La resistencia indígena, guardiana de la democracia en Guatemala

Varios líderes y pobladores indígenas que mantienen una protesta pacífica frente al Ministerio Público de Ciudad de Guatemala reivindicaron ser guardianes de la democracia, pero se desmarcan de cualquier lucha político electoral. Y es que el Ministerio Público ha emprendido una serie de acciones, junto con la Corte Constitucional, que ponen en peligro la toma de posesión de Bernardo Arévalo, la cual está programada para el 14 de enero de 2024. Las autoridades indígenas han sido enfáticas en expresar que las protestas son pacíficas y han descartado que estas sean partidarias y políticas, al contrario, buscan evitar que se creen condiciones como las que produjeron el conflicto armado que duró 36 años en el país. 

Texto: Leonardo Aguilar

Fotografías: Fernando Destephen

 

Aquella tarde de sábado 28 de octubre lloviznaba en Ciudad de Guatemala. En el Ministerio Público de dicha ciudad, centenares de indígenas mantenían una protesta pacífica que entonces llevaba ya 26 días. La petición era una sola: la renuncia de cuatro altos funcionarios, entre ellos la fiscal general, Consuelo Porras.

La primera impresión fue ver a varios indígenas que, mientras tomaban café, reposaban sobre unos colchones y relataban provenir de comunidades postergadas, algunas de Petén, a más de 522 km de distancia, más de 10 horas de distancia de la Ciudad de Guatemala.

Estaban también los pobladores de Totonicapán que, liderados por el Concejo de Autoridades de 48 Cantones, gobierno y máxima autoridad del Pueblo Maya K’iché’, coincidieron en que la manifestación, en donde había al menos unas 500 personas que se turnaban para rodear la sede del Ministerio Público en Ciudad de Guatemala, era totalmente pacífica.

Apostados tanto en la calle principal como en un costado de la misma, los indígenas instalaron carpas, colchones, alimentos, un altar y una tarima, desde la cual,  con altoparlantes, lanzaron discursos eufóricos.

«Vine a hacer amistades que jamás había pensado tener. Empezamos como siete pueblos originarios y hoy somos 27». El mensaje anterior es el de un líder indígena que se hizo escuchar en todos los alrededores y solo fue interrumpido por un griterío de voces, que con algarabía colectiva y ayudados con bocinas, celebró la unidad del movimiento indígena.

Los líderes de este movimiento aseguraron que esta manifestación estaba lejos de buscar apoyo para el presidente electo Bernardo Arévalo y para el Movimiento Semilla, su partido político, sino que el objetivo principal era alejar a Guatemala de una confrontación mayor, sirviendo como contrapeso precisamente para garantizar y exigir que se preserven los principios democráticos.

La actual indignación en Guatemala detonó con los intentos del Ministerio Público de revertir los resultados electorales.

Tras conocerse los resultados de la primera vuelta que encaminaron al candidato Bernardo Arévalo a la presidencia de Guatemala —al ser la sorpresa al posicionarse en la segunda posición—, el Ministerio Público decomisó varias cajas que contenían actas con los resultados de las elecciones de la primera vuelta. Desde ahí se encendieron las alarmas.

Luego, a mediados del mes de octubre, durante un paro nacional que duró varios días exigiendo respeto a los resultados electorales, el ataque de un comando armado dejó un manifestante guatemalteco muerto y dos heridos en el municipio de Malacatán, San Marcos, uno de los más de 100 lugares del país en donde se realizaban protestas pacíficas.

Recientemente, el Tribunal Electoral confirmó la suspensión de la personalidad jurídica del Movimiento Semilla, tras acciones tanto del Ministerio Público como de la Corte Constitucional.

Graffiti en un muro del Ministerio Público de Ciudad de Guatemala. Los pueblos originarios exigen desde hace unos 30 días la renuncia de cuatro altos funcionarios, entre ellos la fiscal general, Consuelo Porras, por considerarlos parte del sistema de corrupción. Foto CC/Fernando Destephen.

La demanda principal del movimiento indígena 

Los manifestantes no solo piden la renuncia de Consuelo Porras, fiscal general, también piden la de Rafael Curruchiche, jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) y la de la agente fiscal Cinthia Monterroso. Exigen además la renuncia del Juez Séptimo Penal, Fredy Orellana. Todos son señalados de actuar de mala fe y contrario a la democracia guatemalteca y todos incluidos en la «lista Engel» del Departamento de Estado de los Estados Unidos por su participación en hechos significativos de corrupción y en contra de la democracia.

