Propuesta de eliminar PAA de la UNAH desnuda exclusión educativa desde la primaria

Académicos, expertos en calidad educativa, dirigentes y exdirigentes estudiantiles de la UNAH, están de acuerdo en que la Prueba de Aptitud Académica (PAA) sí genera exclusión; no obstante, hay quienes sostienen que el Congreso Nacional no tiene la facultad de eliminarla y, por otro lado, el debate de la PAA desnuda otros aspectos, como el de la oferta y demanda en el nivel superior, así como la exclusión y privatización educativa que nace desde primaria y secundaria.

Texto: Leonardo Aguilar
Fotografías: Jorge Cabrera


A mediados del mes de febrero, el diputado de Libertad y Refundación (Libre) Rasel Tomé presentó una propuesta en el hemiciclo legislativo para eliminar la Prueba de Aptitud Académica (PAA), principal requisito para que los estudiantes egresados de secundaria puedan ingresar a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

Rasel Tomé indicó en sus redes sociales que la PAA es excluyente y catalogó que sería «un acto de justicia» la supresión de la misma. «Cortando esos nudos de exclusión vamos al fortalecimiento de la educación pública», sostuvo.

La UNAH respondió con un comunicado a la propuesta de Rasel Tomé —misma que se está socializando con distintos sectores en el Congreso Nacional— en donde argumentan que tres años antes de la aplicación de la PAA, implementada desde el año 2007, el índice académico promedio en la UNAH era del 47 %.

De acuerdo con los datos brindados por la UNAH, desde el 2007 se han aplicado 428 mil pruebas de aptitud académica, con un porcentaje de admisión del 80 %. Es evidente, por lo tanto, que existe un 20 % de reprobación. Las autoridades detallan que un 2.5 % intentó aprobar la PAA hasta en tres ocasiones, sin éxito.

De acuerdo con el doctor Denis Cáceres, profesor de psicometría, coordinador de estudios internacionales de medición educativa y experto en análisis de datos de evaluación y educación, quitar la PAA no resuelve el problema de exclusión masiva de los estudiantes en educación superior y que por lo tanto se debe de buscar otro tipo de mecanismo.

«Lo que está ocurriendo es que la UNAH está defendiendo su prueba, desconociendo que existe una exclusión estructurada en la educación superior y los políticos defendiendo su postura de que van a eliminar la prueba, argumentando que eso va a eliminar la exclusión», indica el doctor Cáceres, quien desde hace un año es el director de educación de la Asociación por una Sociedad más Justa (ASJ).

Para Cáceres ambas partes están en posiciones equivocadas. Afirma que los políticos tienen que ceder y que «esa prueba no se puede quitar», aunque la universidad tiene que ceder también en «otorgar más cupos para educación superior».

Para el doctor en economía Nelson Ávila, la prueba PAA no es dañina en sí sino en función de cómo la instrumentalizan. «Si es excluyente es obvio que debe eliminarse, pero si la PAA se utiliza como un instrumento inductor de habilidades, destrezas, aptitudes, para que la persona oriente de mejor forma su conocimiento, su formación profesional de cualquier naturaleza que sea, sí es importante».

No obstante, Nelson Ávila sostiene que la UNAH ha utilizado la PAA como un instrumento de exclusión a los efectos de obstaculizar el acceso a la educación pública y en consecuencia las personas están forzadas a irse a una educación privada que cuesta mucho más en la sociedad hondureña, que de por sí es tan desigual.

Para el doctor Ávila las autoridades de la UNAH no tienen moral para hablar de autonomía. «Ellos han permitido que militares y policías entren a las instalaciones a reprimir a los estudiantes». Nelson Ávila sostiene que en cierta ocasión, el actual rector Francisco Herrera, cuando era el director de la UNAH en el Valle de Sula, participó de ese mismo proceso de violación realizado por los militares.

«El poder Legislativo es la fuente de la ley orgánica de la universidad. La UNAH funciona a través de una ley específica que es aprobada por el Congreso. Yo sí creo que las autoridades de la universidad utilizan la PAA como un instrumento de exclusión, entonces sí había necesidad de que se regulase por otras instancias», expone Ávila.

