Elecciones en Guatemala y la posibilidad de un respiro democrático en Centroamérica

Ni el mismo Movimiento Semilla se esperaba que el voto joven fuera tan contundente en la primera vuelta electoral con su anhelo por un cambio y que lo depositaran en su propuesta política. Ahora, con una posibilidad de triunfo, el candidato Bernardo Arévalo comienza su tortuoso camino por llegar a la silla presidencial y dirigir un gobierno de consensos con la lucha anticorrupción como prioridad. Su contrincante, la exprimera dama Sandra Torres, antes vista como izquierdista y hoy fundamentalista religiosa, se ha aliado con los operadores de la corrupción, lo que en Guatemala llaman «el pacto de corruptos», para que nada cambie. Un conflicto armado no sanado, un experimento anticorrupción recién desmantelado y la desigualdad profunda que aun quiebra a la sociedad, supuran en la herida de una Guatemala que puede dar una lección de democracia a la región. 

Por: Jennifer Avila y Otto Argueta
Fotografías: Jorge Cabrer
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En la Plaza Central de la Ciudad de Guatemala resuenan los ecos de miles de voces que a lo largo de las décadas han sonado ahí exigiendo algo, casi siempre cambios, justicia, o solamente gritando desesperadamente al silencio. Marzo de 1945, agosto de 2015, agosto de 2023, todos momentos de anheladas primaveras.

El Movimiento Semilla cerró su campaña electoral el 16 de agosto de 2023 con «el Festival de la Primavera» para revivir un recuerdo que aún se mantiene fresco en la memoria de los centroamericanos. La primavera guatemalteca retumbó en el binomio presidencial de ese tiempo, el exmilitar Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti, quienes ahora guardan prisión por liderar una red de corrupción en las aduanas, pero rápidamente terminó y dio paso a un prolongado invierno que se esparció por la región. 

Lo cierto es que esa plaza guarda recuerdos más antiguos. Los gritos, las exigencias, rebotan en las paredes verdes del ecléctico Palacio Nacional, la vetusta edificación que inauguró el dictador Jorge Ubico el día de su cumpleaños en 1943 y en las paredes de la Catedral Metropolitana, en cuyas columnas están escritos los nombres de miles de víctimas del conflicto armado interno que finalizó con la firma de la paz en 1996.

Las imágenes de la historia política del país coinciden en esa plaza: tanques militares anunciando un golpe de Estado, campesinos en huelga de hambre, estudiantes huyendo del gas lacrimógeno, carros bomba, manos firmando la paz, ciudadanos exigiendo el fin de la corrupción.

Ahí, en marzo de 1945, Juan José Arévalo tomó posesión como el primer presidente electo democráticamente tras el derrocamiento de Ubico y se dirigió a un grupo de ciudadanos que celebraba el fin de una dictadura. Se inauguró en esa plaza una década reformista que finalizó violentamente en 1954 con el derrocamiento de Jacobo Árbenz. Desde esa primavera, que se quedó en la memoria colectiva como la «Revolución del 44», hasta el 16 de agosto de 2023, cuando Bernardo Arévalo, el hijo de Juan José se paró enfrente de miles de personas pidiendo el voto para retornar a la democracia, hubo que pasar por el horror de 36 años de conflicto armado y 27 más de una posguerra sin justicia, reparación ni fortalecimiento de la democracia.

«Yo no soy mi padre, pero recorro el mismo camino que él construyó», dijo Bernardo Arévalo, hijo del expresidente, a sus 64 años de edad, después de haber pasado 25 años de su vida trabajando en procesos de paz a nivel mundial, escribiendo, y en los últimos años construyendo y representando en el Congreso Nacional a un partido minoritario que no sabía que llegaría tan lejos tan rápido. 

«Ni él se lo esperaba» dice el doctor Rodrigo Salguero, representante del Consejo Nacional Empresarial (CNE) en Guatemala, que apoyó en la primera vuelta electoral a Edmund Mulet del Partido Cabal que obtuvo un 8.78% de votos y quien pocos días antes de las elecciones llamó al voto nulo. El médico forma parte de un frente de defensa de la democracia y asegura que ahora, ante el peligro de que no se respete el voto popular y se criminalice al posible presidente electo, muchas personas están dispuestas a organizarse, denunciar y hacer presión a nivel internacional para que se respeten los resultados electorales.

Y es que si bien Arévalo no se lo esperaba, ahora sí está consciente de que el camino para llegar a la presidencia no solo depende del voto masivo, sino de la defensa del proceso electoral que además depende del apoyo ciudadano. 

«Nosotros tenemos muy claro que van a intentar cualquier cosa para evitarnos tomar posesión el 14 de enero, van a intentar desde disolver el partido, quitarme a mí, montarme casos falsos, cualquier cosa con tal de generar un resultado distinto y no sé hasta dónde están dispuestos a llegar, pero yo creo que hay suficiente determinación pública como para empezar a detenerlo, la gente puede revertir eso y esa es la diferencia», dijo Arévalo en entrevista con este medio sentado cómodamente en un sillón del estudio en casa de su madre, unos días antes de las elecciones.

Bernardo Arévalo, candidato a la presidencia de Guatemala por el partido Movimiento Semilla, atiende una entrevista a Contracorriente y Prensa Comunitaria en su casa de habitación. FotoCC/Jorge Cabrera

Semilla pasó muy debajo del radar de las tensiones electorales según las encuestas de intención de voto para la primera vuelta electoral, pues ninguna de ellas le dio más de un 3%. Antes de la primera vuelta electoral, el proceso ya estaba marcado por argucias institucionales que levantaron alertas a nivel internacional. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) había suspendido la participación de cuatro candidatos: Raúl Pineda (Prosperidad Ciudadana), Thelma Cabrera (Movimiento para la Liberación de los Pueblos); Roberto Arzú (Podemos) y Óscar Rodolfo Castañeda (Poder). Un analista entrevistado confirmó la percepción generalizada de que el TSE era una de las herramientas de poder cooptadas por el gobierno actual de Alejandro Giammattei para allanar el camino al candidato del oficialismo Manuel Conde Orellana de su mismo partido, Vamos. Una publicación del New York Times reveló cómo funcionarios del actual gobierno sobornaron a magistrados del TSE. Las encuestas favorecían a Sandra Torres (UNE) y a Zury Ríos (Valor), la hija del exgeneral golpista Efraín Ríos Montt quien murió en medio de la repetición del juicio por genocidio durante el conflicto armado.

