de los más bajos. Hay una bomba social que se está inflando y puede estallar en cualquier momento.
Nosotros como partido aprendimos que la lucha ya no es partidista sino de sectores que quieren el cambio. Con las reformas electorales se pactó el fin de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (MACCIH), parte de los acuerdos es la no renovación del acuerdo que da origen a la MACCIH y eso nos hace pensar que hay reforzamiento también de los carteles narco políticos en Honduras.
La gran enseñanza es que será con el pueblo la lucha y no a través de negociaciones políticas o partidistas, es con la base del pueblo la que tenemos que movilizarnos para modificar el rumbo del país.
El periodista argentino Martín Caparrós apunta que la idea de la patria –o el patriotismo– es peligrosa, las fronteras que dividen los pequeños países de la región centroamericana demuestran que también lo son. Desde la noche del 14 enero una nueva caravana de hondureños comenzó a andar el largo camino hacia los Estados Unidos, pero antes de llegar, o de intentar cruzar la frontera que separa al estadounidense de América Latina, a esta caravana se le sumaron algunos salvadoreños y algunos guatemaltecos, más de 5 mil personas rondan las cifras oficiales de la más reciente caravana migrante que materializa el éxodo centroamericano, y que ahora avanza por territorio mexicano desde la tarde del 17 de enero.
Esta vez, el Ejército Federal no se apareció en Tecún Umán, esta vez, los oficiales de migración del gobierno mexicano fueron amables, abrieron las puertas y les ofrecieron una visa humanitaria de un año con posibilidades de renovarla. Esta visa humanitaria que otorga México a la caravana migrante les permite circular libremente por los Estados de la federación mexicana sin temor de ser deportados, con la posibilidades de –si así lo desean– encontrar trabajo y no arriesgarse a cruzar el muro estadounidense. Algunos la aceptaron, otros no, bajo la sospecha de que sería una trampa y que luego los deportaría como sucedió antes.
Niños, niñas, hombres y mujeres, la caravana migrante todos, divididos por los tranques burocráticos, el cansancio, el frío y el hambre, ha salido ya de Centroamérica y empeñados en la idea de llegar a los Estados Unidos, no se detienen.
La noche del 14 de enero la caravana migrante comenzó a andar, apenas unos minutos de camino la lluvia comenzó a caer en San Pedro Sula. Foto: Martín Cálix.
Madres hondureñas con sus hijos en la caravana a su llegada a Santa Rosa de Copán. Foto: Martín Cálix.
Una mujer en un puesto de ayuda regala pañales desechables a un joven que carga en brazos a su hijo a su paso por Santa Rosa de Copán. Foto: Martín Cálix.
Dos niñas hacen fila detrás de su madre para realizar el chequeo migratorio en Agua Caliente. Foto: Martín Cálix.
Una mujer realiza masajes en las piernas de un hombre la noche del 16 de enero en la frontera de Agua Caliente. Foto: Martín Cálix.
Una mujer que prefiere no ser identificada y que viaja en la caravana migrante con sus dos hijos, muestra el boleto de bus de la empresa Congolón, en el señala que la empresa aumento de Lps. 170.00 a Lps. 220.00 para los miembros de la caravana. Foto: Martín Cálix.
A la orilla de la carretera a la altura de la frontera de Agua Caliente pasaron la noche aquellos miembros de la caravana que avanzaron desde Ocotepeque pero que decidieron no enlistar la base de datos que levantaba la Policía Nacional, si no lo hacían, no se les permitía avanzar al chequeo migratorio en la aduana hondureña para seguir su camino hacia Guatemala. Foto: Martín Cálix.
1: Bryan de 24 años, es un joven sampedrano que decidió unirse a la caravana migrante porque el dinero que ganaba vendiendo accesorios para teléfonos celulares en el parque central de San Pedro Sula no le ajustaba para sostener a sus cuatro hijos y la renta de Lps. 1500.00 de su apartamento en la Col. Felipe Zelaya. Foto: Martín Cálix.
2: Joshua de 3 años, intenta cruzar la valla policial en Agua Caliente la mañana del 16 de enero, donde son retenidos porque sus padres Ingrid de 22 años y Ramón de 32 años, no llevan pasaporte de su hijo. Esta familia sanpedrana huye del desempleo y las falta de oportunidades para quienes viven en el Sectro Aldea El Carmen de la ciudad industrial. Foto: Martín Cálix.
3: Una madre hondureña con sus tres hijos cruza la frontera de Aga Caliente hacia territorio guatemalteco la mañana del 16 de enero. Foto: Martín Cálix
Niños y jóvenes pasan la noche del 16 de enero en las aseras frente a la Casa del Migrante en Ciudad de Guatemala. Foto: Martín Cálix.
1. La caravana migrante llega al municipio de Ayutla donde pasa la tarde y noche del 17 de enero antes de cruzar la frontera de Tecún Umán, que separa a México de Centroamérica. Foto: Martín Cálix.
2. Zapatos de algunos miembros de la caravana migrante en el parque central de Ayutla. Foto: Martín Cálix.
3. Yaneli de 11 años, originaria de Tocoa, Colón, recibe de parte de un oficial de migración mexicano en la frontera de Tecún Umán el brazalate que le da acceso a la visa humanitaria que otorga el gobierno de México, ella viaja en la caravana migrante con toda su familia. Foto: Martín Cálix.
Britany de 3 años es cargada en brazos por su abuela, María Santos y acompañada por su tía Josseline de 13 años. Britany es hija de Patricia de 17 años, hija mayor de María Santos de 38 años y Carlos Toledo de 40. Esta familia originaria de Tocoa en el departamento de Colón, viaja junta. Foto: Martín Cálix.
Fotografía: Fernando Silva Cruz
Días de migraciones, realidad incesantemente compleja para Centroamérica. No ha pasado aún el mal sabor de la caravana migrante que en octubre salió de Honduras rumbo al norte; no ha concluido el viacrucis, cuando ya un nuevo grupo de hombres y mujeres dejan atrás su patria. Situación que se repite todos los días invisiblemente.
Citado por el periódico The New York Times, el jueves 10 de enero el presidente norteamericano afirmó lo siguiente: “Se está formando otra gran caravana en Honduras que estamos tratando de desintegrar, pero hasta ahora es más grande que cualquiera que hayamos visto (…) No podemos detenerla con drones ni con sensores, pero ¿saben con qué podemos pararla en seco? Con un muro poderoso y bien hecho”.
Estas declaraciones se dan en el marco de la discusión que lleva Donald Trump con el Congreso sobre la aprobación del presupuesto para la construcción del “muro invulnerable” del que tanto se ha hablado en los últimos años.
Trump está solicitando un presupuesto de 5700 millones de dólares, para cerrar la frontera y que ningún migrante entre a tierras americanas ¿lo logrará?
Más allá de la problemática migratoria, por todos conocida y vivida, está la situación de los migrantes ya ubicados en Estados Unidos.
En el diario ThoughtCo., la politóloga María Rodríguez afirmó el 23 de febrero del 2018 que “en la actualidad hay 44 millones de inmigrantes en Estados Unidos lo que supone el 13,5 por ciento del total de la población y que 1 de cada cinco migrantes en el mundo tiene como destino a los Estados Unidos.” (Rodríguez, 2018). Sin embargo, en esta cifra no se incluyen a miles de indocumentados que traspasan las fronteras y se instalan en tierras norteamericanas sin ser vistos por ninguna autoridad estatal.
Estas personas andan por las calles trabajando en mil oficios, robusteciendo la economía americana, haciendo lo que nadie quiere o puede hacer, y cuidándose la espalda por cualquier mala mirada.
Se vive una paradoja entre el gobierno norteamericano y los migrantes.
Particularmente el gobierno de Trump, se ha empecinado con su “muro poderoso” para evitar la “entrada ilegal”. Como si la migración fuera cosa de pobres que luchan contra una frontera infranqueable.
Christopher Gascon, representante en México de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), citado por el periódico La Jornada, afirmó el lunes 10 de abril de 2017: “Se estima que cada año más de 450 mil personas, principalmente centroamericanas, cruzan el territorio nacional (México) hacia Estados Unidos”. (LaJornada, 2017). Sin lugar a dudas, las cifras van en aumento. La pregunta aquí es: ¿de la mano de quiénes, o en qué condiciones los migrantes cruzan el suelo mexicano?
Las mafias tienen el control.
Actualmente, la migración es uno de los negocios más grandes en nuestra región. México se ha vuelto territorio de guerra. Los carteles disputan a mano armada todos los días. La muerte anda suelta, y los migrantes suelen ser carne de cañón.
Desde Chiapas a Tabasco, a paso de Combi, un migrante se tarda unas diez o doce horas en llegar. Cada noche, una caravana de más de ocho combis, sin contar automóviles de vigilancia que van delante y detrás del grupo, circulan a calle abierta. Cada combi lleva entre 20 a 30 personas entre las que se mueven mujeres, hombres y niños. Cada persona paga una cuota superior a los 300 dólares por “ese jalón”. No es un solo cartel el encargado de este tráfico. En otras rutas, otros grupos criminales llevan a esa misma hora otras decenas de ilegales. ¿Quiénes son los verdaderos grandes ganadores de este movimiento? ¿logrará algún día algún gobierno acabar con este fenómeno?
¿Y las propuestas de los gobiernos centroamericanos? En Centroamérica todo se vuelve parte de un gran show, cuyo organizador es el gobierno norteamericano quien a través de sus embajadas introduce políticas ilusorias. Sin embargo, los miles de migrantes que trabajan a sol y frío, reparando las piezas rotas de una sociedad acomodada y excluyente (con la rara excepción de las buenas gentes que, con dificultades, se encuentran) son los menos queridos, valorados y protegidos.
Es la más alta mentira del siglo; parafraseando a don Trump: “No los queremos aquí, los detendremos con un muro”; (pero muy en el fondo de la avaricia) “necesitamos su mano de obra barata”.
Es la noche del 16 de enero, y entre Agua Caliente y Tecún Umán, se estima que al menos unas 1500 personas se encuentran dispersas en distintos lugares, unas más solas que otras, unas más vulnerables que otras. Las razones, son aquellas que llevan a familias enteras a dejar todo lo que tienen por nada, y en muchos casos lo mucho que tienen es tan poco. Un país inseguro, el crimen organizado, las maras y las pandillas controlando cada pedazo de barrio y colonia, el desempleo, la ausencia de todas las necesidades básicas, enlistan las tantas razones que estas personas tienen para huir, porque ellos, porque ellas, hablan en estos términos, de un país que les da nada a cambio de pedirles todo.
La caravana comenzó a andar el 14 de enero desde San Pedro Sula, la capital industrial de Honduras pero que muestra su desigualdad en las periferias, donde los barrios son caldo de cultivo para diferentes grupos criminales: la mara, la pandilla, bandas de robo y narcotraficantes. En la noche, en la estación de buses interurbanos de esta ciudad, unas 300 personas comenzaron a aglutinarse en las afueras tras una convocatoria anónima en redes sociales y grupos de whatsapp para unirse a una segunda caravana migrante para salir a las 5 de la mañana del 15 de enero. Algunos jóvenes comenzaron a alentar al grupo para arrancar antes, de noche y bajo la lluvia que no tenía sentido quedarse una noche más ahí, gritaban que debían avanzar, gritaban y la masa de gente, como un murmullo indescifrable, comenzó a andar, en trance, en una especie de piloto automático, sin que nadie pudiese siquiera argumentar otra cosa o apelar a algo de cordura, o llamar al orden, o hacer cualquier cosa que impidiera exponerse a caminar en medio de la noche hacia Cofradía, un sector en la orilla del río Chamelecón, en la salida al occidente hondureño.
Se teme lo peor, pero no queda de otra que el equipo del Centro de Promoción de Derechos Humanos (CIPRODEH), que acompaña la caravana para asistir a los migrantes, tome aire para replantearse la estrategia. De vuelta en la terminal, otras personas, un segundo grupo mucho más pequeño que el primero que ya había comenzado camino, estaba juntándose, estos no saldrán hasta las 5 de la mañana del día 15 de enero. Mientras tanto, en el camino hacia la frontera, los buses interurbano avanzaban lento en la carretera en reparación, llenos de migrantes queriéndose unir a última hora a la caravana.
En uno de esos buses iba María con dos hijas y una nieta de 1 año de edad. María había viajado durante todo el día desde Puerto Cortés, donde su exesposo intentó asesinarla. Él, el padre de sus hijas le cortó la mano con un machete justo enfrente de ellas, pagó con 5 años de cárcel y ya estaba libre. El día que lo vieron en el parque del pueblo decidieron salir huyendo, la caravana era la oportunidad perfecta para escapar. “Si me quedo me mata, ya no podemos seguir viviendo allí, tomé el primer bus que pude y me traje a mis hijas”, dice María y contiene las lágrimas, tiene miedo que la detengan en la frontera porque su nieta no tiene el permiso de salida de su padre quien nunca se encargó de ella. Las madres solteras que engrosan esta caravana salieron huyendo de la violencia en sus hogares, de sus más cercanos y en la frontera se enfrentan a un Estado que nunca las protegió y que no las deja escapar.
Honduras es un país peligroso para las mujeres, cada 22 horas es asesinada una mujer, según cifras del Centro de Derechos de Mujeres (CDM) y la impunidad en femicidios asciende al 90%. María no sabe de cifras, pero tiene a certeza de que su ex va a terminar el trabajo, lo que le dijo antes de amputar su mano lo deja claro: “Si no sos mía no sos de nadie, así me dijo cuando intenté dejarlo”, relata mientras el bus repleto de migrantes avanza hacia Ocotepeque la noche del 15 de enero, cuando varios grupos de cientos de migrantes ya estaban cruzando la frontera con Guatemala.
En el primer grupo, de al menos unas quinientas personas están Ramón e Ingrid, ellos son pareja, y viajan con su hijo Joshua de 3 años. Ellos dejan atrás un barrio de San Pedro Sula que está bajo el control de la Mara Salvatrucha. Hace un mes que Ramón no trabaja y que las facturas se acumulan en una lista que se les hace difícil de mencionar a detalle. Sólo el anhelo de poder ofrecerle un mejor futuro a Joshua, y a otros dos hijos que Ramón tiene con una pareja anterior, les parece una motivación superior, la suficiente, para dejar la casa que alquilaban y que pronto ya no podría pagar, e integrar la caravana migrante, la segunda desde que la primera saliera en similares condiciones en octubre de 2018 hiciera el viaje.
Amelia Frank Vitale, antropóloga que lleva 8 años estudiando el fenómeno migratorio en México y Centroamérica acompañó la caravana de octubre y apunta que esta nueva modalidad de migración ha servido para que mucha gente, que había ya pensado en migrar, tomara la decisión de una vez por ser más seguro y más económico. El perfil de los migrantes de la caravana es el mismo de siempre, la gente que huye de un país que no ofrece condiciones mínimas de dignidad a la mayor parte de la población.
“No es que con esto están saliendo más personas o es que haya gente que jamás haya pensado en migrar y ahora sí se van. El fenómeno migratorio en Honduras ya existía, si incrementan los números es por las condiciones de vida en Honduras y la caravana es consecuencia de eso. Es posible que va a haber más caravanas como esta, y viene siendo una última expresión de un fenómeno que lleva varios años sucediendo. Podría ser una nueva modalidad de migrar, justo para las personas que no tienen dinero para pagar un coyote, o los sobornos de Mexico. Habrá que ver con el nuevo gobierno de México cómo va a cambiar la dinámica ante esta estrategia de los migrantes”, asegura. Estando en la terminal de buses Amelia encontró un migrante deportado de Tijuana que había huido en la primera caravana y familiares de personas que lograron cruzar fronteras en esa misma caravana que buscan reunificarse en otro país, ya sea México o Estados Unidos.
“La gran mayoría de los migrantes en la caravana pasada tenían el mismo perfil que todos los migrantes que he hablado en el pasado que se van porque la vida en Honduras es muy difícil, por la criminalización de las autoridades, el peligro de las maras y pandillas; lo que ahora sí se agrega es que varias personas huyen de una persecución política, por haber sido líder estudiantil, haber estado en manifestaciones, ser perteneciente al partido LIBRE, y luego muchas que lo vieron en los medios de comunicación y se fueron de un momento a otro, esa gente no es del perfil de antes había visto cuando comencé a hacer este trabajo”, agrega.
Una mujer duerme en la carretera por negarse a ser incluida en la base de datos que levantaba la Policía Nacional. Foto: Martín Cálix.
Los que llegan a Agua Caliente la primera noche se topan con una valla policial, la orden es que quienes vayan llegando hagan una fila, la Policía Nacional levanta una lista donde anota cuidadosamente los nombres, los lugares de origen, y hasta con quién se acompaña cada uno que viaja en la caravana migrante. Quienes deciden hacerlo son autorizados a avanzar hacia el control migratorio, los que no, protestan, hacen bulla, pierden momentáneamente el control, y el pánico abonado por el cansancio de horas de andar a pie, de estar mal comidos y mal dormidos les hace perder la paciencia. Alguien tira una piedra y la Policía Nacional responde como sabe, con gas lacrimógeno, pero los migrantes en la caravana no tienen fuerza, se calman, y deciden los que no quieren ser anotados en esa lista, dormir entonces en la carretera, a unos metros del control fronterizo, a unos kilómentros de Guatemala, la ansiada primera frontera.
Pero avanzar del control policial hacia el chequeo migratorio no les garantiza nada. Los menores de 21 años no son autorizados a continuar, una multitud de jóvenes comienza a entrar en desesperación, hablan entre ellos, hablan de rodear el chequeo migratorio y hacer el cruce por el monte, unos pocos lo logran, otros son detenidos, y puestos de regreso en tres buses hacia la terminal en San Pedro Sula.
Los adultos que viajan con sus hijos resisten como pueden, migración y la Policía Nacional les amenaza con separarlos de sus hijos, se niegan, vuelven a discutir, y esto se convierte en horas, una espera larga que divide más el grupo, la caravana sólo confirma su punto de inicio: a medida avanza, se estanca en un tranque burocrático del Estado de Honduras, y a medida pasa esto, la caravana se fragmenta más y su carácter de caravana se desdibuja profundamente. La segunda caravana migrante está lejos, en este punto, de ser algo parecido a la primera.
En Honduras, el gobierno conformó una Fuerza De Tarea En Atención De Migrantes que activó delegaciones de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), Fuerza de Seguridad Interinstitucional (FUSINA), Dirección de Infancia y Familia (DINAF) y la cancillería de la república, representada por Nelly Jérez, en tres puntos fronterizos entre Honduras y Guatemala. Jérez dijo a Contracorriente que el gobierno hondureño no detendría el paso de migrantes, que quienes sí estaban evitando el paso para su país era el gobierno guatemalteco, acto seguido fue la contradicción. Según el informe del 16 de enero, esta comisión reporta un flujo de 773 migrantes en caravana, de los cuales 438 fueron retornados por no contar con documentos legales para cruzar frontera, sobre todo con menores de edad. Datos que no concuerdan con la imagen de cientos de migrantes, alrededor de 1500, llegando a Ciudad Guatemala por la noche.
Valla policial en la frontera de Agua Caliente. Foto: Martín Cálix.
El frío, el cansancio, la incertidumbre, se vuelven calma en Agua Caliente, hacen fogatas para calentarse, para pasar la noche y conocerse, se ven unos a los otros, crece la empatía de grupo, aunque ahora mismo esto no parece ser suficiente para compactarlos en su totalidad, se forman pequeños grupos, que se protegen, que se apoyan, que discuten estrategias para continuar el camino.
En una de estas fogatas está Luisa, ella ha pedido no dar su nombre real. Luisa viaja con sus dos hijos, la mayor de 15 años y el menor de 13 años, ellos son todo lo que tienen. Esta madre soltera tuvo su último trabajo hace 7 años en una fábrica textil de ZIP Búfalo. Viaja «por la situación», cuenta, mientras intenta entrar en calor a la orilla del fuego, mientras sus hijos mal abrigados duermen a un lado de la carretera. Para Luisa y sus hijos ésta es la primera vez que salen del país.
Cuando la luz llega, las personas vuelven a juntarse frente a la valla policial, donde un agente intenta hacerles «entrar en razón», que se anoten en la lista, les dice, que sólo así podrá seguir, ellos se niegan, la mayoría al menos, otros, quizá vencidos por la pericia de la noche anterior, ceden y se apuntan. Los menores siguen bajo amenaza y la resistencia de sus madres se vuelve férrea, ellas se niegan a entregarlos y ser separados, y esto una vez más los retrasa toda la mañana, hasta que a la Policía Nacional no le queda de otra que dejarlos pasar, porque pronto llegarán más, quienes se habían quedado en Ocotepeque han retomado el camino y en tres horas llegarán ahí, donde la Policía no podrá contenerlos. Del otro lado, la Policía Nacional de Guatemala monta una segunda valla pero el forcejeo no dura mucho, y aunque el alto mando del operativo en inicio se niega, la realidad lo supera, y este grupo de quizá unos 100 o 200, lo vence. Avanza, la caravana avanza hacia territorio guatemalteco sin tener aún la apariencia y consistencia de una caravana real.
En el largo camino desde la frontera con Honduras hasta Ciudad de Guatemala, los grupos no superan las 15 personas, incluso hay quien camina solo. Parece entonces que la táctica de las instituciones hondureñas y guatemaltecas ha funcionado, retrasar y dividir el grupo los vulnera aún más.
Un policía hondureño anota a los migrantes en la frontera de Agua Caliente la noche del 15 de enero. Foto: Martín Cálix.
En el camino, a quienes se les pregunta, dicen todos que su objetivo es llegar lo más pronto posible a Tecún Umán, piensan ellos que allá se podrán reorganizar, retomar la idea de caravana, hacer más grande el grupo. En uno de estos grupos viaja Sandra con una hija de 2 años y otra que «adoptó» en el camino, una joven de 18 años que viajaba sola y al conocerla vio en Sandra a una madre a la cual aferrarse, juntas, las tres, se aferran a la idea de protegerse mutuamente, a la fe, a la idea de que dios tiene un propósito para ellas. Cruzaron por el monte en la frontera, Sandra pagó a un coyote que les ayudara, 200 lempiras por cada una de sus hijas y 100 lempiras por ella. Todo el grupo con el que viajan Sandra y sus hijas hizo lo mismo, se mantienen juntos, porque «en grupos pequeños es más fácil conseguir ayuda, que alguien les de jalón», dice esta mujer de La Ceiba, en el departamento de Atlántida. Sandra hace tiempo que no tiene trabajo, es madre soltera de cuatro hijos, la caravana significa para ella, y sus hijas, la oportunidad de dejar atrás la violencia y el desempleo. Esta noche la pasarán en la calle de enfrente a la Casa del Migrante en Ciudad de Guatemala, mañana retomarán la ruta con destino a la frontera con México.
En la Casa del Migrante de Ciudad de Guatemala hay un rótulo que les informa a quienes llegan que no hay más espacio, el sitio ha colapsado, no da abasto. Quienes llegan de último sólo tienen la calle, las aceras de enfrente y el frío guatemalteco. Las mujeres se regalan frazadas para sus hijos, se ríen al verse reflejadas en las otras, esta noche, un grupo está en Tecún Umán, otro en Ciudad de Guatemala, y pequeños grupos avanzan por la ruta desde la frontera de Agua Caliente. Frágiles, han comenzado a soñar ya con los Estados Unidos, pero antes de esto deberán ser una verdadera caravana.
El gobierno de Guatemala informó a través del Ministerio de Exteriores que 890 hombres, 354 mujeres, 161 niños, y 130 niñas, todos de nacionalidad hondureña, están en territorio guatemalteco luego de hacer los trámites migratorios oficiales, pero una cantidad hasta ahora difícil de estimar lo ha hecho bien por puntos ciegos o cruzando en aquellos pequeños momentos de descuido en ambos puntos de la frontera.
Otros datos revelados por el departamento de Migración del Gobierno de Guatemala indican que hasta el día 16 de enero indican que 1219 hombres, de cuales 1030 son mayores de edad y 189 menores, 482 mujeres de las cuales 346 son mayores de edad y 136 menores, ingresaron por Agua Caliente y El Florido (Chiquimula), haciendo un total de 1701 personas. A través de la delegación fronteriza de La Hachadura lo hicieron otras 107 personas, 87 hombres y 20 mujeres, en este grupo sólo se registró un menor de edad.
Las mujeres y sus hijos compartieron frasada y algo de ropa en las afueras de la casa del migrante en Ciudad de Guatemala. Foto: Martín Cálix.
Impuestos de muerte
Una familia que huye de la extorsión en un barrio de El Progreso en el departamento de Yoro, cuenta su historia, sus esperanzas rotas, y las pericias de este viaje. Insisten, con temor, en que sus identidades no sean reveladas en este texto, al menos hasta que estén en un lugar seguro. Para esta familia ya no hay punto de retorno, ese momento pasó cuando tomaron la decisión de dejar su hogar y unirse a la caravana migrante, sus dos hijos y ellos, ahora son buscados, se consideran prófugos de un cautiverio que les obligaba a pagar 4 mil lempiras ($200) de extorsión cada mes, una cifra que explican no pueden sostener.
Esta familia de El Progreso, una ciudad a 20 kilómetros de San Pedro Sula tenía un pequeño negocio para sostener su familia, en Honduras eso significa no solo tributar para el gobierno, también pagar lo que llaman “impuesto de guerra”, la guerra en que se mantiene Honduras con maras y pandillas peleando territorios, grupos de crimen organizado convirtiendo cada esquina en plaza de venta de drogas y una institucionalidad coludida con el crimen.
Una niña es cargada en hombros luego de pasar la valla policial guatemalteca. Foto: Martín Cálix.
Pedro Barquero, director Cámara de Comercio e Industrias de Cortés asegura, desde su oficina que el sector empresarial de esta ciudad está interesado en resolver la crisis migratoria y apunta que la principal causa de esto es la corrupción.
“La raíz del problema de la migración es la corrupción, la corrupción trae pobreza y la pobreza genera que si la gente no encuentra oportunidades para tener un estilo de vida digno lo lógico es que busque otro lugar donde pueda cubrir sus necesidades básicas. Nosotros como CCIC proponemos tres pilares para desarrollar el país: fortalecimiento del estado de derecho, una política tributaria competitiva y la simplificación administrativa”, Barquero muestra una presentación de powerpoint en la que salen todos los indicadores en los que Honduras está aplazado: estado de derecho, desarrollo social, gobernanza.
Y apunta con certeza que la extorsión es una causa de desplazamiento pero que la tienen peor los pequeños negocios, que la industria de la zona logra sortear con este problema y hasta hacer que las autoridades tomen acción, los más pequeños como la familia de El Progreso la tienen más difícil.
Migrantes muestran sus documentos a la Policía Nacional Civil de Guatemala pidiendo les permitiera el ingreso. Foto: Martín Cálix.
Más de 1.400 hondureños fueron desplazados internamente en 2017, huyendo de amenazas de muerte, violencia, extorsión y reclutamiento de pandillas, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CONADEH). Esto se compara con los 757 casos denunciados en 2016. Pero el verdadero número de hondureños desplazados directamente por la extorsión —que según dicen los defensores de derechos humanos sucede ahora casi en cualquier parte— sigue sin conocerse.
La cifra de la CONADEH tampoco da cuenta de los hondureños que huyeron del país para migrar a otros países, como México y Estados Unidos, debido la extorsión y a la violencia relacionada que ejercen las maras.
“En Honduras en los últimos meses los ingresos tributarios se han aumentado en un 250% y la deuda estatal se ha aumentado en 400%, la pregunta es: ¿qué se ha hecho con esa cantidad enorme de recursos? El 64% de pobreza en el país, de los cuales 40% es de pobreza extrema indican que hay algo que no está bien. Cualquier país bien manejado al aumentar sus ingresos tributarios reduciría la pobreza, en Honduras sucede lo contrario”, enfatiza, porque la raíz del problema es que la institucionalidad hondureña está cooptada, y si no funciona para proteger a la mayoría de la población no hay problema que se resuelva.
Barquero es de la idea de que al gobierno hondureño tampoco le interesa demasiado frenar la migración, porque la mayor entrada de divisas al país es de remesas, el dinero que manda la gente que trabaja en Estados Unidos a sus familias a un país en el que no pueden invertir por esa espiral en la que quedan atrapadas familias como la de El Progreso. El gobierno de Juan Orlando Hernández creó una Fuerza Nacional Antiextorsión que ahora es Fuerza Nacional Antimaras y Pandillas que ha dado ciertos resultados, según Barquero, pero la gente sigue sin denunciar, sigue sin confiar en las instituciones, eso responde a la pregunta de si el gobierno es un agente desestabilizador, en sí mismo otra causa de migración forzada.
Amelia Frank lo puntualiza: “El gobierno de Honduras no tiene interés en que la gente no se vaya del país, para este gobierno es mejor que se vaya la gente joven y pobre, de los sectores marginales de la sociedad porque aquí no hay empleo, estudios ni oportunidades para ellos, ellos representan una amenaza a la estabilidad de Honduras. Si todas estas personas se quedan representarían una oposición, una fuerza desestabilizadora para este régimen. Pero si ellos se dispersan aquí, salen del país de forma escondida para el gobierno es mejor, el problema es cuando se van en masa, en una manera visible que permite que Trump reclame a Hernández permitir tanta migración”.
En el centro de San Pedro Sula, siempre abarrotado de comerciantes informales-el rostro desnudo del desempleo- el tema de conversación es la caravana. En los rostros de los que se quedaron hay frustración, los migrantes se han convertido en privilegiados, los que pudieron salir de este hoyo. Allí en una acera, Ana vende cigarrillos y chicles con una panza de embarazo, su hermana fue una de las valientes. “Ya vienen los gastos de la escuela y aquí ni me ajusta para comer, yo sí he pensado irme pero no lo he hecho por no arriesgar a mis hijos”, cuenta y en su rostro hay tristeza, aun no sabe nada de su hermana que huyó con un hijo en la caravana.
La caravana avanza y suma, en Tapachula hay alrededor de 2000 migrantes que no han logrado establecerse en México desde que viajaron en la caravana de octubre y que posiblemente se unan a avanzar en esta nueva. La primera caravana dio varias lecciones y los migrantes esperan que el nuevo gobierno mexicano al mando de Manuel López Obrador sea más benevolente, que el tránsito por México sea facilitado.
En su homilía del 3 de septiembre de 1978, Moseñor Romero decía que, «es triste tener que dejar la patria porque en la patria no hay un orden justo donde puedan encontrar trabajo». Ingrid, Joshua y Ramón, que no han encontrado ese orden justo que les garantice su dignidad ahora están en territorio guatemalteco, lograron cruzar todas las trabas que el gobierno hondureño les puso de frente, y por delante les queda un largo camino hacia Ciudad de Guatemala y desde ahí a Tecún Umán, donde la caravana migrante enfrenta su mayor reto, hacerse uno, compactarse como grupo, serlo todo, o morir en el intento de llegar a la frontera entre México y Estados Unidos, ni siquiera es cruzar la frontera, saltarse el muro de Trump es otra cosa, ahora mismo es aguantar un día a la vez hasta llegar a Tijuana.
Los migrantes que van en caravana se paran derecho, hablan frente a las cámaras, llevan pancartas y la bandera de Honduras. Se sienten fuertes unidos y su huida la cuentan con dolor pero con el orgullo de quien reacciona, de quien ya no está inmóvil, aguantando, solamente sobreviviendo, de quien habla y dice que Honduras está secuestrada, que si los impunes se quedan, ya no es un país digno para nadie. La caravana de migrantes que inaugura el nuevo año 2019 arrancó anoche desde la terminal de San Pedro Sula, a oscuras, bajo la lluvia y guiada por muchas voces, gritos confusos, sin más plan que caminar hacia la frontera con Guatemala en Agua Caliente. Esta es la tercera caravana después de la crisis política desatada por la reelección de Juan Orlando Hernández en 2017, éxodo le siguen llamando a esta expresión de inconformidad, hartazgo, oportunidad.
Honduras es un país sostenido por migrantes, al cierre de 2018 la entrada de divisas más grande que tuvo el país fue por concepto de remesas: 4,850 millones de dólares, mucho más que la exportación de lo que producimos. Exportamos personas. No es nuevo hablar de migración, de desplazamiento forzado.
La década de los 90, cuando se regresaba la institucionalidad a manos civiles y se hablaba de fundar un nuevo país más próspero, ni siquiera terminó cuando ya el país de nuevo estaba destruido, esa vez por el huracán Mitch. El pico migratorio subió, la huida irregular de personas era masiva pero dispersa, el mecanismo de siempre: la clandestinidad como protección para el migrante. Así como mucha gente logró obtener el Status de Protección Temporal por la crisis humanitaria que significó el Mitch, otros muchos fueron deportados, generando una crisis de violencia que reventó en los barrios más vulnerables, en las ruinas de un país que nunca se sabe si se habría terminado de construir.
Cientos seguían saliendo, clandestinos, miles llegando a Estados Unidos, el aumento anual del 100% de ingresos por remesas al país lo demuestra, son casi un millón de hondureños que se quedaron afuera, que son exiliados porque volver no pueden, no tienen país.
En 2014 hubo otro pico, le llamaron crisis de menores no acompañados. Las cárceles de Estados Unidos se llenaron de niños, de bebés, de madres lactantes y el mundo se escandalizó. Esos menores, esas niñas, esas madres salían todos los días, en la oscuridad, en el engaño de un coyote, en la soledad que genera la violencia, pero las vieron hasta que se acumularon en las cárceles y comenzaron a estorbar. Pocos comenzaron a cuestionarse que si se va tanta gente de este país tan pequeño, algo muy grave debe estar pasando.
Y algo grave estaba pasando, en 2009 hubo un golpe de Estado, la institucionalidad a medio construir terminó de conformar un adefesio bien fuerte para blindar a los corruptos y castigar con indiferencia y represión a la mayor parte de la población. Elecciones tras elecciones y el adefesio cada vez más deforme, gobierno tras gobierno, extraditado tras extraditado, y la gente cada vez más inconforme. La furia revienta en gritos y empuja, esa es la furia que llevan los migrantes de la caravana.
“Me voy por el desempleo”, dice una mujer que lleva a sus tres hijos con ella al incierto camino hacia Estados Unidos, otros gritan “Fuera Joh”, y parece letanía. “Me voy porque soy madre soltera y no me alcanza para mis hijos”- “Fuera Joh”, “Me voy porque han violado a mi hija, en este país no se puede vivir”- “Fuera Joh”, “Me voy por una vida mejor”-“Fuera Joh”, “Me voy porque me van a matar” –“Fuera Joh”… La tragedia de cada relato, el llanto contenido, la desesperanza, ese bulto se acompaña señalando a la cabeza del adefesio que no protege, sino que aplasta a los más pobres, a las más violentadas.
La caravana se comenzó a mover de noche, va hacia el norte recorriendo las huellas de los más de 10 mil que se fueron en octubre y que han quedado desperdigados por México y poco a poco filtrados en la frontera con Estados Unidos. Familias enteras van a ciegas pero unidas, van huyendo pero cantando claro. “El mundo es nuestro y eso hay que aceptarlo. Si somos muchos vamos a derribar las fronteras”, esa es la voz de la gente en Honduras, uno de los países más violentos del mundo, un país que quizá comience a construirse pero desde afuera, desde los que se van.
Jason, un joven de 18 años, originario de El Triunfo, Choluteca, lo tiene claro: para él la caravana migrante significa una oportunidad. Una oportunidad para ayudar a su madre y a sus hermanos y una oportunidad para viajar seguro. Ha viajado acompañado de un amigo, juntos se han unido a la nueva caravana migrante que la noche de este 14 de enero comenzó a andar en medio de la lluvia en dirección a la frontera de Agua Caliente donde intenterán pasar a territorio guatemalteco. Es un largo camino para un joven del sur hondureño, pero Jason dice que se ha unido a la caravana porque no tiene opciones, porque su familia necesita mejorar sus condiciones de vida y él sueña con ayudarles, sueña con llegar a Estados Unidos y poder encontrar el trabajo que necesita para que su familia tenga lo que necesita.
El caso de Jason no es aislado, es en realidad la historia que se cuenta como en loop, pareciera que todos comparten la historia de Jason: la historia de despojo, de la pobreza, de la falta de oportunidades. Estas condiciones son parte del abanico de variables que detonó la primera caravana migrante que salió en octubre de 2018 y ahora está esparcida en territorio mexicano, retornada en Honduras o en alguna detención en Estados Unidos.
Para Néstor ésta es su segunda oportunidad, viajó en la primera caravana pero lo detuvieron intentando cruzar el muro de Trump. Lo hicieron firmar un documento donde dice que su retorno fue voluntario, pero él asegura que no, que lo hicieron firmar eso pero que jamás tuvo intención de volver a La Libretad, Comayagua, donde ha quedado su esposa, donde antes trabajó por doscientos lempiras cortando café. Néstor viaja con seis personas más, entre ellas, dos niñas de trece y catorce años, son todos familia, primos, tíos, sobrinas, madre. Pero sólo Néstor habla, el resto prefiere no ser grabado, prefieren no dar sus nombres.
Esta segunda carvana de migrantes hondureños repunta la crisis migratoria hondureña, y aunque este fenómeno no es nuevo, es decir, que la gente lleva años huyendo de este páramo, ahora lo hacen juntos, visibilizándose, juntando un ejército de periodistas nacionales y extranjeros que les ven, que les preguntan por qué se van, que les preguntan incluso sus nombres, sus historias. Al menos ahora, en este momento parece que importan, antes eran invisibles pero siempre estaban ahí, todos ellos, todas ellas, invisibles siendo parte del todo, ahora son el punto incómodo de un gobierno que lejos de resolver sus problemas parece actuar desde un aparente desconocimiento, para las autoridades esas historias no son ciertas. Mienten, todos ellos.
La carvana migrante, la segunda, avanza en medio de la oscuridad y la lluvia, no han querido esperar a que amanezca, simplemente tomaron camino, unas mil personas quizá, hoy, intentan ser visibles y no morir en el anhelo de llegar a Estados Unidos.
Click en la fotografía para ver en tamaño completo:
Un joven observa una camiseta del Capitán América en una tienda de ropa en la Terminal Metropolitana de la ciudad de San Pedro Sula. Es aquí donde se han citado los que ahora integran la segunda caravana migrante de hondureños rumbo a Estados Unidos.
Un grupo de migrantes se tapan con cartones para que sus rostros no sean grabados ni fotografiados.
Al caer la tarde, aunque el grupo de integrantes de la caravana crecía, la cifra no superaba las 500 personas, pero para la noche esta cifra podría haberse duplicado según valoraciones de organizaciones de derechos humanos que acompañan la caravana.
Un joven porta una pancarta donde ha escrito las razones que tiene para irse de su país.
Un anciano con la bandera hondureña en las afueras de la Terminal Metropolitana de San Pedro Sula.
Un joven posa con la bandera nacional de Honduras junto a una patrulla de la Policía Militar, algunos elementos del 6to Batallón de la PMOP llegaron hasta la Terminal Metropolitana, pero no eran más que unos pocos.
Un señor descansa en el césped al caer la noche en la ciudad de San Pedro Sula, los integrantes de la caravana migrante en su mayoría comenzaron a andar a eso de las 8 de la noche.
Una familia conversa previo a la salida desde la terminal de buses.
Néstor, de 26 años, originario de La Libertad, Comayagua, se ha unido a la segunda caravana migrante luego de ser deportado tras su viaje en la primera caravana migrante.
Jason de 18 años, originario de El Triunfo, Choluteca, viaja sin dinero y sin familiares, apenas un amigo suyo.
Las familias se habían ubicado en distintos puntos de la Terminal de buses en San Pedro Sula.
Con sus hijos, muchos migrantes, avanzan en lo que ya es la segunda caravana migrante de hondureños.
Con sus hijos, muchos migrantes, avanzan en lo que ya es la segunda caravana migrante de hondureños.
Un padre carga a su hijo mientras avanza en medio de la lluvia y la oscuridad de la noche.
Familias enteras son parte de la nueva caravana migrante de hondureños.
Lecturas recomendadas para saber las causas múltiples de la migración hondureña:
Sobre las mesas de oro, las cajas de marfil refinado contenían las papeletas marcadas por los votantes. Ese día se habían celebrado las elecciones más esperadas en los últimos cinco mil años celestiales. Durante ese tiempo las revueltas habían estado a la orden del día. Una considerable parte de ángeles y almas se hallaba inconforme por el desempeño de Dios Padre como gobernador del cielo, y habían esperado con ansias la elección de las nuevas autoridades celestes.
Los arcángeles habían protegido las urnas durante el proceso eleccionario y se disponían a contabilizar las papeletas. La comunidad de almas y ángeles electores esperaba con curiosidad los resultados. Todo indicaba que Dios Padre dejaría el trono para que lo ocupara el Espíritu Santo, que durante la campaña había prometido bendiciones para todas las almas, sin distinción de sus acciones en la tierra.
Dios Padre, en su campaña, había prometido enderezar el camino de los mortales y quitar de la mente de los humanos esa mala idea de querer ser Dios.
–Los humanos cada vez se parecen más a nosotros –había dicho varios días antes en un discurso pronunciado en el pórtico del cielo– y eso no es bueno.
El Espíritu Santo había llegado a ser candidato a petición de un grupo de ángeles y almas que consideraban que aquel acto de represión de ideas emprendido por Dios Padre iba en contra del libre albedrío prometido en el principio de los tiempos, es decir, era una violación a la constitución de la vida y la existencia. Así que el Espíritu Santo, sin ánimos de blasfemar contra Dios Padre, prometía dejar a los humanos actuar conforme a su voluntad, bendiciéndoles cada día para que su inteligencia siguiera expandiéndose sin limitación alguna.
A las cuatro de la tarde, hora del cielo, se cerraron las urnas y se inició el conteo de votos. No quedó ángel ni alma alguna sin votar.
En el infierno, el diablo seguía de cerca el proceso eleccionario. Sabía que cualquiera de los candidatos que quedara en el poder, le sería, como siempre, un enemigo a muerte, pero había que estar al corriente de todo. El consejo de diablos, reunido en el capitolio del infierno, observaba en las pantallas gigantes el conteo de los votos en el cielo.
Los altoparlantes colocados en los pedestales de oro del cielo resonaban con cada voto contado. Un arcángel, a juzgar por su vestimenta, sacaba de cada urna las papeletas y las contaba públicamente.
–Tres mil cuarenta y nueve votos divinos para el Espíritu Santo. –Dijo con voz poderosa.
En la plaza mayor del cielo, cientos de ángeles y almas guardaban silencio y celebraban cuando se contabilizaba un voto para su candidato preferido.
–Cinco mil ochenta votos divinos para Dios Padre. –Se escuchó.
Los ciudadanos sagrados seguían de cerca el conteo.
–Tres mil millones ochocientos tres votos divinos para el Espíritu Santo. –Dijo el escrutador.
El jolgorio se intensificaba.
–Tres mil millones ochocientos ocho votos divinos para Dios Padre. –Repitió el contador.
Desde la plaza, un bullicio enérgico se extendió convertido en eco hasta las montañas de la tierra y resonó en las profundidades del mar.
A las cinco de la tarde con diez minutos, hora del cielo, solo faltaban tres mesas que contar, unos trescientos veinticinco votos, aproximadamente.
Otro bullicio se extendió desde la plaza. Esta vez el poder era tal que el universo entero se llenó de aquel ruido celestial. El escrutador continuó sacando papeletas. Hasta que, a falta de tres papeletas por contar, ambos candidatos tenían a su favor igual cantidad de votos.
En el infierno, el diablo sentado en su mecedora observaba con intriga el conteo. Envió a un demonio sirviente por una cerveza fría, éste obedeció de inmediato, pero volvió con una caliente.
–Solo de éstas quedan. –Le dijo, agachando la mirada.
Y mientras el diablo se empinaba la botella para beber y calmar sus nervios, el escrutador dio por terminado el conteo.
En la plaza mayor del cielo las canciones celestiales no se hicieron esperar. La tierra y el universo entero retumbó de emoción. El diablo, junto a su consejo de demonios, se vieron unos a los otros, y observaron durante algunos instantes la juerga divina. Luego, el jefe del infierno, con enfado, lanzó un rayo y apagó las pantallas, salió en dirección al lago de fuego donde se atormentan a las almas. Las observó sufrir y debatirse entre la miseria, la pobreza y la ignorancia. Reflexionó y volvió en sí.
–Creo que debemos ir a elecciones –dijo en sus adentros– éste es un acto que despierta emoción y felicidad en las almas, incluso en las más pobres. –Pero dio un salto de miedo preguntándose:
–¿Y si pierdo?
Los nadie: los hijos de nadie, los dueños de nada.
[…]
Que no tienen nombre, sino número. Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadie, que cuestan menos que la bala que los mata
Eduardo Galeano
Carmen llega casi todos los días a trabajar al río Guapinol. Durante las 10 horas que le lleva lavar varios sacos de ropa, sus hijas juegan en el agua y en la tierra a su alrededor. Su esposo se fue en octubre, en la primera caravana que salió desde San Pedro Sula, rumbo a Estados Unidos. «Se enteró por las noticias, un sábado –me dice– “fíjese que salió la caravana, alísteme al niño –de 8 años– que yo me voy” y al siguiente día salió», cuenta Carmen, mientras lava el uniforme del equipo de fútbol femenino de la comunidad.
El río Guapinol tiene dos meses de mantener clara su agua, luego que se instalara un campamento contra las operaciones de la empresa minera Inversiones Los Pinares que había enviado sedimento al agua con la apertura de una carretera.
Ahí lava Carmen, la ropa de algunas familias de la comunidad para poder ganar 200 lempiras diarios (aproximadamente 8 dólares), cuando el río estuvo sucio eso no la detuvo. «La ropa blanca en ese tiempo me quedaba amarilla y los clientes se enojaban, no les gustaba como quedaba, pero eso ya no era culpa de uno. En las llaves también llegaba así, yo solo tenía acceso a esta agua», dice, mientras termina uno de los sacos llenos de ropa sucia, su tarea del día.
La explotación minera en Tocoa actualmente acapararía gran parte del territorio, hay seis concesiones aprobadas en el municipio y existen otras 34 en solicitud. La situación a nivel nacional es más grave, son al menos 300 concesiones aprobadas en la última década y hay más de 600 esperando aprobación.
Carmen lava el uniforme del equipo de fútbol femenino de la comunidad de Guapinol mientras la menor de sus hijas juega a un lado de ella, dentro del río. Foto: Martín Cálix.
La empresa Los Pinares que tiene la concesión minera que afecta al Río Guapinol, es del empresario Lenir Pérez, yerno del fallecido Miguel Facussé, quien fue presidente ejecutivo de la empresa Dinant y terrateniente productor de palma africana involucrado en el conflicto agrario en el Aguán.
Para otorgarle las concesiones a Pérez, el Congreso Nacional redujo 200 hectáreas de la zona núcleo del parque Nacional Carlos Escaleras que abastece a 34 microcuencas del sistema de agua de seis municipios de Colón.
Carlos, el esposo de Carmen, tiene una fotografía de ella y sus hijas en whatsapp, la comunicación es difícil pero cuenta a través de notas de voz que decidió irse al ver lo que le pasaría a su comunidad.
«Quiero llegar y pedir asilo por lo que está pasando en mi comunidad, mandar a traer a mi familia y ver si consigo apoyo internacional para Guapinol». Carlos, que salió con apenas 2 mil lempiras ($81.97), caminó desde San Pedro Sula huyendo de la pobreza, el acaparamiento de su territorio y las estrategias represivas que el Estado implementa para proteger los 300 millones de dólares que genera la inversión privada en el país.
Desde que Carlos –esposo de Carmen– y su hijo mayor se fueron en la primera caravana migrante de hondureños, Carmen y sus dos hijas lo único que tienen para sobrevivir es el trabajo de lavado de ropa en el río Guapinol. Foto: Martín Cálix.
Guapinol forma parte del Bajo Aguán, es decir, todas las zonas que rodean el Río Aguán en el departamento de Colón en más de 150 mil hectáreas. En él se siembran extensos cultivos de maíz, frijoles, arroz, banano, café y palma africana. Durante décadas el Aguán vive en conflictos agrarios por la posesión de las tierras, recientemente se ha sumado también una lucha contra los proyectos extractivos como la minería.
En el Aguán todo parece arreglarse con armas, el conflicto de Guapinol llegó a su pico más alto después de un desalojo violento donde hubo muertos, dos de ellos miembros del ejército.
De eso huyó Carlos en la primera caravana que salió del país, los datos en aquel momento mencionaban que eran al menos 8 mil personas, sin embargo las cifras del Sistema Nacional de Control Biométrico Migratorio de Honduras contabilizan que solo entre el 15 de octubre y el 18 de noviembre retornaron más de 7 mil personas.
«No le podría decir cuánto solo que caminamos exagerado hasta el punto de que los pies ya no nos resistían por el sol, por la comida –suspira– esa experiencia a nadie le gustaría pasarla». Carlos se encuentra en Tapachula, ha detenido su camino hacia Estados Unidos de manera momentánea junto a otras 3 mil personas en la espera de que México les conceda asilo para conseguir un trabajo y continuar su camino hacia Estados Unidos, ése es su destino final.
Carlos cuenta que las autoridades mexicanas les ofrecieron esperar 45 días por una credencial que los acreditaría durante un año para estar en México, pero que ellos no sabían que eran días hábiles y que no era seguro que les dieran los papeles, mientras tanto les toca ir a firmar cada ocho días.
«Si ellos nos hubiesen explicado eso desde el principio, quizá hubiésemos seguido para arriba porque la verdad todos tenemos la ilusión de ese papel para poder seguir. Muchos se sienten desesperados porque nos tratan de manera inhumana, como que no nos quisieran ver y es algo que ni siquiera nosotros pedimos sino que prácticamente nos obligaron porque o nos quedábamos aquí o nos deportaban», Carlos explica que ya lo hablaron y si todos no reciben sus papeles, no van a esperar más y seguirán su camino como lo han hecho hasta ahora.
Los días de Carlos y de su hijo han sido duros, el único apoyo que tienen es del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) que los apoya con dinero para tener donde dormir y un poco de comida, pero que a nadie le ajusta y no pueden conseguir trabajo, «lo primero que preguntan es si tenemos papeles, como somos migrantes o no nos dan o nos tratan de explotar». Carlos es mecánico y quiere trabajar de eso en Estados Unidos, pero dice que su prioridad es poner a su hijo a estudiar, que tiene miedo de volver a Honduras porque dice que regresará «con un récord», y entonces todo le será más difícil.
En Guapinol cuentan que al menos 5 personas han sido desplazadas producto del conflicto con la mina, algunos bajo amenazas de muerte, otros por temor al futuro que les cuentan, «se van a Estados Unidos a buscar ese sueño Americano que Donald Trump les destruye a cada rato, pero, ¿qué pasaría si todos nos vamos? Esta pelea no se gana huyendo», dice Victoria, una de las líderes de Guapinol. Con el murmullo del río de fondo dice: «Yo quiero que mis hijos y mis nietos vivan aquí, yo quiero envejecer aquí al lado del río».
Las personas que habitan en Guapinol mantienen ánimos al ver que los meses de lucha dieron respuestas y el río se tornó claro de nuevo, aunque menos caudaloso. «El murmullo de este río es el que habla, el que nos pide a gritos que lo están destruyendo, son monstruos los que están arriba de esa montaña destruyendo nuestras fuentes de agua».
Sin embargo la situación parece agudizarse con el paso del tiempo, el Ministerio Público libró 18 procesos judiciales contra distintos miembros de la comunidad que asistían al campamento, y hace menos de un mes se detuvo a Jeremías Martínez, un habitante de la comunidad La Concepción que tiene 65 años y está acusado por la empresa Inversiones Los Pinares de ser responsable de varios delitos.
Actualmente la zona vive en medio de intimidaciones, hay un retén militar en la entrada a la comunidad y a diario pasan varios patrullajes, las personas que antes convivían durante la noche, ahora se quedan en sus casas cuando el sol se oculta.
Esta información concuerda con las 286 denuncias que ha recibido el Comisionado Nacional de Derechos Humanos (CONADEH) en Tocoa, Colón, en su mayoría por amenazas. «Lo más reciente un poco por parte de las autoridades, sectores de la población que se han sentido últimamente intimidados por la cuestión de patrullajes de Policía Militar y Nacional», menciona Janeth Lara, directora interina del CONADEH.
Para responder a este conflicto, la Corporación Municipal al mando del alcalde de Libertad y Refundación (LIBRE), Adán Fúnez, propuso realizar un plebiscito manejado por el Tribunal Supremo Electoral o desde el Congreso Nacional. Ante esto, la población en contra de la minera ha realizado reuniones en la que señalan desconfiar de ambas instituciones y que lo que exigen es un cabildo abierto participativo para declarar todo el municipio libre de minería.
Guadalupe Casasola, de 54 años, observa la plantación de palma aceitera de la comunidad de Luxón y que ahora está en disputa con la cooperativa Unión San Francisco. El monocultivo de palma aceitera cubre la mayor parte del territorio en el Valle del Aguán. Foto: Martín Cálix.
Entre la montaña minada y un valle inundado de palma
El Aguán tiene la segunda tierra más fértil del país y es el segundo valle más grande, la mayoría de la población se dedica principalmente a la agricultura y en menor escala a la ganadería. Sin embargo, a pesar de la productividad de la zona, la pobreza es de 50% según las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), los campesinos y campesinas consumen de sus cultivos y venden otra parte para tratar de cubrir necesidades básicas.
El Aguán además de ser un territorio fértil para cultivos, también ha sido parte de la ruta de narcotráfico del Atlántico. Los Cachiros, uno de los carteles de tráfico de drogas, recientemente golpeados por la entrega voluntaria de sus líderes a las autoridades estadounidenses, tenía mucho control territorial en la zona y poseía vínculos con el poder político.
Los Cachiros durante sus declaraciones en el juicio de Fabio Lobo, hijo del ex Presidente Porfirio Lobo Sosa, señalaron a varios políticos de recibir sobornos y participar en reuniones de negociación, entre ellos el ex diputado por Colón, Óscar Nájera, al hermano del ex Presidente Porfirio Lobo, Ramón Lobo, e incluso a Tony Hernández, hermano del actual Presidente hondureño, Juan Orlando Hernández. Según las declaraciones, los políticos recibían apoyo económico a cambio de seguridad y de agilizar trámites en la creación de empresas donde lavaban dinero, en estos intercambios Los Cachiros también obtuvieron al menos 6 concesiones mineras en los departamentos de Tocoa y Olancho.
Otros de los políticos mencionado por los Cachiros es el actual alcalde de Tocoa, Adán Fúnez, a quien señalan que recibió sobornos a cambio de su apoyo. Recientemente Fúnez negó estas declaraciones expresando desconocer a Los Cachiros, sin embargo durante un cabildo en el sector San Pedro en 2016, Fúnez, reconoció públicamente que la concesión Minera que actualmente tiene Inversiones Los Pinares, originalmente era de Los Cachiros, de quienes además aseguró eran sus amigos.
Esta situación ya la conocía la mayoría de las 16 comunidades del Sector San Pedro, ubicado a 13 kilómetros de Tocoa cuando comenzaron su lucha contra la minera antes que Guapinol. Desde 2012 gran parte del sector rechazaba las dos concesiones mineras otorgadas a Los Cachiros y que luego fueron trasladas a la empresa Inversiones Los Pinares, pues el área para la explotación enmarca dos comunidades del sector que están dentro en la zona núcleo del Parque Nacional Carlos Escaleras y todo el caudal del río San Pedro nace en ese parque.
Un niño pescando en el río San Pedro a su paso por la comunidad de Malafalda. Foto: Martín Cálix
Un niño y su caballo se bañan en el río San Pedro. El Parque Nacional Carlos Escaleras es atravesado por varias fuentes de agua que finalmente desembocarán en el río Tocoa, una de estas fuentes principales es el río San Pedro, que abastace de comidad y agua a las comunidades montaña adentro, es parte fundamental de la vida y el espíritu de estas comunidades. Foto: Martín Cálix
Líderes comunitarios posan de espaldas frente al río San Pedro. La lucha por la defensa de los recursos naturales en las comunidades del Valle del Aguán conlleva persecución política y judicial, muchos temen ser identificados y perfilados por la Policía Nacional. Foto: Martín Cálix.
A las comunidades las dividen kilómetros, la gente se moviliza caminando por horas o en motocicletas, caballos y automóviles diseñados para montaña. Todas comparten espacio con el río San Pedro, por eso cuando llueve hay lugares que quedan incomunicados por días. A pesar de esto, la noticia de la minera se esparció rápido. «Aquí inició la lucha hace seis años pero nos invisibilizan, en los documentos del gobierno este sector ni siquiera aparece. Creo que es una estrategia de los mineros, hacerle creer a la gente que este es un sector despoblado», cuenta don Antonio quien vive casi en la cima de la montaña.
Según los habitantes de San Pedro, la minera Los Pinares intentó ingresar por sus comunidades ofreciéndoles una carretera nueva, pero la mayoría de la población se opuso, más tarde se enteraron que habían ingresado por otro sector de la montaña, una comunidad llamada La Ceibita.
De esta situación las comunidades de Las Mangas y Malafalda fueron directamente afectadas, su único proyecto de agua proviene del río San Pedro o de microcuencas que nacen ahí. «A veces pasamos hasta 15 días que no tenemos agua en la llave entonces nosotros acudimos directamente al río. En ese tiempo a nosotros hasta se nos nacía la ropa porque no la podíamos lavar porque si la metíamos al río salíamos lodosos hasta los ojos. La gente tenía miedo hasta de cruzarlo», dice doña Marcela, habitante de Las Mangas.
La mayoría de las comunidades se dedican a la agricultura, en el sector San Pedro se cultiva maíz, frijoles, arroz y café. «Nosotros somos labradores y por eso estamos dispuestos a defender nuestro territorio, si dejamos que exploten nuestro sector no sabemos para donde vamos a agarrar».
Hasta el momento el sector Río San Pedro ha comenzado a sufrir las primeras consecuencias de la explotación minera. El volumen del agua en su río es menor y casi no hay peces, la población ha comenzado a ver la militarización en su zona «muchas veces con la excusa de perseguir delincuentes y droga pero en el fondo es la persecución de líderes y la población que se opone a estos proyectos mineros», finaliza uno de los habitantes.
Al sector de la Abisinia, a 24 kilómetros de Tocoa, lo amenaza otra concesión minera cercana a la zona donde habita la comunidad, la concesión le fue otorgada a la empresa Industrial Mining Group S.A de C.V bajo el nombre de Minera La Bendición, aunque no hay registros públicos de sus dueños, las personas de la comunidad dicen que pertenecía al cártel de los «Valle Valle», quiénes actualmente se encuentran extraditados y con procesos judiciales por narcotráfico en Estados Unidos.
La Abisinia tiene cerca de 3 mil habitantes, con más de 16 comunidades en el camino. Para llegar al centro hay que recorrer cerca de una hora y media en carro, algunas partes de la carretera están divididas por corrientes del Río Tocoa y cuando llueve pueden quedarse incomunicadas varias zonas durante días, en algunos puntos la carretera puede fraccionarse y derrumbarse.
La concesión está otorgada a 1 km del centro de la aldea por 600 hectáreas de territorio, las casas más cercanas que pertenecen a un sector de La Abisinia llamado Barrio Nuevo tienen menos de medio kilómetro de distancia. La mina no solo amenaza sus viviendas, también las quebradas Pinares y La Zumbadora, así como todo el Río Tocoa que es la principal fuente de agua del municipio de Tocoa.
La primera vez que escucharon sobre la mina fue cuando la antigua coordinación del patronato firmó los permisos para la exploración minera, la nueva junta dice no estar de acuerdo con eso, que les han ofrecido firmar un convenio para que entre y que si la mina no cumple con lo establecido, pueden sacarla «nosotros somos uno solo con el sector San Pedro y con Guapinol, no queremos minas y punto» señala don Gerardo, habitante de La Abisinia.
Aunque el centro de La Abisinia queda montaña arriba, su desarrollo es muy diferente a otras comunidades cercanas, las casas son de bloque y tienen señalizaciones en las calles, según cuentan se debe a las remesas: todos los hogares tienen al menos un familiar en Estados Unidos y aunque el abandono estatal siempre ha sido alto, se intensificó al iniciar la lucha contra las mineras.
«Nos sentimos solos, carecemos de muchas cosas como de un médico permanente porque solo hay enfermeras, al que debería estar aquí lo tienen en Tocoa. Aquí nos hemos levantado de muchas personas que viven en Estados Unidos, el alcalde en algún momento dijo que nos olvidáramos de cualquier ayuda, un alcalde no se debe a ningún partido sino a un pueblo», señala don Gerardo.
La comunidad asegura que son ellos quienes le dan mantenimiento a la carretera, que a veces los ingresan en el Fondo Vial que destinan los gobiernos para infraestructura pero que creen que debido a su lucha contra la minera los han sacado de él para ejercer presión y que acepten el proyecto.
A pesar del abandono desde la Corporación Municipal, el sector de La Abisinia aporta mensualmente 50 mil lempiras solamente en impuestos 30 en la venta de ganado y los demás en otro tipo de negocios.
La Abisinia está convencida que puede ganar la lucha, quienes llevan el mando contra la minera son el Grupo de Jóvenes Yo Amo La Abisinia, quienes dicen que han estado en reuniones con la cooperación municipal y el Instituto Hondureño de Geología y Minas (IHNGEOMIN), «pero es como hablar con los mineros, solo quieren negociar para ellos», cuenta Antonio.
Fernando Erazo, jefe de investigación de IHNGEOMIN, señalaba durante el último Congreso Internacional de Minería y Geología que solo son mediadores durante los conflictos, «la relación que debe haber entre empresa y comunidad es básica para cualquier proyecto en el país, es importante decir que en el contexto de cualquier empresa que quiera trabajar en el país debe de hacerlo de la mano de las comunidades. Existen mesas de diálogo en las que el gobierno está como facilitador de ese diálogo y los proyectos siempre deben dejarle beneficios a las comunidades».
Sin embargo, su postura luce clara en las redes sociales y cuando dan declaraciones durante los conflictos siempre en defensa de la explotación minera, incluso al iniciar una campaña de socialización para la aceptación de los proyectos mineros en la que señalan que los marcapasos, el agua potable o la música no existirían sin la minería.
En Luxón, los campesinos realizan un recorrido por donde antes estuvieron sus sembradíos que fueron destruidos por la Policía Nacional y sus fuerzas especiales, el Ejército y miembros de la cooperativa Unión San Francisco el 28 de noviembre de 2018. Foto: Martín Cálix.
El día en que se lo llevaron todo
El Bajo Aguán no solo vive una amenaza a las fuentes de agua, desde hace décadas vive un conflicto agrario, según la líder comunitaria Adilia Castro, «el origen del Aguán es prácticamente de desplazados, es la búsqueda permanente de las familias más pobres no solo del Aguán sino de todo Honduras que llegaron al Aguán por la oportunidad de tener un pedazo de tierra donde producir sus alimentos y vivir con esas necesidades más o menos satisfechas».
Adilia dice que entre 2000 y 2010 se comenzaron a dar movimientos de recuperación de tierras luego de que hijos de campesinos se enteraran de varias ventas irregulares que dejó la Ley de Modernización Agrícola en los años 90, estos movimientos buscaban cumplir la Reforma Agraria aprobada antes de esa ley cuyo propósito era el de distribuir las tierras. El conflicto agrario del Aguán dejó más de 120 asesinatos entre 2008 y 2010, según estadísticas de la Policía Nacional.
Desde que comenzó el conflicto agrario, el valle ha pasado a ser un sector en donde funcionó el narcotráfico con un gran nivel de impunidad, esto implica violencia física, asesinatos en pleitos territoriales o de protección para el tráfico de droga. A esto se le suma la represión del Estado con operaciones militares de vigilancia, amenaza, persecución e intervención de los movimientos para despojarlos, en medio de un desarme general que se da de manera desigual: los militares y policías siguen armados y los terratenientes también porque tienen empresas o guardias de seguridad.
José García de 48 años, miembro de la comunidad de Luxón en el Valle del Aguán, contempla la destrucción de lo que antes fuera la esperanza de tener comida en sus hogares. Foto: Martín Cálix.
Una de las comunidades que comenzó con este proceso en 2010 es la de Luxón en Sabá, Colón quienes vivían constantemente con el miedo de que llegara el día del desalojo luego de que aglomerados en la empresa campesina Unidos Lucharemos recuperaron 74 hectáreas de tierras que la cooperativa Unión San Francisco Limitada vendió irregularmente, desde entonces trabajaron la tierra y cultivaron bajo la amenaza de perderlo todo.
La primera señal la recibieron en febrero de 2018, cuando apareció una orden de desalojo que no se dio porque incluía la destrucción de las viviendas. Inmediatamente la Plataforma Agraria Regional del Aguán interpuso un recurso de apelación en el Consejo Nacional Agrario contra esa orden en octubre.
Las mujeres y los hombres de Luxón nunca tuvieron una resolución a esa apelación, el 28 de noviembre la cooperativa que había vendido las tierras, acompañados de 300 elementos de la Policía Nacional, los Tigres y el Ejército, realizó el desalojo: destruyeron los cultivos de plátano, yuca y maíz que venían trabajando por más de 7 años, la cosecha que estaba lista se la llevaron. «La orden decía que venían por 384 hectáreas de tierra cuando el asentamiento campesino solo tiene 74 hectáreas. Esta vez la orden decía que desalojaran todo, excepto las viviendas», cuenta una de las campesinas.
El desalojo de Luxón pasó desapercibido para el país entero, pero no para Esperanza, que tiene 7 hijos y un nieto que a diario le piden comida: «no tenemos nada, lo único que teníamos eran los plátanos, las milpas, y la palma que también de ahí comíamos. Esta navidad quizás ni tamales vamos a hacer», se queja Esperanza, apenas puede hablar al ver el cultivo destruido, su expresión cambia cuando cuenta que planean volver a recuperar las tierras. «Si nos matan nos va a matar pero de aquí no nos vamos» sentencia, con la mirada de alguien que está dispuesta a no morir de hambre.
Campesinos de la comunidad de Luxón extraen yuca que luego será repartida a su regreso en la comunidad, sacan lo que pueden de lo que quedó tras el paso de los militares, la Policía Nacional y la cooperativa Unión San Francisco, estos últimos disputan 74 héctareas de tierra cultibable con la comunidad de Unidos Lucharemos (Luxón). Foto: Martín Cálix.
La empresa Unidos Lucharemos la conforman 28 familias campesinas con alrededor de 140 personas. De acuerdo a la Plataforma Agraria, la comunidad invirtió en siete años aproximadamente 14 millones de lempiras en sus cultivos sin ningún apoyo estatal.
Aunque muchos de estos hombres y mujeres que labran la tierra estén dispuestos a todo lo que conlleva la recuperación de las héctarias perdidas, el desalojo también ha provocado que otras familias huyan de la zona. Producto del desalojo al menos dos familias, una de aproximadamente 15 personas, migraron hacia Estados Unidos por su cuenta.
La gente de la comunidad no sabe si esas familias llegaron a su destino, solo saben que un día se fueron. La única persona con quien han mantenido contacto es con Jessy, quien a principio de año sufría pensando en el día que destruyeran su comunidad por un desalojo. Jessy se fue antes de ver destruidos sus cultivos, dejó a uno de sus hijos que espera «mandarlo a traer» pronto.
Entre los restos de los cultivos destruidos, niños y niñas a diario se acercan a revisar si quedó algo para comer ese día, los cultivos de plátanos y de palma son los más cercanos a las casas de la comunidad e incluso ahí es peligroso ingresar. Luxón está prácticamente cercada, aunque no hay ni vallas, ni muros visibles, la comunidad vive bajo sitio.
Jaime Cabrera, coordinador de la Plataforma Agraria del Aguan, señala que no estuvo en el desalojo porque querían capturarlo para extenderle una orden de captura con jurisdicción nacional y encarcelarlo en San Pedro Sula.
Digna Perdomo, habitante de la zona e integrante del Observatorio Permanente de los Derechos Humanos del Aguan (OPDHA), cuenta que durante el desalojo la comunidad decidió intervenir para que no botaran sus cultivos, que aunque de ese conflicto nadie resultó herido la Policía Nacional y los militares les dispararon. «No creo que las autoridades tengan la autoridad para venir a disparar contra el pueblo», dice Digna, y como si confirmaran sus palabras, a lo lejos comienzan a escucharse disparos. No se sabe de quién provienen pues ahí tanto militares y policías como las personas de la cooperativa Unión San Francisco tienen armas.
La comunidad señala que los campesinos de la Unión San Francisco andan armados, a pesar de que en 2012 el Congreso Nacional reformó el artículo 37 de la Ley de Control de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y Otros Similares para prohibir en el departamento de Colón «la portación en lugares públicos, transporte y vehículos» de cualquier arma de fuego aunque tenga permiso y registro.
«Siempre que ven a los compañeros alrededor de las parcelas están disparando», añade Digna. Aún con este escenario, los hombres de Luxón –jóvenes y adultos– se atreven a ir más lejos en busca de comida, los disparos continúan y ellos no se detienen, caminan hasta finalizar la zona de cultivo, colindante con el Río Aguán.
Doña Georgina no vive ahí, es de la comunidad de Panamá, y ese día les está dando acompañamiento a las personas de Luxón, dice que no se quiere ir, que como otros está dispuesta a dar su vida para recuperar las tierras. «Lo que nos interesa es tener la tierra libre para nosotros, para trabajarla. No podemos dejar nuestro país, emigrar teniendo las riquezas que tenemos en estas tierras, ya basta de tanto conflicto con los campesinos porque nosotros aquí es donde tenemos la vida, no en otro lado de aquí somos nativos y aquí tenemos que luchar para sobrevivir».
Los habitantes de Luxón sienten una amenaza constante, dicen que los militares tienen su propia casa en la zona de la Unión San Francisco y que viven intimidando a la comunidad, apenas una semana antes detuvieron a un joven al que acusaban de portación ilegal de armas, pero antes de llegar a la posta policial en Tocoa lo dejaron libre porque no tenían pruebas. La comunidad acusó a los militares por abuso de autoridad y de ese proceso no han tenido una respuesta.
Cuando el grupo de hombres regresa, la mayoría camina por la parcela de plátanos. Un joven de algunos 20 años trae un puñado de yucas, la comunidad lo recibe con alegría, él sonríe y dice que ése es «otro día más de vida», pero el resto del camino lo hace mirando al suelo.
Mientras, otro grupo se regresa a la comunidad en medio de los cultivos de palma, por donde entran los militares y la gente de la Unión San Francisco, don José García camina entre la palma, «yo tengo un pedacito de milpa que no tocaron y he ido sacando de a poco en sacos, no es tanto pero para tener un par de días tenemos, es duro, es una tristeza lo que han hecho. Estos días hemos estado pasando, siempre en la lucha».
Don José apenas termina de hablar cuando comienzan a escucharse disparos nuevamente, esta vez a pocos metros de las casas.
Un cortero trabaja en la plantación de palma aceitera en la comunidad de Zamora en el Valle del Aguán. Foto: Martín Cálix.
La Palma Africana, una amenaza cercana
Esa palma que cultiva tanto el campesinado del Aguán y que en tantos sitios ha terminado en conflicto, es la misma que sostiene a Don Julián Gómez, integrante de la junta directiva de la Cooperativa Agropecuaria Brisas de San Pedro que tiene 33 socios, cada temporada contratan grupos de hombres que se dedican a cortar las más de 500 manzanas de palma: primero retiran la hoja y debajo se encuentra el fruto. Con una maquina especial, pasan a recoger los frutos.
Para Don Julián no ha sido fácil llegar a donde están, sus tierras no están en disputa porque nadie las vendió durante la Ley de Modernización Agrícola, en aquel momento había más de 75 cooperativas de las cuales hoy apenas existen 13.
Actualmente la tonelada de palma la venden a 1,600 lempiras (66 dólares) un precio que va disminuyendo con el pasar de los años, sin embargo los hombres que se dedican al corte de palma ganan apenas 300 lempiras diarios por más de 8 horas de trabajo, el doble de lo que puede ganar un jornalero que cultiva maíz o frijoles, este ingreso solo lo ven en temporada de corte: la fruta de la palma tarda en crecer aproximadamente tres meses.
La Palma Africana ha aparecido cada vez en más lugares del país, en 2004 se contabilizaban 69 mil hectáreas, pero en 2017 este número está casi duplicado a 150 mil hectáreas y la mayoría de producto se concentra en tres empresas: actualmente Grupo Jaremar de René Becerra, Corporación Dinant, fundada por Miguel Facussé y ahora a cargo de su hijo, Miguel Mauricio Facussé, y Aceydesa del ex diputado Óscar Nájera.