Para Nelson Ávila la PAA solo puede quedarse si esta es utilizada para darle inducción a la persona, pero reafirma que la UNAH simple y sencillamente no lo ha hecho así. 

La socióloga Lucía Vijil, investigadora del Centro de Estudios para la Democracia (Cespad), indica que le parece un poco aberrante que las autoridades del Congreso debatan la eliminación de la PAA aislándola del proceso de la cuarta reforma universitaria, que efectivamente no trajo ningún tipo de proceso de inclusión para los sectores estudiantiles que históricamente han sido excluidos

Vijil establece que el sector estudiantil de la UNAH, del que ella fue parte, viene exigiendo respuestas a las carencias del sector educativo primario y medio. «Cuando estuvimos en el movimiento estudiantil, demandamos que se reconociera la crisis que hay en el sistema primario y el sistema medio. Los estudiantes (de secundaria) van a pegar de narices al sistema universitario».

Angie Díaz Hernández, estudiante de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la UNAH en Tegucigalpa y militante del Movimiento Estudiantil Participativo (MEP), coincide con Lucía Vijil en que es positivo que el debate se haya puesto sobre la mesa, pero indica que no es tarea del Congreso Nacional tomar una decisión final. «Le corresponde a la universidad por su identidad autónoma. Deberá ser una decisión de estudiantes universitarios y de la institucionalidad de la universidad», explica.

Propuestas: ¿Crear otra universidad pública controlada desde el Estado de Honduras? ¿Fortalecer la UNAH y abrir más carreras para no rechazar estudiantes?

El Congreso Nacional sesiona a mediados del mes de febrero de 2021. Fotografía archivo: Jorge Cabrera.

El diputado de LIBRE Sergio Castellanos —quien a inicios de año se rebeló contra las autoridades de su partido, pero más tarde regresó, según sus propias palabras «arrepentido»—, amenazó a las autoridades de la UNAH con crear otra universidad desde el Congreso si no cumplían con la petición del Legislativo.

«O se quita ese examen de admisión o desde este Congreso Nacional se va a proponer un proyecto de ley para que se cree la Universidad Estatal de Honduras», dijo el pasado 18 de febrero el diputado Sergio Castellanos, en una sesión que se transmitió en televisión abierta.

Las opiniones sobre la creación de una universidad estatal están divididas. Desde que es una buena opción para ofrecer a los excluidos en un país con niveles bajísimos de calidad educativa en nivel secundario, hasta el rechazo rotundo afirmando que lo que debe hacerse es fortalecer a la UNAH.

Nelson Ávila no está de acuerdo en crear otra universidad nacional porque en realidad lo que podemos hacer, expone, es fortalecer la existente, pero con autoridades realmente académicas. «En realidad la UNAH ha sido objeto de abusos, infinidad de personas ocupando los cargos de rectores, vicerrectores y decanos, sin la formación académica para esos cargos».

Angie Hernández tampoco cree que deba crearse otra universidad estatal. «Viendo los números mostrados por Rixi Moncada (secretaría de Finanzas) sabemos que el Estado no está en capacidad de crear otra institución de profesionales».

No obstante, el doctor Denis Cáceres indica que si el Congreso Nacional quiere fundar una nueva universidad, que se haga con el apoyo de la UNAH. Sostiene que hay estudiantes que no aprueban este tipo de test ni en el tercer intento, y estos estudiantes sí quedan excluidos de la educación superior sin ningún tipo de alternativas.

«En educación media se gradúan (cada año) 75 mil estudiantes de bachiller o perito mercantil, pero todo el sistema de educación superior apenas ajusta para recibir a 15 mil o 18 mil estudiantes más, ¿qué quiere decir eso?, que hay 50 mil estudiantes que si demandaran un espacio no lo tienen, entonces es momento de pensar en otra universidad estatal, otra universidad pública, sin pasar por encima de la autónoma, sin pasar por encima del Consejo de Educación Superior», expone Dennis Cáceres.

Cáceres dice que la idea de una universidad estatal es positiva si lo que se quiere es que la UNAH preserve y busque continuar con estándares altos. «La UNAH tiene unos rankings internacionales que va a ser imposible que se baje para poder atender a estudiantes que no pasan el examen, entonces sí es momento de replantearse que en Honduras se necesita otra universidad».

