Los cónsules honorarios son actores voluntarios de la diplomacia, con funciones limitadas y por un periodo indeterminado. Además de tener a sus propios cónsules honorarios en varios países, en Honduras hay hoy 62 diplomáticos que representan a otros países; la mayoría de ellos son empresarios hondureños. Esta es la historia de ocho miembros de la familia Kafie que portan carnet consular, a pesar de que algunos han estado señalados en casos de corrupción o de vulneración a los derechos humanos.
Por: Célia Pousset y Jennifer Ávila
Edición: María Teresa Ronderos y Andrés Bermúdez Liévano
Parte del especial “Diplomacia en las sombras” de ICIJ
Ni cónsules de carrera, ni ciudadanos comunes, los cónsules honorarios están a medio camino: son actores de la diplomacia de manera voluntaria, con funciones limitadas, con frecuencia en países o ciudades que no son considerados lo suficientemente estratégicos para tener un embajador o un cónsul de la carrera diplomática, pero sí para tener un representante honorario.
Además de tener a sus propios cónsules honorarios esparcidos por el planeta, Honduras cuenta hoy en su territorio con 62 personas que representan a otros países, de estos, la mayoría son empresarios hondureños, según un análisis hecho por Contracorriente y el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP) como aliados de una investigación global liderada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) y ProPublica, que reunió a 160 periodistas de 46 países para investigar personas que habrían usado esta figura en todo el mundo para cometer abusos o recibir un trato preferencial.
En Honduras, uno de los cónsules honorarios, que actualmente ostenta el cargo, fue acusado por la fiscalía por estafa contra el Estado y fue beneficiado con autorización para salir del país en medio de su proceso judicial.
En junio de 2015, el Ministerio Público (MP) de Honduras acusó al empresario y cónsul honorario de Jordania, Shucri Kafie Larach por el delito de estafa en perjuicio de la administración pública y del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) en su calidad de presidente de la junta directiva de Distribuidora Metropolitana S.A. (Dimesa), una sociedad que, según el MP, sobrevaloró equipos médicos que vendió a la entidad pública.
«La empresa Dimesa utilizó el contrato como medio para engañar al IHSS», afirmó el Ministerio Público en el expediente del caso contra Shucri Kafie y Juan Alberto Madrid, ambos representantes de Dimesa, y otros siete funcionarios del Estado. Un informe técnico remitido por la Comisión Interventora del IHSS, realizado por el ingeniero experto en biomédica Walter Martínez, estableció que el contrato de Dimesa estaba sobrevalorado entre un 42.90 % y un 46.31 %.
Shucri Kafie, quien en esa época era el presidente de la junta directiva de Dimesa, enfrentó el proceso judicial en libertad y, además, obtuvo el beneficio de salir del país a pesar de tener obligaciones de firmar cada quince días en los juzgados. Le dieron este beneficio porque además acreditó necesitar tratamientos médicos en Estados Unidos y Panamá pero también por otra razón de mucho peso: ser el cónsul honorario del Reino Hachemita de Jordania en Honduras.
«En relación a la medida de no salir del país, sólo se la impone al señorJuan Alberto Madrid Casaca; porque en el caso del señor Shucri Luis Kaffie Larach, la jueza tomando en cuenta su cargo de cónsul honorario dispone que no se le aplique», dice la sentencia recaída en el Amparo Penal No. 0043-2016, de fecha 26 de octubre de 2016 que se refiere a la audiencia de revisión de medidas que se realizó en julio de 2015 y que fue apelada sin éxito por el Ministerio Público.
Kafie obtuvo beneficios desde el inicio del proceso. En esa audiencia de revisión de medidas, un mes después de la acusación, un tribunal falló a favor de la defensa de Kafie y Madrid de Dimesa, sustituyendo la prisión por el pago de una fianza del 10 % del valor defraudado (103 millones de lempiras) y la medida de ir a firmar un libro a los juzgados cada quince días. Posteriormente, sólo Kafie fue beneficiado con la posibilidad de salir del país «cada vez que lo requiera», según se establece en la sentencia.
La fiscalía interpuso un recurso de amparo para dejar sin efecto este cambio de medidas y, en el caso específico de Kafie, alegó que la multa era insuficiente y que había peligro de fuga debido a sus facilidades para salir del país.
