En una burbuja libertaria en la paradisíaca isla de Roatán, que está en Honduras, un país empobrecido, autoritario y violento de Centroamérica, surgieron Próspera e Infinita con el ambicioso y controvertido propósito de desafiar la muerte y ser el experimento libertario para probar un nuevo modelo de Estado. En Honduras ese nuevo modelo se llama Zona Especial de Empleo y Desarrollo (ZEDE), y después de ser aprobado por un expresidente convicto, ha sido condenado a la inconstitucionalidad. A pesar de esto, Próspera e Infinita son ahora el lugar intocable donde los más reconocidos millonarios de la tecnología invierten en tratamientos para prolongar la vida, para lograr la inmortalidad.
Texto: Jennifer Ávila
Fotografía: Fernando Destephen y Catherine Calderón
Niklas Anzinger, un alemán alto, apuesto, joven y con larga cabellera, habla conmigo en un hotel en Roatán, en donde está establecida la ZEDE Próspera, una burbuja libertaria que alberga sus sueños y las inversiones de varios de los magnates más importantes de la industria de la tecnología actual. Niklas me cuenta su sueño, a pesar de que en Honduras está en riesgo por un fallo de la Corte Suprema de Justicia que declaró inconstitucional la ley que le dio vida a este experimento libertario.
–Esta pregunta puede parecer tonta pero, ¿por qué una persona querría vivir para siempre si el mundo está ya muy jodido?
–Bueno, yo creo en el poder de la elección. Si quieres vivir más, deberías poder tener la opción. Yo creo que la vida es bella y que es genial, así que quiero más de eso, y sé que hay más personas que querrían esa opción.
Este emprendedor alemán juega un papel muy importante para la ZEDE Próspera, y ha llamado Infinita al proyecto que ahí alberga. Hace un año, Niklas comenzó a crear una comunidad interesada en pagar o promover tratamientos para vivir de manera prolongada, quizá para siempre, y claramente sin las regulaciones tradicionales.
Próspera e Infinita están en Roatán, la isla más grande de Honduras en el Caribe, a la que llegan los cruceros turísticos y donde miles de personas, sobre todo de Estados Unidos y Europa, hacen snorkeling y ven la playa desde un resort. Es en Roatán donde artistas de Hollywood como Catherine Zeta Jones y Michael Douglas han llegado a tomar vacaciones en el tercer mundo, pero a la vez lejos de este, porque es un lugar que no se parece mucho a la Honduras de tierra firme. Roatán tiene uno de los índices más bajos de homicidios, allí circula el dólar, se usa el bitcoin y se habla inglés.
Estamos en el lobby del hotel en Pristine Bay, un complejo turístico con villas y campo de golf, que la ZEDE Próspera ahora administra tras comprar acciones en la empresa propietaria y en el que, al menos hasta mediados de 2024, unas 211 propiedades estaban inscritas en el régimen especial ZEDE. Estamos en ese lugar porque Niklas organiza un evento sobre ciudades crypto y las maravillas legales de Próspera para evadir las burocracias de los Estados nación; y aunque la invitación al evento tiene imágenes futuristas y pareciera que será celebrado en una nave espacial, las sesiones se llevan a cabo en un domo de lona en el patio del hotel, en donde Niklas ha colocado bean bags, sillas y un equipo audiovisual para quienes asisten de manera remota.


«Imagina un mundo de abundancia, vidas más largas, energía limpia, mercados transparentes, robots e inteligencia artificial haciendo el trabajo pesado; ¿por qué aún no tenemos todo esto? Aquí te traemos soluciones», así comienza Niklas cada episodio de su pódcast en el que promociona a Infinita. Lo había escuchado antes de conocerlo, en el pódcast se escucha entusiasmado en esos segundos de introducción, pero en esa primera entrevista que me dio durante su evento, Niklas estaba nervioso e incómodo. Me dijo que los medios no han sido justos y que tiene mucha desconfianza en los periodistas y los medios tradicionales. No me habría atendido si Jorge Colindres no lo hubiera aprobado, me dijo después. Jorge es el secretario técnico de Próspera, una especie de gobernador de este territorio que ellos presumen autónomo.
Infinita VC, el emprendimiento de Niklas, es una entidad administradora de capitales de riesgo fundada en 2022, según su página de Linkedin. La base de datos Crunch Base establece que, hasta julio de 2024, Infinita invirtió en dos startups: Immune AgeBio, una desarrolladora de terapias de rejuvenecimiento a través de células madre, y BeeX, una empresa basada en Singapur que «ofrece robots que utilizan vehículos submarinos autónomos con capacidad de flotación diseñados internamente». También trabaja conectando personas, ya sea posibles inversionistas o pacientes para Minicircle, la empresa desarrolladora de la terapia de folistatina para el rejuvenecimiento y aumento de la masa muscular, lo que se ha popularizado como «hackear el ADN para la inmortalidad»; cada sesión cuesta 25 mil dólares.
Gracias a Infinita, funciona también en Próspera Symbiont Labs, una startup de implantes cibernéticos como chip de tarjetas debajo de la piel u otros dispositivos, como imanes en la punta de los dedos para simular un nuevo sentido; el objetivo final sería crear cyborgs. Niklas me dijo que con un capital inicial de 3.5 millones de dólares apoyó 25 startups de biotecnología en la ZEDE hondureña.
Entonces, la receta Infinita es: robots, cyborgs y experimentos biomédicos.
Cuando creó Infinita, Niklas escribió un manifiesto. Según este escrito, el proyecto busca construir una red de pequeños centros, comenzando en la jurisdicción de Próspera ZEDE Roatán, donde los fundadores pueden desarrollar soluciones de biotecnología y atención médica con una burocracia mucho más reducida y simplificada. Se alejan del concepto de «Estado red» diciendo que no esperan reconocimiento diplomático de los países, pues la libertad que anhelan está absolutamente desconectada de los Estados.
«Si bien nuestro enfoque principal es la longevidad, cualquier innovación que necesite pruebas en el mundo real y una iteración más rápida es bienvenida. Al reducir la fricción regulatoria, Infinita pretende desbloquear una nueva frontera en la extensión de la vida», establece el manifiesto de Niklas.
A pesar de la oposición de la comunidad científica hondureña y las críticas internacionales, Niklas hace eventos en Infinita en los que convoca a decenas de personas alrededor del mundo que comulgan con su pensamiento anárquico, para intercambiar sus ideas en este paraíso turístico en Roatán.