Haber pasado desapercibidos en medio de las luchas de poder entre grupos mafiosos libró a Semilla en ese momento. Pero no fue así después de que un segmento de la población le dio su voto en lugar de engrosar el 17% de votos nulos que resultó de la primera vuelta electoral. Para sorpresa de todos, especialmente de ellos mismos, Semilla obtuvo un 15.51% de los votos frente al 21.10% obtenido por la UNE. Este resultado cambió categóricamente la dinámica electoral en el país. 

Arévalo pasó de ser «un diputado raso», como le han llamado por ser un diputado de partido minoritario sin mayores posibilidades de influir en las decisiones de ese poder del Estado, a ser la esperanza para sectores de la sociedad como los empresarios que representa Rodrigo Salguero, jóvenes urbanos, organizaciones de sociedad civil, estudiantes universitarios, pero también jóvenes en las comunidades aledañas, en zonas conflictivas y quienes han sido excluidos por mucho tiempo. 

A pesar de ser la economía más grande de Centroamérica, según el Banco Mundial, la pobreza en Guatemala alcanzó al 59% de la población en 2020, 47% de los niños menores de cinco años se encontraban en estado de desnutrición y el país se cuenta entre los más desiguales del continente. Debido a estos y otros déficits estructurales más, un niño nacido en Guatemala en 2018 alcanzaría solo el 46% de lo que habría sido su productividad de por vida si hubiera disfrutado de una educación completa y plena salud según el Índice de Capital Humano (HCI según sus siglas en inglés). Los pueblos indígenas y afrodescendientes, que representaban el 45% de la población en 2018, presentaban niveles aún más bajos de acuerdo con el HCI. 

La candidata del Partido UNE, Sandra Torres, ha prometido abordar estas necesidades con asistencialismo, programas sociales para entregar bonos, bolsas solidarias y proyectos sociales para jefas de hogar, recordando el programa «Mi familia progresa» implementado durante la presidencia de su entonces esposo Álvaro Colom (2008-2012). Por su parte, Semilla promete hacer eficiente el Estado, erradicar la corrupción y brindar financiamientos y apoyos sociales a familias empobrecidas. Pero Arévalo alude al empoderamiento ciudadano, a una población que quiere democracia y no solo asistencialismo. 

«Eso fue lo que pasó en el 44 y eso es lo que yo espero que esté pasando ahora, porque el problema de la resistencia es que usualmente se genera y se queda en núcleos pequeños, que permanecen en esa resistencia mientras la población en general se repliega. Y ahora lo que estamos viendo es que la población está saliendo adelante y están saliendo adelante los jóvenes, y eso es importante», agregó. 

Sandra Torres: la candidata de los exmilitares

Sandra Torres es la candidata que ganó más votos –después del voto nulo– en la primera vuelta electoral. Ha sido una mujer controversial en Guatemala. Conocida por ser la primera dama en el gobierno de su ex esposo Alvaro Colom, con quien fundó el partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) en 2002. 

El coronel Mario Mérida, en su condición de retiro y ahora como docente universitario, columnista y escritor de novelas, cuenta que Sandra era una experta en la coordinación y organización para buscar objetivos específicos dentro del partido. Él lo sabe porque también fue uno de los fundadores de la UNE y recuerda el momento en el que a Torres se le comenzó a notar su ambición por el poder y por llegar a la presidencia. 

«Ella constituyó la fuerza motriz del partido, al inicio no tenía ambición, ella comenzó su búsqueda del poder cuando Alvaro Colom ganó la presidencia», cuenta y la cataloga como una mala política porque es muy confrontativa y no apuesta a crear consensos. 

«Hay en ella una capacidad de mando, una identidad fuerte con clases sociales más necesitadas pero tiene un perfil autoritario, aunque eso es su fortaleza para lograr resultados» explica el coronel y repite lo que todos dicen: ni ella se esperaba que Bernardo Arévalo llegara a la segunda vuelta y que ésto se convirtiera en el mayor obstáculo para lograr la presidencia que tanto ha anhelado y por la cual ha luchado durante tres periodos electorales. 

Publicidad electoral de la candidata Sandra Torres del partido UNE en el mercado La Terminal, durante su cierre de campaña. FotoCC/Jorge Cabrera

Su carrera como candidata inició en 2011 con la polémica jurídica producida por su repentino divorcio del entonces presidente Colom, tras seis años de matrimonio, para evadir así la prohibición constitucional de que familiares de un mandatario sean candidatos presidenciales. No logró ser inscrita como candidata en ese momento, pero sí en las dos siguientes elecciones, en 2015 y 2019.

Sandra Torres ha repetido hasta la saciedad que su contrincante Bernardo Arévalo cambia de opinión cada vez que puede, sin embargo, es ella quien ha tenido que acomodarse a las agendas más conservadoras cada vez que hay elecciones. En este proceso electoral, ha centrado su campaña política en atacar al Movimiento Semilla por tener una agenda progresista y se ha aliado con las iglesias evangélicas para esparcir desinformación sobre las políticas que supuestamente Semilla quiere implementar en Guatemala, la «capital provida» de la región. 

Torres ha usado el miedo común a «la ideología de género» y al «comunismo» en su campaña y sus seguidores afirman que Bernardo Arévalo convertirá a Guatemala en otro Nicaragua, Cuba o Venezuela. 

«Pero ella [Sandra Torres] es la comunista. A los guatemaltecos no se nos olvida lo que has dicho», dice el doctor Rodrigo Salguero del CNE cuando le preguntamos sobre esta campaña y sobre si en el sector privado resuena el discurso electoral de la UNE. 

«Pero si Sandra es de la tercera internacional comunista», reafirma el coronel Mérida quien asegura que si bien hay cierto temor en la población por la línea progresista del Movimiento Semilla, el apoyo a Sandra Torres de sectores como los grupos de veteranos militares, no es un asunto ideológico, sino más bien de intereses económicos. 

«Ya se habla de que campesinos han llamado a invadir unas fincas en Izabal, porque meten el miedo de la expropiación, pero eso puede ser una jugada de la campaña en contra de Semilla, pero yo le voy a decir que hay cierta confusión en los militares sobre lo que es el comunismo, la izquierda y la derecha» explica el coronel en condición de retiro. 

Pero para el vocero de la Asociación de Veteranos de Guatemala (Avemilgua), el coronel Edwin Gonzalo Ochoa, el que Bernardo Arévalo llegue a la presidencia es un giro irremediable hacia el comunismo y asegura que él será como su padre, Juan José Arévalo, un comunista.