El Ministerio Público argumentó «que en el caso del señor Shucri Luis Kafie Larach, el Código Procesal Penal, nada dice sobre la documentación que acredita su estado de salud y la que se refiere a sus obligaciones como cónsul; asimismo que esto no hacía desaparecer los presupuestos legitimadores de la medida de prisión preventiva». Refiriéndose al peligro de fuga, el Ministerio Público expresó que «en cuanto al arraigo debía tomarse en cuenta las facilidades que tiene para abandonar el país o permanecer oculto», según resumió la sentencia de la Sala de lo Constitucional en 2016 que, aún así, falló en favor de la defensa de los imputados y le permitió a Kafie seguir con sus actividades de cónsul mientras era procesado penalmente.
Sin embargo, en una comunicación vía correo electrónico, Shucri Kafie respondió a esta alianza periodística que «es falso» que haya obtenido el beneficio de salir del país debido a su cargo como cónsul honorario. «El cónsul honorario no tiene ningún trato especial o diferente ante la ley hondureña; la autorización para salir del país a la que hace referencia se debió a un asunto estrictamente de salud, lo cual así fue demostrado ante el Juzgado de Letras Instructor que dio la autorización con audiencia y notificación del ente acusador. Valga aclarar que esa autorización la emitió el Juzgado de Primera Instancia y no la Corte Suprema de Justicia como refiere su pregunta», respondió.
Y en efecto, en el expediente de su caso consta que el abogado defensor de Kafie solicitó el 9 de junio de 2015, apenas librada la orden de captura, que se dejara sin valor ni efecto la orden de captura internacional, la alerta migratoria y que se cambiara la medida de prisión preventiva. En la audiencia de declaración de imputado en el Juzgado de Letras unificado en materia penal, la defensa privada de Kafie estableció la vulnerabilidad del imputado por razón de su edad y su estado de salud, pero también porque «es un funcionario consular». La jueza en esa instancia dijo que, a pesar de que la Convención de Viena de 1973 solicita un trato de cortesía para los cónsules honorarios, esto no lo eximía de ser juzgado y, dado el caso, ser objeto de una medida cautelar privativa de libertad. Este fue el primero de varios intentos para beneficiar a Kafie por ser cónsul honorario.
Según la convención de Viena de 1973, que rige los asuntos consulares, los cónsules honorarios se deben beneficiar de un trato «deferente» en caso de proceso penal.
«Cuando se instruya un procedimiento penal contra un funcionario consular honorario, éste estará obligado a comparecer ante las autoridades competentes. Sin embargo, las diligencias se practicarán con la deferencia debida a ese funcionario por razón de su carácter oficial y, excepto en el caso de que esté detenido o puesto en prisión preventiva, de manera que se perturbe lo menos posible el ejercicio de las funciones consulares», dice el acuerdo internacional firmado por 182 países, entre ellos Honduras.
Un mes después, la misma jueza argumentó que por ser cónsul, no se le impondría a Kafie la medida de no salir del país. La defensa del empresario presentó un escrito en el que hacen constar que, desde el 15 de junio de ese año, el cónsul no se presentaba en su oficina debido a sus problemas de salud derivados del proceso judicial al que estaba siendo sometido, por lo cual el consulado permanecía cerrado.
A pesar de la acusación en su contra, Shucri Kafie no fue retirado de sus funciones de cónsul honorario de Jordania, cargo que ha ejercido sin interrupción desde 1984. Kafie añadió en su respuesta a nuestro cuestionario que en la embajada de Jordania «estuvieron informados de todos los detalles durante todo el proceso. Éramos parte de un proceso donde prevalece la presunción de inocencia». Y aseguró además que «este es un caso ya juzgado por la justicia hondureña, en el cual se desestimaron los cargos por una acusación falaz motivada más por un momento político que por una lógica legal que sirviera de sustento a la acusación».
El desfalco millonario del IHSS, juzgado por la justicia hondureña, sucedió entre 2011 y 2014 y produjo como reacción un hito en la lucha anticorrupción en el país.
Miles de ciudadanos pidieron en las calles la renuncia del entonces presidente Juan Orlando Hernández, quien apenas comenzaba su primer período en el poder y a quien la ciudadanía señalaba ya que varios chequesdel desfalco — que, según determinó la justicia, alcanzó los 300 millones de dólares — llegaron a las cuentas de su campaña electoral de 2013. Los manifestantes también exigieron una comisión internacional de investigación de la corrupción al modelo de la Cicig en Guatemala. Tras varios meses de marchas y protestas, que se popularizaron como la «Marcha de las Antorchas» o como el movimiento de «Los indignados», en 2015 se instaló la Misión de Apoyo contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (Maccih), que el propio Gobierno de Hernández desmanteló en 2019.