Por el domo de Infinita desfilan grandes celebridades del mundo del biohacking; es casi un hogar para Mac Davis, uno de los directivos de Minicircle, activista de las «ciudades libres» y parte de la junta directiva de Frontier Foundation cuyo objetivo principal es «apoyar la iniciativa presidencial “Ciudad de la Libertad” de Donald Trump» que fue expuesta durante su campaña política.
«Las generaciones pasadas de estadounidenses persiguieron grandes sueños y proyectos audaces que antes parecían absolutamente imposibles. Cruzaron un continente inestable y construyeron nuevas ciudades en la frontera salvaje. Transformaron la vida estadounidense con el sistema de autopistas interestatales (que era magnífico) y pusieron en órbita una vasta red de satélites alrededor de la Tierra. Pero hoy nuestro país ha perdido su audacia. Bajo mi liderazgo lo recuperaremos a lo grande», dijo Donald Trump en el lanzamiento de esa iniciativa, en marzo de 2023.
Mientras esto se anuncia en Estados Unidos, Davis no se quedó con los brazos cruzados, y gracias a la inversión de Sam Altman, fundador de OpenAI –la empresa que revolucionó la inteligencia artificial– y a las facilidades que Próspera le dio para hacer todo sin regulaciones establecidas, desarrolló su terapia de folistatina de una manera que por ahora no podría haber hecho en su país. Esto le dio a Próspera una razón de ser, ya que después de cinco años de existir no había logrado tener un impacto como desarrolladora de industrias.
Los ensayos clínicos para las terapias de Minicircle fueron breves por ser residentes de una ZEDE, y la clínica GARM, que funciona desde 2013 formalmente en un complejo de retiro en Roatán cerca de Pristine Bay, les brinda un establecimiento con profesionales de la salud y equipo médico. La clínica GARM ofrece tratamientos médicos tradicionales y ensayos no aprobados por la FDA, está dentro de una zona muy restringida y para entrar solo se puede con cita o directamente buscando atención médica. Infinita no solo es una fuente de financiamiento, es también la que resguarda estos procesos, conecta a las startups y a los inversionistas con Próspera y con la clínica.

Seguimos en Pristine Bay, y en un receso entre sesiones sobre marcos legales, tokens y organizaciones descentralizadas, Niklas me habla de su inspiración para crear Infinita.
–Particularmente me inspiré en una película de vampiros que se llama Only lovers left alive, de Jim Jarmuch. Creo que esta película aborda tu pregunta. Sí, la vida puede ser muy dura de muchas maneras, pero a pesar de sus altos y sus bajos, sigue siendo hermosa.
Hay una escena de esta película que Niklas usa de ejemplo cuando reflexiona sobre la eternidad. Adam, uno de los protagonistas, que es vampiro, se encuentra sumido en una profunda depresión, ya que vivir para siempre también puede ser desgarrador por lo que, en algún punto, morir se convierte en un anhelo. Es entonces cuando Eve, la otra protagonista también vampiro, lo encuentra y lo invita a bailar, sacándolo de su oscuridad porque también están las cosas hermosas de la vida: la ternura, los lazos humanos, la música y el baile.
En el contexto del que proviene Niklas, las referencias a vampiros o al ciberpunk son bastante comunes; de hecho, la estética de los afiches, las páginas web y su publicidad en general lo reflejan. Y solo agrega a esto el hecho de que una de las mayores celebridades que Niklas ha recibido para conectar con Minicircle sea Bryan Johnson, un millonario emprendedor tecnológico conocido también como «un vampiro moderno».

La primera visita de Bryan a Próspera e Infinita está en internet y se hizo viral. En el video se ve a Bryan con su camiseta negra que dice «Don’t Die», presumiendo su corpulencia en el calor del Caribe mientras se le escucha narrando su viaje de aventura a una isla escondida, una ciudad prohibida, a la fuente de la juventud.
Todo el video –que también contiene animaciones sobre cómo se vería Bryan viejo y Bryan rejuvenecido, ratas normales y ratas musculosas, o sobre cómo supuestamente ocurre el proceso químico dentro del cuerpo– culmina mostrándonos que en Próspera e Infinita se hace algo prohibido: la inyección que recibe Bryan en el abdomen con un gen para regenerar su estructura muscular no está aprobada por la FDA.
Pero es revolucionario, se ve en el rostro pálido de Bryan: «cambiaremos el rumbo de la humanidad» dice, porque siendo él su propio conejillo de indias, quiere demostrar que su esperanza de vida aumentará un 30 % con este tratamiento. El video luego se hizo parte de un documental más largo que se llama Don’t die (No mueras), recientemente agregado al catálogo de Netflix.
Bryan Johnson es un empresario estadounidense que saltó a la fama tras vender su aplicación Braintree, con la cual se hizo millonario, y le dio vuelta a su vida con un propósito completamente nuevo: vivir más de lo humanamente posible hasta ahora. Bryan dice que si una persona puede vivir 100 años, él logrará vivir 200.
Por si todo lo anterior no nos evoca a la imagen del vampiro aún, Bryan también se ha sometido a transfusiones de sangre con su hijo y su padre, en una especie de transferencia de juventud de una generación a la otra. A propósito, Bryan, quien además es un hombre muy pálido porque casi no recibe la luz del sol y usa lámparas especiales para recibir la vitamina esencial para su piel, organizó una sesión de fotos para ese momento en el que su hijo de 18 le donaría su sangre, mientras él le daría sangre a su padre de más de 70 años de edad.
Aunque los estudios sobre las transfusiones de plasma de personas jóvenes a mayores aún están en etapas iniciales, con abundante investigación en ratas pero poca en humanos, Bryan hizo de esto un espectáculo, jugando con la imagen de «vampiro» intrageneracional.
Pero con lo extraño que puede sonar todo esto, Johnson no es el único que experimenta en sí mismo en búsqueda de juventud. Otro gigante de Silicon Valley había explorado esta práctica antes: Peter Thiel, cofundador de PayPal, magnate tecnológico y promotor de fondos de inversión para experimentos libertarios.
Thiel es importante para los proyectos de Infinita y Próspera porque esta ZEDE está en el portafolio de la compañía Pronomos, que cuenta con su respaldo y el de otros multimillonarios como Marc Andreessen y Balaji Srinivasan, autor de The Network State, gurú para los libertarios de Próspera. Marc Andreessen es un empresario de tecnología muy cercano al presidente Donald Trump, tanto que, según un artículo de la revista Fortune, Andreessen pasaba la mitad de su tiempo con el presidente electo de los Estados Unidos en Mar-a-lago previo a su toma de posesión. Por otra parte, Thiel invirtió en el vicepresidente JD Vance para sus campañas políticas.

