Honduras, como parte de los países que integran el sistema de Naciones Unidas, se comprometió a adoptar el Pacto para el Futuro para hacer frente a los desafíos sobre cambio climático, seguridad, derechos humanos, la gobernanza global y la igualdad de género. El documento también incluye un pacto digital que busca que el ciberespacio sea un lugar seguro para las niñas y mujeres del mundo.
Texto: Vienna Herrera
Fotografía: Archivo de Naciones Unidas
El Pacto para el Futuro, un documento no vinculante aprobado este fin de semana en Nueva York por la mayoría de los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), fue reafirmado por Honduras a través del canciller de la República, Enrique Reina, durante su intervención en la Cumbre del Futuro, el 23 de septiembre.
«Honduras está firmemente convencida [de] que un mundo mejor, de oportunidades para todos, sí es posible, y consecuente con nuestras aspiraciones, seguimos convencidos que reafirmar la paz y la seguridad internacionales son indudablemente normas necesarias para la convivencia pacífica entre nuestras naciones», dijo el canciller Reina.
El pacto, que contiene 66 páginas, busca que los países del mundo se comprometan al desarrollo y financiamiento sostenible; a la paz y seguridad internacional; a la ciencia, tecnología, innovación y cooperación digital; a escuchar a las juventudes y a las futuras generaciones; y finalmente a transformar la gobernanza global.
Este pacto se originó del informe Nuestra Agenda Común presentado por el Secretario General de la ONU, António Guterres, en septiembre de 2021, debido a que los Estados del mundo no van por un buen camino para alcanzar los objetivos que se han fijado a través de la Agenda 2030 sobre Desarrollo Sostenible, y tampoco están respondiendo adecuadamente a los nuevos retos ni a las nuevas oportunidades que se les presentan.
La igualdad de género es una de las metas a las que los países se han comprometido en la agenda 2030, y ahora en el Pacto para el Futuro. En su discurso inaugural, Guterres dijo: «Ante el aumento de la misoginia y el retroceso de los derechos reproductivos de las mujeres, los gobiernos se han comprometido explícitamente a eliminar las barreras legales, sociales y económicas que impiden a las mujeres y las niñas desarrollar su potencial en todas las esferas».
Por su parte, el canciller de Honduras, durante su participación, dijo que es urgente una sociedad con igualdad de género para alcanzar una verdadera justicia social.
El Pacto implica el compromiso de que los países tomen acciones inmediatas para erradicar todas las formas de violencia basada en género y el acoso sexual. En Honduras, al 31 de agosto se habían registrado 167 femicidios, de acuerdo con el Centro de Derechos de Mujeres, y 28 de los casos ocurrieron en ese mes.
De acuerdo con el Pacto, la igualdad de género también implica que los países aseguren el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos, según lo acordado en la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, adoptada en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, en 1995. Dicho documento destaca que ese acceso universal incluye no solo la provisión de servicios de salud de calidad, sino también la educación integral en sexualidad y la toma de decisiones informadas sobre la salud reproductiva.
«El aborto en condiciones peligrosas pone en peligro la vida de un gran número de mujeres y representa un grave problema de salud pública, puesto que son las mujeres más pobres y jóvenes las que corren más riesgos», dice la Declaración de Beijing.
En Honduras, Contracorriente ha reportado en varias ocasiones cómo la prohibición total de la interrupción del embarazo afecta principalmente a mujeres pobres que sufren emergencias obstétricas y posteriormente son injustamente acusadas del delito de aborto, enfrentando procesos revictimizantes extendidos. Aunque si las mujeres tienen una asistencia legal con enfoque de género pueden obtener sentencias absolutorias, las consecuencias de esos procesos en su vida no son reparadas por el Estado.
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En cuanto a la gobernanza digital, el Pacto establece un marco integral para la cooperación en el uso de la inteligencia artificial y la protección de los derechos humanos en el entorno digital. Pero el acuerdo no solo busca conectar a todas las personas a internet, sino también garantizar que el espacio en línea sea seguro para todas las personas, especialmente las mujeres.