La suma de estos casos judicializados reveló un entramado de corrupción de gran escala entre funcionarios del Estado y personas del sector empresarial, en los que, entre otros, estaba el nombre de Shucri Kafie Larach.
En medio de los recursos de apelación y amparos interpuestos desde 2015 tanto por la defensa privada de Kafie como por la Fiscalía, que llegaron hasta la Corte de Apelaciones en materia penal, finalmente el 11 de diciembre del 2018 esa Corte tomó una decisión. Resolvió declarar con lugar el recurso de apelación interpuesto por su abogado Tito Hernández Salgado y revocó el auto de formal procesamiento.
A pesar de que en enero de 2019 el Ministerio Público interpuso una acción constitucional de amparo a favor del Estado de Honduras contra la resolución del 11 de diciembre de 2018, el Juzgado de Letras de lo Penal dictó el 24 de enero de 2019 el sobreseimiento definitivo a favor de Shucri Kafie y le otorgó una carta de libertad definitiva.
Shucri Kafie, el representante de la empresa que según los fiscales sobrevaloró equipos médicos vendidos al IHSS, no fue declarado culpable. La Corte estimó que no hubo perjuicio económico por parte de la empresa Dimesa y que «por ende no se puede apreciar la existencia del delito en relación a los funcionarios públicos que intervinieron en la adjudicación de la licitación pública y posterior suscripción de un contrato».
Además, la Corte estableció que la contratación del IHSS había sido aprobada por el Congreso. El Congreso era dirigido entonces por Juan Orlando Hernández, quien luego sería presidente por dos períodos y que, a la fecha, se encuentra extraditado y acusado por tráfico de drogas a Estados Unidos, donde espera juicio.
Kafie nunca dejó de ser cónsul honorario y, además, su empresa siguió contratando con el Estado. Según datos de contrataciones públicas de Honduras, Dimesa, además de contar con el contrato en cuestión con el IHSS, obtuvo otros doce contratos más entre 2013 y 2019 por un valor total de 209,004,702.90 lempiras (8,2 millones de dólares), según estos mismos datos, para proveer de materiales médicos e higiénicos a la Secretaría de Salud, la Secretaría de Defensa y la Comisión Nacional de Telecomunicaciones.
Consultamos al abogado Tito Hernández sobre su defensa en el caso y respondió que no podía dar declaraciones por un convenio de no divulgación con su cliente, además de que el caso está cerrado. «Fallado hasta por la Corte Suprema de Justicia, ya no hay nada más que decir», dijo.
Pero Kafie agregó en su respuesta a nuestra consulta que se comprobó en el juicio su inocencia, «ya que no se trató de una compraventa de equipo como se manejó tanto por la acusación como mediáticamente, sino que se trató de un Contrato INTEGRAL que, siendo financiado por el Contratista, proveería equipo nuevo de última generación, un soporte de mantenimiento permanente e ilimitado durante toda la vigencia del contrato, la provisión de los repuestos que fueran necesarios, capacitación especializada, equipos de respaldo entre otros» y aseguró que la Fiscalía cometió errores al momento de presentar peritajes que calculaban la supuesta sobrevaloración de equipos que fue la razón por la que fue acusado.
«En cambio, la defensa sí propuso y presentó peritos tanto nacionales como internacionales que dejaron en evidencia no solo la inexactitud de los “informes” de la acusación, sino que la verdadera realidad financiera del contrato en base a todas las prestaciones en él contenidas y con ello la inexistencia de sobrevaloración alguna», explicó.
Los cónsules honorarios en Honduras son acreditados por la Cancillería hondureña, la cual luego envía un listado al Congreso Nacional que finalmente aprueba cada nombramiento. El mismo Congreso también puede dejar sin efecto un nombramiento.
El diputado del Partido Nacional, Tomás Zambrano, explicó a esta alianza periodística que el Congreso Nacional aprueba con mayoría simple a los cónsules honorarios que la Cancillería solicita en base a sus hojas de vida.
