Análisis y contexto: Honduras se aleja de Taiwán y mira hacia la República Popular de China

La influencia de la República Popular de China avanza en Centroamérica en contraste con lo que le ocurre a Taiwán, que con la retirada de Honduras tendrá el reconocimiento sólo de 13 países. El Gobierno de Honduras ha manifestado que mirará hacia China para sacar provecho de un mercado con 1,400 millones de consumidores. No obstante, analistas coinciden en que Honduras llegará a un mercado chino que ya es competitivo entre los países de Centroamérica. Por otro lado, los analistas estudian la posibilidad de que las relaciones entre Honduras y EE.UU. se deterioren cada vez más y, como consecuencia, las expresiones de autoritarismo del gobierno hondureño sean cada vez más evidentes.


Texto: Leonardo Aguilar

Fotografía: Jorge Cabrera

Vladimir Rouvinski, profesor de ciencias políticas y relaciones internacionales de la Universidad ICESI, dijo a Contracorriente que el anuncio de Honduras de abrir relaciones diplomáticas con la República Popular de China demuestra el avance de Beijing en la región, algo que a su juicio no es nada nuevo, sino más bien una decisión que recae dentro de la cadena de cambios que ya se han estado haciendo en los países centroamericanos de no reconocer más a Taipéi como el Gobierno de China sino a Beijing.

La Cancillería de Taiwán anunció este jueves el retiro de su embajadora de Honduras como muestra de su descontento por el viaje de una delegación hondureña a Beijing con el objetivo de establecer relaciones diplomáticas con la República Popular China. El canciller de Taiwán, Joseph Wu, afirmó que China está suprimiendo el espacio diplomático de Taiwán y que existen signos de la intervención china en Honduras, según unapublicación de la agencia de noticias EFE.

Las declaraciones del canciller Wu, coinciden con lo dicho por Rouvinski a Contracorriente, quien exteriorizó que el plan de separarse de Taiwán puede no ser necesariamente del Gobierno hondureño. «No tengo ninguna información al respecto, pero nosotros sabemos que, en otros casos en el pasado, era una decisión más bien del gobierno de Beijing para poder avanzar con estos cambios del reconocimiento de las relaciones, es decir, pasar de reconocer a Taipéi a reconocer a Beijing», explicó Rouvinski.

Esto significa —añadió Rouvinski— que poco a poco China está avanzando «hacia este patio trasero de los Estados Unidos» para sacar a Taiwán y establecer mayor presencia de Beijing en estos territorios. 

El número de países que reconocen a Taiwán se reducirá a 13 cuando se concrete el anuncio de Honduras de establecer relaciones diplomáticas con la República Popular China, país que, a través de su embajador en Costa Rica, Tang Heng, ha dejado claro que solo abrirá relaciones con Honduras en tanto que el país rompa relaciones diplomáticas con Taiwán.

Rouvinski explicó que China, a lo largo de los años, se ha posicionado en América Latina, no solamente en Centroamérica, como un socio que tiene recursos para poder invertir y, obviamente —subrayó Rouvinski— China es un mercado mucho más grande que Taiwán. «Es un mercado enorme» hablando en términos de relaciones económicas, dijo.

Según un artículo sobre China y Centroamérica, publicado por la BBC, la importancia de Centroamérica para China no radica estrictamente en términos económicos, pues el mercado de la región centroamericana es de unos 90,000 millones de dólares. Según esta misma publicación, durante 2017, China mantuvo con América Latina un intercambio comercial de 266,000 millones de dólares. El artículo expone que China es el segundo o tercer socio comercial en Centroamérica y que las empresas chinas están desarrollando obras de infraestructura en Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, El Salvador y Guatemala. En Honduras resalta el proyecto Patuca —por ahora estancado— desarrollado por la empresa Synohydro a la cual se oponía Berta Cáceres.

Parsifal D’Sola, director ejecutivo de la Fundación Andrés Bello, quien es especialista en temas de China en Latinoamérica, aseguró que, si en Honduras facilitan los canales de inversión y hay un mayor contacto a alto nivel del Gobierno, «no cabe la mayor duda de que veremos un incremento en la participación de empresas chinas, particularmente, diría yo, en el área de infraestructura».