«A nuestros hermanos de Honduras queremos comentarles y decirles que este movimiento está a cargo de todos los pueblos originarios de Guatemala, desde los mames hasta los k’iches, todos nos hemos unido en este mismo sentir. ¿Y cuál es la demanda inmediata ahora mismo por la cual se está desarrollando el movimiento? En las peticiones y en las consignas que se nos han establecido es que pedimos la renuncia de cuatro personajes de la entidad política de nuestro país».

Estaba presente en la protesta el alcalde Rogelio Pineda, representante de la zona cuatro de Totonicapán, quien le explicó a Contracorriente que las protestas se detonaron justamente porque en Guatemala se ha transgredido la democracia.

«Lo decimos como palabra simple, pero realmente no es una palabra tan simple: la democracia involucra muchas situaciones a nivel de país, que creo que por eso es que 48 Cantones se levantó. El levantamiento se dio como un equilibrio al poder del país. Entonces, aquí lo primordial es fortalecer la democracia que se está transgrediendo», manifestó Rogelio.

Según Rogelio, los cuatro personajes a los cuales se les pide la renuncia, han extralimitado su poder y actuado con mala fe. «Entonces hablamos aquí del poder del Ministerio Público, que por cierto no está tomado, simplemente estamos haciendo una resistencia pacífica. Consuelo Porras definitivamente es la insignia de la corrupción. Si nosotros como pueblos originarios no hacemos el contrapeso, permitiremos entonces que sigan socavando la democracia de Guatemala».

Rogelio afirmó que el Ministerio Público guatemalteco ha mostrado celeridad en investigar supuestas irregularidades cometidas durante los comicios electorales, pero que, por otro lado, se ha olvidado de varios casos que son de alto impacto y que involucran a presidentes anteriores y a otros personajes de Guatemala quienes, según Rogelio, sí tienen peso político y económico.

«Ahí es donde se ve el desequilibrio sobre hacia dónde van dirigidas las investigaciones y la mala fe. ¡Claro!, si definitivamente existe algo a nivel de lo que se desencadenó en votaciones, es bueno esclarecerlo también. Nosotros no estamos en contra de que se esclarezca, pero no estamos a favor de que hayan tocado los votos y las actas. Esto es una corrupción total. Están corrompiendo la base de la democracia».

Manifestaciones de los pueblos originarios que acampan frente al edificio del Ministerio Público en Ciudad de Guatemala en demanda de la salida de la fiscal general, Consuelo Porras. Foto CC/Fernando Destephen.

Nadie mejor que Rogelio para explicar cómo influye y qué tan importante son los 48 Cantones en este momento de Guatemala.

Rogelio contó que esta es una organización que nació prácticamente con la independencia de Guatemala, y al contar con más de 200 años de historia y experiencia, cada vez que se levanta, en Guatemala «se mantiene el equilibrio de poderes».

Rogelio explicó que la coyuntura guatemalteca ha ocasionado que la organización se extienda a nivel nacional, porque no solo se trata del pueblo de Totonicapán, al que pertenecen los 48 Cantones.

«Esto es difícil, pero si no lo hacemos nosotros ¿quiénes lo van a hacer? Alguien lo tiene que hacer y no solo estamos velando por nosotros, sino por los que vienen atrás, por las futuras generaciones. Así como de igual forma nos lo enseñaron nuestros ancestros, ahora nosotros lo vamos a seguir enseñando. Tenemos que ser un pueblo en resistencia ante cualquier transgresión directa contra el beneficio en común de la población en general».

La clave del éxito del movimiento, afirmó Rogelio, es que hay profesionales bien instruidos. «Muchos dentro de la organización son abogados, ingenieros, médicos, arquitectos, o sea, realmente 48 Cantones no se puede catalogar como una población ignorante. La población de Totonicapán ha despertado hoy más que nunca. Yo creo que las redes son importantes porque nos ayudan a fortalecer todas las estrategias».

Entre las demandas históricas planteadas por los manifestantes, que van más allá de la coyuntura electoral, está la crisis energética, la educación, la salud y el autogobierno indígena.

