La presidenta Xiomara Castro obtuvo una nota de 6/10 en el undécimo sondeo del ERIC-SJ, que presenta un error muestral de +/- 2.5 % y un 95 % de confianza. En esa investigación se revela que 4 de cada 10 hondureños creen que la presidenta está siendo manipulada. Asimismo, se obtuvieron los principales problemas identificados por la población, enumerados por orden jerárquico: la crisis económica, el desempleo y la inseguridad. La administración actual se enfrenta a un desafío enorme, pues el 45.4 % de hondureños afirma no tener preferencia por ningún partido político y apenas el 24.1 % dice identificarse con el partido de Gobierno; por otra parte, el 80.3 % afirma no confiar en los partidos políticos.
Texto: Leonardo Aguilar
Fotos: Fernando Destephen
El 80.3 % de los hondureños no confía en los partidos políticos y apenas el 24.1 % dice identificarse con el partido de Gobierno, según el undécimo sondeo del ERIC-SJ, instrumento que evalúa por primera vez desde el 2010 a una administración distinta al Partido Nacional. El 75.2 % no tiene confianza en el Consejo Nacional Electoral, mientras que el 73.7 % no confía en la Corte Suprema de Justicia; el 71 % no confía ni en el Ministerio Público ni el Congreso Nacional.
«Tenemos un Estado conducido por partidos políticos que utilizan promesas en las campañas, luego las demandas no son cumplidas y tenemos una acumulación de demandas históricas no resueltas que, por supuesto, están pasando factura al extremo que 8 o 9 de cada 10 hondureños no confían en los partidos políticos», explica Gustavo Cardoza, investigador del ERIC-SJ.
El estudio evaluó los dos primeros meses del Gobierno de Libertad y Refundación (Libre), en donde se calificó a la presidenta Xiomara Castro con una nota 6 en una escala de 10. Una nota que puede subir o bajar el próximo año en función de cómo sea su Gobierno y teniendo como antecedente que, por lo general, en los sondeos del ERIC-SJ, la nota mayor de los presidentes la obtienen en el primer año de gobierno.
«En relación a las notas, el presidente Porfirio Lobo Sosa el primer año (2010) recibió una nota de 5.11 %; es decir, no es una nota tan despreciable entre 0 y 10, pero a medida que pasó el segundo año la nota bajó y, luego, bajó más en el tercero. Lo mismo pasó en el primer año del expresidente Juan Orlando Hernández (nota de 5.42), subió un poquito el primer año».
“Cada vez que hay un primer año de una nueva gestión, la nota es un tanto elevada”, revela Gustavo Cardoza.
Pero el sondeo también envía un claro mensaje al Gobierno. Ante la pregunta: «¿Usted piensa que Xiomara Castro tiene control de las decisiones dentro de su Gobierno o está siendo manipulada por otros sectores?», el 47.8 % de la población considera que ella tiene el control de las decisiones de su Gobierno, mientras que el 44.4 % de la población considera que está siendo manipulada. De las personas que manifestaron que la presidenta está siendo manipulada, el 60.6 % considera que es por su esposo, el expresidente Manuel Zelaya, quien se ha autodefinido como su asesor.
En esta investigación se explica que la buena nota de Xiomara Castro está vinculada con subsidios otorgados por el Gobierno. 7 de cada 10 se sienten beneficiados con las medidas de energía gratis, mientras que 6 de cada 10 se sienten beneficiados con la rebaja a los combustibles.
Para Cardoza, la ciudadanía muestra un «avance en criticidad» que, si bien es cierto ha sido paulatino, constituye un avance. Por otro lado, sostiene que parte del pensamiento de la ciudadanía es construido a partir de toda la oferta mediática y noticiosa que hay en el país.
«La pregunta ha generado mucha incomodidad en muchos sectores del Gobierno, acusando al ERIC de misoginia al momento de plantear. En el 2010, en el primer año de gestión de Porfirio Lobo Sosa, se hizo la misma pregunta: ¿Usted considera que el presidente Lobo tiene el control del país o está siendo manipulado? ¡Y eso que fue el 2010! Lo mismo hicimos en el primer año de administración del expresidente Juan Orlando Hernández», explica Cardoza.
«Así que el argumento de algunos sectores del Gobierno que dicen que se está minimizando la capacidad de la presidenta, hasta el momento de rozar la misoginia, me parece una irresponsabilidad, primero porque no han leído el sondeo. Y eso se puede comprobar con las declaraciones del diputado Bartolo Fuentes, que fue a un foro televisivo y (se notó que) no había leído el sondeo», explica Gustavo Cardoza.
