El artículo de la senadora demócrata, Jan Schakowsky en el New York Times que expresa su preocupación por el autoritarismo y un posible fraude por parte del presidente Juan Orlando Hernández, surgió del asesoramiento de más de 30 organizaciones de Estados Unidos y Canadá que hoy tienen representación en Honduras como observadores de Derechos Humanos durante las elecciones. Esta delegación denuncia el discurso hipócrita de los Estados Unidos al señalar, pero a la vez apoyar a candidatos y presidentes presuntamente vinculados con actividades ilícitas, con tal de no poner en riesgo sus intereses geopolíticos.
Victoria Cervantes conoce Honduras y ha estado trabajando gran parte de su vida informándose y difundiendo lo que ha visto con la Red de Solidaridad con Honduras que integran estas 30 organizaciones. Cervantes, estuvo con una delegación de observadores electorales en las elecciones de 2013 en la Honduras post golpe de Estado, y nota una mayor fragilidad en el proceso electoral actual. Una cosa que le preocupa es la concentración de poder que el presidente actual, Juan Orlando Hernández, ha logrado orquestar en sus 4 años de gobierno.
El Tribunal Supremo Electoral invitó a mil observadores internacionales para mostrar que los resultados serán verídicos, que un posible fraude, sobretodo denunciado desde la Alianza de Oposición, no será posible. Pero Cervantes cree que el miedo al fraude va más allá, porque Honduras sigue en un contexto de golpe de Estado, de rompimiento del Estado de derecho.
«En Honduras hay tantas violaciones de Derechos Humanos, tantas intimidaciones y violencia en contra de defensores de DDHH y el pueblo en general, estamos conscientes de que es muy difícil que la gente pueda ir a votar sin el goce de sus derechos, por eso pensamos que es importante observar y documentar este ambiente», expresó Cervantes a Contra Corriente. Y se refirió a los últimos asesinatos de activistas de diferentes partidos políticos y el recrudecimiento de la violencia en el Valle del Aguán.
El ambiente de miedo que se ha generado alrededor de este proceso electoral es algo que Cervantes denuncia y asegura que existe hostilidad contra observadores que son críticos de la reelección y que buscan romper el discurso de que en Honduras todo ha mejorado. «Esto es parte de la creación de un ambiente de miedo para detener a la gente de ejercer su expresión libre», dijo.
«El hecho de que la reelección ha sido aprobada sin seguir los requisitos legales –como lo han explicado algunas organizaciones de Derechos Humanos– ha hecho que exista inconformidad en Honduras sobre la reelección. La acumulación de poder lo ha permitido. Y el control sobre las fuerzas de seguridad en una sola persona o su oficina», explicó.
Un papel injerencista
Victoria viene de Chicago, y en su estado así como en el resto del país, la ciudadanía está pendiente de lo que hace Estados Unidos con sus impuestos. Mucho del dinero de los contribuyentes llega a países como Honduras con programas de seguridad, justicia, asistencia social y desarrollo económico, pero Cervantes cree que, al menos en Honduras, ese dinero no ha sido bien invertido y solo responde a intereses particulares de control de Estados Unidos sobre la región.
Y recuerda el papel negativo de su país con el golpe de Estado de 2009 o las declaraciones tempranas de la entonces embajadora de EEUU en Honduras durante las elecciones de 2013 anunciando ganador a Juan Orlando Hernández cuando antes nadie lo había hecho. «Eso es quitar la democracia aún más y quizá dar la orden de que ya estuvo. No estamos de acuerdo pero no nos sorprende. Ahora tienen esa propuesta de la Alianza para la prosperidad que comenzó con Obama que supuestamente es para mejorar condiciones pero da más dinero todavía a las fuerzas de seguridad que en nuestra opinión son fuerzas de inseguridad. Nuestro dinero de impuestos está siendo usado para matar e intimidar gente en Honduras y eso no es correcto», expresó.
La hipocresía de Estados Unidos se refleja en distintos niveles, explica Cervantes, pero es evidente en su lucha contra el narcotráfico que es la más invasiva cuando se trata de apoyo militar para la misma.
«La hipocresía de los EEUU, siempre haciendo esas guerras contra los narcos usando violencia y militarización en los países pero sin realmente hacer nada efectivo en el control de evitar el problema de consumo de droga en el mercado de su mismo país. También hay hipocresía porque los EEUU tiene relaciones amables con tantos presidentes, partidos políticos, candidatos que están ligados a los narcos y entonces hablan mucho pero siguen apoyando, usan la persecución muy selectivamente. Está saliendo bastante noticias en los EEUU sobre supuestamente lazos con el narco con el hermano del Presidente Hernández, antes el hijo del presidente Lobo, lo usan como para controlar y justificar lo que quieren hacer por razones de intereses económicos y políticos».
Agregó que existe incertidumbre ante un posible triunfo de la Alianza contra la Dictadura y que por eso el apoyo a Hernánez es hasta el último minuto. «El hecho que han mantenido el apoyo para Juan Orlando Hernández a pesar de que ellos mismos hablan que hay problema con la reelección y el tema de la inseguridad, temen que si gana la Alianza, ellos no van a poder controlar tanto porque puede que no tengan la misma agenda o puntos en común. Mi consejo es nunca subestimar, el gobierno de los EEUU en cómo puede maniobrar y trabajar para mantener sus intereses para trabajar con gente que no son sus favoritos, siempre trabajarán juntos».
Mantener el control y evitar que Honduras sea más independiente o que empiece a tener políticas menos neoliberales, menos extracción, es algo que se ve en los programas sociales también. «Me preocupa que mi gobierno no está haciéndolo para desarrollar a Honduras a tener una economía más justa, es parte del paquete de controlar y maniobrar que tienen», dijo.
Entre Trump y Hernández
Cervantes cuenta que en Estados Unidos se percibe de mucha gente la esperanza en las elecciones, que hay ciudadanos que se mueven, que saldrán a votar y que apoyan a varios partidos, pero sobre todo a la Alianza.
«Yo creo que para un migrante en EEUU cuesta tanto la lucha por sobrevivir, hacer algo de dinero, mantener a su familia en Honduras y mantenerse ellos, no están concentrados en actividades políticas. Pero hemos visto hondureños organizados para apoyar la Alianza. Hay preocupación sobre el TPS (Estatus de Protección Temporal) tenemos gente que ha estado viviendo allí por más de 20 años, tienen su vida, sus hijos nacidos allá. Una de las medidas antiinmigrantes es la revocación del TPS. Dicen que van a reconsiderar lo de Honduras en 6 meses, simplemente no quisieron anunciar nada tan cerca de la elección porque lo hablaron con Hernández, por su apoyo hacia él, no quisieron hacerlo para no dañarlo a él en las elecciones», expresó.
Cervantes espera a un grupo de 10 personas que se dividirán en Tegucigalpa y Santa Bárbara para hacer observación de derechos humanos el próximo 26 de noviembre. «Como observadores internacionales vamos a estar atentos a las fuerzas del Estado, hay muchas maneras de violar derechos pero nos preocupamos más que todo por los actores del Estado. Siendo policías, militares del gobierno, ellos tienen la responsabilidad de garantizar los derechos, no de violarlos, en Honduras desde el golpe de Estado hay un resto de golpeados, detenidos, encarcelados en manos del Estado. Estamos al tanto de la relación de las fuerzas de poder y las fuerzas represivas, como las que nos mostró el asesinato de Berta Cáceres», explicó Victoria Cervantes.