Honduras en caída libre

Un informe de Amnistía Internacional tras el proceso electoral de 2017 en Honduras asegura que «pareciera estar en medio de una peligrosa caída libre en la que ciudadanos comunes están siendo víctimas de juegos políticos egoístas e imprudentes». Tras unas elecciones cuestionadas por un posible fraude, el descontento ha salido a las calles y en esas calles se han dado múltiples violaciones a Derechos Humanos que parecieran no importar en un país que sigue bajo la sombra de un golpe de Estado y donde la impunidad sigue reinando.

Rodolfo Reyes apenas tiene 20 años. El pasado jueves 30 de noviembre cuando regresaba a su casa en la colonia El Pedregal tras una protesta en contra del fraude electoral en Tegucigalpa, casi cae abatido por el fuego cruzado. En El Pedregal fue donde se registraron los primeros homicidios a manos de la Policía Militar (PM) en esta crisis política. Y Rodolfo intentó salvar a algunos de sus vecinos heridos, a otros no pudo recogerlos mientras caían baleados a su lado. El Pedregal puso 3 de los 17 muertos que ahora hay a nivel nacional, según el Comité de Familiares de Desaparecidos de Honduras (Cofadeh).

En este sector, uno de los más violentos de la capital, el jueves 30 de noviembre por la noche, algunos vecinos decidieron hacer barricadas en las entradas. En todo el país la estrategia del descontento fue esa, cerrar las entradas de cada barrio y colonia con llantas en llamas. Cuando Rodolfo llegó estaba la Policía Preventiva y la Policía Militar tirando bombas lacrimógenas para disuadir la protesta y abrir los caminos. Pero ya había un herido, la gente rodeaba a Daniel Isaac Suazo de 12 años quien fue herido de bala en la espalda.

«El niño venía de jugar pelota, es parte del equipo moscos de un equipo de la Liga Nacional, no era un manifestante. Fue intervenido quirúrgicamente en la sala de pediatría del Hospital Materno Infantil, donde aún permanece, la bala era explosiva, por lo que tiene esquirlas a nivel de la columna. Su familia ha reportado hostigamiento y temor a represalias por los agresores», agrega el informe del Cofadeh.

–Vámonos de aquí, que nos van a echar el clavo a nosotros. –Escuchó Rodolfo que dijeron los miembros de la Policía Nacional antes de irse. Después de eso, la Policía Militar tomó control total del territorio.

«Era una cacería humana. Capturaban y perseguían gente, para los miembros de la PM cualquier persona en la calle era enemigo y había que dispararles. Eso hicieron, dispararon a diestra y siniestra, sin presencia de la Policía Preventiva, no habían medios de comunicación porque después ellos cerraron las entradas de la colonia, ni hubo presencia de los Derechos Humanos, había un retén que no los dejaba pasar, nosotros buscamos dejar entrar a los medios pero nos siguieron y no nos dejaron», cuenta Rodolfo, y habla de los Derechos Humanos como si fueran seres de otro planeta que tienen el poder de proteger a la gente ante estos ataques.

Hoy se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos, algo que en Honduras sigue siendo una utopía o solo un certificado de Estados Unidos que sigue sin reflejarse en la práctica. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su informe de este año ya mencionaba que la violación a Derechos Humanos en Honduras es general: “Hay graves dificultades y desafíos en el acceso a necesidades básicas, oportunidades de empleo, recursos naturales como la tierra y medios de supervivencia. Mujeres, pueblos indígenas y afrodescendientes son más vulnerables a violaciones de derechos humanos como resultado de la desigualdad”.

«Hemos tenido la esperanza en los medios internacionales o en las salas de justicia internacionales, porque en este país a nadie le interesa los Derechos Humanos. No sirve de nada denunciar aquí porque todo queda impune si un militar es el que mata», agrega Rodolfo y se refiere luego al asesinato de Berta Cáceres, caso que sigue en la impunidad a pesar de que se ha comprobado la participación de las Fuerzas Armadas y la élite política y económica hondureña.

Lo que sucedió en El Pedregal también sucedió en varias zonas del país. Según Amnistía Internacional al menos 14 personas fallecieron, Cofadeh actualizó esa cifra hoy a 17, muchas de ellas por heridas de bala, decenas más fueron heridas en el contexto de manifestaciones que tuvieron lugar tras las elecciones del domingo 26 de noviembre.

«Las fuerzas de seguridad usaron gases lacrimógenos, persiguieron y arrestaron a manifestantes. En algunos casos, dispararon armas de fuego contra ellos. Los niveles de violencia son comparables a aquellos que siguieron al golpe de estado de 2009», apunta el informe.

Solo un oficial de policía ha sido llevado ante un juez por disparar un arma contra un manifestante, de acuerdo con información dada por la Policía Nacional a Amnistía Internacional.

Uno de los casos que documentan es el de Raúl Antonio Triminio, un albañil de 39 años asesinado en Tegucigalpa durante la noche del 3 de diciembre de 2017. Su familia le dijo que Raúl estaba manifestando pacíficamente fuera de su casa cuando efectivos de la policía militar llegaron, dispararon al alumbrado público y luego le dispararon directamente a la cara. Sus allegados no pudieron asistirlo inmediatamente, ya que estaban muy temerosos de salir y enfrentar potenciales ataques de la policía. Una de sus hermanas dijo: «Lo debieron llevar a prisión, no dispararle. Él no estaba haciendo nada malo… solo pedimos justicia».