Según cifras de la Asociación Industrial de Productores de Aceite de Honduras (AIPAH), el país exportó en 2017 aproximadamente 469 mil toneladas, lo que generó 364 millones de dólares y su principal mercado destino fue Europa, que adquirió el 85% del total.
Sin embargo, a principio del año la Unión Europea había anunciado un veto para la compra de aceite de palma africana desde 2021, argumentando la deforestación de las selvas por la producción aceitera, sin embargo este veto se removió hace pocos meses hasta 2030. Europa es el principal comprador de aceite de palma en el mundo y el único destino de exportación desde Honduras.
Un joven carga fruta de palma africana hacia el tractor que la transportará a la fábrica procesadora de Coapalma. Foto: Martín Cálix.
De acuerdo a una investigación realizada por El Faro en Honduras hay al menos 7,000 hectáreas de palma sembradas en parques nacionales.
En una carta firmada por 80 organizaciones ecologistas de 31 países, señalaban que el cultivo de palma «es una de las principales causas de la deforestación y por ende del cambio climático, destruyen los medios de subsistencia y la soberanía alimentaria de millones de pequeños agricultores, pueblos indígenas y otras comunidades. Requieren de productos agroquímicos que envenenan a los trabajadores y a las comunidades, y contaminan los suelos, las aguas y la biodiversidad, agotan el agua dulce y los suelos».
Mientras la palma crece cerca, las hijas de Carmen juegan con la arena a la orilla del Río Guapinol, una de ellas tiene manchas en la piel producto de la temporada en que el río estuvo lleno de sedimento. Ambas son menores de 6 años y mientras juegan a hacer castillos, se ven aún más pequeñas al lado de la magnitud de peligros que tienen a su alrededor: La sangre derramada por la tierra que tienen en sus manos, el monocultivo de palma aceitera y las minas que amenazan sus fuentes de agua.
Carmen dice que se quiere ir pronto con ellas. Carlos, en su ruta, todavía no llega a ningún lado. Solo las extraña.
Un jóven campesino del Valle del Aguán durante su detención en la frontera de Agua Caliente cuando en el mes de octubre de 2018, junto con otros jóvenes del Aguán, intentaron cruzar hacia Guatemala con la intención de alcanzar y unirse a la primera caravana migrante de hondureños en territorio mexicano. Foto: Martín Cálix.
*Algunos nombres de los habitantes de las comunidades del Valle del Aguán han sido cambiados por seguridad.
Los recuerdos de un niño mexicano, de clase media, traducidos en el lenguaje cinematográfico con un melancólico blanco y negro, conforman la narrativa del director Alfonso Cuarón para regresarnos a un México fragmentado de principios de los años 70s. En ese concierto de imágenes, de escenas, es donde transcurre la vida de Cleo, una trabajadora doméstica que convive con los privilegios arrancados por la misma sociedad y dados a la familia con la que trabaja y que finalmente termina sosteniendo emocionalmente.
El director mexicano, responsable de las galardonadas Gravity y de Harry Potter: el prisionero de Azkaban –tercera entrega de la saga multimillonaria de JK Rowling–, recuerda su infancia y a su trabajadora doméstica en una obra cinematográfica cuyo ambiente está inmerso en hechos de la historia inmediata de un país colapsado y que se ha dedicado a romper esquemas desde su lanzamiento. Roma es protagonizada por una mujer indígena que no tenía experiencia en la actuación pero que después de su estreno ha sido portada de la revista Vogue, también es la primer película producida y distribuida por Netflix que gana un Golden Globe a mejor película extranjera.
Roma cuenta desde los silencios y la contemplación, la historia de una mujer indígena mixteca que trabaja como empleada doméstica para una familia de una zona adinerada de Ciudad de México.
La madurez cinematográfica que Cuarón ha acumulado en su trayectoria le ha permitido hacer una obra personal y sincera, con el mínimo de pretensiones al abarcar varios temas del contexto social y político que surgen en la cercanía de la protagonista pero que finalmente parecen reducirse al cuestionamiento de los privilegios que esta familia tiene en relación al de las personas que contratan para solucionar sus problemas cotidianos. Sus empleados son indígenas, jóvenes, mujeres y pobres que construyen el mundo de hombres y mujeres blancos que poseen fincas y varios automóviles.
Cuarón nos recuerda que siempre han sido los pobres quienes apagan los incendios de los ricos, quienes levantan la caca de sus mascotas y quienes salvan sus valores más preciados . También son los pobres quienes matan a los pobres por encargo de los poderosos.
Esta película filmada con una metodología inusual y estructurada desde la memoria , refleja el drama familiar desde el amor tierno de una mujer solitaria vista por sus patrones como un ser humano de segunda categoría que al mismo tiempo tiene que sostener y en muchas ocasiones asumir los errores de los otros miembros de la trama.
La forma hermosa en que se cuentan estas realidades le valió ganar el pasado 6 de enero un Golden Globe a mejor película extranjera, así como su creador se llevó el galardón a mejor director. La película retrata la fortaleza de un grupo de mujeres que asumen el control de sus vidas después de la dependencia que les había generado una sociedad dominada por los hombres que las habían hecho dependientes en lo material y emocional.
Roma no tiene un final feliz, porque la sociedad en la que vive Cleo no lo tiene. Ella y las millones de mujeres a las que representa seguirán sin tener un adecuado acceso a salud, transcurriendo a través de relaciones amorosas donde finalmente serán abandonadas por el machismo de sus parejas, seguirán salvando el día pero finalmente tendrán que regresar a sus labores cotidianas dentro de las relaciones de poder bajo las que están sometidas.
Roma es lenta y contemplativa, para disgusto de muchos «cinéfilos» modernos no tiene una escena post créditos que nos muestre el futuro de su protagonista. Los diez años que tardó su director en construirla dieron fruto en la naturalidad en la que finalmente resultó, con planos largos de objetos inmóviles que pueden interpretarse desde el compromiso emocional que haya involucrado el espectador al ver la cinta.
Es sin duda una de las mejores películas del año, y definitivamente es un punto importante en la historia del cine latinoamericano, mucho más que las cintas (maravillosas) que en el pasado reciente han triunfado de la mano de Guillermo del Toro y Gonzales Iñárritu, al tratar un tema desde el realismo que atraviesa el continente. Una realidad que en esencia no ha cambiado desde la época en la que transcurre la película.
Sin embargo, ser una de las mejores cintas del año no le ha garantizado la aceptación total ya que al tener sus derechos de distribución en Netflix fue rechazada para formar parte de la muestra oficial en el Festival de Cannes; además, ha sido proyectada en muy pocas salas de cine en Latinoamérica ya que la gran parte de cadenas han dicho que no cumple con los estándares que sus clientes esperan. A pesar de esto, en los festivales que ha participado se ha llevado varios galardones y críticas positivas que la posicionan como una de las mejores películas de la década.
En un año donde la industria cinematográfica ha sido marcada por las grandes producciones de superhéroes con ganancias de miles de millones de dólares a nivel mundial, el entretenimiento en casa, despreciado hasta el momento en la industria, abre una puerta para lo que puede ser el futuro de los grandes directores y sus trabajos más personales.
Roma no sólo es importante por su valor artístico, también es relevante por lo que puede generar en el futuro del cine moderno al tener salas de cine con una asistencia casi nula pero con miles de personas viendo a través de su computadora esta producción.
Roma por Alfonso Cuarón ya es historia del cine latinoamericano por su narrativa que compromete al espectador y por la forma en que cuenta la historia de los privilegios quitados a la gran mayoría de un continente que ahora en tiempos de dictaduras democráticas, corrupción y transformaciones de izquierda, necesita conservar la memoria.
La ofensiva del Gobierno en contra de la CICIG tiene un nuevo capítulo. Sandra Jovel viajó a la ONU para decirle al secretario António Guterres que Jimmy Morales puso fin al acuerdo —y que en 24 horas la Comisión y sus funcionarios deben abandonar el país—. Además, Jimmy en una de sus conferencias más atípicas, se hizo acompañar de familiares de algunos de los acusados por el MP y la CICIG en los últimos diez años.
El fracasado intento de prohibir que un investigador de la CICIG ingresara a Guatemala el pasado fin de semana aceleró la batalla del Gobierno de Jimmy Morales, quien quemó este lunes sus últimos cartuchos para expulsar a la Comisión del país y retar a la Corte de Constitucionalidad.
La retención del colombiano Yilen Osorio puso en evidencia la reticencia del Gobierno a cumplir con las sentencias de la Corte de Constitucionalidad. También que el Ministerio Público ha tomado partido en esta disputa y se ha colocado del lado de respetar las sentencias de la Corte, del lado del Estado de Derecho.
Mientras el Aeropuerto Internacional La Aurora ocupaba la mirada nacional —e internacional— por el desenlace del investigador de CICIG, la canciller viajaba a Nueva York para reunirse con el secretario general, António Guterres. La enviada de Jimmy llevaba el mensaje de la finalización del acuerdo de la Comisión y la expulsión de los funcionarios extranjeros que participan en las investigaciones contra los sistemas corruptos del país.
Esta crisis comenzó en agosto de 2017, cuando la CICIG y el MP acusaron a Jimmy Morales de haber recibido financiamiento electoral ilícito durante su campaña presidencial de 2015. Desde entonces, el presidente ha intentado, con éxitos y fracasos, boicotear a la Comisión; ahora apuesta por acabarla a pesar de las prohibiciones que le ha impuesto la Corte de Constitucionalidad.
La función de Morales (y los detalles que olvidó)
El capítulo anti CICIG tuvo dos momentos hoy. El primero lo protagonizó la canciller. El segundo lo escribió el propio presidente Jimmy Morales en una de las conferencias más inusuales de su gestión en la que se hizo acompañar de secretarios, ministros, el vicepresidente y miembros de las familias que se dicen víctimas de las investigaciones hechas por CICIG en los últimos años, aunque algunas fueron condenadas ya por los tribunales nacionales.
Jimmy hizo alarde de su antepasado en los escenarios y se metió en un rol de narrador. Durante su conferencia reiteró que para él, la CICIG se ha extralimitado en sus funciones y presentó casos específicos.
—El silencio, pasividad y negativa del Secretario General de las Naciones Unidas (António Guterres) a nuestras peticiones representó una incertidumbre nacional e internacional sobre el actuar de la CICIG—, dijo el presidente al inicio de su discurso, antes de pasar la palabra a los que se consideran víctimas de la Comisión.
—Es meritorio recordar e ilustrar de mejor manera algunos de los casos más emblemáticos de las violaciones de la CICIG en el territorio nacional—, continuó Jimmy Morales.
Los primeros en recibir la palabra fueron Igor e Irina Bitkov, quienes abonaron al descontento del Gobierno en contra de la CICIG. Los Bitkov se hicieron acompañar de sus hijos Anastasia y Vladimir; a este último, menor de diez años, lo mantuvieron a la vista de los medios durante la conferencia.
Los Bitkov fueron condenados por comprar pasaportes falsos a una red que operaba en la Dirección de Migración. La CICIG y el MP los acusaron junto a decenas de funcionarios y clientes de la red. Tras un juicio de dos años, los principales sospechosos recibieron condenas entre 8 y 22 años de cárcel; Igor Bitkov fue condenado a 19 y su esposa Irina y su hija Anastasia, a 14. Meses después la Corte de Constitucionalidad anuló la sentencia y ordenó que se repitiera el juicio; otra jueza condenó también a Igor Bitkov. La familia Bitkov convenció al estadounidense Bill Bowder de que se trataba de una persecución política en su contra por órdenes del presidente ruso Vladímir Putin. Esto a pesar de que Rusia no financia un solo centavo de la CICIG.
Los siguientes en pasar al micrófono fueron Alfredo Andrés Zimeri y su padre, Enrique Zimeri. En medio de una riña tumultuosa en un partido de futbol en Futeca entre el equipo de Zimeri y un equipo de guardaespaldas de la CICIG, Zimeri fue golpeado y lesionado por los guardaespaldas. La CICIG excusó que fue una riña en un partido de futbol y el caso nunca llegó a juicio.
Tomó el micrófono también Francisco Valdés Paiz, quien fue acusado y capturado por el asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg, en 2009. La CICIG encontró evidencias de facturas, llamadas telefónicas, cheques y videos que demostraron que Rosenberg contrató a su propio sicario para vengar la muerte de su novia y acusar al Gobierno. A quienes contactó para contratar y pagar a su sicario fue a sus primos políticos, los hermanos Valdés Paiz. Uno de los sicarios condenados, que tenía una enfermedad terminal, cambió su versión años después y dijo que la CICIG lo había chantajeado “porque quería secuestrar a su sobrina”. El juez Mynor Motto -el mismo que dejó sin juicio a Orlando Blanco de la UNE o recomendó que no se juzgara al diputado Felipe Alejos de Todos- fue el que cerró en 2017 el caso contra los hermanos Valdés Paiz.
Jimmy Morales le da la palabra a sus invitados. En este caso a Emilio Zimeri, padre de Andrés Zimeri. Foto: Carlos Sebastián
El presidente Morales se refirió también al caso de otro gran empresario, Max Quirín. Dijo que la CICIG lo había tenido ilegalmente en prisión preventiva. Esto a pesar de que fue un juzgado el que ordenó que guardara prisión mientras duraba el juicio en su contra por el caso de corrupción de Q116 millones (US$15 millones) a la empresa Pisa, una adjudicación por la que murieron más de 50 pacientes. Y a pesar de que Max Quirín, en efecto, fue condenado por su responsabilidad en este caso.
Finalmente, hablaron dos hijos del exministro Carlos Vielmann, en prisión preventiva desde agosto, acusado de haber torturado a cuatro reos fugados y recapturados. La CICIG y el MP lo habían acusado de las torturas y de cuatro asesinatos dentro del Plan Gavilán, pero la jueza Claudette Domínguez resolvió que ya había sido juzgado en España por el Plan y lo mantuvo en prisión por la acusación de torturas. La jueza fue la misma que intentó dejar en libertad por otro caso a Erick Melgar Padilla, jefe de la Guardia de Honor y hermano de uno de los principales asesores de Jimmy Morales.
El presidente reiteró el mensaje de los opositores a la CICIG desde 2016, que hay una justicia selectiva. Uno de los empresarios, Fernando Sáenz, que dirige el lobby contra la Comisión en Washington, resumió esta visión en una entrevista: “Todos cometimos delitos, pero la CICIG no fue pareja y politizó todo”.
El guion para acertar los golpes contra la CICIG de este lunes comenzó en Nueva York a eso de las 15 horas. La canciller Sandra Jovel después de reunirse con António Guterres y su equipo en la sede de las Naciones Unidas, ofreció una conferencia de Prensa frente a una decena de periodistas que cubren ese alto organismo internacional.
La funcionaria que ha jugado un rol protagónico en la tentativa oficial de acabar con la CICIG comenzó su discurso señalando a la ONU de no “escuchar” sus peticiones y cuestionar que aún se reconozca como jefe de CICIG a Iván Velásquez.
Los argumentos que presentó para dar por finalizado el acuerdo que le da vida a la CICIG fueron:
1. Que Iván Velásquez presionó a diputados para impulsar reformas legales desde el Congreso.
2. Que la CICIG presionó a fiscales y jueces para obtener resoluciones favorables a sus intereses.
3. Que la Comisión utilizó a los medios de comunicación para polarizar a la sociedad guatemalteca.
4. Que bajo la excusa de luchar contra la corrupción, la CICIG violentó la Constitución y derechos humanos de los implicados en los casos penales.
5. Que la CICIG utilizó testigos falsos para sus casos; además de criminales para declarar en contra de exfuncionarios de Gobernación.
6. Que Iván Velásquez dijo que era normal que el joven Andrés Zimeri fuera golpeado por trabajadores de la CICIG al finalizar un partido de fútbol.
7. La canciller dijo que en 24 horas la CICIG debe dejar de funcionar en Guatemala.
8. Que debe transmitir sus capacidades a las instituciones.
9. El comisionado y los funcionarios de la CICIG ya no pueden trabajar ni operar en el país.
10. Que los casos penales en los que la CICIG participa seguirán su curso normal.
La respuesta de Guterres no demoró en llegar. Incluso se supo mientras Morales ofrecía su conferencia de Prensa. El secretario general de la ONU rechazó la medida y aclaró que el organismo mantendrá sus funciones hasta septiembre de 2019.
—El secretario general rechaza enérgicamente el contenido de dicha carta. Las Naciones Unidas ha estado intercambiando de manera constructiva con el gobierno de Guatemala, a varios niveles, durante los últimos dieciséis meses—, dijo el portavoz de Guterres, Stephane Dujarric.
Antonio Guterres, Sec. General de la ONU, rechaza la decisión del @GuatemalaGob de dar por finalizado el acuerdo de creación de la @CICIGgt. “El mandato vence el 3 de septiembre de 2019. Hasta esa fecha, esperamos que el gobierno de Guatemala cumpla con sus obligaciones”, dice. https://t.co/YQBKlMtzbY
—El mandato de la Comisión finalizará el 3 de septiembre del 2019. Hasta esa fecha, esperamos que el gobierno de Guatemala cumpla integralmente con sus obligaciones legales en virtud del acuerdo—, añade y pide que Morales respete los compromisos internacionales para garantizar la protección de los investigadores de la CICIG.
La congresista de origen guatemalteco del partido Demócrata, Norma Torres, emitió un comunicado donde consideró que terminar con el acuerdo de CICIG de manera unilateral era un retroceso para el país.
—Desafortunadamente, el sector de justicia de Guatemala aún carece de recursos, personal y de independencia política para operar de manera efectiva (…). Morales ha no ha retrasado al país años, sino décadas—, dijo Torres.
El excanciller guatemalteco Fernando Carrera también se pronunció por lo ocurrido hoy y considera que es difícil que se concluya un acuerdo de manera unilateral.
La figura de denuncia no es sinónimo de terminación, es solo abrir una negociación. El acuerdo de CICIG sigue vigente hasta que se terminé el plazo o se resuelva la negociación que surge de la denuncia. Nada cambia jurídicamente hasta que se pongan de acuerdo las dos partes. Además, considera que la CICIG sí podría continuar de manera legal hasta septiembre.
—La figura de denuncia no es sinónimo de terminación, es solo abrir una negociación. El acuerdo de CICIG sigue vigente hasta que se terminé el plazo o se resuelva la negociación que surge de la denuncia. Nada cambia jurídicamente hasta que se pongan de acuerdo las dos partes. El Gobierno está metido en un embrollo, porque creyó que era fácil la salida. Y no es fácil, porque aunque hace 16 meses alegaron, no habían denunciado. Se confundieron creyendo que tienen la capacidad jurídica de terminar el acuerdo. Y no la tienen, porque el Derecho Internacional no permite que un Estado terminé un acuerdo, solo lo puede denunciar.
(Gladys Olmstead, Jody García y Martín Rodríguez aportaron a esta nota)
Portada: Tomada de Plaza Pública
En cadena nacional de televisión, rodeado por la cúpula de las Fuerzas Armadas del país en uniforme de combate y con el pabellón nacional de fondo, el Presidente Jimmy Morales anunció el 30 de agosto de 2018 que el mandato de la CICIG, que vence en septiembre de 2019, no sería renovado por su gobierno. Esa acción fue seguida del despliegue de vehículos militares frente a la sede de la CICIG. Meses después, en enero de 2019, el Presidente Morales desplegó más de cien elementos de policía al aeropuerto internacional La Aurora, cerrado para evitar el ingreso de un investigador de la Comisión al país. Todo esto en abierto desacato a la Corte de Constitucionalidad que había ordenado el ingreso de los investigadores luego de que su visa no fuera renovada por órdenes de la Ministra de Relaciones Exteriores. Estos hechos se suman a una larga lista de acciones provenientes de fundaciones, empresarios y políticos latinoamericanos y de los Estados Unidos adversarios a la continuidad de la CICIG. La lucha contra la CICIG inició desde el momento en que ésta entró en funcionamiento en el 2007.
Para muchos guatemaltecos, la imagen del Presidente Morales rodeado de militares en cadena nacional hizo recordar las angustiosas cadenas radiales matutinas de los años 70 y 80 del siglo pasado, con música de marimba o con el himno nacional, en donde se anunciaba un nuevo golpe de Estado y un nuevo General del Ejército al mando del gobierno. Ahora es un civil electo a través de procedimientos democráticos el que nos recordó el poder de los símbolos, de la memoria viva, de que el poder se tiene para ser usado.
Más que una desesperada lucha por evitar el escrutinio penal y administrativo puesto de manifiesto por la CICIG y el Ministerio Público sobre su participación en asuntos corruptos, las acciones que el Presidente Morales encabeza demuestran algo aún más preocupante: la vitalidad del autoritarismo como mecanismos de defensa de un sistema político.
Exceptuando Costa Rica, los países centroamericanos vivieron dobles transiciones: de la guerra (o el conflicto armado, como se le quiera llamar) a la paz y del autoritarismo a la democracia. De los conflictos armados a la paz se transitó vía negociaciones y acuerdos políticos que buscaron sentar las bases de ambiciosas reformas sociales, económicas e institucionales que, en principio, harían posible superar los déficits que dieron lugar a los enfrentamientos armados. Paralelamente, se hicieron reformas institucionales para cada país superara los legados del autoritarismo, expresado en la mayoría de los casos en gobiernos cuya burocracia estaba dominada por militares o bien, cuyos gobernantes eran el resultado de brutales golpes de Estado. El autoritarismo estaba asociado a lo militar, a la imposición y control vertical del Estado a través de la figura de generales gobernantes.
Sin embargo, ningún régimen burocrático militar era posible sin una amplia gama de funcionarios civiles que hacían posible que la maquinaria del Estado funcionara cotidianamente. Civiles que no solo se identificaban ideológicamente con la contrainsurgencia, la causa fundamental que justificaba el régimen autoritario, sino también se beneficiaban de uno de los principales atributos de un régimen autoritario: la impunidad.
Se suele decir que la corrupción “defrauda” al Estado, que lo coopta, que lo secuestra. Sin embargo, esto supone que el Estado (sus instituciones, normas, procedimientos, símbolos) se encuentra en una situación libre de corrupción y que ésta llega a través de personas que antes no eran parte de la burocracia del Estado. Otra cosa diferente es que el concepto de corrupción se empezó a utilizar desde los años 90 del siglo pasado como una forma de evidenciar las causas de la falta de eficiencia del Estado. La corrupción no es en sí misma un delito. Es una conducta moral y éticamente reprochable y que, en la mayoría de los casos, es posible luego de la comisión de diferentes delitos. Es hasta hace muy poco que este tipo de prácticas empezaron a ser reprochables nacional e internacionalmente y fueron consideradas como una de las causas de la perpetuación del subdesarrollo en que estos países están sumergidos.
Un modesto viaje retrospectivo nos da cuenta de que esa situación no ha existido en los países centroamericanos durante los últimos 150 años. El uso de los recursos públicos y del poder del Estado para el beneficio privado ha sido parte esencial de la formación de los Estados centroamericanos. La política patrimonial configuró el tipo de Estado existente y definió sus límites.
El autoritarismo que hizo posible la impunidad con la que los dictadores de la primera mitad del siglo XX, Jorge Ubico en Guatemala, Maximiliano Hernández Martínez en El Salvador, Tiburcio Carías en Honduras y los Somoza en Nicaragua, modelaron sociedades estancadas en el tiempo pero generadoras de grandes riquezas para una reducida élite compuesta por pocas familias locales y que entregaron grandes extensiones de territorio y recursos a empresas internacionales en la lógica del enclave económico es, al final de cuentas, el mismo que en la segunda mitad del siglo llevó la contrainsurgencia a extremos de violencia y terror para miles de personas.
Nos hemos fijado en la idea de que el autoritarismo (dictatorial o burocrático militar) tenía fines políticos estrictamente, la defensa de régimen ante la amenaza ideológica. Sin embargo, la impunidad que hizo posible sociedades represivas también hizo posible sociedades corruptas. El sistema político es, al final de cuentas, el mismo.
Con las reformas institucionales que dieron paso a la democracia, o precisamente, a algunos procedimientos democráticos empezamos a medir y esperar que la democracia aumentara y con ello se superaran los legados del autoritarismo en lo político. Las elecciones fueron libres, con procedimientos cada vez más sofisticados, la libertad de expresión ya no fue abiertamente reprimida, los poderes del Estado alcanzaron, al menos formalmente, mayores niveles de independencia y ningún presidente estaba dispuesto a atropellar la alternancia en el poder.
Luego del denominado autogolpe de Serrano Elías en Guatemala en 1993, la transición a la democracia iniciada en 1986 parecía no tener ningún obstáculo. La cooperación internacional asumió la tarea de financiar múltiples ajustes al funcionamiento de las instituciones a través de una ingeniería burocrática expresada en nuevas leyes, políticas públicas, sistemas de medición cada vez más sofisticados y se estimuló una sociedad civil cada vez más especializada en lo técnico. Los Estados eran cada vez más abiertos al escrutinio internacional en materia de transparencia y derechos humanos.
La diversidad de problemas sociales que seguían llamando la atención internacional como la pobreza y la violencia social en todas sus expresiones deberían quedar superados si la eficiencia del Estado aumentaba a través de procedimientos más acelerados, tecnificados y modernos. Si la inversión nacional e internacional no encontraba obstáculos provenientes de la ineficiencia.
La forma en que Jimmy Morales ha liderado una cruzada contra la CICIG nos recuerda que la impunidad es posible cuando en las venas de la sociedad aún corre el autoritarismo que los abuelos enseñaron durante el siglo XX.
Dos acontecimientos, relativamente simultáneos, son evidencias de cómo en poco más de una década, la cáscara procedimental de la democracia centroamericana se quiebra para mostrar el núcleo autoritario de estos países.
En el año 2007 entró en funcionamiento la CICIG que, como ya se dijo, dejó expuesta la impunidad que nutre la corrupción. La respuesta encabezada por Jimmy Morales recurre a acciones autoritarias (desacato a los fallos de la Corte de Constitucionalidad, uso de los militares como demostración de poder, uso arbitrario de la Policía Nacional para amedrentar funcionarios nacionales e internacionales, uso arbitrario de instituciones de extranjería y cancillería). No es un presidente fuera de control, es un sistema político en función de autopreservación. Un sistema que beneficia tanto a quienes están dentro de lo público como en lo privado.
¿Tiene eso algo de diferente de lo que se ha puesto de manifiesto, por ejemplo, en Honduras a través de diversos casos de corrupción? No. Los nombres cambian, pero el funcionamiento del sistema es el mismo. No es casualidad que sea en Honduras en donde se creó, con profundas diferencias y limitaciones, una comisión internacional contra la corrupción.
El segundo acontecimiento ocurrió en el año 2009, cuando una violenta ruptura institucional, golpe de Estado, recordó que en Honduras no hubo conflicto armado interno porque se evitó a través de un Estado contrainsurgente. Honduras, equivocadamente no considerado como post-conflicto, experimentó altísimos niveles de represión y violaciones a derechos humanos que quedaron en el silencio de una memoria inexistente. Fuerzas armadas sin reformas y partidos políticos cimentados en un anquilosado estilo finquero de hacer política, quedaron expuestos en su más desnuda precariedad democrática luego de acomodarse al nuevo escenario autoritario promovido por el golpe de Estado.
No existe un término para definir una fiesta en la que en lugar de ponerse un disfraz el gozo sea, al contrario, quitárselo. Sin embargo, el clímax de esa fiesta fue el atropello institucional producido por la reelección del actual presidente Juan Orlando Hernández quien, sin ningún pudor, gobierna sobre la base de una demostrada inconstitucionalidad.
Ambos acontecimientos, aparentemente inconexos, se funden en la impunidad como elemento común. La CICIG evidenció la corrupción como un sistema, como la certeza de que un entramado institucional formal hace posible que cualquier red, debidamente organizada en un partido político, tenga acceso a los beneficios de la impunidad. El golpe de Estado del 2009 en Honduras evidenció que, manejando hábilmente las fortalezas que devienen de las debilidades del Estado, se puede transgredir la institucionalidad sin mayores consecuencias.
Ambas lecciones han sido aprendidas de diversas formas por los gobernantes centroamericanos. En El Salvador, las violaciones a los derechos humanos, justificadas por la necesidad de acabar con el mal de las pandillas se suman a una corrupción sistémica en el FMLN que en poco o nada se diferencia de su antagonista electoral ARENA. En Nicaragua, Daniel Ortega ha dado una lección de cómo el autoritarismo no solo blinda la corrupción sino también el sistema centralizado de gobierno familiar, de acuerdo con la vieja escuela somocista que tanto combatió.
Al final de cuentas, la democracia centroamericana cumplió su promesa durante mas o menos dos décadas: procedimientos y normas aceptables, democracias en mejora. La sentencia de la democracia como the only game in town seguirá siendo una promesa para Centroamérica. Una ilusión perdida si no volvemos la mirada, sin ningún empacho conceptual, a entender la vitalidad del persistente autoritarismo que empodera a los gobernantes a transgredir la débil democracia y heredar su talento a través de su principal fruto: la impunidad.
Las opiniones expresadas en este espacio son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de Contracorriente.
Los rostros de los deportados narran este país. Los zurcos en su piel manchada por el sol nos muestran que la decisión de migrar es dolorosa, que regresar al lugar que los expulsó es como caer en una grieta que se los traga, y es así cómo los pobres, los frustrados, los dolidos –sin que nadie escuche sus gritos– también vuelven, apenas sin ser notados. Pero los deportados en una comunidad minera nos muestran aún más, son el reflejo del espejismo y no del desarrollo que produce el oro en un país como Honduras.
Es 2 de noviembre, día de muertos, y en el cementerio de Azacualpa, una aldea entre montañas de pino y una mina a cielo abierto, un grupo de personas vigilan la entrada junto con un guardia de seguridad, mientras algunas familias se disponen a coronar a los pocos muertos que aún quedan enterrados. Este cementerio, el único pedazo de tierra que queda para la memoria de la gente, está a punto de ser expropiado porque debajo de él hay oro. Han quedado las ruinas de algunos mausoleos, sólo los huecos en el lugar donde hubo restos humanos, y unas cruces enterradas en la tierra indicando que allí aún moran los que ahora sólo son recuerdos. Hay tensión, que un extraño se asome enciende todas las alarmas. Han sido meses complicados en esa aldea olvidada, polvorienta, agrietada.
El ruido de las excavadoras y de rastras que llevan y traen toneladas de broza opaca los murmullos en el cementerio, allí, manteniendo el orden están los presidentes de los patronatos de San Miguel y Azacualpa, aldeas del municipio de la Unión, Copán al occidente de Honduras.
Saúl Escóbar, presidente del patronato de San Miguel se muestra a la defensiva, asegura que los periodistas tergiversan la información, que no escuchan a la gente que no es de la oposición a la minera y que los tres patronatos, el de San Andrés minas, el de Azacualpa y el de San Miguel están representados en el campamento afuera del cementerio, un campamento acompañado por personal de la empresa minera, el lugar desde donde se vigila que nadie interrumpa los trabajos de explotación en la estación de combustible, a la par del cerro del cementerio.
Mientras la gente que coronaba a sus muertos se aglomeraba alrededor de los líderes del patronato y nosotros, don Armando Rodríguez, presidente del patronato de Azacualpa dejaba claro que ése es un pueblo minero, que todos allí son hijos de la mina. «En el tiempo de la concesión estábamos cipotes, nosotros hemos visto cómo se han ido explotando los tajos. Siempre y cuando la minera vaya cumpliendo acuerdos, mucha gente tiene trabajo, la gente con trabajo tiene salud, educación, todo, sin trabajo no hay oportunidades y lo que hace la gente es irse, migrar», dice mientras un grupo de señoras lo secundan con la cabeza, afirmando.
La explotación minera en estas aldeas de la Unión, Copán se ha desarrollado sin mucho conflicto, la oposición siempre ha sido reducida, pero desde 2016 la situación se le ha complicado a la empresa ya que los mismos patronatos, los que cuidan que la explotación siga, pidieron ayuda legal para que el predio del cementerio se respetara y ahora la justicia hondureña ha dictado a lugar un amparo que impide que la empresa explote el cerro del cementerio, a pesar que las negociaciones siempre se habían hecho de manera bilateral, como todo en esa zona minera, los acuerdos son entre los representantes de la comunidad y los de la empresa. El estado no había pintado hasta ahora.
Vista general del nuevo cementerio que ha sido construido por Minerales de Occidente en la comunidad de Azacualpa. Foto: Martín Cálix
Una mujer coronando a sus muertos el 2 de noviembre en el cementerio viejo de la comunidad de Azacualpa. Foto: Martín Cálix
Juana Guevara de 76 años, frente a las tumbas de su familiares en el cementerio viejo de Azacualpa. Foto: Martín Cálix
La empresa Minerales de Occidente S.A. –subsidiaria de la trasnacional Aura Minerals– tiene una concesión para explotación metálica de 400 hectáreas en La Unión, Copán, a la concesión le quedan al menos 40 años según el exgerente de la empresa, el norteamericano Monty Reed, revocado de su cargo el pasado 7 de diciembre y sustituido por el brasileño Luiz Carlos Guimaraes Lima . Pero los minerales en esas montañas a 210 kilómetros al suroeste de San Pedro Sula han pasado por varias manos, sobre todo empresas estadounidenses y canadienses desde la década de los 30, antes de la ley de minería.
Llegó primero la Gold Mines of America, luego la Rosario Mining Company, ambas con sede en New York para luego pasar a manos de New Idria una empresa de California cuyo rubro era la minería de Mercurio. New Idria ya no es una empresa activa y duró poco en la exploración del metal en Honduras, una exploración que siguió en esas mismas montañas la Noranda Inc. de Canadá que luego pasó derechos a Fischer Watt Inc de Estados Unidos, que dejó la concesión a la compañía inglesa Greenstone Resources. Esta compañía trabajó con una subsidiaria en Honduras y obtuvo la primera concesión ya bajo la primera Ley de Minería en 1998 comenzando trabajos un año después. El Huracán Mitch que azotó Honduras en 1998 fue la excusa para flexibilizar la legislación y priorizar la explotación minera como actividad económica que sacaría a Honduras de la miseria, el huracán devastó los valles fértiles, quedaban las montañas ricas en mineral para explotar.
Han pasado más de 70 años y las empresas siguen cambiando, yendo y viniendo. Después que Greenstone exportó el primer cargamento de oro en marzo de 1999, se declaró en banca rota y el banco más grande de Honduras tomó posesión de la explotación. Así nace en el año 2000 Minerales de Occidente SA de CV (MINOSA) creada por Guillermo Bueso ejecutivo de Banco Atlántida. La Compañía de Bienes Atlántida SA de CV es una de las mayores accionistas de Minosa. En 2006 la Yamana Gold Inc actualmente activa en la isla de Barbados y Canadá invirtió en MINOSA pero en 2009 los derechos de Yamana Gold fueron adquiridos por la canadiense Aura Minerals. Ahora Minosa, subsidiaria de Aura Minerals amenaza con cerrar operaciones por la presión de un pequeño conflicto que se desató por el oro debajo del cementerio. El más reciente cierre temporal comenzó el pasado 10 de diciembre y han dicho que podría extenderse por cuatro años. Más de mil empleados fueron despedidos.
***
Don Armando es un cafetalero de la zona, un señor campechano, con botas de cuero, cincho grueso y bigote pronunciado. Él con otros líderes comunitarios buscaron el apoyo del abogado Víctor Fernández, del Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia para que les ayudara a vigilar el proceso de acuerdos con la empresa minera en el que estaba el traslado del cementerio. Así varias oenegés entraron en el cuadro y Fernández presentó un amparo firmado por más de 40 personas que estaban en desacuerdo con exhumar cadáveres para explotar el cerro del cementerio. Ahora don Armando está del lado que rechaza la presencia de las oenegés y del mismo abogado luego que el recurso de amparo logró detener la explotación del cementerio.
Este líder comunitario apoyó para que la corporación municipal junto con Catastro delimitara la zona y la empresa suspendiera el paro de labores que sostuvieron por seis meses.
«Este tajo está delimitado porque se consensuó con la comunidad y ellos estuvieron de acuerdo y de esa manera están trabajando, pero como en este país la inversión privada no está siendo protegida por el Estado que es el que da la concesión, entonces los mismo trabajadores y la gente beneficiada de la mina, tenemos una buena negociación en las comunidades, la proyección social y montón de cosas que benefician a las comunidades pobres. ¿Por qué cree que se va la gente? Porque el gobierno le sube a todititito y a la gente no le ajusta lo que gana, entonces decide irse. Nosotros tenemos una buena fuente de trabajo entonces tenemos que cuidarla, siempre y cuando se respete los convenios y la dignidad de las personas de las comunidades», don Armando habla y lo dice con temor, y nos muestra un video en un celular, imágenes del conflicto minero que dejó dos muertos en Tocoa, Colón, una comunidad que se opone a la explotación minera y se enfrentó a las fuerzas de seguridad que actuaron para desalojarlos.
«El gobierno aquí nada… aquí hace tiempo la gente convive con la mina, aquí la educación está a costa de la mina y la municipalidad que se sostiene con los impuestos de la mina, la transferencia que le dan al alcalde es una papada, las comunidades están interesadas en que se siga trabajando, siempre y cuando se trabaje respetando a la gente porque vemos los beneficios. Si a medios del año se para esta mina se van todititos los maestros para afuera, los centros de salud hay que cerrarlos, porque el gobierno nos tiene en casi nada, el Ministerio de Salud y educación descuidado totalmente», continuó mientras Saúl, el otro líder de patronato lo secundaba y aseguraba que la mina tiene mineral para muchos años más, como si fuera infinito.
Armando Rodríguez, presidente del Patronato de Azacualpa, durante un recorrido por la comunidad. Foto: Martín Cálix
Víctor Hugo Alvarado, el alcalde de La Unión, Copán es un outsider, destronó al alcalde nacionalista que había gobernado por tres periodos y se ha ganado la popularidad diciendo que es diferente a los políticos tradicionales, sin embargo, cuando de negociar con la minera se trata, nada ha cambiado. Es casi imposible. Cuando la nueva ley de minería entró en vigencia y se eliminó el canon municipal del 2 por ciento, el alcalde recibió una oferta de la empresa minera, un compromiso firmado por Monty Reed, en el que la empresa minera mantendría el pago del 2% a la municipalidad a través de cheque o transferencia bancaria además de los proyectos de infraestructura previamente acordados.
Al llegar al municipio de la Unión, Copán lo primero que se lee son los rótulos que evidencian que la minera trabaja en conjunto con la municipalidad en la construcción del puente, de la calle de cemento, de otras mejoras en la pequeña infraestructura de un pueblo al que se accede difícilmente porque la carretera nacional está destruida.
«Nosotros recibimos a la empresa con un problema en una parte de la concesión minera que es el cementerio, en este momento están paradas las exhumaciones debido a que un grupo de 7 personas interpuso un amparo en los juzgados de lo contencioso administrativo donde se admitió el recurso y se concedió la suspensión del acto reclamado. La mina no sólo opera en el cementerio, es mucho más grande, la concesión es muy grande, no tengo idea de cuantas manzanas son, pero es grandísima, prácticamente allí sólo queda libre la comunidad de Azacualpa, a un lado, está como a 500 metros de la aldea para abajo. La empresa está laborando en otras áreas respetando el proceso», el alcalde asegura esto y da la impresión que él llegó allí a intentar navegar un barco con piloto automático.
Cuando pedimos las actas y los acuerdos firmados anteriormente, especialmente en 2012 entre la corporación y la minera, nos mandó con la secretaria municipal a ver los cuartos de archivo, cerrados con cadenas y candados, las llaves se las llevó el alcalde destronado. El sistema y la base de datos fueron reseteados y aunque ya pusieron denuncia ante el Tribunal Superior de Cuentas, nadie llega hasta ese pueblo, son invisibles. Se le podría poner el adjetivo de pintoresco al cuadro.
Víctor Hugo Alvarado, alcalde del municipio de La Unión, departamento de Copán. Foto: Martín Cálix
Municipalidad de La Unión, Copán. Foto: Martín Cálix
Archivos de la municipalidad de La Unión bajo candado. Foto: Martín Cálix.
«La mina nos adeuda 4 meses de tributos porque no ha podido operar y cabe mencionar que pagan mas de 3 millones mensuales a la municipalidad cuando opera normalmente con lo cual viene a ser un apoyo a la municipalidad para que nosotros podamos llevar a cabo proyectos de infraestructura como en educación y salud, sólo en estos ámbitos la municipalidad paga 1 millón 300 mil mensuales y las transferencias municipales en este momento llegan solo a 1 millón 50 mil, no podríamos ni sobrevivir con lo que el gobierno transfiere. Nuestra decisión ha sido ser mediadores para que la empresa pueda laborar y llegar a un diálogo con estas personas para el desarrollo del municipio», explica nervioso y asegura que la gente ha sido influenciada por ongs que no conocen la situación de las comunidades.
–Pagan ellos a través de ongs que vienen a mal asesorarlos, impulsarlos y que estén en contra de la empresa minera, yo les digo a la gente que por qué no están aquí (las ongs) para buscar un diálogo como solución para que todas las partes sean beneficiadas.
Esa huelga que no tiene principios ni fundamentos legales. Creo que lo que aquí quieren es dañar nuestra gobernabilidad. Yo lo único que he escuchado es a un tal Víctor Fernández que dice que ha sido amenazado no sé de qué forma porque yo nunca he visto que lo han amenazado, aquí lo único que hicimos fue a petición de los patronatos, en un cabildo abierto que la población pidió que las ongs que no vienen a impulsar el desarrollo del municipio fueran declaradas non gratas, y eso fue avalado por la corporación municipal, no hubo ni un sólo regidor que votara en contra de esa petición.
–Y ser non grato, ¿qué significa?
–Siempre y cuando vengan a entorpecer el desarrollo al municipio la gente no lo va a permitir, los va a sacar o no sé qué van a hacer, la población pidió que no vinieran a quitarles el empleo aquí organizaciones que no contribuyen al desarrollo. Si esto no se arregla comenzarán a salir nuevas caminatas hacia EEUU y hacia no sé dónde más por eso se exige seguridad jurídica para la empresa.
Saúl, de la aldea de San Miguel coincide con el alcalde, si la situación no se arregla «nos vamos a tomar la justicia por la propia mano», nos dijo cuando preguntamos si le veía solución cercana al conflicto.
Azacualpa está a unos veinte minutos del municipio de La Unión, carretera de tierra, polvorienta, pero con un paisaje extraordinario, bosques de pino que terminan en un hueco rojizo y un cerro destajado.
Allí en el cementerio las mujeres que coronan a sus muertos dicen que viven en un paraíso, no hay violencia, tienen grandes sueldos, tienen salud y educación, la tierra a veces tiembla pero es normal, cosas de dios dicen.
Maquinaria trabajando en la extracción de oro en la mina de Azacualpa. Foto: Martín Cálix
–Vamos al cementerio, ahora hay dos cementerios, nosotros le pedimos a la minera un nuevo cementerio y lo construyó, dice una, y nos insiste que vayamos que nadie ha querido ir a ver los nuevos cementerios mucho más bonitos que el anterior.
Silvia Ramos es una de las mujeres que con más indignación se dirige a nosotros. «Cerrada la empresa nos vamos migrados todos. Quince mil patrullas dicen que tienen en Guatemala, de donde nosotros se fueron como 50 y les ofrecieron 10 mil pesos para que se regresaran, ya están unos trabajando en la mina, por eso necesitamos que el gobierno nos proteja esta mina porque nos da trabajo y por parte del gobierno no tenemos nada» .
La amenaza más sonada es la de migrar en manada, la caravana les ha enseñado que se puede, y no sólo la gente de la ciudad que huye de las maras y pandillas o del crimen organizado es la que se arriesga, de esas montañas también salen ríos de gente y podría ser peor si la minera cierra.
Empleados y pobladores de Azacualpa ha tomado el campamento en las inmediaciones al cementerio viejo y la zona de extracción de la minera. Foto: Martín Cálix
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En Azacualpa parece que no pasa nada. Por las calles vacías un niño frasea a Bad Bunny –a mi las putas me llueven–. Se escucha como con eco. «Aquí no hay violencia», dice doña Alba Luz Hernández, con sus ojos verdes bien abiertos y riendo. Pero ella, allí en el cementerio anda coronando a 7 hijos, y la última entre sus muertos fue una hija. «A ella sí me la mataron usted».
«Yo todos los días vengo aquí porque tengo 7 hijos enterrados aquí, vengo a sembrar florecitas y limpiar, tengo los angelitos por allá y por aquí a una muchacha que me mataron. Un muchacho que allí anda, un hombre de ella la mató, ay anda libre, ay que le ponga castigo aquel de arriba, de todas maneras… los otros se me murieron chiquitos, uno de neumonía otro recién nacidos, aquí se morían los niños recién nacidos por falta de medicinas. Yo ya les dije que a mis hijos los quiero sacar de aquí porque este cementerio tiene un peligro este cementerio nuevo es bien bonito, hay ya bastante gente enterrada allá. A mi hija la mataron un 15 de septiembre, ya la voy a sacar de aquí, a todos los quiero mover para el otro cementerio. Porque me queda más cerca», dice doña Alba arrebatada mientras señala unos mausoleos, los pocos que han quedado llenos, alrededor sólo hay huecos.
Niños jugando «futbolito» en el parque central de Azacualpa. Foto: Martín Cálix
A doña Alba se le morían los niños de enfermedades tratables en la ciudad, el padre de la mayoría nunca se hizo responsable de los hijos y a ella le tocaba mantenerlos a todos, lavando ropa, aseando las oficinas de la minera. «Allí anda ahora ése peleando contra la mina que le dio de comer a sus hijos cuando él nunca lo hizo», dice doña Alba, quien no ha podido exhumar los 7 cadáveres, eso en dinero se traduce en casi un millón de lempiras en indemnizaciones que está perdiendo, y se siente desesperada, una de sus hijas con apenas 24 años se fue en la caravana de migrantes de octubre de 2018 y ha regresado deportada, de nuevo a la desolación.
Allí las mujeres comparten historias de mucha violencia y aunque La Unión no circula en las estadísticas de violencia por no ser un municipio con alta tasa de homicidios –entre los cinco departamentos con alta incidencia de homicidios está Copán, sus municipios más violentos son Florida y Santa Rita–. Las comunidades esconden dinámicas de violencia que están sumergidas en cada familia de cada rincón de Honduras, eso no se mide con número de muertos. Los muertos de doña Alba son muchos y son producto de la violencia.
Alba Luz de 59 años está a favor de la minera, aquí con sus hijas Jeaneth de 33 años, Oneida de 28 años, y Cindy de 22 años. Foto: Martín Cálix
Mientras Alba mostraba las tumbas, doña Juana Guevara de 76 años coronaba a un hijo y sus padres.
–Yo soy de Azacualpa, pero llegamos aquí porque mi papá nos trajo por el trabajo porque sólo jornaleaba a 150 lempiras (5 dólares) la tarea, mi papá fue el primero que se vino y después trajo la familia. Mi hermana la que venía tierna tiene 62 años, ya había mina aquí. Todo el tiempo la empresa nos ha visto bien, aquí si estoy enferma el carro va a traerme, me lleva a la clínica, si es mucha la enfermedad me mandan al hospital. Aquí uno se enferma por casualidad, de una gripe, no por los humos de la mina ni por el agua, aquí no hay nada de eso, aquí no hay tradiciones de decir porque usted no esta a favor de la empresa no la van a atender. Yo tengo dos muchachas que están casadas, los maridos trabajan en la empresa, los nietos también, mi hijo es albañil e hizo plan básico y lo hizo por la empresa porque me lo puso a estudiar, yo desde que me casé no volví a trabajar, hace 43 años, mi esposo trabaja en la empresa, él está operado ahorita, la empresa hasta a Cemesa de San Pedro Sula me lo llevó porque él estaba desviado de la columna, porque él trabajaba moviendo máquinas.
Aquí todo eso no se da (los homicidios), ahora sí, ya ida la empresa aquí si quedamos comidos de tierra porque es la única fuente que tenemos aquí, no hay que dejar, hay que apretarle el pescuezo para que no se vaya.
Otra mujer interrumpe.
–Si mis hermanos quieren los vamos a mover de aquí a los míos. En este cementerio hay fallas.
Y doña Juana reacciona.
–Aquí hay fallas, hay fallas, por ejemplo en mi casa allá en Azacualpa está toda resbalada, pero son deslizamientos naturales y con lo que dios hace no se puede hacer nada.
Y doña Alba interrumpe para decir con ilusión que el cementerio nuevo es bien bonito, «una gran planada».
–Aquí nada fue a la fuerza, es bien organizado nosotros vemos cuando sacan a los muertos. Hace poco vino el obispo aquí a dar una misa y por allá afuera había unos huesos de una bestia y dijeron que eran huesos de una mujer y los enterraron, eso es pecado, aquí todos vemos cuando sacan los cadáveres.
Niños esperando su turno para jugar al tiro al blanco. Foto: Martín Cálix
Las fallas
Ramiro Lara, trabaja en la Asociación de Organizaciones No Gubernamentales (ASONOG) y ahora es considerado non grato en las comunidades montaña arriba de la Unión. Él conoce el proceso que ha tenido la concesión minera en mano de varias empresas nacionales y trasnacionales. Es un hombre mayor con un rostro melancólico, más bien preocupado.
–Se inicia cuando en 1983 el Estado le otorga una concesión minera por 100 hectáreas a la empresa que en aquel entonces se llamaba Minerales de Copán, era nacional pero con fondos del extranjero. En 1992 el Estado amplía la concesión con 300 hectáreas más para hacer un total de 400, ya en ese entonces se instala una trasnacional minera, Greenstone de capital canadiense, que empezó a operar a través de Minerales de Occidente. Entonces aquí se inicia lo que en Honduras se conoce como la minería a cielo abierto porque siempre había existido la minería subterránea como en El Mochito o San Juancito pero la minería a cielo abierto fue aquí en La Unión Copán, San Andrés cuando se inició en 1999.
Cuenta el cuento como si después del relato uno se pudiera ir a dormir.
Ramiro Lara, miembro de ASONOG, ong que ha apoyado la lucha contra la explotación minera en el occidente hondureño. Foto: Martín Cálix
–En 2000 comienza el conflicto en San Andrés minas, era una comunidad tradicional con la maldición que debajo de ella había grandes cantidades de oro, las leyes actuaron en favor de la empresa minera y obligaron a la comunidad a moverse del sitio hacia donde está hoy, hubo gente que ofreció resistencia pero nadie pudo impedir, era un proceso nuevo y si la institucionalidad del Estado la avalaba era difícil detener aquello. La empresa siguió trabajando allí hasta 2015 y sigue hasta la fecha pero el conflicto se agudiza porque en 2012 se firma un convenio entre el patronato de Azacualpa y la empresa minera donde negocian que se va a trasladar el cementerio a cambio de ciertos beneficios sociales. Empieza el 2016 y la empresa no había cumplido nada de ese convenio, propone la empresa hacer un adendum a ese convenio y lo hacen y lo firman el 11 de agosto de 2016, y allí otra vez el patronato deja la puerta abierta para que la empresa pueda negociar con cada familia la exhumación de los cuerpos aunque siempre hubo gente que se oponía.
La comunidad de Azacualpa está ambientada la mayor parte del tiempo con los bombazos de las voladuras que hace la minera para aflojar la tierra y sacar la broza. Muchas casas tienen rajaduras y la empresa para resarcir el daño prometió una casa a cada familia de Azacualpa en miras de que en algún momento la próxima veta a explotar será debajo de la actual comunidad. En ese convenio que luego fue modificado con un adendum se habla del pago por daños en las casas pero también se estipula el traslado del cementerio. Esos acuerdos los firmaron miembros del actual comité ambientalista de la zona, los que ahora se oponen a la exhumación de los cadáveres. Los líderes comunitarios han cambiado de parecer al menos un par de veces, de un lado y de otro.
La Nueva Azacualpa es el complejo de casas que Minerales de Occidente construyó para la reubicación de toda la comunidad, algunos ya viven aquí, otros se niegan a ser reubicados porque sus lugares de trabajo quedarían muy lejos. Foto: Martín Cálix
Lara asegura que esto ha traído división en las familias de Azacualpa y que la violencia se va manifestando.
–El caso de Fausto Trigueros por ejemplo, estaban exhumando a su padre sin autorización y llegó con un machete el 14 de febrero de 2018, ya tenían el cadáver de su padres afuera y ese hombre llegó endiablado y les dijo: si ustedes no vuelven a meter a mi papá allí les vuelo la cabeza, se imaginan ustedes un campesino encabronado, no les quedó de otra que meter el cadáver a la tumba de nuevo.
En la oficina de San Pedro Sula, el abogado Víctor Fernández del MADJ contiene denuncias, expedientes, resoluciones de decenas de casos por conflictos socio ambientales, él más grande quizá es el de Berta Cáceres, él fue parte de la acusación privada en el juicio contra los asesinos de Cáceres, quien se oponía a una represa hidroeléctrica. El MADJ tiene presencia territorial en la zona noroccidental sobre todo y ha acumulado hostilidades por parte de la empresa privada y el gobierno. Sin embargo, sorprende que Fernández realmente se muestra preocupado por el conflicto en Azacualpa, que parece ser menos grave desde lejos. Nunca había sucedido que una corporación municipal los declarara non gratos, tampoco la campaña de desprestigio que se impuso en redes sociales por una acción legal que la empresa minera perfectamente puede apelar desde el derecho.
«A mí personalmente me han invitado desde 2015 para ver el asunto de Azacualpa. El asunto puntual para el que me convocaron fue el tema de la explotación del cementerio, es el tema final pero el que más sensibilidad tiene, ese tema es el que volvió a Azacualpa a la opinión pública, la mina vino trabajando normalmente durante los últimos años a pesar de la resistencia de la gente y los daños que hay yo fui para verificar eso, me costó un poco entrar al asunto justamente por las ambivalencias de la gente y de las estructuras organizativas que participan allí, a mí me presentaron el caso, ya el patronato y el comité ambiental, y muchas otras organizaciones nacionales habían participado de este proceso de diálogo que terminó en la firma del adendum a un contrato que se firmó desde 2012 en el que se hablaba de los términos de las operaciones de la empresa y los beneficios de las comunidades, y en este adendum se mete sutilmente el tema de la construcción de otras casas que la relacionan con la posibilidad de desplazar el cementerio y pagos individuales a la gente. Es un convenio confuso, yo le encuentro sentido jurídico en que además de ser un convenio poco claro no tiene participación comunitaria real, quienes participan es un grupo de 4 o 5 dirigentes comunitarios a los que yo interrogué, su primera reacción fue que ellos habían sido sorprendidos con la firma del adendum, es decir, que ellos no comprendían la dimensión de lo que firmaban y que además fueron sometidos a mecanismos de coerción para firmar».
Los pobladores que están en contra de la explotación minera muestran los daños provocados en sus viviendas debido a los distintos temblores, ellos dicen que provocados por el debilitamiento de la montaña por la explotación minera, quienes están a favor de la minera dicen que los temblores son naturales. Foto: Martín Cálix
Allí firman los presidentes de patronato y del comité ambiental, juntos los que ahora están enfrentados.
«Les pregunté: ¿qué antecedentes hay sobre el cementerio en términos de decisiones comunitarias? Me dijeron que en un cabildo abierto de 2015, de manera informada con opiniones técnicas la gente resolvió que el cementerio no se iba a mover. ¿Y ustedes tienen el acta? Sí la tenemos, bueno entonces ésa es una decisión comunitaria, ustedes no son la comunidad entonces quiere decir que ustedes debieron consultar a la comunidad para firmar. Yo le encontré sentido jurídico a eso, ese convenio es nulo porque viola las reglas básicas de la relación contractual. No importa si ya hay pagos, las cosas se deshacen en las cosas que se hacen, eso dice el derecho, si la cosa se determinó en un cabildo abierto lo único que puede modificar eso es un cabildo abierto», explica.
Según Fernández el Estado es el mayor responsable de lo que ocurre en esta explotación, y aunque la discusión reciente gira entorno al traslado del cementerio, hay aristas que siguen pendientes, por ejemplo, el abogado habla de 14 fuentes de agua que han sido afectadas y habla de personas afectadas en su salud, como el esposo de doña Juana y otros testimonios que están escondidos en la impunidad.
«Para el Estado lo más fácil es la tercerización de todo, si allí hay una empresa que tiene un centro de salud y arregla la carretera, el Estado desaparece. Lo mas fácil es que arreglen con la empresa, que sofoquen las posibilidades de resistencia que hay allí, el mayor riesgo de la gente opuesta a estas cosas es que todo el aparato está confabulado por eso tenemos buenos lugares por muertes violentas, impunidad…
Hay gente que le parece que no puede vivir sin esa mina, fácilmente pueden imponerse a hacer cosas, yo leí comentarios feos desde la disposición de agredir hasta la disposición de contratar gente para ejecutar esto, ya hay nivel de agresividad muy alto», agrega.
Lara, de Asonog asegura que el desarrollo que la explotación minera lleva a las comunidades aledañas no es sostenible.
«El costo ambiental que le estamos dejando a las presentes y futuras generaciones es incalculable. Esa mina en Azacualpa, La Union, Copán estará contaminando el río Lara con el drenaje ácido de minas que nadie lo va a poder detener, luego irá a caer al río Higuito de donde tomamos el 30% del agua en Santa Rosa, irá al Jicatuyo, al Ulúa y desembocará en el océano atlántico. Las futuras generaciones nos culparán a los que hoy no pudimos evitarlo, es una herencia que les estamos apenas dejando a los hijos y nietos.
A nosotros no nos preocupa que digan que se va a ir el desarrollo, que la gente se va a tener que ir, si usted va a San Pedro y Corquín tienen mucho más desarrollo que la Unión, sin empresa minera son comunidades más prósperas, estas comunidades vivían del café, maíz y frijol, no es cierto que van a quedar sin trabajo, los han entontecido. Si hablamos de desarrollo, si se va la empresa la gente no debería tener miedo porque debería sostenerse», explica.
Vista de la mina desde la comunidad de Azacualpa, la minería a cielo abierto es de las prácticas extractivas más nocivas para el medio ambiente debido a su impacto inmediato en los ecosistemas. Foto: Martín Cálix
El tema de la contaminación sólo se abordó en tres ocasiones cuando ocurrieron descargas de cianuro en el río Lara, la empresa minera llama a esto accidentes y la fiscalía no ha castigado el crimen ambiental. La última descarga fue el pasado 27 de junio de 2018, asegura Lara. Sin embargo ni la fiscalía ni la unidad de monitoreo de Ingeomin ni las organizaciones que acompañan a las comunidades han realizado un estudio científico que calcule el daño ambiental. La minería a cielo abierto es conocida como una práctica con múltiples riesgos para el ambiente, sobretodo por la remoción de suelo, la contaminación del aire y la filtración de cianuro y mercurio que llega a las fuentes de agua.
«Toda la institucionalidad del Estado: la policía, el CONADEH, la Secretaría de Salud, Instituto de Conservación Forestal, Copeco, todos responden a los intereses de la empresa minera, Copeco dictaminó que el cementerio está en un sitio de riesgo por lo tanto hay que quitarlo pero no dicen que la empresa minera lo ha provocado con ese hueco que tiene a un costado del cementerio. La secretaría de salud dice que el cementerio es insalubre, pero ese cementerio es uno de los más bonitos que hay por su ubicación y la vista. El ICF dando permisos amañados, el 8 de septiembre dieron un permiso para cortar 1200 arboles pero los comunitarios dicen que fueron mas de 3007 arboles que la empresa misma los había sembrado, el articulo 48 de la ley de minería dice que no pueden ser explotadas áreas que ya habían sido explotadas y eso está haciéndolo la empresa ahora, eso nos dice la libertad con la que operan estas empresas en Honduras», culmina Lara.
Rolando Milla, del CONADEH tiene casi 20 años de trabajar como titular del comisionado de Derechos Humanos en Santa Rosa de Copán, cuando llegamos a su oficina sacó de inmediato el expediente que dice Azacualpa en la tapa, un bloque de documentos.
«Nuestro papel es intervenir denuncias mutuas, los pobladores se han quejado, hubo jóvenes que estuvieron antes protestando que la minera les dio trabajo y ahora le cuidan el cerro a la minera, es un poco complicado. Nosotros como institución no somos competentes para esto porque el mandato del CONADEH es ver violaciones a DDHH entre el Estado y la población y no entre particulares pero en este caso nosotros remitimos a la fiscalía. El problema ha sido la falta de una visión social en la zona y la desconfianza a las instituciones que tienen que ver con el tema ambiental que hoy por hoy la gente desconfía sobre las medidas de mitigación, se logró en un momento que la DECA tuviera acompañamiento de la población a las inspecciones que se hacen de manera regular en la zona, pero ahora que hay gente que se opone hay desconfianza sobre los análisis que se hacen en la mina.
Rolando Milla, delegado regional del CONADEH en Santa Rosa de Copán. Foto: Martín Cálix
Rolando Milla hace un dibujo para explicar el impacto de la minería a cielo abierto en Azacualpa. Foto: Martín Cálix
Lo que nosotros garantizamos es que los defensores de DDHH tengan las condiciones para ejercer su labor independientemente estemos de acuerdo o no, se mandó una carta a Azacualpa pidiéndole al alcalde que enmendara su actitud y que reflexionara de poner en precario la seguridad de los defensores de derechos humanos y que hubiera libre locomoción para realizar su trabajo, pero no tuvimos contestación», explica Milla e intenta lavarse las manos, es un funcionario preocupado por el conflicto a pesar que no es visto con confianza, sobre todo por el sector crítico a la minera.
«Es evidente que la explotación minera a cielo abierto genera un impacto ambiental fuerte, el desarraigo de comunidades que hay que hacer movilizaciones de territorio de personas hacia otro sector, eso genera impacto en la parte emocional en las personas, también el tema de las voladuras, el tema del polvo y de ciertos gases que se remueven con los movimientos de tierra que ha sido denunciado por parte de varias organizaciones que se ha afectado la salud de los pobladores, el cianuro con el que se esparce, la contaminación de los ríos que se ha dado en algún momento que han denunciado los pobladores, el problema para nosotros es el acompañamiento de las instituciones del Estado, no le puedo decir si realmente se está contaminando o no», y de repente toma un papel y lápiz y comienza a dibujar:
«Ésta era San Andrés, todo esto no había, estaba en la parte plana, el cerro de San Andrés desapareció, era bien bonito, bien pintoresco, yo conozco desde el 94 aquí, hace 23 años estoy aquí en CONADEH, este cerro desapareció, es mi visión lógica de esto, aquí estaba San Andrés y lo movieron, explotaron, este otro cerro aquí es el cerro el cementerio ellos quieren el cementerio porque es una de las vetas mas ricas de oro, si este cerro desaparece solo queda este cucuruchito aquí que es Azacualpa, no hay duda que al explotar este cerro se pone muy vulnerable Azacualpa, así que tendrán que salir, tiene que haber otra negociación porque la gente no quiso las casas de abajo. ¿Qué se visualiza? que si no hay cambios por parte de la forma cómo invertir, desarrollar lo que habrá al final de esto es más pobreza, porque la mina va a haber dejado trabajo temporal pero sin inversión y evidentemente el impacto del daño ambiental es fuerte porque las pilas van a quedar varios años después de retirada la minera», culminó.
Personas saliendo tras la finalización de la misa dominical en la comunidad de Azacualpa. La iglesia católica ha apoyado a la oposición en esta comunidad. Foto: Martín Cálix
En 2016 la empresa minera solicitó una inspección a COPECO para evaluar una falla geológica en el cerro del cementerio, el informe fue realizado por un ingeniero que en sus primeras páginas asegura no tener las suficientes capacidades técnicas para confirmar teorías a pesar de que al final concluye que el cementerio tiene un riesgo inminente por una falla geológica natural.
Omar Lagos, subcomisionado de COPECO en Santa Rosa de Copán asegura que en su unidad ellos saben poco ya que ese trabajo lo hizo gente de Tegucigalpa pero que sí están enterados de la falla.
«Sí existe una falla geológica interna que pone en riesgo el patrimonio de la gente, aunque sea la gente que ya falleció es patrimonio de los familiares, existe riesgo que ceda aunque explote o no la mina, en el occidente existe una falla geológica en el Jagual, eso es interno, 500mts de carretera y 40 manzanas de tierra, eso en el occidente es normal», explica nervioso Lagos, quien intenta desmarcarse del conflicto siempre que puede. Asegura que como COPECO han recibido intimidación de la oposición por haber hecho el estudio a petición de la minera.
«Según estuve viendo COPECO recomendó trasladar el cementerio. El tema de la explotación eso ya quien tiene que evaluarlo es INGEOMIN pero con el tema de la explotación y la vulnerabilidad de Azacualpa, la comunidad está en una zona de riesgo, hay unas casas que están ubicadas en mal sector, en zona de riesgo, allí hay que hacerse estudios pertinentes para saber si la explotación está empeorando la vulnerabilidad, a nosotros no nos solicitaron eso sino que fue por otra cosa, el tema de explotación si eso genera riesgo, si la mina contamina el río Higuito, si es así se deben hacer los estudios en tiempo y forma», y reafirma el discurso de COPECO de que la vulnerabilidad es provocada por la manera en la que las poblaciones se asientan en lo territorios de Honduras.
«Si la vulnerabilidad ha aumentado probablemente sea porque a veces la población construye en zonas de derrumbe, de alto riesgo, posiblemente haya aumentado aunque pudo haber reducido porque algunas personas fueron trasladadas a la Nueva Azacualpa. Si usted lo relaciona con la mina y con la explotación y eso allí se tiene que hacer un estudio, en 2016 sólo se hizo del cementerio, ya un estudio relacionando a la mina con la vulnerabiliadd en su momento se debe hacer porque la mina debe ser responsable y tener protocolos de acción, el tema de riesgo no sólo es de COPECO también de INGEOMIN, para evaluar si esto afecta la vida de los pobladores», agregó.
Manuel Rodríguez es uno de los pocos vecinos de Azacualpa que se opone a las operaciones de la empresa minera, no sólo al traslado del cementerio, para Rodríguez la empresa debería cerrar. Manuel tiene miedo y nos habla desde el interior de un vehículo, encerrados para que nadie lo escuche.
«Ellos nos amenazaban por los medios de comunicación hace poco decían que querían la cabeza mía y la de otro compañero que se llama don Lito López y así venimos aguantando amenazas y humillaciones de la mina, dicen que hemos estado allí por dinero pero eso es falso nosotros sólo queremos que se respete el bosque, porque de repente vamos a tener un problema con la comunidad pero va a ser por la destrucción que ha hecho la minera, está a la vista», cuenta Manuel y cuando habla de «ellos» se refiere a sus vecinos, los que están ahora en un campamento vigilando que las operaciones de la mina no sean interrumpidas. La última vez que Manuel intentó frenar una máquina de la empresa, un grupo de trabajadores se le fue encima.
Manuel Rodríguez, poblador de Azacualpa que se opone a la explotación minera. Foto: Martín Cálix
«A mi la mina nunca me ha dado un presupuesto, me dedico a sembrar café y he sembrado maíz, frijoles, soy agricultor, la gente dice que se va la minera y se mueren de hambre, es que no quieren trabajar. Aquí no hay nada de beneficios, ésa es la mentira que no la compartimos, allí está el centro de salud que es por parte del gobierno y el gobierno es irresponsable porque no paga el personal, la mina apoya para estarnos manipulando aunque eso no sea nada, no es justo», agrega.
Mientras habla, Rubio Méndez, secretario del Comité Ambiental muestra las grietas en el suelo de la casa de su compañero Miguel, presidente del comité. Ambos firmaron el adendum que acordaba con la empresa poner precio a los muertos como parte del paquete de mejoras a la comunidad que la empresa había prometido por los daños causados con las voladuras.
«Yo planteé que para evitar los problemas a futuro la solución era que reubicaran la comunidad totalmente, en vista de eso, el gerente de ese tiempo se llamaba Carlos Calderón, él estaba de acuerdo pero vino el nuevo gerente pero no estuvo de acuerdo, ellos proponían hacer una urbanización con 396 viviendas que salieron en el censo. Fue esa etapa que hicieron 120 casas, en 2013, en 2015 tenían que estar construidas todas. En vista que en 2013 pararon la construcción de las viviendas, la empresa pidió una prorroga el 16 de septiembre, se le dio, en la comunidad siempre ha habido buena voluntad de colaborar con la mina, en diciembre no cumplieron, desde allí a 2014 hubo una manifestación, en youtube la pueden encontrar», explica Rubio, en esa protesta hubo desalojo y un grupo de personas terminaron judicializadas por daños a la empresa, entre ellos Miguel. Al final el trato quedó vacío, la gente decidió que no quería ya las casas sino el dinero.
«El patronato tiene mucha responsabilidad en esta división porque aparecía en ese adendum un terreno, empleo, no dieron nada. En la comunidad somos unas 15 familias que se oponen y en otras comunidades pequeñas, estamos en la protesta preocupados por tanta situación, dónde va a ubicarse a toda esta niñez de Azacualpa. Según la explotación que se realiza, el terreno es vulnerable, en un movimiento sísmico esta comunidad puede deslizarse, si se resbala esta comunidad se corre el riesgo de que se pierdan muchas vidas», culmina Rubio, mientras Miguel Ángel muestra los documentos del adendum donde sale su firma.
Miguel Ángel López es presidente del Comité Ambiental de Azacualpa pero fue de los primeros trabajadores mineros de la actual empresa, comenzó en 1997 cuando no había sindicato y la explotación venía iniciando, fue operario de máquinas y supervisor. Ahora lucha para que la empresa minera no avance devorándolo todo hasta llegar a su comunidad.
«Usted ve el peligro en el que vivimos aquí, las casas están dañadas, las pasamos parchando, el terreno es vulnerable, una parte donde ya en una ocasión el mismo COPECO dijo que la comunidad estaba en una zona vulnerable y a diario recibimos el impacto de las voladuras, se siente por debajo de la tierra», dice Miguel, habla de las fallas, las geológicas y las institucionales.
Miguel Angel López del Comité ambientalista de Azacualpa. Foto: Martín Cálix
Don Armando, el actual presidente del patronato coincide con sus opositores, de hecho, los que se colocan en dos bandos opuestos tienen más coincidencias en lo que dicen de lo que aceptan. «Esta comunidad tarde o temprano la van a tener que reubicar, ya el daño está hecho».
En el foro anual que realiza la Universidad Politécnica de Ingeniería (UPI) realizado el pasado julio de 2018, Aura Minerals y Minosa realizaron una serie de actos de protesta para exigir al Estado de Honduras protección a su inversión, el stand donde mostrarían su labor empresarial y social estaba vacío con un rótulo exigiendo seguridad jurídica. Allí el exgerente de Minosa, Monty Reed destituido justo tres días antes de que la minera cerrara de nuevo sus operaciones, aseguró a Contracorriente que «estamos tratando de tratar a todos con respeto pero hay algunos que están usurpando los otros derechos y cometiendo delitos flagrantes y dañando equipo, amenazando gente, tirando rocas sobre equipo», Reed habla de pérdidas millonarias, pero enfatiza que la mayor pérdida la tiene el Estado, «la ganancia para reinvertir en el país ya se acabó, no vamos a tener. Otra parte de estos cientos de millones que se retornan al país está perdido. Por el país se está perdiendo más que todo, no por nosotros», dice en su atropellado español.
Reed habló a los estudiantes de la UPI sobre la minería moderna y la responsabilidad social de la industria extractiva. «La minería tiene una historia muy fea de desprotección del medio ambiente pero en los últimos 40 años esto ha cambiado. Hay estándares mundiales que nosotros respetamos. En general esperamos dejar mejor el ambiente que cuando llegamos, también en el ámbito social. Queremos dejar socialmente y ambientalmente algo mejor, en términos de escuelas, salud y todo.
1986 estudiantes becados beneficiados. ASONOG y otras ONG ¿Cuántas estudiantes están beneficiando ellos? ¿Cuántas becas? ¿Cuántos pacientes han tratado en nuestra clínica?
En el medio ambiente, cada año sembramos 50 mil árboles. ¿Cuántos han sembrado ASONOG y el Movimiento Amplio?».
Si el cementerio es reubicado, dice Reed, al menos quedarían unos diez años de explotación en esa zona, la exportación de la empresa ronda los 100 millones de dólares anuales pero de eso la ganancia es muy poca, trata de convencer, Reed, que el negocio de la minería no es tan bueno como se piensa.
Lejos de Tegucigalpa, del hotel lujoso desde donde Reed nos habló, Miguel nos pide que veamos a su alrededor, hay mucha gente en la comunidad que vive en la pobreza y con tantas décadas de explotación, sacando el oro en el que se asentaron sus antepasados que llegaron en busca de oportunidades a esas montañas. Las nuevas generaciones ven cada vez menos un futuro prometedor en su pueblo.