“Hay una efervescencia de parte del oficialismo en oponerse a toda crítica y todo señalamiento que se le haga”, dice Gustavo Cardoza.
El investigador del ERIC afirma que «el sondeo de opinión pública no es la opinión del ERIC, el ERIC solo es una institución que se encarga de hacer operativo y garantizar la opinión de esa ciudadanía».
«Hemos visto cómo es el expresidente Zelaya el que está coordinado cosas; aunque diga que la presidenta lo mandó, en la percepción de la ciudadanía esto no es así, sino que considera que es el expresidente –asesor de la Casa Presidencial– el que está tomando algún tipo de decisiones. Por ejemplo, lo hemos visto reunido con transportistas y con otros sectores, haciendo convocatorias vinculadas al movimiento social y sindical, pero no a la presidenta», explica Cardoza.
“Hay un problema de lectura sobre todo en la asesoría del Gobierno para que preste atención. Y esto está vinculado a la base cultural de machismo y patriarcado que tenemos en la sociedad. Se conjunta una fórmula bastante compleja, del patriarcado cultural y luego la desconfianza que se tiene hacia los políticos”: Gustavo Cardoza.
En cuanto al decreto de amnistía que fue impulsado por el Ejecutivo y aprobado por el Congreso Nacional, apenas el 43.9 % de los encuestados dijo haber escuchado o conocer sobre la amnistía; de ese porcentaje, el 40.4 % manifestó estar poco o nada de acuerdo.
El sondeo también muestra que el 45.4 % de la ciudadanía no tiene preferencia por ningún partido político. Libre aparece en el sondeo con un 24.1 % de simpatía popular, el Partido Nacional con un 17.5 % y el Partido Liberal con un 12.7 %; ningún otro partido logra pasar del 1 %.
Libre llegó al poder más de una década después del golpe de Estado de 2009, subiéndose y surfeando una enorme ola de descontento por la corrupción y narcotráfico mostrada por las administraciones nacionalistas, principalmente más visibles durante la autocracia encabezada por Juan Orlando Hernández.
«Es interesante cómo Libre en el 2013, más o menos, aparecía con un 6 % de simpatía política y ahora, casi 10 años después, vemos al partido Libre con un porcentaje que pasa el 20 %. A la inversa es el caso del Partido Nacional, hace uno o dos años el Partido Nacional tenía más del 34 % de simpatía, es decir, es una caída estrepitosa», explica Gustavo Cardoza.
A pesar de que la gente toma distancia de los partidos políticos, el estudio revela que el 51.1 % de los hondureños prefiere la democracia a cualquier otra forma de gobierno, frente al 30.5 % de la población que «le da lo mismo un régimen democrático que uno autoritario» y el 10.7 % de la población opinó que «en algunas circunstancias, es preferible un gobierno autoritario a uno democrático». Ese dato es revelador si se toma en cuenta el contexto centroamericano, con presidentes como Nayib Bukele y Daniel Ortega que gobiernan a El Salvador y Nicaragua, respectivamente, bajo un manto de autoritarismo y mano dura.
El Partido Libre llegó al Gobierno con una bandera de cambio. Según Cardoza, «el pueblo hondureño tiene muchas opiniones de las diversas temáticas y problemáticas que le van aquejando, y, por lo tanto, las diferentes administraciones desde el Estado deben poner atención».
Según este sondeo, los principales problemas sentidos por la población son –en primer lugar– la crisis económica con el 33.5 %, el desempleo con el 26.2 % y la inseguridad con el 17.8 %, muy abajo aparece la corrupción con el 7.6 % y todavía más en el fondo el narcotráfico con 1.2 %.
En ese sentido, es importante analizar la percepción del principal daño que Juan Orlando Hernández le hizo a Honduras: para el 40.7 % de la población encuestada fue saquear las arcas del Estado, mientras que para el 27.6 % fue haber convertido al país en tierra de narcos.
En cuanto a seguridad, el 85.6 % de la población percibe un aumento en el asesinato de mujeres. El 32.9 % cree que las matan por machismo y por celos, mientras que el 30 % considera que las matan por culpa de ellas mismas. Para Cardoza, «el tema de las mujeres no debe ser tratado a la ligera. Algunos tópicos están manteniendo su tendencia en estos últimos 12 años, de aumento de percepción de asesinatos de mujeres. Aquí hay un asunto de interés colectivo de las organizaciones que se dedican directamente a la temática de mujeres, que deben de alguna manera escarbar en esa opinión de la ciudadanía».