«Uno le hereda a sus hijos tres cosas: la profesión, la religión y la ideología», dice el coronel. 

Sandra Torres se dirigió a los veteranos militares en un mitin buscando su apoyo para la segunda vuelta electoral a pocos días de las elecciones. Allí pidió el apoyo de la familia militar, de las comunidades en donde viven no solamente los veteranos de guerra sino también los expatrulleros civiles a quienes les prometió bonos, acceso a viviendas y acceso a tierras, además prometió reformar la ley de reconciliación para evitar que militares que participaron en el conflicto armado que tengan más de 70 años sean puestos ante la justicia por crímenes en la guerra. 

Según los directivos de Avemilgua, que nunca antes habían apoyado la candidatura de Torres y que al contrario se opusieron a ella, son más de 300 mil veteranos los que están registrados y que han sido siempre olvidados por los gobiernos.

Veteranos militares de Guatemala participan de una concentración política en apoyo a la candidata por el partido UNE, Sandra Torres. Foto CC/Jorge Cabrera

«36 años después del enfrentamiento armado interno en el que participamos porque Guatemala estaba amenazada tras una agresión armada extranjera y local, hoy que vemos la amenaza a través del Movimiento Semilla, nuevamente los veteranos estamos saliendo a salvar a nuestro país y si tenemos que volver a retomar lo que éramos antes para defender a Guatemala lo vamos a hacer, pero vemos que la línea pacífica es la elección popular por eso es que nosotros estamos apoyando a doña Sandra porque es la mejor opción. No podemos permitir un gobierno totalitarista en Guatemala», expresa el coronel Ochoa. 

Para él, la amenaza comunista ahora toma forma con la promoción del matrimonio gay, una ley de educación sexual y la legalización de las drogas. «Lo de la educación de nuestros niños es terrible», asegura. Por otro lado, considera que Semilla llega al poder con la intención de perseguir judicialmente para acusar a militares veteranos por crímenes cometidos en la guerra. 

El coronel en condición de retiro y vicepresidente de Avemilgua, Javier Ramos, asegura que hay persecución contra los militares, «todos los que nos acusaban están en el extranjero y la persecución legal son los resabios de los movimientos marxistas leninistas, lo dice el hecho de que él [Bernardo Arévalo] pretenda regresar a prófugos de la justicia que supuestamente están en el exilio. Nosotros, los guatemaltecos, vemos esa amenaza porque seguramente quieren implantar el socialismo tirano como en Nicaragua», dijo. 

Pero el coronel Mérida, alejado de Avemilgua, recuerda que, al contrario, el expresidente Juan José Arévalo realizó varias acciones para quitarse de encima la presión comunista en aquel tiempo. Por ejemplo, Arévalo clausuró la escuela de formación política del partido comunista. Al final, el coronel Mérida dice que los militares retirados, los ex patrulleros y los militares activos están buscando intereses más de índole económico.

«Aquí existe un temor al comunismo que es heredado de los Estados Unidos, pero los militares lo que quieren es calidad de vida. Aquí hubo un tiempo en que andar de barba era ser comunista, eso ya no existe. Los militares dicen: los problemas políticos, los resuelven los políticos. El ejemplo es cuando agarraron a [el expresidente y general retirado] Otto Pérez Molina, los militares jugando basketball estaban, como un día normal», cuenta. 

Estos discursos anticomunistas, si bien es cierto tienen resonancia en toda la región, en Guatemala responden a una herida infectada por muchos años. El conflicto armado interno abarcó 36 años durante los cuales se instauró un estado contrainsurgente basado en la doctrina de la seguridad nacional y el anticomunismo. Según Naciones Unidas, el conflicto armado interno dejó más de 200 mil víctimas, entre masacres, asesinatos selectivos y desapariciones, de las cuales el 83% fueron indígenas. Se calcula que más de un millón de personas, mayoritariamente indígenas, fueron desplazadas o abandonaron el país por el conflicto armado. La Comisión de Esclarecimiento Histórico registró 626 masacres cometidas principalmente por el Ejército contra la población civil mayoritariamente indígena con el apoyo de estructuras de patrulleros civiles.

De junio de 1954 a enero de 1986, hubo 14 gobernantes, de los cuales 12 fueron militares y durante los siguientes 10 años hasta la firma de la paz en 1996, se produjo una transición a la democracia tutelada por el Ejército, esto dio por resultado una democracia frágil, de procedimientos institucionales, sin cultura democrática y con las heridas del horror de la guerra lejos de ser sanadas.

Coronel en condición de retiro, Edwin Gonzalez Ochoa, atiende una entrevista con Contracorriente en las instalaciones de Avemilgua, luego de una concentración política donde asistió la candidata a la presidencia Sandra Torres. Foto CC/Jorge Cabrera

«¿Por qué le sangra a usted la herida? porque no ha habido una cura definitiva, después de esos 36 años de lucha hemos estado olvidados por todos los gobiernos, es esperanzador que ella [Sandra Torres] conoce la realidad de este país y ella no debe dejarnos de lado porque todos somos guatemaltecos, que nos trate igual que toda la sociedad. Una reconciliación viene con el perdón», expresó el coronel retirado Edwin Gonzalo Ochoa de Avemilgua. 

Bernardo Arévalo, quien trabajó en procesos de paz y reconciliación por mucho tiempo en la organización internacional Interpeace dice que no existe un país que no haya salido de la polarización y la división que queda después de un conflicto armado y cataloga a su posible gobierno como uno donde se busquen los consensos. 

«No hay país que no haya salido de un proceso de división, quizá Bután, el resto son países que todos han salido de odios, hasta que de repente encuentran el momento en el que se empieza a generar un entendimiento. Yo dediqué los últimos 25 años de mi vida a trabajar en ese tema y los países pueden salir de los ciclos de conflicto recurrente cuando encuentran maneras de alcanzar nuevos consensos conscientes del pasado. Nadie planificó que después del 25 de junio [de 2023] hubiera un acuerdo social alrededor de la defensa del proceso electoral que fue desde 48 cantones [la máxima representación política indígena de Guatemala] hasta el CACIF [la máxima representación de la empresa privada en en el país]. La campaña negra contra nosotros es precisamente un intento de dividir más y generar un rechazo por miedo, con los temas económicos, con eso de que somos comunistas y vamos a expropiar, son todas mentiras, pero es lo que tienen para tratar de generar miedo y división», dice Arévalo. 