Oneida y su hija Britany de 4 años. Ella es una de al menos 150 personas que se fueron en la primera caravana migrante de hondureños, pero fue retornada. Foto: Martín Cálix
Los deportados
Los deportados –sus historias de vida– van narrando este país, pero los deportados de este pueblo minero descubren el velo del espejismo en el que viven y del cual al final también se huye.
Oneida de 28 años, hija de doña Alba Luz, supo de la caravana por la televisión y se unió a 150 jóvenes de Azacualpa que en la frontera de Aguas Calientes se sumaron al grupo de más de 7 mil migrantes que viajaron en manada, en lo que luego se llamó éxodo y a cuenta gotas va filtrándose por la frontera de Estados Unidos.
Ahora está de regreso, firmó la deportación voluntaria a cambio de un apoyo de 10 mil lempiras que le prometieron representantes del gobierno en la frontera, ha pasado casi un mes y del dinero no ha sabido nada, la mandaron con un ticket que le daría un viaje gratis de retorno a su aldea, nadie la llamó después de eso.
«El primer día que nos llegamos al puente la policía nos tiró bomba lagrimosas y por la noche nos estuvieron leñateando, agarrando con leños porque no nos abrían el portón, hubo niños golpeados y niños que murieron.
–de aquí hubo muchachos que sí tenían empleo y se fueron (interrumpe su madre)
Al llegar, la pensada que llevábamos era trabajar y sacar adelante nuestras familias porque así como yo, tengo 3 niños pero estoy viviendo de arrimada con mi mamá. Tengo uno de 12, uno de 8 y la niña de 4 años. Sí me gustaría intentarlo de nuevo como aquí no hay empleo».
Oneida ha tenido trabajos temporales en la minera, como barrendera, pero sus hijos comen todos los días, ya de regreso sólo puede pensar en cómo retomar el camino de nuevo.
–El papá de los niños no está aquí, y para qué si no le ayuda a los niños.
–es torcida como la mamá –interrumpe doña Alba–. Sólo madre tenían mis hijos aquí, así está ella, ella es la mamá y papá de los niños. –Ríe nerviosa.
Melvin Contreras, de 29 años, migrante retornado de la primera caravana migrante de hondureños. Foto: Martín Cálix.
Mujer deportada de Chiapas, México. Salió en la primera caravana de migrantes para buscar una oportunidad en Estados Unidos y aportar a su hogar. Foto: Martín Cálix.
Francis Saavedra, de 23 años, migrante retornado de la primera caravana hondureña. La falta de empleo y de oportunidades en Azacualpa, dice, fueron las razones para migrar. Foto: Martín Cálix
La voz se regó en el pequeño pueblo y los deportados iban saliendo, hablando, con sus rostros tristes, quemados.
Francis de 23 años nunca había salido de su comunidad pero el hambre lo empujó a unirse a la caravana. «Tengo una niña y la mujer embarazada. estuve con la COMARC, cuando llegamos no nos dijeron nada sólo nos dijeron que íbamos a un albergue, al día siguiente me tomo la foto para llenar el formulario y esperamos tres días pero no nos respondieron nunca, entonces yo no aguanté y me regresé, me tuvieron dos días en el corralón de México y hablé con el consulado de Honduras entonces me deportaron. En el aeropuerto nos dieron una bolsa solidaria que le dicen, y me dieron el boleto para que pudiera venir aquí. Ahora a lo mismo como estaba antes, pidiéndole al gobierno que nos ayude porque si uno ayudándole cómo se va a ir de su país, uno con un trabajito que tenga que gane más o menos para mantener a su familia, con eso», cuenta Francis, quien como la mayoría de los deportados no terminó la primaria.
«A veces nos tocaba pedir jalón, a veces caminando, a veces corriendo, el camino es pesado», cuenta Melvin de 29 años, un campesino que no podía sostener a su familia con el pago diario de 150 lempiras. «Como no hay empleo nos toca emigrar, me dedicaba a trabajar en la tierra, aquí ya no se puede, entonces por eso uno emigra, yo cuando me di cuenta que iba una caravana me uní a ellos, les dije a mi familia que me iba para darles una mejor vida, aquí cien pesos gana uno, no ajusta para la comida. Muchos emigramos por eso», afirma Melvin quien con apenas 12 años comenzó a sostener la familia porque a su padre lo mataron por robarle 1000 lempiras (alrededor de 50 dólares).
«Yo ayudaba a mi mamá y a mis 7 hermanitos, con sal y tortillita se pasa pero a veces uno se siente hostigado, si no hay nada de repente me voy a volver a ir. Cuando yo le digo así a mi mamá se pone a llorar, uno en las noticias ve como matan la gente en ese camino», las mujeres alrededor interrumpen:
–por eso defendemos la mina, al menos da trabajitos.
En la Frontera de Agua Caliente en el momento en que Joselino regresaba junto a un grupo de personas provenientes de Chiapas, México. Foto: Martín Cálix
Joselino, migrante retornado retratado en su casa tras su regreso desde México luego de haber intentado llegar a Estados Unidos en la primera caravana migrante de hondureños. Foto: Martín Cálix
«De nada sirve estar pobre», suelta Joselino, otro de los deportados, allí en su casa de adobe donde tiene conectado apenas un foco y le llegan a cobrar grandes cantidades por consumo de energía. Él y su vecina se fueron en la caravana y las lágrimas se les quedan atrapadas en los párpados cuando recuerdan lo duro del camino y la frustración de regresar al espejismo que los expulsó, el que los deportados cuentan mejor en la Honduras más olvidada.
Joselino regresó desde México en un bus a las 5 de la mañana, con ropas que a simple vista no eran de él, el pantalón le quedaba corto y el saco le quedaba grande, debajo, nada, aquel saco varias tallas más grande que la suya era todo lo que lo protegía del frío a su llegada a la Frontera de Agua Caliente, para ser recibido por los agentes de migración, por los empleados de COPECO que rápido, sin darle tiempo para asimilar lo que estaba sucediéndole a él y a otros tantos adultos y niños, lo metieron a otro bus en dirección a la terminal de San Pedro Sula, ésa fue la primera vez que lo vimos. Lo vimos sin verlo, y luego en su casa, su casita pequeña de adobe, en Azacualpa, desde su casa como desde toda las casas de Azacualpa, se suele ver a la maquinaria de la minera sacando el oro del que jóvenes como Joselino jamás se beneficiarán.
Este reportaje se realizó con apoyo de Fundación Heinrich Böll Stiftung
No se nace, sino que se deviene mujer.
No se nace mujer: llega una a serlo. Ningún destino biológico, físico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; la civilización en conjunto es quien elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado al que se califica como femenino.
Sofía es una mujer transgénero, tiene 26 años y vive en San Pedro Sula, una ciudad en un país donde realizar una transición de identidad de género tiene riesgos diversos y muy altos, de muerte. El Observatorio de la Red Lésbica Cattrachas establece que es así porque en el país no existen leyes ni políticas que protejan o garanticen los derechos humanos de las mujeres transgénero.
“Para nosotras la transición se vuelve una pesadilla, cuando no se tienen los servicios adecuados” comenta Sofía Carbajal acompañada de otros compañeros y amigos defensores de derechos humanos en el país, durante una reunión en la que coinciden para hablar sobre sus trabajos.
A Sofía le ha tocado escuchar las historias de amigas que deciden no comer con tal de ajustar el dinero para ir a Villanueva, un municipio a 26.8 km de San Pedro Sula para que otra compañera inyecte aceite mineral en los pechos o glúteos.
“Acceder al aceite es fácil, solo cuesta de 35 a 50 lempiras ($1.42) el bote, el cual se inyecta con jeringas de 20 cc y en otros procesos han incluso utilizado el mismo tipo de jeringas que usan para inyectar a vacas y caballos. Quienes hacen dicha práctica deben dormir por días sentadas y con unos alambres en forma de equis X en sus pechos para que le formen ambas tetas, algunas no aguantan, se quedan dormidas boca abajo y ahí es donde el aceite se corre más rápido o les deja unas tetas deformes” relata mientras muestra su pecho como referencia.
La compañera que les inyectaba a la mayoría el aceite, ya no vive en el país, emigró y es parte de la cifra de la Pastoral de Movilidad Humana, de las 300 personas que cada día migran de forma irregular, huyendo del riesgo que supone sobrevivir en Honduras. La forma cómo aprendió a hacerlo esta compañera, fue empíricamente, aunque hubo un tiempo en el que una enfermera de esa misma ciudad les cobraba por cada inyección Lps.500.00 ($20.38) casi el quíntuple de lo que les costaba luego con una compañera. Actualmente está enfermera tampoco les sigue brindando dicho servicio clandestino.
Al tener estos espejos Sofía ha decidido solo seguir con su hormonización con pastillas, aunque apenas acaba de iniciar nuevamente el proceso, luego de una intoxicación que tuvo en su adolescencia, cuando iniciaba con la transición.
Y es que los cánones de belleza en las mujeres, impuestos por la sociedad, sobre todo afectan a las mujeres transgénero ya que se ven volcadas a seguirlas. Saben que lograrlos tiene un costo alto monetariamente pero también les podría costar la vida misma. La transición de las mujeres transgénero es un proceso de construcción de sentidos de pertenencia que van desarrollando en lo largo de sus vidas.
“Yo me emocioné al ver los primeros cambios en mi cuerpo, ya cuando tenía entre 19 a 20 años, inicié a ponerme inyecciones de Topasel. Al inicio me ponía una cada semana pero luego quería más, porque ya me miraba con mis pechos y como estaba pequeña, mi cuerpo se miraba muy curvilíneo, hasta que de repente estas inyecciones me empezaron a dar alergia y termine en emergencias, donde me inyectaron penicilina G benzatina” recuerda Sofía entre risas y muchos nervios.
Sala de espera de la emergencia en el Centro de Salud público de la ciudad de San Pedro Sula. Foto: Martín Cálix
Utilizar inadecuadamente la administración de Topasel (u otros medicamentos hormonales) puede causar trombosis, alergias irreversibles e incluso fallo hepático. “Usualmente cuando una receta este tipo de medicamentos que en general son para control natal, se prescribe una sola dosis al mes, pero en el caso de las mujeres transgénero, eso es diferente por diversas razones, muchas de ellas se automedican hasta 20 dosis al mes por miedo a preguntar a sus médicos de cabecera, lo cual es bastante comprensible, ya que el sistema de salud no tiene conocimiento de estos casos ni tampoco está capacitado para brindar un servicio diferenciado y de calidad” expresa Karen Luján, doctora general en Servicio de Atención Integral (SAI) del Hospital Mario Catarino Rivas.
En Honduras, como en muchos países de la región, la atención diferenciada en los servicios de salud es inexistente, esto debido a la falta de marcos legales que permitan acceder a derechos básicos y sin estigma a poblaciones vulneradas. Los pocos esfuerzos que se realizan desde esa visión, están en el marco de la respuesta y prevención de Infecciones de Transmisión Sexual, por ejemplo en San Pedro Sula el lugar donde usualmente se atiende a la población LGTBI es en las clínicas de Vigilancia Centinela de las Infecciones de Transmisión Sexual (VICITS) una iniciativa surgida en Bolivia en 1992, como una actividad de vigilancia epidemiológica de VIH y otras ITS en los servicios para la atención de mujeres trabajadoras sexuales (MTS). Posteriormente, llega a Centroamérica y se implementa en Honduras en el año 2006.
Generalmente estas clínicas, están dentro de los centros de atención médica, no obstante, no son fáciles de encontrar o identificar, usualmente están ubicadas en los extremos de los centros de salud y casi invisibles, como para que nadie se entere quiénes llegan ahí y lograr mantener la confidencialidad de las personas. El personal de salud que atiende a las poblaciones claves -como se le conocen en las estrategias de país y de la región desde los organismos internacionales- está capacitado para atender de forma integral, una integralidad que está basada únicamente en el tema de la salud sexual más no en la salud mental o acompañamiento para los procesos de transición de las personas transgénero.
La entrada al Centro de Atención Integral del Centro de Salud en la ciudad de San Pedro Sula queda obstaculizado a la vista por los autos que se estacionan enfrente. Foto: Martín Cálix
“Sí, se les brindara acceso al derecho a la salud realmente integral, las mujeres transgénero podrían hacer su transición de manera más segura y no se expondrían a tantos riesgos. En los últimos meses he recibido muchos casos de mujeres que han adquirido infecciones por mala praxis en lugares donde les ofrecen servicios de castración de sus testículos o glande” según Luján, estos lugares también se dedican a realizar piercings y demás servicios relacionados, por lo que para las mujeres transgénero es una opción viable para acelerar el proceso.
Luján recuerda los momentos de impotencia que ha sentido al conocer casos como el de una chica que, por intoxicación y abuso del uso de medicamentos hormonales, desarrolló una serie de enfermedades, algunas de ellas crónicas como la diabetes y problemas de la tiroides. “Ella ya tiene un fallo hepático que además le ha causado cirrosis medicamentosa (daño hepático inducido por medicamentos) nuestra recomendación lastimosamente fue eliminar el uso de estas hormonas y otras sustancias y ahora ella, se encuentra en su transición de reversa, es decir ahora se identifica como hombre gay, al no verse cómo lo que ella es. Tiene depresión,” dice Luján al agregar que estos medicamentos o procesos que realizan al ser utilizados de manera errónea también les altera su salud mental y emocional, causándoles efectos adversos como ansiedad, mal humor y depresión.
Cuando una mujer transgénero llega a un centro de salud, ni la guardia de seguridad ni el médico le llaman por su nombre social, sino que el legal, son ingresados al área de hombres, aunque física y emocionalmente ellas se identifiquen como mujeres. “Ese es problema de ellos, porque acá se les va a llamar como hombres y serán atendidos así, no se puede hacer mucho” dice una guardia de seguridad privada en emergencias del hospital, mientras revisa su celular, al preguntarle dónde ingresarían a una mujer transgénero con un ataque de asma.
La barrera de salud es uno de los grandes retos que tienen al no contar con una identidad de género. Es por ello que su transición la realizan mediante un método de prueba y error, “prefieren el dolor físico que el emocional”, acota Luján al referirse a los diversos casos de emergencia que le ha tocado atender.
A veces ni siquiera el horror de ver cómo el aceite vegetal o biopolímero (sacado al derretir discos) les quema por dentro sus órganos, ha hecho que las mujeres trans reduzcan las prácticas.
Julia, como le llamaremos por seguridad, es una activista al igual que Sofía, que lucha para que la población transgénero tenga mejores condiciones de vida, no obstante, incluso en ella, las exigencias de una sociedad y del imaginario de belleza en su cabeza, hicieron que pusiera en peligro su vida en dos ocasiones.
“La primera vez que decidí colocarme silicón, porque estaba segura que no quería aceite, fue cuando tenía 19 años y una vez que logré tener mis primeras chiches (pechos), finalmente me sentí completa, me miraba como yo me sentía y asumía. Sin embargo, aunque me sentía contenta con lo que tenía, creía que teniendo más iba a ser mejor, así que empecé ahorrar aproximadamente 50 mil lempiras ($2,124.00) que los hacía a través de trabajo sexual alguna parte y otra por mi trabajo como defensora” relata Julia quien cada tanto hace una pausa, para recordar detalles y otras veces para atender cosas de la oficina que recién ha abierto en una zona conflictiva de San Pedro Sula, pero que es para lo que le alcanza ahora.
«Yo tenía el dinero, aunque no lo suficiente como para ir en las mejores condiciones, tenía miedo de irme de una u otra forma porque tanta historia que una escucha, hace que siempre se vaya con miedo», cuenta.
El riesgo se volvía secundario pues lo único que a Julia le importaba era poder llegar a México, aunque fuera de manera indocumentada, para poder inyectarse los litros de silicona que necesitaba, según ella, para verse como la mujer que se sentía por dentro. “Ya me había puesto medio litro y estaba bien, todo había salido bien, el trayecto de ida y venida, pero como yo quería más, es en mi segundo viaje en donde todo se vuelve caótico y terrible, este camino violento era nuevo para mí. La segunda vez que fui a México por mis otros 4 litros de silicón líquido, mi cuerpo no estaba listo para dicha cantidad y de paso me dieron calenturas que me pusieron muy mal de salud,” relata Julia mientras se acomoda cada tanto, en su silla, ya que no puede estar tanto tiempo sentada en una sola posición a causa de los efectos secundarios de esta práctica.
Julia además de haberse puesto mal de salud, fue capturada por migración y puesta en la cárcel de migrantes en México, en donde permaneció 3 días sin bañarse, sin comer, sin dormir y casi gritando todos los días para que la liberaran. “Yo estaba desesperada, me quería morir y sentía que lo que me había puesto me estaba poniendo peor, tenía una gran infección a causa de no haber tenido reposo y estar en ese lugar frío y asqueroso”. Todo se volvía más complicado de lo que ella pudo imaginarse, hasta que de pronto alguien en la celda le dijo:
-Hey catracha, ahí anda el cónsul de Honduras, aprovecha para que te liberen.
“Yo no sé cómo, pero yo exigí que me sacaran que necesitaba ir al baño o algo así, para que me dejaran salir de la celda y cuando lo hice, empecé a gritar como loca y del dolor que tenía no podía correr, así que me tropecé y caí, un golpe que se escuchó en todo el pasillo e hizo que el cónsul me mirara y preguntara quién era yo».
– Soy hondureña, me estoy muriendo acá, necesito regresar a mi país- les dijo Julia mientras experimentaba una fiebre que la tenía deshidratada.
Y es así cómo Julia logra regresar a su país, con una meta clara: trabajar exhaustivamente en el tema de los derechos de las mujeres transgénero, para que puedan acceder a servicios de salud integrales y de acuerdo a sus necesidades, pero también con la meta que regresaría a México de forma legal sin gastar ni un peso de su bolsa e ir a hacer lo que más le gusta- incidir políticamente. Una meta que logró y lo expresa con orgullo y alegría, casi olvidando que sus piernas y pantorrillas ahora están sufriendo los efectos secundarios de lo que se inyectó.
“Ahora no puedo ni golpearme ni nada, porque paso con miedo, estoy deprimida y siento que no encuentro salida más que mi trabajo”. Julia, luego de ese suceso, ha estado en tratamiento con algunos especialistas y cada tanto logra ahorrar para poder realizarse mamografía, exámenes con un endocrinólogo y proctólogo. Estas especialidades no están disponibles en los centros de salud públicos a los que tienen acceso las mujeres transgénero.
Julia cuenta que ahora su meta a largo plazo es poder viajar a Colombia para poder extraerse el silicón y que le raspen los residuos.
El caso de Julia es atípico en Honduras, ya que su condición de trabajo le ha permitido poder tener acceso a servicios de salud especializados, no obstante, tampoco ella está tan lejos de la realidad de sus compañeras que, aun siendo profesionales en distintas áreas, han tenido que ejercer más de una vez el trabajo sexual.
En Honduras las mujeres trans no cuentan con una política pública que las ampare para garantizar sus derechos humanos, es por ello que en 2013 varias profesionales del derecho y activistas de la población en específico, inician la elaboración de una Ley de Identidad de Género, tomando en cuenta lo que sus compañeras en la región iban trabajando, tanto en Argentina, Uruguay e incluso México.
No obstante, desde el 2015 que se entregó el anteproyecto con el apoyo de la Secretaría de Estado en los Despachos de Gobernación, Justicia, y Descentralización (SGJD), el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH) y la diputada independiente Doris Gutiérrez, esta quedó engavetada, reduciéndola en debates políticos en una ley que busca permitir el matrimonio igualitario. Si bien es cierto dentro de la ley se menciona el tema, esta busca superar las barreras para el acceso a servicios competentes para hacer frente a las necesidades generales y específicas.
Esta situación sigue siendo parte del cimiento de las diversas barreras que las mujeres trans deben enfrentar, tal cual lo cuenta Alejandra Vega una mujer transgénero de 34 años que trabaja como contadora en una organización de sociedad civil. “La Vega” como le dicen, cuenta que cuando empezaba con su transición de hombre a mujer su vida se complicó y dio un giro completo.
“Cuando a mis 19 años dije en mi casa que era gay, como muchas en este proceso, mi familia se alteró, mi mamá lloró, pero luego me confesó que ya lo sabía de alguna manera. Pero cuando empecé a verme más femenina y me fui asumiendo mujer, empezaron los problemas”. Vega cuenta este episodio de su vida y asegura que odia las etiquetas, para ella tener una vagina o un pene no debería determinar cómo se asume o construye una persona.
Alejandra es una chica trans que trabaja en una calle del centro de la ciudad de San Pedro Sula. Foto: Martín Cálix
Está convencida que todo va amarrado de una u otra forma, ya que realmente los problemas en su casa no iniciaron porque fuese una mujer transgénero, sino porque perdió su trabajo como contadora y al no tener cómo aportar a su familia de forma constante, Vega tuvo que iniciar a ejercer el trabajo sexual y con ello también llegaron las drogas.
“Fui drogadicto 10 años, llevo apenas 1 año de estar limpio y las drogas me costaron mi vínculo familiar, una consecuencia del no tener trabajo o expresarme como la sociedad quiere”, Alejandra hace hincapié que odia los roles de género y que por eso durante el día se viste con sus jeans, camiseta, gorra, aretes y casi nunca anda en tacones, contrario a cómo se viste en la noche. “Al final de cuentas soy la misma y una gorra o unos tacones no me deberían de definir” recalca.
Según un estudio realizado por Distintas Latitudes y publicado en su Ebook Imparables, en América Latina y El Caribe solamente 3 países tienen regulaciones en cuanto a identidad de género. Honduras, según este estudio es de los países con legislación inexistente más allá de la despenalización, rectificando que las barreras para la población LGTBI siguen siendo un reto para los gobiernos.
Alejandra, al igual que Sofía y a diferencia de Julia, decidió no utilizar más que hormonas para su transición y considera que el hecho de no contar con un sistema de salud integral y especializado en atención para mujeres trans hace que ella como otras compañeras, decidan quedarse solo con lo que es más seguro, que en este caso son las hormonas a través de pastillas anticonceptivas o inyecciones para planificar que usan las mujeres cisgénero.
“Las estrategias de salud se enfocan en VIH y no tanto en tema de prevención como antes, básicamente a lo que tenemos acceso en temas de servicios de salud, solo es focalizado a mujeres transgénero enfermas, no para prevenir”, asegura Vega.
“La hormonización es importante pero también son los dientes”- se ríe mientras lo dice y sigue retocando su maquillaje en la calle en donde decidió atendernos esa noche- Alejandra, Sofía y Julia nunca han conocido a alguien que haya hecho su transición de forma segura y con profesionales de la salud en el país, aunque algunas lo han intentado, casi todas inician de forma empírica a través de pastillas anticonceptivas.
Una Ley de identidad de género – Una oportunidad de vida
En Honduras no existen leyes focalizadas que garanticen los Derechos Humanos de la población LGTBI, actualmente los únicos recursos legales que tienen es el artículo 321 del Código Penal y la Ley de Protección para las y los Defensores de Derechos Humanos, Periodistas, Comunicadores Sociales y Operadores de Justicia, que solamente ampara a aquellas personas que han sido certificados como defensores de DDHH.
Además de ello a pesar de haber elaborado anteproyectos de ley por la no discriminación y la ley de identidad de género por parte de la sociedad civil, el Estado no ha continuado el proceso de revisión correspondiente para la discusión en el pleno del Congreso.
La segunda ley es clave para garantizar y mejorar la tasa de mortalidad de las mujeres trans en el país, ya que con esta ley el Estado está obligado a cumplir con la despatologización y el reconocimiento de las personas por su nombre social. En el ámbito de la salud, la ley implica garantizar la atención integral para las personas trans, centrado en un modelo de derechos y necesidades de cada persona.
Al no tener una ley y políticas como las antes mencionadas se genera una condición de vulnerabilidad para el acceso a la salud física y mental de las mujeres y hombres transgénero en el país colocándolas en peligro de vida.
Jorgina Fuentes tiene 33 años, con una personalidad única y con mucha astucia. Antes de brindar la entrevista, revisa las credenciales de los reporteros y los trabajos que realizan y advierte que no quiere que le vayan a cambiar palabras al momento de escribir su experiencia.
Una chica trans posa para una sesión de fotos en el interior del pequeño apartamento que alquila en un barrio de la ciudad de San Pedro Sula. Foto: Martín Cálix
Ella inició su transición como muchas, pensando que era hombre gay hasta que se dio cuenta que era una mujer y comprendió los retos a los que iba a enfrentar. A veces este proceso es acelerado en algunas y en otras mucho más lento, mucho depende de las familias y los entornos en los que se encuentren.
Jorgina cuenta que cuando ella inició su transición ya tenía 15 años y salía con una amiga mayor a la calle, ya en ese entonces empezaba a ejercer el trabajo sexual para poder obtener dinero. “Empecé a salir y dije – hey, ¿qué onda?- porque ya me empezaba a gustar aquello”. En ese momento de su vida en el que era un panadero comenzó a “botar las plumas” al desafiar su entorno y pintarse el cabello de color amarillo.
Ella al igual que Alejandra Vega pudieron trabajar en sus profesiones y continuar su transición sin exponerse de alguna manera a la violencia en la calle, no obstante, el machismo no les permite desarrollar una vida tranquila. Ellas dos son amigas, vivieron en contextos bastante diferentes pero fue uno solo el que hizo que se encontraran en el camino de la exclusión y cero garantías: La calle.
Las iniciativas de ley además de garantizar los derechos buscan reivindicar el hecho que el término transgénero sea alejado de las connotaciones psico- médicas de la transexualidad y el travestismo, permitiendo que se resignifiquen bajo el paraguas del término trans a las maneras en las que ellas se perciben y construyen su identidad de género más allá de las intervenciones quirúrgicas o modificaciones hormonales y estéticas.
Se vuelve una re-significación que incluso en el marco legal está establecida como precedente en la lucha por los derechos de las mujeres trans, al lograr que la Organizaición Mundial de la Salud (OMS) removiera de sus protocolos la patologización de las identidades trans, que hasta en ese momento eran clasificadas como trastornos mentales.
“Para poder avanzar sin duda debemos botar estereotipos, incluso dentro de la población LGTBI que por supuesto también tiene un sistema patriarcal, en el que los hombres gais han liderado procesos y las mujeres trans hemos sido rezagadas y tratadas como drogadictas, ladronas e irresponsables – y no es que no existan compañeras así, yo misma fui drogadicta – pero sé que también existimos mujeres con ganas de demostrar lo contrario y romper paradigmas” dice La Vega que lleva horas esperando un cliente en la avenida del sur este de la ciudad.
Mientras Vega relataba los diversos retos que ella ha podido identificar, recordaba a las mujeres que decidieron utilizar aceites u otras sustancias para tener los cuerpos perfectos y lamenta mucho cómo este sistema no puede siquiera garantizar lo básico que necesita una persona.
“En este punto de mi vida solo tengo claro que quiero dejarles algo a mis compañeras y que, aunque sea algo de lo mucho que he leído se les quede, pero sobre todo quisiera que dejáramos de estar pidiendo: Me lo podés dar por favor, porque lo necesito -mientras hace su voz más baja y sumisa. – No. Tenemos que decir – Aquí está una puta ley, mira, sino respetas te voy hacer esto, cabrón” Vega, considera que a pesar de tener avances luego de 17 años en activismo, llegar a condiciones ideales para su transición es apenas una utopía, sobre todo, si en el país no se empieza a tomar en serio el tema de la educación sexual.
Las mujeres transgénero son fáciles de encontrar en estrategias, justificaciones de proyectos y en cifras frías, pero poco o nada se habla de ellas desde la óptica cultural e inclusión dentro del sistema cotidiano. De las cuatro entrevistadas, 3 de ellas ejercieron el trabajo sexual siendo menores de edad, todas lograron terminar su educación primaria, dos de ellas su educación media y solo una logró graduarse de la universidad. Todas siguen construyendo su identidad en medio de la tortura estatal.
Glosario:
Transición: Se refiere al período de tiempo en que las mujeres y hombres trans cambian el rol de género asociado con el sexo asignado al nacer a una identidad de género diferente. También es conocida como la construcción la cual puede o no incluir feminización del cuerpo (modificando características genitales) a través de hormonas y otros procedimientos médicos.
Transgénero: Se refiere a las personas que no han alterado o que no desean cambiar las condiciones o características sexuales con las que nacieron, pero cuyas identidades de género difieren del sexo que se les asignó al nacer.
Cisgénero:Es un término que se utiliza para describir a personas cuya identidad de género y género asignado al nacer son concordantes, y que cuyo comportamiento también es concordante con el que socialmente se asigna a dicho género.
En la comunidad de Azacualpa, municipio de La Unión en el departamento de Copán, los muertos siempre fueron enterrados en la misma montaña, debajo de ellos, la montaña guardó siempre algo más que sus cuerpos, ese algo es oro. Y ese oro estuvo ahí esperando ser excavado por las empresas mineras que siempre vieron en las montañas de Azacualpa la oportunidad perfecta para hacerse con el mineral. Las concesiones mineras en la endeble comunidad de Azacualpa –narran sus pobladores– se remontan hacia principios de los años 50’s.
Para los habitantes de Azacualpa la minera representa todo, una oportunidad de acceder a todo: salud, educación, un poco de infraestructura, algunos empleos, no muchos porque la empresa sólo puede darle empleo a unos cuantos. Ésta es una comunidad caída en el abandono estatal, donde la minera es el Estado.
Para poder excavar el oro debajo del cementerio municipal, la empresa Minerales de Occidente S.A. (Minosa) subsidiaria de la empresa canadiense Aura Minerals construyó un cementerio nuevo y ha convencido a la comunidad de reubicar a sus muertos a cambio de pagar por cada muerto entre 100 mil y 110 mil lempiras (8 mil 176 dólares). Aún así, la compleja situación no queda únicamente ahí, la minera también construyó casas, un complejo que llaman «La Nueva Azacualpa», con la intención de reubicar también a la comunidad entera, un proceso que no se concluyó porque la construcción no cumplió las expectativas de los pobladores de Azacualpa.
Que en el cementerio hay fallas, temblores, que son cosas que sólo dios sabe, que el nuevo cementerio les queda más cerca para coronar a sus muertos y cuidarlos mejor, dicen las mujeres que aún tienen a sus familiares enterrados en el viejo cementerio, éstas son algunas de las razones en las que ellas encuentran la justificación necesaria para pensarse el traslado de sus muertos hacia el cementerio que la minera construyó.
Mientras se completa el traslado de la totalidad de los muertos hacia el nuevo cementerio, la comunidad de Azacualpa, vivos y muertos, está dividida, entre los que están en contra de la explotación minera –apenas unos pocos– y los que están a favor –la mayoría–, entre los que ya habitan el nuevo cementerio y los que aún permanecen en el antiguo campo santo, estorbando, impidiendo desde su quietud de muerto, que la minera se haga con el oro que descansa bajo sus tumbas.
En el cerro, de camino hacia el cementerio viejo –como suelen decirle ahora– hay rótulos que guían o detienen a las máquinas que trabajan cerca. Foto: Martín CálixUna mujer coronando a su familiar el 2 de noviembre durante la celebración del día de muertos en el cementerio viejo de Azacualpa, La Unión. Foto: Martín CálixCada 2 de noviembre se celebra el día de muertos, una tradición indígena que se ha mezclado con el cristianismo. Foto: Martín CálixUna pareja de ancianos corona la tumba sin cruz de un familiar en el cementerio viejo de Azacualpa durante la celebración del día de muertos, muchas tumbas en este cementerio están identificadas por ramas, piedras o arbustos, han perdido –o nunca tuvieron– sus cruces. Foto: Martín Cálix.Coronas y arreglos florales plásticos sobre una tumba en el cementerio viejo de Azacualpa. Foto: Martín CálixJuana Alba Guevara de 76 años, frente a las tumbas de su familiares. Ella está a favor de la minera pero aún no hace el traslado de sus familiares al nuevo cementerio. Foto: Martín CálixTumbas exhumadas del cementerio viejo en la comunidad de Azacualpa, municipio de La Unión en el departamento de Copán. Algunos pobladores cuentan que Minerales de Occidente paga entre 100 mil y 110 mil lempiras por cada cuerpo exhumado y trasladado hacia el nuevo cementerio. Foto: Martín CálixAlba Luz Hernández, de 59 años, delante de la tumba de Waldina, su hija, cuenta que fue asesinada por su pareja en 2010. Foto: Martín CálixUna vieja cruz de madera, piedras y un arreglo floral y una corona de papel de china en una tumba sin placa en el cementerio viejo de Azacualpa, muchas tumbas carecen de una lapida que identifique al muerto. Foto: Martín Cálix
Las máquinas –como esta retroexcavadora– realizan trabajos en las inmediaciones del cementerio viejo de Azacualpa. Foto: Martín CálixUna mujer observa un presente dejado en una tumba del nuevo cementerio de Azacualpa. Foto: Martín CálixEl color gris del concreto es la norma en el cementerio nuevo de Azacualpa, sin lápidas, los familiares han tenido que escribir el nombre de sus familiares cuando el cemento aún estaba fresco.
Me cuestioné si me correspondía o no hablar sobre el tema a mí, que soy varón, pero cuando recordé que fui abusado y violado por un familiar cuando tenía 8 años entendí que sí, tengo la autoridad para poder escribir sobre lo que está sucediendo en mi país, Argentina.
El martes 11 de diciembre, el Colectivo Actrices Argentinas, que reúne y representa a más de 400 trabajadoras de la industria del teatro, cine y televisión, denunciaron públicamente a Juan Darthés, actor, por haber violado a la actriz Thelma Fardín durante una gira teatral en Nicaragua cuando ella tenía 16 años. Thelma llegó a las reuniones del colectivo con miedo y cuando relató lo sucedido hace 9 años, sus compañeras actuaron de inmediato con total hermetismo, sororidad y cumpliendo con lo procedimentalmente judicial que fue ni más ni menos que proveerla de recursos para que junto a su abogada pudiera viajar a Managua y radicar la denuncia ante la justicia nicaragüense. Luego de cumplir con este necesario proceso, juntas y desde el escenario de un teatro y en conferencia de prensa, denunciaron al violador.
Thelma grabó un estremecedor video narrando entre lágrimas con detalles cómo fue violada y particularmente la frase que él le dijo en aquel momento: “Mirá cómo me ponés”, en relación a su miembro erecto. Un varón, un hombre, un macho responsabilizando a una adolescente de 16 años por su perversión que roza la pederastia.
Desde el martes se dio inicio a la campaña #MiráCómoNosPonemos convirtiéndose en una revolución social que actualmente está animando a cientos de personas a contar que fueron abusadas o violadas. Escuchar a Thelma contar cómo su violador le introducía los dedos en su vagina me invadió el alma de tristeza y me remontó a todas y cada una de las sensaciones físicas y emociones dolorosas que experimenté cuando ese familiar directo hacía conmigo lo que no era adecuado para mi edad. Y empecé a hablar con amigos y amigas y compañerxs de trabajo sobre lo que estaba pasando con Thelma y de a poco fuimos descubriendo cuántos y cuántas habíamos sido abusadas o violadas durante nuestra infancia o adolescencia.
De repente nos encontramos sensibilizadas porque en algún momento de nuestras vidas, fuimos Thelma. Sensibilizados porque escuchándola y mirándola, podíamos sentir la misma bronca, angustia, miedo, asco y dolor que ella porque lo vivimos en carne propia.
De pronto estamos siendo parte de una bisagra histórica nuevamente encarnada por las mujeres que, en nombre del feminismo, nos incluye a todas las víctimas de violación y abuso sexual sin distinción de sexo. Tan fuerte está siendo todo que ayer, la prestigiosa actriz Marta González de 74 años, tuvo el valor necesario para contar que, a sus 7 años, ella también había sido abusada en un estudio de grabación. Fue necesario que pasaran más de 60 años y que una muchacha llamada Thelma se animara a contarlo para que una mujer que podría ser su madre o abuela narrara y expusiera que había sufrido lo mismo. Y no nos engañemos, porque ahora resulta parecer que hay más violaciones que antes y no, siempre las hubo con la diferencia de que el sistema patriarcal y machista en el que nacimos, nos criaron, crecimos y que ahora estamos destruyendo, naturalizó estas acciones ladinas y sagaces. Las mujeres y los varones menores de edad como objetos del placer depravado y descarnado de los varones mayores de edad que se aprovecharon de nuestras vulnerabilidades para satisfacer sus deseos perniciosos.
Sin esperarlo, ahora todxs nos encontramos inmersxs en una causa en común y en un padecimiento colectivo que, con la solidaridad, sororidad y el feminismo como herramientas, buscamos sanar, superar y reponernos para dar batalla contra este sistema de avasallamiento de las autonomías traducidas en acosos, abusos, violaciones y pedofilia.
Juan Darthés, el violador denunciado, apeló al discurso clásico del dispositivo misógino y machista, empleando su cuenta de Twitter para acusar a Thelma de mentirosa. Solo falta que diga que ella está loca. Los recursos del macho son de manual, o la mujer miente o está loca. La mujer nunca tiene la razón y es poco creíble. Me rectifico, hasta ahora, de a poco estamos derribando la estructura de privilegios del varón. Ahora todas y todos les creemos a todas y todos lxs que denuncian haber sido acosados, abusados o violados. La impunidad no tiene límites y tiene tanta fuerza y violencia que, en este preciso momento, mientras escribo estas líneas, él, victimizándose acaba de afirmar: «Ella golpeó la puerta de mi habitación, yo la saqué de mi habitación. ‘¡Estás loca! ¿Qué te pasa? Soy un tipo grande”.
Les dije, son de manual y tenemos que estar atentos y atentas porque con un ordenamiento machista y cómplice de estos sujetos, todo puede invertirse y determinar que Thelma fue la culpable.
Nosotrxs sabemos dónde está la verdad. Nosotrxs sabemos a quiénes tenemos que creerle y no son las víctimas las que tienen que tener miedo, vergüenza o pudor, a partir de ahora que ellos tengan miedo porque la justicia va a llegar, la social, la penal y la civil. Hoy todos y todas somos Thelma.
Cuidado, mirá cómo nos ponemos.
Mi diagnóstico me llevó a pensar que me encontraba en un vacío legal y vulnerable. Me olvidé que los derechos humanos son universales. A partir de ese momento empecé a conocerlos y a apropiarme de ellos.
Derecho a la confidencialidad de mi serología positiva, derecho a la privacidad, derecho a decidir a quién contarle que tengo VIH, por qué, cuándo y para qué. Entender también que ser visible (persona que cuenta pública y abiertamente que tiene VIH) no me obliga a renunciar a ese derecho, el de la confidencialidad; derecho a acceder a mi tratamiento antirretroviral, ese que me ayuda a sobrevivir, derecho a querer tomarlo o no, derecho a cambiar de tratamiento cuando el actual me genera efectos secundarios, derechos y más derechos que muchas veces la culpa, la eclesiástica culpa, nos hace olvidar.
Pero también tenemos derecho al placer. Al placer que nos da el sexo, el disfrute que nos da follar con otras personas independientemente de su identidad sexual y de género; independientemente de nuestras genitalidades porque sí, señoras y señores, el placer del sexo es un derecho humano.
El primer derecho que intentan quitarnos cuando nos enteramos que tenemos VIH. Recuerdo que desde que conocí que tengo el virus estuve exactamente 9 meses sin tener relaciones sexuales. Todo un parto. Me desconocía. Soy joven y por naturaleza siempre tuve una vida sexual activa, pero desde que el virus llegó a mi vida me convertí en una especie de eunuco que no tenía deseos sexuales y el libido había sido anulado por completo. No existía método afrodisíaco capaz de resucitarme.
La culpa estaba ahí, merodeando y recordándome que, por coger, por permitirme disfrutar del cuerpo del otro, por fundirnos en orgasmos, esos que la iglesia considera pecado, me infecté de VIH. No quería saber nada del coito. Me negaba a toda clase de propuestas que percibía, podían terminar en una cama y ahora que lo pienso a la distancia pienso de cuántos orgasmos me perdí.
Pero los procesos son personales y nadie los vive de la misma manera, aunque es un patrón conductual regular para quienes vivimos con VIH, cerrarnos al sexo y negárnoslo a nosotrxs mismxs porque la sociedad se tomó el tiempo de instalar la idea de que quienes vivimos con el virus, lo contrajimos por promiscuxs, por putos, jotos, putas, por una vida de “libertinaje” y la iglesia, esa iglesia pedófila, hizo lo suyo imponiendo como pecado al VIH, una especie de resultado sodomita que nos merecemos.
Pero nada dura para siempre, incluso algunas ideas como esta, la de no tener relaciones sexuales. Pasaron 9 meses entre mi diagnóstico y la primera gran follada que tuvimos mi vínculo sexual y yo y recuerdo que fue el sexo más rico en tantos meses. Eso sí que me lo merecía después de tantas angustias y tristezas y entonces a partir de allí empecé a entender todo de otra manera. ¿Iba a dejar que un virus de mierda coarte mi libertad? ¿Iba a permitir que la mirada externa se metiera en mi cama y entre mis sábanas a indicarme qué hacer o qué no hacer después de mi VIH? Definitivamente no.
El placer es un derecho que quienes tenemos el virus, nos pertenece. El disfrute de los cuerpos, del propio, del otro, otra u otre, del solo dos o más en una misma cama. Nadie determina qué es moralmente el sexo correcto ni mucho menos cómo alcanzar el placer a través de él. Coger por placer y no solo para procrear es un derecho. La iglesia quiere hijos y más hijos, yo no. Yo solo quiero placer.
El VIH no fue, no es y nunca volvió ser un condicionante. Hay un gran aliado que nos ayuda a poder tener una vida sexual rica y tiene diferentes nombres: condón, preservativo, profiláctico, forro, camisinha, goma. Existen de todos colores, tamaños, texturas y sabores y con él, no existe riesgo de infectarse VIH, ni ninguna otra infección de transmisión sexual y lo mejor: previene embarazos no deseados.
En un contexto como el de Latinoamérica, embarazarse con VIH, no es el problema. El problema en realidad es traer al mundo a alguien que no se deseó en una región donde el derecho al aborto legal, seguro y gratuito se encuentra cercenado por los grupos y partidos conservadores, católicos y evangélicos fundamentalistas. Y en medio de todo esto hay una gran noticia que ya fue confirmada en junio de este año por la Organización Mundial de la Salud, ONUSIDA y que fue anunciada durante la última Conferencia Internacional del Sida en Ámsterdam: las personas con VIH, que estamos bajo tratamiento y con la carga viral indetectable (con menos de 20 copias del virus por gota de sangre) NO TRANSMITIMOS EL VIH DURANTE EL SEXO SIN CONDÓN. Así como lo leen.
Ya no estamos condenadxs al uso eterno del condón. Si tenés VIH y estás en pareja estable con una persona sin VIH y tu carga viral está indetectable, podés follar sin forro que no le vas a transmitir el virus; es un hecho clínico y científico ya probado y demostrado.
Tenemos derecho al placer del sexo, muchachos, muchachas y muchaches con VIH y este es también un derecho humano universal del que no quieren que nos enteremos. Derecho a chupar y a ser chupados, a gozarnos sin miedo, a festejarnos sin culpas, a que el virus no se atraviese por nuestras mentes justo en ese momento en el que estamos por acabar, el instante preciso en donde vamos a explotar en flujos batidos producto de un encuentro acordado, consentido y en la búsqueda del placer. Que nada ni nadie te cargue con una mochila ni que proyecte en vos sus frustraciones. Es que no hay nada más triste que una persona que no puede deleitarse en el placer que nos da el sexo.
Un placer único que creían habérnoslo quitado. Y acá estamos, en el Día Internacional de los Derechos Humanos hablando y enterándonos que el placer del sexo, es un derecho humano y universal.
¿Por qué no follar para festejar? Tengámoslo como opción para hoy.
La Misión de Apoyo Contra la Corrupción e Impunidad (MACCIH), cerró 2018 con la presentación del caso <<Planeta Verde o Arca Abierta>>, y en conjunto con la UFECIC piden la captura de 21 personas, entre ellos diputados, exdiputados y sus familiares por malversación de caudales públicos contra el Estado de Honduras.
Este caso se suma a otros presentados hace unos meses, entre ellos: Red de diputados, Pacto de Impunidad, Pandora, Caja chica de la Dama, Caja Chica del hermano y el caso DIMESA compras sobrevaloradas del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS). En todos los casos hubo requerimientos fiscales, pero la gran deuda pendiente es la emisión de requerimientos contra los cabecillas de cada caso.
En diciembre de 2017, la MACCIH presentó el caso <<Red de diputados>>, este proceso en el que se involucró a diputados y exdiputados en actos de corrupción y desvío de fondos a través de la creación de Organizaciones no Gubernamentales.
El caso fue resuelto a favor de los primeros imputados, y según las denuncias del equipo de la MACCIH, en ese entonces liderado por Juan Jiménez Mayor, involucraba incluso al presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva. A pesar de eso, no hubo, ni hay hasta el momento requerimiento fiscal contra Oliva.
Otro de los casos presentados fue el denominado por la MACCIH- UFECIC como <<Pandora>>, en él se imputó a varios diputados y funcionarios por el desfalco a la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), el proceso tomó otro rumbo, cuando uno de los involucrados directos, Fernando Suárez testificó ante el juez que lleva la causa diciendo que Hilda Hernández, bajo órdenes de Juan Orlando Hernández, orquestó el desfalco, ejecutando un plan perfecto para saquear la institución y repartirlo en financiamiento de campañas políticas. Tampoco en este proceso hay requerimientos fiscales en este caso contra Hernández.
De la mano de este caso, llega el relacionado al desfalco del IHSS, y una de las más recientes presentaciones, en el caso <<Compra sobrevaloradas en el IHSS>>. En este expediente se evidencia la compra y aprobación de un contrato a la empresa Dimesa, un contrato que fue aprobado por la Comisión de Salud del Congreso Nacional, dirigida por Mauricio Oliva y firmada vía decreto por Juan Orlando Hernández, como presidente del Congreso Nacional. Hasta la fecha los requerimientos solo fueron girados contra la exjunta directiva del IHSS, pero no contra quienes aprobaron el contrato directamente, es decir, Juan Orlando Hernández y Mauricio Oliva.
Y para culminar el año 2018, la MACCIH- UFECIC, presentó el caso <<Planeta Verde>>, en el que según la investigación realizada y expuesta ante los medios de comunicación, un grupo de diputados, bajo la dirección del Congreso Nacional, creó una Organización Gubernamental, llamada Planeta Verde, a esta Organización se le financió con dinero del Congreso Nacional, Casa Presidencial y Secretaría de Finanzas, durante el periodo entre 2015 y 2018.
Quienes fungían al frente del Congreso como presidente era Mauricio Oliva, quien no solo aprobó el decreto de creación de la Organización, sino que autorizó la entrega de una suma de tres millones de lempiras, asimismo Juan Orlando Hernández, quien al frente del Ejecutivo autorizó la suma de 2 millones de lempiras a tal entidad.
Durante la exposición del caso en conferencia de prensa, el vocero de la MACCIH Luis Guimarães, fue consultado sobre por qué no se han presentado requerimientos contra Juan Orlando Hernández y Mauricio Oliva, si todos los hilos conductores se dirigen a su implicación en los casos, el vocero respondió que ellos no pueden acusar a estos personajes sin pruebas, recalcó en varias ocasiones que en las investigaciones que han impulsado no tienen pruebas que determinen esa participación.
Esta afirmación llena de dudas y genera la falta de confianza de la población que ha tenido nula reacción ante los casos Maccih-Ufecic. La pregunta que se vuelve constante es: ¿Cuáles son los obstáculos que impiden la presentación de estos requerimientos?
En casos como el de la compra sobrevalorada del IHSS, en febrero de 2015, el fiscal Roberto Ramírez Aldana, aseguró que el Ministerio Público tenía pruebas e investigaciones avanzadas, en el que se demostraba que la Junta Directiva del Congreso Nacional estaba implicada en el otorgamiento de contratos sobrevaloradas, en esta ocasión a la empresa Dimesa cuyo propietario es el empresario Schucri Kafie, la Junta era presidida por Juan Orlando Hernández como presidente del Congreso en el año 2013, y el doctor Mauricio Oliva era presidente de la Comisión de Salud, que gestionó para la aprobación del contrato.
Ramírez Aldana, producto de esa investigación fue víctima de amenazas a muerte, situación que lo obligó a huir del país, pero antes de retirarse manifestó que la investigación quedó avanzada, con pruebas claras y en manos del Ministerio Público. En ese sentido, en este expediente deben existir pruebas que vinculan a Hernández y a Oliva, pero por los hechos del presente parece que están engavetadas en algún lugar del Ministerio Público.
Ni la MACCIH ni la UFECIC han podido o querido desempolvar estas pruebas, para de esa forma estructurar un requerimiento fiscal coherente a los documentos. Por otra parte en el caso Pandora, el abogado defensor del imputado Fernando Suárez, Omar Menjívar, quien era el director de la Organización Todos Somos Honduras, denunció ante el juez que lleva la causa que el plan para desfalcar a la SAG, era orquestado y dirigido por Juan Orlando Hernández e Hilda Hernández, tal parece que ese testimonio según lo asegurado por el vocero de la MACCIH, tampoco es una prueba que abone a la elaboración de un requerimiento.
Y ya son varios sectores los que plantean a la MACCIH- UFECIC la necesidad de dar otro paso en la lucha contra la corrupción, un paso que vaya dirigido a los autores intelectuales de estos actos. La Plataforma Social Ciudadana, la mañana de este martes 11 de diciembre, presentó ante varias regionales del Ministerio Público, una ampliación del requerimiento fiscal contra Juan Orlando Hernández en el caso Pandora, tras las declaraciones hechas por el imputado Fernando Suárez.
Las pruebas para proceder están, a pesar que la MACCIH salga a decir lo contrario. Las pruebas a criterio de abogados son claras y suficientes para ampliar los requerimientos, pero hay varios impedimentos para hacerlos una realidad.
El obstáculo clave es que la MACCIH y UFECIC, son víctimas de la dirigencia y venia de factores externos y geopolíticos, detrás de ellos está el gobierno de Estados Unidos, quien maneja la Organización de Estados Americanos y con su voto de confianza y presión política gestionó la continuidad de Oscar Fernando Chinchilla, fiscal general, quien no mueve un dedo sin el permiso previo de Estados Unidos.
Estados Unidos es el actor clave en este accionar de la MACCIH y UFECIC, los intereses de Estados Unidos van más allá de la lucha contra la corrupción e impunidad en el país, pues abrir un requerimiento fiscal contra Hernández u Oliva, significaría, por las condiciones del país, el inicio del fin del régimen de Hernández y eso los preocupa con total claridad, porque no tienen un sustituto que dé continuidad y seguridad a sus intereses en la región.
El principal obstáculo de la MACCIH- UFECIC, se llama Estados Unidos y el segundo es el sistema institucional hondureño con todas sus representaciones, desde el Ministerio Público y Corte Suprema de Justicia que también manejadas por Juan Orlando Hernández y Mauricio Oliva y Estados Unidos.
En este momento la MACCIH debe jugar un papel digno y denunciar estos obstáculos, caso contrario seguirán requiriendo a personajes políticos de baja categoría en medio de una selva llena de corrupción orquestada por Juan Orlando Hernández y sus más cercanos.
En medio del nerviosismo de familiares y de los abogados defensores, la jueza que conoce el caso de una nueva línea del desfalco al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) dictó detención judicial para 10 de los 11 imputados que acudieron a la audiencia de presentación de imputado.
La jueza tomó la determinación de darle arresto domiciliario únicamente a Leonardo Villeda Bermúdez luego que su defensa presentara una constancia médica reciente.
De acuerdo a Carlos Silva, vocero de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) la determinación de la detención judicial incluye a dos personas mayores de 70 años, pero se dictó la determinación «para garantizar la presencia de los imputados en la siguiente etapa procesal, que sea factible la obtención de los medios de prueba y para evitar una posible obstrucción de la investigación en la influencia en los testigos que el Ministerio Público ha notificado en esta declaración de imputado que va a testificar en las siguientes etapas».
La investigación denominada “Licitación Fraudulenta del Seguro Social” la presentó este lunes la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH) en la cual señalan irregularidades en un proceso de licitación realizado para favorecer a la Empresa Distribuidora Metropolitana de Equipo Médico (DIMESA) con la adquisición de equipo médico sobrevalorado en un 114% del valor real del mercado, el IHSS pagó aproximadamente 50 millones de lempiras más, además de obligar a pagar mensualmente el mantenimiento de estos equipos aunque muchos aún se encuentran en bodegas.
La empresa DIMESA ya había enfrentado un juicio en el que fue denunciado por irregularidades también por sobrevaloración de equipo médico en 118 millones de dólares. En este caso se mencionaron a Schucry Kafie, socio de DIMESA, y a Juan Alberto Madrid Casaca, representantes de DIMESA.
Los familiares se reunieron en las afueras del Tribunales en Materia de Corrupción en la ciudad de Tegucigalpa, tras la finalización del juicio. Foto: Martín Cálix
Kafie y Madrid Casaca fueron señalados por el delito de estafa en perjuicio de la administración pública, al vender insumos médicos al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS). Sin embargo, el proceso de adjudicación del contrato se hizo por medio de una licitación pública internacional, analizada en el Congreso Nacional y sancionada por el Poder Ejecutivo.
Esa situación también es señalada en los comunicados emitidos por DIMESA que manifiestan que como el contrato fue aprobado por el Consejo de Ministros, la Comisión de Salud y por el pleno del Congreso Nacional, la empresa argumenta que hubo transparencia en el proceso de licitación internacional que se llevó a cabo. Asimismo, asegura que DIMESA cumplió a cabalidad el contrato con el IHSS, entregando y manteniendo el 100 por ciento de los equipos biomédicos hasta la fecha de la cancelación del contrato.
En este nuevo caso hasta el momento no aparecen socios o representantes de DIMESA, a los imputados se les acusa de los delitos de fraude, abuso de autoridad y violación a los deberes de los funcionarios y son los empresarios Oscar Galeano, Benjamín Bográn y Leonardo Villeda, igual como los dirigentes obreros Luis Mayorga, José Humberto Lara, Hilario Espinoza y Armando Villatoro y también los ex miembros de la Junta Directiva del IHSS: José Espinal Rodríguez, Arnaldo Carranza Rosales y Fabricio Suazo.
Samuel Benjamín Bogran sale con el rostro desencajado tras la finalización del juicio. Foto: Martín Cálix
El único imputado que no se ha presentado a las autoridades es Hilario Espinoza, que se mantiene prófugo de la justicia. Mientras que Javier Rodolfo Pastor Vásquez y Carlos Montes Rodríguez ya tenían prisión tras ser encontrados culpables en el 2017 por los delitos de cohecho y lavado de activos en un caso de coimas también relacionado al desfalco del IHSS.
En el juicio por el que se le declaró culpable, Pastor señaló “esto es lo que le pasa a uno por involucrarse en política, por eso nadie se quiere meter en política, porque se le acusa a uno de instancias donde los verdaderos culpables… Yo le digo a Juan Orlando Hernández que mire el juicio, que mire el juicio y que mire las evidencias”.
Por su parte, Raúl Suazo, abogado defensor de Javier Pastor, ya había participado como defensor de Elvin Santos en el Caso Pandora. «Preocupa desde el momento en que los jueces son seleccionados e instruidos por la MACCIH, tenemos gente de la MACCIH en la audiencia yo creo que esto es intimidante y voy a decirlo, es delicado y solo es una antesala a lo que nos espera» finalizó con enojo.
De igual manera, el abogado de Fabricio Vásquez, Fernando Gonzales, denunció presiones de la MACCIH durante la audiencia “sinceramente es una guerra o pelea como burro amarrado con tigre suelto. Hemos salido anonadados de la audiencia en la que deliberaron por más de dos horas y media, para que todos incluso personas de 70 años se vayan con detención judicial. La MACCIH llegó a esta audiencia, no puede ser posible porque estaban en primera clase, en asiento premier y eso de alguna manera presiona a los jueces” finalizó.
Héctor Iván Mejía, ex Comisionado de la Policía Nacional, ahora convertido en abogado, defiende a Óscar Galeano, acusado de fraude en perjuicio de la administración pública, abuso de autoridad y violación a los deberes del funcionario. Foto: Martín Cálix
Uno de los imputados con detención judicial a pesar de superar los 70 años es Oscar Galeano, un empresario sampedrano que es expresidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortes (CCIC) y está acusado del desfalco de unos L1,500 millones del IHSS. Galeano organizó un equipo técnico de abogados entre los que se encuentra Héctor Iván Mejía, quién hasta marzo de este año era el Comisionado General de la Policía Nacional, cargo al que renunció para ejercer la abogacía.
Mejía es también defensor de su esposa Sara Medina, diputada por el Partido Nacional que fue acusada por la MACCIH en el caso Pacto de Impunidad que consiste en la aprobación de una nueva reforma a la Ley del Presupuesto con el fin de que el Tribunal Superior de Cuentas realice auditorías durante tres años en recursos invertidos en proyectos sociales en los periodos gubernamentales 2006-2010 y 2014-2018. Mientras se realizan estas auditorías «no se procederá a ninguna acción judicial para reclamar ningún tipo de responsabilidad administrativa, civil o penal».
El abogado manifestó que «son dos casos muy similares. A veces hacer entender a la gente los procesos administrativos y las circunstancias involucra quizás a personas que de buena fe participan y se ven involucrados por una firma. En el otro es similar porque usted cuando participa de una reunión hay situaciones que se aprueban, pero después se espera a la siguiente sesión para que usted pueda participar de la lectura del acta anterior y ratificar y firmar. Son situaciones que se tienen que experimentar y dar una apreciación más objetiva al juez para que tome su determinación final» señaló el ex funcionario.
Hasta el momento se conoce que la audiencia inicial del séptimo caso presentado por la MACCIH se programa para el próximo 6 de diciembre a la 1 de la tarde en los Tribunales en Materia de Corrupción, mientras tanto 10 de los 12 imputados tendrán detención judicial en la Penitenciaría Nacional de Marco Aurelio Soto de Támara.
Luiz Antonio Marrey, vocero de la MACCIH, en conferencia de prensa en la sede de la misión. Foto: Martín Cálix
«Si te contara que tengo VIH, ¿cuál sería tu reacción frente a mí?
Si decidiera contártelo, ¿cambiaría la reputación formada que tenés acerca de mi persona?
Si te dijera que el test del VIH me dio positivo, ¿seguirías cortejándome para que tengamos sexo?
Si te compartiera que, en mi sangre, en mi cuerpo, ahora vive un virus, ¿seguirías siendo mi amigo o amiga en Facebook y por fuera de la vida virtual?»
*
En noviembre de 2015, exactamente 1 año después de enterarme que tengo VIH, escribí esto en mis redes sociales. Así decidí visibilizar mi VIH y usarlo como herramienta de ayuda social y de incidencia política. Así decidí salir el clóset del VIH.
No lo esperaba, no lo imaginaba, el virus no estaba en mi agenda personal incluso teniendo historia familiar con la epidemia: un tío directo fallecido por enfermedades relacionadas al SIDA y como realidad opuesta, mi prima Gladys, que lleva 20 años de vida positiva. Sin embargo el diagnóstico me encontró desprovisto de información en 2014 y cargado de miedos y estigmas en pleno siglo XXI.
Como en toda familia tradicional argentina, como en todo vínculo filial latino conservador, hay cosas de las que mejor no hablar. De eso quiero hablar hoy, 1° de Diciembre, Día Internacional de la Respuesta al VIH y SIDA: de la invisibilización. Hablemos de lo que pasa, de esa problemática global y política que es el ocultamiento de la causa y el intento de ocultarlo y de ocultarnos.
Quienes vivimos con el VIH, en estas conmemoraciones tenemos la sensación de que los gobiernos y los medios hegemónicos y concentrados de comunicación nos sacan del clóset, nos zarandean, nos quitan el polvo acumulado de un año atrás y nos piden ponerle voz, cuerpo y rostro por una jornada a esta temática que por 24 horas se convierte en un tópico mundial del que todos aprovechan para lograr suscriptores, seguidores y lectores y es entonces que nos preguntamos, ¿por qué se acuerdan de nosotros y nosotras una vez al año y los 364 días restantes actúan como si la epidemia no existiera?, ¿por qué somos carne del cañón del marketing o pretenden usarnos como tal y el resto del año tenemos que mendigar atención frente a otras crisis sociales?, ¿por qué nos piden fotos, notas, entrevistas; nos ofrecen ser partícipes y protagonistas incluso de cortometrajes y miniseries solo para ser compartido como material audiovisual por ese día?
Porque además de ser publicitario, queda políticamente correcto y socialmente bien visto que se hable masivamente del tema sin saber que, en ocasiones, y desde la más brutal desinformación, caen en el amarillismo como recurso de atracción. Señoras, señores: somos personas quienes tenemos VIH. Son personas quienes contraen el virus diariamente en América Latina y el Caribe. Son personas las que mueren todos los días por enfermedades relacionadas con el SIDA por desabasteciento de medicación, o como sucede en África: por falta de inversión profunda en respuesta a la epidemia. En África, el SIDA continúa siendo una de las principales causas de muerte.
Hoy es el Día Internacional de la Respuesta al VIH y SIDA en el mundo y en Argentina, en este preciso instante y desde el 29 de noviembre, se está llevando adelante la cumbre del G-20 que reúne a los principales líderes políticos de las primeras potencias y países emergentes, pero en su agenda nosotras, nosotros y nosotres con VIH, que vivimos y sobrevivimos, no estamos. Si esto no es invisibilización, intento preguntarme y definir a mí mismo qué es. Hoy vas a leer, ver y escuchar en diferentes espacios hablar del Virus de Inmunodeficiencia Humana, ese virus que se llevó la vida de personajes tan reconocidos como Freddie Mercury, Isaac Asimov e Hija de Perra, una transformista chilena. También se llevó a mi tío y a Marina, una compañera a la que no pude conocer, que nació con el virus y cuya muerte hasta el día de hoy lamentamos. Estas líneas van para vos, Marina.
Desde la aparición del VIH son más de 35 millones las personas muertas a causa del SIDA. Actualmente más de 30 millones aún vivimos, o sobrevivimos. Este no va a ser nuestro único encuentro textual para que hablemos sobre el veihache, este día solo es la excusa perfecta para encontrarnos y conocernos, pero de ahora en más nos vamos a leer con mayor frecuencia a través de esta web. Ésta es solo mi presentación. Me habría gustado que tuviera otra energía, pero como en la vida, de forma auténtica y genuina, elegí plasmar en letras lo que ahora mismo siento. Les puedo asegurar que existen muchísimas experiencias y vivencias bellas a partir de un diagnóstico positivo, pero eso se los voy a contar en nuestro próximo encuentro.
Acuérdense de nosotras, nosotros y nosotres con VIH todos los días, por favor.
Por lxs que ya no están y por lxs que van a venir. Hasta que la cura aparezca.
El juicio por el asesinato de la líder indígena Berta Cáceres obtuvo su primera sentencia. De los ocho acusados en este proceso, siete fueron declarados culpables por el asesinato de quien, hasta el 2 de marzo del 2016, fue coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH).
Las víctimas y su representación legal, excluidos del proceso en la fase de juicio oral y público, han declarado no sentirse conformes con este resultado pues quienes hoy fueron señalados como autores del asesinato solo representan la escala intermedia de una estructura que comandaban los ejecutivos de la empresa Desarrollos Energéticos S.A (DESA), una empresa que tenía la concesión del rio Gualcarque para la construcción del Proyecto Hidroeléctrico Agua Zarca al que Cáceres se opuso.
El fallo emitido ayer por el Tribunal de Sentencia dictaminó que este crimen fue originado por “las demoras, pérdidas financieras y graves daños causados por las protestas encabezadas por Cáceres en contra de la empresa DESA”.
Condena ausente de autores intelectuales
Después de cinco semanas de juicio oral y público por el caso del asesinato de Berta Cáceres, decenas de integrantes del COPINH y familiares de la líder indígena esperaban en las afueras de la Corte Suprema de Justicia, entre petardos y consignas, el fallo de una corte que su representación legal increpó por abuso de autoridad, violación de los deberes de los funcionarios y negación de justicia, lo que finalmente les costó la expulsión del juicio.
Según el fallo emitido, los culpables por el asesinato de la líder del pueblo Lenca y del movimiento indígena y social hondureño son: Mariano Díaz Chávez (oficial del Ejército), Douglas Geovanny Bustillo (exmilitar), Sergio Ramón Rodríguez (gerente de comunicaciones de DESA), Elvin Heriberto Rápalo, Henry Javier Hernández, Edilson Duarte Meza y Óscar Arnaldo Torres.
El día del asesinato de Cáceres le acompañaba el ambientalista mexicano Gustavo Castro, a quien también le dispararon, dejándole herido al suponer su muerte. De esta tentativa de asesinato fueron declarados culpables Elvin Heriberto Rápalo, Henry Javier Hernández, Edilson Duarte Meza y Óscar Arnaldo Torres.
En este fallo también se dictaminó la inocencia de Emerson Duarte Meza, hermano de Edilson Duarte, quien fue capturado el 2 de mayo del 2016 por tener en su poder el arma homicida. Este joven estuvo dos años de cárcel por supuestamente haber participado en el crimen, pero hoy el Tribunal declaró que no habían encontrado ninguna prueba en su contra.
Berta Zúniga Cáceres, Coordinadora de COPINH e hija de Berta Cáceres, escucha junto a miembros de la organización indígena, la transmisión del juicio en el que resultarían culpables por el asesinato de Cáceres los imputados Sergio Rodríguez, Mariano Díaz, Douglas Bustillo, Henry Hernández, Elvin Rápalo, y Edilson Duarte. Foto: Martín Cálix.
Durante la lectura del fallo condenatorio el Tribunal de Sentencia apuntó que estas personas actuaron “con el pleno conocimiento y consentimiento de los ejecutivos de DESA”. Sin embargo, las declaraciones de dos ejecutivos de la empresa con apellido Atala fueron propuestas como medios de prueba por la acusación privada de la familia Cáceres, pero el Tribunal rechazó esta petición.
En un comunicado emitido por la familia Cáceres se denuncia que “la familia Atala Zablah, accionistas dueños de la empresa DESA, están detrás de toda la trama de persecución, hostigamiento, ataques y amenazas que llevaron al asesinato de Berta Cáceres”.
En este comunicado también se pide que sean llevados ante la justicia todos los responsables por el asesinato de Berta Cáceres y no únicamente a los asesinos a sueldo.
Al salir de la sala primera del Tribunal de Sentencia mientras las cámaras se dirigían a los familiares de Cáceres, una de las familiares de los declarados culpables contestaba el teléfono: “Cuando salgan los verdaderos vaciados telefónicos ya van a ver todos esos policías”.
Cerca también se encontraba Wendy Amador, esposa de Mariano Díaz Chávez, quien dice que desde la captura de su esposo apenas ha logrado sobrevivir junto a sus tres hijos.
“De antemano sabíamos que iban a dar este fallo –dice de forma muy serena mientras otros familiares lloran– hay que recordar que están escondiendo a los grandes, pero todavía hay personas detenidas y mi esposo es inocente, ni conocemos a esa señora”.
El último capturado por el asesinato de Cáceres fue Roberto David Castillo, acusado por el Ministerio Público a título de autor intelectual y quien en el momento del crimen fungía como Presidente Ejecutivo de DESA. Según un comunicado de esta institución del Estado “las diligencias investigativas continúan para determinar la implicación de otros autores intelectuales”.
Miembros de COPINH sostienen una manta con la leyenda «Faltan los Atalas», a quienes se les considera culpables intelectuales de la persecución y asesinato de Berta Cáceres. Foto: Martín Cálix
Búsqueda de justicia
“Para nosotros no es satisfactorio esto, nosotros no queremos venganza pero sí pedimos justicia en un país con tanta impunidad”, decía Olivia Zúniga Cáceres, hija mayor de Berta, al conocer el fallo dictaminado por los jueces.
Olivia Zuniga, diputada del Congreso Nacional por el Partido Libertad y Refundación (LIBRE) afirma que la empresa que orquestó el asesinato de su madre no debe seguir operando en Honduras.
“Esta es una empresa criminal, asesina y terrorista. Aquí simplemente están los perros cobardes que fueron enviados para infiltrar el COPINH, perseguir a mi mami, acosarla, hostigarla y criminalizarla”, apuntó.
Los familiares de Berta Cáceres se quedaron sin representación legal en la fase de juicio oral y público por ausentarse de una de las audiencias y por supuestamente dilatar el proceso. Dicha ausencia tenía su razón en la espera de resolución de una serie de recursos de recusación que se habían presentado en contra del Tribunal.
Ante esta situación la representación legal de las víctimas realizó un foro semanas antes del fallo para exponer las pruebas que vinculan este asesinato con una estructura de poder que podría llegar hasta ministros y funcionarios públicos. Estas pruebas y afirmaciones fueron basadas en el informe de 2017 del Grupo Asesor Internacional de Personas Expertas (GAIPE).
Informe que ahora está siendo increpado por Robert Amsterdam, un abogado de DESA que contrató a un equipo para desacreditar la investigación realizada por el COPINH. Amsterdam es socio Fundador de Amsterdam & Partners, un grupo de abogados que se especializa en disputas internacionales.
Amsterdam apunta que para la elaboración de este informe le pidieron al señor Greenspan, el mejor abogado penalista de Canadá, que revisara el informe GAIPE y condujera su propia investigación independiente de los procesos criminales.
Greenspan concluye que el GAIPE “parece estar escrito para justificar los cargos contra los ejecutivos de DESA, no para determinar desapasionada y objetivamente la verdad. Todo intento de retratarlo como un informe de determinación de hechos independiente es, desafortunadamente, erróneo y trágicamente engañoso”.
Tres niñas sostienen carteles de la campaña «DESA culpable». Foto: Martín Cálix
Juan Carlos Sánchez, abogado de Sergio Rodríguez, dice que parece que están juzgando a su representado por un único crimen que cometió, y fue estar en un chat de Whatsapp con los otros implicados.
Según las investigaciones del GAIPE se indica que el crimen en contra de Berta Cáceres empezó a planificarse desde finales de 2015. Toda esta planificación llevó a que entre el 5 y 6 de febrero de 2016 se montara un operativo para asesinar a la líder indígena. Según los mensajes de texto en poder de las víctimas, este operativo habría sido abortado debido al flujo de personas que ese día permanecían cercanas a la líder indígena. Finalmente el 2 de marzo se consumó el asesinato. Todo fue una coordinación a través de un grupo de Whatsapp.
Al terminar la audiencia, en las afueras de la Corte Suprema, la familia Cáceres y miembros del COPINH con una pancarta apuntan a la familia Átala como principales autores intelectuales de un crimen que aunque nadie lo mencione, excepto un supuesto ex integrante de las fuerzas especiales del ejército de Honduras en la caravana hacia Estados Unidos, podría involucrar incluso al presidente Juan Orlando Hernández.
Actualmente quedan pendientes al menos tres juicios más en la causa del asesinato de Berta Cáceres donde las víctimas esperan alcanzar la justicia que en este no lograron obtener.
Pascualita, líder espiritual del COPINH y de la comunidad lenca, en las inmediaciones a la Corte Suprema de Justicia en la ciudad de Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix
Juan Antonio Hernández, hermano de Juan Orlando Hernández, el Presidente de Honduras y quien también fue diputado por el Partido Nacional, fue detenido el pasado viernes por la justicia norteamericana acusado por el delito de narcotráfico.
La Corte Federal acusa a Hernández de producir, traficar y distribuir droga, también lo califica como un narcotraficante de gran escala y que además utilizó su poder político para proteger y apoyar a la organización criminal «Los Cachiros». Hernández es investigado desde 2004 por el gobierno de Estados Unidos, todo ante la vista, paciencia y silencio de las autoridades hondureñas.
En Honduras los cuestionamientos sobre el silencio y omisión de las autoridades en el caso se ponen en la mesa del debate, los funcionarios que ostentaron cargos en la Secretaría de Seguridad, Unidad de Inteligencia, Poder Ejecutivo, Consejo Nacional de Defensa y Seguridad, Policía Nacional, Fuerzas Armadas, Ministerio Público y la Corte Suprema de Justicia, han guardado silencio en este momento en el que deberían dar explicaciones sobre la omisión en el caso.
Este no es el primer personaje de la vida política hondureña que sale salpicado por las declaraciones de Los Cachiros, quienes se entregaron a la justicia estadounidense en enero de 2015. Fabio Lobo, hijo del expresidente nacionalista Porfirio Lobo Sosa, enfrenta juicio en Estados Unidos y varios diputados como Óscar Nájera, nacionalista señalado por congresistas para que se le aplique la Ley Magnistsky o el diputado Fredy Nájera del Partido Liberal acusado por narcotráfico en Estados Unidos.