Migración
En cuanto a la migración, la falta de empleo encabeza la lista de causas con el 66.1 %, seguido de la situación económica y la inseguridad con el 24.9 %, mientras que la violencia e inseguridad figura con el 6.9 %. El 58.7% afirmó haber pensado en migrar; en otro sentido, el 47 % manifestó que al menos un miembro de la familia ha migrado en el último año.
«La migración ha ido tomando diferentes matices. Antes y durante los años 80, había razones de persecución política, ya para los años 90 se terminan de configurar diferentes matices de la migración, ¿por qué? Porque en la década de los 90 aparece el tema de las expresiones de las maras y pandillas, que van a provocar desplazamiento y migración forzada en el país. Pero también en esa década de los 90 encontramos la aparición de las primeras industrias maquileras en la zona norte y también eso provoca otra movilidad migratoria interna por la búsqueda de trabajo. Entonces tenemos dos factores, uno tiene que ver con trabajo y el otro con seguridad en la década de los 90», explica Cardoza.
Cardoza agrega que después de que en 1998 se produce el Huracán Mitch, nace el Estatus de Permanencia Temporal en Estados Unidos, al que llamamos TPS para los hondureños y hondureñas, y eso termina por marcar esa década.
«Y entrando en el siglo XXI, encontramos a diferentes funcionarios de diferentes administraciones del Estado como provocadores o incitadores del desplazamiento forzado de muchas comunidades y aquí entran ya contra sectores concretos de los pueblos originarios que han sufrido despojo y desplazamiento a partir del tema del extractivismo».
«También encontramos a partir del 2018 las caravanas masivas, en las que las que estos grupos de ciudadanos se iban en unidades familiares, mamá, papá, sobrinos, abuela, escuchamos tantas historias y vemos cómo esa transición de diferentes matices ahora ha ido marcándose una pauta de que hay un aumento de mujeres».
«Los gobiernos lo que han hecho es ignorar las políticas públicas de Estado en beneficio de la población. Y a la población migrante solo la ven como fuente de ingreso; son 20 millones de lempiras al día que entran por concepto de remesas y es una cantidad considerable, teniendo en cuenta que casi es el 26 % del PIB que viene del tema de las remesas».
Bienes naturales
En cuanto a la migración, la falta de empleo encabeza la lista de causas con el 66.1 %, seguido de la situación económica y la inseguridad con el 24.9 %, mientras que la violencia e inseguridad figura con el 6.9 %. El 58.7% afirmó haber pensado en migrar; en otro sentido, el 47 % manifestó que al menos un miembro de la familia ha migrado en el último año.
«La migración ha ido tomando diferentes matices. Antes y durante los años 80, había razones de persecución política, ya para los años 90 se terminan de configurar diferentes matices de la migración, ¿por qué? Porque en la década de los 90 aparece el tema de las expresiones de las maras y pandillas, que van a provocar desplazamiento y migración forzada en el país. Pero también en esa década de los 90 encontramos la aparición de las primeras industrias maquileras en la zona norte y también eso provoca otra movilidad migratoria interna por la búsqueda de trabajo. Entonces tenemos dos factores, uno tiene que ver con trabajo y el otro con seguridad en la década de los 90», explica Cardoza.
Cardoza agrega que después de que en 1998 se produce el Huracán Mitch, nace el Estatus de Permanencia Temporal en Estados Unidos, al que llamamos TPS para los hondureños y hondureñas, y eso termina por marcar esa década.
«Y entrando en el siglo XXI, encontramos a diferentes funcionarios de diferentes administraciones del Estado como provocadores o incitadores del desplazamiento forzado de muchas comunidades y aquí entran ya contra sectores concretos de los pueblos originarios que han sufrido despojo y desplazamiento a partir del tema del extractivismo».
«También encontramos a partir del 2018 las caravanas masivas, en las que las que estos grupos de ciudadanos se iban en unidades familiares, mamá, papá, sobrinos, abuela, escuchamos tantas historias y vemos cómo esa transición de diferentes matices ahora ha ido marcándose una pauta de que hay un aumento de mujeres».
«Los gobiernos lo que han hecho es ignorar las políticas públicas de Estado en beneficio de la población. Y a la población migrante solo la ven como fuente de ingreso; son 20 millones de lempiras al día que entran por concepto de remesas y es una cantidad considerable, teniendo en cuenta que casi es el 26 % del PIB que viene del tema de las remesas».