D’Sola —sobre la justificación del canciller hondureño Eduardo Enrique Reina de buscar el mercado chino con acceso a 1,400 millones de consumidores—, consideró que ese es un argumento que utiliza el Gobierno chino para «incentivar cambios de reconocimiento».

D’Sola explicó que exportar a China no es una cosa que depende únicamente de acceso al mercado, sino que, dado que el mercado chino es súper competitivo, Honduras ya entraría a competir con todas sus contrapartes no solo en Centroamérica sino a lo largo de la región y su abanico de productos coincide mucho con el de otros países cercanos a Honduras. «Entonces no es así como se pasa un switch (interruptor) y a partir de mañana Honduras va a incrementar sus exportaciones a China de un día para otro», expuso D’Sola.

El experto manifestó que se requiere de coordinación entre el Gobierno, cámaras de comercio y apoyo a las exportaciones para tener presencia en China en promoción de productos hondureños. «De entrada probablemente exista algún tipo de concesión o de promesa de inversión que haya hecho China, quizá haya un alza en las exportaciones de Honduras hacia China, sin embargo, si no hay una estrategia de comercio frente a China, lo más probable es que eso sea simplemente como un impulso que luego decaiga si no hay ningún tipo de actividad de parte de Honduras, tanto de su gobierno como del sector privado de crear una estrategia de comercialización con China».

Lo más probable —continuó D’Sola— es que la ruptura de Honduras con Taiwán sirva de incentivo para los otros países de Centroamérica que todavía reconocen a China (Taiwán), que son Belice y Guatemala. Es decir, es muy probable que Honduras sirva de plataforma diplomática para seguir empujando la agenda china para eventualmente convencer a otros países de cambiar el reconocimiento.

D’Sola dijo a Contracorriente que el caso de Panamá es un caso sui generis (peculiar) dentro de Centroamérica por la gran población china que existe en ese país. «Es una migración que data de décadas, cosa que no existe comparativamente con otros países en la región. Con ninguno. Hay generaciones panameñas chinas, hay una participación grandísima de unas poblaciones panameñas taiwanesas. Entonces, con el caso panameño, agregando la importancia del canal, China tiene una política muy particular frente a Panamá que no la va a tener con Honduras».

D’Sola afirmó que existen mayores intereses para los chinos por el canal de Panamá y por la gran presencia de diáspora china que hay en ese país.

Parsifal D´Sola: «Si estamos hablando de un ejemplo a seguir de cómo tratar con China, Costa Rica sería uno de ellos, no solamente por haber firmado un tratado de libre comercio sino porque han sabido realizar una coordinación entre el gobierno costarricense y el sector privado».

D’Sola avizoró una situación desventajosa para Honduras en términos de la balanza comercial con respecto a China. «Es altamente probable que se produzca una balanza comercial desfavorable para Honduras, porque esto abre la oportunidad para que muchas más empresas chinas comiencen a exportar y participar en el mercado hondureño».

El acercamiento con China, aseguró D’Sola, no implica directamente un alineamiento ideológico ni siquiera político, porque a su juicio, China no es un país que se enfoca en exportar modelos de Gobierno ni se concentra en desfavorecer un tipo de gobierno por otro. China, añadió el analista, trata con Estados Unidos de la misma forma con la que trata con Cuba, con Venezuela y con Alemania. 

«Si estos países son voceros y defienden los intereses de China en la región en el marco internacional, obviamente esto es de interés para ellos, pero esto no significa que China promueva directamente a través de acciones específicas el autoritarismo en X o Y país», consideró.

Sin embargo, expresó que, ante la ola de autoritarismo que enfrenta la región centroamericana, «Honduras ha dado algunas señales que son preocupantes, aunque nada en comparación a sus vecinos, pero a medida de que se empeoren las relaciones con Estados Unidos y se dé el acercamiento con China, ese triángulo usualmente conlleva a un acercamiento con China en materia política y en materia económica, y China no es un país que se preocupa por las instituciones locales y por fortalecer las gobernanzas democráticas en ningún país, Estados Unidos sí».

Esta semana, los Estados Unidos anunció el retiro definitivo de la visa al vicepresidente del Congreso Nacional, Rasel Tomé, mencionado en la Lista Engel, quien afirmó que no le preocupan las posiciones políticas del Departamento de Estado porque su mirada está puesta en Asia.