A pocos días de las elecciones, los militares retirados y ex patrulleros civiles de Avemilgua dieron su bendición a Sandra Torres con quien corearon «es por el soldado y no por el cura que hay libertad de religión. Es por el soldado y no por el periodista que hay libertad de prensa. Es por el soldado y no por el poeta que hay libertad de expresión».

El diálogo entre el pasado y el presente

Un grupo de jóvenes espera que comience la función de los juegos mecánicos en su pueblo, Mixco, un municipio de la zona metropolitana de Guatemala. Es la feria en celebración del patrón de su municipio, Santo Domingo de Guzmán, y los jóvenes se juntan al salir del colegio en el parque central para verse con sus novias, comprar dulces y jugar en las atracciones de la feria. «Las elecciones están arregladas, por esos muertos que fundaron Semilla», dice uno de ellos riéndose con sarcasmo. Otro interrumpe y dice «yo voto hasta la siguiente elección, pero en esta creo que ganará Semilla, porque todos queremos un cambio», y el grupo se burla. Al final, todos coinciden en que lo que esperan de un nuevo gobierno es que se mejore la educación y la situación económica porque la comida está muy cara. 

La campaña del matrimonio gay, el comunismo y la expropiación, es para ellos un chiste. Aunque cerca, una señora que vende elotes nos dice «Yo no voy a votar por ninguno porque él [Bernardo Arévalo] es el anticristo y ella [Sandra Torres] es más de lo mismo». 

Jóvenes estudiantes disfrutan de la feria de Santo Domingo de Guzmán en el municipio de Mixco. Guatemala se prepara para la segunda vuelta de las elecciones generales y el voto joven ha sido ganado por el candidato Bernardo Arevalo de Movimiento Semilla. Foto CC/Jorge Cabrera

Mixco tiene un alcalde que ha ganado la elección para comenzar su tercer periodo de gobierno local, se llama Neto Bran, un comunicador social que tiene su propio podcast, se viste de Iron Man en campaña, porta una ostentosa arma de fuego y le agregó una innovación a la celebración del pueblo: la feria del chicharrón. Además, Bran ha remodelado el edificio de la municipalidad para darle un estilo «colonial moderno» como nos dijo su jefe de comunicación social, Maynor Espinoza, forrandola de maderas preciosas talladas, enchapes dorados, columnas y arcos enormes y, para la feria patronal, un vistoso altar para santo Domingo de Guzmán y sus apóstoles. 

Bran es un alcalde joven, influencer en redes sociales, tiene los síntomas del populismo más exitoso de Latinoamérica y en ocasiones pasadas había expresado su apoyo a Sandra Torres como candidata a la presidencia, solo que esta vez «se mantiene neutro», según dijo el comunicador municipal. 

«La gente quiere un cambio, porque hay mucha corrupción», dijo Espinoza, adhiriéndose al slogan de Movimiento Semilla pero negando que este alcalde apoye a un partido específico en estas elecciones. 

Los 340 alcaldes guatemaltecos son fundamentales para entender este país. Sandra Torres lo sabe y por eso ha presumido de su alianza con más de 200 de ellos, según el medio Con Criterio incluso ha ofrecido viajes a Cancún para que la apoyen con sus bases electorales. Pero en la alcaldía de Neto Bran eso no suena, según su comunicador. 

Bran se hizo famoso internacionalmente por pelear en un ring de boxeo con Esduin Javier Javier, alias «Tres Kiebres», el alcalde de Ipala, en el departamento de Chiquimula, quien en menos de un minuto le dio una paliza. Después de la épica pelea, me explica Espinoza, la gente siguió más a Neto Bran hasta hacerlo creer que pronto puede llegar a ser presidente. «Los jóvenes quieren un cambio en la política», insiste. 

Pobladores de Mixco, Guatemala esperan ser atendidos en la alcaldía junto a un rótulo de madera que dice «Mixco Tierra de Campeones». Este municipio está ubicado a 17 km al extremo oeste de la ciudad capital. FotoCC/Jorge Cabrera

Pero Bernardo Arévalo, quien sí puede llegar a la presidencia en estas elecciones, no es joven ni populista. Los jóvenes de Mixco dicen que quizá Bernardo será como su padre, Juan José Arévalo, porque sus abuelos han dicho que él fue una esperanza para Guatemala. La oportunidad de Bernardo, o como le dicen los jóvenes en las redes sociales «el tío Bernie», también radica en una juventud que no solo quiere un cambio, o no solo es que no cree en la política tradicional, sino que se ha vuelto consciente de su participación como ciudadanía y esto no es un fenómeno solo de universitarios urbanos de clase media, la base electoral de Semilla. 

En una zona postergada conurbada por la ciudad de Guatemala, desde donde se ven los edificios corporativos de las zonas exclusivas de la ciudad, un grupo de jóvenes, mayormente mujeres, se reúnen para hablar con nosotros. El lugar se llama Ciudad Peronia, un sector popular con varios barrios y residenciales partidos por calles de tierra, callejones y algunos caminos asfaltados con enormes hoyos. «Mi tía dijo en el chat de la familia que no votáramos por Semilla porque va a aprobar el matrimonio gay, y yo digo que eso no me importa, yo lo que quiero es que mejore la educación y que haya educación sexual para que no haya más niñas embarazadas», cuenta una de ellas. Aunque dice que no tiene el valor para decirle a su tía que ella sí votará por Semilla, ella y sus amigas nos cuentan que han discutido con familiares y vecinos de la tercera edad de que los jóvenes no votan por la asistencia social, sino porque necesitan un cambio. 

Otra de las chicas dice que ella está consciente de que un nuevo gobierno no va a cambiar sus vidas, que incluso no podrá hacer mucho con las mafias que operan en su barrio y en la municipalidad que lo gobierna, pero que es la primera vez que se sienten escuchados e identificados con una propuesta política. 

«Mi nieta dice que va a votar por Semilla pero ella ni sabe cuál es su propuesta de gobierno», nos dice el coronel Mérida, algo que también nos dijo una señora en el mercado central de Guatemala «yo iba a votar por el del Elefante [un nuevo partido que logró participar en la primera vuelta] pero mis hijos me dijeron que votara por Semilla, como ellos, aunque no lo conocíamos». Estas pláticas se han vuelto comunes en las familias guatemaltecas, nos dice también una de las jóvenes de Ciudad Peronia, «son las personas de la tercera edad las que quieren votar por Sandra porque esperan la bolsa», agrega. 