La Corte Federal estadounidense reveló un documento en el que explica que en 2014, Tony se reunió con Devis Leonel Rivera Maradiaga, líder de Los Cachiros, y recibió de ellos 50 mil dólares a cambio de que Hernández le garantizara protección política e inmunidad para realizar sus actividades ilícitas. Según el documento, fue un socio útil para la organización Rivera Maradiaga.
En ese momento fungía como Secretario de Estado en el despacho de Seguridad, Arturo Córrales Álvarez, quien fue destituido por Juan Orlando Hernández en 2015 y reemplazado por quien en ese entonces era director Nacional de Inteligencia e Investigación del Estado, Julián Pacheco Tinoco, y que en múltiples ocasiones ha sido mencionado en la Corte norteamericana por parte de los Cachiros, de ser otro socio útil para la organización criminal. A pesar de esto, sigue en el cargo.
Por otra parte, el Poder Ejecutivo al momento de ese pacto entre Tony y Cachiros, era ya dirigido por Juan Orlando Hernández, quien tomó posesión el 27 de enero de 2014, que además en ese año instaló el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad que también preside.
En ese momento las Fuerzas Armadas también tuvieron transiciones, en 2014 fungió como comandante del Estado Mayor Conjunto el general Fredy Santiago Díaz, en diciembre de 2015, Juan Orlando Hernández juramentó al nuevo jefe del Estado Mayor, el general Francisco Isaías Álvarez.
En 2014 el director de la Policía Nacional era Ramón Sabillón, reconocido policía que realizó varias acciones de captura contra narcotraficantes en el occidente del país, denunció que hay grupos organizados que estaban ligados al Estado y que garantizaban la operación ilícita, estas denuncias le costaron el cargo y en 2015 fue destituido por el que era Ministro de Seguridad, Arturo Corrales. El cargo de Sabillón fue tomado por Félix Villanueva.
«Hay tres cuestiones que no me cuadran en relación con las acusaciones de narcotráfico contra Tony Hernández por parte del Departamento de Justicia de Estados Unidos: primero: ¿Es posible que Juan Orlando Hernández, quien preside el todopoderoso Consejo Nacional de Defensa y Seguridad, no se diera cuenta que su hermano, Tony Hernández, es uno de los más grandes narcotraficantes de Centroamérica?», comenzó su cuestionamiento el doctor en derechos humanos, Joaquín Mejía.
Mejía siguió planteando sus dudas en relación a esta acusación y al papel de encubrimiento que el propio Estado tuvo para proteger a Tony y a Los Cachiros. «Segundo: ¿Es quedar en ridículo o en evidencia que el General Julián Pacheco Tinoco, primero como director de la Dirección Nacional de Investigación e Inteligencia no se diera cuenta de las actividades ilícitas de Los Cachiros y luego como Ministro de Seguridad no se enterara de las actividades delictivas de Tony Hernández?
Y tercero: Si los militares son los responsables de proteger las fronteras marítimas, terrestres y aéreas, y han recibido millones de dólares del presupuesto nacional y de la cooperación estadounidense, ¿son incapaces o cómplices del tráfico sostenido de la droga que entra permanentemente por esas fronteras que históricamente han estado bajo su custodia?», culminó Mejía, quien usó sus redes sociales para hacer estos cuestionamientos.
¿Qué procedimiento debe implementarse?
Luego de la captura de Tony Hernández, Juan Orlando Hernández, su hermano, salió al paso en conferencia de prensa a manifestar que era un duro golpe para su familia el arresto de su hermano menor, pero afirmó que él le había advertido que aclarara esa situación con el gobierno de Estados Unidos. Juan Orlando también dijo que nadie está por encima de la Ley, que si alguien la ha violentado debe pagar por sus actos.
En Honduras está vigente la Ley de Privación de Dominios, normativa en la que se fundamentó el aseguramiento de bienes a la familia Rosenthal, que también enfrenta cargos por lavado de activos en Estados Unidos. En la actualidad el Ministerio Público, que dirige Óscar Chinchilla, quien es fiscal desde antes de la firma del pacto Hernández- Cachiros, no ha procedido al aseguramiento ni mucho menos a interpelar a los funcionarios por su silencio y omisión a esta narcoactividad.
A criterio del abogado Oliver Erazo quien dio declaraciones en medios de comunicación nacional, el ente estatal que debería interpelar a estos funcionarios es el Ministerio Público, esta entidad debe iniciar una investigación seria para que se conozca las causas del silencio y determinar si hubo o no complicidad de los funcionarios.
También el General en condición de retiro de las Fuerzas Armadas, Luis Maldonado Galeas, aseguró que hay una orden que los funcionarios deben cumplir para dar cuentas sobre estos casos, y que para promover la transparencia del caso se deben abrir los procesos cuanto antes.
Erazo cree que en Honduras hay una involución en materia de aplicación de justicia, y la principal razón de esto es la dependencia y el secuestro político de las instituciones del Estado, por tal razón esperar que se actúe sin esperar permisos políticos es poco probable.
Para expertos en materia penal, a esta altura en una institucionalidad independiente y seria, las autoridades deberían iniciar un operativo de citar a los funcionarios y exfuncionarios para que brinden explicaciones y también deducir responsabilidades fundamentados en la información que el gobierno de Estados Unidos pueda brindar al respecto.
La realidad política muestra que hay muy pocas probabilidades de que este procedimiento se aplique, pues los funcionarios que callaron o fueron cómplices de este pacto de narcoactividad son protegidos por quienes dominan las estructuras del Estado, lideradas por el Presidente hondureño, Juan Orlando Hernández.
En la madrugada del 27 de octubre de 2018, la Policía Federal y la Gendarmería inundaron la salida de Chiapas. Para el gobierno mexicano la misión era asegurar que la última caravana de migrantes –unas 7000 personas– no llegara a Oaxaca. Como listos para la guerra, bloquearon por completo la carretera con vehículos blindados. Un activista que apoyaba logísticamente la caravana y yo llegamos antes, y en medio de la nada, nos encontramos con el cerco de policías antimotines y miembros de la Comisión Estatal de Derechos Humanos. De repente una voz baja, urgente me dijo: notifica a la prensa, que vengan ya.
Pude mandar dos tuits y dos mensajes de whatsapp antes que la policía tumbara la señal por completo. Y allí estábamos, en la oscuridad, parados entre la policía mexicana y los cansados pero determinados centroamericanos, caminando hacia el norte.
Los representantes de derechos humanos se convirtieron en un parachoques colocando sus cuerpos entre los migrantes y la policía. Los migrantes llegaban y al llegar se sentaban detrás de la línea, lentamente, la carretera se llenaba de migrantes hasta donde me alcanzaba la vista.
Dos mujeres y dos hombres formaron un comité para hablar con la policía federal y negociar el paso y los demás del grupo esperaban, sentados en la carretera. Mientras amanecía entre las colinas, podía ver un mar de gente, sentada, resistiendo, pacíficamente, paciente e inquieta al mismo tiempo, sin pensar en el retorno.
El comité informó la decisión de la caravana en asamblea: no iban a aceptar la propuesta del presidente mexicano Enrique Peña Nieto, de quedarse en los estados sureños de Chiapas y Oaxaca. Su intención era seguir hacia el norte, cada quien con el poder de decidir su propio destino.
La policía se paralizó, ya sea por lo abrumador que puede ser ver a miles de migrantes enfrentándolos o por la sorpresa de tener una pared de defensores de derechos humanos documentando los hechos. Quizá simplemente se dieron por satisfechos después de haber obligado a los migrantes a esperar bajo el sol fuerte y caliente, hasta que les permitieron avanzar. El mar de gente comenzó a avanzar y a sonar, iba camino a Oaxaca.
Esta escena se ha repetido e intensificado en los últimos días, ahora, cuando la caravana acaricia la frontera norte, rozando suelo estadounidense, llegando a este punto, incluso a enfrentar a la violencia del hermano más grande, el potente y militarizado Estados Unidos.
Foto: Amelia Frank
La caravana de migrantes es un ejemplo de cómo la migración indocumentada en masa es una forma de desobediencia civil en contra de un orden global. En enero de 2011, mientras hacía trabajo de campo en una de las tantas casas refugio para migrantes, me involucraron en la primera caravana de migrantes en México, cuando defensores de derechos humanos, activistas, periodistas, y académicos acompañaron a la caravana de migrantes por cientos de kilómetros, desde Arriaga, Chiapas, a Ixtepec, y también a Oaxaca. Recuerdo bien la emoción de marchar en la oscuridad, pasando por el retén de migración antes de cruzar la frontera estatal, cantando en colectividad una canción cristiana de protesta, cambiada mínimamente para que se tratara de migración – y la migra se moverá, se moverá, se moverá…
Lo que empezó como algo pequeño hace más de 8 años se ha expandido desde entonces para convertirse en algo más grande, un escudo para salvaguardar la vida en movimiento. La caravana empezó como una idea de acompañamiento: cuando aliados, literalmente caminan al lado de los migrantes, los salvaguardan de secuestradores y asaltantes, los libran de la cacería. Esta meta se mezcla con una forma de protesta, exigiendo que el gobierno de México proteja los derechos humanos de todos aquellos quienes transitan por su territorio. Es esta idea la que ha crecido para convertirse en un proceso de empoderamiento, exigiendo dignidad y respeto a pesar de no tener la autorización indicada, y abiertamente pero también conscientes de retar un régimen de migración regional, dominado por los Estados Unidos que mira el movimiento indocumentado a través de un lente de seguridad y estigma.
Sin ceremonia, sin adulación, sin engaños
Dos días después, tras haber descansado un poco en Tapanatepec, Oaxaca, la caravana retomó camino. La intención fue caminar hasta Niltepec, un pueblo 55 kilómetros adelante. Sin embargo, a mitad del camino, el alcalde de Zanatepec, un pequeño pueblo a mitad del camino, nos sorprendió con desayuno y dos buses. Los buses, me dice, harán todas las vueltas que sean necesarias para mover a toda la gente de ahí a Niltepec. Mientras platicamos, un migrante de la tercera edad se acerca y nos muestra sus pies descalzos. El alcalde se quita sus zapatos, manda a alguien para traer un par de sandalias sencillas, y pasa sus zapatos al señor. Inmediatamente vuelve a platicar de la logística, con sus calcetines azul-verde sobresaliendo por las sandalias. Es un momento sin ceremonia, sin adulación.
Foto: Amelia Frank
Mientras llega cada grupo de migrantes, voy explicándoles qué está pasando, indicando dónde hay agua y comida mientras esperan. Desde la fila, un joven de 17 años proveniente de Santa Bárbara, ofrece ayudarme. Marvin está cubierto en tatuajes y ha sido deportado desde Estados Unidos anteriormente. Es el tipo de adolescente que tendría dificultades para conseguir un trabajo en Honduras, su apariencia quizá alarmaría a la gente en la calle, en el transporte público, haría que tomen sus pertenencias con mayor cuidado. En muchas empresas obligan a los postulantes a un empleo a desnudarse para comprobar que sus cuerpos no están «manchados». Por las políticas de mano dura en Honduras y otros países de la región, el solo hecho de tener un tatuaje visible es suficiente para que la policía ataque, incluso aunque el tatuaje más prominente de Marvin es un gran 504 – el código para Honduras – su orgullo por ser catracho. Es él quien sale de la fila y es el primero que se ofrece para ayudarme a dar las indicaciones. Cede su propio lugar en la fila, su propio jalón para el próximo pueblo, para quedarse parado, bajo un sol fuerte, para ayudar a sus compañeros de la caravana. Espera hasta el final y es uno de los últimos en llegar a Niltepec.
Varios de los migrantes son veteranos como Marvin. Han pasado por estos caminos anteriormente y saben que viajar solos es peligroso. Han decidido – basados en la experiencia – que hay seguridad en números grandes, esto también suma la atención mediática. Antonio, un primo lejano de Marvin, ya había salido de Honduras en su segundo intento hacia el norte, pero esperó varado en Tapachula, cuando escuchó que venía la caravana. Sin poder avanzar solo se unió.
Otros únicamente estaban esperando cualquier oportunidad para irse de Honduras. Sin el dinero para pagar un coyote, no podían tomar el riesgo del viaje a solas. Cuando supieron de la caravana, decidieron que ya era tiempo. Omar, de La Ceiba, recibió una llamada de su esposa cuando ella vio la noticia. Juntaron sus tres hijas y se fueron lo antes posible para reunirse con la caravana en San Pedro Sula. Han estado pensando en irse hace un tiempo, a punto de la quiebra económica, bajo la presión de pagar el impuesto de guerra y las amenazas constantes de la mara de violar a sus hijas. No tenían el dinero suficiente para contratar un coyote para toda la familia, y la caravana se presentó como la oportunidad de poder escapar.
Jairo, otro miembro de la caravana, estudiaba economía, que ante la incapacidad de conseguir un trabajo decidió hacer camino hacia el norte. Él estaba activo en las manifestaciones en diciembre después de la dudosa reelección del Presidente Juan Orlando Hernández. Estuvo involucrado en el movimiento estudiantil en la universidad. Cuando Jairo postuló para un trabajo le dicen que él aparece en una lista de «revoltosos», que no lo pueden contratar. Le dicen comunista, ñángara, y ni siquiera revisan su hoja de vida. Jairo me dice que no es ningún comunista. «yo creo en el sistema capitalista, solo no creo en la gente que lo aplica en mi país», explica. Ha recibido amenazas por sus actividades políticas y por no querer involucrarse en la mara que controla su barrio. Nunca pensó en irse de Honduras; ni siquiera cuando su exnovia se fue pidiéndole que la acompañara. Estaba determinado a quedarse en su país y luchar para mejorarlo. Sin embargo, cuando vinieron las últimas amenazas, decidió de un día a otro que era hora de huir. De casualidad coincidió con la caravana.
Hay muchas teorías rodeando el origen de este movimiento: quién organizó la caravana, quién la financia. Muchos se han quejado del momento – demasiado cerca a las elecciones en los Estados Unidos; a las puertas de un nuevo gobierno en México – insinuando que la gente fue manipulada o engañada para que participara en el movimiento en este momento. Hasta izquierdistas quienes simpatizan me han preguntado – ¿no pudieron haber esperado tres semanas más, por su propio bien?
A estas personas nadie los tenía que convencer para abandonar su país con ideas falsas sobre un viaje fácil o que iban a ser recibidos con brazos abiertos. Todas las personas en la caravana con quien hablé saben muy bien que va a ser difícil, que va a ser peligroso, y que al final nada les garantiza poder entrar en los Estados Unidos. Aún así, todos pensaron que valía la pena el riesgo. «Yo no puedo volver a Honduras. Si me mandan de regreso, soy un cadáver», me dijo Jairo, y este argumento parece un eco en la gran caravana.
Foto: Amelia Frank
Las caravanas no son nuevas
Un día fui a hacer unas compras con Mario, quien había participado en la caravana de principios de 2018, la primera en recibir atención mediática después de ganar la ira de la administración Trump. Mario se había sumado desde San Pedro Sula después que mataran a dos de sus amigos por no cooperar con la mara en su red de narcomenudeo. Mario trabajaba en serigrafía, adoraba su oficio. Él y sus dos amigos, decidieron que juntos iban a resistirse a la presión de la mara. Quizá fue suerte, pero la noche que asesinaron a sus amigos, él no estuva con ellos. Mario, sin embargo, ya tenía la marca de la muerte, la condena, sus vecinos y él mismo lo sabían, por eso huyó. Esto sucedió en la semana santa de 2018 tras el llamado y la organización de Pueblos Sin Fronteras.
Mario llegó a México y se quedó con la organización en el norte mexicano, rápidamente se convirtió en activista promigrante. Participó en una huelga de hambre para exigir visas humanitarias para solicitantes de refugio, asistió a entrenamientos y talleres sobre derechos humanos, procesos legales y desobediencia civil. Mientras conducíamos por el istmo de Tehuantepec, me platicó del movimiento de derechos civiles en Estados Unidos. Me cuenta esas escenas de la gente sentada en los restaurantes donde no los permitían comer, siendo pacíficos, convencidos que cambiarían las leyes, y lo hicieron. Mario no tenía que formar parte de esta caravana en este momento, pero su experiencia con la anterior prendió una llama dentro de él. Ahora ayuda, organiza, para enseñar. Está dispuesto a cruzar México a pie, de nuevo, en solidaridad.
La gente como Mario ofrece una respuesta a la pregunta, «¿quién organiza la caravana?», no la organiza él, pero a estas alturas, a través de los años, desde aquella caminata inicial en 2011, miles de centroamericanos han participado en algún tipo de caravana. Se corrió la voz. Las experiencias gemelas de seguridad en la visibilidad y abiertamente retando las leyes migratorias y violaciones de derechos humanos en masa en México han dado fruto. Algunos argumentan que no se debe de llamar caravana, en el sentido tradicional, sino un exodo. Caravana es el término que tiene resonancia, significado, que circula e implica esta mezcla de la seguridad en grupo y un desafío justo. Si es un éxodo, es uno que se ha estado formando desde hace tiempo en Centroamérica. Esta caravana y sus réplicas son una expresión del éxodo.
A la caravana aún le faltaban días para llegar a la Ciudad de México, pero ya iba preparándose. En Tapanatepec, la noche después del enfrentamiento en la carretera, mientras la asamblea abierta que hacen todas las noches quienes forman parte de la caravana, los grupos religiosos y de la sociedad civil que iban a recibir el grupo en la ciudad de México les presentaron dos opciones: o todos podrían ser recibidos en distintas parroquias, que ofrecerían camas, alojamiento digno, para grupos pequeños en todas partes de la ciudad, o bien establecer un campamento en alguna parte de la ciudad, para que los 7000 pudieran quedarse todos juntos. Las organizaciones religiosas y de la sociedad civil pensaban que iba a ser una decisión obvia: todos cansados, en familias, algunos enfermos, con los pies lacerados y tos, iban a estar entusiasmados de tener una estancia cómoda. La sorpresa para todos fue que el grupo decidió permanecer juntos. Con los puños en el aire, la caravana empezó a gritar: juntos, juntos, juntos…
En Honduras, cada 22 horas es asesinada una mujer. Las mujeres son noticia por la violencia. Se habla de ellas como víctimas y hasta como culpables de sus destinos trágicos, pero poco se habla de ellas como sobrevivientes, como sostén de la economía familiar, como líderes comunitarias, como mediadoras en los conflictos, como artistas, como sujetas de derecho. En Contracorriente escribimos historias donde las mujeres son esas sujetos que buscan la vida en medio del dolor, que cuestionan el poder y que a pesar de estar inmersas en dinámicas de violencia patriarcal luchan por su dignidad y la de su comunidad. Este es un resumen del año en 15 fotografías donde las mujeres son protagonistas.
En la comunidad campesina de Guadalupe Carney en el Valle del Aguán, las hijas y los hijos de El Tumbador, hablan desde el miedo, desde el temor que sienten por sus vidas. Son jóvenes que no superan los 25 años, son jóvenes que no se van a pesar del futuro incierto que se vislumbra en sus vidas y las amenazas constantes. Esta generación de dirigentes campesinos, mujeres y hombres, asume la liberación de las tierras como una lucha heredada, como tributo a las vidas que se han ofrendado durante décadas de enfrentamiento entre campesinos, terratenientes, narcotráfico, y bandas de sicarios.
Una manifestante lanza una tabla de madera al fuego durante las manifestaciones contra el fraude electoral el 27 de enero del 2018 en la ciudad de Tegucigalpa, mientras Juan Orlando Hernández se imponía como primer Presidente reelecto, aunque la Constitución de la República no se le permitiera.
Donatila Banegas, madre de Javier Banegas (18) preso en El Progreso, Yoro tras la crisis postelectoral. En la fotografía con sus hijas, hermanas de Javier.
Una jugadora lanza el balón durante un partido de fútbol entre los equipos femeninos Israel y Centro Lempira que se enfrentan por la semifinal de la liga femenina de fútbol en La Moskitia. En la liga femenina de fútbol femenino de Puerto Lempira juegan 6 equipos, juegan partidos de 20 minutos por tiempo en una cancha que además es atravesada por una calle y está ubicada a la par del cementerio de la comunidad de Usumpú.
Al momento de esta foto, «Lucía», de 16 años, tenía cuatro meses de embarazo. Un embarazo producto de una violación mientras intentaba regresar a Honduras –un país que no conocía– desde Guatemala, huyendo de la violencia de su hogar. Buscaba mejores oportunidades para su futuro, buscaba estudiar, ahora vive en una casa hogar, un refugio para niños y adolescentes, donde siente que ya no encaja debido a su embarazo.
Anaida es la persona responsable de cuidar a las guaras y las loras nuca amarilla que son rescatadas del tráfico ilegal de especies en La Moskitia. La comunida de Mavita significa el último refugio para animales como la guara roja cuyo precio en el mercado negro ronda entre los 2mil y 3mil dólares. Actualmente hay 600 especímenes de guara roja en estado silvestre en los pinares de Gracias a Dios y reintroducidas 36 en el Parque Macao Mountain en Copán y en la isla de Zacate Grande, según el biólogo Héctor Portillo quien por 20 años ha estudiado esta especie.
Una chica integrante de la Peña Santa Fe de la barra Ultra Fiel sostiene una bandera de su equipo previo al clásico de la liga nacional de fútbol, Olimpia vs Motagua. Las barras deportivas son llamadas «barras bravas» y han sido emisoras y receptoras de una violencia que ya ha cobrado cientos de vidas, según los datos de los propios barristas. La dirigencia de la Ultra Fiel cuenta alrededor de 500 miembros activos de la barra que ha sido asesinados entre 1998 y 2016, muchos de estos en enfrentamientos con barras contrarias. En la Barra Ultra Fiel se calculan al menos 1,800 mujeres, un 15% del total de miembros. Una minoría que no la tiene fácil, por el estigma que recae desde afuera y la desconfianza que desde adentro impide que ejerzan el poder igual que los hombres.
Berta Zúniga Cáceres, Coordinadora del COPINH e hija de Berta Cáceres durante una conferencia de prensa en la ciudad de Tegucigalpa en agosto de 2018. El primer juicio por el asesinato de la líder indígena Berta Cáceres ha quedado sin representación legal de las víctimas desde el 20 de octubre pasado. En este juicio, que la acusación privada califica de reduccionista al solo tomar en cuenta los hechos del 2 de marzo donde Cáceres fue asesinada, están compareciendo ocho de los nueve acusados, pero parece dejar en el olvido a los autores intelectuales de un crimen que podría involucrar a algunas de las personalidades más importantes del poder político y económico del país.
Yeni Ferrera pidió ayuda para salvar su vida en varias ocasiones: en la Fiscalía de la Mujer de El Progreso, Yoro cuando denunció a su esposo por violencia doméstica, en las postas policiales de la misma ciudad y en la de San Pedro Sula con los golpes marcados en todo su cuerpo y el terror que sólo puede poseer un rostro que sufrió años de abusos e intimidaciones. Finalmente lo hizo, rogó por su vida frente a su femicida, Óscar Humberto Mejía. Nadie la escuchó. El padre de sus dos hijas la asesinó frente a una de ellas.
Ericka, de 59 años –aunque quizá tenga más edad– vive en Mirador de Oriente, un barrio en la periferia de Tegucigalpa, donde no hay red de distribución de agua potable ni alcantarillado. Algunos botes reciclados que posee los logró llenar el día anterior cuando carros cisternas privados llegaron a la comunidad para vender agua potable y ella se acercó para rogarles que le dieran el agua que les sobraba de la venta. Les ruega que mejor se la den en lugar de botarla, porque ella no tiene para pagar los 30 lempiras que cuesta el barril lleno de agua. Ésta es una comunidad pobre y los que tienen alguna fuente de ingreso pagan hasta 1400 lempiras mensuales para tener agua potable suficiente para tres semanas.
Una anciana con fiebre intenta descansar en una colchoneta en el albergue de la colonia Betania. En el mes de octubre la lluvia hizo que distintas zonas vulnerables de la ciudad capital colapsaran ante la crecida del río Choluteca.
«Yo no sabía ni que existían las PAE –Pastilla Anticonceptiva de Emergencia–, siete años atrás me violaron cuando le dije a mi mamá y mi papá que no me gustaban los hombres. Mi papá me abusó, me dijo que me iba a hacer mujer de verdad», Ana, susurra su historia y mira al suelo, con nervios se toca las manos. Tenía 13 años y producto de esa violación resultó embarazada, su padre era miembro de una mara y amenazó con matarla a ella y a su madre si decía algo.
Una joven se arrodilla frente al altar a Berta Cáceres en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en la ciudad de Tegucigalpa.
Leer parte de la cobertura del juicio Berta Cáceres aquí
Portada: Whitney Godoy
Texto: Regina Fonseca
El 25 de noviembre de 1960 las dominicanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal fueron asesinadas por oponerse al dictador Rafael Leónidas Trujillo. Desde 1981, el movimiento feminista latinoamericano conmemora en honor a las hermanas Mirabal cada 25 de noviembre el día contra la violencia de género. En 1999, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reivindica y declara el 25 de noviembre, el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Sin embargo, en Honduras todo parece indicar que en lugar de tener avances, vemos cómo cada día las mujeres son víctimas de violencia institucional, al no poder acceder a un sistema integral y público de salud. También, el país sigue siendo uno de los pocos en el mundo que criminaliza completamente el aborto y el único en América Latina que prohíbe la pastilla del día después incluso para las sobrevivientes de una violación sexual.
En los próximos meses la Secretaría de Salud de Honduras publicará por primera vez en el país un Protocolo de atención médica, psicológica y social para sobrevivientes de violencia sexual, desde esta Secretaría se planifica evitar que las mujeres puedan acceder a anticoncepción de emergencia. Este tipo de protocolo ya existe en otros países de Centroamérica y en ellos se incluye la llamada píldora del día después como un método para evitar que las mujeres sean re victimizadas con un embarazo producto de la agresión sexual.
La Secretaría de Salud de Honduras a través de la Dirección General de Normalización (DGN) conformó una mesa técnica que recomendó y resaltó la urgencia de incluir la Píldora o Pastilla Anticonceptiva de Emergencia (PAE) o el método Yuzpe (conocido como 4×4) para la prevención del embarazo en las sobrevivientes de violencia sexual como resultado de la experiencia en el abordaje de miles de pacientes mujeres atendidas en los últimos años en los servicios de salud públicos y privados. El mismo panel indicó que no incluir la PAE resultará con un impacto negativo en la garantía de los derechos de las mujeres y niñas hondureñas.
Durante el 2018, diversas organizaciones y la mesa técnica han solicitado avances sobre el estado del protocolo, sin embargo, el documento no ha sido socializado y publicado después de más de un año de haber sido oficialmente entregado a la DGN. El gobierno hondureño y el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) se han propuesto un plan a 2021 que busca reducir significativamente los embarazos adolescentes, sin embargo, los y las funcionarias se han dejado permear por los argumentos fundamentalistas que van en contra de evidencia científica y bloquean las acciones del Estado para mejorar la garantía de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
Honduras tampoco implementa un plan en educación sexual integral y quienes enfrentan la violencia cotidiana encuentran alejadas las campañas realizadas por el Gobierno con lo que significa ser una adolescente embarazada resultado de una agresión sexual en los barrios y colonias. Diversas experiencias internacionales demuestran que las acciones estatales basadas en la abstinencia, el retraso de la actividad sexual, o los métodos naturales no resultan eficientes para la reducción de la violencia sexual ni los embarazos en adolescentes.
Niñas y adolescentes abusadas sexualmente que son revictimizadas a través de un Estado que les impide prevenir un embarazo de su agresor, y también terminar un embarazo no deseado o no planificado. De hecho, Honduras es uno de los seis países que en América Latina y el Caribe criminaliza completamente el aborto.
Un panorama que refleja en 2017 según el Observatorio de violencia sexual del Centro de Derechos de Mujeres (CDM), 2,880 denuncias de violencia sexual contra mujeres y niñas ante el Ministerio Publico Hondureño, frente a los 3,067 casos de violencia sexual reportados por Medicina Forense, de los cuales 2,664 ocurrieron en contra de personas menores de 18 años; también, los hospitales públicos reportaron partos en 21,150 niñas en el mismo rango de edad, un promedio de 58 partos cada día.
Los diferentes comités que defienden los derechos humanos de las Naciones Unidas han recordado que es deber de los Estados eliminar las trabas para que las mujeres accedan a sus derechos sexuales y reproductivos. También, han reconocido que los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos.
Finalmente, vale la pena destacar el movimiento en redes sociales que promovió la tendencia #YoNoQuieroSerViolada que tomó por sorpresa al país con una visible campaña que denuncia la violencia sexual mostrando el testimonio de aquellas niñas, adolescentes y mujeres sobrevivientes que además de la grave vulneración que sufren, son criminalizadas por querer acceder a servicios de salud sexual y reproductiva. La campaña mostró las reacciones agresivas por parte muchas personas en redes sociales a favor de la violencia.
Este es un llamado para que el Estado hondureño recuerde, en el Día internacional de la eliminación de las formas de violencia contra las mujeres, que es necesario tomar medidas contundentes para la protección, prevención, atención, sanción y reparación de todas las formas en las que se violenta a las mujeres desde las acciones estatales.
Una guerra mediática entre el Partido Libertad y Refundación (Libre), Luis Zelaya (y demás liberales) y el ex candidato a la presidencia, Salvador Nasralla se ha desatado en medios de comunicación y redes sociales. El mes pasado, con el arranque de las caravanas de migrantes hondureños, nos vinimos a dar de golpe con muchas realidades, una de ellas: que a la «oposición» nunca le hemos importado. Mientras estas caravanas partían, e incluso algunos hondureños de la caravana morían en el trayecto, el ex candidato presidencial Salvador Nasralla nos recordaba cómo le habían robado las elecciones el pasado noviembre, cosa que al parecer es lo único que le importaba; porque sí, sabemos que hubo fraude, pero al pueblo lo que más nos duele de ese fraude son las muertes, las manifestaciones reprimidas, las personas que actualmente están sufriendo las heridas físicas y emocionales que les dejó la crisis post electoral.
El fraude es una clave importantísima para entender que este régimen de Juan Orlando Hernández es ilegítimo, el hecho que no ganó de forma transparente; pero más allá de lo que es únicamente «política» para unos, para otros significó perder familiares asesinados por las fuerzas represivas del Estado, o ser criminalizados por manifestarse en contra del fraude.
¿Y qué pasa con esta Oposición? Salvador Nasralla actualmente recoge firmas para la creación de su nuevo partido, «Salvador de Honduras», su esposa, Iroshka, hace campaña por su cuenta, como todos los políticos ayudando e instando a la gente más humilde para que voten por ellos en los próximos comicios. Mientras tanto, Manuel Zelaya Rosales, a quien algunos siguen llamando Presidente, llegó a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en Tegucigalpa, capturado por las cámaras de algunos diputados de Libre se aprovechó para hacer campaña en redes sociales, con la famosa frase de «Urge Mel», eslogan de campaña usado por Manuel Zelaya antes de ser Presidente.
A pesar que la reelección no ha sido regulada en ninguna Ley y la Constitución la sigue prohibiendo tajantemente por un artículo pétreo, a menos que sea reformada a través de una consulta popular, Mel también la mira como oportunidad para poder volver a la presidencia.
La consulta popular que están insinuando ahora está naciendo desde un Congreso nacionalista, que quiere regular la reelección para poder legitimar este gobierno, y la Oposición que nos representa no se mostrará en desacuerdo por esto, por el hecho que a Mel nunca le ha molestado la reelección, porque así funciona la política, algo engorrosa y poco ética, mientras el pueblo se desangra. Así, hay una caravana de políticos «en oposición» en camino a las urnas, y una caravana del pueblo, en camino a Estados Unidos. La primera, en busca siempre de sus intereses, y la segunda va arriesgándose, en busca de un futuro y una vida mejor que en su país nunca pudieron conseguir.
La caravana migrante hizo que los medios nacionales e internacionales nos volvieran a ver, a Honduras, ese corazoncito, chiquito, que es Centroamérica, «el patio trasero de Estados Unidos». Este país que lo han hecho trizas y ahora, el ojo del huracán por las miles de personas que huyen de sus ciudades violentas, de las maras, mujeres que van huyendo porque las han violado y sus agresores continúan libres, porque el país tampoco ofrece la justicia que tanto añoramos. Los y las migrantes demuestran que nuestro país vive actualmente una «crisis humanitaria», aunque el gobierno ha dicho que son buses llenos los que regresan de la caravana, el camino sigue siendo hacia el norte.
Esta caravana muestra el deseo que todos hemos tenido alguna vez, cuando hemos estado expuestos a los riesgos del país. Recuerdo el 11 de marzo de hace 3 años, cuando a mi madre y a mí nos asaltaron en una colonia de San Pedro Sula que ni siquiera sabíamos era peligrosa, me pusieron una pistola en la sien, y mi reacción inmediata fue querer irme del país. Nuestros hermanos y hermanas migran porque la situación los obliga, porque vivimos en un país donde en los primeros seis meses del año, hay un total de 1800 muertes violentas, esto según el Observatorio de la Violencia de la UNAH, un país donde más de tres millones de personas viven en pobreza extrema, y donde más del 90% de femicidios, queda en la impunidad; y así sucesivamente, podría seguir, no despotricando contra mi país, sino contra las autoridades y gobiernos que nos han mantenido en un sistema que, si las cifras bajan un poco, es considerado «un buen gobierno», aunque este mismo haya sido señalado por actos de corrupción.
El caso del desfalco millonario al Instituto Hondureño de Seguridad Social, en el que se desviaron 7,000,000 de lempiras para financiar la campaña que llevó a la presidencia a Juan Orlando Hernández muestran que el Estado es solo un botín, y el caso Pandora, donde fue saqueada la Secretaría de Agricultura y Ganadería por miembros de los Partidos Nacional y Liberal, al final fue, como todo lo que nos da un poco de esperanza, un show más.
A todo esto, la oposición, nuestra oposición, por la que votamos miles el pasado 26 de noviembre, por la que voté yo, ha estado en un tirar y jalar por parte de sus líderes, los cuales ya empezaron sus campañas políticas. Nasralla dice algo, le responde Mel, o algún diputado, y nunca aclaran nada, juegan con las personas que todavía les tienen confianza, se tiran tierra, luego hacen lo mismo con el Partido Liberal, y a todo esto, el Partido Nacional, el fuerte, el grande, el poderoso, cumple su misión de «divide y vencerás». Mientras eso pasa, nos hacen más y más daño, con los recibos altísimos por parte de la empresa EEH, nos hacen daño con todos los migrantes que huyen de este país porque nunca se les ha brindado una vida digna, un empleo digno, una educación pública e integral, un sistema de salud que brinde condiciones salubres y que las personas no se mueran esperando ser atendidas.
Así se han ido desvaneciendo todos nuestros sueños de que el país podrá mirar la luz algún día no muy lejano de ser una Honduras sin corrupción, inseguridad y todos esos males que han sido esparcidos por gobiernos déspotas que, solo han empobrecido más al pobre y enriquecido más al rico.
Solo nos queda esperar que el movimiento popular, que nosotras y nosotros busquemos formas en las calles de cambiar de una vez por todas este sistema, porque a través de las urnas, no tenemos esperanza.
Nota: Las opiniones expresadas en este espacio son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de Contracorriente.
El primer juicio por el asesinato de la líder indígena Berta Cáceres ha quedado sin representación legal de las víctimas desde el 20 de octubre pasado. Ahora los abogados de la causa intentan hacer eco desde la periferia de un proceso que ha sido marcado por una serie de irregularidades que van desde la pérdida del expediente hasta la exclusión del pueblo Lenca en las audiencias.
En este juicio, que la acusación privada califica de reduccionista al solo tomar en cuenta los hechos del 2 de marzo donde Cáceres fue asesinada, están compareciendo ocho de los nueve acusados, pero parece dejar en el olvido a los autores intelectuales de un crimen que podría involucrar a algunas de las personalidades más importantes del poder político y económico del país.
Víctimas de todo un proceso
Una investigación realizada por el Grupo Asesor de Personas Expertas (GAIPE) indica que el crimen de Berta Cáceres empezó a planearse desde finales de 2015. Toda esta planificación llevó a que entre el 5 y 6 de febrero de 2016 se montara un operativo para asesinar a la líder indígena. Según los mensajes de texto en poder de las víctimas, este operativo habría sido abortado debido al flujo de personas que ese día permanecían cercanas a la líder indígena.
Finalmente el 2 de marzo de ese año, un grupo de sicarios bajo el mando del coronel Mariano Díaz Chávez, entraron a la habitación de Cáceres y le dispararon. En una habitación contigua se alojaba Gustavo Castro, de nacionalidad mexicana, quien ese día había impartido un taller a los integrantes del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) el cual lideraba Cáceres. También le dispararon pero solo resultó herido.
El abogado Rodil Vásquez presenta los vaciados telefónicos de los acusados por el asesinato de Berta Cáceres. Foto: Martín Cálix
Los días posteriores al asesinato estarían marcados por las sospechas de las autoridades hacia el círculo cercano al COPINH, incluso apuntaron que el motivo del crimen podría ser pasional. Según Víctor Fernández, abogado de la familia Cáceres, este fue el primer elemento que activó la impunidad en el caso.
Hasta el momento el Ministerio Público ha capturado a nueve involucrados en la noche del 2 de marzo: Mariano Díaz Chávez (oficial del Ejército), Douglas Geovanny Bustillo (exmilitar), Elvin Heriberto Rápalo, Henry Javier Hernández, los hermanos Edilson y Emerson Duarte Meza, Óscar Arnaldo Tareas, Sergio Ramón Rodríguez (gerente de comunicaciones de DESA) y David Castillo (presidente ejecutivo de DESA).
Dos años y medio después, la representación legal de las víctimas organizó un foro denominado «La verdad sobre la causa Berta Cáceres». Ahora estos eventos son lo que les queda para intentar revelar las investigaciones que, según ellos, el Ministerio Público ha omitido en el juicio, esto debido a que desde hace casi un mes fueron excluidos del proceso por ausentarse en una de las audiencias y por supuestamente dilatar el proceso.
Berta Zúniga Cáceres, Coordinadora de COPINH e hija de Berta Cáceres. Foto: Martín Cálix
Según Rodil Vásquez, abogado de las víctimas, esta expulsión es totalmente injustificada. Vásquez explica que ellos habían notificado la razón de su ausencia: La espera de resolución de una serie de recursos de recusación que se habían presentado en contra del Tribunal. A los jueces Esther Flores, Delia Villatoro, Jocelyn Donaire y José Orellana, se les denunció por cometer abuso de autoridad, violación de los deberes de los funcionarios y negación de justicia.
Cuando tomaron la decisión de excluir a esa representación, Yuri Mora, portavoz del Ministerio Público, expresó que estaban «contentos con la decisión». Ahora según la ley es esta dependencia del Estado quien queda encargada de asumir la acusación.
En un comunicado emitido después de esa resolución, los abogados de la familia Cáceres y de Gustavo Castro exigían que el juicio fuese reiniciado mientras apuntaban que el Ministerio Público no representaba sus intereses como víctimas.
La sala primera del Tribunal de Sentencia donde se realiza el juicio ha permanecido en la formalidad desde entonces. Los gritos, petardos y pancartas que en el inicio del juicio eran llevados por las organizaciones indígenas ya no son permitidas en los alrededores del Poder Judicial, cada vez que los miembros del COPINH asisten al lugar donde se realiza el juicio, son recibidos con puertas cerradas o gases lacrimógenos.
Un joven garífuna de espaldas al altar hecho por Berta Cáceres en la entrada del auditorio Juan Lindo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix
Un juicio que no conduce a la justicia
Berta Cáceres se opuso a la construcción del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca en el río Gualcarque, concesionado por el Congreso Nacional a la empresa Desarrollos Energéticos S.A (DESA), la cual prometía que iba a producir suficiente energía para abastecer a unos 25,000 hogares, además de generar más de 1,500 empleos directos e indirectos durante su construcción.
Este proyecto iba a realizarse afectando a la comunidad de Río Blanco, una comunidad Lenca que considera sagrado el río. Berta Cáceres se opuso a este proyecto, logró que empresas extranjeras involucradas retiraran su inversión, se le otorgó el premio Goldman por la defensa del medio ambiente y finalmente, todo esto, le costó la vida.
El 2 de marzo de 2018, a dos años de su asesinato, las autoridades capturaron a Sergio David Castillo, presidente ejecutivo de DESA, siendo el único acusado por la autoría intelectual del asesinato. Actualmente espera en la cárcel el inicio de la presentación de los medios de prueba ante el Tribunal.
Para la abogada Kenia Oliva «el asesinato de Berta fue político así que la justicia no se va a lograr condenando a cuatro sicarios». Según la abogada que representa a Gustavo Castro, se llegará a una verdadera justicia hasta que capturen a todos los que ordenaron la muerte de la líder indígena. La imputación de David Castillo no es suficiente para las víctimas.
El informe realizado por el GAIPE indica que en el crimen participaron directivos, gerentes y empleados de DESA. Hasta el momento toda esta participación estaría quedando impune.
Harald Waxanecker, perito internacional, durante su presentación en el auditorio Juan Lindo de la UNAH. Foto: Martín Cálix
Según Víctor Fernández ésta es una estructura de directivos, autoridades, medios de comunicación y criminales que viene operando desde 2010 y que se está omitiendo en el juicio a pesar de tener pruebas relacionadas con las llamadas telefónicas que estos realizaban entre ellos y que condujeron a la coordinación para el asesinato de Cáceres.
La acusación privada de las víctimas, en su momento, propuso como medio de prueba la testificación de dos directivos de la empresa DESA: Jacobo y Daniel Átala. La petición fue rechazada y uno de los argumento de la defensa fue que los directivos no podían participar si ya enfrentaban otro proceso. Los abogados de la familia Cáceres no conocen hasta el momento cuales son esos otros procesos.
En julio de 2017 la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH) anunció líneas de investigación en el caso del proyecto concedido a DESA y cuestionó el rápido crecimiento del capital de esta empresa.
Juan Jiménez Mayor, vocero de la misión en ese momento, apuntó que esta empresa en 5 años «pasó de 25 mil lempiras a 381 millones de lempiras. Más de 15 mil veces su capital social».
La MACCIH también cuestionó que se haya procesado a Darío Roberto Cardona, exministro de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (SERNA), por la ampliación de la licencia ambiental de DESA pero no hubo ningún proceso en contra de Rigoberto Cuellar, en ese entonces el ministro encargado de otorgar dicha licencia.
El abogado Víctor Fernández expone, en auditorio lleno, cómo se hubiera presentado la acusación privada de haberles permitido participar en el juicio. Foto: Martín Cálix
El proyecto Agua Zarca amplió su capacidad en 2012 sin pasar por el Congreso Nacional y sin el procedimiento debido de consulta previa, libre e informada que se estipula en el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El 13 de octubre de 2018, en el foro realizado en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Víctor Fernández denunció que a pesar de todo el conflicto y del asesinato de Berta Cáceres, el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) está dispuesto a sostener el proyecto impulsado por DESA.
Mientras tanto, en el juicio que se espera podría terminar en las próximas semanas, los acusados sufrieron una reformulación de la prisión preventiva que no les permite salir en libertad como lo solicitaron sus abogados defensores.
En México, donde ahora se encuentra Gustavo Castro, el principal testigo del caso, un supuesto ex integrante de las fuerzas especiales del ejército de Honduras que viaja en la caravana rumbo a Estados Unidos, ha señalado en el diario La Jornada de ese país, que habría sido Juan Orlando Hernández quien ordenó matar a Berta Cáceres y que la persona que disparó no está entre los que actualmente están siendo judicializados.
«Yo no sabía ni que existían las PAE –Pastilla Anticonceptiva de Emergencia–, siete años atrás me violaron cuando le dije a mi mamá y mi papá que no me gustaban los hombres. Mi papá me abusó, me dijo que me iba a hacer mujer de verdad», Ana, susurra su historia y mira al suelo, con nervios se toca las manos. Tenía 13 años y producto de esa violación resultó embarazada, su padre era miembro de una mara y amenazó con matarla a ella y a su madre si decía algo.
«Me pegaba para no parir y tenía miedo porque mi mamá me decía que si yo salía embarazada me iba a correr de la casa», Ana cuenta que aunque empezó a aceptar su destino, a los tres meses tuvo un aborto espontáneo porque no sabía cómo cuidarse. Suspira mientras recuerda que eran gemelos, que cuando acudió a su madre por ayuda ella la corrió de su casa, no le creía: «terminó diciendo que yo me había acostado con él».
Si bien no hay un dato exacto sobre la cantidad de violaciones sexuales en el país, según el registro estadístico de Medicina Forense, las denuncias en los últimos diez años aumentaron a un poco más del doble: durante 2008 se contabilizaban 1241 mujeres violadas mientras que para 2017 se contabilizaron 2761.
Todas estas cifras alarmantes de violencia sexual hacia las mujeres en Honduras se dan en un contexto donde no existe un protocolo de atención a víctimas por violencia sexual y las Pastillas Anticonceptivas de Emergencia (PAE) tienen una prohibición en su uso, venta y distribución desde 2009, hace casi 10 años.
Una mujer de la unidad de limpieza municipal trabaja barriendo la Avenida Cervantes del centro de Tegucigalpa. En los trabajos de limpieza de la ciudad de Tegucigalpa, muchas son mujeres pobres que bajan de los barrios periféricos de la capital para barrer y recoger la basura de sus calles. Foto: Martín Cálix.
Las mujeres son las más vulnerables para sufrir de violencia sexual, sólo en 2017 el 88% de los casos evaluados por Medicina Forense fueron mujeres, de las cuales el 58% eran menores de edad.
Sin embargo las denuncias son apenas un pequeño porcentaje de la violencia real, según un informe del Centro de Estudios de la Mujer (CDM) apenas el 10% de las sobrevivientes de una violación sexual la denuncian, quienes no denuncian es debido a que «la misma sociedad a través de sus instituciones, refuerzan y reproducen la idea de que la víctima es responsable de lo que le sucede, generando estigma y culpa en ellas», reza el informe.
Ana no denunció en ninguna de las ocasiones.
Un grupo de mujeres en la sala de espera de la Clínica Madre Adolescente, una instancia del Hospital Escuela Universitario en la ciudad de Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix.
«Estaba pequeña no sabía nada, no tenía el apoyo de mi mamá ni siquiera. La segunda vez –que la violó– fue porque me bañé de inmediato, sentía asco, y como lo hizo cuando estaba dormida no tenía ninguna prueba». Ahora Ana dice que tiene un grupo de amigas que han pasado por la misma situación y que las anima a denunciar, como si se tratara de un secreto, confiesa que lo hace sabiendo que probablemente no se hará justicia: «yo sé que aquí en Honduras les vale», continúa.
La Corte Suprema de Justicia durante 2017 emitió apenas 104 sentencias absolutorias y 135 condenatorias por violaciones sexuales, entre ellas varios casos no son de ese año sino que llevan años de retraso debido a la mora judicial que actualmente tiene 85 mil casos que esperan resoluciones, según las cifras oficiales.
La oposición a las PAE en Honduras
La primera intención de prohibir la PAE se dio en abril de 2009, poco antes del Golpe de Estado, con la aprobación de un decreto promovido por la diputada liberal Martha Lorena Casco, señalaba que las pastillas realizaban «un aborto farmacológico» y las tomaban «niñas de 12-16 años después de una noche de parranda». Este decreto fue respaldado por un dictamen emitido por el presidente del Colegio Médico de ese entonces: Mario Noé Villafranca.
El Presidente en aquel momento, Manuel Zelaya Rosales, vetó ese decreto argumentando que aprobarlo violentaba convenios internacionales. Sin embargo, durante el gobierno de facto de Micheletti Baín, Mario Noé Villafranca fue nombrado ministro de salud y en su posición firmó un acuerdo ministerial emitido el 21 de octubre de 2009 en el que se prohibió la venta, el uso, consumo y distribución de los anticonceptivos de emergencia.
Actualmente Villafranca es diputado por el partido Unificación Democrática (UD). En un programa de Televisión al principio de año dijo abiertamente que apoyaría al Partido Nacional para obtener la presidencia del Congreso Nacional, así consiguió el puesto de vicepresidente de la junta directiva y actualmente también preside la comisión de salud.
El diputado electo Mario Noé Villafranca confirmó en #FrenteAfrente que apoyará al partido oficialista a obtener la presidencia del Congreso a cambio de la construcción de un hospital oncológico público. pic.twitter.com/L0ZdT9Dz69
Villafranca además de ser diputado, es médico oncólogo, recibe a sus pacientes en una clínica que tiene un cuadro de Jesucristo al fondo y la biblia en su escritorio. En medio de estos símbolos, recuerda el decreto que firmó en 2009 «Sí, yo la prohibí. Lo hice porque estaban abusando de ella, había niñas que la usaban 3, 5, 7 veces por semana imagínese, es una bomba, además de que se considera un micro abortivo, también guarda relación con cáncer de hígado, cáncer de endometrio, de mama, es un tema muy delicado».
Mario Noé Villafranca, ex Ministro de Salud en el periodo de Roberto Micheletti tras el golpe de Estado de 2009, y actualmente es diputado al Congreso Nacional por el partido Unificación Democrática (UD). Villafranca preside la Comisión de Salud del Congreso Nacional. Foto: Martín Cálix.
Villafranca dice que no puede opinar sobre si aún piensa que es abortiva porque durante el primer trimestre de 2019 el tema entrará en debate en el Congreso Nacional, promovido por recomendaciones que les ha realizado la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
«Están con la idea de que se pueda regular, que se venda pero con extrema cautela. La palabra más correcta sería de que fuera como los medicamentos psiquiátricos, en los cuales deben de ser rigurosamente evaluados para poder dárselo al paciente, un recetario especial. Como comisión estamos abiertos a escuchar», finaliza.
Desde su prohibición, el único debate a nivel institucional que se ha dado sobre el tema fue en 2013 cuando el diputado nacionalista, Ramón Bulnes, introdujo un proyecto de ley para legalizarla, pero nuevamente fue engavetado. A partir de ese momento, el tema ha estado en la agenda de las organizaciones de mujeres que consideran que la prohibición violenta el derecho a la salud física y psicológica de las mujeres y niñas del país.
Ericka García, integrante del Grupo Estratégico por la despenalización de las PAE, que aglutina varias organizaciones feministas y de mujeres en el activismo por los derechos sexuales y reproductivos, denuncia que hay mucha desinformación y manipulación al respecto, sobre todo la proveniente de los grupos que se denominan provida que argumentan que las PAE son abortivas. «No tienen ningún fundamento científico o médico sino puramente fundamentalista religioso, con los pactos que el gobierno actual ha firmado con las cúpulas religiosas sabemos que los derechos de las mujeres no están garantizados y más bien son como un punto de negociación», sentencia.
Ericka García del Centro de Derechos de la Mujer en sus oficinas en Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que la PAE «no pueden provocar un aborto» pues son a base de levonorgestrel, un compuesto que impide o retarda la ovulación de forma que los espermatozoides no pueden fertilizar el óvulo. La OMS además exige que se implementen en todos los países dentro de sus programas de planificación familiar y servicios para las poblaciones con mayor riesgo en una relación sexual sin protección, como las víctimas de agresión sexual.
La fecundación puede ocurrir hasta cinco días después del acto sexual, dependiendo del momento de ovulación en el que se encuentre la mujer, por lo tanto las PAE deben tomarse en las primeras 72 horas después de una relación sexual sin protección o una violación sexual, si el óvulo ya fue fecundado la PAE no tendrá efecto.
La Oficina de Investigación en Salud Reproductiva de la Universidad de Princeton en Estados Unidos, evidenció en un estudio que las PAE no provocan abortos pues no inhiben la implantación. Evaluaron a mujeres que tomaron una PAE después de la ovulación y demostraron que éstas tenían las mismas posibilidades de quedar embarazadas que si no las tomaban, «si el levonorgestrel fuera eficaz en la prevención de la implantación, sería sin duda más eficaz cuando se toma después de la ovulación».
A pesar de esto, la asociación Provida Honduras, fundada por Martha Lorena Casco, considera que las PAE son abortivas, al igual que cualquier otro método anticonceptivo como los condones, pastillas e inyecciones, cualquiera que impida la fecundación. Señalan que no aprueba ningún método que no sea el «natural», según cuenta su secretaria por teléfono en una de las conversaciones que se tienen en más de tres semanas intentando contactar al menos a una de las integrantes de la organización para una entrevista que nunca se dio.
Sin embargo, en otros momentos han dado declaraciones al respecto, Mercedes Acevedo, integrante de Provida Honduras, dijo en Radio América durante el debate sobre el aborto que estuvo en el Congreso Nacional en 2017, que las PAE son abortivas y están en contra de ellas: «nuestra posición es que un aborto es un aborto sea en momentos de violación, de incesto, son un problema social de la descomposición familiar. No le echemos la culpa a los niños indefensos que están en el vientre de sus madres».
Han pasado 7 años desde que Ana fue violada por su padre, dice que si hubiera sabido de las PAE y las hubiese podido utilizar a los 13 años, lo habría hecho y habría evitado mucho sufrimiento. Lamentablemente, ése no fue el único episodio de violencia sexual que le ha tocado sufrir.
Un partido de fútbol realizado entre mujeres para promover los derechos de las mujeres y la denuncia por la despenalización de la Pastilla Anticonceptiva de Emergencia, PAE. Foto: Martín Cálix
El método Yuzpe y sus efectos secundarios
Hace menos de tres meses Ana fue violada de nuevo cuando se quedó en la casa de un amigo después de una fiesta, él la abusó mientras dormía. Ana no conocía de ningún método para prevenir un embarazo, pero una amiga de confianza le indicó cómo utilizar los anticonceptivos orales habituales.
El método Yuzpe es un método anticonceptivo de emergencia que consiste en administrar pastillas de anticonceptivo oral habitual que contengan levonorgestrel aplicándolo en dosis más altas, dependiendo de la marca pueden ser entre dos y cuatro pastillas, tomando al igual que las PAE la primera dosis dentro de las 72 horas después de la agresión sexual y otra dosis 12 horas después de la primera.
De acuerdo a Ericka del GE-PAE este método es 20% menos efectivo que las PAE, que tienen una efectividad del 95%. Además, contiene mayores efectos secundarios para las mujeres debido a las altas dosis que se necesitan para poder alcanzar la cantidad de levonorgestrel que contienen las PAE, «que están hechas para que en una sola dosis o a veces en dos, sufran menos consecuencias. Al final sólo son medicamentos», señala.
Ana no sólo tuvo que sufrir el trauma psicológico, físico y social de una segunda violación sexual sino también los efectos secundarios en su cuerpo por no poder acceder a una PAE y tener que utilizar el método Yuzpe. «Pensaba que me iba a morir porque me dieron unos efectos que no me agradaron: vómitos, temblor, dolor de cabeza, cosas así que me duraron como unas 6 horas». Ana mira al escritorio que tiene enfrente con dolor, como si los efectos pasaran por su cuerpo nuevamente.
El método Yuzpe es una de las alternativas ante la prohibición de las PAE, la otra es la clandestinidad. Las PAE son también conocidas como «Plan B» debido a que esa es la marca que actualmente ingresa al país de manera clandestina. Las pastillas Plan B son vendidas en grupos de Facebook, mercaditos y farmacias, su precio varía entre 80 y hasta 300 lempiras.
Esta venta clandestina además se da en un contexto en el que los medicamentos no pasan por un registro sanitario, lo que aumenta los riesgos en la salud de las mujeres que las utilizan.
En el mes de agosto se hizo el foro «Violencia sexual y embarazo: los desafíos pendientes del Estado hondureño», un conversatorio con especialistas y autoridades, impulsado desde el Grupo Estratégico por la despenalización de la Pastilla Anticonceptiva de Emergencia, GEPAE. Foto: Martín Cálix
Atención a víctimas en Tegucigalpa
Ser víctima de violencia sexual es difícil, pero en Honduras la situación se complica más. A las autoridades poco les ha importado el tema, en los centros de salud, en el Hospital Escuela Universitario (HEU) y en la misma Secretaría de Salud remiten toda la responsabilidad a Médicos Sin Fronteras (MSF), una misión humanitaria internacional que existe en Honduras desde 1974 y que hace 10 años se dedica a atender a víctimas de violencia y agresiones sexuales.
MSF tiene Centros de Atención Prioritaria en dos departamentos del país: Cortés (en Choloma) y Francisco Morazán, en este último se encuentran en tres puntos diferentes: el centro de salud Alonso Suazo, en el Centro Integrado a la par de las fiscalías en los Dolores y en el Hospital Escuela Universitario donde se dedican a dar una atención integral en medicina, salud mental y valoración de trabajo social.
Según los registros de MSF el año pasado atendieron más de 500 casos de violencia sexual contra mujeres, 66% de estos fueron violaciones con penetración. La mayoría de las víctimas eran menores de edad (54%). Los datos que se tienen para 2018 indican que hasta septiembre ya se superaban los 500 casos.
Ericka dice que casi siempre se asume que la violación es culpa de la mujer por andar borracha, por ir a discotecas, por vestirse de cierta forma, a pesar de que la mayoría de casos denunciados son eventos ocurridos dentro de los mismos hogares. Las cifras de MSF lo respaldan, la mayoría de las agresiones registradas fueron por parte de familiares, parejas o conocidos en lugares habituales como el hogar, el trabajo, o alguna institución.
Ana también lo sabe, sus violaciones fueron en casa por personas que conocía y en quienes confiaba, pero además cuenta que intentaron violarla 3 veces más. En una ocasión fue en casa de una amiga, una de las que la atendieron cuando ella quedó en la calle, «era el papá de mi amiga, intentó aprovecharse porque vivía en su casa y no me dejé».
Para Rafael Contreras, coordinador de Médicos Sin Fronteras en Honduras, los médicos que atienden casos de violencia sexual se ven muy limitados en la atención integral al no poder evitar un embarazo no deseado. Sólo pueden darles medicamentos antiretrovirales y profilácticos para evitar enfermedades de transmisión sexual, inyecciones contra el Tétano o la Hepatitis B, enfermedades que se pueden transmitir por la violencia que conlleva el evento.
Rafael Contreras, Coordinador de Médicos Sin Fronteras en Honduras, en las oficinas de MSF en Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix
Durante el seguimiento de los casos, Médicos Sin Fronteras atendió a 36 mujeres embarazadas de las cuales el 81% señalaron que su embarazo fue producto de la violación.
Mireya Hernández, psicóloga de Emergencia de Adultos de la Unidad de Intervención en Crisis del HEU, dice que las pacientes víctimas de violación «siempre vienen sin querer hablar, con depresión, ideas suicidas, ansiedad, trastornos mentales que vienen porque es un abuso y la preocupación de si hay un embarazo».
Contreras señala que a las mujeres les suele afectar mucho un embarazo no deseado, «algunas lo manifiestan no sólo en el momento del parto sino hacia después visibilizan a este no como el niño amado que uno podría pensar sino es alguien o algo que permanentemente les recuerda ese evento de violencia que sufrieron», añade que otros riesgos que se corren es que se practiquen un aborto inseguro, mala nutrición durante el embarazo, riesgos de enfermedades de transmisión sexual, depresiones e intentos suicidas.
Ana Raquel Gómez, doctora de la Clínica de la Madre Adolescente del HEU señala que al mes reciben al menos dos pacientes cuyo embarazo es producto de un abuso sexual, generalmente por algún familiar o persona conocida que viva cerca: «no sabemos qué hombre es y si tiene enfermedades de transmisión sexual, algunas han venido con condilomas y tenemos que tratarlos para que el bebé no nazca con algún problema».
Nahomy Alas, estudiante de psicología que realizó su práctica profesional en el HEU cuenta que uno de los casos que más le afectó fue tratar a una mujer abusada por su tío y que tenía dos meses de embarazo. Llegó al HEU luego de un intento de suicidio: se había tomado detergente, «me dijo que no se quería morir sino que quería provocarse un aborto y a los dos días se murió. Es impactante ver una paciente a la que estés atendiendo, que haga catarsis con vos y que vos lo único que te toca hacer es verla sabiendo que al final se va a morir».
El Observatorio de Derechos Humanos de las Mujeres del Centro de Estudios de la Mujer (CDM) señala que en 2017 más de 800 niñas menores de 14 años salieron embarazadas producto de violaciones sexuales.
Por el momento, la atención que reciben las víctimas de violencia sexual es diferente en todo el país, Maribel Navarro, integrante de Normalización de la Secretaría de Salud dice que se están atendiendo dependiendo de los reglamentos internos que tengan los centros de salud u hospitales.
Sin embargo, en el HEU uno de los problemas que ha identificado Médicos Sin Fronteras es que a veces sin una denuncia los médicos no atienden a las víctimas «la denuncia no puede convertirse en una barrera porque es un derecho de una persona y no un deber» señala Contreras.
Encuentro de la Agenda Política de Mujeres y Feministas en un hotel de Tegucigalpa, el 14 de agosto de 2018. Foto: Martín Cálix
Un protocolo incompleto
Honduras es el único país de Latinoamérica que no tiene un protocolo de atención a víctimas de violencia sexual, desde hace más de dos años comenzó a elaborarse uno con el apoyo de diversas organizaciones como Go Joven, MSF, OPS, Naciones Unidas, organizaciones de mujeres, la Secretaría de Salud, entre otros
El borrador del protocolo se entregó en octubre de 2017 y desde entonces, la mesa técnica que lo trabajó no volvió a saber de él hasta que en enero se anuncia que se comenzará a usar, pero que no se ha aprobado la parte de la prevención de embarazo que incluye el uso de las PAE.
Rafael Contreras de MSF dice que «lo que sabemos de forma extra oficial es que tienen un problema con la PAE por la prohibición, pero cuando se habla de integralidad se debe hablar de prevención del embarazo, en ningún momento del protocolo se habla del aborto sino de prevención con un medicamento que es preventivo, aparentemente puede haber un problema político, religioso por el que no lo han validado».
Mientras tanto, Maribel Navarro, dice que «por motivo de que hay un decreto ministerial ha quitado ese componente de prevención de embarazo en el documento y ahorita se está haciendo gestiones para derogarlo. El ministro está indagando un poco más, en tomar la decisión».
Mujeres asistentes al foro «Violencia sexual y embarazo: los desafíos pendientes del Estado hondureño» realizado en agosto de 2018, como parte de la campaña permanente del GEPAE por la despenalización de la Pastilla Anticonceptiva de Emergencia. Foto: Martín Cálix
Cuando las paredes amanecieron gritando
Cuando se dieron cuenta que se quería aprobar el protocolo sin el apartado de prevención de embarazo, el Grupo Estratégico por la despenalización de las PAE (GE-PAE) envió una nota pidiéndole una explicación al Secretario de Salud, Octavio Sánchez Midence, al no tener respuesta se reúnen con jóvenes y hacen sesiones creativas para crear una idea que vincule las PAE con la violencia sexual.
En ese momento surge un caso que generó mucha indignación en varios sectores de la sociedad. Silvia Vanessa Izaguirre de 28 años era estudiante de último año de medicina y al regreso de sus vacaciones en el interior del país, su transporte fue interrumpido por asaltantes quienes intentaron violarla. Silvia se opuso y fue asesinada, el caso generó movilizaciones, plantones, posturas y declaraciones contra la violencia de género desde su expresión más alta: el femicidio.
En ese contexto nace la campaña «Yo no quiero ser violada» y se comienzan a empapelar las calles: dos ojos de mujer y la frase en grande, abajo una lista de los posibles agresores: pareja, docente, padre, tío, entre otros. Se pegaron en varias ciudades del país, el día en que se comienza la campaña, se da a conocer un caso de violación sexual dentro de unos baños en las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma en Valle de Sula (UNAH-VS).
Debido a este último hecho la campaña se hizo masiva, las fotografías de los rótulos eran portadas en los medios y el movimiento empieza a agarrar fuerza. Sin embargo, el GE-PAE también registró varios incidentes violentos: en las calles quitaban los carteles, les rompían el «no» para que dijera «Yo quiero ser violada» y escribían cosas sobre ellos «cierren las piernas», «para qué se visten así» y ataques a través de redes sociales
«Como que les ofendía, entonces eso denota la cultura de violencia machista que tenemos en el país, como si un hombre que va pasando por la calle y ve un cartel así y le estorba, le molesta, es porque ahí hay algo», cuenta Ericka.
Otro de los eventos violentos que se registró durante la campaña fue con el uso de la camiseta que tenía la misma imagen de la pancarta. Cuando la utilizaban, las mujeres reportaron mayor acoso callejero, carros, motocicletas u hombres que las seguían, incluso que las llegaron a tocar en alguna parte del cuerpo: desde los acosadores ver el reclamo constante y desde los cuerpos de las mujeres generó una reacción más violenta que la habitual, como medida de seguridad las chicas tuvieron que restringir el uso de la camiseta a sólo portarla andando en grupos.
Ericka añade que en el país se vive en «una cultura de violencia extrema donde además el acoso es exageradamente violento, las mujeres tenemos miedo y nuestro miedo es que nos maten por las altas cifras de femicidios, pero también de que nos violen, que nos asalten, vivimos en un estrés constante».
Esta dura realidad de violencia sexual contra las mujeres aumenta con los años, prevenir un embarazo no deseado producto de una violación se encuentra ahora en las manos del Ministro de Salud. Desde la Secretaría de Salud se sabe que lo están pensando, pero nadie conoce cuál será su respuesta, a pesar de toda la evidencia científica que se le está entregando. La espera podría durar años, años en los que la realidad de mujeres como Ana se seguirá repitiendo, sin la atención adecuada.
Ana ha pensado en suicidarse, dice que ya no sabe qué hacer. A pesar de todo, se dedica a ayudar a otras mujeres a superar sus episodios de violencia mientras intenta borrar los propios. Hace cuatro años uno de los hombres que la intentó violar le cortó una pierna y tuvieron que hacerle 12 puntos, de ahí le quedó una cicatriz. Ana se la tatuó para ocultar sus cicatrices, suspira y reflexiona sobre su vida.
–Sí, ha sido duro.
Nota: Se han cambiado los nombres de las sobrevivientes por su seguridad.
En la caravana de migrantes nació una niña, se llama Guadalupe, como la virgen mexicana. Lupita nació en el éxodo centroamericano, ése que con rumbo a Estados Unidos, con sus pasos fuertes pone una vez más a temblar a los gobiernos de la región cuestionados en su capacidad de darles soluciones reales a los problemas profundos que atravesamos los centroamericanos, a los nacionalismos y la identidad como países y también pone en evidencia el cinismo eterno de los gobiernos estadounidenses.
¿De dónde es Guadalupe? ¿Cómo se le explica a esta niña que su nacionalidad está disuelta en una región que se desangra, de la que tiene que huir para sobrevivir?
Centroamérica es un conjunto de pequeñas fincas, así se diseñó desde que se concibieron estos países por separado, orgullosas las élites políticas y económicas de su propia incapacidad de administrar un solo país. Y así nos hemos visto como islas a pesar de que es el mismo modelo el que hace que la mayoría de la gente viva en condiciones indignas, y siempre se mueva, porque el hambre y el instinto de sobrevivencia nos mantiene siempre en movimiento.
Los que huyen, que ya conforman cuatro grupos en la caravana de migrantes, repartidos en el territorio hostil de México, parten de la desolación centroamericana hacia las balas del ejército de los Estados Unidos que amenazan en su frontera. Se habla de invasión, de irrespeto a la soberanía, de atentado a la integridad del gran hermano. Son mareros, terroristas, delincuentes los que se atreven a retar las fronteras, asegura el presidente Trump, y eso suena en la televisión pero también suena el llanto de Lupita y el de miles de niños en la caravana.
Entonces, ¿qué nacionalidad tienen ahora los apátridas, los que vencidos por el horror abandonan sus pequeñas esperanzas y se lanzan hacia un camino largo, sinuoso, tan lleno de muerte como sus lugares de origen con el único deseo de salir más o menos bien librados?
Se levantan las banderas nacionales de Centroamérica y se colocan sobre las vallas migratorias, en los frentes de los contingentes de pobres que parecen andar, caminar, que parecen ir despacio hacia la nada con la necesidad de que esa nada sea algo, y que ese algo no sea la muerte.
A qué símbolos deberá aferrarse Guadalupe, que sin saber nos plantea hasta dónde su pertenencia a la caravana la coloca en un lugar que no está, que sólo se mueve. Si es hondureña, hasta dónde mexicana o si acaso un día le permitirán ser estadounidense, se resuelve entendiendo que su territorio y su bandera es la caravana. La caravana en sí es su nacionalidad, su pasaporte de viaje, y su territorio, ella, quizá no conocerá otra cosa durante un tiempo.
Y cuando suenan los himnos nacionales, cuando los migrantes cantan, en realidad hacen una canción nueva para un país nuevo: uno que deben construir desde las memorias en ruinas del que dejaron atrás y la mirada puesta en el futuro colectivo. Ese futuro colectivo a veces es difuso, se pierde con los fragmentos de la caravana ahora dispersada por territorio mexicano.
Que la migración siempre ha existido, que desde Centroamérica siempre han salido huyendo los pobres que deciden ir en busca de algo mejor, que muchos, que muchas, desaparecen y nadie vuelve a saber de ellos, de ellas, que los gobiernos jamás han tenido soluciones reales, que cerrar fronteras tampoco ayuda en nada, que Trump representa los intereses de la población estadounidense racista, todas esas cosas son obviedades. Entonces cuándo nos plantearemos las preguntas serias. Cuándo esto se declarará como crisis humanitaria. Porque cuando las soluciones viables para solucionar la eterna crisis centraomericana se realicen quizá sea tarde, porque si algo plantean las caravanas de migrantes es que quizá ya sea demasiado tarde.
Hacia finales de octubre y principios del mes de noviembre de 1998 Centroamérica se vio devastada por el huracán Mitch. Casi 20 mil muertos dejó. En Honduras se suele hablar de un antes y un después del Mitch, por su magnitud, por el efecto inmediato, y por el tamaño del fenómeno. Las consecuencias en lo que vino después: una lenta recuperación, aunque en el país se suele decir que jamás nos hemos recuperado del todo luego del efecto que el huracán Mitch provocó en la geografía, la arquitectura, la economía y la memoria del país. Este texto que publicamos, de alguna manera, intenta ser una postal de la memoria, si acaso se puede construir una postal de la memoria, ese museo que los hondureños cargamos en nuestros recuerdos.
Hace veinte años mi padre tenía un brazo fracturado por un accidente en moto. Hace veinte años una alergia me había confinado al interior de casa. Hace veinte años Francia levantaba la copa del mundo. Hace veinte años la vida en análogo, que era como la conocíamos, comenzaba a despedirse. Dicen –quienes saben lo que dicen– que los hondureños conjuramos las tragedias más o menos en intervalos de 20 años.
Mi padre siempre me hablaba del huracán del 74, crecí escuchando la versión de quienes sobrevivieron al Fifí, imaginando –o al menos intentando imaginar– las calles convertidas en ríos. Contar y volver a contar la devastación acuática, aquel contar con miedo desde la distancia de lo que parece haber sucedido sugiere un conjuro. Dicen –quienes saben lo que dicen– que sólo existe aquello que puede ser nombrado.
Mi padre no lo sabía, pero entonces conjuraba al viento, conjuraba a la lluvia, conjuraba la palabra «huracán». Y un día, entonces, vino el huracán Mitch.
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Yo no sabía que un huracán levantaba cosas y se llevaba a los niños. No sabía que el agua podía reclamar aquello que le hemos quitado. Entonces, supe que su voz estaba fragmentada en pequeños trozos de silencio.
Hace veinte años, mi generación conoció el estruendo del cielo al caerse en pedazos y celebramos con extraña alegría el ser los que podíamos abrir la puerta del nuevo siglo porque el río de la muerte no nos llevó a nosotros. Hace veinte años, la devastación acuática en la memoria nuestra.
La palabra «miedo» cobrando sentido cuando el agua lo cubre todo: portadas de periódicos, noticiarios, calles.
Cómo es el miedo –intento recordar– de la hidrofobia pasajera, el miedo de estar atrapado en una isla transitoria, el miedo de ese vacío, el miedo a ese silencio que vino después, a esa memoria quebrándose con el paso del tiempo, el miedo a no saber.
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Ahora parece que pocos lo recuerdan bien, ahora sólo va quedando algo, una sensación de lo que sucedió, de que ocurrió más o menos así, que fuimos engullidos por el dragón y vomitados casi de inmediato. Esto somos. Y aquello –que late en la memoria– quizá.
Barrios enteros fueron borrados de la geografía que poco a poco tomó otro rostro: el rostro ausente de los que murieron. La electricidad interrumpida. Las reuniones familiares para contar a los miembros, para que los mayores se aseguraran de que estábamos todos, que nadie faltaba. Mi tío, el menor, mi primo, de la misma edad mía, las niñas. Nos contaban a la luz de una veladora que ya no servía sólo para rendir tributo al santo, sino para vernos apenas los rostros, los ojos llenos de susto. Nos habitaba una angustia, el extraño sentir del que sobrevive.