Xiomara Castro y el anuncio del cambio de reconocimiento

El martes 14 de marzo, la presidenta Xiomara Castro anunció un cambio de rumbo en cuanto al reconocimiento de la República Popular China, en detrimento de la amistad que el país ha mantenido durante décadas con Taiwán. 

«He instruido al Canciller Eduardo Reina, para que gestione la apertura de relaciones oficiales con la República Popular China, como muestra de mi determinación para cumplir el Plan de Gobierno y expandir las fronteras con libertad en el concierto de las naciones del mundo», tuiteó Castro.

El Gobierno de Honduras ha insistido en que la principal razón para acercarse a China Continental es buscar mayor apoyo económico, algo que según el gobierno ha sido insuficiente con Taiwán.

El canciller hondureño, Eduardo Enrique Reina, dijo en el programa de debate Frente a Frente que se transmitió en Televicentro el día 15 de marzo, que «Honduras entra tarde» a sostener amplias relaciones con China.

Reina subrayó que actualmente 171 países en el mundo sostienen relación con China Continental, un país que a su juicio «es una realidad económica, y no solo económica, porque no solo se plantea desde el punto de vista económico y comercial, es una realidad diplomática, una realidad política, China participa en todos los organismos internacionales, en los organismos financieros, en los organismos de crédito».

Reina reveló que Honduras le hizo la propuesta a Taiwán para que ese país pudiera ayudar a Honduras a pagar la deuda externa. Según las palabras del canciller, se propuso a Taiwán implementar un mecanismo para «readecuar, retomar la deuda externa o realinear». En contraposición a esta propuesta, Reina sostuvo que «no hemos visto esta respuesta» de Taiwán.

A través de un comunicado, Taiwán solicitó a Honduras no tomar la decisión «errónea» de abrir relaciones oficiales con China para «no caer en la trampa de China» y dañar «la larga amistad entre Taiwán y Honduras». 

Joseph Wu, el canciller taiwanés, declaró que Honduras «pidió un alto precio» por mantener el reconocimiento diplomático con Taipéi. Wu no ha revelado la cantidad ni el sector del Gobierno hondureño que solicitó ese «alto precio» a cambio de no romper las relaciones.

El abogado Arístides Mejía, quien fungió como ministro de Defensa durante el Gobierno del expresidente José Manuel Zelaya y que también se ha desempeñado como Embajador en Grecia, dijo a Contracorriente que el anuncio de Honduras es trascendental en la política exterior de Honduras, porque Honduras es uno de los 14 países que mantenía relaciones con la república china de Taiwán desde 1941, argumentó.

«Y en esto hay que ver las declaraciones del Canciller, que fue una decisión más que todo pragmática según él dice, para que Honduras tenga relaciones comerciales y económicas sustanciales para la inversión con la República Popular de China, lo cual habría que evaluar […] ahora la diferencia podrá estar, como lo ha dicho el Canciller, en que las inversiones de China sean más grandes que lo que está haciendo Taiwán con Honduras, algo que él lo califica como de obras benéficas y aquellos serían inversiones para la producción, pero eso está por verse», expuso Arístides Mejía.

A criterio del exministro de Defensa hondureño, EE.UU. tenía mucho interés en que Honduras mantuviera las relaciones con Taiwán por un tema estratégico.

Arístides Mejía aseguró que la venida de Kamala Harris, en enero de 2022, fue para asignar el arranque del inicio de relaciones privilegiadas con Honduras. 

«Dentro de esos acuerdos entiendo que estaba el tema de Taiwán, por eso es que tal vez veo que el Canciller se refiere a que fueron a Washington a explicar esto; no sé cuál fue la respuesta de Washington, porque si efectivamente ese era un punto de la negociación puede ser que esto debilite las relaciones con EEUU y ojalá que no, porque nosotros tenemos más interés con EEUU que con cualquier otro país, porque allá están la mayoría de nuestros migrantes que son los que aportan las remesas, que son las que sirven de sustento de la economía hondureña, el primer rubro y, en segundo lugar, porque EEUU es el país con el que hay el mayor intercambio comercial», sostuvo Arístides.