Lo que no es extraño es que estos hombres millonarios y privilegiados compartan el deseo de prolongar su propia vida. Bryan Johnson habla en su documental sobre su obsesión por prolongar el tiempo que pasa con el único hijo con el que tiene relación después de separarse de su familia y su religión mormona.
También Niklas habla de amor cuando cuenta sus motivaciones para ser parte de este proyecto. Me cuenta que conoció a su esposa durante la pandemia, cuando ambos vivían en países diferentes. Para muchos, la pandemia se siente como una película postapocalíptica reciente, una historia en la que dos amantes buscan un refugio en un mundo azotado por un virus letal que cierra fronteras y llena las calles de incertidumbre y desolación. Niklas encontró en México un lugar abierto para reencontrarse con su novia y comenzar una vida juntos. En ese contexto descubrió Próspera, cuando leía un artículo escrito por Christian Betancourt, uno de los principales ideólogos de las ZEDE, y así decidieron probar suerte.

Pero si bien ellos buscan superar el reto de reducir a la muerte su certeza –Bryan inyectándose folistatina, Peter Thiel experimentando con transfusiones, Niklas uniéndolos a todos en las mismas inversiones en una isla hondureña–, la incertidumbre de la política en este país parece ser un reto de proporciones similares.
La sentencia de inconstitucionalidad emitida por la Corte Suprema de Justicia de Honduras en 2024, bajo el Gobierno socialista de Xiomara Castro, amenaza el proyecto de Niklas y de otros empresarios que promueven una aceleración de los negocios millonarios de biotecnología y un nuevo estilo de vida orientado a la eternidad. Le pregunté a Niklas si consideraría mudarse a otro país para probar mejor suerte, y me respondió que esperará un año más antes de tomar una decisión, aunque ha visto posibilidades en El Salvador, Paraguay, Uruguay y Argentina.
Según el manifiesto de Infinita, la eficiencia regulatoria que se ofrece en Próspera se está poniendo en marcha en otros lugares del mundo impulsada por gobiernos de corte ultraderechista; por ejemplo, Niklas asegura que Infinita fue una de las primeras en promover ideas como el «aceleracionismo efectivo, pro-crecimiento y tecno-optimista», la base de lo que Milei hace en Argentina y de lo que Musk está haciendo ahora en los Estados Unidos con el DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental).
En noviembre de 2024, Niklas me recibió de nuevo en Próspera, en una sala de reuniones de la torre de condominios Duna, en donde ahora funciona una oficina de Infinita; las elecciones en Estados Unidos sacudieron al mundo con el triunfo de Donald Trump junto con Elon Musk y otros empresarios de la tecnología, los «tecnofeudales». Para Niklas es un buen momento para luchar por su sueño.
«Yo podría estar haciendo negocios en Dubai, pero prefiero hacerlo aquí o en Latinoamérica, porque en Dubai ya todos son ricos, aquí mi trabajo tiene más impacto. En un año, las cosas pueden cambiar y la razón prevalecerá», dijo, refiriéndose a la posibilidad de que se cambie el gobierno que prometió, aunque hasta ahora sin éxito, acabar con las ZEDE.
El gobierno de Castro no ha hecho sino celebrar que ha declarado inconstitucionales las ZEDE; sin embargo, para Próspera parece que nada ha cambiado. Un día después de la toma de posesión del presidente Trump en Washington, Bryan Armstrong, CEO de Coinbase, una plataforma en línea que funciona como un banco de criptomonedas, anunció su inversión en Próspera. Apenas un par de meses antes, Armstrong estuvo sentado en unas beanbags en el domo de Infinita, charlando con Niklas sobre la creación de libertad económica en todo el mundo. Esa plática se convirtió en el episodio 85 de su pódcast.

La isla libertaria flota en un mar de conflictos
Roatán es una isla y al mismo tiempo una zona libre de impuestos para el desarrollo del turismo, no por Próspera, sino que ha sido así desde 2006. Entonces, durante décadas grandes empresas turísticas, sobre todo extranjeras, han sido la primera fuente de empleo para los isleños. Pero este atractivo turístico conlleva su maldición, pues en la isla peligran los arrecifes de coral por la falta de supervisión a la industria del turismo, la pesca y por la llegada constante de cruceros; también hubo casos recientes de trata de personas y desapariciones de mujeres que implican a estadounidenses dueños de empresas turísticas.
Otra de las fuentes de empleo en la isla es la pesca de langosta, pepino de mar y otros moluscos, la cual se hace en condiciones precarias por hombres pescadores que llegan a la isla y se embarcan sin equipo adecuado; muchos quedan parapléjicos por la falta de atención médica oportuna. Los servicios públicos en la isla son muy caros y no cuentan con la adecuada regulación; por ejemplo, en Roatán la energía es producida con gas natural, pero en Honduras aún no hay una ley que regule este tipo de generación de energía. El dueño de la planta es un estadounidense originario de Texas.