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Visto desde la distancia, un huracán no es un huracán, un huracán es la idea de un huracán.
Nos engañamos, nos decimos que no volverá cuando, en realidad, queremos decir que siempre puede volver ese animal que no entendemos, que no nos entiende. Puede volver y reírse de nosotros, de nuestro miedo.
El agua no siempre tiene la bondad de la vida. Habita en ella aquello que no sabemos, que sólo intuimos. Porque intuir es algo que nos heredaron los que sobrevivieron a 1974. La historia –dicen quienes saben de historia– la escriben los que vencieron, pero nuestra historia ha sido construida desde el alfabeto de las cosas perdidas: los derrotados nombran el silencio con su voz acuática.
Sigo escuchando a mi padre decir «por aquí pasó el Fifí», y siento miedo. Se lo he dicho. Y entonces él calla. Calla un rato, e insiste: «cuando el Fifí yo tenía…» y entonces cierro los ojos, me esfuerzo en ver con los otros ojos: sus ojos que son los de mi alma. Veo aquello que intenta con tanto esmero decir para que yo entienda. Cuenta, como quien narra desde la memoria que permanece intacta, cuando todos sabemos que no hay mayor farsa que la memoria. Porque la memoria está construida de falsas impresiones, de ideas en vano, de aquello que creemos pero que no es. Un recuerdo vago, dicen, pero nadie sabe qué es un recuerdo vago.
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La palabra vestigio, la palabra memoria, las palabras que hemos olvidado para describir nuestros ojos viendo la lluvia en un papel que estaba destinado a no quedar en blanco pero que el agua sumó a sus piedras molidas por el cauce del vendaval. La palabra vendaval, las palabras que iban a decirse aquellos que se ahogaron con la palabra lluvia en la boca del estómago. La palabra árbol, la palabra casa, la palabra sencilla que recuerda el fuego sobre el rostro en una noche fría de hace poco más de diez, quince mil años antes de aquel que dicen que vino y que luego se fue para volver por los que olvidó pero jamás entonces hemos vuelto a saber. La palabra que dicen evoca futuro, la palabra que entonces conjura la devastación, ésa es nuestra, y esa palabra es «Mitch».
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Huracán es la serpiente de fuego y de agua que baja del cielo.
Su canto es más o menos así: silba el lenguaje de las aves de la creación y las aves acuden al llamado acuático de la devastación.
Los hijos del corazón del cielo lamentan ser imperfectos. De nada sirve tanta plegaria, tanto rezo de los abuelos.
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Todo dragón es más peligroso cuando duerme. Todo animal encierra en su corazón la razón de un presagio que intuye ciertos finales. Hubo un tiempo en el que todos cantábamos a la nada, pero luego vino la devastación acuática y los hombres que sobrevivieron fueron obligados a permanecer en trance –en pena– de allá volvieron sólo cuando el dragón con las encías ensangrentadas les extirpó la ternura de sus corazones.
Todo fuego fue apagado, la memoria rota en un pañuelo húmedo: 1998.
Estoy al otro lado de la frontera que alrededor de 7 mil hondureños intentan cruzar. Escribo sobre ese éxodo de refugiados que camina y rompe vallas, que acumula a miles en un puente fronterizo en Guatemala o en el río Suchiate y cuando cruza y llega a México, se enfrenta a la represión policial. Es posible hablar de la Caravana de Migrantes también desde Estados Unidos, con quienes lograron cruzar la frontera casi en solitario, sin cámaras y sin amenazas estridentes. Desde aquí veo otros muros, a los que se enfrentan los refugiados que lograron llegar cuando la migración no era ese río. Desde aquí, con las historias de los que se adelantaron, puedo escuchar el porqué del río de gente que ahora cruza México.
Se hicieron llamar la “Caravana de Migrantes”. Este flujo de gente que en un principio, por décadas, se filtraba gota a gota, ahora se convirtió en un chorro de agua prorrumpiendo de una fisura en el muro de una represa. Esta desbandada ha servido para poner en evidencia las fisuras de un Estado que fracasó en proteger a su gente.
Waleska es vigilada. Un aparato en el tobillo derecho la identifica como una persona que ha violado la ley. Estará atada al grillete hasta que su solicitud de asilo pase a una nueva etapa, si es que pasa. Waleska huyó de Honduras hacia Estados Unidos en la primera caravana de migrantes hondureños organizada en mayo de 2018 con su hijo de dos años de edad. Esa vez fueron 2,500 los hondureños en busca de refugio. Estuvo detenida en una prisión, rogó porque no la separaran de su hijo y ahora sobrevive en un estado santuario, donde organizaciones promigrantes la ayudan en una espera que podría llegar a durar 600 días.
“Esto es como estar presa también, no se puede hacer nada así. Si esto se descarga hasta le habla a uno” —dice Waleska y ríe de su propia desgracia, mientras cocina unos pastelitos con Susana otra solicitante de asilo, una guatemalteca de 18 años que llegó hace apenas unas semanas con su hija de cuatro años. Waleska y Susana se apoyan. Ambas llevan en el tobillo derecho el rastreador que el Intensive Supervision Appearance Program (ISAP) una empresa privada que tiene contratos con ICE (Immigration and Customs Enforcement, por sus siglas en inglés, Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos) llama “dispositivo electrónico de monitoreo”. Asisten a visitas programadas y el ISAP realiza visitas a las casas que ellas han dado como direcciones permanentes aun cuando no cuentan con condiciones para establecerse en un solo sitio dentro del estado santuario.
Mientras Waleska y Susana lleven el dispositivo, no pueden obtener permiso de trabajo, eso se convierte en una medida de presión para un eventual regreso a sus países de origen, sin trabajo tampoco pueden sobrevivir en Estados Unidos.
Waleska huyó de una comunidad asediada, como muchas en el norte de Honduras: ese corredor de la droga que viene hacia Estados Unidos. Además, ella se enfrentaba a la amenazas de la privatización del río que atraviesa su comunidad para la construcción de un proyecto hidroeléctrico. Waleska resistió en la organización comunitaria. Estuvo presa por su protesta y tuvo miedo cuando las amenazas comenzaron a cobrar fuerza y fue asesinado un activista de su organización durante la crisis postelectoral de enero este año. El asesinato aún no ha sido esclarecido.
En Honduras hay aprobadas alrededor de 100 concesiones para producción de energía hidroeléctrica, ante la resistencia de las poblaciones locales. Después del asesinato de la activista ambiental Berta Cáceres en marzo de 2016, Honduras ha sido catalogada por la organización no gubernamental británica Global Witness como un país peligroso para defender los derechos humanos y el medioambiente. Las concesiones del territorio han generado conflictos y migración forzada.
Tras las elecciones de noviembre de 2017, en las que resultó reelecto Juan Orlando Hernández, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) contabilizó 22 asesinatos perpetrados por fuerzas de seguridad del Estado que tiraron a matar en el marco de protestas. La ilegitimidad de un Presidente que se reeligió a pesar de la prohibición constitucional en unas elecciones manchadas por fraude, ha generado mayor violencia y represión contra los opositores, y esto también ha generado migración forzada.
Waleska no huía sólo por un motivo. Ella huía de la violencia generada por el narcotráfico que en su comunidad ha exterminado familias enteras. De las amenazas por ser parte de la resistencia por los recursos naturales. Ella huía también de la violencia que sufre como mujer, en una comunidad pobre sin oportunidades, de la violencia en casa, donde sufrió agresiones de su exesposo, huía de la pobreza al tener que mantener sola a sus siete hijos.
Eran muchos frentes los de Waleska, por eso venir en la caravana de mayo y estar medio presa, medio libre, es mejor que haberse quedado.
“Venirse en caravana fue mucho más seguro. La gente era amable. Yo decidí irme antes que surgiera la caravana, llegué hasta Tapachula y desde allí la esperé cuando vi las noticias. Por México íbamos pidiendo y así ajustábamos para seguir caminando. Lo duro es llegar aquí y que lo metan en la hielera (centro de detención de migrantes) y ver cómo separan a las madres de sus hijos, uno tiene que agarrar a los suyos para que no se los quiten”, cuenta.
Susana, por su parte, con 18 años ya tiene una hija de cuatro. Huyó de su pueblo en Guatemala por una amenaza de su cuñado, involucrado en el narcotráfico. Ella pide que no se publique el nombre del pueblo, tiene miedo.
“La policía recibe dinero de ellos, yo intenté dos veces denunciar y no hicieron nada. Mi hija está trastornada. Si a ella le preguntan por qué está aquí en Estados Unidos, ella dice que es porque en su casa había balazos”, recuerda Susana, mientras rompe en llanto.
Susana tuvo a su hija a los 14 años, sufrió de una infección grave por negligencia médica cuando le practicaron una cesárea. No denunció. El silencio ha sido regla de vida.
Waleska y Susana me cuentan sus historias en la casa de un ciudadano de Oregon que en el patio ha colocado una valla que dice: Vota NO a la Medida 105. Sin la hospitalidad de personas como él, Waleska, Susana y otros solicitantes de asilo, no podrían sobrevivir solos y limitados por la ICE.
En noviembre, Estados Unidos tendrá elecciones de medio término y allí en Oregon, que desde hace 30 años está bajo la ley de Estados Santuarios, se introducirá una boleta para preguntar a los votantes si quieren que esta ley siga siendo efectiva en su Estado o no. Quitar el estatus de Estado santuario implicaría que las fuerzas de seguridad locales apoyarían a ICE en su caza de migrantes. Varios grupos de sociedad civil se han organizado para concientizar a los votantes para que esta medida no sea aprobada.
Por ahora, para Waleska y Susana, Oregon es un buen lugar para vivir, a pesar de que poco a poco ICE se hace presente a través de contratos con los centros de detención del Estado y el ISAP.
Robert Brown del Interfaith Movement for Immigrant Justice (IMIrJ) asegura que el gobierno de Trump les ha obligado como sociedad civil a repensar la noción de santuario.
“Nuestra noción de santuario no es física, sino más bien omnipresente. Hay muchas maneras de dar la bienvenida a migrantes. Desde el apoyo como albergue hasta acciones políticas”, dice Brown al salir de una reunión con el staff de sus representantes en el Congreso y el Senado: los demócratas Jeff Merkley, Suzzane Bonamici, y el senador Roy Wyden. Brown llegó para hablar sobre la caravana de migrantes y para pedir que sus representantes firmen una carta en la que se exige al gobierno de Donald Trump presionar al gobierno de Honduras para que se investiguen las amenazas a periodistas, defensores de DDHH y acompañantes internacionales. Para Brown está claro que las condiciones que generan el éxodo de migrantes están dadas desde los gobiernos de los países centroamericanos con apoyo de Estados Unidos.
“Articulamos la lucha contra el contrato de NORCOR con ICE a través del Gorge Ice Resistance y la oposición a la medida 105 que es confusa y que al final muestra a un país que no quiere a los migrantes. Está enviando un mensaje equivocado, esto hará nuestras comunidades menos seguras porque las fuerzas de seguridad se concentrarán en criminalizar a los migrantes y no en los problemas de la comunidad”, agrega Brown quien ha participado en acciones de protesta que en su ciudad han llegado a la desobediencia civil: este año alrededor de 20 personas fueron encarceladas por bloquear la entrada a la oficina del ISAP en Portland. Mientras que el movimiento por la justicia IMIrJ ayudó con pasajes para que los migrantes se movilizaran a los estados donde tenían familiares, comida y apoyo legal.
Sólo en 2017, el ICE destinó casi US$3.000 millones para costear el sistema de detención de extranjeros, que se ocupa de los casos que están pendientes de resolver por los tribunales o cuya deportación ya ha sido acordada, según un reporte de la BBC.
Estos contratos benefician a empresas privadas que tienen contratos con el sistema penitenciario estadounidense. Cada migrante detenido eleva los costos, agranda los contratos.
El próximo 6 de noviembre hay votaciones en Estados Unidos. En las “midterm” se elige a un tercio de los senadores y a todos los integrantes (435) de la Cámara de Representantes, que se renuevan cada dos años. Estas elecciones permiten que la ciudadanía también exprese su posición con respecto a políticas públicas y establece el balance de poderes de los partidos en las instituciones del Estado. Ahora, se elegirá a 35 de los 100 senadores, a los 435 miembros de la Cámara de Representantes, y a 36 de los 50 gobernadores del país. Hasta mediados de octubre, las encuestas no favorecían al partido republicano de Trump, pero la coyuntura migratoria podría ayudarle con los números.
La llegada de miles de centroamericanos a la frontera es vista como una amenaza a la soberanía— como el vicepresidente Michael Pence tuitéo y las campañas antimigrantes que lanza el partido de Trump, se convierten en la tormenta perfecta para cerrarse ante una crisis de refugiados. En el caso de Oregon con la puesta en consulta de la Medida 105 que eliminaría el estado santuario.
Jorge Rodríguez, es el pastor de la iglesia luterana de una ciudad de Oregon. Rodríguez, hondureño, organizó una charla con personas de su comunidad, la mayoría estadounidenses, para hablar sobre Honduras. A la reunión llegó X, un joven de 24 años que apenas tiene dos semanas de haber salido de la correccional de Sheridan apoyado por un colectivo de abogados voluntarios aglutinados en Innovation Law Lab, un proyecto de apoyo a migrantes en Oregon.
X pide asilo en Estados Unidos porque huyó de la amenaza de la Mara Salvatrucha en Honduras.
“Recibí amenazas de la mara, (me exigían) vigilar a abogados que entraban y salían del Ministerio Público ya que yo trabajaba en la calle allí cerca. Desde pequeño me solicitaban favores porque yo vivía en un territorio de ellos, yo siempre me negué”, cuenta X en presencia de una voluntaria del Law Lab.
Después de ser aprobada la nueva regulación federal como directriz del secretario estadounidense del departamento de Justicia, la violencia de maras y pandillas no es una causa justificable para solicitar asilo en Estados Unidos. Sin embargo, el control del crimen en los barrios y colonias en Honduras, se ha convertido en uno de los motivos más apremiantes para huir, como es el caso de X.
A pesar de que Honduras salió en 2017 del top en el ranking de países más violentos del mundo, y que el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH) respalda los datos de reducción de violencia que da el presidente Juan Orlando Hernández, asegurando que el índice de homicidios este año bajó en un 12 por ciento, hubo un repunte localizado en determinadas comunidades. Honduras cerró el 2017 con una tasa de 43.6 homicidios por cada cien mil habitantes según el Observatorio.
La política de seguridad pública de Juan Orlando Hernández ha sido la de la represión y la militarización. En 2012, Hernández creó la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA) que en julio de 2018 pasó a ser la Fuerza Nacional Antimaras y Pandillas (FNAMP), una fuerza especial contra los delitos de asociación ilícita y extorsión. A pesar de que cada semana, la FNAMP expone a personas capturadas y operativos antimaras, las comunidades siguen en conflicto y han identificado a esta fuerza como un agente más de la violencia que ya vivían.
Joaquín Mejía, doctor en Derechos Humanos en Honduras asegura que son dos los factores que indican que Hernández ha creado “el populismo de la seguridad”: la militarización de la seguridad y las instituciones estatales y la “hiperjuridificación”, es decir, la aprobación rápida de leyes y reformas penales que se consideran nuevas acciones como delitos, esto hace que el gobierno se presente con mano dura ante la opinión pública.
“La tasa de seguridad, 170 millones de lempiras mensuales que se recaudan específicamente para este rubro, se usa para fortalecer la Policía y las Fuerzas Armadas. De acuerdo a sus cifras, el 41.21% va para militares, el 41% a policías, y luego apenas 5.66% a programas de prevención, 5% al Ministerio Público y 2.85% al Poder Judicial. Esto es grave en un país donde de acuerdo con el índice de Estados fallidos Honduras es considerada un Estado que se encuentra en alerta, porque no se da los derechos básicos a la población porque todos los fondos se desvían para beneficiar las Fuerzas Armadas. El sistema penal se usa para criminalizar y esto obliga a la gente a irse”, asegura Mejía.
Así, jóvenes como X prefieren huir antes que denunciar.
X ya tenía visa mexicana, pero incluso así no le fue fácil atravesar México. Vivió un año allí, donde trabajó en albergues apoyando a cientos de hondureños a llenar sus solicitudes de refugio. Pero la violencia y la falta de un empleo que le permitiera vivir dignamente lo empujaron seguir hacia el Norte.
Solo en 2017 se registraron 130.500 nuevas peticiones de asilo o refugio de centroamericanos que huyen hacia México y Estados Unidos, un 38% más que en 2016 y más de 11 veces las solicitudes presentadas en el 2011, según un reporte del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR). En 2011 el Estado de Honduras reconoció como un problema el desplazamiento forzado y eso hizo que la oficina de ACNUR se instalara para atenderlo de la mano del Estado.
“Yo me la pasaba muy bien en Honduras, me gustaba el arte y hacía piñatas para microempresas. Hasta a Berta Cáceres conocí cuando me llamaban a pintar murales. Hacía tatuajes y varias veces me negué también a tatuar números o letras. Pero allá no se puede vivir. Aquí estuve preso y no es fácil, pero es peor estar en Honduras, no se compara”, dice X enfático. Ahora espera que avance su solicitud de asilo y pueda obtener un permiso de trabajo. Mientras tanto está siendo rastreado y su libertad condicionada. En Honduras y ahora en Estados Unidos, X siempre ha tenido la libertad condicionada.
¿Cómo se convierte en avalancha la caravana de migrantes?
El 12 de octubre circuló en redes sociales un afiche llamando a una caravana para salir, todos los que quisieran, juntos del país. Una convocatoria que llamaba a encontrarse en la terminal de buses de San Pedro Sula a las 8:00 de la mañana. El mensaje político era claro: “Si este Presidente se queda, nosotros nos vamos”. Pero hubo un mal cálculo, algo que no se previó: la desesperación de miles de hondureños, que más allá-mucho más allá- de su ideología política, tienen hambre, miedo y buscan sobrevivir huyendo.
Irse en grupo era una oportunidad, daba un mensaje contundente pero también protegía. Los migrantes invisibles decidieron hacerse visibles, eso afecta el negocio del coyotaje y es más fuerte frente a los muros.
Pero Bartolo Fuentes, exdiputado del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), a quien se le ha atribuido la organización de la caravana, asegura que él solamente ha apoyado a la gente, que su lucha es por los migrantes y que jamás sacaría provecho ni económico ni político de una situación como ésta. El gobierno de Honduras ha lanzado un discurso en el que culpa a la oposición de engañar a los migrantes para usarlos con fines políticos; y la embajada de EEUU en Honduras, a través de la encargada de negocios Heidi Fulton, ha respaldado ese discurso gubernamental.
Fuentes se siente amenazado. Estuvo detenido en Guatemala cuando acompañaba la caravana, regresado de ese país vecino. Sin embargo, otros miembros de la oposición política aglutinados en el Partido Libre no niegan que esa convocatoria saliera de ellos, y que algunos periodistas estaban avisados.
Imagen que circuló primero en la fanpage de NotiVoces y se esparció por redes sociales desde el 3 de octubre.
“Si algo me van a hacer pues yo lo enfrento, de todos modos ya viví bastante”, dijo Fuentes, por su parte, esta semana en un foro en El Salvador frente a miembros de la cooperación internacional.
Varios personajes han sido apuntados como responsables de la caravana. Desde Bartolo Fuentes, hasta George Soros, el multimillonario y altruista estadounidense fundador de las Open Society Foundations, acusado de ser financiador de la caravana con fines políticos izquierdistas. Y también el gobierno de Venezuela.
Por su parte, el presidente Trump ha arremetido contra los migrantes de la caravana asegurando que hay personas de medio oriente infiltradas, relacionadas al terrorismo de ISIS. Trump amenazó con quitar la ayuda a Honduras si el gobierno no regresaba a la gente a su país.
“Tomen sus cámaras, métanse en medio y busquen. Van a encontrar MS-13, van a encontrar a gente de Medio Oriente, van a encontrar de todo. Y ¿saben qué? No vamos a dejar que entren al país. Queremos seguridad”, expresó ante la prensa estadounidense.
Respondiendo a las presiones, Juan Orlando Hernández ha dicho en conferencia de prensa que ha creado un nuevo programa de reactivación agrícola a fin de que los migrantes retornados encuentren trabajo. Un programa de unos 27 millones de dólares. Esto en conferencia de prensa mientras cerraba la frontera de Agua Caliente hacia Guatemala.
“Los miembros de la Caravana Migrante que decidan volver contarán con bonos, viviendas sociales, proyectos agrícolas, trabajo en obras comunitarias, créditos para microempresas y becas de estudio”, informó.
El 23 de octubre en Honduras salió una caravana interna desde el norte del país hacia Casa Presidencial para levantar la voz por quienes ya viajaban por Chiapas, para que no se siga criminalizando el éxodo y para fortalecer el mensaje político: el presidente es quien debe salir.
Pero el río de gente en camino hacia la frontera de Estados Unidos no entiende de esto. A pesar del cierre de la frontera de Agua Caliente con Guatemala por una semana, ya varios grupos de migrantes han salido para unirse a la caravana que va por México.
Frontera de Agua Caliente entre Honduras y Guatemala, del lado guatemalteco las vallas metálicas con serpentinas y al fondo el contingente policial y militar del Estado de Guatemala el día 23 de octubre de 2018, cuando la frontera estaba cerrada al paso comercial y personal. Foto: Martín Cálix.
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El hermano de Marina viene en la caravana. “Ayúdeme a preguntar por él, no sé nada desde hace algunos días y tengo miedo”, me pide. Marina es una joven de 17 años que vive en un albergue para menores migrantes no acompañados en Estados Unidos. La adolescente huyó sola hace unos meses y ahora su hermano de 15 años aprovechó la caravana y huyó también de la violencia en su casa y de la desidia de las autoridades en un pueblo controlado por narcotraficantes.
Marina siente una nostalgia enorme, se le llenan los ojos de lágrimas cuando describe su pueblo: un lugar bello pero gobernado por narcos. La violencia es lo que más conoce Marina, no solo porque está en la calle, sino porque está en su casa y las instituciones que deben protegerla están contaminadas.
“Cuando yo tenía 10 años me comencé a poner bonita, usted sabe… Así, mi padrastro, comenzó a tocarme mis partes íntimas, y yo me negaba. Mi mamá siempre lavó ropa ajena y yo vendía donas en la calle desde los ocho años. Mi padrastro era muy violento, recuerdo a mi mamá embarazada de mi hermanita y él amenazándola con una botella de cerveza quebrada, le decía que le iba a sacar el bebé de la panza. Mi mami solo lloraba, la policía lo agarraba pero lo soltaba a las 24 horas, siempre lograba salir”, relata.
Marina apenas llegó a sexto grado y ahora en su nuevo hogar, un albergue donde recibe clases de baile, natación y escritura, ha comenzado a escribir su historia en una revista estudiantil.
“El me intentó matar. La policía nunca hacía nada. Eso era un infierno”, dice Marina y con la voz temblorosa me dice que extraña su pueblo, las aguas termales donde se divertía con sus amigas. Marina extraña ese país que yo describí -en la charla a la que asistió Marina- como un Estado fracturado, del que la gente no se quiere ir pero no tiene opción.
“Mi hermano se viene por lo mismo, porque él tenía que desaparecerse, estuvo como dos años desaparecido porque mi padrastro lo dejaba durmiendo afuera”, dice Marina quien fue a la charla en una iglesia en Portland portando un carnet de Prensa que la identifica como parte de la revista estudiantil.
Esa noche Marina levantó la mano y pidió la palabra después de mi presentación y alcanzó a decir: Soy de Honduras, y vengo de un pueblo donde hay violencia, donde el narco es el que gobierna”, luego la interrumpió un llanto desconsolado.
Ahora, la violencia doméstica y de género tampoco es razón para solicitar asilo en Estados Unidos, sin embargo, casos como el de Marina, una menor con un miedo comprobable, muestran que sigue la lucha por ser reconocidas como sobrevivientes que no pueden retornar a la misma situación de la que huyeron porque pueden ser asesinadas.
De acuerdo al Centro de Estudios de la Mujer (CEM-H) en lo que va del año se contabilizan más de 165 femicidios, mientras que en el Comisionado Nacional de Derechos Humanos en Honduras (CONADEH) este año ha recibido más de 2,200 denuncias de violencia doméstica de mujeres que en su mayoría acuden a esta instancia porque no han recibido respuesta de las autoridades que debieran hacerse responsables.
Marina apenas ha hablado dos minutos por teléfono con su hermano, en una llamada que él hizo para decirle que está bien, que ha sobrevivido a los ataques en la caravana, que pronto se reencontrarán. Los días pasan lento, el riesgo aumenta en el camino mientras más lo acerca.
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En la cocina donde Waleska y Susana intentan cocinar comida hondureña, la plática transcurre entre recuerdos duros de cuando temieron que las separaran de sus hijos en los centros de detención y risas sobre la comida estadounidense y lo que no encuentran en el supermercado. Hablan de lo difícil de vivir en un país ajeno, atrapadas con un grillete en el pie hasta que consideren en ese país que es verdad, que a su país de origen no pueden volver porque las matan.
“Este proceso es pesado, mi hermana hasta toma pastillas para los nervios. Si me deportan no sé qué pasaría conmigo. En el país no hay esperanza, antes no había tanto, tanto poder de los narcos. Nosotras con mis hermanas íbamos a hacer pescado asado en la playa disfrutando, ya no se puede eso, preferimos estar encerrados en nuestras casas”, dice Susana, tratando de no resignarse, estresada y tratando de ocultar el grillete electrónico que le pesa en los pasos.
Waleska la mira y le dice: “si usted regresa es el fin, igual que yo”.
El hijo de Waleska juega con la hija de Susana con las hojas caídas de los árboles de otoño en el frío Oregon. Sus madres los ven por la ventana mientras hablan de la caravana, de los miles más que buscan el destino que ellas ya lograron, pasar la frontera de Estados Unidos. Y piensan en los que se quedaron en casa, Waleska piensa en sus otros niños que quedaron en su comunidad en riesgo.
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La caravana sigue su camino y ya hay un muerto producto de la represión policial. Dennis Mejía de 26 años murió tras ser impactado por una bala de goma en el cráneo en una represión en frontera de Tecún Umán, cuando una nueva ola de migrantes intentaba cruzar el río Suchiate y pasar a México. La caravana va partida en varios grupos y ahora espera en Oaxaca, a 2500 kilómetros para llegar a la frontera con Estados Unidos. Unos 2700 migrantes, en su mayoría mujeres y niños entraron a México como solicitantes de refugio en ese país y unos cientos más se han regresado a Honduras con apoyo del gobierno hondureño, el gobierno habla de 3 mil retornados. Ahora caminando vienen más de 6 mil y se suman ahora unos 200 de El Salvador.
“Mi hija de cinco añitos estaba ilusionada, mi papá había dicho que se vendría en esta nueva caravana y ella ya creía que iba a ver a su mamita de nuevo. Mi papá tuvo un accidente antes que la caravana saliera y se quebró un pie, ya no se vinieron. Creo que es mejor, estaría como loca yo viendo lo que les están haciendo en las fronteras, tirándoles gas, golpeándolos. Creo que no podría soportarlo viéndolo de lejos”, cuenta Waleska mientras termina de comer un pastelito que ella cocinó.
—¿Verdad que se parecen a los de Honduras? —Pregunta, como necesitando sentir el sabor del país que ama pero que la expulsó.
«En la costa se vive bien», así repite doña Fide, algo que en 1969 escuchó. Así decían después de la guerra entre Honduras y El Salvador, en Magdales, Intibucá, su lugar de origen, sus vecinos, cuentan que en la costa se vivía bien.
En comparación a la difícil situación económica que pasaba su comunidad después de la guerra cuando el salario diario de un hombre campesino era de 50 centavos al día, situación que la llevó a decidirse a migrar hacia la costa norte de Honduras, específicamente a Tocoa, Colón con la esperanza de vivir bien y plantar buena milpa.
Sin embargo, esas riquezas naturales de la costa norte hondureña no sólo han llamado la atención y el interés de personas como Doña Fide, sino también de empresas dedicadas a la minería como «Los Pinares», antes conocida como Emco Mining Company, empresa de explotación minera que hoy amenaza con la contaminación y destrucción del río Guapinol y el río San Pedro, principales fuentes de agua de trece comunidades en la zona.
Desde abril, los vecinos de la comunidad de Guapinol han estado recibiendo agua lodosa en sus casas, producto de los trabajos iniciados por la minera, a lo que sus encargados han llamado «un pequeño error».
Por más de 60 días los pobladores de la comunidad de Guapinol se han instalado en un campamento improvisado con el fin de detener la actividad de la minera y exigir la cancelación de la licencia de operaciones que el gobierno ha otorgado a este proyecto sin importar que éste se desarrolle en la zona núcleo del parque nacional Carlos Escaleras Mejía.
Según la junta de agua de la comunidad, el río Guapinol tardará entre 2 y 3 años para poder limpiar la suciedad provocada por la actividad minera.
Según Esly Banegas de la Coordinadora de Organizaciones Populares del Aguan (Copa), el Valle del Aguán es una zona caracterizada por los permanentes conflictos, por la lucha en defensa del medio ambiente y por la constante militarización de la región que a partir del golpe de Estado de 2009 se ha vuelto permanente en la zona, incrementando las violaciones a los derechos humanos.
Sin embargo, también es una zona muy organizada donde COPA mantiene una relación constante con organizaciones como La Comisión de Acción Social Menonita (CASM), que a través de ACT Alianza pueden brindar ayuda humanitaria a los defensores del medio ambiente y derechos humanos.
Para Esly Banegas ésta es una lucha de dignidad, que busca mostrarle al mundo que en Honduras hay concesiones mineras en la zona protegida del parque nacional Carlos Escaleras Mejía, nombre dado por una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y que hoy se se encuentra bajo amenaza por el avance de los proyectos extractivistas.
Reinaldo Domínguez, presidente de la junta de agua, está consciente de que el desarrollo que les prometen las mineras es un desarrollo ficticio, un desarrollo que no existe, ya que ellos le solicitan a la compañía minera que les muestre las pruebas de las comunidades de Honduras que se han desarrollado gracias a la minería a cielo abierto, cuando al contrario lo que hace la minería es amenazar las fuentes de agua. Por esta razón, la comunidad no lucha por tierras, ni por oro; la comunidad lucha por el derecho al agua, por la vida del bosque y de los animales.
José Oquelí Mejía, miembro del sindicato de trabajadores del Instituto Nacional Agrario, cuenta que en este momento se encuentran amenazadas las zonas productivas del país, que existe toda una estrategia de parte del poder económico hondureño y extranjero para desplazar a las comunidades de las zonas altamente productivas con el fin de llevar a cabo operaciones de compra y venta del territorio en puntos específicos: la Moskitia, el departamento de Colón, toda la zona costera del litoral atlántico y la zona sur.
Todo este movimiento estratégico está planteado para desplazar o desaparecer a las comunidades de las zonas altamente productivas. Es llevado a cabo bajo la estrategia de zonas de desarrollo industrial, turismo o minería.
Hasta la fecha se ha ordenado la captura de 21 personas pertenecientes a diferentes organizaciones que lideran la lucha en la comunidad de Guapinol.
La comunidad de Guapinol resiste ante la explotación minera. Resiste gracias a personas como Doña Fide, que cada día va al campamento para hacer tortillas y frijoles para que sus vecinos y compañeros no pasen hambre en el campamento. Campamento ocupado por personas de la tercera edad, por mujeres y niños que hoy parecen representar una amenaza para los intereses económicos.
Durante la semana pasada, la cobertura noticiosa en Centroamérica se centró en un grupo de familias que se dirigían hacia el norte desde Honduras con destino a Estados Unidos. Lo que comenzó como una caravana de un par de cientos de hondureños, principalmente de San Pedro Sula, se convirtió rápidamente en una movilización de miles de personas, incluidas familias completas con niños. A pesar de las obvias preocupaciones humanitarias que debe generar un gran movimiento de personas, incluidas tantas madres y con niños pequeños, esta Caravana ha ganado atención internacional principalmente por la reacción obsesiva de Donald Trump, presidente de los Estados Unidos. Trump se ha centrado de manera virulenta y oportunista en esta Caravana como una nueva forma de alimentar el sentimiento antiinmigrante en Estados Unidos, con la esperanza de impulsar la campaña del Partido Republicano en la última recta del proceso electoral que culminará el 6 de noviembre de este año.
En los últimos días, la cobertura noticiosa ha sido más responsable, proporcionando un informe paso a paso de la trayectoria de la Caravana a través de Centroamérica y el territorio mexicano, incluidas las imágenes desgarradoras de niños y familias agotadas por las demandas físicas de esta larga caminata. Sin embargo, dicha cobertura sigue siendo mayormente superficial. Nos dice qué está pasando, pero no por qué. Necesitamos analizar más detenidamente la historia de Honduras, así como los recientes acontecimientos económicos, políticos y sociales que desencadenaron esta Caravana.
Honduras es un país controlado por una élite económica extremadamente rica, cuyo poder se ha entrelazado con poderosas empresas transnacionales durante la mayor parte de los últimos cien años. El término “República bananera” todavía hace eco como un símbolo de poder en un país gobernado por una larga historia de dictadores militares, y más recientemente por gobiernos civiles altamente impopulares. En el caso del gobierno actual, no fueron los votantes hondureños quienes lo eligieron. Su llegada al poder fue hecha posible por el poder de los Estados Unidos.
Según lo registrado recientemente por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Honduras sigue siendo uno de los principales países de América Latina con mayores niveles de pobreza y pobreza extrema. Sin embargo, el término “pobre” enmascara lo que de hecho es una concentración de riqueza en manos de un círculo muy pequeño de familias e individuos, con miseria y pobreza para la mayoría del pueblo hondureño.
Además de tener sistemas social y económico de exclusión muy arraigados, Honduras ingresó hace casi una década en una fase política altamente inestable que sigue vigente hasta hoy. Esta fase inició con el Golpe de Estado llevado a cabo por las fuerzas armadas hondureñas en junio de 2009 contra el gobierno de Manuel Zelaya, elegido legítimamente. En esa crisis, el gobierno estadounidense, presidido Barack Obama, se puso del lado de las fuerzas antidemocráticas en Honduras, respaldando la interrupción del orden constitucional. Esta decisión dañó aún más las esperanzas de los hondureños de una democracia más estable que podría haber sido capaz de superar los males económicos y sociales de larga data que afectan a la nación. Desde entonces, las condiciones han ido de mal en peor.
La siguiente crisis se produjo en 2017, cuando el presidente en funciones, Juan Orlando Hernández, declaró su intención de postularse para la reelección, a pesar de que la Constitución hondureña prohíbe específicamente la reelección. Hernández montó una campaña de reelección apoyada tácitamente por el gobierno de los Estados Unidos. Las elecciones presidenciales se celebraron en noviembre de 2017. Según la gran mayoría de los observadores internacionales, las elecciones se caracterizaron por irregularidades generalizadas.
Vecino de Barrio Morazán discute con militares que golpearon a un joven y una mujer embarazada en Barrio Morazán. Foto: Martín Cálix
Los primeros resultados mostraron una clara tendencia hacia una victoria de la oposición; sin embargo, al final, el Tribunal Supremo Electoral, un organismo controlado por el poder ejecutivo, declaró ganador a Juan Orlando Hernández. Al igual que en 2009, el gobierno de los Estados Unidos se puso del lado de un gobierno altamente impopular y rápidamente felicitó a Hernández por su “victoria”, demostrando así su apoyo a las fuerzas antidemocráticas e incluso anticonstitucionales en Honduras.
Como era de esperar, esto no fue aceptado por quienes sueñan con un futuro democrático en Honduras. Los votantes hondureños tomaron las calles y montaron una protesta sostenida ante ese gobierno ilegítimo. La respuesta del gobierno ha sido una mayor represión política, incluido el asesinato de manifestantes, un mayor número de presos políticos y el constante hostigamiento de quienes se atreven a criticar al gobierno actual.
Como si todo lo anterior no fuera suficiente, se añade también la crisis de seguridad ciudadana. Honduras está profundamente afectada por la presencia e influencia de los cárteles de la droga, así como por las pandillas. La combinación de las acciones violentas de estos actores ilegales, así como el creciente papel políticamente represivo y autoritario de las fuerzas militares y policiales hondureñas crean una tormenta perfecta para generar una desesperación profunda y generalizada entre el pueblo hondureño. La reciente Caravana no marcó el inicio de la huida de los hondureños. Estas personas han huido en cantidades cada vez mayores durante al menos la última década.
La Caravana Migrante, que comenzó su trayectoria hace poco más de una semana, captó rápidamente la imaginación de decenas de miles de hondureños que están desesperados por huir de las condiciones de deterioro, incluida la falta de empleo, las condiciones de vida infrahumanas, la creciente represión gubernamental y el aumento de la actividad criminal de cárteles y pandillas. La idea de huir juntos, mantenerse seguros y evitar las redes de contrabando de personas que cobran cantidades exorbitantes de dinero, así como las redes de trata de personas que esclavizan a mujeres y niños, crearon un poderoso imán para que más personas se unieran a la Caravana. Más que una acción cuidadosamente planificada, la Caravana debe entenderse como una acción espontánea realizada por muchas personas que enfrentan circunstancias desesperadas.
A medida que la Caravana se dirige hacia el norte, ha expuesto la enorme brecha que separa al mundo de políticos, burócratas y diplomáticos del mundo de personas que buscan una salida de condiciones cada vez más extremas. En los últimos dos años, muchos países han estado trabajando en el sistema de las Naciones Unidas para desarrollar Pactos Globales para la “migración segura, ordenada y regular” y los “marcos funcionales de protección humanitaria” para migrantes y refugiados. Esta caravana, y la respuesta negativa que ha provocado en los políticos, debe servir como un recordatorio de lo lejos que estamos de ese gran objetivo.
Claramente, existe una necesidad urgente de desarrollar nuevos y creativos conjuntos de reglas para manejar la realidad de la movilidad humana en el mundo de hoy. Los paradigmas actuales que abren las puertas a la libre circulación de capitales y bienes, mientras las cierran a quienes buscan seguridad y oportunidades, son una receta para el tipo de sufrimiento humano que ahora presenciamos en la frontera sur de México. Esta es una tarea que requiere mejores respuestas y, finalmente, enfrenta el desafío de transformar a países como Honduras en lugares donde la mayoría de las personas puedan vivir una forma de vida digna, segura y sostenible.
Policía militar en parque de Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix.
Pero a corto plazo, hay algunos pasos que podrían comenzar a mover la aguja en la dirección correcta. Hay una necesidad urgente de una conversación nacional en Honduras para reparar el daño a las instituciones democráticas y avanzar hacia un nuevo pacto social nacional. Dicha conversación debe involucrar al sector privado, a los actores independientes de la sociedad civil (más allá de aquellos que principalmente aplauden a los líderes del gobierno), al liderazgo político del país, al gobierno de los Estados Unidos y a otros actores nacionales e internacionales interesados. El gobierno nacional actual podría ayudar a este proceso de múltiples maneras, pero desdichadamente, carece del nivel de credibilidad como para ser el conductor o convocante de ese proceso.
Con respecto a las personas que se han unido a la Caravana en búsqueda de asilo, en lugar de pasar la pelota a México, como parece estar haciendo Estados Unidos, deberíamos insistir en que los hondureños y todos los centroamericanos deben ser tratados de manera justa, de acuerdo con las obligaciones internacionales de todos los países. Sus derechos como personas que buscan protección humanitaria deben ser respetados. Se les deben proporcionar soluciones prácticas y responsables, basadas en el entendimiento de que los inmigrantes y los refugiados tienen un historial comprobado como contribuyentes al mejoramiento de las naciones que adoptan como suyas, así como contribuyentes clave para el bienestar de sus familiares en su país de origen.
Estados Unidos tiene un papel crítico a corto y largo plazo, pero sólo si deja de usar a Honduras y a la Caravana como fútbol político con sus ojos enfocados en las elecciones intermedias del 6 de noviembre.
El presidente Trump ya ha convertido la Caravana en un circo político, usándolo como combustible adicional en el último tramo de la actual temporada electoral para alimentar su discurso contra los inmigrantes mexicanos y latinoamericanos, y para reforzar su súplica por un muro fronterizo. Por su parte, muchos demócratas parecen ver a la Caravana como un inconveniente político para sus esperanzas electorales. Esta respuesta esconde una decepcionante falta de visión y estrategia por parte de los líderes del Partido Demócrata.
Este momento debería ofrecer a los demócratas la oportunidad de reformular la comprensión de la migración como un desafío que requiere una respuesta política nacional e internacional cuidadosamente coordinada. Esta nueva visión y estrategia debe comenzar con la articulación de una narrativa que reconozca y celebre a todos los inmigrantes como un activo neto para los Estados Unidos de América.
Honduras se hunde lentamente. Más de 3 mil hondureños salieron hace una semana en busca de una «mejor vida». Huyen en caravana, se desplazan por el miedo a la delincuencia y sus más de 8 pandillas y maras que controlan sus territorios en el barrio o colonia donde viven, huyen de un sistema educativo y de salud obsoleto. Huyen de la violencia estatal y la corrupción.
No quieren ser parte de las estadísticas del Observatorio Nacional de la Violencia en Honduras en donde ya se llevan registradas 3,422 muertes violentas y/o ejecuciones arbitrarias de niñas, niños y jóvenes menores de 23 años en el país.
Honduras se hunde, pero las familias hondureñas encontraron camino en el valor de 160 personas que inicialmente se dieron cita en la Gran Terminal de San Pedro Sula, agarraron maletas al ver que en menos de 5 horas eran 300 personas listas para partir en la madrugada del día siguiente, hasta que finalmente esas 160 se convirtieron en más de 3 mil en camino hacia Estado Unidos de América.
El éxodo de hondureños y hondureñas es alarmante, desde el viernes pasado más de dos mil personas salieron desde San Pedro Sula en una caravana con rumbo a Estados Unidos. Los participantes de esta acción aseguran que el desempleo, la inseguridad, la violencia y la pobreza, son los principales factores que los impulsan a buscar un mejor futuro.
Los datos no mienten, y por duros que sean, las autoridades del gobierno que dirige Juan Orlando Hernández y la propia encargada de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Honduras Heide Fulton, los omiten para darle otro contexto a la caravana.
El oficialismo y el gobierno norteamericano se han unido para acusar a los migrantes de ilusos y de ser víctimas de engaños políticos orquestados por el Partido Libertad y Refundación (LIBRE). Ante las acusaciones que han hecho en los últimos días, los datos son crudos y desmienten por completo la campaña que han iniciado para tratar de controlar la migración de personas hacia Estados Unidos.
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Luis Colindres, Secretario del Partido Nacional: “Están utilizando a los compatriotas con fines meramente políticos en detrimento de la imagen del país. El Partido Libertad y Refundación en los últimos días decidió utilizar el medio más violento para hacerle daño a la imagen de nuestro país, sin importar los resultados negativos que esto puede traer como consecuencia a todos nuestros compatriotas”.
El Partido Nacional y el gobierno que dirige Juan Orlando Hernández, iniciaron una campaña para responsabilizar a la oposición de organizar la caravana de migrantes, y lo han hecho para no asumir la responsabilidad que como gobernantes tienen en la realidad económica y política del país.
Según datos del Foro Social para la Deuda Externa de Honduras (FOSDEH), más de un millón de hondureños y hondureñas en la actualidad no tienen empleo. Asimismo esta institución afirma que el 48% de la población económicamente activa no tiene trabajo.
Por otra parte en el 2018 se registran 300 mil nuevos pobres, que en total son 190 familias, siendo la pobreza, desempleo e inseguridad los principales factores que estimulan la migración.
Juan Orlando Hernández: “Como gobierno estamos convencidos que el interés superior del niño y la niña es prioridad, existen hondureños que se han sumado y que son parte de este movimiento irregular que han sido engañados bajo falsas promesas. Yo se los digo, deben desistir, no pongan en peligro su vida y la de sus hijos”.
Casa Alianza Honduras lleva un registro de las muertes violentas y/o ejecuciones arbitrarias desde el año 1998. Durante los últimos 20 años, particularmente entre febrero de 1998 y junio de 2018 se han registrado en el país 12,536 casos de ejecuciones arbitrarias y muertes violentas de niños, niñas y jóvenes menores de 23 años.
En el transcurso de los cincuenta y tres meses (segundo período) de gobierno de Juan Orlando Hernández, se han registrado 3,422 muertes violentas y/o ejecuciones arbitrarias de niñas, niños y jóvenes menores de 23 años en el país, contexto que deja en claro que la niñez y juventud no ha sido una de las prioridades de su administración, y también convirtiendo esta realidad en un factor determinante para la migración.
Hernández dejó manifiesto en conferencia de prensa su preocupación por los menores que viajan junto a sus padres en la caravana de migrantes, además los invitó a retornar al país, asegurándoles que el gobierno los acompañaría en su dura realidad.
Heide Fulton: “Están siendo engañados con falsas promesas de parte de líderes con fines políticos y criminales”
La funcionaria norteamericana omitió información que su propio gobierno tiene en materia de índices de migración, en el que según la Oficina de Migración y Aduanas de Estados Unidos reportó en el primer trimestre del 2018, un incremento de 223% de migrantes hondureños pretendiendo ingresar a este país.
La encargada de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Honduras, se unió a la campaña del gobierno de Hernández para desprestigiar la caravana de migrantes, omitiendo por completo la realidad social, económica y política que vive el pueblo hondureño en la actualidad.
Fulton no dio nombres, pero por deducción hizo referencia al periodista y exdiputado de Libre Bartolo Fuentes, único representante político en la caravana. Fuentes aseguran que actualmente se encuentra detenido por el gobierno de Guatemala, y según organizaciones defensoras de derechos humanos, al ser deportado al país hay pretensiones estatales de acusarlo formalmente por trata de personas.
–Cada vez que llueve tenemos que estar como quien vela un muerto. No es nuevo, siempre se ha dado, pero el fin de semana sólo me acordaba del huracán Mitch. –Ángela sentencia como presagiando que el desastre se puede repetir 20 años después, justo en el mismo mes.
La última semana, Ángela, se ha tenido que acostumbrar a la idea de ser dueña de nada. Después de dos días de lluvia en Tegucigalpa, su casa fue invadida por el río que tiene como vecino y sus pertenencias se las llevó la corriente.
Ésta no es la primera vez que Ángela pierde todo. Hace casi veinte años cuando vivía en la colonia Los Pinos, su casa se hundió a causa de la saturación de los suelos que provocó los aproximadamente 600 milímetros de lluvia que cayeron en 1998 con el paso del huracán Mitch por la capital de Honduras.
Desde ese año se aprobaron 700 planes de planificación y riesgo, según un estudio del Observatorio Universitario de Ordenamiento Territorial. Sin embargo, la mayoría de estos planes se han quedado sin ejecutar en una ciudad donde entre 300 y 400 barrios viven en situación de alto riesgo.
Lluvia que recuerda la tragedia
Ángela vive junto a su hija e hijo en la colonia Betania de Tegucigalpa, su casa hecha de madera se ubicaba en la orilla del río Choluteca, pero desde hace una semana solo hay ruinas de una casa que construyó consciente del riesgo de vivir ahí y sin otras opciones pues no tenía para pagar el alquiler de una habitación en un lugar seguro. El sábado 6 de octubre por la tarde, después de pedirle a su hija que hiciera el almuerzo, escuchó el grito de una vecina que le avisó que el río estaba comenzando a entrar a su casa para llevarse lo poco que tenía.
«Cuando menos lo acordé ya tenía el agua por la rodilla y ya andaban nadando la cama, la ropa de mis hijos y la comida que había comprado para todo el mes –dice Ángela con lágrimas en sus ojos– no me quiero acordar de ese desastre, aunque no es primera vez que se me inunda la casa. Ya me había dejado dos veces en la calle, pero nunca había buscado un albergue», finaliza.
Según datos de la Comisión Permanente de Contingencias (COPECO) las lluvias entre el jueves y sábado de la primera semana de octubre, dejaron un aproximado de 17 mil personas afectadas y casi mil viviendas dañadas, por lo que esta institución del Estado le dio refugio a casi 7 mil personas en aproximadamente 50 albergues a nivel nacional.
El 6 de octubre, el río Choluteca había rebasado su cauce a su paso por Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix
Aunque para Ángela el terror de perder sus pertenencias entre el lodo le recuerde a la catástrofe de finales de octubre de 1998, el Huracán Mitch dejó 5 mil muertos y este sistema de baja presión dejó 9.
Cada año, la población ubicada en las zonas de alto riesgo de la capital no duerme durante el periodo de lluvias. No duermen mientras el agua que tanto necesitan en los primeros seis meses del año a causa de la sequía, cae sobre los techos de cartón en la ciudad con más riesgo de derrumbes y deslizamientos en Honduras, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
Pedro Landa, experto en temas ambientales, dice que las acciones que han hecho tanto el gobierno central como los gobiernos locales no han reducido la vulnerabilidad que desnudó el Huracán Mitch.
Landa explica que «estamos por cumplir el veinte aniversario del Mitch, y la tragedia de estas semanas se dio no por la intensidad de las lluvias sino por la falta de prevención o medidas correctivas que tendría que hacer el Estado».
En Tegucigalpa más de 130 barrios y colonias se vieron afectados por las lluvias según datos oficiales de COPECO, además señalan que 350 mil los capitalinos viven en riesgo de deslizamiento, inundación o derrumbes.
Claudia Mondragón, coordinadora del Observatorio Universitario de Ordenamiento Territorial, dice que «se invierte en obras de respuesta pero se debería invertir en obras de prevención, ya que no se están evitando las catástrofes», además afirma que hay que invertir para evitar asentamientos como el de la colonia Betania que está a la orilla del río y que se inunda cada año.
Personal de COPECO y agentes de la Policía Nacional, durante las labores de rescate el 6 de octubre. Foto: Martín Cálix
Reubicación necesaria
Ángela está albergada en la escuela Juan Guifarro López de la colonia Betania. Esta pequeña escuela aloja temporalmente a 60 familias: 287 personas que viven en la rivera del río Choluteca que ha inundado sus casas o se las ha llevado completamente.
En las seis aulas de esta escuela, los ancianos duermen en colchonetas quizá enfermos por la tristeza que representa no saber a dónde ir. Las mujeres hacen la comida y administran la distribución de los alimentos y medicinas que traen como donación o que les proporcionan las instituciones estatales.
Los adultos esperan que el gobierno decida qué hacer con los refugiados al bajar las alertas. Una gran cantidad de niños, de niñas que juegan en el patio de recreo, comen dulces e ignoran que las condiciones de pobreza y desempleo en el país han condenado a sus familias a vivir en la orilla de un río que en cualquier momento puede llevarse sus casas, puede llevárselos a ellos.
Un estudio reciente del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) indica que el 77% de los niños, niñas y adolescentes en Honduras viven en situación de pobreza.
Parece que estos niños no quisieran irse del albergue, parece que allí reciben la suficiente alimentación, hasta el punto en que han empezado a enfermarse del estómago por comer más de lo normal, los adultos lo dicen entre risa, como bromeando y burlándose de su verdad.
Entre todas las familias de este albergue, sólo Ángela perdió completamente sus pertenencias, pero todos los demás saben que tarde o temprano podrían ser los siguientes, por eso piden que se les reubique en una zona menos vulnerable, más digna.
Líderes comunitarios en el albergue de la colonia Betania junto con personal de COPECO reciben y ordenan las donaciones. Foto: Martín Cálix
Rigoberto Rivera, gerente del Comité de Emergencia Municipal (CODEM) en Tegucigalpa, afirma que «con la alerta verde ya es tiempo de irse, ya les dieron sus cosas pero hay gente que no se va si no le dan una casa nueva. Nos está pasando y es que la falta de educación nos ha matado, si fuéramos más educados, conscientes y disciplinados esto no ocurriría».
Este miembro de la comuna capitalina dice que «el problema es que es prohibido vivir a la orilla de los ríos, la gente no hace caso, va a hacer sus casitas al borde del río y cuando crece lo pierden todo», además dice que el 90% de las calamidades que le pasaron a la gente fueron provocadas por ellas mismas.
«Vinieron los de la alcaldía y dijeron que los que tienen su casita, que vayan a limpiarla porque van a ser ubicados de nuevo allí –dice Ángela, que también es parte de una comitiva de líderes en su comunidad–, yo le dije que cómo nos íbamos a meter allí, por ejemplo mi casa está débil. Para irme a meter allí tengo que reforzarla».
Según Mondragón «se deben hacer viviendas sociales en zonas adecuadas que garanticen reubicar población que se encuentra en riberas de ríos o cerca de fuentes de agua. A largo plazo el costo es mínimo en comparación a las obras de mitigación».
José Francisco Nolasco de 42 años y que hace 3 años luego de que un camión le pasara encima quedó con una discapacidad permanente, es una de las personas que viven el albergue de la colonia Betania. Foto: Martín Cálix.
El beneficio de la tragedia
El domingo 7 de octubre, mientras la capital permanecía en alerta roja, el Presidente Juan Orlando Hernández, comunicaba en una conferencia de prensa que iniciaría una petición internacional para que Honduras obtenga recursos del Fondo Verde del Clima de la Organización de Naciones Unidas (ONU), a fin de enfrentar los desastres naturales provocados por el cambio climático.
Ismael Zepeda, economista del Foro Social para la Deuda Externa de Honduras (FOSDEH), desconfía de esta búsqueda de recursos que se viene haciendo desde el paso del huracán Mitch en el país, recibiéndose una gran cantidad de fondos de la cooperación internacional para realizar obras de mitigación y respuesta a los desastres pero que al final no se ven reflejados en la realidad.
«Eso de beneficiarse de los desastres naturales es como un ciclo perverso de tener cierta cantidad de ingresos cada vez que hay un desastre –dice Zepeda– por ejemplo, a COPECO siempre se le aprueban presupuestos de emergencia para comprar víveres y antes de la lluvia hacer obras de prevención, esta política pública perversa de beneficiarse de los desastres es bien evidente», finaliza.
La Secretaría de Finanzas destinó doce millones de lempiras para la cobertura de la emergencia presentada entre el 4 y 11 de octubre, pero Honduras viene recibiendo una gran cantidad de recursos, supuestamente para reducir la vulnerabilidad desde 1998 . Hasta el momento parecen ser insuficientes.
En el interior de algunas casas, las pertenencias que no fueron evacuadas a tiempo, lucen llenas de lodo y húmedas. Foto: Martín Cálix
Pedro Landa afirma que «ha sido evidente con las acciones de investigación que se han dado en los últimos años que muchos de los recursos del Estado destinados para diferentes actividades, en este caso en el tema de prevención y mitigación, se han utilizado para fondos de actividades políticas y han sido robados por funcionarios públicos».
Según un informe de 2008, presentado por la Asociación de Organizaciones No Gubernamentales (ASONOG), desde el Mitch y con la Estrategia de Reducción de la Pobreza (ERP) se gastaron más de 130 mil millones de lempiras (5.4 millones de dólares) para lograr la condonación parcial de la deuda externa, mejorar la imagen de las autoridades a partir del anuncio de proyectos, cubrir parte del déficit del gasto corriente del gobierno y atender la emergencia provocada por los desastres naturales. Esta cantidad es casi el equivalente al cálculo estimado por el Centro de Estudios para América Latina (CEPAL) de los daños ocasionados por el Huracán Mitch.
«Todo este mal manejo y robo de enormes cantidades de dinero de la cooperación internacional ha impedido que se realicen las obras con la calidad o cantidad necesaria para reducir la vulnerabilidad –dice Pedro Landa, quien también trabaja en el Equipo de Reflexión Comunicación e Investigación de la Compañía de Jesús (ERIC SJ)– porque si bien es cierto, la Cooperación Japonesa ha hecho muchas obras, ha sido porque la misma cooperación ha estado al frente de estos proyectos, cuando son realizados por dependencias estatales uno ve la pésima calidad e ineficiencia de las obras».
Las personas en los albergues parecen entrar en cierta cotidianidad: los niños juegas, los adultos conversan. Foto: Martín Cálix
Según el informe Mitch+10 elaborado por la cooperación japonesa, hasta el 2008 este país asiático había invertido casi 27 millones de dólares en proyectos que aportaran al desarrollo del país después del desastre.
Casi como una metáfora de la situación, Ángela cuenta que después del Mitch la Cruz Roja le dio un bono de ayuda por 50 mil lempiras, pero un hombre con el que había sido pareja la vigiló para ver dóndelo guardaba y se lo rompió. «Si no, ya tendría mi casita», lamenta.
Según Zepeda estas crisis también ayudan al gobierno porque cuando alguien tiene que abandonar su casa, los gobernantes les asisten con colchonetas, una bolsa de comida y el perfil se les incrementa. Pero las propuestas terminan siendo mínimas para prevenir o contrarrestar los desastres naturales.
Además, sobre el reclamo de algunos hondureños por la falta de un aviso previo a la entrada del sistema de baja presión que afectó al país, este economista afirmó que «la perversidad de no anunciar el temporal en semana Morazánica es para seguir ilusionando al pueblo con que hay cierto nivel de ingreso y cierto incremento económico. El culpable real de lo que pasó es quien administra el estado, o sea el gobierno».
La foto mohosa de Juan Orlando Hernández en las oficinas del Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (CENAOS), indica la entrada al lugar de donde sale la información del estado del tiempo en el país y la más recriminada por la población, ya que supuestamente no anunció las lluvias del final de una semana de feriado.
Carlos Canales, meteorólogo de esta oficina dice que «la información salió en tiempo y forma, el miércoles, luego otro comité emite sus alertas y se puede verificar desde cuándo tienen las alertas, entonces se puede juzgar si ellos hicieron lo correcto o no».
Además dice que los modelos de pronóstico no pueden ser tan amplios. «Yo puedo enseñarle 10 días de pronóstico, el que no sabe puede decir que vienen lluvias pero al final no, entonces lo que se está haciendo es desinformando a la población, causando alarmas que no existen», finaliza.
Alimentos que están por ser preparados por las mujeres en el albergue. Foto: Martín Cálix
El departamento de Francisco Morazán actualmente se encuentra en alerta amarilla y desde el 10 de octubre se comunicó por parte de COPECO, el monitoreo de un sistema de baja presión al norte del Golfo de Darién que se ubica entre Colombia y Panamá. De acuerdo a la información dada en una conferencia de prensa, este sistema tendría un 50% de probabilidad de desarrollarse en el mismo lugar donde hace 20 años se formó el Huracán Mitch.
Cuando se dieron cuenta de esta información en el albergue donde se encuentra Ángela, se apresuraron a orar para pedir que no cayera más lluvia. Una situación que los tiene en la incertidumbre pero con una esperanza que se mantiene en las promesas del Presidente, quien prometió ayudarles si tenían paciencia.
Llevando un mensaje de ánimo y reiterando nuestra solidaridad con las cientos de familias afectadas por las lluvias, realizamos visita al albergue ubicado en Escuela Francisco Guifarro de Colonia Betania; como país, debemos estar unidos y apoyar a aquellos que más necesitan. pic.twitter.com/3nuXilV0Vw
El 9 de octubre Juan Orlando Hernández visitó el albergue de la colonia Betania, sirvió la cena y prometió a los pobladores la reubicación de sus hogares, pero dejó claro que esto sería «dentro de las posibilidades del gobierno».
Ángela no ha recibido más información desde que habló con el Presidente, pero está muy confiada pues ha escuchado que el titular del Ejecutivo está asistiendo a la iglesia. «No creo que alguien que conoce de la palabra de Dios mienta. Nosotros que vamos a la iglesia no tenemos que mentir, porque la mentira es del diablo»
Una anciana con fiebre intenta descansar en una colchoneta en el albergue de la colonia Betania. Foto: Martín Cálix
Berta Cáceres fue asesinada el 2 de marzo de 2016 en su propia casa de habitación, esto como resultado de la defensa que junto al Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) mantenía en contra de la concesión en el Río Gualcarque –sagrado desde la cosmovisión del pueblo lenca a la que pertenecía Berta–, 5kms de río que la empresa Desarrollos Energéticos S.A pretendía usar para el desarrollo del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca.
Hasta el momento hay nueve acusados en el asesinato de la líder indígena: Mariano Díaz, oficial del Ejército; Douglas Geovanny Bustillo, exmilitar, y Sergio Ramón Rodríguez, gerente de la empresa Desarrollo Energético (DESA), Elvin Heriberto Rápalo, Henry Javier Hernández, los hermanos Edilson y Emerson Duarte, y Óscar Arnaldo Torres.
Todos los sospechosos, a excepción de Mariano Díaz, iniciarían el juicio oral y público el pasado 17 de septiembre; sin embargo, la representación legal de la familia Cáceres presentó un recurso de recusación en contra de los miembros del tribunal que llevan el caso, en el que se señala que han cometido abuso de autoridad, violación de los deberes de los funcionarios y negación de justicia. Este recurso fue declarado sin lugar por la Corte de Apelaciones, convocándose el reinicio del juicio para el pasado lunes 15 de octubre. Sin embargo ese día el juicio se suspendió de nuevo ante la denuncia de una convocatoria ilegal ya que el tribunal seguiría imposibilitado para llevar el proceso.
Todas estas irregularidades podrían llevar a que la representación legal de la familia Cáceres decida retirarse del juicio. Kenia Oliva, abogada del ambientalista mexicano Gustavo Castro –quien presenció y fue herido la noche del asesinato de la líder social– también apoyaría dicha decisión. En Contracorriente (CC) hablamos con la abogada Kenia Oliva (KO) sobre las irregularidades del proceso judicial, la ausencia de autores intelectuales y el posible retiro de la acusación privada.
CC: ¿Cuál es la situación actual del juicio por el asesinato de Berta Cáceres?
K.O: Está en el debate que es casi la última etapa del juicio oral y público, han sucedido varias irregularidades durante el proceso y la primera fue que nunca tuvimos realmente acceso al expediente, a la línea investigativa como parte del acusante trabajando en conjunto con el Ministerio Público y mantuvieron en secretividad por mucho tiempo la causa.
Gustavo fue presentado como testigo protegido y si es el principal testigo asumimos que el Ministerio Público lo trataría como víctima, pero no fue así, sino que lo tuvieron retenido por varias horas y retrasaron su proceso migratorio por días, desde ahí vimos las irregularidades.
K.O: El Ministerio Público se preocupó por los autores materiales y hay que reconocer que hizo un gran trabajo en las pruebas sobre ellos, pero cuando empezamos a exigir saber de los autores intelectuales ¿quién les pagó?, ¿cuál era la motivación? Ahí comenzaron a frenarnos la información.
CC: ¿Hay indicios sobre los autores intelectuales?
K.O: La pieza más alta a la que llegó el Ministerio Público es David Castillo que era el gerente de operaciones de DESA pero no es el dueño, no es el socio, y para nosotros es importante descubrir quién le ordena que busque sicarios.
Con los vaciados telefónicos y las escuchas hay indicios de otras participaciones y también el Ministerio Público ha recabado pruebas sin peritaje de DESA que tampoco fueron presentadas ni en el juicio ni a la acusación privada, aunque sí hay actas de que se realizó decomiso de teléfonos, de computadores y el Ministerio Público no lo presentó como medios de pruebas.
CC: ¿Qué sucede cuando llegan a esa etapa y no ven las pruebas?
K.O: Le solicitamos al tribunal que nombrara peritos que dieran legalidad a todas las actas de nombramiento y que también nos entregaran la prueba que sí estaba peritada. El tribunal lo requería para tres días y el Ministerio Público se tardaba 15 en entregarlo, luego entregaban supuesta información digitalizada pero al abrir los CD’s no había información. El tribunal nunca le llamó la atención al Ministerio Público por esto, por mucho que le solicitamos que lo hiciera incluso la defensa de Sergio acusaba de no tener toda la información.
Las dos acusaciones privadas de la familia de Berta recusan al tribunal, consideramos que no está listo o tiene algún interés en que no se conozca la información. De acuerdo a la legislación correspondiente, el tribunal ya no puede conocer de la causa.
CC: Pero luego cuando se regresa a la audiencia se presenta un recurso de apelación ¿cómo va ese proceso?
K.O: Un recurso que generalmente se tarda tres días para que hagan el auto de recibido, el mismo día que lo presentaron (el 15 de octubre) llamaron a otro de los abogados diciendo que ya fue resuelto y declarado sin lugar. Se presentó a las 8 de la mañana y a las tres de la tarde llaman al abogado para que se presente por la resolución.
El tribunal de sentencia, el lunes, dijo que nos convocarían nuevamente el miércoles, si se supone son independientes de la Corte de Apelaciones, ¿cómo es eso posible saber qué día va a resolver el otro tribunal y cuál va a ser la resolución?
CC: Ya se habían visto irregularidades en el proceso, se perdió el expediente original…
K.O: Sí, de hecho una de las magistradas de la Corte de Apelaciones que resolvió sin lugar la petición de la defensa privada, es la misma que perdió el expediente original del caso. Por eso también se presentó una denuncia contra esa corte porque esa magistrada no debió haber resuelto la recusación tampoco ya que tiene una denuncia por haber perdido ese expediente porque no tenía que sacar ese expediente en su carro, ya había una denuncia previa, pero se volvió a realizar.
CC: ¿Por qué el Tribunal tiene tanta prisa por seguir con el juicio?
K.O: El tribunal no quiere vencer la prisión preventiva, ya sabemos que van a condenar por lo menos a cinco de los nueve que están denunciados porque hay demasiadas pruebas de que fueron los sicarios y con eso el poder judicial va a decir que está haciendo justicia en el caso de Berta. Por mucho, se logrará la prisión para David Castillo, pero no se trata de eso.
CC: Se intentó pedir como medio de prueba solicitar declaraciones de la familia Atala, ¿qué pudo haber demostrado esta testificación?
K.O: Creo que la acusación privada sabía que esto no iba a pasar, pero se decidió hacerlo con el fin de denunciar que estas personas están involucradas. Esto no es antojadizo, la información de escuchas y vaciados vinculan a estas personas en algún momento de la planificación del asesinato de Berta y eso está ahí, lo tiene el Ministerio Público y lo tiene el Poder Judicial. El Ministerio Público no nos ha querido informar si hay una línea de investigación con esas personas porque hay suficiente información como para abrir una.
Nuestro temor es que como nunca decomisaron el arma, el tribunal pueda decir que no sabe quién de los cuatro que ingresaron a la casa fue el que disparó. Hay una teoría del delito que indica que todo aquel que entró asume la responsabilidad del asesinato y esa teoría la utiliza mucho el tribunal de sentencia de jurisdicción nacional, por ahí queremos que pase. No sabemos aún, el tribunal nos sorprende cada día.
CC: ¿Entonces no saben nada de esa investigación?
K.O: No, de hecho el abogado Jair López, que es defensa de Sergio Rodríguez pero que en realidad es parte de los abogados de DESA; cuando se opusieron a esta prueba dijeron que no podrían ser testigos porque ellos tenían información de que estaban siendo investigados y la ley no permite que siendo investigado por un delito pueda declarar contra sí mismo, esa fue la argumentación que el Ministerio Público sí le ha dado esa información. A nosotros no, y por lo menos se lo debieron haber dicho a la familia de Berta y al COPINH que son los afectados.
CC: ¿A Gustavo le tocará venir a testificar?
K.O: No, a menos que existan las condiciones que dice la norma procesal penal, que es solamente si hay un convenio jurídico de cooperación que le exigíamos al Ministerio Público para que él viniera a declarar bajo ese convenio sabiendo que podría reconocer a uno de los autores materiales y nunca hicieron el trámite aún sabiendo que es testigo protegido, y debe hacerse todo el trámite, nunca se nos informó si lo hicieron o no, el Ministerio Público dice que sí. A Gustavo no le importa mucho que se resuelva su caso sino más el de Berta, quiere cerrar el ciclo de acompañamiento al COPINH participando en el proceso.
CC: ¿No les preocupa que se venza la prisión preventiva?
K.O: Sí, nos preocupa porque saldrían libres y quizás nunca los volvamos a ver. Pero nos preocupa más que haya justicia, y el asesinato de Berta fue político así que la justicia no se va a lograr condenando a cuatro sicarios.
CC: ¿Por qué culpar a DESA?
K.O: Porque hay mucha prueba que DESA menciona, que Berta y Tomás son el problema para generar el proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, no es información inventada, hay un chat que creó David Castillo, el gerente de DESA, donde uno de los socios dice que el problema son ellos y que eliminándolos se acaba el problema. Los socios de DESA miraban a Berta como una enemiga de ese proyecto, su oposición y la del COPINH hacían que la empresa perdiera mucho dinero y los empresarios ven todo en función del dinero y no de que esas tierras y ríos que le pertenecen a un pueblo.
CC: El día que se inicia el juicio oral y público llegan muchas personas de la comunidad y llegan a defender a Sergio Rodríguez, diciendo que COPINH les ha afectado, ¿cómo interpretan eso ustedes?
K.O: Es normal en las luchas sociales, divide a las comunidades porque después el proyecto se va y ya no necesitan la fuerza de trabajo, al final las comunidades se quedan con las consecuencias de los proyectos extractivistas que la gente ve hasta después.
Nosotros sí creemos que aunque el Estado no ordenó el asesinato, sí es responsable porque Berta denunció primero la ilegalidad del proyecto, todas registradas en la fiscalía de las etnias así que el Estado no puede argumentar desconocimiento del caso, después mete preso al que dio la licencia ambiental.
CC: Para la gente no ha quedado claro quiénes son los jueces detrás del caso, ¿quiénes son?
K.O: Es una sala de jurisdicción nacional, un poco contradictoria porque el juzgado fue creado para combatir el crimen organizado pero el Ministerio Público no ha querido acusar por el delito de asociación ilícita, desde ahí hay toda una contradicción porque, ¿cómo es que el caso de Berta Cáceres no es un juicio por asociación ilícita está ahí? Si no están estos delitos debería ser en la Fiscalía de Delitos Contra la Vida con un juez natural el que conozca del caso.
CC: En el juicio hemos visto a Sergio vestido diferente a los demás, ¿por qué es el trato diferente con él?
K.O: Porque está en un batallón, porque él no es pobre, tenía un nivel jerárquico y tuvo para pagar una defensa que tiene algunos conectes con el poder judicial y solicitó que fuera enviado a un batallón por lo que siempre argumentan los abogados, el tema de la seguridad para la integridad física y los que estamos ahí sabemos que no es fácil conseguir eso. No he participado en el caso de David pero entiendo que él también se presenta sin camisa blanca y está en un batallón. Esa diferencia que ven ahí entre los de blanco y Sergio con sus camisas de color, ésa es también la marca de la línea de pobreza y la clase social-económica que hay en el juicio.
CC: ¿Qué sigue en este juicio?
K.O: Estamos esperando la decisión de la familia de Berta, si ellos deciden que no quieren continuar más en el juicio nosotros también nos retiramos. Quien lleva el monopolio de la acusación privada siempre va a ser el Ministerio Público entonces sólo ellos conocerían del resto del juicio, esperaríamos que ellos hagan su trabajo y acusen. Ellos llevan toda la línea así que nosotros no podemos investigar ni acusar de otros delitos que no sean los que el Ministerio Público formalice, aunque el código diga que si la acusación privada no está de acuerdo en algo puede presentar su punto de vista y el tribunal decide, pero en la realidad no pasa eso.
CC: ¿La justicia hondureña está preparada para un caso como éste?
K.O: No, no lo está y nosotros pensábamos: estamos cerca de Guatemala donde casos como el del genocidio fueron públicos, que por lo menos en la región los tribunales se lo iban a pensar y no, la justicia hondureña está preparada para seguir condenando al pobre y cubriendo al rico.
CC: ¿Cuándo termina el caso por el asesinato de Berta?
K.O: Hasta que se llegue a quienes ordenaron su muerte, ahí termina y ahí creo que es donde la familia va a sentir que hubo justicia y verdad.
Estoy a miles de kilómetros de distancia en una gira preparada por la organización Witness for peace* en el noroeste pacífico de Estados Unidos. Para llegar aquí me pasé 18 horas entre aeropuertos y 4 vuelos, tuve ese tiempo para reflexionar sobre el largo puente que mucha gente ha construido con el tiempo, un puente de solidaridad que rompe las dinámicas con la que los gobiernos se relacionan, la dinámica del poderoso aplastando al débil, del grande interviniendo al pequeño y del pequeño siendo servil con el imperio.
Sé que escribo desde el privilegio, viajo a Estados Unidos con una visa cuando cada 15 minutos un hondureño migra de manera indocumentada a este país. Lo hago porque puedo hablar de lo que pasa en mi país desde la posición que tengo como periodista. Ser canal de las voces de quienes no tienen este privilegio también me interpela pero sobre todo me da una gran responsabilidad.