Pero la dirigente estudiantil Angie Díaz Hernández expone que la idea de crear otra universidad es una cortina de humo sabiendo que la UNAH tiene serias deficiencias. 

«Hay estudiantes que tienen que migrar a Ciudad Universitaria porque no existe una redistribución correcta para los centros regionales y me parece un tipo de desvío de atención de crear una universidad estatal que en realidad no sé qué tan fortalecida vaya a estar cuando tienen a la universidad del pueblo en abandono», expone Angie.

Lucía VIjil piensa que es interesante la propuesta de una universidad estatal. «Creo que no seríamos el primer país con una universidad pública estatal, creo que sería parte de un proceso que debería de apuntar a tener más espacios educativos. Pero no como venganza, de que, ¡ah, la universidad no nos quiere hacer caso, entonces vamos a crear otra universidad!, no, ese tema se tiene que plantear desde el Consejo de Educación Superior», expone.

Propuesta para reforzar a estudiantes de secundaria

El doctor Nelson Ávila reconoce que miles de estudiantes de secundaria llegan procedentes de un sistema educativo que no los ha formado bien. «Entonces hay que dar estas estructuras de nivelación que pueden durar seis meses o un año, un poco más o un poco menos; en el pasado existía el Centro Universitario de Estudios Generales que me parecía fabuloso. Había formación en Filosofía, en Letras y Lenguas, Sociología, Ciencias Políticas y Matemáticas. Hay que estructurar sin duda alguna eso», expone Nelson Ávila.

Nelson Ávila también está de acuerdo con crear carreras técnicas. «Hay que articular la necesidad de profesionalizar y convertir al Instituto de Formación Profesional (Infop) que también esté en todos los departamentos de Honduras. A efectos de que una persona, que quiere tener educación técnica de un siguiente nivel, lo tenga».

La universitaria Angie Díaz Hernández establece que una de las propuestas de los espacios organizados estudiantiles es la creación de un examen vocacional, para poder orientar a los estudiantes sobre la carrera que está abierta para sus capacidades. «La PAA mide la capacidad académica, pero sabemos y estamos conscientes de que vivimos en un país que lo han empobrecido por años y que muy difícilmente la población de media va a poder cumplir con esta capacidad académica», afirma.

«Realmente vemos a la rectoría con un rector invisible. No ha respondido a los intereses de los estudiantes, más que en sus primeros días de populismo, cuando llegaba a los diferentes edificios a saludar de la mano a los estudiantes y más allá de eso ha sido poca la exigencia y la empatía que ha generad», dice Angie Hernández.

El doctor Denis Cáceres establece que, tomando en cuenta las serias deficiencias con que egresan los estudiantes de media, debe existir una herramienta para saber quién tiene aptitud o potencial para determinadas carreras, como Medicina, Arquitectura o Medicina, que duran más de 5 años.

«Otra solución es crear más centros regionales en la UNAH y aquí sería el compromiso que el Congreso Nacional ponga la plata y que la UNAH se comprometa a no excluir a nadie. Que la prueba solo sirva para identificar quién va a cada carrera», sostiene.

Denis Cáceres establece que, desde principios del año 2000, hay una demanda exhaustiva por la educación superior y una oferta restringida.

Ejemplo y contraste con las universidades de la región

Denis Cáceres establece que existen países en que la educación superior no tiene mucha rigurosidad científica, que es el caso de Nicaragua. Costa Rica, sostiene el experto, tiene una legislación más flexible en el caso de la educación superior, mientras que en el caso de Honduras, a la UNAH se le ha dado mediante ley que sea la que dirija el tema de la educación superior pero eso también ha contribuido de que no se desarrolle totalmente el sector de educación superior. «La UNAH pone orden y pone nivel, pero también eso juega lo contrario y no deja que todo el sector de educación se desarrolle completamente», afirma.