Rogelio, por ejemplo, sostuvo que desde que la energía se privatizó, más guatemaltecos cayeron en la pobreza. «La energía se volvió de una forma privada y creo que ahí es donde empezó el desajuste de la economía para para los que realmente son pobres o viven en extrema pobreza: que una familia esté viviendo con 50 o 60 quetzales el día al día, con tres… cuatro hijos, y que estén pagando energía de entre 20 a 25 quetzales, es bastante. Es decir, más del 50 % de sus ingresos se destina al pago de energía. Entonces ahí es donde existe el desequilibrio».

Los sectores indígenas están conscientes de que Arévalo gobernará sin el apoyo del Ministerio Público, Corte Suprema y Legislativo. «Va a ser difícil realmente para que el presidente el próximo año pueda gobernar de una forma equitativa y que pueda pasar proyectos de ley, pero entonces ahí es donde el fortalecimiento de las organizaciones es más que necesario».

Sin embargo, Rogelio fue enfático en manifestar que ellos, como movimiento, velarán por el bienestar de la población en general, independientemente de quién esté gobernando en Guatemala.

«Nunca estuvimos a favor de un partido específico. Ya que él [Bernardo Arévalo] haya pasado y que sea presidente, es otra cosa. Igual hubiese sido si otra persona, de otro partido, hubiese pasado por todo este proceso, en donde hubiesen destapado los votos y las actas. También nos hubiéramos levantado», explicó.

El alcalde añadió que están conscientes de que Arévalo cuenta con una historia familiar, su padre, Juan José Arévalo fue el icónico presidente de la era democrática iniciada con la Revolución del 20 de octubre de 1944 que derrocó al dictador Jorge Ubico. Sin embargo, Rogelio fue enfático en afirmar que, como población ancestral, tendrán que juzgar al nuevo presidente. «Cuando 48 cantones sepa de algo que es injusto, aunque él esté, nos vamos a tener que levantar, o sea, no es solo por él, sino es por la población». Rogelio manifestó que a Arévalo se le va a solicitar, una vez que asuma el poder, que dé a los pueblos originarios su lugar.

«Ahí es donde viene la política. Y la política la va a tener que manejar bien. Entonces creo que los pueblos originarios son una organización que como aliado serían muy buenos».

Rogelio también fue claro en reconocer que deben existir consensos entre el Gobierno, los movimientos indígenas y la empresa privada.

«Este tipo de alianzas se tienen que hacer para que exista un país equitativo. Tampoco podemos venir y pelearnos con aquellos que tienen el factor económico. No podemos. Realmente se necesita el poder económico para que Guatemala camine. Si entramos en una disposición de pelear con los que tienen el dinero, creo que ahí empezamos mal. Simplemente se debe platicar y ver que los recursos sean bien distribuidos».

Pero por ahora, Rogelio dejó claro que hay solo una demanda inmediata. «Garantizar que el próximo presidente reciba la presidencia. Eso es lo único [por lo que] que vamos a estar garantes».

Los pueblos ancestrales organizados se forman para turnarse las jornadas de protesta frente al edificio del Ministerio Público en Ciudad de Guatemala. Foto CC/Fernando Destephen.

Las autoridades indígenas sostienen que encarnan la voluntad colectiva de las comunidades

La socióloga Gladys Tzul dijo a Contracorriente que las rebeliones indígenas se han ido expandiendo como la pólvora durante todos estos años en Guatemala.

Explicó que, en su país, por un lado está el sistema político estatal y por el otro el sistema político comunitario, este último, sostuvo, tiene distintas formas de elección, distintos cargos y distintas responsabilidades.

Tzul fue clara en expresar que el movimiento no tiene un nombre específico de alguien que decida a su antojo el destino y las acciones.

«Los que convocan este levantamiento son autoridades indígenas y al mismo tiempo son quienes encarnan la voluntad colectiva de las comunidades. Entonces sí hay nombres de personas, pero esas personas no hablan por sí mismas, sino que hablan por el cuerpo completo de la comunidad. Entonces, a lo largo de los días, se fueron levantando otros pueblos del norte de Guatemala, de Petén, de Chiquimula, de Izabal, de la costa sur, es decir, este es un levantamiento generalizado».

