Las calles amanecieron desoladas en los diferentes municipios del departamento de Cortés donde usualmente el sábado es el día con mayor afluencia en los comercios. Aunque aparentaba de alguna forma un día normal, en cada entrada de colonias y barrios ubicadas en las orillas de las carreteras nacionales se podían ver militares y policías en sus camiones en espera de una posible manifestación.
Barrios y colonias como Dos Caminos, López Arellano, Chamelecón (sector) y Bajos de Choloma fueron puntos estratégicos en las manifestaciones de diciembre. En San Pedro Sula los bloqueos de calles los primeros días de diciembre fueron permanentes y las manifestaciones pasaron de protestas en la calle hasta la quema de los peajes en las salidas de la ciudad.
“Choloma, ha sido uno de los lugares más aguerridos, desafortunadamente se durmieron y en gran parte se debe al miedo que este Estado ha generado al mandar a militares y policías a reprimir y si a eso le sumamos también que en las últimas manifestaciones se infiltraron delincuentes, considero que el comportamiento es normal, triste, porque están logrando que la gente tenga miedo” expresó Rosa María, una artista de Choloma que ha estado en diversas manifestaciones y que relató la inseguridad que sentía al ver que dentro de las manifestaciones hubo personas que son conocidas en los barrios por sus antecedentes criminales y policías que no hacían nada mientras se daban los saqueos.
Aún así, un grupo de mujeres se reunió en el Parque Central de Choloma para realizar un plantón con pancartas y megáfono en mano, gritando que querían medicinas y no a FUSINA (Fuerza de Seguridad Interinstitucional). No llegó mucha gente, los carros que pasaban sonaban sus bocinas y sacaban su pulgar hacia arriba, aprobando la acción.
De acuerdo al más reciente informe de la Coalición contra la Impunidad, entre el 26 de noviembre de 2017 y el 23 de enero de 2018, se registraron 33 muertes de manifestantes vinculadas al conflicto post electoral, durante y después del desarrollo de las acciones de protesta contra el gobierno de Juan Orlando Hernández. El Comité de Familiares Detenidos y Desaparecidos en Honduras (COFADEH), reportó 232 personas heridas y lesionadas entre el 26 de noviembre al 31 de diciembre de 2017 y en la zona norte se registraron casos con heridas de gravedad 8 en Dos Caminos, Villanueva Cortés, 3 en la colonia López Arellano, 10 en San Juan Pueblo Atlántida y en Santa Bárbara.
El informe preliminar concluye que los autores materiales que ejecutaron estas graves violaciones a derechos humanos, son la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (FUSINA), la Policía Militar del Orden Público (PMOP), las Fuerzas Armadas de Honduras, la Secretaria de Seguridad, a través de la Policía Nacional y Dirección Policial de Investigación.
“Tuvimos que venirnos al parque, ya que no nos dejan tomarnos las calles ni carreteras, por seguridad prácticamente estamos acá porque en todos los puntos estratégicos, donde usualmente haríamos la toma están sumamente militarizados y sería una imprudencia irnos a meter ahí. Venimos a decir que no queremos a Juan Hernández como presidente, que protestar no es delito, pero asesinar y reprimir sí. Hay mucho miedo y parece que estamos en un estado de sitio. Es un riesgo estar aquí, sobre todo a las mujeres, Choloma ha sido una las ciudades más golpeadas en estas protestas, tanto por los saqueos como también por las personas asesinadas”expresó Maria Luisa Regalado de Colectiva de Mujeres Hondureñas (CODEMUH)
La Codemuh trabaja con mujeres obreras de maquila que han sido afectadas en sus derechos, mujeres violentadas por una industria que sostiene a la zona norte, la más productiva del país. Municipios como Villanueva, Choloma y San Pedro Sula son conocidos por las diversas transnacionales de la industria textil que operan. “La zona norte es la que sostiene entre el 65% y el 70% del producto interno bruto (PBI) y dinamiza la economía del país, esta región está sostenida por importantes ejes como la agricultura, turismo y zonas libres (maquilas) ubicadas en el sector de Villanueva, Choloma y San Pedro Sula, siendo el 12% de ello el sector de manufacturación” según Guillermo Altamirano analista en economía.
Mientras en Tegucigalpa la represión inició desde un día antes de la toma de posesión de Juan Orlando Hernández a la presidencia, en San Pedro Sula y lugares aledaños se reportaban tomas pacíficas de lugares como El Progreso, Yoro que rápidamente fueron reprimidas; Contra Corriente realizó un monitoreo de lugares y consultó a dirigentes y líderes comunitarios sobre las acciones de la insurrección a la que Salvador Nasralla llamó por twitter y respondieron que sentían que había mucha desinformación, además de sentirse vigilados al tener policías y militares en las zonas estratégicas donde se han realizado las tomas, incluso dentro de los barrios y colonias.
Pero la zona norte no solo se conoce por ser “industrial”. San Pedro Sula ha llevado desde hace unos años el apellido de “la ciudad más violenta del mundo”. Según el Observatorio Nacional de la Violencia en 2017 se reportó que el 28.9% de los homicidios se reportaban en el departamento de Cortés, siendo San Pedro Sula y el Distrito Central dos de las ciudades más peligrosas del mundo.
Ante un contexto violento y una represión de semanas, los manifestantes no salieron como en días anteriores, no obstante, a las 2 de la tarde, una convocatoria espontánea llamó a través de redes sociales a una movilización. Aproximadamente 200 personas se reunieron en el Monumento a la Madre en San Pedro Sula, donde salió, inusualmente, hacia barrios y colonias de la ciudad desde donde les apoyaron y alguna gente se unió.
Caminaron hacia Megaplaza uno de los comercios saqueados el 1 de diciembre en donde quienes dirigían la movilización aclararon que los actos vandálicos no eran una forma de protestar.
Además de ser un punto estratégico, siendo la carretera principal para llegar a La Lima, El Progreso, Tela entre otras ciudades, los policías y militares comenzaron a llegar mostrando con orgullo su indumentaria oficial y los garrotes de madera en sus manos, intimidando a los manifestantes. La caminata finalizó y regresó a su punto de partida esta vez rodeada de militares en motocicletas, policías caminando entre ellos y seguidos por camiones llenos de militares. Una imagen de cómo la llama de las protestas post electorales se ha ido apagando, a pesar de que se mantiene constante y amenaza con mantenerse así los próximos cuatro años del reelecto y cuestionado gobierno de Juan Orlando Hernández.
Con reportes de Leonela Paz y fotografías de Sandra Ruiz