La realidad hondureña supera a la utopía libertaria, y es que Roatán ya era una colonia desde antes que Próspera llegara con su idea de Estado red.
Próspera, además de una idea, es un territorio, y en Roatán ese territorio es Crawfish Rock, una comunidad de apenas 800 habitantes con una ubicación privilegiada para extranjeros. Pero es en Crawfish Rock en donde estos han tenido la mayor resistencia en los últimos cinco años.
La profesora Luisa Connor y su hermana Vanessa, líderes del patronato de Crawfish Rock, han estado en la resistencia en contra de las ZEDE, sobre todo cuando Próspera comenzó a construir edificios. Las hermanas Connor nacieron y crecieron en Crawfish Rock en medio de complejos turísticos lujosos, y ahora está en su paisaje la imponente torre Duna de Próspera, que contrasta con las calles de tierra de la comunidad, los niños descalzos jugando en un parque improvisado y los hombres que se refugian del calor con refrescos o cervezas en el verano eterno de la isla.
La mayoría de los habitantes de la comunidad trabaja en el complejo turístico Palmetto Bay, a cuatro kilómetros de Crawfish Rock, o en la pesca; algunos también en los proyectos de Próspera. Sin embargo, la comunidad vive una creciente tensión. Los gritos y risas entre los vecinos esconden conflictos que se han profundizado con la llegada de las ZEDE. «Yo no sé por qué no se van ya. No respetan a nuestro gobierno ni a esta comunidad humilde», dice Luisa sobre Próspera, frustrada por su permanencia pese a la derogación de la ley que las habilitaba.
La tensión se siente en la comunidad; pero es extraño, las personas gritan y parece que se pelean, pero ríen a carcajadas. Uno le dice a la otra que ha traicionado a la comunidad, un anciano llega y le cae a golpes a otro anciano, todos se ríen alrededor y gritan en un inglés isleño muy rápido.
En abril de 2024, Luisa me comentó que algunos vecinos planificaban medidas drásticas, por ejemplo, dejar de rentar habitaciones a los trabajadores de Próspera. Aunque no se concretó, la división es palpable. Desde que Próspera se instaló, la comunidad, antes tranquila, cambió. En 2020, durante la pandemia, el CEO de Próspera, Erick Brimen, mencionó la posibilidad de expropiación de tierras, encendiendo las alarmas de los habitantes. Desde entonces, un grupo de trabajadores de Próspera ha intentado desafiar el liderazgo de las Connor en el patronato.

Luisa cuenta que Erick Brimen llegó antes, en 2017, y los habitantes de Crawfish Rock no se opusieron en ese entonces, pues el turismo es la actividad económica más importante en esta isla, y no les era desagradable pensar en que ya no tendrían que ir lejos a trabajar en complejos turísticos, sino que tendrían uno a la par.
Sin embargo, en mayo de 2020 se puso en marcha la iniciativa para la creación de Próspera y no se realizó consulta previa, libre e informada en Crawfish Rock. Pero Próspera organizó algunas reuniones con la comunidad, y en una de ellas, en plena pandemia, Erick Brimen llegó y dijo la palabra expropiación, por estar contemplada en la ley de las ZEDE, y entonces se perdió cualquier voto de confianza.
Cali, una mujer miskita de 30 años que trabaja en Próspera, asegura que hubo una reunión con pizza y refrescos para informar sobre el proyecto, algo que ella cataloga como una consulta. Sin embargo, esto no es visto de la misma manera por las Connor y su patronato. Ahora, por la falta de un mecanismo para cerrar un proyecto como Próspera, que tiene obras de infraestructura ya construidas, tierras compradas y personas empleadas, la gente en la comunidad desconfía de quienes antes eran sus vecinos o compañeros de liderazgo comunitario y, aunque siguen creyendo en la promesa del gobierno de desmantelar el proyecto, ya están cayendo en desesperación.
«Nos odian porque trabajamos en Próspera. Pero somos madres solas que luchamos por nuestros hijos», afirma Cali para defender su empleo. La empresa le paga 9,000 lempiras al mes, unos 400 dólares, por medio tiempo y sin derechos laborales, ante lo cual Cali dice estar satisfecha. Estas divisiones comunitarias le afectan personalmente, y confirma que varias personas han amenazado a los miskitos que trabajan en Próspera con no alquilarles vivienda.
Es cierto que Próspera ha contratado a personas que llegaron a Roatán de La Ceiba y la Moskitia hondureña, pero esto es parte de la dinámica laboral normal en la isla, ya que muchos miskitos, por ejemplo, llegan a Roatán a trabajar en los barcos de pesca de langosta en condiciones precarias, y los que sobreviven a ese trabajo muchas veces no regresan a sus comunidades, sino que se quedan en la isla, al igual que las personas de La Ceiba que muchas veces llegan huyendo de la violencia que azota ese puerto.