Estoy aquí, bien en el norte, a poca distancia de donde también están los presidentes del triángulo norte reunidos para hablar sobre el fallido Plan de la Alianza para la Prosperidad, ese plan que le ha reventado en la cara a Estados Unidos o mejor dicho en su frontera, inundada de migrantes que huyen de los países centroamericanos, aún muy alejados de la prosperidad.
Y es aquí, en este lugar rodeado de montañas de pino, lagos, ríos inmensos y valles extensos, donde también el frío no solo congela mi nariz, también los sueños de miles de migrantes. Sueños donde ellos tienen una vida digna. Sueños. Venir aquí es hablar de sueños, de ese país que soñamos y que no es, de esa vida que tampoco es.
Comencé el recorrido en una ciudad que se llama Coure d´Alene –el corazón del búho en idioma nativo– en el Estado de Idaho. El Instituto de Derechos Humanos y luego la Universidad de Whitworth organizaron junto con algunos proyectos culturales comunitarios y de activismo político los eventos donde hablé sobre el periodismo independiente en Honduras. Y allí platicamos también sobre la memoria que nos falta, la identidad que buscamos, la ciudadanía que intentamos formar a través del periodismo en Contracorriente. Aquí a miles de kilómetros de distancia hubo decenas de personas escuchando, preguntando y pensando en qué acciones tomar al respecto, en cómo podemos fortalecer la solidaridad entre pueblos, entre gente que también se siente aplastada por sistemas de corrupción, racistas, patriarcales y en beneficio de las élites que arrasan con todo a su paso.
En estas ciudades la gente que asistió fue en su mayoría estadounidense, incluso en la clase de Latinos en Estados Unidos, no hubo latinos asistiendo. El porcentaje de latinos migrantes en estas primeras ciudades es mínimo, así como la comunidad afro.
Sin embargo, ayer llegamos al Estado de Oregon, un Estado que ha tenido una ley santuario durante 30 años que podría ser derogada en las elecciones de medio término del próximo 6 de noviembre. Esta iniciativa se llama Medida 105 y fue presentada por tres legisladores republicanos que buscan que la Ley establecida en 1987 sea eliminada. En teoría, la ley establece que los gobiernos locales no pueden usar recursos para manejar asuntos migratorios si el único delito de la persona es estar sin documentos en los Estados Unidos. Así ese hielo que inmoviliza entraría a llevarse a los migrantes, el hielo que paradójicamente se dice ICE en inglés.
En Oregon, a pesar de ser un estado santuario, una cárcel del condado llamada NORCOR, tiene contratos con ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos) así que inmigrantes detenidos por esta entidad del Departamento de Estado llegan a la pequeña cárcel de NORCOR a pesar de que el Estado de Oregon tiene una ley que no permite el apoyo a procesos antiinmigrantes. La llegada de alrededor de 30 personas detenidas, trasladadas desde centros de detención en Washington, activó las alarmas de grupos activistas de la comunidad que se organizaron en 2017 para tomar acciones al respecto. Así surge la protesta permanente de Gorge ICE Resistance.
Gorge ICE Resistance es un grupo de activismo ciudadano en pro de la comunidad migrante que se reúne en una capilla en la ciudad de The Dalles, donde se encuentra NORCOR. Durante 520 días consecutivos alrededor de 15 o 20 personas protestaron en las afueras de la prisión, pidiendo que se rescinda el contrato con NORCOR, que además termina costándole a los ciudadanos de Oregon parte de sus impuestos.
Según datos de la propia organización, cada persona detenida en NORCOR le cuesta a la prisión entre $97 y $115 pero ICE paga por migrante detenido solamente $90. Además, estas personas consideran que NORCOR es uno de los centros de detención más precarios, usado como castigo para migrantes que son considerados problemáticos en otros centros del país.
Estas personas están demandando al Estado por la violación a su ley de Estado santuario con este contrato que NORCOR mantiene desde 2014 con ICE, y al mismo tiempo buscan levantar consciencia para que en las elecciones de noviembre de 2018 la Medida 105, que derogaría el Estado santuario, no sea votada a favor.
Pero ese trabajo no es fácil. A pesar de que en Oregon hay una comunidad latina mucho más grande que en Idaho o Washington, prima aquí el negocio que representan los inmigrantes para la industria carcelaria y el discurso de odio que ha tomado fuerza tras el mandato de Trump. En Oregon, se comenzó a regar la voz sobre la Medida 105 a raíz de que un hombre, sospechoso de estar en los Estados Unidos sin documentos, mató a dos personas en un accidente de tránsito al pasarse una luz roja en una calle de la capital del Estado. Este caso ha sido usado como bandera para determinar que los inmigrantes son peligrosos.
En una resolución del Consejo de Ciudades Inclusivas de Hood River en el Estado de Oregon esta narrativa se rompe: «Nuestra policía está ocupada manteniendo a nuestros habitantes a salvo. No vamos a dar la espalda a los hombres y mujeres de otros países que ayudan a esta ciudad a ser más grande y quienes representan un tercio de nuestra población».
En NORCOR la edad media de los migrantes detenidos es de 35 años, la mayoría ha vivido en Estados Unidos durante 18 años, prácticamente toda su vida está aquí y no tienen país a dónde volver. Actualmente hay detenidas tres personas hondureñas en este lugar, donde las visitas familiares están prohibidas y los inmigrantes son catalogados como personas sin ciudadanía, por lo tanto no tienen derecho a ser notificados si habrá un traslado, no tienen derecho a la defensa pública y tampoco se les realiza un juicio.
En Gorge ICE Resistance han escuchado sobre Honduras, ese país que quedó muy lejos para estos inmigrantes, un lugar donde no pueden regresar porque la violencia se normalizó, porque la corrupción es manera de gobernar y porque importa el país como botín, pero no su gente. Y escuchan a estas personas que luchan por no ser deportadas, otras que buscan asilo porque su vida ha sido amenazada. Ayer me escucharon a mí contándoles sobre la gente que también se queda sobreviviendo en Honduras y la gente que creemos que todas esas historias hay que contarlas, que quizá sirva de algo hacer las preguntas correctas, que quizá el periodismo independiente ayude a crear memoria, a escribir la historia de una ciudadanía que tomó las riendas en la construcción de un nuevo país.
* Witness for Peace (WFP) es una organización de base nacional políticamente independiente, comprometida a la no-violencia y guiada por convicción y conciencia. La misión de WFP es apoyar la paz, la justicia y las economías sustentables en el continente Americano mediante cambios en las políticas estadounidenses y prácticas corporativas que contribuyen a la pobreza y opresión en América Latina y el Caribe. Actualmente impulsan la Ley Berta Cáceres, una ley que acabaría con el apoyo militar de EEUU a Honduras hasta que se investiguen violaciones a Derechos Humanos perpetradas por fuerzas del Estado de Honduras contra la población.
Para saber más sobre la gira por el Noroeste de Estados Unidos CLICK AQUÍ
En las orillas del río Choluteca, en un playón a manera de ganarle territorio al río, allí está el parqueo del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS). En este playón vive Alex, un hombre de 43 años que hace 15 días enterró a su padre, con quien vivía en una casa improvisada de madera. Alex vive de recoger botellas de plástico y de cuidar y lavar carros en el parque del IHSS. A Alex la Policía Nacional le ha dicho que debe evacuar su casa, que debe salirse porque no se sabe qué tanto pueda soportar el playón donde está ubicada, pero se niega a salir, porque es lo único que tiene en la vida, porque no tiene familia –esposa, hijos–, porque está solo.
–Vivo aquí desde hace muchos años. –Me dice, como alguien que puede darse el lujo de pensar en los años.
–¿Cuántos es mucho? –Insisto.
–Hace diez años, desde que ganó Callejas…
Rafael Callejas, otro presidente nacionalista, ganó las elecciones presidenciales en 1989. Este playón donde vive Alex quizá existía, quizá no. El Huracán Mitch-que azotó por estas fechas hace 20 años- borró barrios, movió personas, provocó una especie de país en suspenso. Lo que ahora está pasando por Honduras está lejos de tener la magnitud del Mitch, pero la fragilidad de una ciudad que parece hundirse con la mínima lluvia, deja al descubierto que nada es seguro en el futuro inmediato de los capitalinos.
La Comisión Permanente de Contingencia (COPECO) ha declarado alerta roja para los departamentos de Francisco Morazán, Valle y Choluteca. El resto del país está bajo alerta verde. El Presidente Hernández ha dicho que las personas que se encontraban de vacaciones debido al feriado morazánico, deben tomar precauciones, que la carretera de retorno desde el norte del país no es segura después de las 5:30 de la tarde, que viajen a menor velocidad, que tomen nota de los números de contingencia. Nada es seguro en el futuro inmediato de los capitalinos que vacacionaban, sólo que están varados en la carretera.
Las lluvia sigue. Seguirá lloviendo al menos por 48 horas más, y las escuelas de los barrios más pobres y vulnerables de Tegucigalpa comienzan a ser utilizados como albergues. Yarida Reyes, encargada de Protección Civil del Comité de Emergencia Municipal, ha llegado hasta la Colonia Las Brisas, en la Escuela Toribio Bustillo, ella y su equipo han traído algo de víveres, algunas colchonetas, y nada más.
Según algunas cifras dadas por COPECO a medios de comunicación, las cifra rondaba las 150 personas. Un poco más, un poco menos, nadie sabe con certeza. Ni siquiera Yarida lo sabe. Ella estima que esta noche la cifra va a superar las 200 personas.
El futuro inmediato es incierto para los ciudadanos más pobres en los barrios más vulnerables de la ciudad de Tegucigalpa. La lluvia sigue cayendo, el río Choluteca sigue creciendo. Y nada se sabe sobre lo que pueda suceder en las próximas horas.
Alex, de 43 años, vive en las orillas del Río Choluteca en Tegucigalpa.
La casa de Alex está en un playón a la orilla del Río Choluteca que es utilizado como parqueo del IHSS.
La Policía Nacional patrulla en los bordos del Río Choluteca, de espaldas, la agente Ríos y un ciudadano, observan la casa de Alex en la orilla del río.
Desbordado el Río Choluteca ha inundado la mítica cancha del Motagua.
Rescatistas de COPECO llegan en los alrededores de Barrio Abajo, cerca del Río Choluteca, donde se les fue imposible rescatar a un hombre que saltó al río. Luego de esto la Policía Nacional cerró el acceso peatonal y vehicular en los puentes que conectan a Tegucigalpa y Comayaguela.
Un hombre camina por la acera de la calle que cruza a un lado del Río Choluteca.
Miembros de la Policía Militar ayudan a evacuar a locatarios del Mercado La Isla de Tegucigalpa que ha sido inundado tras las lluvias.
Un miembro del equipo de Protección Civil del Comité de Emergencia Municipal en la Escuela Toribio Bustillo de la Col. Las Brisas de Tegucigalpa, que ha comenzado a ser utilizada como albergue.
Un hombre y su hijo reciben ayuda de los miembros del CODEM en la Escuela Toribio Bustillo.
Miembros de CODEM reparte colchonetas y víveres en la Escuela Toribio Bustillo de Tegucigalpa.
Todo lo demás, lo que se sale de la cancha, lo que una hace para ganarse la vida, lo que una se supone que debe ser, todo eso no es la vida. La vida es lo que una es en el estadio, el aguante y el aliento, la emoción, el amor y el luto. La venganza. Somos nosotras mismas en la barra.
Hope se pinta los labios de rojo para ir a ver a su amado León. Es el clásico Olimpia vs Motagua en Tegucigalpa y Hope apoya a organizar su peña* en una caminata desde el parque central al Estadio Nacional Tiburcio Carías Andino. No pierde tiempo en dar entrevistas pero platica mientras da instrucciones. Su voz ronca es solo parte de una personalidad dura, tiene más de 30 años ya y es de las mayores en la barra Ultra Fiel, seguidora del Club Deportivo Olimpia, un equipo fundado el siglo pasado, el que más copas tiene en la liga nacional.
La algarabía del día del partido y el amor profundo que sale con los gritos, los cantos, los saltos y las risas no son lo único que se conoce de las barras, de hecho es lo que menos se conoce. Las barras deportivas son llamadas «barras bravas» y han sido emisoras y receptoras de una violencia que ya ha cobrado cientos de vidas, según los datos de los propios barristas. La dirigencia de la Ultra Fiel cuenta alrededor de 500 miembros activos de la barra que ha sido asesinados entre 1998 y 2016, muchos de estos en enfrentamientos con barras contrarias. No hay un desagregado, aunque son más hombres que mujeres, los muertos y los vivos. En la Barra Ultra Fiel se calculan al menos 1,800 mujeres, un 15% del total de miembros. Una minoría que no la tiene fácil, por el estigma que recae desde afuera y la desconfianza que desde adentro impide que ejerzan el poder igual que los hombres.
En la entrada al estadio, ese día de un partido que no se disputaba puntos con el enemigo eterno, un par de chicas de un comando° de los Revolucionarios, la barra del equipo Motagua, adversario más grande del Olimpia, pedía una colaboración para celebrar el aniversario del equipo. Algunas chicas querían entrar con sus hijos al área reservada para la barra. El policía a cargo, esa tarde, tajante dijo que los niños no debían subir a las graderías con delincuentes, fumadores de marihuana.
En abril de 2017, el gobierno comenzó a imponer medidas de seguridad para prevenir la violencia entre barras en los estadios, «para que los estadios vuelvan a ser espacios de recreación familiar», decía un comunicado que en ese entonces hacía efectiva una serie de medidas como el censo y levantamiento de perfiles de los integrantes de las barras que en Honduras son 4 (Ultra Fiel – Olimpia, Revolucionarios – Motagua, Mega Barra – Real España y Furia Verde – Marathón). Otra medida fue resguardar con policías antimotines las graderías de los estadios, en las zonas de las barras y la revisión minuciosa de quienes ingresan por ese portón. También el ingreso de bengalas fue prohibido.
Estas medidas encuentran un marco legal en la Ley Especial para la Seguridad y la Prevención de la Violencia e Intolerancia en los Estadios de Fútbol e Instalaciones Deportivas, aprobada en 2015.
–Nosotras no somos delincuentes, no nos traten así, es como si dijéramos que todos los policías son unos delincuentes. –Suelta una de las chicas que recauda los fondos para la fiesta de cumpleaños. El policía enfatiza que fumar marihuana es un delito y eso sucede en las graderías. Las madres no entraron con sus niños ese día.
El consumo de alcohol y drogas en el sector de la barra dentro del estadio es prohibido, pero el olor a marihuana en las gradas es imposible de ignorar. El clima de celebración se mezcla con el humo pero también con la hostilidad de quienes no quieren ser observados porque siempre han sido señalados.
A Hope la respetan, sin embargo pasa, entre la excitada multitud y un tipo que de repente le roza un pecho. Hope camina con Abby, una chica de 26 años que regaña a los hombres que se acercan, alcoholizados, para acosarlas, aunque sea entre bromas.
«Yo soy violenta, eso no me lo pueden quitar. Para sobrevivir hay que usar un camuflaje, por el tipo de país en el que vivimos», dice Abby justo antes de ingresar al estadio y contar escenas de su infancia, de cuando se enamoró del fútbol, de cuando su padre corría a darle un beso cada vez que anotaba un gol cuando la llevaba a verlo jugar fútbol. Se le ablandan los rasgos a esta chica que tuvo mucha ternura en su familia pero que en la calle conoció la violencia como arma de sobrevivencia.
Cuando tenía apenas dos años Abby pisó por primera vez una cancha de fútbol. Su padre habría preferido tener un niño, cuenta ella, y por eso la llevaba a la canchita donde jugaba con sus amigos. Ése era el momento en el que ella se sentía parte de algo y sobre todo parte de la vida de su padre, allí creció. Su familia no la rechaza por ser miembro de una barra pero ella acepta que su familia no sabe exactamente la dinámica de la misma.
Hope y Abby son amigas, pero saben también que los caminos de confrontación y hostilidad en la barra así como unen, también rompen lazos. Ya no es solo de ir y que tu padre bese tu mejilla al golear, ir al estadio a alentar al equipo también requiere de responsabilidades, sobre todo para las mujeres, sobre quienes pesa la carga que está allí para ellas en todos los espacios, la carga del cuidado.
Carli, enamorada del azul profundo del Motagua, cuenta que a las mujeres les toca un papel importante en la barra cuando se trata de organizar eventos, actividades, juntadas. Ella se enamoró desde niña de la barra, aunque el ingreso no fuera fácil para las mujeres. Para que una chica sea parte pasa por una minuciosa investigación, hay una desconfianza que se arrastra por su género. Las mujeres pueden ser «sapas», novias de los contrarios, chismosas, son sospechosas hasta de poder filtrar información. Pasando ya las pruebas de la barra, ya adentro todos son una familia, muy parecidas las dinámicas también en lo que concierne al rol de las mujeres.
Cuando Carli era una niña, su padre le inculcó el amor al fútbol, pero él era aficionado del Olimpia. Su rebeldía fue a un nivel que su padre no aceptó nunca, que su hija fuera barrista de su equipo enemigo, lo llevó incluso a decirle una vez que se arrepentía de haberse tatuado su nombre en el brazo, una especie de negación de su propia hija. Y ser hija de un aficionado del equipo contrario, le generó a Carli muchas desconfianzas desde adentro de la barra.
Pero Carli está enamorada de su equipo y de su familia, la barra. En su celular carga fotografías de sus compañeras, algunas que ya no están, otras que han tenido pérdidas de sus hijos, todas las historias que están atravesadas por las violencias y estigmas que cargan las mujeres, se juntan en los cantos que con fuerza alientan a un equipo de jugadores que apenas voltea a las graderías durante el juego. Que si anota un gol no suelen celebrarlo con ellos, con ellas.
Según datos de la Barra Revolucionarios, alrededor de 500 miembros han sido asesinados entre 1999 y 2017, son datos difíciles de comprobar e imposible de segmentar por género. Igual que los datos manejados por la Ultra Fiel. Son menos mujeres en la barra, al menos, los Revolucionarios contabilizan unas 1500 miembros.
«Antes eran muy pocas barristas, pero ahora se han enamorado del sentimiento del hincha. Yo de pequeña me ponía cerca del bombo, así me enamoré», dice Carli y recuerda cómo a los 14 años supo lo que era pasar de la alegría al altercado cuando después de uno de sus primeros partidos terminó la noche detenida en una estación policial.
Carli creció en zona con una influencia grande de la barra Ultra Fiel, por allí habitar un buen número de miembros de esta barra, eso la ponía en riesgo. «Muchas veces me buscaron en la casa o me esperaban en la calle al salir de los clásicos. Me ha tocado agarrarme a golpes pero no me han ganado, me he salvado. Me he salvado de las famosas pegadas, he visto a amigos morir, a los 16 años vi a uno morir por un ataque con chimba*, esas cosas lo cambian a uno», cuenta a pesar de sentirse clara en su motivación principal por ser parte de la barra: el amor por el equipo.
«Si me buscan, me encuentran, pero no soy partidaria de comenzar los pleitos porque no voy a buscar violencia a la barra», asegura, pero aclara que cada caso es distinto. «Todo comenzó con el odio cuando comienzan a matarnos a nuestra gente. Antes estas barras estaban pegadas, se respetaban, pero cuando ya le quitan la vida a alguien cercano ya llega al odio. La rivalidad debería ser en la cancha, pero, ¿cómo hace uno para quitarse el odio que está siempre allí?», el odio y la rivalidad trascienden los 90 minutos, dice Carli, quien comienza a enlistar y fácilmente cuenta al menos 5 amigos que ella consideraba sus hermanos, asesinados.
Las «pegadas» entre barras ocurren en las afueras del estadio, en los barrios o en atentados a los buses que los transportan para acompañar a sus equipos. Pero no son estas pegadas la única causa de violencia mortal contra los barristas, quienes siendo jóvenes viviendo en zonas vulnerables se enfrentan a la persecución policial y al gobierno infranqueable de las maras y pandillas.
Según el más reciente informe del Observatorio de la violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, los homicidios se han reducido en un 12%, en este país que desde 2009, tras el golpe de Estado se convirtió en uno de los países más violentos del mundo con tasas desde 60 a 90 homicidios por cada cien mil habitantes. En 2017, la cifra de homicidios fue de 3.866, mientras que en 2016 llegó a 5.150. De estos casos, se estima que el 90% queda en la impunidad.
Hope recuerda el día en que su compromiso con la Ultra Fiel pasó a un nivel superior, ese peldaño que se escala con el empujón de la impunidad. El líder que la llevó a la barra fue asesinado después de un partido en Tegucigalpa. Ella se sentía su protegida.
La peña de Hope tenía alrededor de 500 miembros, pero este número se ha reducido.
«Hemos tenido muchas bajas, aquí corremos peligro de toda manera, con la contra, con el crimen organizado, y la sociedad que nos ve como algo malo. Aquí la mayoría tratamos de llevarnos por el camino correcto, no nos gusta perder a un integrante. Vivir el fútbol no se trata de muerte, se trata de estar con el equipo. Noventa minutos y un poquito más, dar la vida en las gradas pero no en la calle en cualquier circunstancia», cuenta mientras recuerda su primer altercado cuando viajó a Nicaragua para acompañar a su barra. Hope en ese momento tuvo que tomar una decisión difícil: dejar a su hija al cuidado de alguien más. Ella acabó esa vez en una bartolina en Nicaragua.
«Cuando uno pasa por esas cosas uno siente que estuvo con su equipo hasta el último momento. Aquí el dolor de uno es de todos, nadie se aparta», dice, el espacio de la barra es de comprensión, sus historias son atravesadas por las mismas violencias y esa falta de reconocimiento.
No hay muchas mujeres que toquen instrumentos en la batucada de la barra, pero en la Ultra Fiel hay una chica que se abre camino para tocar el bombo. Intenta acercarse y quienes la rodean la vacilan, ella ríe incómoda, no quiere ridiculizar la imagen de una mujer tocando el bombo, ese que lleva el ritmo de las canciones de hincha. La dejan, esa tribu urbana tiene reglas claras, si los líderes permiten, ella toca el bombo, y es un privilegio que muy pocas veces es otorgado a las mujeres.
Carli, en la barra de los Revolucionarios, por su parte, sueña con aprender a tocar el bombo, y admira a las chicas que aventadas se suben a la malla, se plantan para hacer cosas que solo hacen los hombres por creérseles más hábiles. Carli se cuestiona si en la barra se reproducen los mismos roles de los que intentan huir en la sociedad, en todos los demás espacios. ¿Qué es ser mujer en la barra? Se lo preguntan, discuten y buscan sentirse iguales en el grupo ¿qué las haría distintas?
Es el segundo tiempo y en las gradas de la barra Ultra Fiel, Hope, deja la garganta alentando con fuerza. Su equipo no les ha dado el ansiado gol, apenas se ha acercado al arco contrario. Las canciones son alegres pero cuando llevan rabia comienzan a pedirle «huevos» a los leones o prometer la muerte para «los cutes», apodo dado a los miembros de la barra contraria por ser un águila parte del escudo del Motagua. Todos los dioses requieren sacrificios, Hope ofrenda su garganta. El estadio vibra por las ganas que la afición tiene de celebrar un gol. Y así, a pocos minutos de terminar el encuentro deportivo, Olimpia marca un gol que se funde en uno, en varios besos apasionados.
Abby se ponía cuatro veces a la semana el uniforme del equipo Olimpia. Allí en la barra se enamoró varias veces y actualmente allí encontró a quien ahora es su pareja. «Muchas mujeres entran porque se han enamorado, no necesariamente del equipo, sino de otro barrista y eso es peligroso, porque luego se desconfía que así se vaya a enamorar de un contrario, cosas que han sucedido ya y que han traído consecuencias», asegura.
Y se refiere al asesinato de Silvia Ordóñez, una joven de 20 años asesinada por miembros de su misma barra en la noche después de un partido. La desconfianza llega a estos extremos y la vía de resolver las dudas no es más que violenta. El asesinato de Silvia sigue siendo un misterio para sus compañeras, a pesar que ya hay tres de sus compañeros presos por el caso.
Abby ha sido castigada por la barra con no ir a los partidos por peleas internas. «Nos hemos insultado, nos hemos agarrado a tiros, me he peleado con mi mamá que es mi mamá, es normal que me pelee con ellos», asegura y cuenta que incluso uno de sus mejores amigos en un arranque de cólera le puso el arma en la cabeza, lo cuenta como cuando un hijo hizo una travesura. Con la ternura que conlleva su papel como pilar de cuidado de la barra, un pilar sostenido por mujeres.
«Nos preguntan a las mujeres que por qué no estamos en la casa, por qué no cuidamos a nuestras familias en vez de estar aquí», dice Hope, y protege ese único espacio en el que ella no esconde su pasión. Cuando Hope trabaja, incluso más de 8 horas establecidas para sostener a su hija y a su madre, ella se diluye en el tumulto de obreros uniformados, hace bien su trabajo, pero no es ser ella misma, nadie la reconoce. No es líder por hacer esto. En su peña, es líder, a pesar que le toque hacer lo que se espera de las mujeres: cuidar del grupo.
«Las mujeres coordinan logística, hacen eventos, confeccionan instrumentos y mantas. Hemos vendido cervezas, cigarros menudeados, fiestas, el liderazgo se basa en la organización», explica Abby.
En Honduras cada año se registran más de 20 mil casos de violencia doméstica, cada 17 horas una mujer es asesinada y cada día una mujer desaparece. En los asesinatos de mujeres el 95% está impune y cada vez más se escucha en medios de comunicación que el cambio en los roles de género, el hecho que las mujeres salgan más al espacio público, que se dediquen incluso en las estructuras criminales a acciones más violentas y menos de cuidado podría estar aumentando la violencia hacia ellas.
«Esta chica es botadita, es fácil, putilla, si nos ven con una cerveza y cosas así, nos dicen eso y creen que fácilmente se pueden acostar con nosotras», dice Carli. Para ganarse el respeto, las mujeres deben ser más que leales.
Dice Juan Villoro en su libro «Balón Dividido» que: «los estadios existen para jugar a la magia. El mundo, para vivirla». Si lo trasladamos a lo que se vive en un estadio de uno de los países más violentos del mundo, podría decirse que el estadio es un lugar de catarsis de toda la violencia que afuera se vive. Se juega a una rivalidad que traspasa la dinámica social que predomina, el que gana no solo es mejor, es el que sobrevive.
Abby entró a la barra después de conocer la calle, un lugar con muchas fronteras, allí mismo donde se crece buscando una identidad. Desde muy pequeña le tocó ser colaboradora de alguna pandilla, así como a muchas chicas viviendo en comunidades controladas, y aprendió que con violencia se marca la identidad, sobre todo si sos doblemente excluida.
A veces Abby sueña y trata de organizar un espacio en el que las chicas de las barras se sientan identificadas, una liga de fútbol femenino es una opción, solo faltan los uniformes, algo importante para amar algo que hacen ellas mismas. «Muchas chicas se meten a la barra pero no se quieren, por allí debemos empezar, muchas no tienen a nadie y entran buscando ese refugio, pero se destruyen», explica Abby.
«La violencia en este país es demasiada. En el país que vivimos nosotros necesitamos de qué sentirnos orgullosos, la gente se equivoca pensando que solo somos delincuentes, aquí hay profesionales, de todo hay en la barra. Aquí necesitamos talleres, educación, en nuestro país la violencia es demasiado fuerte, nosotros somos copia de otros países, sí, pero esto se trata de identidad», dice Hope, mientras camina hacia el estadio, ese lugar donde ella, con sus labios rojos, saca lo que es, una mujer con pasión.
-Los nombres usados pertenecen a Hope Solo, Abby Wambach y Carli Lloyd, tres de las futbolistas más famosas del mundo.
-Peña: subgrupo en el que se organizan por sectores los miembros de la barra Ultra Fiel del Olimpia.
-Comando: subgrupo en el que se organizan por sectores los miembros de la barra Revolucionarios del Motagua.
-Chimba: arma artesanal construida con tubos y proyectiles, su uso se popularizó entre las pandillas callejeras.
Honduras acudió a la 73 Asamblea de las Naciones Unidas, convocada en Estados Unidos, para abordar temas de seguridad, pobreza y cooperación internacional, en la que el Presidente Juan Orlando Hernández, brindó su discurso, exponiendo al país como una nación de paz y desarrollo.
Hernández expuso ante el pleno de Naciones Unidas sobre la situación de seguridad que vive el país, afirmando que la reducción en homicidios ha sido tan fuerte que Honduras se ha convertido en un modelo a seguir para las demás naciones centroamericanas.
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«En poco tiempo hemos venido recuperando la paz y la tranquilidad del país, aunque aún nos hace falta mucho. Hoy hemos logrado una reducción de más del 50% de los homicidios. Quiere decir que sí podemos».
FALSO: Según el informe del Observatorio de la violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, presentado en el primer trimestre de 2018, indica que los homicidios se han reducido en un 12%, pero apuntando que las cifras todavía son alarmantes, debido a la ola de violencia que genera miedo e inseguridad en la población hondureña.
En ese sentido, la tasa de homicidios en Honduras durante 2017 fue de 43,6 por cada 100.000 habitantes, lo que representa una disminución de 15,5 puntos con respecto a 2016. En 2017, la cifra de homicidios fue de 3.866, mientras que en 2016 llegó a 5.150.
«Pedir que esta asamblea de la Organización de Naciones Unidas (ONU) reconozca que las maras y pandillas violentan los derechos fundamentales de las personas, sino se reconoce esto, no estaríamos entendiendo una parte fundamental del problema que no solo es de Honduras sino de muchos países de la región centroamericana».
Asimismo aprovechó la oportunidad para desvincular al Estado de su responsabilidad de violentar los derechos humanos de la población, y culpó directamente al crimen organizado de ser los principales violadores de derechos humanos.
Sobre la base de su observación, la OACNUDH considera que elementos de las fuerzas de seguridad, especialmente la Policía Militar del Orden Público y el Ejército, utilizaron una fuerza excesiva para controlar y dispersar las protestas, incluso fuerza letal, lo que provocó muerte y heridas de manifestantes y transeúntes.
Al momento de la finalización de este informe, el 27 de enero, la OACNUDH registró que al menos 23 personas resultaron muertas en el contexto de las protestas postelectorales, entre ellas 22 civiles y un agente de policía. Sobre la base de su observación, la OACNUDH considera que al menos 16 de las víctimas murieron violentamente a causa de disparos efectuados por las fuerzas de seguridad, entre ellas dos mujeres y dos niños, y que al menos 60 personas habían resultado heridas, la mitad de ellas como consecuencia del uso de armas de fuego.
«Ahora nos vienen a preguntar sobre ¿qué fue lo que hicieron los hondureños para mejorar en seguridad? A pesar que falta mucho, pero lo que hemos avanzado hoy ningún país lo había hecho en tan poco tiempo, y nos dicen ayúdennos, para prevenir igual que ustedes y en esa parte ya estamos dando nuestro conocimiento a otras naciones».
FALSO:Estados Unidos emitió hace una semana una alerta para sus ciudadanos, para que tengan cuidado al viajar a Honduras, debido a los altos niveles de inseguridad y violencia. Honduras ante los ojos del mundo, es una de las naciones más peligrosas para turistas.
En la oscuridad, entre madera vieja y láminas oxidadas vive Erika, una señora de 59 años que mientras cuenta su historia, agrega agua al arroz que está cocinando en un fogón viejo. Ese arroz es lo único que tiene para comer, además del suero que le dieron en el centro de salud al que fue por la mañana. En el pequeño cuarto oscuro donde duerme, hay una mesa central, y en las orillas del lugar, algunos botes llenos con agua.
Ella vive en Mirador de Oriente, un barrio en la periferia de Tegucigalpa, donde no hay red de distribución de agua potable ni alcantarillado. Esos botes reciclados los logró llenar el día anterior cuando carros cisternas privados llegaron a la comunidad para vender agua potable y ella se acercó para rogarles que le dieran el agua que les sobraba de la venta. Les ruega que mejor se la den en lugar de botarla, porque ella no tiene para pagar los 30 lempiras que cuesta el barril lleno de agua. Ésta es una comunidad pobre y los que tienen alguna fuente de ingreso pagan hasta 1400 lempiras mensuales para tener agua potable suficiente para tres semanas.
En Tegucigalpa –la ciudad que parece olvidar a estas personas– se está llevando un proceso de traspaso del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA) a la Alcaldía Municipal, algo que se denomina municipalización del agua y que en otras zonas del país, ha representado la posterior privatización del servicio. Para los pobladores del Mirador, el agua ya es privada con el simple hecho de que a ellos les cueste más que en algunas zonas residenciales de la ciudad.
En octubre de 2002 se puso en discusión en el Congreso Nacional la Ley Marco de Agua Potable y Saneamiento, la cual con oposición de varios sectores de la sociedad civil fue finalmente aprobada el año siguiente. Esta ley autoriza el traspaso del servicio de agua y alcantarillado de la administración central a los gobiernos municipales, esto como cumplimiento a los compromisos adquiridos por el gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En aquel momento eran 32 sistemas de distribución de agua los que debían entregarse, ahora solo quedan cuatro sistemas pendientes de entregar a las municipalidades: La Ceiba, Amapala, El Progreso y Tegucigalpa.
Erika Cruz, dice que tiene 59 años –aunque todos sabemos que quizá tenga más, no le decimos nada, por ese respeto que se les debe tener a los ancianos– y apenas escucha, con esfuerzo nos cuenta su historia, cómo es vivir Mirador de Oriente. Foto: Martín Cálix.
Este proceso, que ha tenido su mayor dificultad en el pago del pasivo laboral a los empleados del SANAA, ha sido agilizado por la Alcaldía del Distrito Central en Tegucigalpa, quienes asumirán en su presupuesto el pago de los 70 millones dólares que se tendrán que dar a los empleados despedidos, y que en su mayoría llevan muchos años laborando en esa institución.
En la capital, el SANAA tiene su plantel principal en la colonia Divanna, un sector gobernado por pandillas. Estas oficinas son ruinas de una institución que sus mismos empleados la describen «en quiebra». En ese plantel se encuentra la oficina del ingeniero Tomás Romero, jefe del departamento de operaciones.
«Este sistema es obsoleto, un alcantarillado arcaico y prácticamente destruido. Lo que se requieren no son solo estudios, sino también la gestión de recursos. A través del SANAA ya no se hizo», afirma desde su gran escritorio Romero, quien en un principio prefiere no dar su opinión acerca del proceso de municipalización, pero asegura que no es privatización, dice que solo es el cumplimiento de la ley emitida en 2003. Aprobada por el Congreso Nacional que era presidido por Porfirio Lobo Sosa, expresidente de la República; mientras que su secretario era Juan Orlando Hernández, presidente desde 2014 y reelegido de forma ilegal.
Esta municipalización, supuestamente también busca dar respuesta a la situación en la capital, que es crítica pues desde 1993 que no se construye un embalse nuevo para abastecer la necesidad de agua. En aquel entonces la cantidad de habitantes en Tegucigalpa rondaba las 700 mil personas, pero la migración interna desde la precariedad rural a la violencia de las ciudades hizo que actualmente se llegue a 1.2 millones de habitantes, según el último registro del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2015.
Ana Griselda Triminio, 52 años, lava ropa utilizando varios trastes para enjuagar y poder reciclar el agua para uso del baño. Foto: Martín Cálix.
Algunos de los pobladores de la colonia Mirador de Oriente son migrantes del campo que se asentaron como invasiones en diversos barrios de la capital y fueron reubicados en un predio cercano a la carretera que se dirige hacia Danlí. Mirador de Oriente fue finalmente fundada hace 12 años, aquí no hay tuberías que abastezcan de agua a los habitantes de este barrio, pero la Junta de Agua que funciona como organización administradora del servicio en la comunidad, está realizando las gestiones para que esta necesidad sea suplida y no tengan que comprar a los carros cisternas.
Erika, de paso lento, arrugas abundantes y muchas canas no tiene dinero y no tiene esperanzas en esos proyectos para la instalación de la red de distribución en su comunidad, de todas maneras no podría pagar el servicio. Vive sola en su casa y no puede trabajar a causa de una enfermedad –no recuerda el nombre– que le dejó arrastrándose en el suelo sin caminar por varias semanas. Ahora apenas puede salir con sus pequeños recipientes y rogarle a los encargados del carro para que se los llenen.
Hace trece años murió su esposo de quien dice no tener ningún recuerdo; en ese entonces, vivía en una zona alta de la colonia El Reparto donde tampoco tenía agua potable. «En El Reparto la jalábamos de un pozo –dice con tranquilidad mientras camina en la oscuridad de su habitación– desde que tengo memoria hemos estado jalando agua».
La falta del servicio no es un hecho aislado en este barrio de la periferia capitalina pues según Romero son 70 barrios y colonias con 200 mil habitantes, las que necesitan de carros cisternas para abastecerse.
En aquellos barrios y colonias en los que el SANAA no puede abastecer con el servicio la única opción para tener acceso al agua es a través del servicio que brindan los camiones cisternas. Foto: Martín Cálix.
Teresa Laínez es de las primeras habitantes de Mirador de Oriente, otros, como su marido, pelearon por quedarse con el terreno que ahora llaman «barrio». Foto: Martín Cálix.
La situación de estos barrios y colonias se suma a la problemática existente en el resto de la ciudad donde el calendario de distribución del SANAA indica que cada dos o tres días se abastece a los pobladores de cada barrio o colonia, en algunos casos solamente llega una vez a la semana y de forma intermitente sin un horario fijo. Esta situación es solucionable para las personas con un ingreso económico medio que pueden instalar un tanque o cisterna, por el precio aproximado de diez mil lempiras (400 dólares). Para las casi dos millones de personas en el país que viven con un dólar diario, esta instalación es imposible.
«Tegucigalpa requiere de 4.65 metros cúbicos por segundo, en verano llegamos a 2.4 metros cúbicos y en invierno llegamos a 3.2, máximo. Hay un déficit claro», asegura Romero, quien espera que la municipalización no signifique en un futuro la politización de la institución y mucho menos su privatización.
La escasez de agua en la ciudad es una realidad que tiene origen tanto en la falta de embalses para captación y distribución de agua como en la red de tuberías antigua y colapsada que atraviesa la ciudad.
Romero explica que Tegucigalpa es abastecido principalmente por dos embalses: Los Laureles, que produce 720 litros por segundo en su capacidad máxima; y Concepción, que genera 1600 litros por segundo. Entre los dos se cubre el 75 por ciento del agua que es producida para abastecer a la capital. Sin embargo, Los Laureles al ser más pequeña está perdiendo una cantidad aproximada de 30 millones de metros cúbicos.
Esta situación ha llevado a las autoridades del SANAA a implementar un proyecto de trasvase de agua en el que un aproximado de 5 millones de metros cúbicos sobrantes de Los Laureles, será traspasado a través de un sistema de tuberías de casi once kilómetros de largo hacia el embalse de la Concepción. Sin embargo, esto solo servirá para que las colonias residenciales del sureste de la capital obtengan algunas horas más de servicio. Según Romero “hay un gran déficit de almacenamiento y producción, además de la falta de voluntad política para construir otros embalses.”
Camión cisterna abasteciéndose de agua en el SANAA para luego distribuirla en los barrios y colonias que no tienen servicio de agua potable de Tegucigalpa. Foto: Martín Cálix.
Según Ricardo Velásquez, director de la Unidad de Gestión de Agua y Saneamiento Municipal (UGASAN), no se puede incorporar un proyecto de agua sin mejorar la red. Velásquez, quien también forma parte la comisión que lleva la transición del servicio a la municipalidad, dice que “hay pérdidas del 50 por ciento, del agua que se produce en las plantas de tratamiento, solamente llega a las casas la mitad a causa de las tuberías viejas de la red”.
“Recientemente se firmó un contrato por 300 millones de lempiras para el mantenimiento y remplazo de tuberías en los sistemas de agua de la capital. Se está trabajando con esta empresa constructora para revisar las perdidas, determinar el clandestinaje y mejorar las condiciones de distribución de agua, de tal manera que sea una distribución más equitativa y podamos mejorar las condiciones horarias en el suministro de agua sobre todo en aquellos sectores que carecen de él o llega de forma intermitente.”
Para la abogada Clarisa Vega del Instituto de Derecho Ambiental de Honduras (IDAHMO), «el SANAA tuvo un rol muy importante en todos los procesos que se dan para que llegue el agua a las viviendas, para la protección de las cuencas hidrográficas y la distribución; fue un error grandísimo quitarle el protagonismo –dice esta abogada que ante la necesidad de asistencia legal en el sector ambiental fundó esta institución– mientras el Instituto de Conservación Forestal (ICF) daba permiso para talar el bosque, el SANAA estaba preocupado por mantener las cuencas y poder dar agua. Eso llegó a ser un colapso porque no había esa cooperación y coordinación efectiva”, finaliza.
Según Vega, el ICF no ha hecho un trabajo efectivo con las plagas, en especial con la plaga del gorgojo la cual en 2015 afectó 126 mil hectáreas de bosque a nivel nacional, alcanzando la reserva biológica Yerba Buena y al Parque Nacional La Tigra, lugares que abastecen la planta de tratamiento del Picacho desde donde se suministra de agua potable a parte de la población del Distrito Central.
El 20 de septiembre IDAMHO presentó, ante la Fiscalía Especial para la Transparencia y Combate a la Corrupción Pública, una denuncia en contra de las autoridades gubernamentales por el supuesto delito de incumplimiento de los deberes de los funcionarios, abuso de autoridad y daños por acción y omisión ocasionado al bosque de pino por el manejo de la plaga del gorgojo.
Vega no cree en las autoridades del gobierno central pero tampoco confía en que las municipalidades puedan dar respuesta a la escasez; dice que “la Alcaldía no tiene la estructura, la arquitectura, la capacidad técnica para hacer lo que hacía el SANAA. No puede ni siquiera manejar la basura en una forma adecuada porque también la tiene privatizada, va a tener que privatizarlo y es lo que ha sucedido con los demás municipios como San Pedro Sula, se han elevado los costos, y no sé si van a proteger las cuencas.”
Nasry Asfura, alcalde de la capital, cree todo lo contrario, recientemente solicitó al Ejecutivo que miembros de su corporación municipal tomaran las riendas del SANAA, éste es el caso del gerente de infraestructura de la capital quien a principios de 2017 fue nombrado gerente de dicha institución. Asfura encomendó a su mano derecha en la alcaldía, la misión de municipalizar el agua sobre cualquier otro objetivo. Constantemente el alcalde reafirma que este proceso no es sinónimo de privatización, pues dice que «lo que se busca es hacer más eficiente la prestación del servicio sin tener que subir los costos».
Sin embargo, los precedentes dados en otros municipios del país marcan un camino hacia la concesión de estos servicios debido a la falta de capacidad para operarlos por parte de los gobiernos locales.
Los camiones cisterna comienzan su jornada desde las 5am y su jornada puede extenderse hasta las 4pm. Foto: Martín Cálix.
Un camión cisterna de la Policía Nacional llega a abastecerse de agua a las instalaciones del SANAA en Comayaguela. Foto: Martin Cálix.
Municipalización camino hacia la privatización
Mirador de Oriente sufre una grave situación con la escasez del agua y el alto costo con los que los carros cisternas, tanto estatales como privados, llegan a abastecerles. Las calles son de tierra, por lo tanto el acceso es difícil pero todavía tienen el apoyo de una de las unidades del SANAA: Barrios en desarrollo.
Según Jorge Martínez, asistente de la Gerencia Metropolitana, esta unidad se encarga de cubrir 272 barrios y colonias de la capital, con apoyo a las juntas de agua que administran el servicio en cada comunidad. Éstas se conforman por una junta directiva que durante dos años se encarga del cobro del servicio y el pago respectivo a las autoridades, así como suplir algunas necesidades de mantenimiento.
Del total de barrios y colonias que se cubren en esta unidad, 22 son apoyados con la venta de agua a través de carros cisternas, esto es el 31% de cobertura a las zonas con esta necesidad. «Solo se puede distribuir según la capacidad de pago de los pobladores del lugar –dice Martínez– no tenemos capacidad para atender en mayor frecuencia», finaliza.
El ingeniero Jorge Martínez, asistente de Gerencia del SANAA revisa la distribución de los barrios y colonias a los que la empresa nacional distribuye agua en camiones cisterna. Foto: Martín Cálix.
Esta unidad trabaja a través de promotores que tienen asignados cierta cantidad de barrios para apoyarles, entre estos promotores está la licenciada Andrea Cáceres, quien se encarga de la cobertura a la colonia Mirador de Oriente.
«No hay suficientes vehículos para abastecer completamente a las colonias, lo que pasa es que es una institución un poco colapsada. –dice Andrea quien lleva trabajando 26 años en el SANAA– la represa es del año 1993, en esa época había 600 mil habitantes en Tegucigalpa, la ciudad ha crecido entonces ya no da. Las tuberías están rotas y se bota el agua. Ahorita como está la municipalización yo creo que ya no le van a inyectar más dinero».
Según Andrea el servicio de agua es barato para los que tienen red domiciliaria, dice que «en eso el Estado ha sido benevolente, pero es porque si no hay agua las condiciones de salud desmejoran. Si esto lo tiene la alcaldía tendría que invertir y habría que ver si va a poder mantener estos precios y si esto se da en concesión se va a subir».
Actualmente, un hogar del segmento de alto consumo de la capital paga 12.80 lempiras por metro cúbico mientras que en San Pedro Sula a través de la concesionaria privada se pagan 26.72 lempiras.
Andrea, afirma que «el concesionario privado no lo mira como darle algo a la intención de beneficiar a la gente sino para sacar una ganancia ellos. Mire la experiencia en San Pedro Sula con Aguas de San Pedro, no ha sido buena y se ha privatizado. Las municipalidades están autorizadas por la ley para recibirla un tiempo y si miran que no la pueden administrar, darlo en concesión».
En octubre de 2000 se firmó el contrato entre la Municipalidad de San Pedro Sula y el Consorcio ACEA y Otros, de origen italiano, quienes desde entonces administran los servicios de agua potable y alcantarillado sanitario en esa ciudad.
Bordo en Río Blanco en la ciudad de San Pedro Sula, los bordos no tienen agua potable debido a que las condiciones físicas del terreno no permite instalar el servicio de agua en una zona de alta vulnerabilidad. Foto: Martín Cálix.
«Aguas de San Pedro es una empresa italiana que ve dónde es rentable económicamente, no socialmente», dice Cesar Cárcamo, quien es gerente de la Comisión de Acción Social Menonita en el Valle de Sula. Esta organización trabaja temas como cambio climático y violencia en el norte del país, una de las zonas de intervención para este trabajo son los bordos.
Estos asentamientos en la periferia de la capital industrial nacen de forma similar a los barrios y colonias marginales en Tegucigalpa. «Son familias que venían del campo a la ciudad y empezaron a buscar dónde ubicarse, poblando esa zona. A tal grado que hoy tenemos más de 18 mil familias habitando esos bordos», dice Cárcamo, a quien también le preocupa que estas poblaciones que no tienen ningún servicio de tuberías o alcantarillado, saquen agua de los ríos contaminados, con heces fecales y químicos.
Para el gerente de esta organización la administración de un servicio básico por la empresa privada, trae muchas más dificultades que oportunidades de mejora. Por eso afirma que Aguas de San Pedro jamás se va a preocupar por tener agua en los bordos, según dice, «antes se van a preguntar cómo recuperar la inversión».
A partir de estos antecedentes, se espera que si el servicio se privatiza, la situación que vive Erika en Tegucigalpa se agudice. Lo mismo esperan sus vecinas, una de ellas es Teresa, quien hace doce años ayudó a que Erika se instalara en la zona y gestionó junto a los otros fundadores, una red de tuberías internas para abastecer desde dos tanques elevados hacia diferentes puntos de la comunidad.
César Cárcamo de la Comisión de Acción Social Menonita. Foto: Martín Cálix.
«Ya días cuando nosotros escuchábamos que el agua iba a pasar a manos de la municipalidad nosotros decíamos: ay, ya van a privatizar el agua», dice Teresa, quien es integrante de la junta de agua de Mirador de Oriente, y está en constante contacto con la unidad de Barrios en desarrollo del SANAA. Cada vez que funciona alguno de los dos carros cisternas que tiene disponible esta unidad, se apresuran a comprar por 840 lempiras los cuarenta barriles de agua que luego distribuyen por familia. Debido a las limitaciones de recursos para poder comprar más, solo se puede asignar un barril por familia, las cuales lo compran a 20 lempiras (casi un dólar).
Estos precios podrían acabarse después de la municipalización según las autoridades municipales debido a que se tendrá que hacer un reajuste a la tarifa.
Para la abogada Clarisa Vega «la municipalización es un retroceso, significa la privatización que es la vía por la que Honduras va caminando en todo, pero lo peor que nos puede suceder es que el agua, que es una necesidad y no una mercancía, se la pasen a una empresa cuyo objetivo no es dar un servicio público».
Instalaciones de Aguas de San Pedro en la ciudad de San Pedro Sula, empresa de origen italiano que obtuvo la concesión de la distribución del servicio de agua luego del proceso de municipalización. Foto: Martín Calix.
Pre-privatización del servicio
Salpicando agua y dejando un rastro líquido salen a diario entre 200 y 300 carros cisternas del plantel del SANAA, en la colonia Divanna de la capital, allí está ubicada la unidad de Aquablock. Ellos se encargan de vender agua a empresas particulares o dueños de cisternas, quienes la revenden en los barrios más lejanos de la capital. Éste es, por completo, un servicio privado.
El jefe de esta unidad, Miguel Ochoa, afirma que «esto es como dicen: La libre oferta y demanda», no hay ninguna restricción para los dueños de los carros en cuanto a los precios, la única limitación la ponen las comunidades que en algunos casos no soportan ningún alza a los precios. Según Ochoa, le quisieron subir al precio hasta 40 lempiras el barril pero en los barrios los amenazaron.
«Nosotros solo les vendemos a ellos, ellos escogen sus clientes. A veces tienen contratos con empresas y otros lo hacen por barrileado, en los barrios retirados ellos van a vender por barril», afirma.
Miguel Humberto Ochoa, jefe de la unidad de Aqua Block del SANAA. Foto: Martín Cálix.
Aquablock se abastece directamente de la planta de tratamiento de Los Laureles y desde hace 16 años está funcionando para suplir un negocio que distribuye de 10 a 15 millones de galones diarios en la capital. Los dueños de estos carros cisternas son personas que han visto una oportunidad en este negocio, muchas veces son los mismos conductores que van a distribuir el agua a las colonias.
“No hay monopolios, en un principio hubieron muchos tanqueros que se posesionaron y con personal de acá le limitaban entrar a otros, pero ya no –dice con orgullo Ochoa– la mayoría tiene un solo carro pero hay quienes tienen hasta ocho”.
Según Ochoa, este es un negocio rentable porque los carros cisternas no tienen que invertir nada en el tratamiento del agua; además, en ese lugar se recibe el servicio con mayor confiablidad de pureza. El problema es cuando estos carros cisternas llenan en pozos que no están autorizados para distribución de agua potable.
“A veces los clientes los llaman de noche, que necesitan agua y llenan en el pozo. La gente cree que es de aquí –dice Ochoa mientras al menos cinco carros cisternas llenan sus tanques en el estacionamiento de esa oficina– vamos a ejercer un operativo con salud pública porque se han incrementado las enfermedades hídricas producto del agua que muchas veces sale de los pozos.”
Ochoa dice que la crisis de agua hace que el beneficio sea total para estos carros cisternas, y agrega que a pesar de la municipalización, la distribución de agua por parte de este servicio privado no va a disminuir, porque mucha gente viene a Tegucigalpa desde el interior del país.
Aquablock le vende por cinco centavos el galón de agua a los carros cisternas, los cuales pueden almacenar un promedio de 2,500 galones por lo cual terminan pagando 125 lempiras el viaje. Al llegar el carro cisterna a barrios como Mirador de Oriente, venden a 30 lempiras el barril por lo que terminan ganado 1,363 lempiras. En ocasiones hacen hasta 6 vueltas durante el día.
Un camión cisterna se llena de agua en las instalaciones del Servicio Nacional de Acueductos y Alcantarillado, SANAA, en Comayaguela. Foto: Martín Cálix.
Las personas que viven en esta comunidad compran con el dinero que les alcanza y con los recipientes que pueden llenar. Teresa por ejemplo, llena una cisterna completa cada tres semanas que le cuesta 1,345 lempiras. Sin embargo, hay familias que solo les alcanza para llenar cinco baldes que les cuestan cuatro lempiras cada uno. Muchos ancianos como Erika se conforman con lo que les regalan del sobrante o en ocasiones se acercan al carro cisterna para agarrar lo que cae por goteo.
«Cuando consigo centavitos, compro mis 4 baldes. Pero ahorita como ha estado lloviendo me he estado ayudando de la pila», dice mientras observa su pila casi seca y llena de sucio. Ahora no puede siquiera llenar completamente ese contendor de agua porque el canal que tenía en el techo para que el agua lluvia cayera directamente hacia su pila, se quebró. Según datos de UNICEF Honduras, el 10% de la población no tiene acceso al agua potable.
Clarisa Vega apunta que «los más pobres no tienen acceso, en los barrios y aldeas compran el agua carísima y parece hasta contradictorio, esa desigualdad tan grande es parte de una agenda que hay que desarrollar, no se puede continuar en un país donde dicen que abunda el agua y le falta a los más pobres».
Los pobladores de esta zona tampoco confían que la municipalización resuelva estos problemáticas.
«Para mí que estaba bien así como estaba antes, a veces la alcaldía no puede ni resolver los problemas de ellos mismos, ahora echándose otra carga del agua ¿se imagina? –Dice Teresa frente a los tanques que administra la junta de agua de Mirador de Oriente– el gobierno no se ha interesado en darnos agua. Es una prioridad que el ser humano necesita, pero si se municipaliza, de repente si se va a poner más cara».
A unos pocos metros de esos tanques de agua está la casa de Erika, donde el arroz ya casi esta por cocinarse. Esta anciana agradece por la comida y agua que sus vecinos le regalan, sabe no puede comprarla. Erika no comprende que es el proceso de municipalización del agua, y no parece interesarle pues lo que ella espera a diario es que la lluvia llene su pila y los pequeños baldes que deja en la puerta.
Erika tiene que estar pendiente de la ventana para ver si comienza a caer el agua que usará para lavar sus platos y ropa. Sobre esa ventana que llena de luz su cuarto hay una gran pancarta que la regalaron en el día de la madre, es el rostro de Sobeyda Andino, diputada por el Partido Liberal.
“Ojala me muera pronto, le pido a Dios que me lleve rápido”, dice finalmente Erika.
El agua que pide al cielo y a los carros cisterna hace entender que no quiere que su muerte sea por falta de agua.
Vilma Cálix y Teresa Laínez, dirigentes de la junta de agua de la colonia Mirador de Oriente, en la salida a Danlí. Foto: Martín Cálix.
Berta Isabel Cáceres fue asesinada hace 930 días; después de todo ese tiempo, entre petardos y rituales indígenas, inició el juicio contra ocho de los implicados en su asesinato. Media hora después, el juicio fue suspendido hasta nuevo aviso ante un recurso de recusación que los familiares y los miembros del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) interpusieron contra el tribunal de sentencia. Un tribunal de sentencia que las víctimas consideran ha fallado en garantizar sus derechos.
En esta primera audiencia oral y pública comparecerían ocho de los imputados por el crimen de la lideresa indígena, entre ellos Sergio Ramón Rodríguez quien al llegar a la sala donde se daría la audiencia se diferenció de entre los otros implicados al vestir con camisa de cuello y pantalones formales –los demás usaban un buzo de ejercicio y una camiseta blanca– también era el único que tenía un grupo de al menos cien personas pidiendo su liberación en las afueras del lugar donde se realizaba el juicio.
La noche anterior a la audiencia que nunca fue
Una noche antes de estos acontecimientos, representantes de pueblos indígenas de diversos puntos del país se apostaron frente a los portones de la Corte Suprema de Justicia para realizar una vigilia y solicitar el enjuiciamiento de los actores intelectuales en el asesinato.
“Vamos a seguir ratificando que el asesinato de Berta Cáceres fue un asesinato de Estado –decía Miriam Miranda quien fue su compañera en la lucha por muchos años– los verdaderos culpables son los grupos de poder económico que están instalándose vorazmente sobre muchos territorios en Honduras” agregaba.
Miriam Miranda es coordinadora de la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH), y asegura estar consciente del peligro que representa defender el agua, la tierra y la vida en Honduras, pero una noche antes del inicio del juicio por el asesinato de su amiga, recuerda lo que en varias ocasiones platicaba con la líder Lenca: “alguien tiene que alzar la voz a pesar del peligro”. Miriam alzaba la voz y tocaba las maracas en una noche donde la mayoría de los asistentes eran garífunas.
En 2016 el impacto del asesinato de Berta Cáceres fue mundial, por eso se espera que mientras dure el juicio, una representación de al menos 17 organizaciones de diferentes países del mundo se mantendrá observando el proceso, además de los representantes de los pueblos indígenas de Honduras. Lolita Chávez lideresa del pueblo Quiché en Guatemala mencionó: “Estamos exigiendo justicia cósmica, los asesinatos no se están dando solo por los perpetuadores materiales, aquí hay actores intelectuales, políticos y económicos”.
En todo el campamento que se apostó esa noche frente a la CSJ había un apellido que hacía eco entre la gente y Themis –la diosa de la justicia– que observaba en la oscuridad. La parte acusadora que defiende a las víctimas del asesinato propuso el testimonio de Daniel y Jacobo Átala como medios de prueba. Antes de comenzar el juicio, los jueces que llevan el caso declararon inadmisible dicho medio de prueba.
Laura Zúniga Cáceres al finalizar la audiencia del 4 de septiembre de 2018 en la Corte Suprema de Justicia, donde se acordaría dar inicio el juicio para el día 17 de septiembre.. Foto: Martín Cálix.
Los nombres ausentes
La reprogramación de una audiencia no es nueva en este caso, en la etapa anterior a la audiencia oral y pública se reprogramó la proposición de pruebas debido a que los abogados de la fiscalía del Ministerio Público no habían proporcionado toda la información tanto a la parte acusadora como a la defensa de los imputados.
Entre los medios de prueba que la parte acusadora presentó, estuvo el llamado a declarar de varios ejecutivos de la empresa Desarrollos Energéticos S.A (DESA): Daniel Átala y Jacobo Átala Zablah –presidente BAC Credomatic, uno de los grupos financieros más importantes del país– quienes según la familia de Berta Cáceres representaban “una esperanza de llevar a los autores intelectuales del asesinato”.
DESA es la empresa dueña de la concesión sobre el Río Gualcarque, para el desarrollo del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca. Esta empresa es a la que se enfrentó Berta Cáceres y por la que sufrió criminalización y persecución.
En la audiencia de proposición de pruebas, los jueces, que entre risas hablaban en secreto cada vez que un medio de prueba era rechazado a la defensa privada de la familia de Berta Cáceres, finalmente rechazaron que estos directivos se presentaran a declarar.
“Con esto, se reduce todo solo al momento del 2 de marzo cuando disparan contra mi mami –mencionaba el 4 de septiembre Laura Zúniga Cáceres, hija menor de Berta Cáceres– se borra la autoría intelectual de este asesinato y nos preocupa que no se enjuicie a quienes pagaron porque la mataran.”
Según las investigaciones del Ministerio Público los involucrados en la noche del 2 de marzo, encargados de asesinar a Berta Cáceres y acusados de asesinato en su grado de ejecución de tentativa contra el ambientalista mexicano Gustavo Castro son: Mariano Díaz Chávez (oficial del Ejército), Douglas Geovanny Bustillo (exmilitar), Elvin Heriberto Rápalo, Henry Javier Hernández, los hermanos Edilson y Emerson Duarte Meza, Óscar Arnaldo Tareas y Sergio Ramón Rodríguez.
Rodríguez, gerente de DESA es defendido por los abogados Celeste Cerrato y Jair López, abogados cercanos al exfiscal adjunto Rigoberto Cuellar quien también fue ministro de la Secretaría de Recursos Naturales (SERNA). Durante la audiencia de proposición de pruebas afirmaron que otros miembros directivos de la empresa no debían llamarse a declarar pues “el juicio no es contra DESA, aquí quien está sentado es Sergio Rodríguez, así que deben juzgarse solo las personas que están sometidas al proceso”. Sergio Rodríguez parece el eslabón más cercano a la intelectualidad del asesinato.
Organismos internacionales como las Naciones Unidas han acompañado las audiencias previas al juicio. Foto: Martín Cálix.
El cariño hacia un presunto asesino
El día que la audiencia de proposición de pruebas terminó, Sergio Rodríguez salió con una bolsa de comida rápida de la sala primera de juicios orales, solo durante el juicio se le ha visto con el semblante serio, casi siempre les sonríe a los conocidos que encuentra en la sala, incluso a varios periodistas.
Mientras se daba inicio a la primera audiencia –que luego procedería a suspenderse– un grupo de pobladores de tres aldeas aledañas al sector de Río Blanco se manifestaron con pancartas frente a la CSJ en apoyo a Sergio Rodríguez. Una de esas pancartas decía “Sergio Rodríguez te llevamos en el corazón”.
Según Aquilino Madrid Muñoz, uno de los asistentes a este plantón en favor del imputado, “así como se está haciendo un juicio para los que están inocentemente presos queremos un juicio en contra de los asesinos de varias personas de nuestra comunidad, queremos un juicio para los miembros del COPINH”.
“No andamos pagados, nos movemos por la injusticia –decía este hombre después de un pelea que tuvieron con poblaciones indígenas que permanecían en apoyo a la causa de Berta Cáceres– el único proyecto que nos estaba llevando desarrollo era el que él –Sergio- coordinaba”, finalizó.
Minutos después de este enfrentamiento se suspendería el juicio a causa del recurso de recusación que presentó el equipo legal de la familia Cáceres, donde se señala que los miembros del tribunal de sentencia han cometido abuso de autoridad, violación de los deberes de los funcionarios y negación de justicia. Según Melvin Duarte, portavoz de la CSJ, no se puede señalar una fecha de continuidad hasta que la Corte de Apelaciones resuelva los amparos y la recusación.
Miembros de COPINH acompañan a Berta Zúniga Cáceres en el desarrollo de las audiencias previas al inicio del juicio pactado para el 17 de septiembre. Foto: Martín Cálix.
Este lunes arrancó la tercera semana de trabajo grupal entre las diversas fuerzas políticas, en el diálogo que desde hace más de cuatro meses ha sido impulsado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), que bajo el funcionamiento de cuatro mesas, discuten sobre posibles acuerdos. Entre las mesas instaladas están: hechos electorales, derechos humanos, reformas electorales e influencia de maras y pandillas en el proceso electoral.
Durante las primeras dos semanas de discusión, se han presentado dos propuestas: una orientada a la implementación de una nueva tarjeta de identidad para futuros procesos electorales y la iniciativa de aprobar una amnistía política para las personas judicializadas por hechos relacionados a la crisis post electoral. Hasta el momento no hay acuerdos definitivos.
Todavía falta la presentación de temas torales relacionados a la crisis política, entre ellos el fraude electoral. Los partidos políticos participantes tienen puestas sus esperanzas en que este diálogo será la plataforma que traiga solución y reconciliación nacional. El presidente del Central Ejecutivo del Partido Liberal, Luis Zelaya, dijo que éste es el momento en que Honduras debe dialogar y alcanzar grandes acuerdos.
Para Zelaya este diálogo es importante en la medida que cada acuerdo pueda servir para devolverle la estabilidad al país, y también fortalecer a la institucionalidad.
Mientras que los representantes de Salvador Nasralla, también consideran este conversatorio como una plataforma que demostrará a quienes verdaderamente quieren buscar una solución a la crisis de país.
“Confiamos en que este esfuerzo sirva para alcanzar grandes acuerdos, entre ellos fuertes reformas electorales para evitar el fraude electoral y justicia para las víctimas de violaciones a derechos humanos”, dijo Tony García, quien lidera la delegación de Nasralla en la mesa de derechos humanos.
Acuerdos se convertirán en sugerencias
Antes de su instalación, la polémica reinó por las características de un diálogo que no sería vinculante, Nasralla retiró en varias ocasiones a su delegación por ese motivo.
Al final, luego de un periodo de más de tres meses de reuniones preparatorias, Nasralla claudicó y aceptó un diálogo que no será vinculante, un diálogo en el que sus principales acuerdos se convertirán en sugerencias.
La metodología indica que en las mesas se discutirán propuestas. Luego, se logren consensos o no, la propuesta pasará a ser discutida por los jefes de delegación; en esta instancia la propuesta puede ser aceptada o rechazada y al final, serán los máximos exponentes de las fuerzas políticas los que darán el toque final.
Es decir, luego de todo el periodo de trabajo, los acuerdos o propuestas serán presentados ante Salvador Nasralla, Luis Zelaya y Juan Orlando Hernández, para que estos den el visto bueno, el que deberá ser por consenso para pasar al siguiente peldaño.
El peldaño final de los acuerdos será el Congreso Nacional, es decir, los acuerdos de las mesas se convertirán en sugerencias para que al final el Congreso Nacional decida si se aprueban o no.
Tony García ha manifestado a los medios de comunicación, que es importante presionar a cada una de las partes involucradas, y que serán las posturas finales de cada actor, lo que demuestre si en realidad están comprometidos con el país.
Los cuestionamientos al diálogo por parte de otro sector de la oposición no se ha hecho esperar, específicamente del Partido Libertad y Refundación, quienes han calificado este ejercicio como un show mediático que busca legitimar a Juan Orlando Hernández, razón principal por la que ellos no participan en el mismo.
Dirigentes de Libre han denunciado y acusado a los representantes de Nasralla y al mismo Nasralla de ser ilusos al creer que con un diálogo que no es vinculante podrán alcanzar grandes acuerdos para el país.
En ese sentido, Rassel Tomé, abogado y exdiputado del Partido Libre, cree que el diálogo tiene varias debilidades, y una de ellas es que no es vinculante, por lo que cada acuerdo además de ser sugerencia será presentado a un Congreso que ampliamente es dominado por el Partido Nacional.
Para Tomé, este fenómeno impedirá que cualquier acuerdo profundo, si es que se da, pueda ser aprobado por quienes verdaderamente tienen poder de decisión en el Congreso.
Luis Colindres, secretario del Partido Nacional, ha dicho que ellos confían en la institucionalidad, que su partido está dispuesto a dialogar, a lograr consensos y a apoyar –de ser necesario– en el Congreso Nacional.
De la misma forma el diputado nacionalista Gabriel Rubí, cree que en el Congreso los acuerdos se van a dar, siempre y cuando la propuesta o sugerencia sea beneficiosa para el país.
Por su parte Tomé afirma que es muy probable que en el Congreso Nacional se acepten algunas sugerencias, pero serán sugerencias cosméticas y no profundas.
La amnistía y sus anticuerpos
La propuesta más fuerte en lo que va del diálogo es sobre la amnistía, que consiste en que se absuelva de toda acusación y proceso legal a las personas judicializadas por razones políticas, luego de las elecciones de 2017.
Según el Comité por la liberación de presos políticos de Honduras, aún hay 14 personas privadas de libertad en varios centros penales del país por actos relacionados a las protestas de diciembre y enero, tras la crisis postelectoral.
La propuesta fue elaborada tanto por los representantes de Nasralla, como del Partido Liberal, ambas coinciden en que la amnistía debe ser diferenciada, es decir que no abarque a los violadores de derechos humanos.
En la mesa donde se discute esta propuesta ya hay anticuerpos. En este momento se discute con cada uno de los representantes los principios legales de la iniciativa y la aplicabilidad de la misma.
La mesa de derechos humanos está compuesta por representantes del Partido Nacional, Liberal, de Nasralla y del gobierno, con la participación directa de la ministra de Derechos Humanos, Karla Cueva.
Cueva fue consultada sobre la amnistía, ella contestó que no puede referirse al tema, porque en las mesas hay un código de ética que le impide hablar de lo que se discute allí.
La funcionaria no quiso expresar la postura que como secretaría tienen al respecto, por otra parte fuentes ligadas a los partidos políticos que participan en estas mesas, confiaron a Contracorriente, que la postura que ha tomado Cueva en esta mesa en relación a la propuesta no ha sido en rechazo ni a favor de la misma, es decir, se ha mantenido al margen, pero en más de una ocasión ha manifestado que éste es un tema político, por lo tanto debería discutirse en una instancia superior a tal mesa.
Por otra parte, Luis Colindres, al ser consultado sobre el tema, dijo que hay que tener claro que esta propuesta es una bandera de la oposición para hacerle creer al mundo que en Honduras existen presos políticos, cuando en realidad no los hay. Colindres dice que hay que buscar las avenidas legales para analizar si se puede aplicar esta medida o no.
Por ahora se cumplen tres semanas de diálogo, el periodo de debate está programado hasta finales de octubre, luego de esto vendrá el verdadero periodo de negociaciones, en el que un Congreso muy cuestionado por sus irregularidades tomará decisiones finales sobre temas relacionados a la actual crisis política.
Luciana llevaba tantos años escuchando que «venían las minas» que apenas se percató cuando Inversiones Los Pinares comenzó a funcionar en 2014 a pocos kilómetros de su comunidad. En aquel momento Luciana no entendía y nadie le había explicado los efectos negativos de la minería, ni cómo afectarían a su comunidad hasta que el primer día de abril de este año, despertó y vio que el agua del río Guapinol con la que siempre se bañaba, lavaba y cocinaba había cambiado de color. No dejaba de llegar café, llena de lodo.
Desde ese momento las mujeres de la comunidad de Guapinol comenzaron una lucha contra la minera, acompañadas de sus hijos y nietos organizaron una toma pacífica durante once días frente a la municipalidad de Tocoa, Colón. Los días pasaban y eran más los habitantes que se unían, pero al no encontrar respuesta del alcalde del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), Adán Fúnez, iniciaron un campamento y se organizaron bajo el nombre de Comité Municipal de Defensa de los Bienes Comunes y Públicos.
Ahora la comunidad de Guapinol lleva casi 50 días en un campamento a la altura de La Ceibita, a seis kilómetros del centro de Tocoa. Para llegar es necesario cruzar calles de tierra que son imposibles de pasar en automóvil los días de lluvia, las personas que viven en Guapinol a diario caminan o intentan conseguir transporte para llegar hasta ahí porque su comunidad queda al otro lado de la montaña donde se encuentra el campamento, al menos a unos 20 minutos en carro. Al entrar a la zona se ve un rótulo que dice «fuera minas» y al fondo levantadas con palos y techo de bolsas plásticas hay unas casitas con hamacas para descansar.
Hombres y mujeres se turnan para vigilar las entradas al campamento mientras los otros descansan o cocinan. Foto: Fernando Silva.
Son cerca de las 6 de la tarde, la hora en la que sirven la cena, y en todo el lugar hay niños corriendo, jóvenes jugando, ancianos hablando mientras esperan la comida. Marta, la encargada de la cocina, dice que a diario llegan entre 150 y 300 personas de al menos 13 comunidades y que los fines de semana parece que se tratara de una feria, hasta llegan a olvidar por unos minutos la grave situación que los mantiene ahí y que amenaza con expandirse a otras comunidades.
Las personas en el campamento dicen que tienen miedo, que han recibido amenazas y que a veces la seguridad de la empresa se acerca a ver quiénes están. «Aún hay tiempo. No queremos que una de las personas que nos está apoyando se nos vaya», dice Luciana y las declaraciones las da una semana antes de un enfrentamiento entre la comunidad y la seguridad de Los Pinares que dejó a un joven de 20 años herido de bala.
Roni Ambrosio, asesor técnico de inversiones Los Pinares, dice que las personas en el campamento son grupos terroristas. «Pasaron de estar violentos a actos de terrorismo, entraron a nuestra propiedad, dispararon, quemaron, amenazaron y quemaron un carro propiedad de la empresa», denunció en varios medios de comunicación, sin embargo, el único herido del conflicto lo puso la comunidad.
La minera que amenaza una zona protegida
«Muchas familias de ahí vivían y ahora no, no se mira nadie en el río porque no sirve esa agua, ni los animales se acercan», cuenta Luciana y añade que el río Guapinol se contaminó debido a los sedimentos de tierra que cayeron luego de que se abriera una carretera que conectara a la minera –ubicada en lo alto de la montaña– con la calle principal. Luciana dice que varias quebradas del río San Pedro también se han secado y que ahora tienen que comprar botellones de agua, cada uno a 22 lempiras (casi un dólar) y sólo en la cocina se van hasta tres diarios.
Mientras tanto los representantes de Los Pinares parecen no decidirse entre si el agua está o no contaminada. Un día dicen en un medio de comunicación que está limpia, al otro que se le han hecho análisis y que «todos los ríos de la costa norte siempre que llueve mantienen su agua turbia, aproximadamente de 8 a 12 horas, dependiendo de la fuerza de las lluvias», pero las comunidades aseguran que el agua se mantiene así las 24 horas.