«Los países sudamericanos tienen una legislación más flexible, hay más universidades públicas, hay más cobertura para educación superior y algo que existe en América del Sur, aquí se toma mal pero realmente hay que tomarlo como una buena práctica, en Suramérica existen los sistemas de baucher, donde estudiantes de colegios públicos de excelencia académica desean ir a universidades privadas, entonces el Estado les otorga una beca a través de un baucher y los estudiantes van a estudiar a la universidad privada que quieren, siempre que sean de escasos recursos y que sean de excelencia académica», expone.

Agrega Denis Cáceres que el Estado los financia para que se vayan a graduar a una universidad privada o que se vayan a graduar al extranjero. Ese sistema, argumenta el doctor, lo tienen Ecuador y Chile. «Aquí en Honduras sería posible que 10 estudiantes del Central Vicente Cáceres con excelencia académica, de escasos recursos, le pidan una beca al Estado para estudiar en Unitec, en estos momentos todos van a decir que eso es privatizar, pero eso en realidad eso es subvencionar a las clases más pobres para que ingresen a las mejores universidades del país, es una forma también de palear la situación, sin embargo en el país todavía no estamos listos todavía para ese debate, pero es lo que se hace a nivel internacional y hay que ponerlo a discusión».

¿Cómo podemos catalogar la PAA de la UNAH?

Una mujer pasa frente a una de las plazas de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras ubicada en Tegucigalpa el 25 de febrero de 2022. Fotografía: Jorge Cabrera.

Denis Cáceres establece que las pruebas no discriminan por sí solas, esto qué quiere decir, que las pruebas son instrumentales, se puede utilizar con alta implicancia, que es, decidir quién entra o no entra a la universidad, o baja implicancia, que es decidir quién entra a una carrera, pero de manera condicionada o entra a otra carrera porque no tiene las competencias para lograrlo. “Pero hay que dejar algo muy claro, la PAA lo que mide es el potencial científico, el potencial matemático, de comprensión lectora de una persona. Establece si va a tener o no éxito en una carrera que quiere estudiar”.

«La PAA es español, comprensión lectora, lógica-matemática, pensamiento matemático, pensamiento científico, eso no es vocación sino potencial del ser humano, que está más orientado hacia el coeficiente de la persona, podríamos decir que es una medida correlacional de manera directa con el coeficiente intelectual de la persona con las competencias cristalizadas en matemática o en lectura, entonces acá lo que vemos es que los que tienen mayor puntaje en las pruebas están listos para las carreras más difíciles, los que tienen menor puntaje tienen que irse a las carreras más fáciles, porque lo que existe ahí son diferentes tipos de potencial, entonces si la prueba se pone para orientación vocacional no tiene que ser la misma prueba de la PAA, porque las pruebas vocacionales lo que miden es, tengo aptitud para medicina o tengo aptitud para ingeniería, en contraste, definen, tengo aptitud para ser profesor», explica el experto.

Esta prueba lo que mide es el potencial de cada persona para entrar a unas carreras que son más difíciles que otras, sostiene Cáceres, quien agrega que «si usted es malo en matemáticas y quiere ser ingeniero, estamos en un enorme problema; si no le gusta leer ni los números, y son ocho años de medicina, pero quiere ser doctor en medicina, ¿cómo lo van a aceptar para ser doctor?», explica Denis Cáceres.

Denis Cáceres establece que desde el Congreso están pidiendo que se aplique una prueba de vocación, que no necesariamente está relacionada con el coeficiente intelectual de una persona, pero expone que las pruebas vocacionales son diferentes a las pruebas de conocimiento.

«Las pruebas vocacionales tienen un margen de error mayor porque las personas dicen, voy a parecer que quiero ser médico, ingeniero, entonces las pruebas de vocación tienen un nivel de error muy alto porque las personas quieren demostrar algo que no son. Por eso en algunos lugares se aplican las dos, la de potencial y las de vocación para saber para qué está lista la persona. La universidad sí tiene la capacidad de aplicar ambas», continúa manifestando el experto.