Si bien las ayudas sociales y las bolsas solidarias también atraen a los jóvenes, sobre todo a los más pobres de zonas como Peronia, cada vez son más los que sienten que es una «manipulación de la necesidad», como dijo una de las jóvenes en ese barrio. 

Representantes de pueblos indígenas participan en el cierre de campaña del Movimiento Semilla. FotoCC/Jorge Cabrera

De acuerdo con el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI) , Guatemala es un país con población jóven pues una de cada tres personas tiene entre 13 y 27 años, aproximadamente 5.7 millones lo que equivale a un 33% de la población. Sin embargo, la mayoría enfrenta una vida de pobreza y exclusión. Según los datos más recientes, correspondientes a la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida de 2014, seis de cada diez jóvenes viven en pobreza monetaria y privados del acceso a la salud, educación, seguridad alimentaria, vivienda adecuada u otros elementos básicos para su desarrollo

Esta proporción aumenta a ocho de diez en los pueblos indígenas. Según una publicación del ICEFI, «los embarazos en adolescentes y jóvenes y la maternidad temprana constituyen aún un problema que afecta la vida de miles de mujeres: de acuerdo con el Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva (Osar), entre 2015 y 2020, se registraron 607,176 embarazos en adolescentes y jóvenes de 13 a 19 años. En cuanto al trabajo, únicamente tres de cada diez jóvenes ocupados tienen algunas de las garantías laborales básicas y solamente dos están afiliados al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS)».

La oficina de estrategia de Movimiento Semilla en la ciudad de Guatemala está llena de jóvenes, menores de 35 años, profesionales universitarios, líderes del movimiento anticorrupción, creadores del personaje de «Tío Bernie» o «Semichi contra las ratas corruptas» el gato que se convirtió en la mascota del movimiento tras su aparición inesperada en una conferencia de prensa. Son los que colocan a Bernardo Arévalo y Karin Herrera, la candidata a vicepresidenta, frente a cámaras para los tik toks o reels. En esa oficina está Samuel Pérez, uno de los diputados más jóvenes del partido que ganó la elección para su segundo período en el Congreso Nacional con apenas 30 años. 

Samuel es tan conocido que coreaban su nombre en el cierre de campaña junto con el de Bernardo Arévalo y el de Karin Herrera. Para algunas personas mayores, Samuel representa la agenda más progresista del Movimiento Semilla, algunos lo ven como un peligro, sin embargo, los más jóvenes lo ven como una representación en un poder del Estado con muy poca credibilidad y en donde hay que abrirse paso para que las propuestas de la juventud sean escuchadas. 

Samuel explica que Semilla ha tenido un crecimiento orgánico en las redes sociales y que la mayor parte de su campaña fue a través de estas, sin realizar acuerdos con medios de comunicación tradicionales. 

«Rompimos los esquemas tradicionales de comunicación y empezamos con otros lenguajes en otro tipo de canales para comunicar, entonces las redes sociales eran importantísimas sobre todo porque no teníamos un centavo para poder invertir en campañas tradicionales o llenar el país de vallas publicitarias, no nos íbamos ir a negociar con los medios tradicionales tampoco. Un montón de gente es joven en el partido. En el Congreso nos decían cada vez que expresábamos alguna posición que solo llegábamos a tuitear o hacer vídeos para redes. Les molestaba mucho, pero porque realmente estaba funcionando, entonces decidimos aplicar todo eso para la campaña», cuenta. 

Samuel además explica que contrataron una asesoría para datos y estrategia, con levantamiento de información que toma referencias o contrata a otro tipo de actores estratégicos y uno de esos tiene vínculos con la campaña del presidente de Chile, Gabriel Boric. 

Para el diputado, la campaña apela a los votos de la juventud no tanto por la agenda política del partido sino por la identidad juvenil. «Pues la agenda resuelve problemas sociales en general, pero la forma en que se comunica creo yo que es la diferencia para buscar los votos de ciertos grupos poblacionales que tienen códigos de comunicación diferentes», explica. 

Samuel ha vivido la hostilidad de la política siendo diputado y siendo joven, «ir a enfrentar y denunciar criminales corruptos, usurpadores, represores, pues de todas formas va a generar un contraataque de parte de esta gente, pero el hecho de ser joven regularmente lo que conlleva es un montón de críticas sobre inexperiencias, sobre incapacidad, digamos que eso es lo que se asume, pero en realidad también yo creo que al final eran expresiones más bien de temor», dice. 

Las jóvenes de Peronia esperan que gane Bernardo Arévalo y que junto con los 23 diputados que ganaron esta elección abran espacios de diálogo con jóvenes de zonas que han sido olvidadas por los gobiernos anteriores, como su comunidad. Sueñan con que regrese la educación musical a las escuelas, que se abran espacios de recreación y de educación artística para los jóvenes y que haya mejor acceso a la salud sexual y reproductiva de calidad en el sistema público. 

Movimiento Semilla, con una estrategia en redes sociales, con un lenguaje juvenil y urbano, se enfrenta a un país con comunidades olvidadas, con pueblos indígenas excluidos, con diversidad cultural pero también de problemas y heridas. Arévalo dice que todo movimiento político tiene un punto de partida intelectual y urbano, porque son las clases medias las que participan así en política, pero si no pasa de eso, está destinado a morir. 

Sandra Torres, candidata a la presidencia del partido UNE, cerró su campaña en la Terminal, un mercado popular en la Ciudad de Guatemala. Foto CC/Jorge Cabrera

«En todos lados existen grupos profesionales, existen grupos empresariales, existe una clase media, en escala a proporción, pero eso es lo que nosotros nos hemos encontrado y la gente con la que hemos venido apoyándonos. Claro, mientras menos urbanidad, mientras más rural es más difícil porque los mecanismos clientelares ahí son más fuertes, pero el país no es un país en donde solo la capital es urbana y el resto del país es rural, tenemos urbanismo en Quetzaltenango, San Marcos, Cobán, Chiquimula, hay ciudades pequeñas, pero ¿sabe qué es lo que hay en todo el país? los jóvenes y los jóvenes son los que se han prendido a la idea del cambio», argumenta. 

Los jóvenes de Peronia dicen que tener conciencia ciudadana rompe el sistema y que ver tanta desinformación en las redes sociales les ha ofendido. 