«Considero que sí tendría que reformarse la ley del servicio exterior para dejar un procedimiento más claro, requisitos, atribuciones y facultades de los cónsules honorarios para ejercer el cargo en Honduras», dijo y además agregó que el Congreso Nacional tiene la potestad de retirar de inmediato el permiso de ejercer el cargo en caso de acusaciones, pero lo debe considerar el pleno y no existe procedimiento para esto.
Por otro lado, Josué Rodríguez, jefe de asuntos consulares de la Cancillería hondureña, dijo con respecto al rol de los cónsules honorarios que «consideramos que estas personas son de una moralidad intachable. No nos tomamos el tiempo para indagar si tuvieron alguna situación dudosa en el pasado. No nos corresponde a nosotros. Lo más que hacemos es pedir antecedentes penales y policiales. Son requisitos de rigor por tema de seguridad, pero tampoco indagamos muy profundamente», agregó.
Shucri Kafie sostuvo que no tiene ningún beneficio por ser cónsul honorario. «El beneficio más grande es velar por los derechos de los jordanos y de los extranjeros residentes permanentes de Jordania de [en] Honduras. También es de sumo agrado contribuir al fomento del desarrollo de las relaciones de carácter económico, cultural y científico entre el Estado de Jordania y nuestro país Honduras», explicó.
Cargo de herencia familiar
Kafie alardea en público con su cargo de cónsul honorario. «El Cónsul Honorario Shucri Kafie es un hombre diplomático, un líder carismático, empresario visionario, un hacedor hombre de negocios y filántropo que guía la innovación de sus empresas», dice el sitio web del empresario, conocido también por su rol al frente de empresas como Lacthosa del sector lácteo o Lufussa (Luz y Fuerza de San Lorenzo S.A. de CV), que genera y distribuye electricidad en Honduras y Centroamérica, según su sitio web. Ambas empresas, al igual que Dimesa, son empresas familiares; en las tres empresas, Shucri Kafie comparte acciones con Luis Kafie Larach, su hermano y también cónsul honorario de Finlandia en Honduras.
Según registros de la Secretaría de Finanzas de Honduras, solamente en 2019 Lufussa recibió del Estado 398,029,623.08 lempiras (16,012,465.06 de dólares) en pago como proveedor de energía.
Entre los 62 cónsules honorarios en Honduras representando a otros países, hay ocho miembros de la familia Kafie que se benefician de un carnet consular. No representan a un solo país o países de un mismo continente, sino que son cónsules honorarios en Honduras de países de Escandinavia, el Caribe, el Báltico, Centroamérica o del Medio Oriente.
Esta es la lista completa: Simón Alberto Kafie Handal, Noruega; José Leonel Giannini Kafie, Panamá; Luis Kafie Larach, Finlandia; Henry David Kafie, Luxemburgo;Eduardo Kafie Larach, Jamaica; Shucri Kafie Larach, Jordania; Jimmy Kafie Handal, Letonia;y Luis José Kafie, Lituania.
Tres hermanos cónsules — Luis, Eduardo y Shucri Kafie Larach — figuran como socios en Dimesa, la empresa acusada por el Ministerio Público de haber estado involucrada en un caso de desfalco al sistema hondureño de seguridad social, que luego fue absuelta por la Corte. Ninguno perdió su estatus de cónsul a raíz de la investigación.
El cónsul honorario de Finlandia, Luis Kafie, respondió vía correo electrónico a esta alianza periodística que «como saben, este puesto no es remunerado, no tiene fines de lucro, y no recibo un salario ni administro fondos públicos del Gobierno de Finlandia. Cumplo con mi deber únicamente de forma voluntaria en ausencia de una representación diplomática del Gobierno de Finlandia en Honduras. Como Cónsul Honorario mi objetivo es velar por los intereses legítimos de los ciudadanos o entidades finlandesas en la República de Honduras, facilitando el comercio y la inversión entre ambas naciones y promover la amistad entre nuestros connacionales».
Agregó que en 2002, fue conmemorado por el gobierno de Finlandia con el título «Comandante de la Orden de los Leones» y que sobre el caso de Dimesa, a partir de 2019, el sistema de justicia de Honduras «decretó el sobreseimiento de todos y cada uno de los “presuntos” cargos en contra de la empresa. Por lo tanto, probó de manera concluyente la falta de acciones fraudulentas o irregulares por parte de la empresa».