Tzul agregó que llegó un momento en el que en Guatemala se contabilizaron más de 200 bloqueos, porque todo el país se levantó el 2 de octubre. «Desde el 2 de octubre hasta estas fechas».

Sobre si la decisión de salir fue espontánea de la gente o fue bien planificada y razonada, Tzul consideró que, como se trata de un sistema político con un procedimiento asambleario deliberativo, el paro fue la última medida a tomarse por parte de la ciudadanía organizada.

«Hay una serie de acciones que se dieron por la vía legal: memoriales, escritos y peticiones que se estuvieron presentando a todas las instancias, pero nunca se tuvo una respuesta y la última medida fue el paro. Entonces, digamos, yo soy muy crítica de la idea de pensar que esto es espontáneo, de ninguna manera es espontáneo, fue deliberado, se decidió entre las asambleas comunitarias y las autoridades, si no, no se mantendría por 28 días».

Tzul ahondó sobre el papel del Ministerio Público, y dijo que este debería ser un ente imparcial, más no lo es, y por lo tanto, muchas comunidades están sufriendo, enfrentando desalojos de tierras, criminalización de sus dirigentes y son afectados por órdenes de captura.

«Eso también explica un levantamiento generalizado, sí, por resguardar el orden democrático, para que haya una transición de mando, pero también está ese gran paraguas que, si usted piensa en su cabeza en un paraguas, este está sostenido por las varillas, por el mango, entonces las varillas y el mango son todas estas demandas críticas que tienen las comunidades contra el Ministerio Público. Ha sido el que facilita el espacio a la agroindustria, a la minería; por eso las comunidades de Petén se levantan, sí, porque se vaya [Rafael] Curruchiche y para que se vaya Porras».

Para la socióloga, una demanda histórica de los pueblos guatemaltecos indígenas es el autogobierno y actualmente es importante resaltar que las comunidades han sabido cómo manejar esta situación, pues fueron las que «revolvieron y levantaron» a la ciudad.

«Los primeros en levantarnos fuimos los indígenas que vivimos en la ciudad y después se comenzó a levantar la clase media popular, por sus mismas sus condiciones estructurales, y entonces lo que muestra el horizonte es que, a Guatemala, lo que la sostiene, es la política comunitaria, porque la corrupción ha hecho que se roben el dinero de la educación, de las escuelas, carreteras, hospitales ¿y quién ha peleado eso? las comunidades».

Tzul agregó, frente al Ministerio Público, que las autoridades han sido sabias y han hecho cambios de estrategia.

«Y ese cambio de estrategia significa una estrategia rotativa, mientras que antes estaban ocupando la cinta asfáltica, hoy día las comunidades vienen rotativamente. Mi comunidad, por ejemplo, vino el día miércoles [25 de octubre], hoy [sábado 28 de octubre] vinieron otras comunidades que están aquí todas reunidas; hay una rotación».

La socióloga mencionó que las autoridades indígenas han sido muy enfáticas al decir que este no es un movimiento partidario ni político, sino que están trabajando para el resguardo de la democracia, para evitar todas aquellas condiciones que existieron en el tiempo de la guerra, es decir, garantizar la transición de mando y garantizar que se respeten derechos como a la protesta o a la reunión.

«Entonces siento que esto es como mucho más amplio», expuso Tzul.

Sin embargo, argumentó que Bernardo Arévalo, al asumir el poder, tendrá que ser muy inteligente para comprender que la población es un gran contrapeso a la instancia estatal y que eso está demostrado con los más de 20 días que las personas estuvieron en las calles.

«Arévalo ha de ser bastante inteligente como para no intervenir el movimiento y al mismo tiempo saber dialogar con él».

Grafiti en apoyo a la resistencia que los pueblos originarios mantienen frente al edificio del Ministerio Público en Ciudad de Guatemala. Foto CC/Fernando Destephen.

La lucha comunitaria indígena y la visión de género

Doña María Juan Elías es vicealcaldesa, miembro de la Junta Directiva de los 48 Cantones y es líder de una organización comunitaria.

«Estudié y de ahí empecé a trabajar en una organización que apoya a las comunidades del área rural. He perdido el miedo de hablar en público y he aprendido a defender nuestros derechos como mujeres. Porque también en las comunidades se sufre de otro tipo de problemas como el machismo y la falta de participación de las mujeres en espacios y tomas de decisiones. Y eso pues a mí me ha fortalecido».

