El «mesías» neopentecostal llega a la Casa Blanca con promesas de poder para sionistas y antiderechos
El 7 de diciembre de 2024, el papa Francisco presidió su audiencia general en el Vaticano, ante un nacimiento cristiano en el que el pesebre del Niño Jesús estaba cubierto con una kufiya, pañuelo con sus característicos cuadros blanco y negro que se ha convertido en potente símbolo de la causa palestina. En Estados Unidos, unas semanas antes, cristianos evangélicos, en su mayoría, votaron masivamente por regresar a un convicto, mentiroso, racista y generador de odio, a la silla de liderazgo de la nación más poderosa del mundo. El punto, por supuesto, es la diferencia entre cristianos evangélicos y católicos en el abordaje de algunos de los acontecimientos sociales y políticos más importantes de nuestro tiempo.