Sandra Torres convocó a un mitin político para cerrar su campaña en la Terminal, el corazón económico de la ciudad que se expande como un hongo a través de cientos de puestos informales en donde se puede comprar todo lo que se puede vender. Una gran tarima, con luces y pancartas gigantes con el rostro de Sandra Torres y sus múltiples lemas de campaña fue el escenario donde la candidata cerró su campaña. Vendedoras de la Terminal y mujeres que llegaron en buses de otros lados de la ciudad vistiendo delantales con el logo de la UNE, recibían de activistas del partido pancartas, gorras, termos, playeras y bolsas de alimentos. La estruendosa cumbia cesó para que Sandra Torres iniciara su discurso.

«[…] nos han dicho que el partido Semilla son solo pensantes y que nosotros [la UNE] somos ignorantes, así nos han dicho, pues la ignorancia es la riqueza de la cultura de nuestro pueblo, amigos y amigas» dijo y sonaron los aplausos y vivas de la concurrencia.

¿Una propuesta democrática en medio de populismos autoritarios?

«Semilla puede ser una oxigenación en la región», dice Manfredo Marroquín, director de la organización de sociedad civil, Acción Ciudadana, que junto con otras organizaciones ha conformado un observatorio electoral en Guatemala. Esta esperanza se sintió cuando el Partido Libertad y Refundación (Libre) tomó el poder gracias al voto masivo y juvenil hondureño tras la reelección ilegal del expresidente Juan Orlando Hernández, quien a pocos días de dejar la silla presidencial fue capturado y extraditado por delitos de narcotráfico. 

«A un futuro como el de JOH le teme Giammatei», dice Marroquín, aunque asegura que las situaciones son muy distintas, comparar Semilla con Libre es como «comparar peras y manzanas», asegura, sobre todo por el origen de ambos partidos, porque en el caso de Semilla «estos son jóvenes sanos, no parte de la estructura corrupta», menciona. 

Es importante ver a Centroamérica ahora desde Guatemala, sobre todo porque el caso de JOH despierta miedos en políticos y operadores que han sido ya señalados por el gobierno de Estados Unidos ya sea por gran corrupción u otros delitos, pero también porque todos los países estaban alineados con el gobierno de Giammattei en varios puntos: la concentración de poder, la impunidad, el populismo y la polarización. 

Imagen del Centro de Guatemala. Este domingo 20 de agosto se lleva a cabo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. FotoCC/Jorge Cabrera

Según el medio Plaza Pública, desde 2019, cuando el gobierno de Jimmy Morales no renovó el mandato de la Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIG) más de 35 operadores de justicia, entre jueces y fiscales, se fueron al exilio. A eso se suman 22 periodistas que huyeron en 2022 por temor a represalias por sus publicaciones después de la captura del periodista y dueño del medio El Periódico, Rubén Zamora, que fue sentenciado a seis años de prisión. Además activistas de derechos humanos y quienes han buscado justicia en casos de ejecuciones por parte del Ejército también están en el exilio. El arma que les apunta, es el Ministerio Público. Arévalo ha dicho que si llega al poder, buscará que estos exiliados regresen y tengan garantías para enfrentar los procesos judiciales en su contra. 

Lo anterior también suena a lo que ha sucedido en Nicaragua en donde Daniel Ortega y Rosario Murillo han encarcelado, expatriado y confiscado bienes a cientos de opositores. Y también suena a El Salvador, donde el presidente Nayib Bukele ha señalado como enemigo público al periodismo independiente que ha revelado sus actos de corrupción. O suena a Honduras en donde cada vez se van cerrando los espacios cívicos en los intentos por emular los modelos nicaragüense y salvadoreño. Todos con tintes ideológicos diferentes que van desde la extrema derecha, la izquierda y el libertarianismo tropical pero coincidentes en que la democracia es un estorbo. 

Para Sandra Torres, la apuesta es replicar el «modelo Bukele» para enfrentar las extorsiones. Nayib Bukele ha reducido los homicidios en el país a costa de las libertades democráticas de tal manera que la «mano dura» le ha dado altos niveles de popularidad a pesar de que las necesidades económicas de la mayoría de la población no han sido mejoradas. 

Según el Latinobarómetro 2023, Guatemala tuvo una caída del 8% en el apoyo a la democracia y el apoyo al autoritarismo aumentó nueve puntos porcentuales para llegar al 23%. De acuerdo con esa fuente, Guatemala presenta la recesión democrática más severa de la región, siendo un terreno fértil para populismos y autoritarismos. 

En lo que coinciden los cuatro países es que han degradado la democracia limitando libertades civiles, forzando al exilio o a la prisión a periodistas, operadores de justicia, representantes de sociedad civil y cualquier expresión de oposición y disidencia. Todo en nombre de la soberanía del pueblo y del rechazo a la intervención extranjera.

Ante esta tendencia regional, Bernardo Arévalo dice que Semilla es una apuesta democrática «no tenemos ninguna duda, no le damos un segundo pensamiento al tema, de hecho yo diría que el problema es cómo y quién canaliza esta desesperación ciudadana. Nicaragua es una dictadura, no tenemos otra palabra, eso es lo que es, un gobierno que emerge por procesos que consisten exactamente por lo que la gente aquí quisiera hacernos a nosotros, eso es una dictadura».

Y al consultarle sobre Bukele y su popularidad, Arévalo afirmó que «ahí tendremos con Bukele las relaciones que corresponden a países que comparten una frontera que une, que implica que hay problemas comunes, conjuntos, que hay oportunidades comunes, conjuntas y trabajaremos con ellos normalmente».

La degradación de la democracia en la región ha demostrado que avanza proporcionalmente al aumento de la corrupción. Las promesas de comisiones internacionales contra la corrupción pasaron por Bukele y por Xiomara Castro, la de El Salvador fracasó rápidamente y la de Castro tiene un futuro incierto opacado por personajes expertos en desbaratar procesos anticorrupción. Sandra Torres y Bernardo Arévalo abordan enérgicamente el combate a la corrupción en sus respectivas ofertas electorales en Guatemala pero con un enfoque distinto al del resto de sus países vecinos, porque este país ya pasó por una comisión internacional. 

Ninguno de los dos habla de revivir la extinta Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIG), que luego de más de diez años de funcionamiento en Guatemala reveló redes de corrupción enquistadas desde los niveles más altos del Estado. Su abordaje centrado en la judicialización de la corrupción llevó a más de un centenar de personas a prisión entre altos funcionarios y empresarios. La no renovación del mandato de la CICIG durante el gobierno de Jimmy Morales, abrió paso al fortalecimiento de las redes corruptas en el país al punto de consolidar un régimen cleptocrático.