María explicó que ella cuenta con liderazgo desde hace 18 años y que actualmente lucha para que se fortalezca la inclusión de las mujeres en espacios de toma de decisión.

«A mí me ha marcado la participación de nosotras como mujeres, que no solamente somos ama de casa, sino que también tenemos esa capacidad de dirigir a otros grupos. Lo que queremos es que la mujer tenga un trabajo para apoyar también al esposo y, si en un dado caso no está el esposo, que también como mujer se tenga la posibilidad de llegar a estos puestos o de integrar otros comités para dirigir, es decir, ser parte de las tomas de decisiones», expuso.

Doña María reveló que cuando inició en los trabajos de liderazgo fue duro, porque sufrió la pérdida de su esposo y tuvo que combinar su trabajo de liderazgo con el de la crianza de sus hijos.

«Son retos que me han tocado; ahora mis hijos crecieron, ya se graduaron y están trabajando. Están grandes ahora. Ya no tengo esa responsabilidad tan grande con los hijos. Ahora son ellos los que me están apoyando».


Liderazgos y sacrificios

Óscar Rodríguez y Elizeo Yax son autoridades en sus comunidades. Estos jóvenes, a la par de su trabajo como líderes, también realizan labores como obreros para el sostenimiento de sus familias.

Óscar reveló que se dedica a cultivar hortalizas y a hacer milpas, de trigo y cebada, pero que para aumentar los recursos ha optado por hacer trabajos de construcción.

«Me dedico al trabajo de la construcción y a la agricultura porque si no, no puedo sacar adelante a mi familia, porque es poco lo que se gana. Yo llevo tres años exactos de casado y tengo mi nena, pero por querer tener un poquito más de dinero y para poder sacar adelante a la familia, hemos decidido con mi esposa hacer dos cosas, yo trabajo en la construcción y en horas extras me dedico a la agricultura», expuso.

Óscar contó que está comprometido con la defensa de la democracia y que disciplinadamente respeta a las máximas autoridades de los 48 Cantones. Explicó que salió a las 2:00 a.m. desde el paraje Pacapox en Totonicapán con rumbo a Ciudad de Guatemala, llegando ese mismo día a las 5:30 a.m. «Los alcaldes se han elegido desde nuestras comunidades y siempre se ha respetado las decisiones que se toman en la Junta y dentro del consejo», explicó.

Elizeo, por su parte, mencionó que en Guatemala hay mucho desarrollo, pero la corrupción ha hecho que los beneficios no sean para todos. «He visto en mi comunidad de que los que mueven la economía son los que se han ido a los Estados Unidos, pero sabemos que es arriesgado irse para allá porque uno puede perder la vida en el camino».

La agricultura, explicó Elizeo, es un pilar fundamental para su comunidad y para toda Guatemala. Indicó que también hay otros aspectos en donde el país necesita mejorar como la educación y la salud. Para concluir, Elizeo concluyó que no estaba frente al Ministerio Público para defender a un partido político en específico, sino porque están ávidos de justicia y de que ésta se imparta equitativamente.

Por ahora nadie tiene certeza de qué puede ocurrir en Guatemala el próximo 14 de enero, pese a que el camino democrático indica que debe ser la toma de posesión democrática de Bernardo Arévalo. Mientras tanto, los pueblos ancestrales de Guatemala, hicieron hincapié en que están listos para un levantamiento en el caso de que las autoridades encargadas de la transición actúen arbitrariamente. Eso calza perfectamente con la siguiente frase del Popol Vuh, que tiene una connotación poderosa para estos pueblos: «Que todos se levanten, que nadie se quede atrás, que no seamos uno ni dos de nosotros, sino todos».

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Editor de actualidad y reportero en Contracorriente. Abogado y periodista. Sus estudios los ha realizado en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (UNAH-VS). Ha trabajado en radio, prensa escrita, periodismo web e investigativo. Ha colaborado con organizaciones defensoras del ambiente y en investigaciones sobre desplazamiento forzado por razones de violencia ligada al narcotráfico.
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Fernando Destephen 1985 Tegucigalpa, Honduras. Fotoperiodista y contador de historias.
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