Los activistas detenidos dijeron haber sido torturados y amenazados con violarlos
En Zimbabue, cuatro activistas a favor dela democracia —Robson Chere, Samuel Gwenzi, Vusumuzi Moyo y Namatai Kwekweza— enfrentan procesos por cargos de desorden luego de su arresto el 31 de julio de 2024, por participar en una manifestación por la liberación de otros activistas a fines de junio. Además, sostienen que fueron torturados y recibieron amenazas de violación durante su encierro, según informaron Gambakwe Media y otros medios.
En un principio, los activistas fueron detenidos en el Aeropuerto Internacional Robert Mugabe en Harare, los hicieron bajar de un avión que iba a una conferencia para una sociedad civil panafricana en Victoria Falls.
La Federación Internacional en Derechos Humanos informó que los cuatro activistas “se presentaron ante la Corte de Harare debilitados y adoloridos, y de acuerdo con sus abogados, fueron sometidos a torturas físicas y psicológicas durante su arresto”.
Estuvieron detenidos ocho horas antes de ser transportados a custodia policial. La Fundación Kofi Annan condenó el acoso, la intimidación y la persecución de estos defensores de la democracia y los derechos humanos, y exigieron a las autoridades que respetaran el debido proceso legal.
We are deeply concerned about reports that Kofi Annan NextGen Democracy Prize winner @namataik_ has been detained by security services in Harare. We call on the Zimbabwean authorities to confirm her whereabouts and explain what charges are being brought against her. Without… pic.twitter.com/5UYnarO45H
— Kofi Annan Foundation (@KofiAnnanFdn) July 31, 2024
Estamos profundamente preocupados por los informes de que Namatai Kwekweza, ganadora del Premio Kofi Annan a la Democracia NextGen, fue detenida por los servicios de seguridad en Harare. Hacemos un llamado a las autoridades de Zimbabue para que confirmen su paradero y expliquen qué cargos se le imputan. Sin cargos, Namatai debería ser liberada inmediatamente.
Enb una publicación de X (antes Twitter), la Fundación Kofi Annan expresó su gran preocupación sobre este caso, en especial porque Namatai Kwekweza es ganadora del premio premio Kofi Annan a la Democracia NextGen. Exigen a las autoridades de Zimbabue que revelen los detalles y aclarar los cargos que pesan sobre la activista.
El medio sudafricano SABC News informó que el ministro de Asuntos internos y Herencia Cultural, Kazembe Kazembe, respondió a las reacciones tras el arresto:
Déjenme desmentir categóricamente esas percepciones erradas de que la presencia de la comunidad internacional en el país presenta una oportunidad de remediar el daño en la reputación del país sin ninguna consecuencia. El grupo de seguridad sabe de las reuniones secretas dentro y fuera del país de quienes fomentan la desobediencia civil. Ya sabemos sobre las personalidades y las instituciones que enfrentan; también sabemos quiénes los apoyan económica y logísticamente y que han establecido su manera de actuar.
El doctor Musa Kika, abogado constitucional que ocupo el cargo de director ejecutivo de la ONG foro Zimbabwe Human Rights, explicó a Global Voices en una entrevista de WhatsApp que “Zimbabue es una pantalla democrática represiva y es común que a opositores y organizaciones civiles los repriman por sus actos».
El doctor Kika también dijo que el presidente Emmerson Mnangagwa es “paranoico” sobre las acciones opositoras críticas al régimen y en defensa de la democracia, y que los cuatro activistas representan a la campaña joven y energética a favor de la democracia. “El Estado tiene una gran paranoia y piensa que al arrestar y acusar ea estos líderes juveniles están enviando un mensaje a los demás», afirmó.
La situación política actual de Zimbabue está marcada por violaciones a los derechos humanos, fraude electoral y la represión a las voces opositoras, Mnangagwa asumió al poder en noviembre de 2017, luego del golpe militar que derrocó al líder de la independencia, el presidente Robert Mugabe. Mnangagwa es el tercer presidente en los 44 años de independencia del país. Aunque muchos lucharon contra el régimen de Mugabe, el liderazgo de Mnangagwa no introdujo las mejoras que la sociedad esperaba. Su gobierno enfrentó las críticas por mala gestión de la economía, corrupción y abusos contra los derechos humanos.
A pesar de las promesas de reformas, la situación económica empeora, con altos niveles de inflación, desempleo y pobreza. Las tensiones políticas continúan, en especial entre el partido oficialista ZANU-PF y la opositora Alianza del Movimiento por el Cambio Democrático, que alega sobre las irregularidades electorales y la supresión de las disidencias.
De acuerdo con el doctor Kika, parte de la comunidad internacional continúa observando de cerca a Zimbabue, exige reformas democráticas y respeto por los derechos humanos. Sin embargo, los aliados de Zimbabue, China, Rusia, Irán, Sudáfrica y Bielorrusia, continúan enviando armas, equipos de sobrevivencia, y apoyan la legitimidad política. En recompensa, el régimen garantiza a estas naciones beneficios para sus industrias extractivistas.
El doctor Kika dijo que las instituciones estatales, como el Parlamento, el Poder Judicial y el cuerpo de seguridad estppan capturados bajo un servicio que se subordina a los intereses ejecutivos:
Esto explica por qué los agentes de inteligencia pueden actuar con impunidad como hicieron con Namatai Kwekweza y otros, y el sistema judicial puede ordenar procesar casos penales que sabemos que no tienen mérito.
Como informó AP, la cumbre Comunidad de Desarrollo del Sur de África (SADC) estaba programada en Harare el 17 de agosto. Durante esta cumbre, se preveía que Zimbabue asumiera el liderazgo del bloque regional SADC.
En este contexto, el doctor Kika expresa su preocupación sobre “muchos prisioneros políticos, incluidos líderes opositores, que enfrentan juicios, y a quienes les han negado la libertad bajo fianza en modo que los expertos en leyes consideran injustificables». Explicó que los cargos por desorden público (cargos que enfrentan los cuatro activistas recién encarcelados) están en un grupo de acusaciones que el régimen de Zimbabue aprovecha abusivamente. Otros cargos son disturbios públicos, divulgación de información falsa perjudicial para el Estado y reuniones no autorizadas. Añade:
Usualmente, los juicios se prolongan para hacerlos más costosos, y no llegan a ninguna sentencia, en caso de que comenzaran. La intención del estado no es la sentencia en sí, más bien busca castigar a los activistas mediante detenciones arbitrarias. Otros han sido sentenciados y forzados a iniciar procesos de apelación que luego revocan sus sentencias.
Las misiones diplomáticas en Zimbabue y algunos representantes de Naciones Unidas, como el relator especial para la protección de los defensores de los derechos humanos, han condenado este arresto y persecución. Como afirma el doctor Kika:
“Probablemente, tenemos razón de decir que la presión local e internacional contribuyó a su liberación luego de pasar ocho horas a merced de la Policía. Antes, los activistas desaparecieron de tal manera que nunca más se les encontró, o se les encontró sin vida».