Arístides agregó que China ha querido promover la idea de que el sistema político chino es superior a las democracias occidentales y este alineamiento político en muchos países ha creado ya prácticamente dos bloques. Por ejemplo, asegura el abogado Arístides, China, en el conflicto Rusia contra Ucrania, apoya a Rusia, y el resto de países occidentales apoyan a Ucrania. 

«Entonces se van dibujando prácticamente los bloques de una nueva confrontación política. Hay una rivalidad que va a ser visible a la hora de las votaciones en Naciones Unidas y otros organismos internacionales. Va a haber que preguntar cuál va a ser la posición del Gobierno hondureño con respecto a eso», argumentó Arístides.

Parsifal D’Sola coincidió con Arístides Mejía al afirmar que que pudo haber una negociación que luego se rompió entre Honduras y Taiwán. 

«Mi lectura de por qué en Honduras esto no sucedió antes es porque, probablemente, en el momento de las últimas elecciones en Honduras hubo algún tipo de negociación entre la presidenta electa, la administración de Biden y los mismos taiwaneses, para ofrecer algún tipo de, ya sea, remuneración económica o alguna promesa de inversión», aseguró.

D’Sola afirmó que no tiene dudas de que tuvo que haberse dado «algún tipo de negociación de estas tres partes, precisamente para que Xiomara no cambiara de reconocimiento y, eventualmente, pues ella se echa ella para atrás, sin embargo, han pasado dos años de pandemia, de afectación económica, de incremento de emigración de Centroamérica, no únicamente hondureña, porque a esto se le suma el tema venezolano y, bueno, asumo que los chinos deben haber hecho algún tipo de concesión, de promesa de inversión que simplemente era demasiado llamativa como para decir que no y ahí tenemos los resultados».

«Ya en los últimos años hemos visto que ha habido un deterioro en las relaciones que ha sostenido Estados Unidos con Honduras por la misma razón que acabo de mencionar, que es altamente probable que Estados Unidos haya llegado a algún tipo de acuerdo durante la toma de posesión o previo a esta, y esto probablemente se ha visto como que Honduras no cumplió con su parte el acuerdo», expuso.

Antes –dijo D’Sola– Estados Unidos tenía unos intereses especiales con Honduras. «El interés particular de que Honduras no reconociese a Taiwán, lo cual permitía algún tipo de diálogo con que Honduras pudiese negociar y utilizar a su favor, pero ya ese interés de Estados Unidos en el país se pierde, por lo tanto es altamente probable que Estados Unidos comience con una política mucho más fuerte frente a Honduras y viceversa, y que Honduras probablemente se abra mucho más a China y al comercio de China».

D’Sola concluyó que, en el caso específico de Honduras, no es sorpresivo el anuncio de Xiomara Castro si lo vemos desde un punto de vista meramente económico. 

Más problemas para Taiwán

Para Rouvinski, el anunció de Xiomara Castro representa obviamente una pérdida y un daño contra los intereses de Taipéi, pero es algo que China puede hacer sin ningún problema y «Honduras posiblemente también va a poder aprovechar esas nuevas dinámicas de las relaciones».

El catedrático consideró que desde los Estados Unidos están viendo «con mucha preocupación» el avance de China en América Latina.

«Por ejemplo, yo estoy hablando desde Colombia y aquí, en todo Sudamérica, el socio número uno de todos los países sudamericanos es China ya, no son los Estados Unidos, por un lado obviamente hay un reconocimiento de parte de Washington en que las cosas han cambiado, pero por otro lado creo que hay poca iniciativa aparte de esta preocupación para poder cambiar las direcciones, las directrices, de lo que está pasando, puede ser que los Estados Unidos tendrán que tomar algo más de esfuerzos para poder dar reversa a esa situación».

Rouvinski consideró que en estos momentos lo que está pasando en América Central «no está en las prioridades de la agenda de los Estados Unidos, por lo menos lo que tiene que ver con este tipo de cambios, como el cambio de reconocimiento. ¿Va a generar más alarmas en los Estados Unidos? Muy probablemente, pero eso no va a significar que vamos a ver algo significativamente dramático en este tema, porque no es la primera vez en los últimos años que está ocurriendo eso, ha ocurrido con otros países latinoamericanos y básicamente eso no ha estado cambiando la forma cómo Washington está tratando Centroamérica».