El gobernador de Roatán, Hugo Soler, me dijo que las divisiones se agravan: «El negro atacando al miskito, el miskito defendiéndose del negro». Los miskitos, contratados para construcción, enfrentan discriminación y condiciones laborales precarias. «En cualquier construcción de la isla verá que los albañiles son miskitos, porque dicen que son más fuertes, resisten más, aguantan más lluvia, no se enferman casi y les pagan menos. Por eso la comunidad se ha llenado de miskitos», explicó.
Y el mismo gobernador, quien ha hecho debut y despedida en la política, acepta que hubo abandono estatal en Roatán, y sobre todo en la comunidad de Crawfish Rock, aunque «de todos los gobiernos, nosotros ahorita es que estamos apoyando de cierta manera, lo que pasa es que era un vaso que estaba vacío y con que usted lo llene hasta la mitad sigue vacío, no ha habido inversión pública en la comunidad», se excusó.
En la playa, Cali y otras dos mujeres, las únicas empleadas para limpieza y jardinería que han quedado de la ZEDE, barren mientras hablan entre sí en idioma miskito; las separa de la playa y el muelle de Crawfish Rock solo una malla de alambre. Desde el complejo Beta de Próspera, ubicado en una colina y conformado por un gran edificio de madera en donde funcionan algunas oficinas de startups, se ve el caserío donde vive la gente de Crawfish Rock y a unos jóvenes sacando arena del mar para venderla en proyectos de construcción.
Ese apoyo que dice el gobernador que está dando el Gobierno central a Crawfish ha generado otra grieta en la comunidad. El Gobierno de Xiomara Castro está ejecutando proyectos con la gestión del patronato de Crawfish, liderado por las hermanas Connor, con quienes abandera la lucha contra las ZEDE. El Gobierno central mandó a pavimentar un pequeño tramo de calle dentro de la comunidad y otorgó ayudas, como bolsas de comida y otros apoyos, tras las tormentas que han golpeado la isla. Pero según Cali, eso no es para todos.

«Cuando llevan ayudas de comida piden la cédula, entonces nosotros decimos que por una bolsita de comida para qué ocupas la cédula, creo que con eso mismo ellas vas a la municipalidad y dicen que toda la gente firmaron que no quieren a Próspera, pero es pura mentira», dice Cali.
Por otro lado, Luisa dice que Próspera está financiando a un grupo de personas de la comunidad que son sus empleados y que quieren que se elija un nuevo patronato, uno en favor de Próspera. «Hay un rumor que dice que son 100 mil dólares lo que están dando para esto», asegura Luisa Connor.
Aun así, a Luisa no le preocupa esto porque la mayoría en su comunidad se opone a Próspera. «Ellas [las trabajadoras miskitas] están defendiendo su trabajo, pero nosotros defendemos nuestras tierras, cultura y comunidad. Cada grupo étnico tiene su departamento, si aquí ellos expropian, los miskitos tienen donde regresar», dijo.
Virginia, una mujer nativa de Crawfish Rock que trabaja para Próspera, está en el movimiento que busca elecciones de patronato para cambiar el liderazgo de Vanessa y Luisa. Así como existe el rumor de que ella y los otros que buscan este cambio han recibido 100 mil dólares de parte de Próspera, también Virginia me cuenta de otro rumor que circula en la comunidad: que la presidenta Xiomara Castro mandó un cheque de 265 mil lempiras (unos 10 mil dólares) al patronato y que «nadie sabe qué se hizo con ese dinero».
La confianza en esa pequeña comunidad se ha ido minando con estos rumores, aunque todas las personas sigan viviendo en las mismas condiciones en que han vivido siempre, aunque lo más grande que se ve en la comunidad ahora sea una plancha de cemento que hará de calle en algún momento cuando se termine y será usada por los turistas que pasean en cuatrimoto por la zona.

Este tipo de divisiones ha afectado a las comunidades más postergadas en Honduras por mucho tiempo; en comunidades en donde se instalaron proyectos sin consulta como el que enfrentó Berta Cáceres y por el cual fue asesinada, o en lugares como el Aguán en donde la agroindustria ha acaparado la mayor cantidad de tierras; en general, en cualquier otro lugar donde haya sido instalado un proyecto extractivo.
Pese a eso, Luisa y Virginia me dicen que eso no pasará en Crawfish porque la comunidad es muy pacífica, pero por ahora parece no haber reconciliación y nadie del Gobierno ha llegado a mediar en el conflicto. Según Virginia, la alcaldía, que es la que debe regular lo del patronato, no ha dado ninguna respuesta a la petición del grupo que quiere elecciones.
Y es que el actual alcalde de Roatán ya se ha posicionado públicamente en contra de las ZEDE. Recién derogada la ley, el alcalde comenzó a cobrar impuestos municipales a un edificio de Próspera que ahora permanece cerrado. Por otro lado, el alcalde de Santos Guardiola, otro municipio de la isla de Roatán, también ha sido opositor de las ZEDE desde el inicio. El gobernador Hugo Soler dice que, a pesar de esto «le voy a ser sincero, la gente ni sabe ni entiende las ZEDE, ni puede decir si es bueno o malo».
Y esa desconexión de Próspera con la realidad de la isla se refleja en muchas cosas; por ejemplo, Infinita promueve terapias para vivir de manera prolongada, pero en Roatán la gente intenta apenas sobrevivir cada día. En 2024, el hospital general de Roatán se incendió y eso mantiene un precario acceso a la salud en la isla. El gobierno ha prometido construir un nuevo hospital, pero hasta ahora esa obra no se ha culminado. Niklas dice ahora que está en sus planes construir un hospital de atención a emergencias en Infinita. En abril de 2024, cuando estuve en el domo de Infinita, varios de los visitantes que buscaban inspiración y aportar al proyecto no sabían que la isla no cuenta con un hospital público.
Cuando les pregunto a Luisa y Virginia sobre las terapias de Infinita que harán inmortales a quienes las puedan pagar, un torrente de risas inunda sus respuestas. Virginia cree que todo se malinterpreta; Luisa lo condena como algo antinatural y peligroso. «¿Para qué voy a querer ojos de águila?», dice, aludiendo al «mejoramiento humano» que promueven en Infinita, riendo, pero con preocupación por el impacto en su comunidad.
Los libertarios podrán esquivar la muerte, pero no las honduras políticas de Honduras
Cuando el economista estadounidense Paul Romer presentó su charla TED en 2010 sobre las «ciudades modelo» o charter cities –la idea revolucionaria que propuso al mundo para acabar con la pobreza–, muchos lo acusaron de neocolonialismo. Romer, doctor en economía por la Universidad de Chicago, argumentaba que para crear una «ciudad modelo» era necesario cumplir con ciertas condiciones, entre ellas dos fundamentales: que el territorio tuviera una baja densidad poblacional, y que dos países cooperaran en el desarrollo de dicho espacio. Según Romer, este modelo debía enfocarse en ciudades (y no en aldeas o naciones) porque resultaba más fácil de replicar y medir su impacto.
Los ideólogos de las ZEDE rechazan la idea de Romer y dicen que sí es colonialista, no como lo que ellos crearon, ya que en el caso de las ZEDE, el territorio no se cede a otro país, sino que entidades privadas adquieren las tierras de manera comercial. Niklas lo dice más simple: «Colonialismo es cuando obligas a una población a aceptar algo que no quiere, aquí no estamos obligando a nadie», dice.
Romer se desvinculó del proyecto libertario en Honduras cuando se reformó la ley, tras la primera declaración de inconstitucionalidad de lo que primero se llamó Regiones Especiales de Desarrollo (REDD). En medio de esto hubo negociaciones políticas en el Congreso Nacional y destituyeron a cuatro magistrados de la Sala de lo Constitucional que habían votado por la inconstitucionalidad del proyecto.
Uno de los creadores de esta ley me explicó que la idea comenzó a gestarse después del golpe de Estado en Honduras en 2009. Sin embargo, tras esa crisis política, los gobiernos la adoptaron como bandera, hundiéndola en las turbulentas aguas de la política hondureña.
El golpe de Estado de 2009 en contra de Manuel Zelaya (ahora asesor de su esposa, la actual presidenta de Honduras, Xiomara Castro) marcó el inicio de una nueva era de rupturas institucionales en América Latina. Durante los años 70 y 80, los golpes de Estado y las juntas militares eran comunes en Centroamérica, pero con la entrada en vigor de la Constitución de 1982, la clase política hondureña había pactado evitar esta práctica, apostando por una democracia representativa que garantizara la alternancia en el poder, hasta el 2009.
Honduras quedó en el aislamiento internacional y solo Taiwán e Israel reconocieron al gobierno de facto. El país perdió financiamiento internacional y sufrió saqueos generalizados. Estos hechos fueron en parte superados gracias a los Acuerdos de Cartagena, un pacto similar a un acuerdo de paz, que permitió la celebración de elecciones en 2010.