Un problema de oferta y demanda en el nivel superior

Denis Cáceres asegura que existe un problema de oferta y demanda. Propone analizar los 15 mil estudiantes que acceden a educación superior cada año en Honduras e imaginarse que 5 mil de ellos quieran ser médicos y que el examen de vocación los acepte a los 5 mil. «¿De dónde saca más maestros o edificios para 5 mil estudiantes de medicina?, ¿de dónde va a sacar hospitales y donde va a emplear a esos 5 mil nuevos médicos? El problema de fondo no es la PAA, no es tampoco la instrumentalización técnica, el problema en este país es la relación entre la oferta y la demanda en la educación superior».

Denis Cáceres está de acuerdo con el rector Francisco Herrera, en los datos de que la PAA vino a mejorar las cosas en la UNAH, no obstante lo critica por no dar una solución al evidente problema de la exclusión estudiantil.

«Antes de la PAA algunos estudiantes duraban de 10 a 15 años en la universidad y había unos que no llegaban realmente a estudiar, sino que le quitaban el cupo a otro. La eficiencia era baja y había un desorden antes de la aplicación de la PAA, esta prueba llegó a resolver todo ese tipo de problemas, por eso es que no se puede quitar la PAA; pero hay que ser objetivos, la UNAH está obligada a brindar salidas a la oferta y demanda, abrir más cupos para los estudiantes que no logran pasar la prueba aunque sea en otro tipo de carreras», sostiene.

Cobertura y calidad de la educación.

Para Denis Cáceres la calidad educativa inicia con el kínder. Según él, la cobertura de la población preescolar oscila entre el 30 % o 35 %. «¿Qué quiere decir?, que hay 7 niños (de cada 10) que no van a educación preescolar en este país y lo que nos dan los informes internacionales, es que el éxito de la educación superior está en el kínder. Los que van al kínder tienen arriba del 90 % garantizado en la educación superior. Esto está probado, ¿quiere tener un buen alumno universitario?, póngalo al kínder».

Cáceres establece que a primer grado entran cada año cerca de 250 mil estudiantes, pero que de secundaria solo se gradúan 75 mil. Establece que hay un nivel de baja cobertura en el nivel secundario. «6 de cada 10 jóvenes, de 15 a 19 años, no van al colegio. Esto representa apenas un 40 % de cobertura en educación media, entonces, duele decirlo, los estudiantes que llegan a educación superior no son los estudiantes más pobres, son los de clase media o clase media alta, los estudiantes más pobres se quedaron botados en el camino de primero a sexto grado o en el colegio».

Educación superior: un tema de clase social

Imagen de la fachada de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) tomada el 25 de febrero de 2022. Fue fundada en septiembre de 1847. Fotografía: Jorge Cabrera.

Lucía Vijil sostiene que existe evidentemente un tema de debate de clases. “Es lamentable que los estudiantes del sistema privado tengan mayores oportunidades que quienes van del sistema público. Y eso pasa precisamente por la mercantilización y la privatización de la educación; la educación en Honduras no es un derecho, es un servicio”.

“Recordemos que quienes llegan a la universidad son apenas el 1 % de la población. Es decir, el sistema desde primaria y media desde ya es excluyente, por muchas cosas, y porque no han existido las políticas estatales”, expone Vijil.

En pleno siglo XXI en Honduras —expresa la socióloga Vijil— todavía hay escuelas unidocentes. «Estamos trabajando con currículos desfasados, todavía hay temas en donde los sistemas sanitarios son letrinas, no hay infraestructuras, no hay una avanzada en tecnología. Estas gentes quieren poner tablets, y esta gente apenas puede leer».

«Para mí el debate de la PAA debe darse, lo planteamos desde que estábamos en el movimiento estudiantil; la PAA no es elaborada en Honduras, para empezar, hay que avanzar en otros métodos. En otros países, cuando el estudiante no pasa, el sistema universitario cuenta con diferentes institutos de formación técnica para ofrecer opciones. Acá le dicen que tiene dos intentos más. Ignoran temas como nivelarlo», argumenta Vijil.

«El 80 % de los estudiantes que están en educación superior no pertenecen a la clase más pobre, ¿por qué?, porque los pobres ni tan siquiera pasaron sexto grado y no llegaron al colegio. El Estado está financiando una educación superior bastante cara en relación con que no puede financiar la educación de los niños de 5 a 7 años», expone Denis Cáceres.