Muchos de los pobladores no creían en los efectos adversos que dejaría la minera en la comunidad, ahora el río Guapinol se encuentra completamente café por los residuos de la minera. Foto: Fernando Silva.
El gerente de medio ambiente de Los Pinares, Fernando Padilla Díaz, asegura que las personas del área de influencia directa e indirecta de su proyecto están a favor del proyecto, que el campamento lo han hecho personas ajenas a la comunidad y que las únicas que deben hablar son las que se encuentran en la parte alta de la montaña. Sin embargo, parte de la concesión se encuentra ubicada dentro de la zona núcleo del Parque Nacional Carlos Escaleras, antes conocido como Montaña Botaderos.
La ubicación geográfica del parque lo coloca como la principal arteria acuática que alimenta el Valle del Aguán en la zona Atlántica. De acuerdo al Plan de Manejo realizado por el Instituto Forestal (ICF) las fuentes de agua que corren por la montaña abastecen a 34 microcuencas que suministran el sistema de agua de al menos seis municipios: Tocoa, Saba Gualaco, Olanchito, Bonito Oriental y San Esteban donde al menos 42 mil habitantes reciben abastecimiento.
El Parque Carlos Escaleras es además una de las regiones con tierra más fértil en el país, «si van a sacar hierro en la zona van a destruir la montaña y todas las fuentes de agua van a desaparecer. Se está destruyendo la zona que es la que captura el agua, la retiene y la distribuye a través de todo el sistema hídrico de la zona, el daño es irreversible» sentencia Pedro Landa, analista ambiental.
Landa añade que la explotación minera en Tocoa actualmente amenaza con explotar un 50% del territorio pues aunque son seis las concesiones aprobadas en el municipio existen 34 en solicitud y la situación a nivel nacional es más grave, son al menos 300 concesiones aprobadas en la última década y hay más de 600 esperando aprobación.
Según el informe Territorios en Riesgo de Oxfam, de aprobarse todas las concesiones que están solicitadas al menos el 75 % de los ríos del país se verían afectados. Pero no sólo el agua se estaría contaminando, las poblaciones río abajo de las operaciones mineras se exponen además a la contaminación de los cultivos, al menos un 27 % de la tierra utilizada para agricultura en Honduras se encuentra en áreas expuestas a los peligros transmitidos a través del agua vinculada con la minería.
«Somos agricultores, apartamos nuestro tiempo porque sabemos que esto es importante ¿de qué nos sirve irnos a trabajar si en un tiempo las tierras no van a servir para cosechar nuestros cultivos? Por eso luchamos por la tierra y por el agua, para que estén limpios y nos den vida», señala Leonardo, uno de los habitantes de Guapinol que aún anda con sus botas de hule luego de regresar del trabajo.
Un conflicto que nunca acaba
La empresa Los Pinares, antes conocida como EMCO Mining Honduras, pertenece al empresario Lenir Pérez. Pérez es yerno del fallecido, Miguel Facussé, quien fue presidente ejecutivo de la empresa Dinant y terrateniente productor de palma africana involucrado en el conflicto agrario del Aguán que dejó más de 120 asesinatos entre 2008 y 2010, según estadísticas de la Policía Nacional.
El río Guapinol tiene antecedentes de enfrentamientos entre las comunidades y la familia de Facussé. Carlos Escaleras, un líder ambientalista en los años 90 luchó contra la instalación de una planta de extracción de aceite de palma que quería colocar Miguel Facussé cerca del río Guapinol. A Escaleras lo asesinaron por su lucha en defensa del territorio y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó como responsable al Estado de Honduras por el asesinato ocurrido hace 20 años pidiendo que se le colocara su nombre al parque que antes era conocido como Montaña Botaderos.
Dentro de la petición de admisión del caso que se le presentó a la CIDH, la defensa mencionaba como uno de los autores intelectuales a Miguel Facussé Barjum, suegro de Lenir Pérez, quien ahora es el encargado de la concesión minera que se encuentra ubicada sobre algunas hectáreas del Parque Nacional Carlos Escaleras.
El parque había sido declarado área protegida en 2012 pero al año siguiente, el Congreso Nacional le modificó la zona núcleo reduciendo 217.34 hectáreas, 100 forman parte del territorio concesionado por la minera que planea montar una planta de producción de acero para comercio, el resto pertenece a otro proyecto.
Debido a su ubicación, en 2014 la Dirección de Evaluación y Control Ambiental (DECA) emitió un informe y dictamen #731-2014 concluyendo que el proyecto no era factible y recomendaron declarar sin lugar la licencia ambiental. Durante el reportaje se buscó una entrevista con Lenir Peréz, sin embargo no respondió.
La minera en Tocoa no es la primera intención de Lenir Pérez de entrar en esta industria. En 2012 bajo el nombre de Minerales Victoria, el empresario pretendió explotar una mina a cielo abierto en la comunidad Nueva Esperanza en Tela, Atlántida. La comunidad desde 2013 se negó a dejar avanzar al proyecto y este no ha continuado.
Conociendo las situaciones con la industria extractiva, el pasado 30 de agosto las comunidades del sector durante un cabildo abierto rechazaron la entrada a los proyectos hidroeléctricos, térmicas y las compañías mineras en su territorio, la misma declaración que buscan realizar en Tocoa.
Sin embargo, la pretensión de instalar el proyecto en Tela, fue lugar de enfrentamientos entre los pobladores y la seguridad de la empresa, de acuerdo a un informe de Global Witness el conflicto llegó a sobornos, intimidaciones, amenazas a muerte. Además, en 2013 el jefe de seguridad de la empresa, Wilfredo Fúnez, secuestró a dos habitantes y dos observadores internacionales que se encontraban de visita en la comunidad. Fúnez fue condenado a 3 años de prisión por allanamiento de morada y privación a la libertad.
En el caso de Guapinol, los representantes de Los Pinares dieron a conocer que el director de la seguridad de la empresa era de origen estadounidense ya que según señalaron, las comunidades lo tuvieron retenido durante un par de horas durante el conflicto que dejó a un herido.
Rotulo de advertencia frente al campamento mientras se llega a los 40 días de resistencia en la zona. Foto: Fernando Silva.
Criminalización de las luchas contra la minera
«El crecimiento de todas estas ONG’s ambientalistas es porque viven de la protesta, protestan en contra de todo mundo» decía en julio de este año Luis Eveline, secretario general de la Universidad Politécnica de Ingeniería (UPI) durante el cuarto Congreso Internacional de Minería que la UPI organiza en Tegucigalpa. El evento servía para establecer estrategias sobre conflictos con las comunidades así como para organizar vínculos con aliados estratégicos como las instituciones de gobierno que acompañaban el evento: Instituto Hondureño de Geología y Minas (INHGEOMIN) y la Secretaría de Energía, Recursos Naturales, Ambiente y Minas (Mi Ambiente).
«Si es necesario hacer acciones coercitivas para eliminar estas reacciones pues hay que hacerlas porque lo que no podemos permitir es que se nos vaya la empresa privada del país», añadía el catedrático universitario al referirse a las luchas comunitarias por la defensa del territorio y los bienes comunes, a su vez señalaba que aunque las mineras se llevaran casi todo el dinero al extranjero no importaba con tal alguien lo estuviera aprovechando.
Este congreso se realizaba mientras esa misma semana las operaciones de la empresa Minerales de Occidente S.A (MINOSA) se paralizaban debido al reclamo y manifestación de los habitantes de Azacualpa, una comunidad ubicada en el municipio de la Unión en Copán donde la compañía extractiva había comenzado a levantar cuerpos para explotar el cerro donde se encuentra el cementerio de la comunidad. Aunque eran invitados especiales, los representantes de MINOSA no se presentaron al evento y en su lugar colocaron un rótulo exigiendo «seguridad jurídica» al Estado para poder operar.
Durante una de las exposiciones, un representante de Inversiones Los Pinares se levantó y preguntó qué hacer cuando las iglesias encabezaban la oposición a las mineras denunciando que eso pasaba en su proyecto. Claudia Balmaceda, directora de Social Consul, una organización que se encarga de la gestión de conflictos ambientales en Nicaragua le contestaba que no deberían participar en estos procesos pues «no forman parte de las comunidades, son personas frustradas que no han sido beneficiados por la empresa y quieren obtener beneficio a través de una protesta buscando financiamiento a nivel internacional», finalizaba en medio de los gestos afirmativos que hacían los participantes.
Meses después de ese encuentro, cuando el conflicto en Guapinol empieza a crecer, representantes de Los Pinares viajaron a Tegucigalpa a denunciar que dos organizaciones no gubernamentales, entre ellas una «con malos fundamentos técnicos crearon un grupo que obstaculiza las actividades del proyecto» a la vez que denunciaron como autores de la oposición a la Coordinadora de Organizaciones Populares del Aguán (COPA), que fue integrada en vida por Carlos Escaleras y a la Fundación San Alonzo Rodríguez (FSAR).
Ante estas declaraciones, Juana Esquivel, directora de la FSAR, señala que lo que buscan es «desvirtuar la lucha de 13 comunidades del sector San Pedro que se oponen al proyecto que van a ser afectadas directamente, centrar la atención sobre las organizaciones es querer deslegitimar la lucha comunitaria», y añade que aunque se comentaba que había procesos judiciales hasta el momento sólo hay denuncias que buscan colocarle temor a las personas para que abandonen la lucha.
Igualmente la iglesia San Isidro Labrador de Tocoa emitió un comunicado lamentando y rechazando las acusaciones contra las dos organizaciones. «Desde nuestra fe la Iglesia defiende la justicia y la vida; y en el espíritu del Evangelio no estamos de acuerdo con el quebrantamiento de derechos fundamentales como el agua y el ambiente habitable en nombre del desarrollo».
Los pobladores han solicitado al gobierno que se cancelen los proyectos mineros concesionados ya que afectan directamente a las fuentes de agua en estas comunidades. Foto: Fernando Silva.
Sin consultas y en secreto se darán las mineras
El conflicto con la minera que afecta al municipio de Tocoa ha sido ignorado por las autoridades municipales. En 2016, habitantes de todo el municipio realizaron una declaración pública en medios de comunicación donde denunciaban al ex alcalde nacionalista, Héctor Rolando Hernández, por socializar los proyectos de las concesiones mineras con comunidades que no pertenecían a las zonas más afectadas.
El actual alcalde de LIBRE, Adán Fúnez, no ha dado declaraciones ni se ha comunicado con las comunidades que se oponen al proyecto, lo único que saben es que en julio convocó a un cabildo abierto y no permitió el ingreso de las comunidades que se oponen.
El partido del que forma parte Fúnez tampoco ha declarado oficialmente al respecto, sin embargo Carlos Reina, secretario de LIBRE, realizó un vídeo en el que hizo el llamado a que Fúnez «convoque al pueblo a un cabildo abierto y que con la Ley Municipal convoquen a un plebiscito para que sea la comunidad, los pobladores, vecinos de Tocoa los que decidan si están de acuerdo o no con la minería».
Ante el conflicto tanto INHGEOMIN como MiAmbiente organizaron una mesa de diálogo a pesar de que en el campamento se desconoce que esto se haya dado. Carlos Izaguirre, director de gestión de Mi Ambiente, señala que «No aceptaron las mesas de diálogo así que creo que la intransigencia es de ellos, la prioridad del Estado en este momento era cuidar la armonía de la comunidad porque hay comunidades al interior –refiriéndose a las que están arriba en la montaña– que consideran que se ha violentado su derecho».
Por su parte Erika Molina, directora de INHGEOMIN, señala que «cuenta con todos los permisos correspondientes a la Ley de Minería y es una concesión minera desde el 2014».
Para Luciana, la lucha apenas comienza. «Si nos libramos de una, seguiremos en otra. La lucha de nosotros es por el cabildo abierto, pensamos que después de esta toma sigue la continuación de seguir luchando por un cabildo abierto para declarar a todo el departamento libre de minería, todas estas empresas tiene que irse».
Sin embargo, el panorama con estos proyectos a nivel nacional se vuelven más complejo, hace menos de un mes, mediante el acuerdo ministerial 1402-2018, se declaró bajo secretividad las licencias ambientales.
El acuerdo publicado el 17 de agosto decreta como información reservada «lo relativo a los Estudios de carácter técnico contenida en las solicitudes de Licencias Ambientales, al igual que otros trámites ambientales presentadas ante esta Secretaría de Estado en los Despachos de Recursos Naturales y Ambiente (MI AMBIENTE), así como la ubicación de los mismos, garantizando la protección de la información técnica entregada por los particulares».
Rótulo del Movimiento Unificado Campesino Del Aguan (MUCA) que acompaña la lucha de los pobladores de estas comunidades. Foto: Fernando Silva.
El desarrollo que ofrece la minería
De acuerdo con datos el Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas del Instituto Nacional de Estadísticas, Tocoa es un municipio con más de la mitad de la población viviendo en pobreza y la principal actividad del municipio es en agricultura, silvicultura y pesca.
«Ya no es lo mismo que teníamos antes, había camarones grandes y pescados grandes. Ahora ni los animales se le quieren acercar. Comíamos y bebíamos de este río, ha venido esta empresa a quitar la bendición que Dios nos había dado», denuncia doña Virginia, una habitante de 70 años, toda su vida la hizo en Guapinol. Para doña Virginia el río era su vida «la montaña, el bosque. Si lo botan nosotros estamos muertos ¿para dónde vamos a agarrar?», añade con indignación.
Las mineras no son un tema nuevo en Honduras, existen diferentes informes e investigaciones que se han realizado sobre el impacto que producen en las comunidades quienes, cuando los yacimientos se agotaron, quedaron desoladas y con secuelas de epidemias en los pobladores. Un caso es el Valle de Siria en Francisco Morazán en donde las comunidades de Cedros, El Porvenir, y San Ignacio fueron afectadas por la minería de cielo abierto.
De acuerdo con la información que manejan los representantes de Los Pinares, el proyecto tiene un capital de 3 mil millones de lempiras y hasta el momento ha ejecutado 700 millones desde que inició operaciones en 2014, sólo con la apertura de la carretera y de unas oficinas en Tocoa. Aunque existen 400 empleados, su meta es emplear a dos mil personas para 2019.
Los representantes aseguran que aportan desarrollo en las comunidades, sin embargo los proyectos mineros están obligados a pagar apenas el 2% de utilidades a las municipalidades y los empleos son muy reducidos, según un estudio del Foro Social de la Deuda Externa en Honduras (FOSDEH) estos empleos como resultado de la operación minera en el país sólo representa un tercio del 1% (0,34%) de la población ocupada del país. «Como puede deducirse, los beneficios de la actividad minera son mínimos comparados con los demás sectores productivos», agrega el estudio.
Los representantes de Los Pinares dicen que los empresarios extranjeros que se encontraban invirtiendo en su empresa tomaron la decisión de retirarse del país luego del conflicto que dejó a un herido, las comunidades señalan haber visto bajar la maquinaria, pero aún así decidieron continuar en la asamblea popular permanente y montar equipos de vigilancia para evitar que no vuelvan a subir.
Aún existen seis proyectos mineros que dañarían las principales fuentes de agua de Tocoa y afectarían a más comunidades, por el momento si se retira la minera en Guapinol deberán pasar al menos tres años par que su río se repare él solo y que las comunidades puedan volver a usarlo como centro de su vida.
Mientras tanto, Rigoberto Bonilla, el joven que recibió un disparo durante el enfrentamiento con la seguridad de la empresa Los Pinares vivirá con la bala en su cuerpo toda su vida por los riesgos que producía intentar sacarla. Una bala que tiene hierro, el mismo material que planean extraer con la minera y sólo una más de las balas que parecen nunca acabar en el Valle del Aguán.
*Los nombres de los habitantes de la comunidad han sido cambiados por temas de seguridad
Causar terror en la población, enfrentar a un gobierno, obligarlo… eso es terrorismo penado por la ley hondureña. En este país y con 21 años, Eduardo Berríos toma ese concepto y lo convierte en su nombre artístico: El es el terrorista.
En el mes de la patria el himno hondureño suena en todas las calles, emisoras y canales de televisión. Suenan esas notas musicales y esa frase presagio de Augusto C. Coello: ¡Serán muchos Honduras tus muertos, pero todos caerán con honor!
Cerca del bicentenario de la proclama de independencia solo queda demostrado que el diseño de país responde a una élite que ha consolidado el poder para atropellar los principios de la democracia, para desechar lo que no sirve, para cooptar el Estado. Y el presagio se cumplió, pero a medias porque en Honduras sí son muchos los muertos pero la mayoría caen sin honor, y ésta es la paradoja hondureña.
Honduras está inmersa en una crisis política, social, cultural, moral, de valores y de principios. Una crisis generada por la desigualdad que beneficia a las élites que históricamente han dominado las dinámicas de vida y muerte de estos pequeños países, caricaturas nacionalistas que se alegran al ritmo de bandas de guerra que ensalzan el militarismo, que representan la puesta en escena de la estructura que sostiene el diseño de las élites, primeros los criollos que sostuvieron las nuevas repúblicas y se han transformado en élites nacionalistas.
El Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, indica que de 2010 a 2018, en el país se registraron unos 26 mil 403 asesinatos de jóvenes, de los que el 98% no sobrepasan los 30 años.
En Honduras esta es una realidad insostenible, y sin embargo desde las estructuras de poder que poseen los medios de comunicación, que elaboran los criterios colectivos para cuestionar esas muertes, y justificarlas a toda costa, a todo precio, se insiste en blindar la idea del “todo está cambiando” y que los hondureños se sienten más seguros caminando por las calles de un territorio que produce muertes en serie.
Hay una realidad que viven las juventudes hondureñas, que atravesadas por la desigualdad, se posicionan en una sociedad violenta y victimaria de lo diverso, de lo inconforme.
Estudiantes de educación media y universitaria, jóvenes excluidos y en busca de espacios donde puedan identificarse y expresarse, se hacen llamar hijos del golpe porque la historia que ahora están viviendo, aunque sea parte de un diseño de hace casi 200 años, los ha marcado y los ha lanzado a la calle, una calle hostil, donde los agrede un uniformado, un encapuchado o el vecino.
Según el Observatorio, en lo que va del 2018 unos 400 jóvenes han sido asesinados, la mayoría de ellos eran estudiantes, y habrían participado en protestas contra el gobierno, por diversas razones. Esta situación no es más que un dato para las autoridades, porque más del 90% de estos crímenes permanecen en la impunidad.
El Estado no ha podido garantizarles la vida a estos jóvenes, tampoco se les pudo garantizar mientras vivían en barrios controlados por el crimen, en hogares empobrecidos y violentos, en comunidades sin servicios básicos. Ahora que fueron asesinados, tampoco ha podido garantizar justicia por sus asesinatos. Incluso el Estado ha sido denunciado de ser el principal sospechoso de estas muertes.
La represión, la crisis y las múltiples violaciones a derechos humanos, ha hecho resurgir las denuncias de existencia de escuadrones de la muerte. En el último mes se registraron tres asesinatos de estudiantes, dos en Tegucigalpa y uno en San Pedro Sula, con signos claros de ser ejecuciones extrajudiciales.
En el asesinato de dos jóvenes del Instituto Técnico Honduras de Tegucigalpa, circularon denuncias en las redes sociales, en las que se mostró fotografías previas al asesinato, de una captura de las víctimas a manos de sujetos vestidos con uniformes de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), las autoridades salieron al paso a desmentir sin tener a mano los resultados de una investigación científica sobre el mismo.
Y casos como éste, muestran el cinismo de las instituciones del Estado que funcionan para quienes tienen poder y son disfuncionales para las víctimas. El hondureño es un Estado cuestionado y acusado por su forma de actuar, y bajo esa realidad los jóvenes siguen inmersos en una dinámica de supervivencia en la que llevan las de perder.
Si hubiera un manual para ser joven, uno de sus numerales diría que cambiar las reglas del juego, ir contra la corriente, ser irreverente son cualidades. Pero en sociedades como la hondureña, cambiar las reglas del juego puede ser mortal. ¿Quién se atreve a rediseñar un país? Los jóvenes, los que se llaman hijos del golpe, los que salen a la calle y en su autenticidad dicen lo que piensan sin pasarlo por un estudio académico o una tesis de universidad, los que sí van a las aulas y los que solo conocen el “morir o matar”, podrían superar con mayor fuerza a las antiguas generaciones que demandaron un cambio estructural del sistema. Ésas son las expresiones juveniles que a 197 años de supuesta independencia, piden una verdadera emancipación política, aunque muchos sean abatidos.
De niño tuve un sueño en el que me vi marchando con la camisa blanca, de mangas largas, atravesada con una cinta color blanco y azul justo en el pecho. Hacía el saludo a la bandera y una serie de pasos de carácter militar, muy típicos en estos cuadros. Marchaba en el cuadro de honor, en el que te ponen si sos muy aplicado en clases, y es que a pesar de no ser tan aplicado en las tareas como otros niños, me habían seleccionado para formar parte del cuadro de honor en la escuela de mi pueblo gracias al buen índice académico. Eso provocó mi sueño.
Lo recordé esta semana cuando vi la ciudad atiborrada de banderas, cuando apenas inicia el mes. Banderas en locales comerciales, centros educativos, en carros, y hasta en bicicletas; las madres preocupadas por comprar los implementos que los niños necesitan para marchar, cada padre y madre de familia quiere que su hijo vista el mejor atuendo, los miembros de las bandas quieren lucir sus mejores pasos y toques, las palillonas y pomponeras quieren alardear de la belleza física que otorga su adolescencia.
En las comunidades del interior del país los vestuarios son menos pomposos por la falta de dinero, en aquel entonces yo apenas necesitaba cien lempiras, pero no tenía muchas posibilidades de conseguirlos, mi última oportunidad era mi primo que estaba ahorrando para ayudarme a cumplir mi sueño de ser patriota.
En ese tiempo no estaba escrito el libro MELANINA ni me gustaba la lectura y mucho menos tenía la posibilidad de hablar con Betún Valerio el autor del libro, de ser así me hubiera enterado hace mucho que el famoso Héroe lenca Lempira no luchaba por defender a Honduras, ni si quiera existía un país llamado Honduras. Tanto Lempira como el cacique Cicumba y muchos más lucharon por su libertad y la de su gente, la gente que habitaba en ABYA YALA. Quizá hubiera sabido que quienes nos pusieron el nombre de continente Americano fueron los europeos sin preguntar si ya tenía un nombre. Pude darme cuenta que nos dividieron en países sin importarles estratificar culturas enteras en muchas fracciones como los olmecas, aztecas o los mayas, que habitaban desde lo que hoy es México pasando por Guatemala hasta el occidente de Honduras, todo esto hicieron fundamentados en su “superioridad racial” implantando su idioma, su religión, sus prácticas sociales transformando casi totalmente las culturas.
Basta con echar un vistazo a los billetes de casi todas las denominaciones en nuestra moneda, fueron ellos, la minoría criolla quienes impusieron su superioridad racial sobre la mayoría de población indígena de nuestro país, y fundaron una república independiente (hoy día sus descendientes ostentan el poder) a esos próceres nos enseña el sistema educativo que debemos reverencia y respeto. Se habla de honrar la memoria de Francisco Morazán, el libertador centroamericano, nacido en Honduras quien luchó por una patria justa pero cuando los estudiantes exigen una patria justa son reprimidos por las fuerzas de seguridad que dicen honrar la memoria de Morazán.
Este año es mi hermanito de 8 años quien está emocionado por ser parte del cuadro de honor, cuenta las horas con una carita de emoción incontrolable esperando el día en que pueda salir a las calles y ser patriota, igual que yo hace años, es una lástima que el sistema siga replicando el mismo falso sentimiento de hondureñidad y civismo.
Publicitan septiembre, como el mes de una patria que no es ABYA YALA, como el mes del civismo. Mientras la Real Academia Española (RAE) define civismo como el comportamiento respetuoso del ciudadano con las normas de convivencia pública, irónicamente el aparato estatal es el principal promotor de las fiestas y es quien más viola las normativas en Honduras.
Al final, mi sueño de niño no se concretó porque mis padres apenas tenían para medio comer y mi primo no logró ahorrar lo suficiente para mi camisa y la cinta de honor. Perdí mi única oportunidad de expresar mi civismo interno, las lágrimas salieron de mis ojos mientras me colocaba en el pelotón como todos los años vistiendo la misma guayabera amarillenta de todo el año.
Caminé hacia una casa de madera muy maltratada. Había una cuarto algo pequeño, estaba muy oscuro. Allí estaba Miguelito, que con su mirada desesperanzadora, esperaba a sus padres que no regresarán; el camino los mató. Miguelito pasaba día y noche en ese cuarto, y su mirada era la misma. Su vida cambió, el camino no fue como lo esperaban sus padres.
Miguelito no puede decidir su propio futuro, la decisión de huir de la pobreza y la desesperación dejó en abandono a este niño que se suma a la larga cifra de niños abandonados ya sea porque sus padres migraron o porque fueron asesinados.
Según datos del INE en Honduras habían en 2016 3.4 millones de niños y niñas en Honduras. De ese total el 8% están en situación de orfandad, aproximadamente 266 mil menores no tienen madre ni padre y no se sabe si están vivos o muertos los progenitores. El Conadeh indica que 13,000 menores quedaron solos en los últimos diez años a causa de la violencia que les arrebató a su padre o madre.
Por otro lado, datos registrados por el Observatorio de la Violencia de Casa Alianza, en su Informe Mensual de febrero 2018, en los últimos 20 años registran 12 mil 371 casos de ejecuciones arbitrarias y muertes violentas de menores de edad.
De acuerdo a estas cifras, 52 niñas y niños son asesinados mensualmente en Honduras. De estas 12 mil 371 ejecuciones de menores, 7 mil 148 se registran en los últimos ocho años.
En la península de Zacate Grande, Nancy espera en una caseta ubicada en el desvío que lleva hacia la comunidad de Puerto Grande. Hace dos años que fue deportada de los Estados Unidos y ahora, junto a su esposo, conducen un par de mototaxis que representan uno de los pocos medios de transporte en esta comunidad olvidada del sur del país. A veces la espera por un cliente es eterna, en esta región las oportunidades de trabajo se reducen a la pesca y agricultura, por eso es mejor caminar varios kilómetros que gastar los 30 lempiras que cuesta el pasaje.
“Yo viví diez años allá y las condiciones de vida son totalmente diferentes, aquí solo hay un centro de salud y ni doctor hay”, menciona mientras maneja con osadía a través de los pedregosos caminos que conducen hacia Puerto Grande. Durante los treinta minutos que dura el viaje, Nancy señala muchas casas en construcción y hasta una cancha de fútbol con grama artificial, dice que todo lo pagan las remesas de los familiares que por las condiciones de vida en esta comunidad fueron obligados a migrar.
Nancy vive en un territorio que podría convertirse en un experimento, uno por el que apuesta el gobierno para hacer desarrollar las zonas deprimidas del país: una Zona Especial de Desarrollo (ZEDE).
La historia de precariedad de Zacate Grande ha sido siempre la misma, ubicada en el municipio de Amapala en el sur del país, era una isla hasta 1970 cuando se hizo un relleno para conectarla con tierra firme. La idea era convertir esa zona en el puerto más importante de la región. Los planes nunca se concretaron, pero la riqueza natural, sus playas de arena volcánica y su ubicación estratégica en el Golfo de Fonseca no han permitido que los empresarios nacionales y extranjeros quiten su mirada de ella.
Nancy quiere irse otra vez. En Estados Unidos ganaba hasta 2400 lempiras diarios ($100) pero desde que regresó, con esfuerzo obtiene 600 lempiras ($25), entre ella y su esposo.
Estas comunidades que desde hace décadas se han enfrentado al abandono que les ha obligado a migrar, ahora son amenazados con el despojo que representaría la construcción de una Zona de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE). Nancy quiere irse, pero la historia no es igual para todos. Hay un grupo de mujeres y hombres que se resisten a abandonar sus tierras a pesar de la precariedad y la persecución.
Nancy recientemente fue deportada de Estados Unidos junto a su esposo, ahora se dedica a movilizar gente en moto taxi dentro de la comunidad de Puerto Grande.
Los muros que han fallado
A Nancy la deportaron de un país que pretende amurallarse para evitar que los abandonados de Centroamérica crucen a buscar mejores oportunidades de vida. En Puerto Sierra, una comunidad al otro lado de donde ahora vive, adonde regresó Nancy, los pobladores destruyeron un muro que los terratenientes edificaron para reclamar como propio un predio que habían acondicionado como estacionamiento y que se encuentra cercano al manglar y el mar.
El manglar es sumamente importante para las familias de esta zona, entre sus raíces se arrastran para meter las manos en el lodo y sacar curiles. Una clase de almeja que contiene uno de los alimentos fundamentales para la dieta de estas comunidades.
“Yo tengo entendido que el manglar no le pertenece a nadie. Porque el manglar y el mar no son de nadie, solo de Dios”, dice doña María Veneranda Cruz de 64 años, habitante de esta comunidad. Ella es pescadora de curiles y se dio cuenta hace unos días que tiene orden de captura por daños a la propiedad privada en perjuicio de Jorge Cassis, uno de los terratenientes más importantes de la península de Zacate Grande.
“Nos pusimos a limpiar aquel predio de allá enfrente, era un gran montarral de espinas. Nos decidimos como mujeres porque no hay trabajo, lo limpiamos para semana santa. Con sudor y esfuerzo botamos piedras y palos, para que resulte que cuando ya vio el predio bonito ha querido sacarnos y ha querido meternos presas –relata doña Veneranda, mientras al menos diez niños se acercan para escuchar– no le estamos robando, allí está la tierra. Solo era para obtener un beneficio para estas criaturas, ganarnos dos pesitos por lo menos.”
La pobreza y falta de oportunidades en las trece comunidades que componen la península de Zacate Grande es visible hasta en el material con el que están construidas sus casas. Según un diagnóstico de la región sur elaborado por el Instituto de Derecho Ambiental de Honduras (IDAMHO), seis de cada diez casas están hechas de adobe, bajareque o material de desecho. En cuanto al acceso al agua, siete de cada diez casas no tienen acceso directo al agua potable, y de las que tienen conexión o tubería interna solo 70% están conectadas con el servicio público del agua.
En esa misma comunidad vive Santos Hernández, a quien ya se le dictaminó una condena de cinco años por usurpación, daños a la propiedad y amenazas en perjuicio de Jorge Cassis. Junto a su esposa e hijo menor, vive en una casa construida con cañas entretejidas y unidas con una mezcla de tierra húmeda y paja que se le conoce como bajareque. Hace un tiempo trabajó para Miguel Facussé pero fue despedido sin el pago de sus prestaciones, según cuenta Hernández.
Miguel Facussé era el mayor terrateniente y empresario del país, desde los años 90 tomó posesión de la península de Zacate Grande para ampliar su poderío sobre la tierra hondureña. Fue presidente de Corporación Dinant, una empresa encargada de la producción y distribución de productos. Uno de los episodios más recordados en la comunidad sobre este terrateniente es cuando en 2003, según cuentan los pobladores, decidió regalar por motivo de la boda con su hija, una playa de la zona a su nuevo yerno y heredero en el poder económico, Freddy Nasser, quien es líder de uno de los emporios energéticos más importantes de la región.
Cada seis meses, miembros de la comunidad hacen limpiezas de camino, bajo el sol del sur, para que Nasser les regale una pequeña bolsa con víveres que no les duran ni una semana. Con esto según dice doña Veneranda “se tiene comprados a muchos que lo defienden”.
Convencido de que las condiciones de vida en su comunidad deben cambiar, Santos observa a su familia y dice: “Si yo muero pues que los demás sigan en la lucha, porque aquí hay que lograr algo. Mire la casa en la que vivo y los ricos en grandes mansiones y con el amor de la playa”.
Mientras tanto, Santos asegura que el problema actual de acusaciones por usurpación tiene su origen en las ciudades modelo ya que antes no había existido un conflicto tan fuerte con los terratenientes de la zona, en su caso con Jorge Cassis.
Jorge Cassis es descendiente de árabes y según el testimonio de los pobladores de la zona solo llega a la comunidad cuando se siente afectado por las acciones de los pobladores que habitan Puerto Sierra. A Cassis no se le encuentra fácilmente, intentamos buscar quien llevaba su caso y no hay acusadores privados, solo los fiscales del Ministerio Público de Nacaome a cargo de los procesos.
Las islas de las Almejas y del Amor son unas de las pocas islas que se encuentran sin privatizar en la Península de Zacate Grande.
Nacimiento de las ZEDEs
Las alarmas en el sector empresarial se encendieron en 2008 cuando un decreto aprobado por el Congreso Nacional establecía la creación de una comisión especial para elaborar el inventario oficial de expedientes con mora agraria y pendientes de una resolución final por parte del Instituto Nacional Agrario (INA). Se pretendía dar solución a conflictos agrarios dados desde 2006. Antes de que los conflictos en el sur se solucionaran, el gobierno de Manuel Zelaya Rosales recibió un golpe de Estado.
Después del golpe de Estado en 2009, mientras el país sufría el aislamiento internacional y en las calles se respiraba miedo y gas lacrimógeno, Paul Romer, un economista de la Universidad de Chicago, exponía en una charla el concepto de Charters City en la que proponía que un país desarrollado se hiciera cargo de una zona despoblada de un país subdesarrollado, imponiendo sus propias leyes y políticas económicas para atraer la inversión y por consecuencia el bienestar social.
Octavio Sánchez, jefe de gabinete del gobierno del ex presidente nacionalista Porfirio Lobo, se convirtió en su principal promotor en el país y buscó personalmente a Romer para que expusiera su idea ante Lobo. En 2011 se aprobó la ley de las Regiones Especiales de Desarrollo (RED) en el Congreso Nacional presidido por Juan Orlando Hernández y supuso la modificación de dos artículos de la constitución.
Julio Raudales, secretario de Planificación y Cooperación Externa en ese gobierno, planteó: “Por qué no ofrecerles a los hondureños la oportunidad de quedarse en su país en vez de emigrar a Estados Unidos, creando un territorio con reglas y normas de Estados Unidos”.
En 2012, después de varios recursos presentados por diversas organizaciones de sociedad civil, las RED fueron declaradas inconstitucionales en un fallo de la Corte Suprema de Justicia en el que la única persona que votó en contra de declarar inconstitucional esta iniciativa fue Óscar Chinchilla, ahora Fiscal General de la República en su segundo mandato y estando en ese puesto emitió un segundo dictamen a favor de la segunda versión de esta ley que se conocería como Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE).
En la entrada a Playa Blanca y comunidad de Puerto Sierra pueden verse dos letreros, uno colocado por la Secretaría de Turismo y otro hecho por la comunidad que hoy busca no ser despojada de su territorio.
Las ZEDEs nacen supuestamente para mejorar las condiciones de vida de la población hondureña, pero la Delegación Investigativa del Gremio Nacional de Abogados con oficina en Estados Unidos, concluyó en un informe de 2014 que “son enclaves favorables a los inversionistas, gobernados por sus propias leyes, tribunales y sistemas de impuestos. Fueron propuestas para fomentar el crecimiento económico y los empleos, pero en realidad proveen la base legal para la adquisición corporativa de territorios dentro de Honduras”.
Fernando García, analista. Foto: Martín Cálix.
Fernando García, ex comisionado presidencial de la Estrategia para la Reducción de la Pobreza y estudioso de este fenómeno, dice que “lo grave y la diferencia sustantiva de esta nueva ley, entre nuestra versión de las ciudades modelos y las que se desarrollan en otros países es que aquí se pierde totalmente la soberanía nacional, territorial y popular respecto a los territorios donde se van a implantar”.
Según lo indica el decreto, muchos derechos fundamentales de los ciudadanos hondureños que vivan dentro de las fronteras de las ZEDEs no serían protegidos bajo la nueva ley. Esos derechos incluyen los derechos al Habeas Corpus y Amparo, la inviolabilidad del derecho a la vida, la garantía contra el trabajo forzoso, la libertad de expresión, las libertades de reunión y asociación, el derecho a no ser detenido salvo de manera legal, entre otros.
Dos niños juegan fútbol en la comunidad de Playa Blanca, a pocos metros del muro que les colocó el terrateniente Jorge Cassis.
Dentro de la Ley Orgánica de las ZEDEs se estipula que para que el Congreso Nacional declare una zona de desarrollo, solo necesitará una autorización por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el voto mayoritario de los diputados. Al crearse esta ley se incluye al Golfo de Fonseca y el mar Caribe como zonas con densidad poblacional baja, convirtiéndoles en los principales candidatos para formar parte de estas Zonas de Empleo, ya que no necesitarán la aprobación de ningún otro instituto.
Aunque todavía no hay claridad absoluta del lugar donde se pondrá en marcha el proyecto, hay diversos indicios y pruebas que generan la sospecha de que será el sur del país donde se lidere este experimento. Eso indicó en twitter Juan Orlando Hernández en su momento.
Contento de tener en mis manos el Estudio de Factibilidad que nos permitirá el desarrollo en la Zona Sur del país (1)
Además, en 2016 el delegado presidencial y asesor del presidente Juan Orlando Hernández en temas de defensa y seguridad, René Osorio, afirmó que el tratado que se firmó entre Honduras y Corea del Sur quedó listo y estaban a la espera de empresarios coreanos que vienen a afinar los últimos detalles en Amapala.
Un estudio de factibilidad, valorado en cuatro millones de dólares, fue realizado por la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (KOICA), en miras a tres municipios del departamento de Valle: Alianza, Nacaome y Amapala. Reynaldo Sánchez, titular de la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social, aseguró en 2014 que serían 100 mil empleos los que se producirán a través de la instalación de las ZEDEs en el país.
Sin embargo, los pobladores de las comunidades se sienten cada vez más amenazados por los grandes terratenientes que al parecer descubrieron una mina de oro, buscan mayor establecimiento en esas tierras y pueden provocar desalojos más violentos.
“Es una zona estratégica, hay un potencial turístico, hay islas que todavía están deshabitadas en las que se puede acampar –asegura Gerardo, coordinador de la radio Voz de Zacate Grande ubicada en la comunidad de Puerto Grande– por eso esta gente quiere acaparar esta tierra y construir las ciudades modelo”, finaliza.
Un niño camina sobre el solar que durante años la comunidad de Puerto Sierra se dedicó a arreglar como parqueo para turistas, ahora pelean este terreno con Jorge Cassis.
Una región en el abandono
En esta región 7 de cada 10 personas son pobres, según un informe del Foro Social de Desarrollo y Deuda Externa de Honduras (FOSDEH). Además es una zona que no escapa de la violencia generalizada al haber cerrado el año 2017 con un promedio de 23 asesinados por cada cien mil habitantes, una media que está debajo del promedio nacional pero que no deja de ser alarmante. Estas situaciones, sumadas a la falta de infraestructura económica y social ha provocado la migración de los pobladores de la zona.
Al ser deportada, Nancy tuvo que dejar a una de sus hijas en Estados Unidos. Si su hija viviera en Zacate Grande, estaría destinada a quedarse en noveno grado porque en las trece comunidades de la zona solo existen dos centros básicos. Los jóvenes son forzados a migrar hacia otros municipios del departamento para poder seguir estudiando. Pero con los escasos recursos económicos de la zona esa movilización resulta imposible y muchos terminan dedicando su vida a la pesca.
Doña Veneranda muestra sus manos ásperas después de tantos años de trabajo, tampoco tuvo oportunidad de estudio y se dedicó desde los diez años a la pesca. Ella sabe que los medios de subsistencia son escasos, y la venta del curil o pescado que recolectan es una de las opciones más factibles en tiempos de crisis, o sea casi siempre.
Padece de alta presión y diabetes pero para conseguir medicamentos tiene que pagar un carro que la lleve hasta el hospital de San Lorenzo, Valle, que queda aproximadamente a dos horas de camino. Eso cuando logra conseguir dinero para el medicamento, por ahora no tiene un lempira, solo ha comido un pepino en todo el día y son las cuatro de la tarde.
A pesar de la dificultad, la opción de migrar a Estados Unidos no es algo que esta anciana se haya planteado. Desde que llegó a Puerto Sierra hace 54 años con su mamá y sus nueve hermanos, ha estado segura de que si tiene que morir defendiendo su hogar, lo hará. Jorge Cassis, acusó de daños a la propiedad privada a ella, dos mujeres más y un compañero de la comunidad por lo que ahora enfrentan orden de captura. En 2015 dos personas más ya habían sido procesadas por esta misma situación.
María Venerarda, una de las habitantes de la comunidad de Playa Grande que enfrenta procesos judiciales por la lucha de territorio.
Veneranda Cruz, sufre de diabetes y apenas puede caminar, está acusada de haber destruido un muro que en 2013 Jorge Cassis levantó en un predio que los miembros de la comunidad habían acondicionado para cobrar parqueo y vender comida en las temporadas de verano, de esa manera ganarían algo de dinero para su sustento diario. Doña Veneranda tuvo que haber levantado una almágana de al menos 20 libras para ayudar en la destrucción de ese muro de piedra y cemento, la acusación es contra una anciana que apenas puede levantarse de la hamaca en la que está sentada.
“Nosotros no sabemos quién derrumbó ese muro, agarraron a quien tenían por delante –dice con voz entrecortada y nostálgica– cuando vinimos acá no había problemas de tierra estaban sueltas todititas las tierras, todas. Cada quien agarraba su pedacito y convivía.”
Sin embargo, aunque el conflicto se recrudeció desde el año 2000, las tierras del sur de Honduras desde siempre han sido motivo de interés para empresarios, políticos e incluso militares extranjeros.
Una de las nietas de doña Venerarda la observa contar los años de sufrimientos que ha vivido por la lucha de tierras en Playa Blanca.
Del cine a las Ciudades Modelo
En 1953 Glenn Ford llegó a la isla de Amapala para filmar la película “Una cita en Honduras”. Además de ser la primera mención de nuestro país en Hollywood, esta película narra la aventura de un norteamericano que viaja a la isla centroamericana para darle dinero a la contrarrevolución y liberar al país de un dictador totalitario.
Fuera de la ficción, la región sur del país tuvo en los años 80 gran importancia estratégica militar para los Estados Unidos al coordinar desde ese lugar la Doctrina de Seguridad Nacional en Centroamérica. Una investigación del sociólogo argentino Esteban De Gori señala que el gobierno hondureño aceptó y promovió la política estadounidense de lucha en las fronteras de El Salvador y Nicaragua. El Golfo de Fonseca habría sido un lugar estratégicamente ideal para la operación contrarrevolucionaria encargada a jefes militares argentinos que entrenaban a los contras en este país centroamericano.
La Doctrina de Seguridad Nacional y su llegada a Centroamérica tiene su origen en la presidencia norteamericana de Ronald Reagan. En ese sentido el apellido Reagan vuelve a aparecer y verse interesado en esta región de América con la integración del Michael Reagan, hijo del expresidente estadounidense, en el Comité para la Adopción de Mejores Prácticas (CAMP) de las ZEDEs.
El CAMP es responsable de nombrar y destituir al Secretario Técnico, director ejecutivo de la ZEDE, quien ejerce poder ejecutivo y legislativo en las zonas de desarrollo. También está a cargo también de la planificación y el desarrollo de las ZEDEs, de la aprobación de todos los reglamentos internos y de cubrir los puestos vacantes de la misma comisión. Según la Delegación Internacional de Abogados “los amplios poderes desenfrenados del CAMP también son una causa de preocupación.”
Entre los primeros 21 integrantes de esta comisión se encontraba también Mark Klugmann, reconocido asesor político en Estados Unidos y Latinoamérica.
Para Fernando García, la exclusión de la población originaria de esos territorios es un proceso que ya se ha iniciado y piensa que la situación de abandono en la que está sumergida la región sur del país es la evidencia de una política de genocidio por goteo, es decir el exterminio de la población originaria poco a poco, casi por asfixia. Para este economista las muertes pueden parecer circunstanciales: Enfermedades gastrointentales o broncorespiratorias, pero la causa original será la desnutrición en grado crónico por la falta de acceso a la tierra que les impide la producción de los alimentos.
Madre camina junto a su hijo hacia la comunidad de Playa Blanca que se encuentra a unos 15 minutos de recorrido en vehículo.
El muro que fue colocado por el terrateniente para separar a la comunidad del parqueo que durante años trabajaron para atraer turistas a su zona.
Una de las tres escuelas de Puerto Grande.
El genocidio sistemático al que se enfrentan los pobladores de Zacate Grande podría acelerarse ante las amenazas de que los terratenientes impidan el paso hacia el manglar colocando un muro que colinde con la carretera que quieren ampliar sobre las raíces donde se esconden los medios de vida de esta población.
“Tenemos que morir aquí, si nos tienen que sacar muertos pues muertos nos van a sacar. Aquí tenemos a nuestros niños, a nuestros nietos, para dónde vamos a agarrar –menciona rodeada por estos niños–. Somos hondureños, no somos de otro país, Dios hizo el cielo y la tierra así que nos pertenece un pedazo de tierra, me parece a mí”, para doña Veneranda todo está muy claro. Ésta es una lucha que iniciaron y que van a terminar.
El viernes 31 de agosto fue la segunda intentona de Jimmy Morales. No fue solo su segundo golpe en la mesa en su pretensión por deshacerse de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) y así blindarse él y a sus acólitos de investigaciones criminales presentes y futuras. Fue también un nuevo gesto que busca dejar claro que él es el comandante en jefe; el hombre fuerte. La primera vez, hace un año, cuando quiso deshacerse del magistrado colombiano Iván Velásquez, jefe de Cicig, el asunto no le salió bien al presidente: acorralado entonces por las investigaciones en su contra y por alianzas más bien frágiles, Jimmy dio marcha atrás; pero era un repliegue táctico, de un año casi exacto, durante el cual el mandatario ganó más aliados, construyó cabildeos eficientes entre los grupos conservadores que le dieron vida política en Guatemala, maniobró para sembrar dudas en Washington sobre Velásquez y la Cicig y aprovechó el aparente debilitamiento de la euforia civil que generó la corrupción de su antecesor, Otto Pérez Molina, en 2015. Esta es la segunda intentona de Jimmy Morales de ganar esta batalla por Guatemala y sus instituciones.
La reunión con el funcionario guatemalteco de la fiscalía está a punto de terminar. La plática, off the récord, ha pasado ya por algunos de los puntos más relevantes de la investigación por financiamiento electoral ilícito contra el presidente Jimmy Morales y su partido, el Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), que llevó el mes pasado al Ministerio Público a hacer al Congreso guatemalteco una tercera petición de antejuicio al mandatario.
De pronto, el funcionario vuelve la mirada a su teléfono móvil:
“¡Quéee!”, exclama extrañado.
Y se responde:
“Hay tanques alrededor de la Cicig… Este (el presidente) capaz saca al comisionado…”
La reunión, queda entendido, ha terminado. El funcionario, abrumado ya por mensajes y llamadas que no cesan, se despide rápido. Son poco menos de las 11:30 de la mañana del viernes 31 de agosto. Una hora y media después, el investigador envía un mensaje de texto: “Sacó a la comisión…”
Ha terminado entonces una conferencia de prensa en la que el presidente Morales ha anunciado, flanqueado por su ministro y viceministro de Gobernación, su ministra de Exteriores, el de Defensa y unas dos docenas de jefes militares que, uniformados de fatiga, lo saludan mano en la frente, que su gobierno ha decidido no renovar el mandato de la Cicig, que vence el 3 de septiembre de 2019.
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La primera foto de los tanques a los que se refería el funcionario llega por mensajería electrónica de un empleado de la Cicig. No son tanques en realidad, son jeeps J-8 artillados de fabricación estadounidense que Washington ha donado al ejército guatemalteco recientemente para “combatir el narcotráfico”.
Cuando esa primera foto llega a las redes de mensajería de periodistas locales, justo a las 11:24 de la mañana, ya hay movimiento de oficiales de protocolo en el palacio presidencial de Guatemala: al menos una hora antes la secretaría de comunicación de la presidencia había convocado una conferencia de prensa sin mencionar el tema a tratar. La comparecencia ocurrirá pasado el mediodía y el asunto quedará claro. Jimmy Morales anuncia a la nación y al mundo que la Cicig no va más, o al menos que no irá más el próximo año. El presidente dice que ha decidido no renovar el mandato de la comisión, lo cual es su potestad y explica que ha mandado una carta al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, informándole.
La decisión, asegura Morales, viene después de gestiones diplomáticas que lo llevaron a él y a su canciller, Sandra Jovel, a denunciar lo que el jefe del Gobierno llamó “persecución penal selectiva, con sesgo ideológico evidente, sembrando terror judicial en Guatemala”. A Iván Velásquez Morales lo acusó, en su alocución del viernes, de lo mismo por lo que el MP y la Cicig han pedido levantar la inmunidad que le protege: actos de corrupción e impunidad.
Morales también dijo que es el momento de que la comisión internacional empiece el traspaso definitivo de funciones y capacidades a las instituciones nacionales a las que ha apoyado.
El presidente habló acuerpado por varios de los máximos jefes del Ejército de Guatemala, lo que no parece casual en el caso de este mandatario que llegó a la silla más importante el Ejecutivo aupado en buena medida por viejos oficiales perseguidos por la justicia por su presunta participación en crímenes de guerra, como es el caso de Edgar Ovalle, un coronel al que la justicia persigue desde 2016 por crímenes de lesa humanidad.
En una crónica que publicó sobre los hechos del 31 de agosto pasado, el periódico Plaza Pública hizo eco de versiones “repetidas en varios espacios políticos” ese día según las cuales el presidente se disponía a anunciar medidas más drásticas, como la suspensión de algunas garantías constitucionales para evitar desórdenes tras su anuncio.
Edgar Gutiérrez, ex canciller de Guatemala, publicó el lunes 3 de septiembre en El Periódico una versión similar: “El presidente (y sus colaboradores) darían el anuncio de la expulsión de Iván Velásquez y la suspensión de garantías civiles y políticas para ‘prevenir desórdenes callejeros’”, escribió. Factum consultó en Ciudad de Guatemala con dos fuentes diplomáticas sobre la verosimilitud de esta versión. Ambas dijeron que habían escuchado informaciones similares la mañana del 31 de agosto.
Los jeeps artillados, los coroneles, los uniformes. Lo cierto es que esa puesta en escena tan centroamericana de los años 80 y 90, la del presidente rodeado de uniformados que le saludan con el gesto grave, es la última movida de Jimmy Morales en una partida de ajedrez político que, en realidad, empezó hace poco más de un año, en agosto de 2017, cuando el presidente intentó por primera vez deshacerse de Iván Velásquez.
El inicio de las hostilidades
Esa partida entre Jimmy Morales y la Cicig de Iván Velásquez empezó hace un año, el 26 de agosto de 2017. Pero esa metáfora, la del ajedrez, sirve apenas para describir la batalla por las instituciones de Guatemala, reclamadas de nuevo por las élites económicas y grupos políticos que, de acuerdo con investigaciones del MP y la comisión internacional, tienen vínculos añejos con los grupos de crimen organizado más importantes del país.
En juego está, dice uno de los principales actores de la trama, que el Estado guatemalteco no se libere nunca de las viejas prácticas corruptas que lo arrodillan.
“Desde el 2014, el diseño de las líneas investigativas de la Cicig parte de una hipótesis: la captura del Estado. Lo que las investigaciones han demostrado es que, efectivamente, eso es una realidad. Y entonces cuando se producen fenómenos de captura del Estado, que no son los problemas de cooptación específica o sectorial, sino que es realmente una captura, uno podría decir prácticamente total del Estado”, dijo durante una conversación en su despacho el colombiano Iván Velásquez, jefe de Cicig.
En 2015, miles de guatemaltecos se volcaron a las calles para pedir la renuncia de Otto Pérez Molina, entonces presidente, acusado de corrupción. El apoyo popular a las luchas anticorrupción, al menos en las calles y plazas, parece haber disminuido. Foto FACTUM/Archivo.
La animadversión de grupos empresariales a Cicig y el MP no fue tal mientras las investigaciones no tocaron a varios de los conglomerados económicos privados más importantes del país o al expresidente Álvaro Arzú Irigoyen, a quien las investigaciones vinculan con Byron Lima, un militar asesinado en la prisión donde purgaba pena por su relación con el asesinato en 1998 del obispo Juan Gerardi, autor de un reporte sobre atrocidades cometidas durante la guerra civil del país, la mayoría atribuibles a fuerza militares y de inteligencia estatal.
Velásquez lo describe así: “Entendieron que no iba a haber privilegios… que se iban a presentar las investigaciones como fuera, y si un banquero o un gran empresario o un político resultaban involucrados… se presentaba (la acusación) sin importar de quién se tratara”.
Eso, dice el jefe de Cicig, “asusta”. El comisionado acude a algunas de las frases de la narrativa que el poder económico afectado por las investigaciones empezó a usar, como “se va a destruir el país”, “se va a desestimular la inversión”, “todo tiene un límite”, antes de lanzar dos preguntas retóricas de su propia cosecha: “¿Cuál es el cuidado que hay que tener con la verdad? ¿Es por lo que se está luchando por la verdad independientemente de a quién afecte?”
En el Ministerio Público, media docena de fiscales consultados desde principios de 2018 coinciden en que una vez destapado en 2015 el caso de La Línea, el esquema de corrupción y defraudación aduanera cuyos principales beneficiarios eran el expresidente Pérez Molina y la exvicepresidenta Roxana Baldetti, se abrieron diversas líneas de investigación que terminaron llevando a despachos de grandes conglomerados empresariales.
“Empezaron a salir casos que implicaban a empresarios fuertes… a empresas que captaban dinero de comisiones delictivas”, dice un agente del MP que habló bajo condición de anonimato.
En 2015, cientos de miles de personas se reunieron durante varios días de junio en la plaza central de la ciudad y en otras localidades a exigir las renuncias de Pérez y Baldetti. Según notas de prensa de esa época, en la plaza se juntaban empresarios, estudiantes, indígenas, sindicalistas a ondear la bandera guatemalteca y a clamar por el fin de los corruptos. Eso ha cambiado.
“Se generó, si no fractura, por lo menos un menor compromiso de otros sectores, ya en esa lucha contra la corrupción, y finalmente todo se fue diluyendo y estamos en la situación en que estamos”, reflexiona el comisionado Velásquez.
María Eugenia Solís, una abogada y defensora de derechos humanos guatemalteca que ha seguido de cerca los procesos políticos de cambios en el sector justicia de su país, cree que “la lucha contra la corrupción era popular cuando era contra los igualados (como se llama en el uso coloquial del lenguaje en Guatemala a funcionarios que se enriquecen mientras están en sus cargos, pero no comparten orígenes con las clases altas del país), hoy que es contra Arzú no es tan popular”.
Álvaro Arzú Irigoyen, el expresidente y alcalde sempiterno de la capital, fue hasta antes de su muerte en abril de este año el rostro más visible de la cruzada contra Cicig además del de Morales. Famosa es en Guatemala la estampa del exalcalde, blanco, alto, desafiante, irrumpiendo en la conferencia de prensa en que Velásquez detallaba las sospechas de alianzas entre Arzú y Byron Lima. “Mentira… Es mentira”, repetía Arzú, el rostro rojo por la ira.
A partir de entonces, el alcalde tejió una madeja política para colocar a su hijo, Álvaro Arzú Escobar, como presidente del Congreso, y para reinstalarlo luego de que la Corte Constitucional adversara la primera elección de junta directiva de la legislatura. El alcalde cimentó su alianza con el presidente Morales y se posicionó, desafiante, como la cabeza de un movimiento que, de acuerdo con su discurso y el de sus acólitos, busca rescatar Guatemala.
Esa junta directiva de los Arzú fue capaz de sobrepasar una resolución de la Corte de lo Constitucional que declaró ilegal su elección, gracias a las alianzas entre los diputados del FCN -el partido de Morales-, del Partido Patriota -del expresidente Pérez Molina- y otras nuevas formaciones políticas con vínculos compartidos. Ese Congreso desechó la primera petición del MP, hecha el año pasado, de levantar la inmunidad del presidente para que respondiera por cargos de financiamiento electoral ilícito.
Un diplomático acreditado en Guatemala resume así los movimientos políticos que lideraron Arzú y el presidente Morales: “Es el contraataque por el control absoluto del poder”.
El poder amenazado
A inicios de diciembre de 2016, la fiscalía guatemalteca pidió la inmovilización de 12 inmuebles relacionados con Alejandro Sinibaldi, excandidato presidencial y ministro de comunicaciones durante el gobierno del presidente Otto Pérez Molina. Investigaciones del Ministerio Público y la Cicig ponían a Sinibaldi en el centro de una de las tramas de corrupción que había terminado con el gobierno de Pérez en 2015. Las pistas que los fiscales encontraron en esos allanamientos los llevaron, entre otras, a una bodega en la zona 5 de la capital. Lo que los agentes del Ministerio Público vieron al llegar ahí les confirmó que el poder al que investigaban era más grande de lo que suponían y haría todo lo posible por protegerse.
En la bodega de la zona 5, relacionada con Constructora Benelli, una de las empresas asociadas a Sinibaldi, había, dice una fuente guatemalteca relacionada con las investigaciones, rastros de papeles quemados: la red de corrupción, en la que estaban incluidos Pérez Molina, su vicepresidenta Roxana Baldetti y media docena de sus ministros, intentaba ocultar sus huellas, que, pronto se sabría, incluían a algunos de los conglomerados empresariales más poderosos de Guatemala.
Con sumo sigilo y bajo el más absoluto hermetismo, el MP y Cicig continuaron la investigación. No más de 10 personas sabían todos los detalles de las pesquisas, según un investigador consultado en Guatemala, quien habló bajo condición de anonimato para no interferir con casos judiciales que continúan abiertos.
Tres días después del allanamiento en que los fiscales encontraron papeles quemados, miembros de la red criminal cotizaron bodegas en la zona 12 de la ciudad. Pero a esas alturas ya los investigadores habían intervenido casas de colaboradores de Sinibaldi y otros depósitos industriales donde encontraron archivadores electrónicos y papelería en los que se detallaba los sobornos que grandes empresarios del país hacían a la red del ministro para garantizar contratos y agilizar la llamada deuda de arrastre, que es como se llama a los desembolsos que hace el Estado contra entrega de obra pública contratada.
“Un allanamiento nos llevaba a otro… lo trabajamos siempre de forma muy hermética. A veces solo 6 investigadores y los jefes sabían. A la Policía solo le avisábamos el mismo día dónde eran los allanamientos, pero ellos no sabían a qué iban”, cuenta el investigador.
La investigación a la red de Sinibaldi, conocida en el MP como “Corrupción y construcción”, es uno de varios expedientes que se abrieron a partir del caso conocido como La Línea, un esquema de corrupción aduanera que dirigían directamente Pérez Molina y Baldetti, según las autoridades. A partir de La Línea también se abrieron expedientes que involucraban directamente a algunos de los apellidos más añejos, adinerados y poderosos de las viejas elites guatemaltecas.
En “Corrupción y construcción”, por ejemplo, terminaron involucrados Asfaltos de Guatemala, Pavimentos de Guatemala, CONASA S.A. y otras constructoras relacionadas con capitales tradicionales del país. Entre los acusados por este caso están José Luis Rodrigo Agüero Urruela, ex presidente de la Cámara Guatemalteca de la Construcción y de la Junta Monetaria del país; Álvaro Mayorga Girón, también ex presidente de la Cámara y socio de CONASA, una de las ocho empresas más grandes de Guatemala; y Pedro Luis Rocco, también miembro de la Cámara a finales de la década pasada.
En corto, el esquema de corrupción entre funcionarios y constructoras funcionaba así: los oficiales cobraban sobornos para agilizar contratos o devoluciones fiscales; lo hacían creando empresas de cartón en la que los empresarios pagaban por servicios no prestados. Por ejemplo, según el expediente, entre 2012 y 2014, la empresa Asfaltos de Guatemala pagó 12,830,540.13 quetzales (1.75 millones de dólares) a Constructora Benelli, relacionada a Sinibaldi y una de las allanadas por el MP.
De La Línea, han dicho tanto Cicig como el MP, se desprendieron, además de casos como “Corrupción y Construcción”, otro conocido como “Cooptación del Estado”, que incluye esquemas de financiamiento electoral ilícito por parte de grandes empresas y de sobornos a cambio de contratos públicos.
El pasado 25 de enero, Cicig y MP convocaron a su segunda conferencia de prensa esa semana para revelar detalles cobre un caso de tráfico de influencias que incluía a varios funcionarios y exfuncionarios a los que ambas entidades han identificado como operadores de la corrupción, entre ellos Felipe Alejos, un diputado que es miembro de la junta directiva que preside el hijo de Álvaro Arzú Irigoyen. Entre los señalados también está Ingmar Iten, un empresario que importa y exporta desperdicios metálicos y que de acuerdo con El Periódico ha tenido relaciones políticas con el coronel Edgar Ovalle, quien hoy es prófugo de la justicia por otro caso y fue uno de los principales operadores políticos del presidente Morales.
Alejos, Iten y otros, dicen Cicig y MP, formaban parte de una estructura que funcionaba con esquemas parecidos al de “Corrupción y construcción” para gestionar la agilización del pago de devoluciones impositivas a grandes empresas previo cobro comisiones ilícitas por ello. Alejos era uno de los principales intermediarios entre los empresarios y funcionarios de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT). En total, en este último caso, bautizado como “Traficantes de influencias”, estarían implicados tres ex jefes de la SAT.
Y es quizá este caso uno de los que mejor describe las marañas políticas y empresariales que se esconden detrás de los esquemas de corrupción descubiertos por Cicig y el MP. Alejos, contra quien ya la fiscalía guatemalteca pidió antejuicio, estuvo en la órbita de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), del expresidente Álvaro Colom, y ha sido uno de los peones claves en la operación por el control del Congreso de la que formaron parte el expresidente Arzú y su hijo. Mario Leal, otro de los implicados, fue candidato a vicepresidente de la UNE. Iten tiene vínculos con los operadores políticos cercanos al presidente Morales. Y así.
Pero de todos los expedientes el que tiene el potencial de sepultar a Morales es el que está abierto en la tercera planta del edificio que alberga al Ministerio Público en el centro de la Ciudad de Guatemala, la zona 1, donde está la unidad de delitos electorales. Ahí hay detalles e indicios sobre posible financiamiento ilícito del FCN achacable directamente al presidente.
En la cuarta planta está la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Impunidad (FECI), que trabaja de la mano con los investigadores de Cicig y ha sido una de las mayores protagonistas en la persecución penal de las estructuras criminales de cuello blanco. Una de las claves del éxito de la FECI ha sido, como en el caso “Construcción y corrupción”, el hermetismo, el manejo compartimentado de la información, que al decir de un jefe fiscal consultado ha evitado las filtraciones a los investigados, algo que antes era común.
Eso, sin embargo, parece estar en peligro desde que el 26 de enero pasado el presidente Morales destituyó a Francisco Rivas, el joven ministro de Gobernación que había estado trabajando de cerca con Cicig y el MP, y que entre otras cosas apoyaba el uso compartimentado de la información. También fue destituido el viceministro Ricardo Guzmán, quien 24 horas antes había comparecido junto al comisionado Velásquez y la fiscal general Aldana en la conferencia de prensa sobre el caso “Traficantes de influencias”.
El presidente Morales nombró a Enrique Degenhart como ministro y a Kamilo José Rivera Gálvez como viceministro. Rivera Gálvez fue muy cercano a Víctor Rivera, alias Zacarías, un oscuro agente venezolano que fue asesor de las policías de El Salvador y Guatemala y fue señalado en ambos países por crímenes que van de las ejecuciones extrajudiciales a la obstrucción de justicia. El actual viceministro también testificó en España en el juicio contra el ex ministro de Gobernación Carlos Vielmann, juzgado y absuelto de ordenar ejecuciones en una cárcel guatemalteca. De acuerdo con una fuente del Ministerio Público, una de las primeras órdenes que dio Kamilo Rivera a sus subalternos al llegar al despacho fue que todas las peticiones del MP tenían que pasar por su despacho.
Todo esto forma parte del fragor de la lucha, palmo a palmo, movida a movida, en este tablero de ajedrez. El objetivo final es, si cabe, el control de esos expedientes y de quienes deciden qué hacer con ellos.
Los primeros calores del incendio
El juego de ajedrez empezó, lento, el 26 de agosto de 2017, cuando el presidente Jimmy Morales declaró non-grato a Iván Velásquez, el jefe de Cicig. Fue el inicio de la batalla, sorda a veces, muy públicas las más.
La primera movida en el tablero vino del presidente Morales con su intento por expulsar a Velásquez del país luego de que Cicig hizo públicas investigaciones a familiares del mandatario y al presidente mismo por las sospechas de financiamiento ilícito de su campaña política. Siguió una reacción en cadena que de acuerdo con algunos involucrados ha estado a punto de reventar el país y devolverlo a los días más oscuros del autoritarismo.
El 26 de agosto de 2017 Morales firmó el documento en que declaró “non-grato al señor Iván Velásquez Gómez… y le ordenó que abandone inmediatamente la República de Guatemala”. Un día después, el 27, el presidente ordenó a su ministra de Relaciones Exteriores que hiciera cumplir la orden “dentro del marco legal y diplomático”.
Presidente Jimmy Morales. Foto FACTUM/Archivo.
La canciller a la que Morales dio esa orden se llama Sandra Jovel, nombrada ese mediodía tras la renuncia de su antecesor, Carlos Raúl Morales, y otra media docena de funcionarios que no estuvieron de acuerdo con la declaratoria contra Velásquez. Jovel ha sido señalada en un caso de adopción irregular de menores.
El siguiente en mover pieza fue el Procurador de Derechos Humanos, Augusto Jordán Rodas, quien interpuso un amparo ante la Corte de Constitucionalidad (CC) para que suspendiera la declaratoria firmada por el presidente.
El frenesí llegó entonces a la CC, según dos funcionarios que conocieron las interioridades de lo que sucedió el domingo 27 cuando ese tribunal mandó a llamar a los magistrados para resolver la petición de Rodas. La corte resolvió en contra del presidente por tres votos contra dos. Una de las fuentes -quienes hablaron en condición de anonimato por razones de seguridad- recuerda que entre algunos en el órgano judicial rondó el temor de que Morales declarara estado de excepción. En un análisis publicado un día después, el lunes 28 de agosto, los periodistas Geovanny Contreras y Alex Fernando Rojas escribieron: “La sombra de un estado de sitio está en el ambiente”.
Abortada la posibilidad de expulsar a Velásquez vía la declaratoria de persona non-grata, parece haber ganado fuerza la estrategia de retomar de a poco el control de las instituciones dedicadas a la seguridad pública y de la persecución penal. Caben ahí los cambios en Gobernación o en el SAT, de donde Morales sacó a Juan Francisco Solórzano Foppa, un funcionario que también había trabajado de la mano con Cicig y el MP y que había empezado a revertir la historia de corrupción que habitaba en la superintendencia.
El objetivo final en esa estrategia es el control del MP, la disminución de las capacidades investigativas de la Cicig o su salida definitiva de Guatemala.
El contraataque de Jimmy Morales
Julio Rivera Clavería es un viejo abogado guatemalteco que ha trabajado como funcionario público en áreas de seguridad e inteligencia, y que en enero pasado coqueteó con la idea de postularse como candidato a suceder a Thelma Aldana como jefe del MP. En mayo, una comisión postuladora formada por decanos de derecho de universidades guatemaltecas, el presidente de la Corte Suprema y funcionarios del colegio de abogados elaboraron una lista de seis candidatos entre los que el presidente Morales escogió a la abogada Consuelo Porras como nueva fiscal general.
En enero, Rivera Clavería no se decidía entre postularse al MP o la posibilidad de armar un partido político para competir por la presidencia de la república el próximo año.
Para algunos como Rivera Clavería lo que pasa en Guatemala no es un simple juego político, sino que podría ser incluso la antesala de la guerra. Este abogado, que ya había optado dos veces por ser fiscal general y quien se declara abiertamente opuesto a muchas de las acciones de Cicig y del MP durante la gestión de Thelma Aldana, dice incluso que el país puede devenir en una nueva guerra civil.
“Me tardé porque me encontré en la calle con unos amigos que me insinuaban eso, que aquí podía haber otra guerra”, se disculpa por los minutos de retraso con que llega a una cita pactada en un hotel de la capital guatemalteca un día de la última semana de enero.
Rivera Clavería es uno de los que entiende que los procesos de investigación emprendidos por Velásquez y Aldana desestabilizan al país y forman parte de un plan que Estados Unidos impulsa desde la época de Hillary Clinton al frente del Departamento de Estado. El principal operador del plan, opina el abogado, fue Todd Robinson, el ex embajador de Washington en Guatemala, quien fue un apoyo vocal -vital coinciden muchos aquí- del trabajo de Cicig y el MP.
Los ejecutores de ese plan en Guatemala, según el discurso del abogado, son oenegés, gobiernos europeos con representación diplomática en el país y otros grupos de sociedad civil a los que el abogado llama “izquierda light”. Según esta tesis, la actual batalla por Guatemala sería entre unos guatemaltecos a los que llama patriotas y otros apoyados por fuerzas internacionales de izquierda y por Estados Unidos.
El discurso de Rivera Clavería podría parecer una excentricidad, pero no lo es. Por lo bajo y por lo alto, políticos, organizaciones civiles y funcionarios relacionados casi siempre con la derecha guatemalteca y las élites económicas, las viejas y las emergentes, se hacen eco de ese discurso. Desde principios de año hasta el pasado 31 de agosto, cuando anunció que no renovaría el mandato de Cic
ig en 2019, el presidente Morales parece haber capitalizado esa narrativa según la cual la comisión internacional es parte de una agenda del comunismo internacional -a él siguen acudiendo muchos de los voceros anti-Cicig- para desestabilizar al gobierno y al país. Las palabras que suelen usar los defensores de esta versión son las mismas que el presidente utilizó en su reciente alocución: “persecución penal selectiva, con sesgo ideológico evidente, sembrando terror judicial en Guatemala”.
Una ciudadana se manifiesta a favor de Iván Velásquez frente a la sede de Cicig el 31 de agosto de 2018. Foto FACTUM/Héctor Silva Ávalos.
Son las mismas palabras que la tarde del 31 de agosto, frente a la sede de Cicig en la zona 14 de la capital guatemalteca, gritaba Noel Barillas, un guatemalteco regordete, de pelo entrecano, que vociferaba en contra de Velásquez, de la comisión, del procurador de Derechos Humanos que defendió al comisionado y de todos los que querían imponer la agenda de “extranjeros corruptos y asesinos” en Guatemala.
Y son las mismas tesis que grupos de presión guatemaltecos y estadounidenses, afines a Morales y contrarios a Velásquez, han llevado a Washington en lo que va de 2018 para intentar erosionar el apoyo que la comisión internacional había recibido en Estados Unidos hasta ahora. Solo que en los pasillos del poder en la capital estadounidense la narrativa es mucho más sofisticada que la utilizada por Barillas en una calle guatemalteca.
Uno de los episodios más relevantes del cabildeo anti-Cicig ocurrió el 27 de abril pasado cuando la llamada comisión Helsinki, que es como se conoce al cuerpo bicameral que ve asuntos de seguridad y cooperación con Europa del Congreso en Washington, convocó a una audiencia especial para conocer el caso de una familia rusa de apellido Bitkov, tres de cuyos miembros están presos en Guatemala bajo cargos de utilizar documentos falsos.
Los Bitkov son una familia de millonarios rusa que hicieron su fortuna gracias a la explotación maderera y a inversiones en el sector financiero de su país en la década de 2000. El presidente ruso Vladimir Putin, de acuerdo con la versión de la familia, los persiguió y presionó hasta hacerlos quebrar. Los Bitkov huyeron a Guatemala en 2010, pero pese a que luego dijeron ser perseguidos políticos, nunca pidieron asilo político. Ese año, la Cicig y el MP abrieron una investigación a la que llamaron Caso Migración contra varios funcionarios migratorios guatemaltecos a los que acusaron de vender pasaportes falsos a clientes como los Bitkov.
A partir de este caso, y aupados públicamente por la columnista del Wall Street Journal María Anastasia O’Grady, los detractores de Cicig en Estados Unidos hicieron suyo el discurso según el cual la comisión y Velásquez eran agentes extranjeros que habían llegado a Guatemala a desestabilizar el país. Una narrativa que, sin duda, favorecía al presidente Morales en su guerra contra el ente que había contribuido a investigarlo por varios posibles delitos de financiamiento electoral ilícito y lo tiene a un paso de perder la inmunidad.
El inefable caso Bitkov incluso sirvió de excusa al senador republicano Marco Rubio para poner en suspenso el financiamiento a Cicig por 6 millones de dólares en el Congreso estadounidense. Al final, todo quedó en humo y Rubio desistió de condicionar la ayuda financiera. El apoyo a la Cicig, sin embargo, se había agrietado.
