Honduras fue a elecciones el 26 de noviembre sin reformas a la ley electoral, con una candidatura inconstitucional a la reelección presidencial y un candidato de oposición “outsider”, el comentarista deportivo Salvador Nasralla que se posiciona con 5% de ventaja como presidente electo en estos comicios. Pero ambos candidatos se han declarado vencedores y ninguno quiere dar su brazo a torcer.
Ayer frente al Tribunal Supremo Electoral (TSE) miles de personas celebraban el triunfo de la Alianza de Oposición contra la Dictadura con Salvador Nasralla en la presidencia. Era una fiesta, pero también había indignación por el silencio del TSE y exigían resultados.
Después de los resultados preliminares dados en la madrugada del 27 de noviembre, el TSE apenas ha actualizado 178 mesas electorales receptoras y aún faltan más de 700 mil para dar el resultado definitivo. Sin embargo, según el magistrado suplente Marco Ramiro Lobo la tendencia ya es irreversible.
Pero no es un triunfo avasallador el del outsider. Si gana la presidencia con el poco rango de diferencia, según los resultados preliminares del TSE, Nasralla cogobernaría con un Congreso Nacional con mayoría nacionalista.
En la fiesta de la Alianza, en medio del tumulto de gente estaba el dirigente popular y ex candidato a la presidencia por una candidatura independiente que se retiró tras el golpe de Estado. Carlos H. Reyes dice que Nasralla tendrá que gobernar sabiendo que se enfrenta a los militares, a una élite económica que no dará su brazo a torcer y a un Congreso Nacional nacionalista. La transición del poder no será fácil. “Yo me imagino que él (Juan Orlando) estará negociando a ver qué cuota de poder le queda para seguir impune, lo que buscaría negociar es que no se le toque”, dijo Reyes.
Advirtió además a miembros de la Alianza que podrían estar negociando en esta transición del poder que pueden caer en alguna trampa.
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Pero la gente no se siente nerviosa por esto, el ambiente de celebración y esperanza era evidente y el triunfalismo se concretó en una frase de Manuel Zelaya Rosales “cumpliremos lo que prometimos en campaña”, mientras a su lado estaba Xiomara Castro y su hija Hortensia “La Pichu” Zelaya, la familia presidencial que llegó antes que el ganador Salvador Nasralla.
En el plantón de la Alianza estaba Ann-Margarethe Lihv, vicealcaldesa de Estocolmo, quien con una delegación de políticos de la Unión Europea observó el proceso electoral. “Esto es desastroso, que el Tribunal no presente los resultados cuando debe y que genere esta incertidumbre. Es desastroso que los candidatos se declaren ganadores así”, dijo Lihv quien además aseguró que vio muchos abusos en las mesas electorales donde faltaba material y además trataban de manipular a los votantes.
Los azules a defender el voto
Antes que el Tribunal habla en medios de comunicación habla el presidente Hernández y se proclama ganador, ya lo ha hecho 3 veces.
Hernández en conferencia de prensa presentó un nuevo mapa, uno azul que lo declara ganador no solo a él sino a su partido en el Congreso Nacional y las alcaldías.
“Esto no se acaba hasta que se acaba”, dijo Hernández quien además llamó a no confrontarse con la Alianza Opositora pero sí a celebrar porque no hay duda de su éxito en las urnas.
Contrarrestando los resultados del Tribunal, quien ha declarado ganador a Hernández es Arturo Corrales Álvarez con su empresa Ingeniería Gerencial. Corrales quien ha sido asesor, canciller y ministro en los gobiernos nacionalistas los últimos 7 años.
El silencio del tribunal es solo la cereza en el pastel de un proceso lleno de irregularidades desde el inicio. Las elecciones se dieron en medio de un ambiente de desconfianza por la falta de reformas electorales que no permitieron un proceso en el que todos los partidos políticos tuvieran voz de decisión, además por la concentración de poder y control del actual presidente que también era candidato y su posible injerencia en el Tribunal Supremo Electoral.
“Hay muchas cosas graves en el país, por ejemplo que el Tribunal Supremo Electoral inscribió la candidatura del presidente cuando la Constitución de la República lo prohíbe”, dijo el dirigente Carlos H. Reyes.
El Partido Nacional ha llamado a sus militantes a defender el voto en las calles. “En las calles nos está ganando la Alianza, ahora debemos salir a defender el triunfo que estamos teniendo en el Congreso Nacional y que no dudamos también hemos logrado en la presidencia de la república”, dijo Ricardo Álvarez en la cadena Radio América. Un grupo de nacionalistas atendieron el llamado en minutos y realizaron una caravana del Partido Nacional cerca de su sede.
El otro outsider
Un actor que en estas elecciones ha ganado confianza es el Partido Liberal con la candidatura de quien dice ser un outsider también: Luis Zelaya. A 24 horas de las elecciones, Zelaya aceptó el triunfo de Nasralla y se sentó con él en una conferencia de prensa para anunciar un pacto de unidad con el gobierno de la Alianza.
Zelaya no se representa a sí mismo, representa a un partido político hecho trizas después del golpe de Estado, pero sobre todo responde a la élite económica de cepa liberal. El gobierno de la Alianza tendrá una correlación de fuerzas diversa. Los dos outsiders en esa mesa lo muestran y en el Congreso Nacional se necesitan ante la aplanadora nacionalista que lleva 62 diputados según el último conteo del TSE frente a 32 de LIBRE y 26 del Partido Liberal.
El gobierno de la Alianza podría romper la dinámica que desde el golpe de Estado se materializó: el control de los tres poderes del Estado que no permitió su complementariedad en el ejercicio del poder, sino que aumentó el autoritarismo del presidente Hernández. Nasralla no puede ser solo un outsider que ganó la presidencia, los retos lo rebasan.