El analista y profesor universitario Francisco Jiménez argumentó que «en términos generales, lo que condiciona el voto es la expectativa de cambio para superar la corrupción; hay un hartazgo, la corrupción ha llegado a un nivel en que la gente ya no la acepta».

Cientos de guatemaltecos recorren los mercados populares a la espera de la segunda vuelta de las elecciones generales, teniendo como candidatos a Sandra Torres del partido UNE y Bernardo Arévalo del partido Semilla. FotoCC/Jorge Cabrera

Mientras Sandra Torres ha ofrecido abordar el problema de la corrupción con prisión para los corruptos, Jiménez considera que en materia de combate a la corrupción lo más importante es que ésta no se concentre únicamente en el tema de la justicia, que se reduce a casos concretos. En el caso de la propuesta de Arévalo, el analista considera que «es complejo transformar comportamientos y procedimientos administrativos, él [Arévalo] no ha hablado de reformas profundas pero sí que las cosas se hagan adecuadamente». 

Sobre la CICIG, Jiménez considera que «Bernardo ha sido enfático que no se trata de regresar la CICIG; para mi eso es un tema superado porque la CICIG respondió a un momento concreto, yo soy crítico de que se haya conducido al tema de corrupción porque su origen fue para desmantelar grupos paralelos al Estado. Eso me hace pensar que algo similar no tiene cabida».

La CICIG fue el experimento de la comunidad internacional para enfrentar el problema de la corrupción. Esta comisión produjo resultados que aún no se debaten abiertamente. Para Jiménez, estos temas son urbanos y de clase media, «la mayor parte de la población a la CICIG ni le entendían, aún hay mucho que discutir y analizar sobre esto, pero el tema está muy politizado, si uno crítica es anti-CICIG y si uno alaba es pro-CICIG, yo soy crítico pero siempre estuve de acuerdo. En la polarización política el tema es complicado», dijo. 

Y es que la corrupción ha dominado las decisiones públicas en Guatemala. Jiménez considera que la corrupción está generalizada, «no solamente son los políticos, son empresarios, crimen organizado, sindicatos, estos grupos son los que van a reaccionar al tema de la corrupción, las grandes corporaciones no necesariamente van a reaccionar porque ellos tienen otros negocios». 

Guatemala demuestra que la clase política se ha llegado a convertir en una empresa cuya principal fuente de riqueza es el control del Estado y de ahí la tendencia a perpetuarse en el poder. Analistas consultados coinciden en que durante el presente gobierno había una estrategia para usar el sistema democrático de las elecciones a la que se le invirtió mucho dinero para que Manuel Conde, el candidato del oficialismo, ganara la elección con el apoyo de grupos vinculados al régimen de Giammattei que, de acuerdo a un experto consultado, es «el primer presidente que logra un poder total, que coopta las cortes, el Tribunal Supremo Electoral, la contraloría, aliado con grupos políticos tradicionales y algunos sectores empresariales que están en el negocio y otros de índole política. Estos sectores económicos grandes no siempre estuvieron tan cómodos con Giamattei, particularmente porque son del Opus Dei, les genera escozor apoyar a alguien de quien todo mundo sabe de su diversidad sexual y cómo benefició a su pareja a través de la corrupción. Negar la participación a Roberto Arzú, a Thelma Cabrera, y Carlos Pineda era porque eran personas que sí tenían la posibilidad de romper la estrategia que tenían. La introducción de Semilla es fortuita».

Manfredo Marroquín de Acción Ciudadana asegura que a diferencia de la llegada del partido Libre en Honduras, Semilla no es un movimiento integrado por grupos de resistencia sino que es un partido de cuadros, urbano, intelectuales, académicos; el apoyo que tienen es espontáneo y «la gente va a reaccionar mientras mire en ellos la posibilidad de romper el pacto de corruptos».

Las expectativas que recaen sobre Bernardo Arévalo y Semilla crecen en Guatemala y se expanden a los pequeños grupos que en la región centroamericana anhelan un respiro democrático. Pero antes, dado el contexto en Guatemala, Bernardo Arévalo y Semilla deben ganar la elección, lograr la toma de posesión y hacer gobierno.

Los temores tras la elección

Lo fortuito de la llegada de Semilla a la recta final se convirtió en una amenaza a las estructuras de corrupción en el país. Su carácter de outsider de la política —tradicionalmente corrupta— produjo una agresiva reacción por parte del Ministerio Público liderado por Consuelo Porras, una fiscal general incluida en la lista Engel del Departamento de Estado de los Estados Unidos junto con Rafael Curruchiche, un fiscal también incluido en esa lista, y otros operadores de justicia asociados a la estructura de poder detrás del presidente Giammattei.

Los intentos por bloquear la participación de Semilla en la segunda vuelta electoral han fracasado y, al contrario, aumentaron el apoyo ciudadano a dicho partido. Según Arévalo «hay una expectativa, lo que nosotros tenemos que hacer es empezar a demostrar dos cosas, primero, que la lucha contra la corrupción no era un eslogan electoral para que votaran por mí y entonces una vez que pasó [la elección] empiezo a comportarme como cualquiera, a nombrar parientes, hacer negocios, etc. El número dos, hacer que las instituciones empiecen a dar resultados, que haya cuestiones tangibles, pequeñas, lo que se puede hacer porque vamos a recibir un estado en pedacitos pero vamos a empezar a demostrar que hay cosas que sí están pasando».

Si algo perdió credibilidad antes de la primera vuelta electoral, fueron las encuestas. Ahora, dos encuestas de intención de voto para la segunda vuelta electoral le han dado a Bernardo Arévalo una diferencia de casi treinta puntos porcentuales a su favor frente a Sandra Torres.

Durante el mes que transcurrió entre la primera y la segunda vuelta electoral, Sandra Torres desplegó su agresiva campaña para desacreditar a Semilla. Además de los temas que supuestamente producen terror en una población conservadora y tradicional (ideología de género, comunismo, antimilitarismo) Torres amplificó las acusaciones hechas por el Ministerio Público contra el Movimiento Semilla.