En Honduras, el ciberespacio no representa un espacio seguro para niñas y mujeres, que son víctimas de violencia. En el último especial periodístico de Contracorriente, Desprotegidas en la red, contamos historias sobre cómo mujeres y niñas en Honduras son víctimas de explotación, acoso, difusión de material de abuso sexual y trata en el ciberespacio. Las víctimas esperan que Honduras adopte reformas legales que brinden protección y apoyo a niñas y mujeres que sufren ciberviolencia.
El Pacto que ha sido suscrito por Honduras señala que los Estados miembros no solo buscarán cerrar la brecha digital de género, sino que también cada país «combatirá y eliminará todas las formas de violencia, incluida la violencia sexual y de género que ocurre a través del uso de la tecnología o es amplificada por esta».
Tensiones durante la aprobación del Pacto
Este Pacto es el resultado de años de colaboración y es considerado el acuerdo internacional más extenso en décadas, con el que se busca la eliminación total de las armas nucleares, y un compromiso para evitar una carrera armamentista en el espacio exterior. Además, propone medidas para regular el uso de nuevas tecnologías, como las armas autónomas letales.
«He convocado esta cumbre porque nuestro mundo se está descarrilando y necesitamos decisiones difíciles para volver al buen camino. Los conflictos se multiplican, desde Oriente Medio hasta Ucrania y Sudán, y no se vislumbra el final. Nuestro sistema de seguridad colectiva está amenazado por las divisiones geopolíticas, las posturas nucleares y el desarrollo de nuevas armas y escenarios de guerra. Los recursos que podrían aportar oportunidades y esperanza se invierten en muerte y destrucción», dijo Antonio Guterres, secretario general de la ONU, al inicio de su intervención en la inauguración de la Cumbre del Futuro.
El Pacto para el Futuro también busca la paz mundial en un momento en el que, según la misma ONU, «se viven las mayores tensiones desde la Segunda Guerra Mundial».
Para ejemplificar esas tensiones, no todos los países estuvieron de acuerdo con adoptar el pacto. Durante la sesión de aprobación del documento el domingo, la delegación de Rusia se pronunció en contra, debido a que aseguraron no haber recibido el documento completo con tiempo para estudiarlo párrafo por párrafo. «Solo se presentaron enmiendas para beneficiar a países occidentales», afirmó Rusia, cuya intervención fue apoyada por Venezuela.
Posteriormente, la República del Congo solicitó no tomar en cuenta la intervención de Rusia, y 143 países apoyaron esta moción, entre ellos Honduras, mientras que 15 se abstuvieron y hubo 7 votos en contra: Rusia, Sudán, Corea del Norte, Nicaragua, Irán, Siria y Bielorrusia.
Rusia aseguró que no adoptaría el Pacto, pues es un documento sin carácter vinculante. Sin embargo, es importante destacar que este documento plantea reformar el Consejo de Seguridad de la ONU para reparar la injusticia histórica contra África y mejorar la representación de las regiones y grupos subrepresentados o no representados, como Asia-Pacífico y América Latina y el Caribe. En su intervención, el canciller Reina recalcó la importancia de reformar el Consejo «para tornarlo más democrático».
El Consejo de Seguridad de la ONU es un organismo encargado de la paz y seguridad del mundo. Actualmente está integrado por solo 15 miembros que tienen un voto cada uno, de los cuales cinco son miembros permanentes: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China (todos con el derecho de veto); y diez miembros no permanentes que se eligen de cinco en cinco cada año por la Asamblea General. El Consejo de Seguridad es el único órgano de la ONU cuyas decisiones deben ser acatadas por todos los Estados miembros, o de lo contrario pueden ser objeto de embargos o sanciones económicas. El Consejo puede incluso autorizar el uso de la fuerza para hacer cumplir sus mandatos.
En su intervención en la sesión de clausura de la Cumbre, Philémon Yang, presidente del 79 periodo de sesiones de la Asamblea General, expresó su esperanza de que las ideas ahí surgidas inspiren nuevas iniciativas a escala nacional, regional y mundial. «Al clausurar la Cumbre del Futuro, insto a todos los Estados Miembros a que sigan impulsando medidas decisivas y creando avances significativos», finalizó.