Aunque puede ser raro ver a tantos miembros de una misma familia ocupando consulados honorarios de países tan diferentes, es en realidad una tradición. Josué Rodríguez, de la Cancillería hondureña así lo anota: «generalmente los cónsules honorarios que existen son hijos de personas que fueron cónsules honorarios en el pasado. Llevan esta venita en su ADN. Quieren continuar el legado de sus ancestros».
Los cónsules honorarios son eso, honorarios, y por eso no reciben ningún pago y tampoco están habilitados para emitir documentos legales. «Ser cónsul honorario es literalmente un honor», afirmó Rodríguez. «Los políticos de un país buscan a personas influyentes, decimos aquí en Honduras que son “pesos pesados”, gente de mucho dinero que tienen contactos para fomentar la inversión extranjera, facilitar exportaciones o desarrollar proyectos culturales».
Se queda corto quien diga que la familia Kafie, de origen palestino, encarna un modelo de éxito empresarial. Esa familia forma parte de la élite del país desde los años 90, cuando sus integrantes fundaron empresas en los sectores textiles, agroindustria, bienes raíces, distribución de productos y electrificación, entre otros.
El vínculo entre esta familia y el Estado no es extraño. Como muestra un estudio del Equipo de Reflexión Investigación y Comunicación (ERIC), la nueva élite hondureña construyó su imperio a través de contratos públicos. En el estudio Elites, redes de poder y régimen político en Honduras, el investigador Marvin Barahona escribió «La mayoría de las familias que dirigen las empresas y emporios creados en las últimas décadas son de origen árabe, herederas de una tradición forjada en Honduras por varias generaciones. El rasgo distintivo de estas familias es que definieron el potencial de sus negocios basándose en una estrecha relación con el Estado, de la cual han obtenido cuantiosos beneficios».
“Mi padre fue cónsul de Jordania desde el 5 de junio de 1963 hasta su fallecimiento en 1983 y luego me asignaron el honor a mí el 14 de octubre de 1984. Fue un puesto heredado por la excelente trayectoria que tuvo mi padre como cónsul de Jordania en Honduras”, explicó Shucri Kafie vía correo. Y aseguró que en la familia Kafie Larach solo hay cuatro cónsules honorarios.
Cónsul honorario y oportunidad de negocios
Los cónsules honorarios pueden representar a Honduras en el exterior o a otros países en Honduras. En el segundo caso, la oficina de asuntos consulares de la Cancillería se encarga de acreditarlos, pero dice que no le corresponde investigarlos, ya que son las embajadas de los otros países las que proceden a entrevistar a los candidatos y escogen quién va a representar a su país.
«Nosotros hacemos los trámites de acreditación. Los que se encargan de analizar al candidato es el país que lo propone», recalcó el jefe de la oficina consular en Honduras.
El proceso es el siguiente: Cancillería recibe una nota verbal de una embajada o un consulado que solicita la apertura del trámite de acreditación. Para los hondureños que representarán a otro país, el Congreso Nacional tiene que emitir una autorización.
Uno de los últimos cónsules honorarios fue acreditado en septiembre de 2022, y fue justamente un miembro de la familia Kafie. Un hombre que, según Cancillería, está a cargo de seis conglomerados empresariales y se siente en deuda con su país: el cónsul honorario de Lituania, Luis José Kafie, sobrino de Shucri Kafie Larach e hijo de Luis Kafie Larach.
En la familia Kafie se cuida mucho la imagen benefactora de sus actividades. Las páginas web de cada uno hacen hincapié en la filantropía y la labor social — hasta la defensa del ambiente a través de proyectos de energía renovable en Centroamérica —. Los hermanos Shucri, Luis y Eduardo Kafie crearon en 2006 el Fondo Social Chito y Nena Kafie que se desempeñó en reconstruir iglesias, suministrar alimentos en escuelas y apoyar la conservación de tortugas marinas en el Golfo de Fonseca en el océano Pacífico. El Fondo Social se convirtió en 2014 en fundación.
Apostar por el servicio comunitario es una característica de los grupos de poder en Honduras. El estudio de ERIC, Elites, redes de poder y régimen político en Honduras, lo menciona con estas palabras:
«Los grupos económicos se insertan en la sociedad hondureña a través de mecanismos y actividades que van más allá de lo estrictamente económico, con dos objetivos fundamentales. El primero es construir una imagen positiva ante la sociedad, y el segundo es crear una “clientela” en los segmentos con menores ingresos, para aparecer ante estos como agentes económicos socialmente responsables y sensibles».