Propaganda electoral de la candidata a la presidencia Sandra Torres que dice: «Sí es posible ayudar sin quitarle a nadie». Un día después de las encuestas que le atribuyeron desventaja en intención de voto, la ciudad amaneció con más afiches y vallas publicitarias con su rostro. FotoCC/Jorge Cabrera

El fiscal Rafael Curruchiche ha emprendido una persecución en contra de Bernardo y Semilla por irregularidades, que según él ha dicho, descubrió recientemente, que van desde la detección de 18 personas fallecidas afiliadas al partido político y la falsificación de sus firmas, así como el registro de 319 personas cuyos nombres no coinciden con el Documento Personal de Identificación, según informó el periódico Prensa Libre. Curruchiche también habló de digitadores del TSE afiliados al partido. Por otro lado, una investigación de Prensa Comunitaria y el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), reveló que este fiscal y su jefa Consuelo Porras protegieron a Sandra Torres de investigaciones por financiamiento ilícito de su campaña en 2015. 

«El 99% de las acciones de este fiscal son ilegales», dijo el doctor Salguero del CNE, y aseguró que en su sector el Ministerio Público no tiene credibilidad, además porque si Semilla tuvo estas irregularidades en su inicio, es un asunto de justicia electoral, no de la fiscalía anticorrupción. 

Manfredo Marroquín, de Acción Ciudadana considera que el «pacto de corruptos, el gobierno y los empresarios pro-corrupción van a seguir en su intento por deslegitimar las elecciones, bloquear el ascenso de Bernardo Arévalo a la presidencia ya que controlan las Cortes y el MP. Ese intento lo van a llevar hasta enero [mes en que ocurre la toma de posesión], ellos tienen mucho que perder, tienen terror de que se investigue y porque ellos jamás vieron este escenario, tenían el control de todo hasta del TSE y se les salió de las manos». 

Marroquín hace eco de un sentimiento entusiasta sobre la reacción ciudadana durante el último mes. «La gente no le cree al gobierno, no le cree al pacto de corruptos, en términos efectivos sabe que las acciones legales tienen el claro objetivo de bloquear un cambio en la presidencia, entonces la gente está alerta a que no se produzca un golpe electoral, no hay condiciones ni nacional y ni internacionalmente para eso, es un callejón sin salida».

Ante una posible acción legal para retirar el derecho de antejuicio que posee Arévalo por su condición de diputado del Congreso Nacional, existe la confianza en que habrá una reacción nacional e internacional que el gobierno y los grupos corruptos no podrán soportar. «Los gringos están con la espada desenvainada, ellos interpretan que Estados Unidos les toleró mucho al pacto de corruptos, pero ya infringir las elecciones es otro nivel que todavía ellos no entienden que la reacción será fuerte» dice Marroquín de manera categórica.

Sandra Torres insistió hasta el cansancio en la corrupción expresada en la investigación que el Ministerio Público impulsa sobre la supuesta falsificación de firmas de afiliados del partido Semilla. 

Bernardo Arévalo opina que en la actualidad, el Ministerio Público no es autónomo, es una herramienta usada para ganar tiempo «de Alejandro Giammattei y de otros grupos afiliados. Cuando haya un cambio de gobierno y Alejandro Giammattei ya no esté en el país, el Ministerio Público va a dejar de recibir órdenes de persecución política como las está recibiendo ahora, o sea, es que eso es lo que está pasando, hay una reconfiguración de fuerzas políticas, los corruptos no van a desaparecer y quedan como poderes, van a estar ahí y van a ser un problema. Nosotros hemos sido muy claros, nosotros no tenemos la capacidad legal de intervenir en el aparato de justicia y no lo vamos a hacer además porque de verdad si nosotros nos metemos a violar leyes, entonces estamos justificando cualquier cosa que ellos quieran meter adelante, y ellos no tienen tapujos, entonces no tiene sentido, nosotros vamos a respetar y vamos a operar dentro de eso», dice Arévalo quien en caso de ganar las elecciones, le tocará lidiar con la misma cabeza del MP por dos años más hasta que toque su elección. 

Pero no solo es el Ministerio Público. El Congreso Nacional ha sido uno de los principales brazos de la corrupción en el país, es ahí donde se ha articulado lo que en Guatemala se ha llamado «el pacto de corruptos». 

«Todos me dicen pero cómo van a hacer con un Congreso que está totalmente lleno de los corruptos, pues cómo van a ser los corruptos cuando ya vamos a cerrar nosotros el chorro que alimenta la corrupción que es el presupuesto de obras públicas, porque hoy donde se atan los negocios entre alcaldes, diputados y funcionarios públicos es ese presupuesto», agrega Arévalo. 

Semilla es ahora la tercera bancada del Congreso con 23 diputados; la UNE es la segunda con 28 y VAMOS, el partido oficialista, tiene 39. Si la alianza entre Sandra Torres y Alejandro Giammattei es tan real como parece, sus partidos políticos suman una fuerza legislativa de 67 diputados. A la bancada de Semilla le tocará lograr alianzas con los restantes 65 diputados que están distribuidos en 14 partidos políticos, cada uno con agendas e intereses propios.

Arévalo confía en que se puede reducir la corrupción al desaparecer los incentivos y las oportunidades que ahora abundan entre los funcionarios públicos. «¿Qué va a pasar cuando ese dinero ya no fluya? El aceite que lubrica desaparece, van a empezar a tronar, por supuesto que va a haber duros que se van a quedar en su posición, etcétera, pero va a haber gente que va a decir, bueno y si esto ya no funciona y a mí no me está redituando nada por qué tengo que seguir acá».

En Ciudad Peronia las jóvenes se imaginan los meses después de las elecciones. «La primavera versus la represión será la parte dos de esta historia», dice una de ellas que no da crédito al poder que aun tiene Sandra Torres y la UNE en los territorios y cree en las encuestas que le dan una amplia ventaja a Arévalo por lo que lo da por ganador y lo coloca en un escenario en el que le impedirán tomar posesión y hacer gobierno, «la gente expresa su apoyo a Semilla en las redes, los jóvenes somos más conscientes ahora», dice. 

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Directora de Contra Corriente Periodista, artista y documentalista. Amante del cine, la música y la literatura. Cofundadora de Contra Corriente.
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Historiador y doctor en Ciencia Política por la Universidad de Hamburgo, Alemania. Investigador asociado del GIGA-Instituto de Estudios Latinoamericanos de Hamburgo. Sus investigaciones se concentran en temas de criminalidad y violencia con especial énfasis en pandillas, crimen organizado, narcotráfico y policía, así como sistemas políticos y procesos de formación del Estado. En materia de construcción de paz, se enfoca en la práctica reflexiva de procesos de cambio social fundamentados en el estudio de los conflictos y su relación con los contextos socio-políticos como base para el aprendizaje institucional. Su libro aborda el tema de la seguridad privada en Guatemala y tiene como título Private Security in Guatemala: Pathway to Its Proliferation.
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