El experto agrega que apenas el 15 % de los estudiantes egresados de educación media en Honduras tiene competencias en matemáticas para ir a la universidad, «¿qué quiere decir eso?, que el 85 % de los jóvenes de educación media no están listos para ir a la universidad a estudiar carreras como medicina, arquitectura o ingenierías».

Denis Cáceres sostiene que un 30 % de los egresados de secundaria tienen competencias en lectura. «Este grupo puede optar a carreras relacionadas con las letras o con las ciencias sociales».

«La calidad de educación media en Honduras está en los últimos lugares en el mundo, aproximadamente, en una lista de 64 países Honduras ocupa el lugar 54, o sea que estamos en los últimos lugares en el mundo en educación media», expone.

¿Universidades privadas se benefician de la aplicación de la PAA?

Denis Cáceres no cree que las universidades privadas se beneficien de la aplicación de la PAA. Indica que, por el contrario, el surgimiento de universidades privadas de bajo costo le ha quitado la presión al gobierno de financiar una educación pública y de calidad.

«El surgimiento de universidades de bajo costo resolvió el problema de la exclusión que muchos estudiantes de clase media que no pasan el examen o no quieren intentarlo, y prefieren hacer un esfuerzo por pagar una educación privada, pero eso ocurre también en educación media», expone.

Denis Cáceres expone que la oferta de la educación media está privatizada. «Entonces, definitivamente el problema no inicia en la educación superior, en este país hay más escuelas privadas en educación media que quizá públicas».

«Honduras no se ha hecho cargo de la educación media, sino que es el sector privado el que está financiando la educación media. Es lógico, en la educación superior, la UNAH no va a ajustar nunca a recibir ese montón de estudiantes», expone.

Denis Cáceres afirma que el problema de la privatización de media debe atajarse desde la raíz. «Una buena reforma sería fundar nuevos colegios públicos, en cabeceras departamentales, de alta calidad, y en relación con la universidad, fundar más universidades, ahí están los edificios en donde funcionaban las escuelas normales, que son de 13 a 15 edificios. Ahí tendría usted de entre 13 a 15 universidades para quitarle presión a la UNAH».

Nelson Ávila dice que las actuales autoridades universitarias de la UNAH son ilegales, ya que están en un proceso de interinato que venció hace cuatro años. «Venció desde el 2018. Tiene que haber coherencia entre lo que se dice y se hace».

El doctor Nelson Ávila asegura que el 6 % del presupuesto para la UNAH parecería adecuado en la medida de que se pague, pero reconoce que desde el Estado en muchos casos no se ha cumplido con esta obligación. «El uso que se ha hecho del presupuesto en la UNAH no ha sido lo más transparente, ni lo más ético ni lo más eficiente, porque el porcentaje de costo administrativo es exageradamente elevado en relación con el costo académico».

Nelson Ávila explica que internacionalmente es admitido que el costo administrativo no deba exceder al 5 % en los gastos de la universidad. «Pero en la UNAH el costo administrativo llega al 15 % y 20 %. Tres veces más. Eso hace que exista burocracia».

Para Nelson Ávila durante los últimos años la investigación ha sido marginada en la universidad. Precisamente porque los profesionales no tienen formación académica elevada.

«Deberían renunciar todos los que están como rectores, vicerrectores y decanos, que han estado en interinato aprobado por el Congreso, ¿cómo es que ahí sí fue bueno que el Congreso Nacional les aprobara ese interinato de 2017 a 2018? Esas son autoridades ilegales y sus actos son nulos», expone Nelson Ávila.

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Editor de actualidad y reportero en Contracorriente. Abogado y periodista. Sus estudios los ha realizado en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (UNAH-VS). Ha trabajado en radio, prensa escrita, periodismo web e investigativo. Ha colaborado con organizaciones defensoras del ambiente y en investigaciones sobre desplazamiento forzado por razones de violencia ligada al narcotráfico.
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De nacionalidad nicaragüense y hondureña. Fotoperiodista con 20 años de experiencia en coberturas de contenido internacional. “El fotoperiodismo está presente en mi vida desde hace más de dos década y continúa siéndolo día tras día. “
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