«Estábamos bajo sanciones, no teníamos acceso a mercados de crédito, a bancos de desarrollo, el país estaba hundido en el desempleo y la inseguridad. El gobierno no podía construir carreteras ni nada, por eso me pidieron buscar soluciones que atrajeran la inversión privada, nuevas industrias, y que con esto se crearan empleos, que era la preocupación principal», dijo una fuente que pidió anonimato tras recibir amenazas por sus opiniones sobre el contexto en el que surgió la idea de lo que llegó a ser las ZEDE. Así como Niklas, dice que la mayor parte de la gente, y sobre todo quienes ostentan el poder, están en contra de la innovación.
Los señalamientos continuaron y la primera ZEDE no se instaló sino hasta 2018. El Comité para la Adopción de Mejores Prácticas (CAMP) que daba el visto bueno a los proyectos de ZEDE no lograba ponerse de acuerdo, y lo que antes pareció una prioridad para los gobiernos conservadores de Lobo Sosa y posteriormente de Juan Orlando Hernández, solamente fue una estrategia más de campaña política. «Siguen diciendo que los magistrados de la Corte fueron removidos por declarar inconstitucional a las ZEDE, pero eso no es cierto. Las ZEDE fueron utilizadas políticamente, pero hubo otros factores involucrados. Al final, ninguna de las amenazas que decían que existían se materializó: Juan Orlando Hernández no se refugió en ninguna ZEDE, no hubo expropiaciones, y ni el gobierno actual ni los opositores han venido a ver de cerca qué es esto. No es lo que parece», dijo este ideólogo de las ZEDE.

La sentencia de la CorteIDH en contra del Estado de Honduras por el caso de los magistrados destituidos de manera arbitraria e ilegal, determinó que fue la declaratoria de inconstitucionalidad de la Ley Especial para la Depuración Policial (decreto 89-2012) la decisión que pesó para que el Congreso –que en aquel momento presidía Juan Orlando Hernández– nombrara a una comisión de revisión de la inconstitucionalidad, y posteriormente destituyera a los cuatro magistrados de manera inmediata. Esto a pesar de que los magistrados habían emitido otras decisiones relevantes, como la declaratoria de inconstitucionalidad de la Ley de Ciudades Modelo, la ley del 1 % que gravaba más impuestos, y la ley de regularización de las Iglesias evangélicas.
Después de este golpe a la Corte, se realizaron los ajustes a la ley de Ciudades Modelo que luego se convirtieron en ZEDE.
En la primera etapa de implementación de las ZEDE, cuando Hernández ya no era el presidente del Congreso sino el presidente del Ejecutivo, abanderó el proyecto ZEDE como su propuesta para sacar del subdesarrollo a Honduras, pero su popularidad acabó en 2015 cuando lo salpicó un escándalo de corrupción en el sistema de salud pública. En 2017, cuando él debía dejar el poder, decidió reelegirse de manera ilegal, y posteriormente comenzaron las menciones de su involucramiento con el narcotráfico; así las ZEDE cayeron en una arena de crisis política a la hondureña.
En ese contexto se creó la ZEDE Próspera y luego llegaron los proyectos de ZEDE Morazán en Choloma, Cortés, y ZEDE Orquídea en el sur de Honduras; y con ellas llegaron también la resistencia y las críticas de sectores del movimiento social y organizaciones de derechos humanos. La oposición política al gobierno de Hernández también se posicionó en contra, y hasta el sector privado organizado catalogó estos proyectos de dañinos y violatorios a la soberanía del país.
Pero antes que el gobierno de Hernández cayera en una profunda crisis política y acabara con la racha conservadora en las elecciones después del golpe de Estado, los abogados asesores en el tema de las ZEDE crearon el «Acuerdo entre el Gobierno del Estado de Kuwait y el Gobierno de la República de Honduras para la promoción y protección recíproca de inversiones» que fue aprobado en 2013. Este aplica a todas las inversiones realizadas después de su entrada en vigor y, específicamente, a las ZEDE en Honduras.

