Dos semanas lleva desaparecida mujer trans en San Pedro Sula; familiares denuncian que hombres vestidos de policías se la llevaron

Cristhina Portillo fue sacada de su negocio en el sector Rivera Hernández de San Pedro Sula, en la noche del 24 de noviembre, por hombres con indumentaria de la Dirección Policial Anti Maras, Pandillas y contra el Crimen Organizado (Dipampco), según narraron testigos a Contracorriente. Hasta este día, las autoridades no han dado respuesta a la familia sobre su paradero. 

Texto: Catherine Calderón

Fotografía: Amilcar Izaguirre

 

Dos semanas lleva desaparecida Christina Portillo, quien, según familiares y testigos, fue vista por última vez en el bar Flamingos, un negocio de su propiedad ubicado en el sector Rivera Hernández. La noche del 24 de noviembre, cinco hombres vestidos con indumentaria policial de la Dipampco realizaron un cateo supuestamente buscando drogas, y se llevaron a Portillo. 

 

Christhina es una mujer trans de 38 años y líder comunitaria en el sector Rivera Hernández; es la presidenta del patronato en Brisas del Sauce y conocida activista del Partido Nacional. 

 

Honduras está bajo un estado de excepción desde diciembre de 2022 y en el marco de las acciones contra el narcotráfico, en zonas como estas, la policía suele hacer operativos de este tipo. Josiris, hermana de la desaparecida, dijo a este medio que esa noche en el bar, cuando entraron los supuestos agentes policiales, a ella le pareció un operativo rutinario. Sin embargo, de acuerdo con su relato, había algo inusual en la forma  violenta en la que estaban llevando a cabo el cateo, ya que los supuestos agentes comenzaron a tirar las cosas, les quitaron su identidad y les tomaron fotografías, a ambas hermanas y a dos clientes que estaban esa noche. Además, se refirieron a Cristhina por su nombre legal, y ella se intimidó. 

 

«Ahí fue cuando yo pensé que todo estaba raro, porque casi nadie sabe el nombre de mi hermana como está en la identidad. Cuando escuché que dijeron que se la iban a llevar junto al otro muchacho que estaba en el negocio, me salté la ventana del bar y perseguí al carro en el que se llevaban a mi hermana», relató Josiris, quien aseguró que fue a la Primera Estación Policial, ubicada entre la segunda y tercera avenida de San Pedro Sula, para ver si allí se la habían llevado, pero no la encontró. 

 

«Yo soy abogada de profesión, y cuando llegué y pregunté por Cristhina, me dijeron que no sabían nada y que no había reporte de ello. Llegué prácticamente una hora después del suceso y solo me tomaron la denuncia como robo de mi celular porque aún no habían pasado 24 horas para colocar que mi hermana estaba desaparecida», dijo.  

 

Esa noche del 24 de noviembre, Josiris buscó en hospitales, clínicas, en la morgue y en todas las oficinas policiales que pudo visitar para verificar la detención de Cristhina, pero no logró dar con ella. Durante dos días, la familia de Cristhina habló con agentes policiales de la Dipampco y la buscaron en todo el sector Rivera Hernández. La buscaron incluso durante operativos de levantamientos de cadáveres, para verificar que no estuviera muerta. 

 

Cuatro días después de no saber nada sobre su ubicación, los familiares recibieron varios mensajes vía WhatsApp de un número desconocido, en el que les pedían 300 mil lempiras por el rescate; hasta ese momento entendieron que podía tratarse de un secuestro. «Para ese momento confirmé que no podía confiar en nadie para esto, y definitivamente empecé a sospechar de las autoridades», dijo Josiris. Continuó relatando que respondió al mensaje pidiendo pruebas de que su hermana estaba viva, pero nunca respondieron el mensaje. 

 

Ronald Posada, vocero de la Policía Nacional en la zona norte del país, confirmó a este medio que Josiris presentó efectivamente la denuncia el 24 de noviembre. «En el momento que se nos reportó la desaparición, realizamos la denuncia formal a quien le compete, que es el Ministerio Público, quien debe asignar un investigador de la DPI que va a recabar toda la información sobre ese día», explicó el vocero. Asimismo, dijo que se generó un reporte para la posta policial del sector Rivera Hernández, y luego de las 24 horas de su desaparición se alertó a  las radiopatrullas.

 

Cristhina ya había recibido amenazas antes; en 2020 denunció que la amenazaron miembros del crimen organizado, y aseguró que era por razones políticas, ya que ella era activista del Partido Nacional. Tras esas amenazas, ella intentó huir del país  pero iniciaba la pandemia por COVID-19. En ese momento relató a Contracorriente que su activismo político la estaba causando problemas, a pesar de todo el esfuerzo que hacía como emprendedora en el sector.  

 

Cristhina decidió involucrarse en la política para poder incidir en los espacios estatales en favor de la población LGBTQ+, en especial las mujeres trans. Durante la entrevista que concedió a Contracorriente en el año 2020, reiteró que no quería ser una cifra más, que ella quería vivir más de los 35 años que los estudios dicen que vive una mujer trans en Latinoamérica y el Caribe. 

 

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Ese mismo año, durante los huracanes Eta y Iota, Cristhina tuvo que huir del albergue en el que estaba, pues alguien del sector le contó que habían pagado para asesinarla, por su vínculo con el Partido Nacional. Al poco tiempo, ella regresó a San Pedro Sula porque sentía que no podía seguir huyendo; quería continuar con su salón de belleza y abrir el bar junto a su hermana.

El Comité LGBTIG del Valle de Sula, junto a Josiris hermana de Cristhina Portillo, realizaron un plantón frente al Centro Integrado de Trabajo InterInstitucional (CEIN), de San Pedro Sula, para exigir respuestas de las autoridades Foto CC/ Amílcar Izaguirre

Osman Lara, del Comité LGBTQ+ de Valle de Sula, organización que hoy realizó un plantón para exigir pronta investigación y el retorno de Cristhina, dijo que este secuestro refleja la inoperancia del sistema de justicia en el país, ya que a pesar de haber hecho la denuncia prácticamente a la hora de su captura, la policía aún no ha asignado a una persona al caso. 

 

Una fuente con conocimiento sobre el sistema penitenciario hondureño confirmó a este medio que Cristhina no está privada de su libertad en ninguna prisión. Dipampco confirmó a este medio que no hubo operativos en esa zona en esos días. «Cuando nosotros realizamos operativos, de manera inmediata se realiza la presentación a medios; sin embargo, recuerde que los miembros de maras y pandillas realizan sus fechorías con uniformes similares a los de las autoridades policiales», reiteró el portavoz de la Dimpamco.

 

Hoy, familiares y amigos de Christina se encontraron en el mismo lugar donde su hermana la fue a buscar el día de su desaparición, frente a la Primera Estación de Policía de San Pedro Sula, para exigir que la retornen viva y que haya justicia.

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Cofundadora de Contracorriente y directora de desarrollo. Cubre temas de género, en específico población LGTBI, violencia y juventud. METIS fellow 2019.
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