En El Pedregal, de las personas que Rodolfo pudo ayudar, siete fueron heridas en las rodillas y piernas. «Lo que ellos querían era derribar a las personas. Les valió, la gente tratando de escapar, capturaron a ocho y éstas fueron torturadas. A un compañero le echaban gas pimienta en la cara. A las 12 de la noche se olvidaron de las bombas y le dispararon a la gente como si era guerra, la gente solo tenía los gritos y piedras y el ejército respondía con balas. Yo iba corriendo, la gente caía a la par mía, yo no podía ayudarles porque me mataban. A un señor le dispararon en su pierna, mientras miraba a la gente que caía en el campo de fútbol», cuenta Rodolfo como quien narra una pesadilla.

Este joven de 20 años ha vivido ya represiones porque pertenece al movimiento universitario. «Los jóvenes que salimos ahora a luchar fuimos niños cuando el golpe de Estado y ahora la gente está más despierta», agrega.

«Este gobierno es más fuerte que nosotros»

Este día en que se busca promover los valores establecidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, la Alianza de Oposición contra la Dictadura convocó a las calles a defender el voto después de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) anunciara resultados del conteo especial de 18 mil actas, la ventaja sigue del lado del candidato presidente Juan Orlando Hernández con 1,6%.

Doña Elda aprovechó la movilización de hoy para vender vuvuzelas a los manifestantes, pero ella también protesta contra los resultados del TSE. «Yo soy de Libre, cuando el golpe caminamos mucho y no logramos quitar a Micheletti. Ahora seguimos caminando pero no creo que podamos quitar a Juan Orlando, este gobierno es más fuerte que nosotros», dice, se nota cansada. La movilización fue más pequeña que el domingo anterior.

Se dirigieron a la Embajada de Estados Unidos tras las declaraciones de Heide Fulton, encargada de negocios de ese país quien no solo escribió un tweet, sino que compareció ante los medios de comunicación a la par del presidente del TSE, David Matamoros Batson, avalando el proceso de conteo especial y asegurando que Estados Unidos ya está listo para trabajar con quien gane. Hasta ahora los números del TSE dicen que ese es Juan Orlando Hernández.

A la mitad de la caminata apareció Salvador Nasralla acompañado de Iroshka Elvir y su embarazo de nueve meses. En ese momento la caminata se partió, una parte se fue con él frente a Casa Presidencial y la otra siguió el rumbo hacia la Embajada de Estados Unidos. Allí quien tomó el micrófono fue la comisionada de policía en condición de retiro, María Luisa Borjas.

«No queremos injerencias extranjeras, queremos sacar esta narco dictadura que nos quieren imponer», decía eufórica, mientras la gente gritaba «Fuera JOH».

Una niña la miraba con admiración mientras Borjas denunciaba que en Honduras no se respeta la voluntad popular. «No es posible que mantengamos en el poder a un individuo que ha violentado todas las leyes del país, le decimos a los personeros de la embajada americana, a los miembros del más alto nivel del Departamento de Estado, de Justicia, al Congreso estadounidense, que no vamos a permitir que se sigan inmiscuyendo en las decisiones de un pueblo valiente y guerrero. Ya decidimos, vamos a defender ese triunfo con nuestra vida».

Borjas además asegura que el papel de la policía de no reprimir al pueblo sigue siendo importante, pero que ya los amenazaron, que el oficial que gestó el paro de brazos caídos será depurado por la comisión depuradora de la policía. «La plataforma de DDHH está lista para defenderlo», expresó frente a la valla militar que cuidaba la Embajada.

Cerca de allí estaba un camión con Policías Cobra. La gente se acercaba a ellos para tomarse una selfie o simplemente charlar. El subcomisionado Ordóñez, encargado de la operación, estaba tranquilo. «La gente que anda aquí no anda intenciones de destruir nada, nosotros estamos aquí para cuidar que no dañen la propiedad», dijo a Contra Corriente.

Ordóñez asegura que la policía está del bando del pueblo, porque ellos son del pueblo, a pesar de haber cometido –por muchos años– represiones brutales contra protestas. «Sí se han cometido abusos pero también a nosotros nos han atacado, ahora no queremos confrontación. Si quieren mejores resultados de la policía debe haber estrategias para que el crimen no se infiltre», asegura el subcomisionado.

–¿Qué pasará si declaran a Juan Orlando ganador?

–Vamos a defender los votos en las calles. –Dice María Luisa Borjas.

–Con las armas. –Gritó un hombre.

La mecha está encendida, dice Rodolfo, quien salió de El Pedregal hoy para asistir a la manifestación.

«Estamos en una situación de una crisis tremenda, no va a ser como en 2013 cuando robaron las elecciones y no pasó nada, la mecha está encendida. La gente está esperando que digan que JOH es el ganador, en ese momento se va a desatar una crisis caótica en el país. La gente está en las calles defendiendo sus votos, se comprueba en la calle, en los cacerolazos. Entraríamos en un proceso de anarquía en el país, la juventud es la que está abanderando la lucha. Los jóvenes le dieron el voto a Salvador y lo están defendiendo. Habrán muertos, más que durante el golpe. El gobierno tiene mucho poder y tiene mucho repudio hacia la población», asegura.

«Nuestros sueños no caben en sus urnas», se ve escrito en un letrero que porta una chica –así como Rodolfo– de un poco más de veinte años. En las urnas se expresó el derecho al voto y se ha manipulado, el derecho a expresarse se ha violado a punta de balas. Honduras está en caída libre como lo menciona Amnistía Internacional.

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Texto: Jennifer Avila

Fotografías: Martín Cálix

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