Ahora bien,Luis José Kafie, el cónsul honorario de Lituania, es tambiénel director corporativo de finanzas y desarrollo de Lufussa, la empresa familiarque fundó y dirige Luis Kafie, cónsul honorario de Finlandia y su padre. El patriarca también fundó la Generadora del Istmo S.A (Genisa).
En 2007, el Gobierno de Panamá le aprobó a Genisa una concesión de agua sobre el río Tabasará para la construcción de una represa hidroeléctrica. Este proyecto, llamado Barro Blanco, recibió un financiamiento de 25 millones de dólares por parte de 3 bancos internacionales: el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), el Banco Holandés de Financiamiento al Desarrollo (FMO) y la Sociedad de Inversión y Desarrollo de Alemania (DEG).
En febrero de 2017, la revista Endémico, publicó un reportaje sobre el conflicto que generó el proyecto Barro Blanco. En él, el periodista Jonathan Gonzalez recorre los principales hitos que marcaron la historia de la construcción de la represa.
Según reportaron medios locales, la concesión desató un conflicto directo con la población indígena que vive en la comarca de Ngäbe-Buglé, en el occidente de Panamá.
En 2010, los Ngabes interpusieron una acción legal contra la construcción de la hidroeléctrica sustentada por el derecho a la consulta previa e informada que no les fue respetado; pero en 2014, mientras la construcción avanzaba, la Corte Suprema de Panamá dio su respuesta definitiva, fallando a favor de la empresa Genisa. Entonces, un campamento del pueblo Ngabe se instaló en el terreno del proyecto y hubo enfrentamientos. En una mesa de diálogo que se abrió entre el Gobierno y la comunidad en 2015, tras suspender provisionalmente la construcción, los técnicos del pueblo demostraron que Barro Blanco había violado normas panameñas y que los estudios habían sido deficientes e incompletos. El Gobierno de Panamá levantó la suspensión de construcción para que Genisa pudiera terminar la obra, pero multó a la empresa con un monto mayor a 700,000 dólares a causa de las irregularidades en el plan de mitigación del impacto ambiental.
En mayo de 2016, se llevó a cabo el desalojo de las comunidades que residían dentro de la zona del proyecto porque se inició la fase de prueba de la represa. Más de 15 personas fueron detenidas.
Pese a ello, el conflicto continúa activo. En marzo de este año, los Ngäbe-Buglé tuvieron, por tercera vez en cinco años una audiencia en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la instancia más alta de derechos humanos en el continente.
El caso ya resultó embarazoso para al menos uno de los bancos. A comienzos de 2021, el FMO holandés anunció que un panel de expertos independientes había establecido que el banco de desarrollo no había seguido sus propios estándares y había aprobado el crédito sin contar con información robusta sobre la necesidad de realizar la consulta previa y sobre los acuerdos firmados por la empresa que impulsaba el proyecto con representantes de las comunidades indígenas locales. Como resultado de ello, el FMO modificó su política de evaluación de proyectos considerados de alto riesgo.
Además del proyecto Barro Blanco, pueden encontrarse otros vínculos entre la familia Kafie y Panamá. José Leonel Giannini Kafie, actualmente el cónsul honorario de Panamá en Honduras, es socio de Luis Kafie en La Colonia Retail Investments constituida en Panamá en 2009. «La Colonia» es un supermercado con más de 40 tiendas en Honduras. La expansión de este comercio ha estado a cargo de Giannini Kafie, quien desde 2016 ostenta el cargo de presidente. También en Panamá, Giannini Kafie es beneficiario final de la empresa offshoreTerryhill International S.A. y miembro de la Corporación Internacional Ficohsa, también constituida en Panamá. En Honduras, Giannini Kafie es parte de la junta directiva de Ficohsa y presidente de la Fundación Ficohsa para la Educación Infantil.
Aunque los cónsules honorarios presumen estar al servicio de los demás de manera desinteresada, muchos de ellos son también quienes ostentan las más grandes fortunas de un país donde el 73 % de la población es pobre según el Instituto Nacional de Estadística.