Tras el anuncio del 31 de agosto, la ambigüedad estadounidense quedó manifiesta en las reacciones contradictorias de sus funcionarios. Mientras en Ciudad Guatemala la embajada mantenía el apoyo firme a Velásquez y, de acuerdo con dos fuentes diplomáticas consultadas, servía de parapeto para evitar desmanes mayores, desde la administración de Donald Trump llegaba apenas un tuit del secretario de Estado Mike Pompeo: “Nuestra relación con Guatemala es importante. Valoramos los esfuerzos… antinarcóticos y en seguridad”. La casa presidencial de Morales lo entendió como un apoyo e hizo un agradecimiento público.
En teoría, la última movida de Jimmy Morales en el tablero de ajedrez no tiene efectos inmediatos. La vida legal de la Cicig está garantizada hasta septiembre del próximo año, después de las elecciones generales de junio que marcarán el fin del mandato del presidente. En el Congreso hay ya formada una comisión especial que determinará si hay méritos suficientes para levantar la inmunidad a Morales para que responda por los crímenes que le atribuyen MP y Cicig. Pero.
Pero muchas cosas pueden pasar entre hoy y septiembre de 2019. La más inmediata, que el presidente ordene que no se renueve la visa de trabajo de Velásquez, que se vence el 18 de este septiembre de 2018. De acuerdo con una fuente diplomática consultada en Guatemala, al pedir que Cicig inicie el traslado de capacidades a las instituciones locales, Morales está allanando el camino para justificar la no-renovación del visado.
Luego, y según las mismas fuentes diplomáticas, la siguiente movida en el tablero podrá ser intento del Ejecutivo por presionar a la Corte de Constitucionalidad para que resuelva recursos legales a favor del presidente, y no de Cicig y Velásquez como lo hizo en agosto de 2017. “Uno de los riesgos más grandes es que traten de destituir magistrados de la CC para evitar que esta ponga en su lugar al pacto de corruptos”, dijo una exfuncionaria guatemalteca que habló bajo condición de anonimato por razones de seguridad.
Un grupo de cinco excancilleres guatemaltecos -entre los que está Edgar Gutiérrez- advierte otro efecto, que puede ser imperceptible en lo inmediato pero que, de concretarse, podría tener un efecto devastador en la lucha anticorrupción: que las mismas mafias económicas y políticas que han sido investigadas y procesadas con la ayuda de Cicig vuelvan a campear a sus anchas una vez la comisión haya dejado Guatemala.
“Pareciera que se quieren asegurar que cuando dejen el puesto en 2020 ya no existirá una Cicig que los investigue. Esto además puede corroborarse con el desmantelamiento en los últimos meses de las estructuras profesionales de investigación de la policía, que tomó más de 20 años formar”, dice una carta firmada por los exministros y publicada el 3 de septiembre en la prensa local.
Iván Velásquez, comisionado de CICIG. Foto FACTUM/Archivo.
En poco menos de 10 años de existir, la Cicig y el MP, fortalecido durante una década gracias en buena medida a los recursos y al blindaje político que trajo la comisión a Guatemala, ha investigado o procesado a tres expresidentes y al mandatario actual, a decenas de empresarios acusados de participar en el saqueo del recurso público, a grupos de narcotráfico y a policías y militares señalados por atrocidades que van de las violaciones sexuales al genocidio. E, igual de importante, ambas instituciones han desvelado una realidad que muy pocos se atreven ya a negar: la suciedad que carcome al Estado tiene raíces profundas que han crecido al amparo de grupos de poder cuyos miembros jamás se imaginaron en la cárcel. Hasta hace poco.
Jimmy Morales parece empeñado en pasar a la historia como el presidente que acabó con esa comisión y sus efectos. Jimmy quiere ganar esta batalla a toda costa.
Yeni Ferrera pidió ayuda para salvar su vida en varias ocasiones: en la Fiscalía de la Mujer de El Progreso, Yoro cuando denunció a su esposo por violencia doméstica, en las postas policiales de la misma ciudad y en la de San Pedro Sula con los golpes marcados en todo su cuerpo y el terror que sólo puede poseer un rostro que sufrió años de abusos e intimidaciones. Finalmente lo hizo, rogó por su vida frente a su femicida, Óscar Humberto Mejía. Nadie la escuchó. El padre de sus dos hijas la asesinó frente a una de ellas.
El 20 de marzo de 2016, Yeni de 34 años, llevaba tiempo de haber huido de la casa de Óscar y ahora vivía con sus hijas frente al hogar de su hermana Karla. Óscar sabía dónde era, él mismo les había comprado el terrero después de que en una de las denuncias por violencia se le obligara a conseguirles a Yeni y a sus hijas un lugar en dónde vivir. «Él se metía cuando yo no estaba y cometía un sin número de abusos: la sofocaba, la intentaba ahorcar», cuenta Karla, detrás del escritorio donde trabaja, menciona esa frase con una voz llena de indignación y aprieta sus manos como recordando que Óscar no sólo le quitó a su hermana, sino que llevaba años robándole la paz a toda su familia.
Los niveles de femicidios en Honduras son alarmantes, de acuerdo al Centro de Estudios de la Mujer (CEM-H) en lo que va del año se contabilizan más de 165, mientras que en el Comisionado Nacional de Derechos Humanos en Honduras (CONADEH) este año ha recibido más de 2200 denuncias de mujeres que en su mayoría acuden a esta instancia porque no han recibido respuesta de las demás autoridades.
Pocos días antes del asesinato de Yeni, Óscar ya la había intentado ahorcar, Karla logró intervenir y aunque salió golpeada logró contactar a una patrulla policial, «¿vos crees que voy a estar ahí preso? cuando salga de ahí ya vas a ver», le gritó Óscar desde la patrulla, con la impunidad de saber que tenía los contactos. Óscar es primo del ex comisionado de la policía, Hector Iván Mejía, por lo que, como sucedió en varias ocasiones, salió libre en poco tiempo. La policía ignoró todas las señales de alerta y con esto Óscar tuvo el tiempo suficiente para conseguir un arma y asesinar a Yeni.
«Muchas veces no es que hay ineficiencia, se llama al 911 pero como pasa bastante saturado ése es el problema. Cuando a nosotros, la policía preventiva, nos viene la denuncia a veces ha pasado hasta media hora», aduce Francisco Alemán, subcomisionado de la policía de El Progreso, Yoro, cuando se le pregunta sobre el caso de Yeni. Para Alemán, la solución a ese problema es entregar sus números personales directamente a la comunidad, a pesar de que en la posta solamente son 385 oficiales para atender a una población de más de 570 mil habitantes.
En la estación policial de El Progreso diariamente se atienden al menos tres casos de violencia doméstica, para las denuncias solamente hay dos agentes de la Dirección Nacional de Investigación (DPI) así que la falta de personal y el desinterés de las autoridades provoca a que en muchas ocasiones las mujeres que denuncian sean obligadas a llevarle el citatorio a su agresor: «A veces hacemos eso, cuando el problema no es tan grande», justifica Edwin Guada, uno de los agentes de la DPI que recibe denuncias.
«La primera vez que lo denunciamos, nos mandaron a dejarle el citatorio, ese hombre nos pegó una insultada y nos dijo que para «quebrarnos» era en un dos que tres», cuenta Karla, luego recuerda que la situación empeoraba con el pasar del tiempo, que no había día en que no la dejara tranquila. «La policía cuesta que llegue, nosotros por eso la íbamos a traer porque siempre dicen que no tienen patrullas, pero es que no les gusta ir. Nos decían cosas como que para qué lo denunciábamos y no lo dejaba, que las mujeres son brutas por no hacerlo y que entonces es que les gusta que las frieguen», agrega Karla, cuenta también que en la fiscalía la historia fue similar, que le dijeron que Yeni se lo había buscado porque se juntó con Óscar por el dinero.
Para Jessica Sánchez, del Grupo de Sociedad Civil y la Coalición Todas, en esos casos existe un matrimonio perverso entre el Estado que permite estas cosas y la cultura que lo valida «creemos que se tienen que hacer acciones porque sino se seguirán elevando las cifras, sobre todo porque ligamos este modelo con el extractivista neoliberal: la tierra es un cuerpo femenino, eso se traduce también en la apropiación de los cuerpos femeninos, la apropiación de la vida de las mujeres y cómo ésta a veces se sale de control, entonces es un llamado al orden para que las otras no hagan nada, que ni siquiera salgan de la casa», señala Sánchez.
Jessica Sánchez, de Sociedad Civil y de la Coalición TODAS. Foto: Martín Cálix.
Confusiones detrás de la tipificación del femicidio
Las cifras oficiales señalan que existe un 90% de impunidad en los casos de femicidios, sin embargo los datos podrían ser mayores. «Desde mi percepción y lo que hemos investigado anda en un 95% porque el año pasado apenas 5 casos fueron tipificadas como femicidios y condenados. Creemos que aunque hay una institucionalidad no está respondiendo a la situación de los femicidios», señala la directora del Centro de Estudios de la Mujer (CEM-H), Suyapa Martínez.
De acuerdo a la Unidad de Estadísticas de la Corte Suprema de Justicia, en 2017 a los tribunales de sentencia ingresaron 11 casos como femicidios de los cuales sólo 5 recibieron sentencias condenatorias, 1 absolutoria y los demás seguían en proceso. Los casos provenían de las ciudades de San Pedro Sula, El Progreso, Tegucigalpa, Santa Bárbara y Danlí, las primeras tres ubicadas entre las ciudades más violentas de Honduras de acuerdo al Observatorio de la Violencia (OV-UNAH).
A pesar de las complicaciones, el caso de Yeni logró una condenatoria como femicidio en junio de este año, aún no se le ha dado la sentencia de cuantos años deberá ir preso Óscar, su defensa pide 36 años, mientras que el Ministerio Público argumenta que deben ser 46. La sentencia es un triunfo del acompañamiento del Foro de Mujeres por la Vida, un grupo que reúne a 17 organizaciones y que nace para dar seguimiento en casos de femicidios.
El Foro de Mujeres por la Vida actualmente ha logrado sentencia condenatoria en dos casos además del de Yeni. Uno es en Santa Bárbara y otro es el caso de Sofía Trinidad Alvarado, hermana de María José Alvarado, una modelo participante en Honduras Miss Mundo en 2014, ambas jóvenes fueron asesinadas por el novio de Sofía, Plutarco Ruiz.
La sentencia condenó a Plutarco por femicidio sólo en el caso de Sofía, en el de María José fue resuelto como homicidio, «la legislación nacional plantea que debe haber una relación sentimental antes, la fiscal que acompañaba el caso salió muy sensibilizada y se sintió frustrada por no haber logrado la condena por el femicidio de María José y no era tanto por la cuestión de los años que le den, es porque se nombren las cosas como son» dice Claudia Pinto, la abogada del foro que acompañó esos casos.
De acuerdo a Pinto, el acompañamiento en estos casos también va ligado con un proceso de información y sensibilización de sus familiares pues estos no suelen identificar sus casos como un femicidio. «Los fiscales no saben usar el tipo penal de femicidio, incluso algunos dicen que es culpa de que las organizaciones feministas no han socializado el tipo penal, como si fuera nuestra obligación», cuestiona la abogada.
En marzo de 2018, la estudiante de medicina de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Silvia Izaguirre, luego de resistirse a una violación fue asesinada en el interior de un bus cuando retornaba de sus vacaciones en Trujillo, su muerte dio paso a la campaña «Yo no quiero ser violada». Foto: Martín Cálix.
Este panorama no parece alejado de la realidad, la dependencia encargada de investigar estos casos, Unidad de Investigación de Muertes Violentas de Mujeres y Femicidios adscrita a la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), ha judicializado menos del 10% de los casos desde que comenzó a funcionar en 2016, de acuerdo a declaraciones de la directora de Medicina Forense, Selma Julissa Villanueva.
Para las organizaciones de mujeres el problema es que no son estructuras formales y fuertes. «Necesitamos que se coordinen porque unos tratan la prueba científica, otros investigan y es necesaria la coordinación para que el Ministerio Público y la Fiscalía puedan recaudar pruebas suficientes y condenar a los femicidas, eso para los que agarran porque hay muchos crimen contra mujer que no se hacen autopsias y cuando es así se basan en pruebas testificales y no científicas y la testifical es difícil porque no hay protección a testigos», señala Martínez.
Ante este panorama se instaló una Comisión Interinstitucional de Seguimiento a las Investigaciones de Muertes Violentas de Mujeres y Femicidios que estará conformada por la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), la Fiscalía de Delitos Contra la Vida (FDCV), secretarías de Seguridad junto con la de Derechos Humanos y de Justicia, Gobernación y Descentralización así como el Instituto Nacional de la Mujer, Conadeh, CEM-H, el Movimiento de Mujeres por la Paz “Visitación Padilla” y la asociación Calidad de Vida.
Sin embargo, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) durante su visita in loco al país a principio del mes, destacó que los niveles de violencia contra las mujeres van más allá de la institucionalidad, no son actos aislados sino que existe “un patrón de discriminación estructural contra las mujeres, el machismo y los estereotipos de género arraigados en la sociedad hondureña, incrementan la situación de riesgo de las mujeres y les impide el completo ejercicio de su derecho a vivir una vida libre de violencia”, sentenció en su informe.
La migración como salida
«Nosotros intentamos sacar a Yeni del país, pero él tenía sus documentos, su pasaporte, teníamos que mandarla ilegal», dice Karla, niega con la cabeza y cuenta que por ignorancia no buscaron otras instancias. «Óscar la chantajeaba, le decía “¿te vas a ir sola?, andate, si vos me sacas esas niñas te voy a fregar, te voy a acusar de secuestro». Karla cuenta que el amor de Yeni por sus hijas fue la única razón por la que se quedó en el país.
Aunque en aquel momento las solicitudes de asilo por violencia doméstica en Estados Unidos eran válidas, hace dos meses el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, sentenció que la violencia doméstica no era razón suficiente para otorgar asilo y ordenó a los jueces denegar las solicitudes por esas causas.
De acuerdo a las declaraciones de Sessions «el estatuto de asilo no proporciona una solución a la mala fortuna, el que un país tenga problemas para vigilar eficazmente ciertos delitos, como la violencia doméstica. Las leyes estipulan que se otorga asilo a las personas que han sido perseguidas o que tienen un temor bien fundado de persecución, debido a su pertenencia a un grupo social particular, pero la mayoría de las víctimas de delitos personales no lo son, no importa cuán viles sean los delitos contra ellos». Esta decisión fue adoptada como parte de la nueva política del gobierno de Donald Trump para frenar la llegada de inmigrantes.
Migdonia Ayestas, coordinadora del Observatorio de la Violencia (OV-UNAH) señaló que de 2010 a la fecha al menos 39 son mujeres que migraron y fueron asesinadas cuando retornaron al país.
La violencia doméstica oculta en las esferas altas del poder
La violencia doméstica es uno de los problemas más graves del país, el año en que Yeni fue asesinada Alia Kafati figuraba en los eventos más importantes de la sociedad capitalina, pero detrás de las sonrisas en las fotografías en la sección de sociales, Alia vivía una historia llena de distintos abusos.
Alia Kafati nació con uno de los apellidos más poderosos del país, una familia de descendencia árabe, «muy chapada a la antigua, imagínese que mi abuelo se casó con mi abuela a las dos semanas de haberla conocido por fotos, no hablaban ni el mismo idioma», cuenta Alia para explicar su contexto. Fue criada con la idea de que su papel en la vida era ser madre, esposa y ama de casa. Alia era muy joven cuando se casó en un evento que fue cubierto por todas las revistas sociales del país, en las fotografías se le ve posar muy sonriente, Alia cuenta que su sueño se cayó apenas un día después de su luna de miel, «yo ya estaba en el baño llorando diciendo: Dios mío ¿con quién me casé?», cuenta.
La violencia comenzó con empujones, maltrato psicológico, le agarraba los brazos y se los dejaba marcados, le controlaba el dinero mientras él salía de fiestas y con otras mujeres. Los años pasaban y ella no creía que era víctima de violencia doméstica. Alia logró denunciarlo en una segunda ocasión que la golpeó gravemente porque una de sus empleadas llamó a su madre, ese día detuvieron a su agresor.
Alia dice que su exposo le quitó todo y ahora le da una pensión que no se iguala al estilo de vida que llevaban cuando estaban casados, un requisito que contempla la legislación en la materia. «Presentó una constancia de trabajo diciendo que ganaba menos, él trabaja con su papá en su propia empresa y es el gerente», dice indignada.
Alia Kafati, fundó «Hay Salida», una organización dedicada a atender a mujeres víctima de violencia doméstica. Foto: Martín Cálix
Alia manifiesta que salir de ese círculo de violencia fue doblemente difícil debido a su posición social, «mi mamá me apoya, mi abuela me apoya, mis hermanos y hasta ahí, mis abuelos, mis tíos, mis primos nadie me habla ni me apoya porque vengo de un núcleo muy cerrado», narra Alia. Recibió muchas críticas por decidir hacer público su caso, que en esa sociedad se vive mucho “del qué diran” y que su ex esposo se ha defendido diciendo que ella le fue infiel y lo provocó, incluso la llegó a denunciar por violencia doméstica psicológica «porque lo acosaba con la manutención».
De acuerdo a las cifras de la Corte Suprema de Justicia, anualmente recibe al menos 20 mil denuncias por violencia doméstica, de las cuales el 50% caducan porque la mujer depende económicamente del hombre y no puede continuar el proceso o porque caen de nuevo en el círculo de violencia, “eso último sólo podría mejorar en la medida en que exista un modelo de atención integral de manera de que antes de llegar al juzgado la mujer realmente haya sido escuchada y está consciente de que si no sigue con el proceso ese círculo de la violencia le va a continuar”, señala Ana Concepción Romero, coordinadora de los Juzgados de la Violencia Doméstica.
Alia lleva año y medio enfrentando su caso por violencia doméstica, dice que ha tenido la suerte de poder pagar un abogado. Actualmente se deduca a ayudar a otras víctimas de violencia a tratar de salir de ese círculo en el que vivió una vez. Alia reconoce que su historia podría haber tenido un desenlace diferente. «Logré salirme cuando empezaba lo heavy, lo realmente pesado», dice, y sabe que se encuentra en una posición privilegiada, una que Yeni no pudo tener.
Karla, muestra desde su teléfono un dibujo hecho por una de sus sobrinas luego de la muerte de su hermana Yeni. Foto: Martín Cálix.
Durante el juicio de Yeni se perdió el expediente original, cambiaron de fiscal seis veces, intentaron alargar el proceso para evadir la prisión preventiva, movilizaron a Denis Castro Bobadilla y a una psicóloga del Hospital Psiquiátrico Mario Mendoza para convencer al juez de que «Óscar actuó en base a una situación nerviosa con una emoción violenta y un trastorno mental transitorio, no estaba en su sano juicio». Mientras Óscar espera la resolución definitiva, los familiares de Yeni aseguran que lo han visto salir de la cárcel custodiado por policías.
Las hijas de Yeni viven lejos ahora, pero de vez en cuando visitan a su tía y le dejan dibujos que han ido llenando el vidrio sobre la madera de su escritorio en la oficina donde trabaja. Aún guardan el terror de muchos años de violencia y de presenciar el femicidio de su madre. Karla dice que por eso no les gusta que les apaguen la luz. Están pequeñas, pero ya saben que el Estado de Honduras no garantiza una vida segura para las mujeres, lo aprendieron de la peor manera y por eso ahora se describen a sí mismas en sus dibujos como lindas, pero empoderadas.
Mientras camina por el centro militarizado de San Pedro Sula, Mariela Hernández, siente el odio que le provocan los uniformados. En diciembre un Policía Militar le disparó a su hermano, Cristian Hernández Yánez, en una protesta. Mariela, con un embarazo de más de ocho meses va camino al parque central donde un grupo de familiares y activistas exigirán justicia para los muertos de la crisis post electoral, unos muertos por los que nadie está pagando con cárcel.
«Yo cuando miro a un militar en la calle siento odio, si mis ojos fueran balas los mataría a todos», dice Mariela, quien vio morir a su hermano menor frente a la maquila donde él quería trabajar, en una protesta en la entrada a la Colonia Felipe Zelaya, sector Rivera Hernández en San Pedro Sula. En esta misma ciudad su hermano mayor fue asesinado años atrás por pandilleros que le pedían extorsión y él no quiso pagar. Ese asesinato también está en la impunidad.
La familia de Cristian tenía mucho porqué protestar aquel 13 de diciembre, después de las elecciones que dejaron como ganador al inconstitucional candidato: Juan Orlando Hernández. Pero ese día fue circunstancial; Cristian, Mariela y su esposo intentaban salir de la colonia para recoger a la madre que se había ido a trabajar, pero el bloqueo de calles le había impedido continuar la faena. Allí, en el bloqueo Cristian vio a sus amigos, bajó del carro con Mariela, sacó su celular y filmó un par de videos, se ve en el último cuando algo lo hace caer. Un disparo por parte de un militar.
«Han pasado, 7 u 8 meses y no hemos tenido respuesta, no han detenido a nadie, ni me han dado la hoja de la morgue tampoco, y por eso he estado peleando, no me han dado la autopsia. Sólo me dicen que están trabajando, que hay que tener paciencia, que son bastantes los casos», lamenta Mariela en aquella conmemoración que pasa desapercibida en la ciudad.
Pero a Mariela la desesperanza no le quita las ganas de seguir buscando la verdad en el caso de su hermano. Dice que aunque tiene todas las razones para irse del país y comenzar otra vida lejos, a ella la detiene la impunidad.
Luego de las elecciones de noviembre de 2017, con la candidatura inconstitucional del Presidente y las denuncias de fraude electoral, al menos 22 personas fueron asesinadas en el contexto de las protestas post electorales. La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) identificó un patrón en las muertes postelectorales, los 22 casos que conocieron fueron personas acribilladas cuando intentaban huir de sus agresores y heridas en partes vitales del cuerpo. Las fuerzas de seguridad del Estado dispararon a matar desde el día que comenzó el estado de excepción el 1 de diciembre hasta febrero de 2018 que duraron las protestas y bloqueos callejeros.
Organizaciones de derechos humanos aseguran que fueron 38 las víctimas mortales, mientras que el Ministerio Público a través de una mesa de validación de casos impulsada por la Secretaría de Derechos Humanos apunta a que son 22 los casos que ya pasaron a investigación en diferentes fiscalías. Sin embargo, el Ministerio Público sigue sin dictar un tan solo requerimiento fiscal por los asesinatos y sigue sin dar respuesta a familiares de víctimas, ongs e instancias internacionales sobre los avances en las investigaciones.
Karla Cuevas, ministra de Derechos Humanos en Honduras. Foto: Martín Cálix.
Karla Cuevas, la ministra de Derechos Humanos nombrada el día de la toma de posesión de Juan Orlando Hernández, asegura que como Secretaría, ellos también están esperando los resultados del Ministerio Público y que están de manos atadas ya que su mandato es crear políticas públicas no resolver los problemas que se dieron antes de su entrada en función.
«No va a escuchar de ningún funcionario del Estado que los derechos humanos están bien porque no lo están, hay mucha deuda estructural por la que trabajar y creo que tenemos el reto de unir los objetivos comunes de la sociedad civil, los objetivos del Estado y hacerlos confluir en la política de DDHH aprobada desde 2003. El Estado está cumpliendo con la política pública, ahora tenemos que tender puentes entre el gobierno y la sociedad civil, el contexto de polarización es muy grave en el país y si la sociedad y el gobierno tienen objetivos paralelos no vamos a lograr acuerdos», asegura Cuevas, quien además en el primer mandato de Hernández fungió como viceministra de Derechos Humanos hasta que esta secretaría se suprimió.
«La Secretaría no nace para investigar violaciones a Derechos Humanos, para eso ya está el Conadeh, hay que pedirle al Conadeh cuáles son los avances de sus investigaciones, ellos deben determinar la responsabilidad de un funcionario o un agente estatal y subir el caso al Ministerio Público. Hay casos en los que se han encontrado que hubo una muerte el mismo día de la manifestación pero se supo que no estaba participando en la manifestación que casualmente fue en el mismo momento; el llamado aquí es al Ministerio Público que ya responda a la sociedad, la Secretaría está esperando saber qué pasó, las víctimas tienen derecho a la reparación, la justicia y la verdad», afirma con seguridad la ministra.
Pero lejos de la oficina de la Secretaría de Derechos Humanos, Mariela, sólo ha conseguido intimidaciones y mucho silencio. A los pocos días del asesinato, un hombre en motocicleta anduvo preguntando por ella y su esposo mostrando una imagen en su celular, los vecinos los protegieron y no dieron datos de dónde ellos vivían. Mariela cree que los militares temen que ella y su esposo reconozcan al tirador, porque ese día, después del disparo ellos lo enfrentaron.
«Los de la ATIC me dijeron que ya tenían la bala que mató a mi hermano y yo le dije que entonces por qué no buscan quien andaba el fusil asignado ese día, me dijeron que iban a hacer un careo ya que mi esposo se enfrentó al militar y él se dejó ver la cara, le vimos la cara al militar.
Velorio de Cristian Hernández Yanez, el 20 de diciembre de 2017. Foto: Jennifer Avila
En la comunidad cuando los militares pasan les gritan, yo en lo personal no puedo ver un militar, siento odio», asegura Mariela y recuerda ese día, su hermano murió en el camino al hospital, y estando allí tampoco querían atenderlos. «Tenían órdenes de no atender a ningún herido en protestas», relata.
Recientemente la Comisión Interamericana de Derechos Humanos realizó una visita in loco para observar la situación de Derechos Humanos en el país. Cuevas dice que esta visita se solicitó por parte del Estado desde antes de las elecciones, pero la CIDH se encargó de realizar visitas a varias regiones del país para verificar cómo habían quedado las comunidades tras la crisis post electoral. Sus primeras recomendaciones fueron: Avanzar de manera diligente e imparcial en las investigaciones que puedan identificar y sancionar a los responsables por los hechos de violencia, asesinatos, y malos tratos en el contexto de las protestas surgidas después de las elecciones y asegurar el debido proceso, acceso a la amplia defensa para todas las personas detenidas en el contexto postelectoral de conformidad con los estándares interamericanos de derechos humanos.
Otro caso emblemático fue el de Kimberly Dayana Fonseca, una joven de 19 años, asesinada el primer día del toque de queda en el sector Villanueva de Tegucigalpa. Familiares y vecinos han recibido intimidaciones para no seguir presionando por justicia. El terror de la impunidad invade todos los rincones del país.
Ese rincón donde vivía Kimberly es ahora más hostil. Un barrio con callejuelas que parecen roídas, esquinas controladas por jovencitos, placazos de la «UF» y un par que dicen «La Negra», así le decían a Kimberly. Allí los vecinos no ven bien que anden preguntando por la familia de Kimberly porque a inicios de año llegaban hombres desconocidos, a veces en motocicleta, preguntando por la familia, preguntando por los casquillos recogidos la noche en que la ráfaga alcanzó a Kimberly. Hay miedo. El barrio entero vive bajo miedo.
Un familiar, que pidió anonimato por esta misma situación, cuenta que los vecinos y familiares corrieron a rodear el cadáver de Kimberly esa noche del 1 de diciembre. Pasaron unos pocos minutos cuando la patrulla de Policía Militar regresó y volvió a disparar, como para dispersar a las personas que estaban allí recogiendo evidencia.
«Luego de unos días andaban policías vestidos de civil consiguiendo los casquillos de diversas formas, algunos decían que eran para investigación de la DPI, otros llegaron a comprar, así trataron de deshacerse de las pruebas. Nunca otorgaron una autopsia, ponían excusas, que se necesitaban unas firmas, después de varios intentos en general se desistió de obtener ese documento, es como pedirle pruebas al mismo asesino. Todos caímos en cuenta que aquí no hay institucionalidad, no hay verdaderos aparatos de justicia, la ley sólo se usa como excusa para castigar a quienes conviene, jamás es para encontrar justicia», cuenta.
Y agrega que «una de las fiscales mencionó que en ese carro iba un funcionario importante y por eso dispararon para dispersar a la gente, con la presencia de ese funcionario se justificó disparar a bala viva a la gente que estaba protestando, se justificó indirectamente el asesinato de Kimberly, ¿será tan importante?»
El Ministerio Público nos negó información de los casos, incluso no nos informó siquiera en qué fiscalías se están llevando y cómo están repartidos. Los familiares sienten ese mismo vacío de información.
La furia movió a los familiares de Kimberly a exigir justicia, responder a la DPI (Dirección Policial de Investigación), ir a la fiscalía, dar entrevistas a medios internacionales, pero luego callaron. En esos días vieron que además de que no había voluntad para resolver, estaban siendo amenazados. El padre de Kimberly estaba recibiendo llamadas telefónicas en las que le decían que dejara el caso así, que le iban a conseguir un dinero para que los hijos vivieran bien, que mejor se dedicara a sus hijos.
¿A quién le puedo pedir protección si es el mismo Estado quien la mató?, dice el padre resignado.
1 de diciembre de 2017, Villanueva, Tegucigalpa, horas antes del asesinato de Kimberly Dayana. Foto: Martín Cálix
«Por las cláusulas de las balas me anduvieron del talón porque sabían que teníamos los casquillos. Así esos casquillos llegaron al Ministerio Público y ni siquiera nos dieron comprobante de que llevábamos esa prueba. La gente tiene miedo. Yo sólo quiero saber quién fue, aunque no se haga nada, pero sólo quiero saber», termina.
A más de seis meses de estos hechos en Honduras se sigue preguntando cuál es la cifra correcta, las organizaciones de DDHH intentan dar la pelea porque se reconozca la cifra de los muertos en 38, mientras el Estado enlista únicamente a 22. Lo que es indiscutible es la impunidad con la que se han cubierto estos asesinatos y el terror que han generado en sus comunidades, las protestas no volvieron a ser como antes de la toma de posesión del presidente. La agresividad de las fuerzas militares se ha mostrado en los conatos de bloqueos y protestas recientes sobre todo en el caso de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y el paro de transportistas.
El director del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (Ciprodeh), Wilfredo Méndez, opina que la justicia en Honduras se ha inclinado de manera que ha convertido a la víctima en victimario y se refiere a la versión del gobierno de que las personas en protestas estaban involucradas en maras y pandillas y a los procesos judiciales contra manifestantes que incluso fueron encarcelados en cárceles de máxima seguridad. Al menos 1350 personas fueron detenidas arbitrariamente desde el 1 de diciembre hasta el 27 de enero según el reporte de OACNUDH, todos manifestantes, ningún funcionario de la policía, ejército o fuerzas especiales.
Actualmente el gobierno y algunas fuerzas opositoras han aceptado un diálogo coordinado por la Organización de Naciones Unidas, y se está a la espera de que este diálogo se traduzca en un decreto legislativo vinculante con las decisiones del país.
Sector Villanueva, 1 de diciembre de 2017, antes del asesinato de Kimberly. Foto: Martín Cálix
«Frente a procesos anteriores hemos visto que los victimarios rápidamente salen, las víctimas pasan por procesos larguísimos, hay personas que siguen pagando las consecuencias de 2009. En concreto el estado de Honduras no tiene la voluntad de avanzar, la mesa de DDHH determinó que para entrar a un dialogo había dos cosas que abordar: el fraude electoral y las violaciones de DDHH como punto toral. Pero Naciones Unidas cuando pone este punto en el diálogo, se encuentra con que el Estado no permite poner el dedo en la herida, no admitieron que se implantara una comisión independiente de investigación a violaciones de DDHH, que fue lo que se propuso», explica Méndez.
En muchos casos, las familias se sienten no sólo abandonados por el sistema de justicia sino por las organizaciones de Derechos Humanos. Méndez asegura que esto sucede porque las Ong´s están haciendo lo que el Estado debería hacer pero sin muchos recursos.
«No es posible que las Ong´s atendamos todas las denuncias que hay de violaciones de DDHH, sólo atendemos los asuntos de alta gravedad, y vemos violaciones a DDHH producidos por la industria extractiva, personas huyendo de la violencia de maras, pandillas, narcos, la carga es muy grande sin embargo creo que hemos hecho un llamado al movimiento popular y los países de oposición para que nos auxilie con abogados independientes que puedan ayudar. Se sabe que hay personas vestidas de civiles para levantar información y pueden ser policías o militares y llegan a amenazar, la gente debe confiar que nosotros no brindamos información de los denunciantes, eso es confidencial y sólo cuando la víctima lo autoriza lo damos a instancias como la CIDH cuando vienen en sus visitas», concluyó.
Wilfredo Méndez, director de CIPRODEH. Foto: Martín Cálix.
Muchas de las personas asesinadas no eran activistas conocidos, Kimberly y Cristian nunca se encontraron en algún mitin político, pero sí tenían algo en común: vivían en sectores vulnerables, controlados por el crimen, viviendo en condiciones mínimas de dignidad, sin acceso a derechos básicos. Para Méndez el patrón de asesinar en esos días de convulsión social fue ése: matar a personas no reconocidas, que generarían menos impacto a nivel de organización pero un alto impacto a nivel de las personas que por primera vez salían a protestar.
Después que mataron a Kimberly, en el barrio, muchos padres de familia ya no dejaban a sus hijos salir a la calle, y ese efecto sucedió también en lugares donde además de asesinados hubo personas detenidas y presas por varios meses.
Hemos entrevistado a varios jefes de las Fuerzas Armadas, en Colón, Gracias a Dios y en San Pedro Sula a un par de voceros, todos aseguran que son una nueva Fuerza Armada, respetuosa de los Derechos Humanos y convenios internacionales. No se responsabilizan de abusos en la crisis y en protestas sociales y culpan a los manifestantes de la violencia. Se reúnen para orar cada mes en los cuarteles y hacen actividades de recreación con niños y niñas en los parques de la alegría. La imagen de las Fuerzas Armadas que da el gobierno es muy distinta a la que tienen en los barrios donde cayeron Kimberly y Cristian y más de 20 víctimas.
Hasta el momento, según una noticia publicada en Criterio.hn, el Ministerio Público (MP) informó haber presentado 11 requerimientos fiscales contra elementos de la Policía Nacional y Policía Militar del Orden Público (PMOP) por suponerlos responsables de violaciones a los derechos humanos durante la crisis post electoral. Los requerimientos han sido presentados por la Fiscalía Especial de Derechos Humanos contra oficiales de policías y militares por «supuestos excesos en sus funciones públicas». Dentro de los delitos imputados a los militares y policía no se establece el de homicidio, sino otros delitos menores.
«La justicia en Honduras sólo muerde a los pies descalzos», dice un familiar de Kimberly, adaptando la frase de monseñor Romero a la realidad hondureña: «La justicia es igual a las serpientes. Sólo muerden a los que están descalzos». 20 años después de la época oscura de las guerras civiles en la región, se vive en medio de nuevas guerras, Honduras vive la suya.
Antonio Saca confesó cómo se enriqueció con la pauta publicitaria gubernamental vendida a sus radios. El expresidente, beneficiado por la Fiscalía, habló públicamente de sus delitos a cambio de una pena mínima. Saca narró los detalles de cómo usó la partida secreta para desviar millones a empresas ficticias, que le sirvieron para comprar propiedades y aumentarse el sueldo sustancialmente. El expresidente es la cabeza de una red que robó $301 millones al erario público salvadoreño, fondos que fueron usados para pagar tarjetas de crédito, sobresueldos a funcionarios, mentas a periodistas y transferencias al entonces partido de Saca: Arena.
Cuando el expresidente Antonio Saca empezó a declararse artífice de uno de los robos más grandes conocidos en la historia de El Salvador, sabía que algo bueno le esperaba. Sentado en el banquillo de los acusados, frente a un tribunal a punto de juzgarlo, el otrora exitoso locutor y empresario radial empuñó el micrófono y empezó a leer. Igual que en los viejos tiempos. Con voz fuerte y clara contó detalles sobre cómo él y un grupo de personas de su confianza desviaron más de $300 millones de dólares de dinero público durante sus cinco años de gobierno.
Pocas veces reconocer un robo trae beneficios. Pero Saca, detenido en 2016, había hecho un trato con la Fiscalía: si confesaba, su condena sería mínima.
La mañana del jueves 9 de agosto del 2018, en una sala de audiencias de los tribunales de San Salvador, frente a tres jueces y una veintena de abogados y otra de periodistas, el exmandatario contó por primera vez la trama detrás del millonario desfalco que ocurrió entre los años 2004 al 2009. En una hora y media, el político que ha sido amigo y aliado de los tres partidos políticos más fuertes de El Salvador, Arena, FMLN y GANA, dio detalles, giros y explicaciones de cómo se llevó millones de dólares del Estado hasta su bolsillo. Lo hizo a través de una engañosa estrategia publicitaria y otros métodos menos disimulados como entregar miles de dólares en efectivo a particulares. También contó el despilfarro de fondos públicos a través de sobresueldos, pagos de viajes a particulares y mentas a periodistas. Y de transferencias al partido que también presidió mientras era la cabeza del Ejecutivo: Arena.
Saca narró cómo personas de la administración anterior, la del también arenero Francisco Flores, le enseñaron a él y a su equipo a “manejar” la cuenta de Gastos Reservados de la Presidencia, también conocida como “Partida Secreta”, hasta la forma en que trianguló los fondos y los maquilló para que llegaran a su bolsillo en forma de salario. El expresidente también confesó que entregó miles de dólares a particulares, al partido político Arena, el mismo que lo llevó a la Presidencia, y a varios de sus exfuncionarios. Además describió el uso de empresas de papel que utilizó como testaferros para comprar propiedades sin levantar sospechas. En el camino, Saca contó quiénes fueron sus colaboradores y quiénes lo aconsejaron sobre la forma en que debía robarse el dinero.
Como si se trataba de uno de sus largos discursos públicos mientras fue gobernante -o alguno de sus programas radiales Reflexiones con Tony Saca, que emitía en sus radios-, el expresidente narró en voz alta la historia. Su público, al igual que cuando locutaba sus programas radiales con alto rating, lo escucha con atención.
–Esa fue una manera de que el dinero proveniente de la Presidencia de la República, a través de agencias de publicidad, llegara a mis cuentas personales, pero no de forma directa sino pasando por varias cuentas de personas jurídicas, y de esa manera justificar el ingreso y encubrir la actividad ilícita –, dijo el expresidente ya avanzado su discurso.
Escuche las confesiones del expresidente Saca:
El expresidente Saca es acusado de ser el principal instigador de una red de corrupción que desvió dinero público hacia cuentas privadas desde el primer hasta el último día de su administración, durante los años 2004 al 2009. Por eso fue capturado el 30 de octubre del 2016 junto a seis de sus colaboradores más, entre los que se encuentran tres de sus exsecretarios y tres empleados del área financiera de Casa Presidencial.
En un primer momento, Saca aseguró ante los medios de comunicación que su detención tenía una intención política y dijo que no había robado nada. Pero 22 meses después de haber dicho aquellas palabras aceptó confesar lo contrario a cambio de disminuir la pena por los delitos de peculado y lavado y dinero y activos que le pudieron haber significado hasta 25 o 30 años de cárcel como pena máxima.
En un acuerdo repentino, tras casi dos años de instrucción, la Fiscalía anunció el martes 7 de agosto un giro inesperado en el caso: solicitó al Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador un procedimiento abreviado, es decir, disminuir la pena a los señalados a cambio de que confesaran sus delitos.
En una conferencia de prensa, días después de aquel anuncio, el fiscal general Douglas Meléndez dijo que esta decisión se dio ante la posibilidad de que Saca y sus colaboradores quedaran libres tras cumplir dos años en prisión sin que hubiera una sentencia en firme, el plazo máximo que permite la ley para la detención preventiva.
Aunque la Fiscalía le había preparado ya una declaración extrajudicial para su comparecencia del jueves, Saca la cambió a última hora y añadió algunas cosas que no estaban en el primer borrador, algo que le disgustó a los fiscales del caso.
La banda presidencial que traía un permiso para robar
El expresidente Saca dijo que todo comenzó antes de llegar al poder. Semanas después de haber sido electo como presidente tras las elecciones de marzo de 2004, Saca y un equipo cercano de los que más tarde serían sus funcionarios formaron una comisión. Esta comisión serviría para reunirse varias veces con otro grupo pequeño de funcionarios salientes que acuerpaban al todavía presidente Francisco Flores, quien había llegado al poder también con la bandera del partido Arena. Las comisiones de transición tenían como finalidad heredar el conocimiento para manejar la cosa pública.
Saca recordó que se reunió varias veces con Flores. Algunas reuniones fueron en equipo, otras privadas. En esas reuniones, Flores le instruyó sobre cómo manejar las relaciones internacionales, le informó sobre el estado de la seguridad nacional y el manejo del Organismo de Inteligencia del Estado (OIE). Pero también le heredó, según Saca, otro conocimiento importante: el uso de la partida contable llamada Gastos Reservados, también conocida como “Partida Secreta”.
Según Saca, Flores le enseñó un documento, un reglamento, un documento extraño que le daría poderes para saltarse la ley y hacer uso de millones de dólares de dinero público a su antojo y sin control de nadie. Ese documento no era una ley, era un acuerdo ejecutivo para el uso secreto del dinero. Tan secreto que el documento mismo también lo era. No necesitaba ser publicado en el Diario Oficial y bastaba con la firma de un solo funcionario para darle dichos poderes al presidente: la del mismo Saca.
Al centro, la casa del expresidente Saca, valorada por la Fiscalía en $8 millones. Durante el juicio, la fiscalía dio un recorrido para que la prensa contemplara los lujos en los que vivía Saca y su familia tras dejar la presidencia en 2009. Foto FACTUM/Salvador MeléndezEl documento, según Saca, no tenía al principio un espíritu delincuencial. Más bien “era necesario” ya que la Presidencia necesitaba contar con fondos de uso discrecional “para cumplir con compromisos de carácter político que eran propios de la presidencia; donaciones que se hacían a instituciones sin fines de lucro y también sobre la existencia de un acuerdo de carácter secreto, reservado, que él había utilizado para organizar y administrar la cuenta de Gastos Reservados de la Presidencia de la República”, según dijo en su declaración.
Saca dijo que Flores le entregó “personalmente una copia de ese acuerdo para que pudiera, este servidor, elaborar el propio. El presidente en funciones me explicó que ese acuerdo tenía fundamento en las atribuciones que le otorga la Ley de Defensa Nacional y la Ley del Organismo de Inteligencia del Estado, que habían sido emanadas y aprobadas por la Asamblea Legislativa de la República, durante el gobierno del periodo 1999 al año 2004”.
El equipo presidencial de Saca modificó el reglamento y lo nombró “Reglamento Interno de Funcionamiento para el Manejo, Control y Fiscalización de los Fondos Públicos, Gastos Reservados y Secretos de la Presidencia de la República Destinados a las Actividades de Inteligencia, Clasificación, Manejo y Protección de la Información y Deber de Guardar Secreto de los Colaboradores Designado Para el Manejo de los Gastos Reservados y Secretos”.
Este documento, con las modificaciones respectivas, fue aprobado el primer día de la administración Saca. Se sacaron dos copias que guardó el nuevo secretario privado, Élmer Roberto Charlaix, quien más tarde sería pieza clave en el desvío de fondos hacia cuentas pública y quien, según la Fiscalía, también se apropió de parte del dinero público. El documento nunca fue publicado en el Diario Oficial, tal como lo manda la ley para que un decreto ejecutivo entre en vigor.
–En este reglamento, delegué al señor Élmer Roberto Charlaix en el manejo de fondos de gastos reservados, lo que significó o significaba que él elaboraría la solicitud de fondos al Ministerio de Hacienda y una vez obtenidos el delegado procedería a la erogación de dichos fondos en nombre del declarante, su servidor, en su calidad de presidente de la República. Quedando autorizado Élmer Roberto Charlaix para poder abrir cuentas bancarias a su nombre para que se depositaran fondos de la Presidencia de la República en dichas cuentas, contó Saca.
Este reglamento permitía que de la cuenta principal de la Presidencia llamada “Cuenta Institucional Subsidiaria del Tesoro Público Presidencia de la República” se erogaran fondos hacia cuentas de Charlaix y posteriormente de dos empleados de Casa Presidencial de nombres Francisco Rodríguez Arteaga y Pablo Gómez, el primero gerente financiero y el otro auxiliar contable.
Rodríguez Arteaga fue, además, quien le enseñó, según Saca, a Charlaix a cómo manejar el dinero público sin control alguno.
La estrategia de Saca, según él mismo lo describió en su confesión, consistía en extraer millones de dólares mensualmente, que en un principio eran depositados en dos cuentas que manejaba Charlaix, quien emitía cheques a nombre del presidente para luego cambiarlos en efectivo. Sin embargo, casi un año después de usar esa estrategia, Saca y sus colaboradores notaron que estaban dejando demasiados rastros que los vinculaban directamente. Entonces abrieron 16 cuentas bancarias a nombre de Francisco Rodríguez y Pablo Gómez. Quien autorizaba la emisión de estos cheques era Jorge Alberto Herrera Castellanos, el entonces tesorero de la Presidencia.
Una vez que tenían el dinero en efectivo, el presidente podía hacer el uso que quisiera con él. Y nadie, ni siquiera la Corte de Cuentas de la República, la encargada de auditar el buen uso del dinero público, lo detectó nunca.
–Ya en la Presidencia, me di cuenta por medio de Élmer Roberto Charlaix que el examen prácticamente no se hacía. La persona encargada llegaba a ver que hubiera soportes, pero no hacia un examen retroactivo, contó Saca.
Un hombre de medios y una campaña publicitaria para enriquecerse
Saca es un hombre de medios desde hace 35 años y dueño de un emporio de radios que cubren todo el país. Antes de llegar a la presidencia, Saca ya era dueño de cuatro empresas radiales: Promotora de Comunicaciones, Grupo Samix, Stereo 94.1 FM, Radiodifusión de El Salvador y Radio Difusión Usuluteca. Estas empresas, para entonces, ya le generaban ganancias de hasta $202 mil anuales. Sin embargo, su paso por la presidencia le sentó como un golpe de suerte a sus empresas que pasaron de tener dichas ganancias en 2003 hasta alcanzar los $3 millones 246 mil en 2007, cuando aún se encontraba en el poder. En su confesión frente al tribunal, Saca cuenta cómo lo logró.
No era un secreto que para el expresidente la opinión pública era una parte muy importante en su gestión. Sabía además que para que él, personalmente, y su gestión tuvieran una buena imagen necesitaba invertir en publicidad, pagar pautas en medios de comunicación impresos, televisivos y… en radios.
Luego de llegar al poder y empezar a cambiar los millones de dólares de la Presidencia en efectivo, parte del dinero se ocupó para el uso del OIE y de pagos de sobresueldos a funcionarios públicos.
–Debido a eso –cuenta el expresidente frente al tribunal –, me tomé la atribución de ampliar la campaña publicitaria gubernamental mediante un plan que este servidor sugirió.
El incremento en la campaña publicitaria, sin embargo, no se haría por la vía normal mediante licitaciones, sino a su estilo.
–Lo que hice fue reunirme con cada uno de los representantes de las agencias de publicidad ANLE S.A de C.V.; Lemus y Asociados S.A. de C.V; América Publicidad S.A de C.V y Funes y Asociados S.A de C.V, a parte y en forma privada para que pedirles que aumentaran la pauta de la frecuencia publicitaria de la presidencia de la República, que consistían en mensajes del presidente y cuñas publicitarias que tenían por finalidad mejorar y mantener una buena imagen personal del presidente durante todo el periodo presidencial. Ofreciéndoles contratarlos sin ningún tipo de licitación o concurso público y a hacerlo de manera expedita, lo que les expliqué a las personas con las que me reuní que esa era una potestad del presidente, pero que la forma en que se los pidió que tenían que hacerlo era por medio de las emisoras de mayor rating del país, dentro de las cuales, yo sabía que habían empresas radiales de mi familia, empresas que forman parte de la sociedad del Grupo Samix, siendo esta una condición para contratarlos, cuenta Saca.
El ex secretario de Comunicaciones, Julio Rank y el ex presidente, Elías Antonio Saca, permanecen en el interior de la Sala 2-B del Centro Judicial Isidro Menéndez en San Salvador, este 7 de agosto de 2018, donde la FGR aceptó que los implicados sean beneficiados por un acuerdo fiscal, para declarar sus delitos y reducir la pena de cárcel. FOTO FACTUM/ Salvador MELENDEZ
El beneficio era simple para la agencias publicitarias. Si aceptaban el trato, cobrarían, a precios inflados, un 20% de lo pautado, mientras que el restante iría para las empresas del expresidente.
–Sin embargo, no tengo presente la cantidad que se les entregaba a las empresas de publicidad, recuerdo que inicialmente se pactó con ellas que se les entregarían $100,000 dólares mensuales por agencia, para pagar el costo de la publicidad quedándose las agencias con un 20% en concepto de comisión, por lo que según el acuerdo el resto, un aproximado de 80% era trasladado a cuentas de Promotora de Comunicaciones (empresa de Saca) como pago del servicio que se prestaba pautando mensajes para favorecer la imagen del presidente. Y además era un precio sumamente alto en comparación al precio normal de la pauta publicitaria y sin que hubiera un contrato de licitación a favor de las empresas de publicidad.
La estrategia de robar dinero público a través de pautas publicitarias se dividía en dos: una con disimulo y la otra descarada. En la primera, el servicio finalmente sí se daba, es decir, las radios de Saca y los otros medios contratados por las agencias de publicidad sí pasaban las cuñas radiales, aunque a precios exorbitantes.
Para la segunda parte usó una estrategia que le fue asesorada por un amigo.
–Recuerdo que para ese momento, me propuse sustraer otras cantidades mayores de dinero, pero no sabía cómo evitar que fuera rastreado hacia este servidor o su origen. Por lo que le consulté a una persona que se desempeñaba como contador y auditor de confianza, el señor Irving Pavel Tóchez Maravilla -del Despacho Tóchez Hernández Limitada-, quien me dijo que había observado lo fácil que era evadir controles para la contratación de la publicidad de Casa Presidencial, por la forma en la que se procedía a los exámenes especiales que realizaba la Corte de Cuentas de la República y me sugirió que aprovechando esa debilidad en los controles, se formaron sociedades con otras personas de confianza y que mediante estas sociedades se fingiera las contrataciones de publicidad y que esta sociedad a su vez fingiera la contratación de servicios a favor de otras sociedades, lo cual realicé, confesó Saca.
Tóchez no era para entonces un desconocido. Fue presidente de la Empresa Transmisora de El Salvador (ETESAL) durante la administración Saca y además presidente de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL) durante la administración del expresidente Mauricio Funes. Tóchez, además, fue fundador de la sociedad Tóchez Fernández Limitada, quien se encargó de auditar las empresas de Saca durante su administración 2004-2009.
Además, dos de las cinco empresas de papel a las que transfirió dinero del Estado fueron fundadas ante los oficios notariales de Rosalío Tóchez, expresidente del Corte de Cuentas y tío de Irving Tóchez. En las cinco, uno de los dos titulares siempre fue Laabin Nimrod Tóchez Maravilla, hermano de Irving y otro sobrino de Rosalío Tóchez.
Saca contó que Irving Tóchez ya tenía ubicada la existencia de las sociedades que no tenían actividad, sociedades de papel de las que él tenía el control RM, GDE y OSAD, todas sociedades anónimas de capital variable.
–Por lo que me reuní con una persona de confianza a quien consideraba un amigo, el señor Jorge Hernández Meléndez, a quién le expliqué lo que me proponía a hacer y le pedí que utilizara sus sociedades que se denominaba Marketing and Service de Centroamérica S.A. de C.V. La que el señor Jorge Hernández conformó con su esposa – cuenta Saca –. Le expliqué tal cómo me lo había sugerido Irving Tóchez Maravilla que una forma para poder beneficiarse de los fondos públicos y apropiarse de ellos era mediante la intervención de sociedades y aparentar que prestaban servicios a la Presidencia y que de esa manera se podía sacar el dinero de la Presidencia para luego pasarlo a cuentas de este servidor o en su defecto pasárselas a las empresas o sociedades, en este caso como es la propuesta por el señor Jorge Hernández.
Saca le explicó a Jorge Hernández, para entonces un poderoso hombre de la televisión salvadoreña, que la operación consistiría en entregarle cantidades de dinero sustraído de la presidencia que posteriormente tenía que parar en las empresas del Grupo Samix o directamente en las cuentas personales del presidente. De este trato, Hernández se quedaría con el 20% de cada transferencia a cambio de lavar el dinero.
–Ante tal propuesta, recuerdo que el señor Hernández manifestó que aceptaba y fue así que originalmente acordamos que le entregarían de forma mensual cantidades no menores a $100,000 y que ellos la regresarían cobrando un respectivo porcentaje. Fue así que, durante el periodo comprendido entre julio del 2006 y mayo del 2009, la sociedad Marketing and Service Centroamérica recibió fondos provenientes de las cuentas institucionales subsidiarias del Tesoro Público de la Presidencia de la República. Dinero que fue sustraído ilegalmente y depositado en cuentas que habían sido abiertas a nombre de Rodríguez Arteaga, Herrera Castellanos y Pablo Gómez. Y posteriormente estos fondos eran cancelados a favor de las sociedades que Tóchez había revivido, contó Saca.
Para que el dinero extraído de la Presidencia finalmente llegara a su bolsillo, Saca se aumentó el salario en sus empresas y pasó de ganar $4 mil a $60 mil mensuales.
Aunque Saca había renunciado a las acciones de sus radios antes de ser presidente, tal como lo exige la ley ante la imposibilidad -al menos en papel- de ser funconario y concesionario del Estado, siempre siguió manejando las cuentas bancarias de sus empresas y recibiendo un salario mensual durante toda su gestión.
Además, Saca ordenó que se compraran propiedades a nombre de las empresas de papel. Según La Fiscalía, por todo, Saca logró desviar $19 millones hasta su bolsillo en los cinco años de su gestión.
Sobresueldos, mentas a periodistas y dinero para Arena
Saca confesó además que buena parte del dinero se usó para pagar miles de dólares en efectivo a funcionarios de su gobierno como una “compensación” adicional al salario que ya establecido en la ley. Este beneficio se lo llevaron, según Saca, los ministros de su gabinete y algunos miembros del gabinete ampliado, como directores de autónomas, entre otros.
Las cantidades eran entregadas a las personas designadas por este Saca oscilaban entre los $5,000 y $10,000. De estos funcionarios, algunos también han confesado lo mismo ante la fiscalía y con un agravante: aceptaron que por los miles de dólares en efectivo nunca pagaron impuestos y así evadieron al fisco. Exfuncionarios como Rodrigo Ávila, excandidato presidencial de Arena, el exministro de Hacienda Guillermo López Suárez o la encargada del programa Red Solidaria Cecilia Gallardo.
–(De ese dinero) también se les pagaron los boletos de avión a los miembros del gabinete de gobierno, empleados y asesores, y en ocasiones a invitados que personalmente designaba para acompañarme en estos viajes al exterior. Como por ejemplo, invité en diferentes ocasiones, invite al señor Jorge César Hernández, quien era un amigo personal y comunicador, para que cubriera de forma especial la asistencia del presidente a las asignaciones que se le hacían a este servidor en los países amigos y organismos internacionales.
Pero Hernández no solo recibió beneficios como viajes al extranjero acompañando al presidente. La administración Saca también le pagaba $10 mil mensuales para que Hernández, quien llegó a ser un hombre influyente en la Telecorporación Salvadoreña, la cadena de televisión de mayor alcance en El Salvador, diera una cobertura “amplia y positiva” a los eventos del gobierno, según confesó Saca.
Saca, que gobernó El Salvador entre 2004 y 2009, también fue presidente de Arena.
Los millones de la Presidencia también alcanzaron para Arena, el partido político de Saca, el que también presidió durante su gestión.
Saca dijo que durante los primeros días de su administración “se procedió a emitir una serie de cheques a favor de Alianza Republicana Nacionalista (Arena) por la cantidad de $400,000”. Estos cheques, sin embargo, no serían los únicos, ya que, según la investigación fiscal, Saca desvió un total de $7 millones 650 mil al partido durante toda su gestión.
Después de una hora y media de declaración, uno de los fiscales que ha llevado a Saca hasta el juicio se levanta para hacerle un interrogatorio. Después de una serie de preguntas a las que el expresidente logra contestar con apenas algunas sílabas, el abogado le hace una última:
–Expresidente, ¿Acepta usted haber cometido de manera dolosa el delito de lavado de dinero y activos que le está atribuye la Fiscalía General de la República?
Con voz firme, Saca responde lo que el fiscal quiere escuchar:
–Sí, acepto.
La reciente crisis del transporte parece haber terminado. La exigencia de los transportistas de reducir el costo general del combustible en 23 lempiras (un dólar), se diluyó para transformarse en un acuerdo en el que los dirigentes firmaron el aumento del pasaje en el transporte público. Don Daniel, taxista de punto colectivo desde hace 22 años, todavía no se atreve a cobrarles a sus pasajeros los 14 lempiras que ahora vale este servicio, donde la mayoría de las ocasiones, conduce a jóvenes universitarios. No sabe si estos son del interior del país y si les está desajustando el presupuesto mensual para sus estudios.
“Nosotros no, no queríamos aumento; queríamos que se bajara la gasolina pero como ellos dijeron que no”, menciona este hombre de piel curtida por el sol, mientras conduce su viejo y descuidado Toyota Corolla año 98, y agrega que “la gente está enojada” ante los cuatro días de paro de transporte en los que se les hizo caminar y luego los dirigentes arreglaron con el gobierno.
Un taxista promedio en el punto de Daniel, después de trabajar de cinco de la mañana hasta las siete de la noche, al haber terminado de pagar la tarifa, el combustible y “la renta” que exigen las maras y pandillas, lleva por mucho 200 lempiras a su casa. Finalmente gana aproximadamente cinco mil lempiras mensuales que le ajustan para llevar a su casa la mitad de la canasta básica de alimentos que ahora mismo cuesta 8326 lempiras, según el Informe del Mercado de Trabajo y Salario Mínimo 2016-2017.
Un paro de origen dudoso
Los días 19, 20 y 23 del pasado mes de julio los taxistas se pararon a nivel nacional. En Tegucigalpa, el hueco de Honduras donde las protestas sociales se acaban ante el aburrimiento colectivo, los usuarios del transporte caminaron kilómetros convencidos de que apoyaban una lucha justa: La noble causa de la reducción del combustible que, según decían los taxistas, era un beneficio para todos.
Para los dirigentes la exigencia de este beneficio popular pasó a ser una laguna mental. “Se cometen errores, hubo un error al pedir la rebaja, pero rectificar es de sabios” responde Pedro Gómez, representante de la Asociación Interdepartamental de Taxis Colectivos (AITERP), cuando se le pregunta el porqué del retroceso a la exigencia de reducción al precio del combustible.
Gómez se sienta a media luz en un salón más grande de lo aparentemente necesario, donde hay una pizarra, dos sillas, dos escritorios y un archivero; afirma que los empresarios del transporte son el rubro que da más empleos a nivel nacional y que ante su condición de inversionistas, el gobierno tiene la obligación de defender sus negocios, finalmente asegura que con el incremento del pasaje “todos salimos beneficiados”.
Para un conductor de taxi en la ruta del centro de Tegucigalpa hacia la colonia Cerro Grande, el único beneficiado de estas protestas fue el dueño del taxi, debido a que los conductores pasaron de pagar 350 lempiras de tarifa a 550, aún con el aumento del pasaje tiene que trasladar al menos a diez pasajeros más para poder pagar y seguir trabajando.
Roberto Zacapa, comisionado del Instituto Hondureño de Transporte Terrestre, aseguró en una conferencia de prensa, que el paro nunca giró alrededor de la reducción al precio de los combustibles, desde 2016 los transportistas enviaron una petición para el aumento de las tarifas que finalmente se aprobó para solventar esta crisis. Después de esa conferencia de prensa el pueblo recordó aquellas noches de crisis postelectoral en diciembre de 2017 cuando se celebró la huelga de los policías. Días después, ante la oferta del gobierno, todo volvió a una represiva normalidad.
Daniel recuerda esas noches de una víspera de navidad extraña en las que sufrieron como rubro ante el toque de queda, pero también lamenta estos días en los que fueron la herramienta de los dirigentes para alcanzar un beneficio que hasta el momento no es trasladado a los conductores de las unidades de taxi. “Siempre ha pasado que nosotros servimos de escalera para que ellos suban”, lamenta.
Mientras otro compañero taxista lo saluda y le cede el paso en una de tantas intersecciones sin señalización de la capital, hace una pausa y con frustración dice: “Imagínese, nosotros cerrando calles, aguantando sol, aguantando hambre, ¿y los dirigentes? ¿Cómo negociaron?”. Para Daniel, es totalmente injusto que un dueño de taxi quiera aumentarle la tarifa a un conductor, sobre todo si es dirigente ya que ellos tienen al menos diez unidades a su servicio. “Pedro Gómez, por ejemplo, tiene como diez taxis trabajando” asegura.
Para corroborar esa información era necesario hablar con el ente regulador de las concesiones de transporte en Honduras, el IHTT, pero al visitar en tres ocasiones sus oficinas solo nos encontramos con un muro lleno de boletines de prensa y un joven que dice ser “parte de la oficina de comunicaciones” mientras asegura, completamente convencido, que nadie puede atender a la prensa en ese momento porque “es una política de estado no dar declaraciones”.
Ante esa supuesta política Pedro Gómez asegura que los inversionistas que se dedican al transporte tienen por mucho ocho o diez unidades de taxis y que, “son contados los que tienen 50 taxis trabajando”. Además, ante la preocupación de los conductores por el posible aumento a la tarifa diaria, Gómez asegura que “eso es normal, usted tiene un negocio para ganar”.
Paro frente a parque central de Tegucigalpa 19 de julio 2018. Foto: Martín Cálix
Liberalizar el transporte
El transporte en Honduras atraviesa diversas complicaciones y conflictos, una de ellas es la inseguridad que ha hecho de taxis y buses, los escenarios perfectos para asaltos, secuestros y asesinatos. La inseguridad en el transporte público ha provocado el surgimiento desde la clandestinidad los servicios de taxi V.I.P, quienes ofrecen a la población una opción de seguridad casi por el mismo precio de uno que se toma en la calle.
José David Castro, fundador de una empresa que pone a disposición una plataforma de pago para al menos veinte empresas de taxis ejecutivos, asegura que para poder prestar este tipo de servicio sólo es necesario tener carro propio y decirle a algunos amigos que quieran trabajar. Estos carros particulares se han presentado como el Uber hondureño ante la ausencia de la transnacional del transporte en el país.
Uno de esos taxis V.I.P lo conduce Javier, docente de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en la carrera de Desarrollo Local, quien tiene una licencia para poder avanzar en su maestría. En sus días libres trabaja como motorista en una empresa de taxis V.I.P con su Chevrolet año 2015.
Mientras espera en un semáforo detrás de un taxi colectivo y un bus “de ruta” asegura que para él es mucho más fácil porque es dueño del automóvil que conduce, pero preocupado dice que “la situación es complicada para los compañeros que tienen que hacer tarifa, aunque uno anda más seguro aquí, igual se mata como los que andan en la calle”.
Los carros que prestan el servicio V.I.P pasan desapercibidos en la ciudad. Llevan los vidrios polarizados, usan placas particulares y no están contemplados en la Ley del Transporte Terrestre, la única forma de identificarles es ver el audífono que siempre llevan para comunicarse con los otros compañeros de la empresa; son ilegales y las personas que están en ese rubro están conscientes de esta situación. Javier cuenta que en diciembre a uno de los conductores de este servicio lo identificaron taxistas de un punto colectivo y le quebraron uno de sus vidrios. El odio declarado entre estos dos frentes parece ir en aumento.
Con la voz alzada y una expresión de enojo en el rostro, Pedro Gómez, casi grita que no están de acuerdo con el servicio V.I.P porque “esos no pagan impuesto, no pagan nada, son ilegales y no nos interesa ni hablar con esa gente”, después se pone incómodo y termina la entrevista con el recordatorio del pago de impuestos del que estos taxis ilegales se libran.
A pesar de la ilegalidad, José asegura que el gobierno no puede parar a todas estas empresas porque le están dando un buen servicio a la población. Un servicio que hasta ahora recae exclusivamente sobre el gobierno pero podría cambiar ante una propuesta ciudadana de liberalizar el transporte.
En medio de la crisis del transporte y el cuento mágico en que se convirtió el Caso Pandora, los medios nacionales anunciaron tímidamente la presentación de una iniciativa ciudadana en el Congreso Nacional para liberalizar el transporte.
“Hay personas que tienen 105 números y sólo los alquilan, no tienen ni un tan sólo carro. A la hora de liberalizar el transporte lo que se quiere es poder dar otras opciones de empresas privadas que puedan prestar este servicio” asegura con ilusión José, al pensar en los beneficios que trae la competencia si el libre mercado en el transporte se hace realidad en nuestro país. Su empresa incluso podría concesionar con Uber para prestar el servicio de pago con tarjeta a esa transnacional.
A causa del paro nacional de transporte, los rumores de la entrada de Uber al país se han incrementado y la supuesta iniciativa ciudadana se ha manejado como un secreto no confirmado. Lo que sí es seguro es que los dirigentes de transporte en Honduras se opondrían totalmente a esta propuesta.
Gómez dijo que “muchos países han liberalizado el transporte y ha sido un caos. No creo que pase.”
La semana pasada en España los taxistas se pararon y exigieron una nueva regularización a los Vehículos de Alquiler con Conductor (VTH) donde se enmarca al servicio Uber. Según los transportistas españoles, este servicio ha generado impactos negativos al sector del taxi público y la sociedad en general, estos efectos van desde la imposibilidad de competir en igualdad de condiciones hasta la reducción de la movilidad urbana ante los atascamientos y la emisión excesiva de emisiones de CO2.
En Centroamérica, Uber ya se localiza en Panamá, Costa Rica, Guatemala y El Salvador. Nicaragua decidió cerrar sus puertas para evitar conflicto con los taxistas del servicio público. Según el analista Hérmilo Soto, si “esto llega a pasar se daría lo mismo que en rubros altamente rentables como las comunicaciones y la electricidad donde se ha liberalizado el rubro y al final las transnacionales logran el dominio sin que haya beneficio para la población.”
Para Soto, los servicios básicos no deberían verse con la lógica de la mercancía. Sin embargo, los taxistas, quienes trabajan para los dirigentes del transporte, siguen siendo trabajadores de segunda categoría, ganando la mitad del salario mínimo y destinados a morir junto a las carcachas que manejan.
Fue un día agitado y productivo, las endorfinas se percibían como se percibe el miedo en los tumultos de los puntos de taxi o buses. Tenía mucha hambre, así que pedí una baleada sencilla, me la comí y disfruté, pero no tuve mayor sensación en mi paladar hasta que decidí ser atrevida y meter el dedo en la copa de salsa con mayonesa y chimichurri de mi pareja.
Metí rápido mi dedo a la copa y luego a mi boca y solté casi de inmediato un gemido, de esos que una suelta con toda naturalidad al experimentar el placer. En fracción de segundos, pasaron escenas candentes frente a mis ojos. Era uno de esos recuerdos orgásmicos que la cotidianidad te regala.
Como cuando vas caminando y sentís el roce de tu pantalón y recordás que allá abajo hay una vagina con vida propia que siente, que disfruta y a veces duele en los días de la tan controversial menstruación, o como cuando el carro vibra y te relajas.
Hoy 8 de agosto es el día internacional del orgasmo y quizás pueda parecer una locura que exista un día para tal acto de placer, no obstante, hace 16 años que fue aprobado por unanimidad en el Ayuntamiento de Esperantina en Brasil, fue un acto de transgresión del entonces alcalde que invitaba a hablar de la sexualidad sin tapujos. Quizás algunos se sientan ofendidos con ello, por no ser el día del orgasmo femenino y masculino o porque no lleva la palabra “eyaculación”.
Y no sé si es por el día en el que me encuentro de mi ciclo menstrual o simplemente es el día, la sensación y los recuerdos, me hicieron de pronto sentir nostalgia por aquellos orgasmos retraídos, olvidados o nunca experimentados. Recordé a Doña Martha del bordo cerca de la Empresa de Alimentos Dixie, una señora de 54 años a quién entrevistábamos para un caso de estudio sobre el peligro o la forma en cómo mitigaban los riesgos por desastres naturales en la comunidad que está muy cerca de una quebrada que cuando llueve crece y puede ser devastadora.
Tan devastadora como el escuchar a aquella señora, relatar cómo desde los 12 años empezó a huir de hombres y cómo uno de ellos le había perseguido de pueblo en pueblo en el occidente, hasta que finalmente la secuestró y llevó a su hacienda con el consentimiento de la madre del joven.
“Eso era normal en aquel tiempo, yo fui su mujer por años y tuve hijos de él, aunque él tenía su mujer formal abajo”, dice Martha, refiriéndose a la casa oficial que tenía el hombre en el pueblo.
Como pudo migró a San Pedro Sula y logró entrar a una maquila, en ese entonces ya estaba con otra persona con quien había procreado 4 hijos más. Pero éste la maltrataba y violentaba, así que lo dejó y se fue a una colonia que era controlada por la Mara Salvatrucha, un día llegó su ex pareja borracho y amenazándola, que lo dejará entrar a la casa que ella pagaba, los muchachos de la mara como dice ella, ese día lo enfrentaron, lo golpearon y le dijeron que no volviera a molestarla.
Doña Martha tuvo miedo que lo mataran y se sentía culpable, porque, aunque no le ayudaba mucho ella necesitaba quién le apoyará a criar a sus hijos, así que se juntó con su vecino con quién tiene más de 25 años de estar juntos.
–¿Y de éste sí está enamorada? –Le preguntó mi amiga.
– No, yo no sé qué es el amor. Nunca lo he conocido y a él lo respeto y aprecio, pero no más.
Ante esa respuesta seca y con nuestra experiencia en el tema de VIH y la lucha por los derechos sexuales y reproductivos, mi amiga y yo proseguimos la conversación preguntando, sobre cómo se cuidaba de infecciones de transmisión sexual y si alguna vez había disfrutado hacer el amor.
–Nunca he disfrutado el sexo, apenas recuerdo haber disfrutado los besos. –Respondió.
Doña Martha nunca tuvo oportunidad de apreciar su cuerpo, de conocerlo y explorarlo. ¿Cómo diablos hacerlo? Me preguntaba en mi cabeza, cuando desde que entró a su adolescencia, fue acosada, secuestrada y violada. Obligada a ser sólo un pedazo de carne.
Ella nunca ha conocido lo que es tener un orgasmo, nunca le enseñaron a sentirse orgullosa de su cuerpo y recordé la historia de esa señora de los Monólogos de la Vagina en la que está en el automóvil de su pretendiente y de pronto después de un beso se mojó, se mojó tanto que no entendía qué pasaba. No sabía que estaba excitada y se sintió muy apenada, su pretendiente la avergonzó reprochándole lo que había pasado, le dijo que era sucio y nunca más ella pudo disfrutar de su vagina.
Cuando el alcalde José Arimateia Dantas Lacerda, justificaba que el tener un día especial para celebrar el orgasmo femenino, sería una forma de hablar sin tapujos sobre la sexualidad femenina y que también era un acto político, lo dijo porque el tema era un asunto de salud pública.
Quizás no estaba tan equivocado, según la Revista Cosmopolitan que publicó una encuesta al respecto. Luego de obtener cuestionarios resueltos por 2 mil 300 mujeres de entre 18 y 40 años en la que el 42% dijeron lo hicieron porque no querían lastimar los sentimientos de su pareja y porque sabían que no alcanzarían el orgasmo y querían terminar con el encuentro lo más pronto posible mientras que el 39% logran la mayoría de sus orgasmos masturbándose o con un juguete.
Quizás la idea de José Arimateia no está tan alejada, puesto que a medida que hablemos sin tapujos sobre la sexualidad femenina también iremos reconociendo nosotras las mujeres, que no hay nada de malo con nuestra vagina y que en realidad lo que tenemos entre las piernas no es una araña o un pescado como vulgarmente nos hacen creer.
Gracias a esa iniciativa estamos hoy acá hablando sobre cómo en la cotidianidad encontramos orgasmos: al probar una comida que nos gusta, cómo disfrutamos algunos roces de los pantalones o vibraciones del carro o cómo hay mujeres en este siglo XXI que nunca han sabido siquiera que es eso que llaman orgasmo femenino, como le ha sucedido a Martha.
Hoy es un día perfecto para reflexionar que en pleno siglo XXI todavía haya generaciones que piensen que para tener un orgasmo es necesario un pene y penetración. Ojalá cada año podamos ir sintiendo y disfrutando eróticamente de aquello que hay en nuestra cotidianidad. Que aprendamos a tocarnos y explorarnos, pero que también disfrutemos de los más mínimos placeres como el comer y darnos gustos de vez en cuando.