Funcionarios del Gobierno de Honduras niegan información sobre cantidad de personas que invitaron a Dubái

La participación de una numerosa delegación hondureña en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el cambio climático, COP28, ha originado una serie de críticas en Honduras. No hay claridad de cuántas personas asistieron patrocinadas por el gobierno, y ninguno de los funcionarios contactados quiso aclararlo. En cambio, los ambientalistas señalan que el discurso del Gobierno en esta materia suena bonito, pero no se traslada a la práctica.

 

Texto: Allan Bu

Fotografía: Contracorriente



La 28.ª Conferencia  de las Naciones Unidas sobre el cambio climático en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) comenzó el 30 de noviembre y culminará el 12 de diciembre de 2023. Honduras es uno de los países representados en la ciudad más elitista del mundo para acordar un rumbo correcto y acelerar acciones en aras de afrontar la crisis climática, que ya provoca en el mundo temperaturas récord y otros fenómenos extremos. La participación del Gobierno de Honduras generó controversia por la cantidad de personas que conformó la delegación del país, y por la opacidad con la que los funcionarios se han referido al tema. 

 

El designado presidencial Salvador Nasralla, antiguo aliado de la presidenta Xiomara Castro, denunció a través de la red social X que 139 personas conformaban la delegación de Honduras en el evento, y publicó unos listados que, según afirmó, fueron obtenidos de la web oficial de la COP28.

Desde su cuenta de X, el ministro en el Despacho de la Presidencia, Rodolfo Pastor de María y Campos, negó lo manifestado por  el designado Nasralla, a quien acusó de haber traicionado «el mandato del pueblo» y que ahora se dedica a «desestabilizar y desinformar». Junto a este mensaje, Pastor adjuntó dos documentos oficiales en los que aparecen 12 funcionarios, incluidos la presidenta Castro, su hijo Héctor Zelaya, los diputados Carlos Zelaya y Óscar Ariel Montoya (presidente de la Comisión de Ambiente del Congreso Nacional), y el ministro Lucky Medina, entre otros funcionarios de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (Serna). La publicación fue eliminada posteriormente.

 

Los organizadores de la COP28 publicaron el 30 de noviembre un listado provisional en el que aparecen 52 delegados de Honduras. Sin embargo, un recuento del sitio especializado en clima CarbonBrief de las personas que asistieron al evento por país, Honduras asistió con 139 delegados, muchos más que los 6 de Nicaragua, los 28 de El Salvador o los 44 de Costa Rica. Según esa información, por Honduras inicialmente asistirían 53 delegados, pero luego se agregaron otras 86 personas, incluyendo periodistas y otros invitados por el Gobierno.

 

Este medio intentó contactar al ministro Pastor para hablar sobre el tema, pero desde su oficina nos respondieron que no estaría disponible hasta el jueves 7 de diciembre. Su asistente indicó que él no formaba parte de la comitiva, y que esta información podríamos obtenerla en la Cancillería de la República o en la Serna.  

 

Sin embargo, contactamos a Gerardo Torres, vicecanciller de Política Exterior, y no respondió a los mensajes. También se contactó al ministro de Comunicaciones y Prensa, Ivis Alvarado, quien sí respondió, pero se excusó de brindar cualquier información, argumentando «no ser la persona indicada». Nos remitió a la Cancillería y a la Serna. Por último, también enviamos mensajes de texto solicitando una entrevista al ministro de la Serna, Lucky Medina, pero no se obtuvo ninguna respuesta. 

 

Enviamos un  correo para contactar por esa vía al ministro Pastor para aclarar las contradicciones entre su publicación y la información proporcionada por otras fuentes. La periodista Saraí Espinal –quien formó parte de la comitiva de Honduras– entrevistó en Dubái al diputado Óscar Ariel Montoya para preguntarle cuántos andaban en la delegación, y durante la conversación, la comunicadora sostuvo que, solamente de medios de comunicación privados, viajaban 10 personas, y que también había miembros de la prensa oficial.

Ninguno de los funcionarios contactados brindó información oficial sobre la delegación que llevó Honduras a esta cumbre climática. 