El jueves 20 de octubre, en San Pedro Sula, se reunieron varios de ellos para asistir a la reunión mensual de la asociación del cuerpo consular sampedrano. En el salón Emperador del hotel Copantl, con traje semi formal, con copa de vino español en la mano y una pierna de jamón serrano en la mesa, conversaron empresarios y políticos de alto rango, según lo vio una reportera de este equipo periodístico. Esa noche, el recién nombrado embajador de España en Honduras estaba presente. Y dio un discurso en el que recalcó la amistad entre los dos países: «Los hondureños tienen las puertas abiertas en España», dijo. Siguieron los aplausos y las conversaciones volvieron a escucharse, se hablaba de inversiones, de represas hidroeléctricas, de las élites de Tegucigalpa, de negocios de outsourcing. Nunca — excepto cuando preguntamos — los cónsules honorarios hablaron de su labor.
«Son gente de mucho dinero y mucha influencia», dijo el jefe de asuntos consulares de la Cancillería de Honduras. Eso sí. Lo comprobamos.
3 comentarios en “Los Kafie: La historia de empresarios hondureños que acumulan consulados honorarios”
Lamentablemente engañan a los pobres con migajas y palabras… Mientras se benefician con cuello blanco y expropiación de recursos naturales… Si nos educaran correctamente, la historia sería distinta… Es lo que menos quieren… Que la gente se eduquen y sepan la realidad de unos cuántos millonarios…
Empresarios Corruptos y manipuladores son en su mayoría juegan con la necesidad del desposeído y bailan al compás de los funcionarios corruptos que sobran en los gobiernos desde la época de las corruptas FFAA triste la realidad de nuestra violada y ultrajada Honduras
Para los ÁVAROS, con un AMOR DESMEDIDO AL DINERO, jamás tienen suficiente, es así que llegan a convertirse en verdaderos DELINCUENTES, disfrazados de políticos, creadores de fundaciones de buena voluntad, filantropos, Inversionistas, empresarios y otros, todos estos factores entrelazados crean un clima perfecto para un alto nivel de CORRUPCIÓN, penetrando todas las esferas de un país, estamos hablando de todos los poderes de un ESTADO, del poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial y el denominado Cuarto poder que es el de las comunicaciones, puedo mencionar algunas fuentes en cuanto al estado de Honduras, Jared Olson reconocido periodista, informando como se involucró el FMO, en el financiamiento del Proyecto Hidroeléctrico, AGUA ZARCA, en Honduras, cuyos propietarios son de origen Palestino, concluyendo con el asesinato de la reconocida ambientalista Internacional BERTHA CÁCERES, otro es el informe de la Secretaria General de la Organización de Estados Americanos, sobre, Política, Dinero y Poder ( Un Dilema para las Democracias de América), otro informe es el de InSight Crime sobre Élites y Crimen Organizado en Honduras, constando de 96 páginas, BBC News y DW en español en cuanto al tema de las ZEDES en Honduras, se señala al BCIE a su Presidente Ejecutivo de DANTE MOSSI, de actos de Corrupción, coludidos con el expresidente Juan Orlando Hernández, Bancos, Árabes , Políticos, y otros, algunas irregularidades las cuales fueron denunciadas por el presidente Costa Rica: Ahora al mencionar que el mentado Cónsul Honorario Shucri Kafie de Jordania, después de agotar todos los procesos y el Ministerio Público teniendo todas las pruebas que acreditan la actividad de la acción ilícita, tipifica la comisión de un claro delito de ESTAFA y otros en Perjuicio del estado de Honduras, La Corte Suprema lo absuelve, esa misma Corte Suprema señalada de CORRUPTA, al servicio de CORRUPTOS, CORRUPTORES Y LAVADORES DE ACTIVOS, es decir Crimen Organizado, todos los miembros de esta Corte, fueron puestos a estos cargos a través de sobornos, pagando altas Cantidades de dinero, por el Ex-presidente Juan Orlando Hernández, recluido y acusado en Estados Unidos de tres cargos mayores, todos relacionados y vinculados al narcotrafico, las acciones delincuenciales de este individuo no sólo Dañó y Perjudicó enormemente al estado de Honduras sino que llegaron hasta Estados Unidos de América. El trabajo de la hoy presidenta Xioma Castro, es descomunal para desarticular y destruir la ESTRUCTURA CRIMINAL, orquestada por el ex presidente Juan Orlando Hernández. Al final en este mundo es una guerra del BIEN CONTRA EL MAL, es una guerra por quienes luchamos por la JUSTICIA, LA VERDAD, para que nuestro planeta pueda ser un mejor lugar para nuestras generaciones. Razón por la cual IMPERIOS se han venido abajo.