El pasado 5 de enero trascendió en medios nacionales e internacionales un comunicado de la Comisión de Transición del nuevo Gobierno que afirmaba: «Las cuatro barras históricas (del fútbol hondureño) firmaron un compromiso de paz y de trabajo conjunto en la mejora de las relaciones de la juventud fanática del deporte en el país». Sin embargo, tres de los cuatro líderes de estas barras confirmaron a Contracorriente que lo que se logró fue un acuerdo de no agresión para asistir a una reunión en la que expondrían sus necesidades al nuevo Gobierno.
Por: Jennifer Ávila
Fotografía de Archivo Contracorriente/Martín Cálix
«Un acuerdo de paz es un proceso», explica Melbin Servellón, coordinador nacional de la barra Ultrafiel del Club Deportivo Olimpia, la más grande y antigua del país. Servellón asegura que el 5 de enero —apenas una semana después del altercado entre barras en la final de la Liga Nacional que dejó 12 heridos y una persona muerta— no se firmó una «tregua» o una «paz entre barras», sino un pacto de no agresión entre los representantes de las cuatro barras específico para asistir a una reunión en la Universidad Autónoma de Honduras el pasado 8 de enero, donde la comisión encargada del tema de juventudes escucharía las necesidades de los jóvenes que pertenecen a estos grupos.
El líder de la Barra Revolucionarios del Club Deportivo Motagua, Jairo Martínez, escribió vía whatsapp que «hay que hacer una aclaración» sobre el tema de la tregua. Por otro lado, el líder de la Mega Barra del Club Deportivo Real España, Melvin Morales —quién ni siquiera estuvo presente en la firma de la supuesta tregua—, aseguró que lo que existe es una intención del nuevo Gobierno de escuchar a las barras y, a partir de allí, generar un acuerdo de paz.
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Diversos medios de comunicación —entre ellos La Prensa y Diario Diez, y los internacionales El Mundo e Infobae— replicaron el mismo texto que iniciaba: «Las violentas barras de los equipos de fútbol de Honduras firmaron este miércoles por primera vez un pacto de paz en los estadios, con la mediación de una comisión del futuro Gobierno de Xiomara Castro, anunció la comisión de traspaso presidencial». Al cierre de esta nota, ni el ingeniero Salvador Nasralla, designado presidencial del nuevo Gobierno, ni el ingeniero Pedro Barquero, cocoordinador de la Comisión de Transición, respondieron a nuestros mensajes preguntando sobre lo expuesto por los líderes barristas.
Las barras Ultra fiel y Revolucionarios llevan varios años trabajando en un proceso de conciliación y propuesta a los gobiernos para crear políticas públicas de prevención de violencia en los estadios.
Servellón, líder de la Ultrafiel, asegura que «nunca dijimos de firmar un acuerdo porque esos son procesos y los procesos no pueden iniciar así. Es cierto que han habido trabajos anteriores, hay plataformas de varios años, pero no las cuatro barras en conjunto. Hemos trabajado con la barra Revolucionarios en temas de las políticas de prevención de violencia, pero nunca hemos estado sentados con la Mega Barra ni con la Furia Verde».
Además, Servellón agregó que para los líderes de barras fue una sorpresa que les pidieran firmar un documento, cuando lo que habían acordado era entregar sus propuestas para el nuevo Gobierno.
El documento mencionado por Servellón establece «una alianza de paz» entre las cuatro barras más numerosas del país, que será parte de la entrega de propuestas al nuevo Gobierno. Este documento no pudo ser firmado por el representante de la Mega Barra, quien estuvo vía Zoom en la primera reunión y quien no pudo ni presencial ni virtualmente asistir a la segunda.
«Nosotros dijimos también que no podíamos firmar un acuerdo con un gobierno que aún no está en funciones. Aceptamos entrar en un proceso, y en eso estamos, y trabajamos en buscar los mecanismos para encaminarnos no solo en 100 días, sino en más tiempo, porque no queremos violencia en los estadios ni que suceda lo que sucedió en la final en SPS; no queremos acciones donde hemos tenido a nuestros hinchas presos o muertos, ninguna barra diría que no le importa eso. Pero eso se llama proceso», agregó Servellón. Entre las propuestas de las barras entregadas a la Comisión de Transición está la revisión de la ley de prevención de violencia en los estadios (conocida como «ley anti barras»), oportunidades laborales para los barristas y la inclusión de estos jóvenes en programas de becas y emprendedurismo.
Por su parte, el líder de la Mega Barra dijo a este medio que hay muchas expectativas puestas en el nuevo Gobierno: «Todas las barras sabemos que el Gobierno actual decía que quería que se erradicara la violencia, pero nunca hicieron nada para que los jóvenes entendieran la situación que no vale la pena matarse por un partido de fútbol. Tenemos que educar a los integrantes, mantener su mente ocupada, hacer talleres que aprendan un oficio, porque la violencia no es de barras, sino de sociedad, y esto no va a ser de la noche a la mañana, es un trabajo arduo y largo, esto es un proceso que va a llevar tiempo para decir que ya hay paz en los estadios».
El pasado 23 de diciembre, en la final del torneo de la Liga Nacional entre Olimpia y Real España, hubo un enfrentamiento entre miembros de la Barra Ultrafiel y la Mega Barra que dejó 12 heridos y un joven muerto en el fuego cruzado. Según Servellón, la Policía Nacional no realizó un operativo eficaz para evitar el enfrentamiento entre las barras, esta respondió tardíamente con gases lacrimógenos en las afueras del estadio.
«Nosotros sin que los gobiernos nos digan que hay que firmar documentos o que viene un decreto para cortar la situación de violencia lo hemos hecho, yo diría que hemos pasado hasta dos o tres años sin eventos de violencia porque las barras son conscientes, los liderazgos son conscientes que no hay que provocar la violencia. También ha habido personas, no entidades de gobierno, interesadas en el tema y esas personas han sido claves para —por ejemplo— que un operativo de seguridad en el estadio funcione y se disminuya la violencia. Cuando no sucede eso hay problemáticas que se dan como lo que sucedió en la final. Las barras tienen disposición, si la Furia Verde se movió de San Pedro Sula a Tegucigalpa para venir a dar sus propuestas es porque tiene ganas de entrar a un proceso de pacificación. Y, al final, un acuerdo no es tan importante», concluyó Servellón.