 

El designado presidencial Salvador Nasralla le dijo a Contracorriente que en la delegación hondureña en ese evento había «un montón [de personas] que fueron a pasear y tuvieron que contratar esos nombres raros, que son los que aparecen en la lista. Contrataron gente porque no entienden [del tema] absolutamente nada». El político apuntó que en la ponencia presidencial en la cumbre se habló de «capitalismo» y que ese es el discurso de «una persona que no entiende». 

 

«Querían ir a darse ese taco porque no es lo mismo acompañar a ese lugar (Dubái) que acompañar a lugares cercanos. A ese lugar vas una vez en la vida y no volvés nunca más», mencionó Nasralla. El designado presidencial estimó que este viaje pudo haberle costado al Estado de Honduras unos 50 millones de lempiras (USD 2 millones), y que algunos miembros de la delegación pudieron hospedarse en hoteles de miles de dólares. «Yo de turista, hospedado en un hotel barato, puedo conseguir  la noche en 160 dólares, pero ahí [en el caso de] Xiomara y los diputados, los hoteles valen 3,000 dólares la noche. Ese lugar es el más caro del mundo, fue construido en un desierto», afirmó.

Foto panorámica de Dubái, ciudad construida en el desierto donde se llevó a cabo la COP28 con participación de Honduras. Foto cortesía Pixabay

En una búsqueda en sitios especializados en turismo, encontramos que la noche en un hotel de Dubái puede oscilar entre 80  dólares y 1,715, tarifa del Al Burj Arab, uno de los hoteles más exclusivos y excéntricos del planeta, que está ubicado sobre una isla artificial construida sobre las aguas del Golfo Pérsico. Un boleto de avión a Emiratos Árabes cuesta alrededor de 1,500 dólares en clase económica, y en clase ejecutiva entre 4,000 y 6,000 dólares.

 

Nasralla dijo haberse enterado de que miembros de la delegación hondureña se trasladaron a Abu Dhabi, capital de los Emiratos Árabes, lugar donde el domingo clausuró la temporada de la Fórmula 1, la carrera de automóviles más prestigiosa del mundo. 




Discurso bonito, pocas acciones

 

En la COP28, la intención de Naciones Unidas es conversar para encontrar un camino de balance entre el progreso y el uso de los recursos naturales, como se estableció en el Acuerdo de París, tratado climático histórico adoptado en 2015, en el cual quedó establecido un plan para reducir emisiones y proteger la vida. 

 

La ciencia indica que para mantener un clima soportable se debe disminuir la producción de carbón, petróleo y gas, y en cambio aumentar la capacidad de energía renovable para el año 2030. Para lograr esto se requiere de un aumento en los fondos orientados a la adaptación y resiliencia climática. De acuerdo con la descripción que la ONU hace de las cumbres climáticas, ahí se reúnen líderes de gobiernos, negocios, oenegés y sociedad civil para hablar de soluciones concretas a este problema.

 

Leonel George, ambientalista y uno de los defensores del río Guapinol en Honduras, consideró que hubo un exceso de personas en la delegación participante por Honduras. Aunque reconoció que ese es un espacio importante, señaló que hay personas  en el Gobierno o alrededor de los funcionarios públicos que «aprovechan para darse un paseo, y honestamente es un insulto para el pueblo hondureño», considerando que el país está en condiciones críticas financieras como para derrochar de esta manera. «Cuando se ven estos viajes desde la lógica del paseo, entonces hay mucha distracción, perdemos el horizonte o el enfoque real [sobre] para qué deben servir estos espacios», expresó el defensor. 

 

El ambientalista dice que el discurso ambiental del gobierno de la presidenta Xiomara Castro es «muy bonito, pero en la práctica los resultados no son coherentes. Igual que en el discurso de derechos humanos, que es muy bonito, pero nos está persiguiendo y hostigando la misma Policía Nacional. Es decir, que no se ha materializado el discurso», se quejó.

Instalaciones de Inversiones Los Pinares en la aldea Guapinol, Tocoa, Colón. Esa construcción se encuentra a solamente 100 metros del río que defiende la comunidad. Foto CC/ Fernando Destephen.