En Honduras, los tratados internacionales son leyes superiores a la Constitución de la República, pero, según el abogado constitucionalista Joaquín Mejía, «cuando un tratado internacional afecte una disposición constitucional, debe ser aprobado por el procedimiento que rige la reforma de la Constitución; en otras palabras, un tratado, para que tenga rango constitucional, debe ser ratificado por el Congreso, porque a la luz del artículo 17 este hace un control de constitucionalidad previo», explicó. Este paso extra no se hizo en este caso, pero es el tratado de Kuwait el que está sirviendo a las ZEDE como escudo.
Uno de los artículos más importantes en este tratado es el de la compensación de pérdidas, que puede implicar grandes costos para Honduras en situaciones de crisis, como lo que ahora está sucediendo con la demanda por casi once millones de dólares por parte de los inversionistas de Próspera contra el Estado de Honduras ante el CIADI, el mecanismo de arbitraje del Banco Mundial.
«En 2022, el nuevo gobierno derogó la ley orgánica de las ZEDE, y el mensaje fue que las habían matado, pero nosotros estratégicamente salimos con una fuerte campaña para demostrar nuestra existencia y explicamos que, aun cuando la ley está derogada, un tratado internacional nos protege», dice orgulloso Jorge Colindres, secretario técnico de Próspera.
En la Honduras alejada del libertarianismo, la del socialismo democrático, se acercan las elecciones; un año le queda al Gobierno de Xiomara Castro para mostrar su músculo contra las ZEDE después de haber eliminado su viabilidad legal en el país. Es por eso que la candidata del partido oficialista, Rixi Moncada, se muestra con la bandera «anti ZEDE» en algunos videos de su campaña política. Han tomado la canción «Lo que pasó en Hawai», de Bad Bunny, para mostrarla en las playas de Roatán con la bandera anti ZEDE, implicando que ella continuará con la intención de eliminar este proyecto libertario que por ahora elige no morir.
Infinita, la esperanza de Próspera
«¡Las probabilidades de prosperar son infinitas!», me dice Jorge Colindres, el secretario técnico de Próspera, el gobernador de la zona, mientras platicamos en el bar del Hotel Las Verandas, un centro turístico con hotel, villas, piscinas y acceso a playa que está dentro de Pristine Bay, pero que se rige por las leyes hondureñas; a pesar de la cercanía y de que Próspera lo usa para actividades, no pasó al régimen ZEDE.
Jorge cuenta que la compañía estrella de Próspera e Infinita es Mini Circle, que, según él, ya está valorada en 200 millones de dólares. Y dice que empresarios de crypto multimillonarios como Bryan Armstrong llegan a Próspera para ver las oportunidades que esta ofrece, a pesar de «las controversias», como él las llama, con el Gobierno de Honduras.
«La empresa de Bryan Armstrong, Coinbase, vale más de 40 mil millones de dólares, ¿por qué crees que alguien como él viene aquí? La visión de los inversionistas es replicar Próspera a nivel global y reducir la pobreza con la propiedad privada, el Estado de derecho y la libertad», dice Jorge; y es cierto, pues Pronomo es la compañía con la que Anderseen y Peter Thiel estarían replicando el modelo de Próspera en el continente africano.

Hablé con dos académicos de VC Infodocs que estudian los Estados red en todo el mundo. Prefirieron no ser citados por su nombre, pero me explicaron que, según sus investigaciones, en Honduras se encuentra el más avanzado Estado red que hayan estudiado. «Han “registrado” más de 100 empresas a través de Próspera. Recientemente, Próspera anunció la creación de Próspera África, con el objetivo de llevar su modelo al continente. Esto pone de relieve cómo las fortalezas obtenidas por el Estado red se utilizan como plataforma de lanzamiento para proseguir los esfuerzos colonizadores», explican los académicos.
Ellos catalogan a los Estados red como «una conspiración para formar un Estado nación dirigido por multimillonarios de la tecnología, organizados a través de una gran red de empresas de capital riesgo y startups. Muchas colonias, pero una nación.»
Jorge dice que el modelo Próspera es capaz de acabar con la pobreza y permitir grandes avances científicos. Está claro para él que el tema del acceso al resto de las personas no es una prioridad, ni la desigualdad un problema. Por ahora, quien tiene el dinero y la capacidad para invertir en biotecnología y le falta miedo para experimentar en su propio cuerpo, puede llegar a Próspera y probar por 25 mil dólares, por ejemplo, una terapia de rejuvenecimiento y mejoramiento humano.
«Si permitís que el creador cree, va a crear, que se supervise, pero que lo haga. La fuerza del mercado se encargará de que el resto de personas tenga acceso, pero lo primero es que exista. La terapia de Minicircle cuesta 25 mil dólares, pero antes no existía, después será accesible, poco a poco», explica Colindres.
Jorge asegura que Próspera tiene supervisiones, si no mensuales, semestrales, de más calidad que las del mismo Estado. «¿Cada cuánto el Estado va a supervisar una obra o una clínica? Si alguien muere aquí o sale algo mal, a nosotros nos va a ir mal, por eso nos aseguramos de tener todo bien asegurado y supervisado», dijo. Sin embargo, esto no es algo que puede confirmarse, ya que Próspera se niega a dar información sobre sus inversiones, procedimientos y regulaciones, empleados, capital, inversionistas, etcétera.