Realmente —expresó Rouvinski— quien está en espera de mayores beneficios son, especialmente, los países centroamericanos y no China. «China puede agradecer formalmente este cambio, puede hacer varias observaciones sobre este hecho, pero China entiende perfectamente que quien tiene un interés principalmente no es China hacia Honduras sino Honduras hacia China, entonces creo que hay un desbalance bastante fuerte en este tipo de las relaciones y creo que en este juego está claro que quien tiene mayor peso y más poder es China».

Ampliando el panorama sobre el papel de China y de Rusia en el ámbito internacional en el marco de las tensiones producto de la guerra en Ucrania, Rouvinski afirmó que «aquí en América Latina no veo mucha colaboración entre Rusia y China, o sea, tienen algunos intereses que coinciden, pero están jugando en campos totalmente diferentes».

China —manifestó Rouvinski— está jugando en América Latina en el campo del comercio. Por lo tanto, el académico explicó que lo que quiere China es asegurar sus inversiones y su comercio. «China tiene un potencial muchísimo más grande que Rusia; Rusia es extremadamente débil».

Rouvinski expresó que los números del comercio ruso en América Central «son para llorar». Explicó que actualmente los resultados del comercio ruso en Centroamérica están «por debajo de un billón de dólares, ¡es muy poquito!, si no me equivoco, entre 600 y 700 millones de dólares. Eso no es nada». Agregó que las operaciones comerciales rusas en Centroamérica contrastan obviamente con lo que tiene la República Popular China en la región centroamericana.

Ligado a lo anterior, Rouvinski expresó que no cree que el avance de China tenga alguna consecuencia para Honduras en relación con el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, en el que China ha mostrado su apoyo al primero.

«No creo que hay algo que tenga que ver la guerra directamente en Ucrania con lo que está pasando con la política china hacia América Central, por lo menos por ahora, la situación puede cambiar, sí, en el futuro. Hipotéticamente, si algo va a pasar mucho más allá, en el estrecho de Taiwán, y si China va a considerar aplicar una estrategia de reciprocidad, algo que intente hacer Rusia en América Latina y en América Central sobre todo con sus relaciones con Nicaragua, pero yo por ahora no veo ninguna evidencia de que algo más dramático pase en Honduras».

Rouvinski añadió que lamentablemente para Taiwán la situación es bastante difícil, porque cada vez hay menos posibilidades para mantener este tipo de relaciones diplomáticas. «Taiwán está perdiendo mucho, tiene muy pocas herramientas para poder mantener esto, sobre todo porque cuando se trata de un gigante económico que puede traer muchísimos recursos y que representa un mercado como China Popular, Taiwán claramente tiene pocas ventajas para poder buscar acercamientos y convencer a los países con quien tiene relaciones diplomáticas para que se mantengan».

Lo que parece —reiteró Rouvinski— es que es Beijing el que realmente está haciendo presión sobre los países que mantienen relaciones con Taiwán, ya sea para mantener esas relaciones o para romperlas.

«Lo usan como una especie de castigo cuando hay algo que está pasando en Taiwán que no les gusta; entonces Beijing puede jugar a este tipo de presión. La pérdida de reconocimiento trae un montón de problemas para Taiwán, porque está perdiendo posibilidades de tener representación diplomática, perdiendo muchos espacios que cuando tiene reconocimiento diplomático puede jugar, esto trae daño a Taiwán por supuesto, pero lamentablemente ellos tienen pocos argumentos para usar. Lamentablemente para Taiwán esta tendencia va a seguir y más países van a cambiar su reconocimiento», concluyó Rouvinski.

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Editor de actualidad y reportero en Contracorriente. Abogado y periodista. Sus estudios los ha realizado en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (UNAH-VS). Ha trabajado en radio, prensa escrita, periodismo web e investigativo. Ha colaborado con organizaciones defensoras del ambiente y en investigaciones sobre desplazamiento forzado por razones de violencia ligada al narcotráfico.
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De nacionalidad nicaragüense y hondureña. Fotoperiodista con 20 años de experiencia en coberturas de contenido internacional. “El fotoperiodismo está presente en mi vida desde hace más de dos década y continúa siéndolo día tras día. “
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