Como ejemplo, mencionó el conflicto entre Inversiones Los Pinares y las comunidades que defienden los ríos Guapinol y San Pedro, ubicados en Tocoa, Colón. Este proyecto ha sido impuesto, y a pesar de las denuncias de ilegalidad  y de los daños ambientales provocados al parque nacional Carlos Escaleras, aún no ha sido cancelado; al contrario, se mantiene en la impunidad, porque en teoría hay un acuerdo para suspenderlo, «pero eso no cabe, debe ser la cancelación», expuso George. 

 

Los ambientalistas creen que hay confabulación del ministro de la Serna, Lucky Medina, con los proyectos del empresario Lenir Pérez, según lo denunciado por George, quien explicó que  «el mismo Medina está promoviendo un proyecto altamente contaminante para el ambiente y salud. No hay coherencia, las promesas y el discurso se quedan vacíos porque la práctica no es real».

 

George, que también es regidor de la municipalidad de Tocoa, manifestó que mientras se hace turismo en estos eventos, las amenazas a los ambientalistas son fuertes. «En este momento estamos igual, no ha habido ningún cambio, sigue vigente todo y se le sigue dando largas. La empresa [Los Pinares] y funcionarios públicos buscan cómo lavar la imagen de la ilegalidad y la corrupción, como una nueva estrategia y reacomodamiento. Eso nos hace pensar que hay funcionarios en el Gobierno que han sido financiados por Lenir Pérez, eso hace que no cancelen estos proyectos» . 

 

En la COP27, el ministro Lucky Medina se refirió al mercado del carbono y su entrada en Honduras. Este mercado es un método que busca la coexistencia entre las actividades productivas y el costo social y ambiental que se genera al emitir gases de efecto invernadero. Estos mercados se pueden clasificar principalmente en dos categorías: los mercados voluntarios y los mercados regulados. 

 

Durante la COP28 en Dubái, el tema nuevamente salió a relucir, cuando la presidenta Xiomara Castro propuso convertir la deuda externa de los países de bosques tropicales en programas racionales de conservación y protección de los recursos naturales y adaptación al cambio climático. Honduras tiene una deuda impagable que ronda los 17,000 millones de dólares, que fue engrosada por la administración de Juan Orlando Hernández, pero continúa creciendo en manos del Gobierno del socialismo democrático.  


En julio del 2023, con el apoyo de todas las bancadas, el Congreso Nacional aprobó la Ley Especial de las Transacciones de Carbono Forestal para la Justicia Climática. Al entrar en el mercado del carbono, desde la perspectiva del Gobierno, el país podría percibir hasta 125 millones de dólares en 2025.

En su cuenta de X, el Instituto Nacional de Conservación Forestal (ICF) publicó algunos de los pronunciamientos de Honduras en la COP28. Ahí aparentemente se refuerza la protección de los bosques en La Moskitia, con la promesa de reducir a cero la deforestación y la ganadería en sus formas ilegales. En contraste con esta afirmación, el sitio Insight Crime  publicó una entrega donde refleja la destrucción de la flora y fauna por actividades criminales, en complicidad con la inoperancia gubernamental. En La Moskitia, el Gobierno pretende la recuperación de 100,000 hectáreas que están ilegalmente en manos de ganaderos.  

 

Salvador Nasralla sostiene que cuando asumió el poder el actual Gobierno, él colocó en la palestra el tema climático, y considera que se puede ganar dinero «con los bonos de carbono, porque Honduras tiene un montón de regiones que no están explotando. Ellos no entienden lo que son, pues las potencias contaminan, de las cuales la que más contamina es China, pues hay organizaciones que pagan bonos de carbono para mitigar los efectos del invernadero. Cuando vieron que había dinero, eso lo empezó a manejar Mel Zelaya», dijo. 

 

En Dubái, el gobierno habló de financiamiento para proteger La Moskitia y otros recursos naturales. A Leonel George le preocupa el dinero gastado en viajes como el realizado a Dubái, pero también las contradicciones del Gobierno entre lo que se dice y se hace: «Ante el abuso, el exceso y la incoherencia, en las comunidades hemos decidido mantenernos firmes frente a la oleada de ataques o riesgos que pueda representar la lucha en este momento».

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