Niklas, por su parte, ve a Próspera como el lugar para hacer aportes importantes a la humanidad, y compara su proyecto con grandes avances científicos. «Durante la mayor parte de la historia, la esperanza de vida no superaba los 30 años debido a enfermedades infecciosas. Hoy, gracias a la erradicación de muchas infecciones y los avances médicos, la esperanza de vida promedio es de 75 a 80 años. Esto, que antes parecía imposible, demuestra el impacto del progreso en ciencia y tecnología. Un ejemplo es el Proyecto del Genoma Humano, que descifró el “lenguaje de la vida”», dice Niklas, y menciona a personajes que han sido inspiración, como el premio Nobel, Shinya Yamanaka. Niklas cree que Infinita podrá ser parte de aportes grandes para la ciencia, como la cura de enfermedades degenerativas.
Ante los peligros de cierre, que deberían ser inminentes después de la inconstitucionalidad dictada por el Gobierno de Honduras, Jorge y Niklas se ven confiados; piensan que pueden resistir un año mientras, según ellos, cambia el Gobierno en Honduras y el de los Estados Unidos presiona para que los dejen operar con garantías.
«Las cosas han cambiado para bien a nivel geopolítico, porque la nueva administración en Estados Unidos defenderá los intereses de los estadounidenses en Honduras. Se trata de la confiscación de más de 150 millones de dólares de inversión estadounidense que se da cuando el Estado destruye los proyectos; aquí tenés empresas financieras, de servicios médicos, de servicios de gobernanza, de desarrollo inmobiliario; si el Estado realiza una serie de acciones que imposibilita el desarrollo empresarial es básicamente una expropiación», explicó Jorge.
Colindres dice que con cualquiera puede negociar cuando haya cambio de gobierno en Honduras, y que hay cosas que se pueden modificar, a excepción de elementos fundamentales como la descentralización en los servicios de gobernanza. «Podemos ajustarlo con mecanismos de integración con el Gobierno central, veeduría, etc. pero este modelo solo funciona si podes brindar a nacionales y extranjeros servicios estatales eficientes», dijo.
Además, explica que en Próspera se garantiza la eficiencia porque no hay cooptación por el crimen organizado como en el Estado hondureño; recordemos que a Honduras se le ha llamado narco-Estado, cleptocracia, y líderes políticos importantes pagan cárcel por delitos de narcotráfico y corrupción; hubo un golpe de Estado, saqueo sistemático, entre muchas cosas más propias de la realidad política de esta región.
Jorge dice que, de igual manera, aunque por ahora puede asegurar que no hay personas raras ni dañinas detrás de las inversiones, él no está de acuerdo con un Estado policiaco.
«Es bien peligroso venir a asumir que para invertir tienes que comprobar que el capital es lícito, eso no te va a funcionar, te va a generar un Estado policial que atrofia toda inversión, nuestras premisas son el derecho a la privacidad y a la presunción de inocencia», dijo.

Una de las empresas instaladas en Próspera y apoyada por Infinita es Symbiont Lab; su director, el estadounidense originario de Colorado, Jason Hartgrave, me respondió con un mensaje futurista sobre cómo ve su proyecto luego de los intentos del Gobierno de Xiomara Castro por desmantelar las ZEDE.
«Para nosotros, la ZEDE es un catalizador de marcos jurídicos pioneros que nos permiten abordar los mayores problemas del mundo, si el Gobierno no cambia de opinión, tendremos que irnos de Honduras. Intentaremos buscar otro lugar donde continuar nuestro trabajo, pero el coste del cambio podría dar tiempo a que empresas más grandes y sin rostro desarrollen tecnología de implantes cibernéticos en un formato extractivo, cerrado y patentado», escribió.
Y así como Niklas, que sueña con ciudades flotantes, infraestructura sacada de libros de ciencia ficción o las recetas para la inmortalidad, Jason sueña no solamente con poner chips de pago en las manos de las personas, sino con crear cyborgs y contribuir a la salud de las personas.
En el hotel de Pristine Bay en donde Infinita hace sus eventos, el gimnasio tiene varias pizarras con dibujos de partes de robot y es llamado un «centro de aumentación humana». Allí, Jason me contó de un ensayo que quieren realizar en su compañía para desarrollar un implante subcutáneo de medición de glucosa que dure más que los que ya existen, que se pegan superficialmente y con los que puedes monitorear tu nivel de glucosa con una aplicación. Me dice que ahora trabajan en cosas más prácticas o estéticas, como tatuajes iluminados, pero que su aporte a la salud de las personas se podría lograr solamente con apoyo de Infinita y en Próspera.
A la par de donde se gestan estas ideas y de donde los que pueden pagar deciden ser conejillos de indias para rejuvenecer, está la comunidad de Crawfish. Allí, en el pequeño muelle, Luisa me dice que ella no cree que esto puede llegar a ser como Dubai, tampoco es algo que quisiera y que si ocurre, espera que no sea en sus tierras en donde este grupo de personas vengan a experimentar, ni aunque las promesas de riquezas fueran verosímiles.
«Para mí no traen empleo, traen esclavitud para generar su riqueza», dice Luisa.
Niklas ve esto de lejos, y aunque no le es ajeno lo que pasa en Crawfish Rock, hace lo mejor que puede. Coloca una pequeña mesa en las oficinas de Infinita para recaudar cosas para una familia que recientemente perdió su casa por un incendio en la comunidad; ya recogió algunas barras de granola y otros víveres. Mientras el conflicto se reduce, pasa un año hasta que cambie el Gobierno –su gran esperanza– y se venza el plazo de resistencia que se ha propuesto, Niklas y los 14 empleados que asegura tener siguen trabajando en dar a conocer Próspera, Infinita y su sueño de libertad e inmortalidad. Decenas de influencers hondureños han llegado en yate a conocer las maravillas de la ZEDE y a decir que es un paraíso de innovación.
Según Niklas, este es el momento histórico y el territorio donde quiere aportar a la humanidad, y no se ve asustado por la resistencia a sus ideas. «Vengo del mundo de la tecnología, estoy acostumbrado a que la gente le teme a lo que no entiende», dice, mientras pone su confianza en sus pares que ahora tienen gran influencia en el gobierno de Estados Unidos. «Mucho cuidado con expropiar las ZEDE en Honduras, en enero habrá un nuevo sheriff en el pueblo», posteó la congresista republicana María Salazar en su cuenta de X antes de la toma de posesión de Donald Trump, una advertencia que sirve de manto protector para los libertarios luchando por arrebatar un poco de soberanía a una pequeña isla del Caribe hondureño.