Nueve mil vendedores informales entre el desorden, la pobreza y desempleo

En la toma de posesión en febrero del 2022 el alcalde de San Pedro Sula, Roberto Contreras, dijo que preferiría tener a 5000 emprendedores vendiendo sus productos de manera ordenada que 5000 delincuentes, sin embargo, con 9000 vendedores  informales ubicados el centro de la ciudad es inevitable el desorden, la mayoría lucha por llevar el sustento a su familia y no hay voluntad de la alcaldía para atender esta situación.

 

Texto y fotografía: Amílcar Izaguirre

 

Agobiada por la pobreza y el desempleo, Yadira salió a vender calcetines por las calles de San Pedro Sula para complementar el sustento del hogar con su esposo quien trabaja como guardia de seguridad y cuyo sueldo es insuficiente para sostener a tres hijos. «Hace 10 años empecé a vender calcetines en las calles, comedores  y hasta en las cantinas del centro cargando a mi hijo de un año en mis brazos porque no encontraba trabajo» contó Yadira.

 

San Pedro Sula, también es conocida como la capital industrial, ubicada al norte de Honduras, a la cual llegan personas del interior del país en busca de trabajo, pero al no encontrar muchos han encontrado la manera de sobrevivir a través del comercio informal, donde no pagan alquiler de local y tampoco energía, aun así, aseguran que las ventas apenas les permite vivir el día a día.

 

Según la dueña de un puesto de camisetas, hay meses duros en los que se vende poco y lo que vende en ese tiempo lo usan para comprar comida sin posibilidad de reinvertir, «para no perder el negocio lo que hacemos es invertir en mercadería en tiempo que se vende un poquito más y así vamos pasando» comentó. Yadira, por su parte, lleva 10 años vendiendo en el comercio informal, ha logrado sobrevivir con sus hijos, pero aún sigue viviendo en una pequeña casa ubicada en el bordo de la colonia Sandoval Sorto. Otras familias como la suya viven en los distintos bordos de contención ubicados a la orilla de los ríos que cruzan esta ciudad.

 

Según contó Yadira, con los ingresos de su pequeño negocio, logró mandar a sus hijos a la  escuela y pagar los gastos de la universidad a su hija mayor. «Acá una solo va pasando el día a día, tengo que seguir vendiendo porque a mi edad ya no se encuentra trabajo, mi hija pronto se va a graduar de la universidad, pero sin experiencia será difícil que también encuentre  trabajo porque las empresas solo contratan personas con experiencia», comentó.

 

Según el presidente del  Sindicato de Vendedores Libre de Mercados, Ferias Estacionarias de Honduras (SIVELEFEST), Fredy Pineda,  en San Pedro Sula, hay entre 8000 a 9000 vendedores estacionarios, aglutinados en seis organizaciones, «solo en la tercera avenida hay unos 8,000 vendedores y 200 en el parque central», comentó.

 

Poco a poco los vendedores han ido poblando el centro de esta ciudad y en esa conquista de espacio, convierten las calles y avenidas en un laberinto difícil de transitar, hay calles completamente ocupadas por puestos de venta que impiden el paso vehícular. Los hidrantes que deberían estar libres de obstáculos, están muy cerca de  carpas y champas de madera.  En el pasado ya se han registrado incendios donde varios puestos han quedado reducidos a cenizas por esta causa. 

 

A los transeúntes se les ve caminando por el centro de la calle porque las aceras están ocupadas por estos vendedores, en otras áreas se puede caminar por en medio de un  túnel que se forma entre casetas y los edificios. Los negocios formales ubicados dentro de esos edificios han perdido el espacio que antes les servía de estacionamiento, incluso su entrada principal está ocupada por vendedores. «Usted no se puede meter con ellos, al contrario se enojan cuando un cliente nuestro se estaciona para recoger un artículo» comentó un vendedor de electrodomésticos.

 

Hay tiendas formales que también colocan mercadería en las aceras para evitar que otros  les quiten el espacio que les corresponde, sin embargo, a partir del primero de agosto el alcalde Contreras ordenó a los dueños de estas tiendas dejar libres las aceras para que los transeúntes hagan uso de ellas. «Da risa ver cuando pasan los municipales midiendo el espacio que cada puesto de debe tener, en ese momento todos hacen para atrás, una vez las autoridades dan la vuelta, todos regresan al lugar donde estaban», comentó un vendedor.

 

Varios alcaldes prometieron reubicar a los vendedores informales pero no lo hicieron, Roberto Contreras, también lo hizo quizá sin medir la dimensión del problema. «Reubicaremos a los vendedores ambulantes porque yo prefiero tener 5,000 emprendedores vendiendo sus productos ordenadamente en la ciudad que 5,000 delincuentes», dijo Contreras, el 12 de febrero del 2022 durante la toma de posesión, además, aseguró identificarse con ellos porque cuando niño él también vendió periódicos por las calles de esta ciudad, «seré el alcalde de los chuña», dijo durante el discurso vestido con un delantal de cocinero y los pies descalzos.

 

A 18 meses de haber tomado posesión , Contreras, aún no cumple con la reubicación de los  vendedores del centro, al contrario cada vez llegan más. En agosto del 2022 la municipalidad presentó un proyecto valorado en 150 millones de lempiras que consistía en convertir 6 calles de la tercera avenida  en zona peatonal, según el diseño del proyecto, iría desde la primera calle hasta la cuarta avenida, donde se  construirían uno 90 kioscos para ubicar a cuatro vendedores en cada uno. 

 

En esa ocasión, Contreras aseguró que el proyecto de los kioscos sería una realidad y que estaba dentro del presupuesto del 2023, hasta la fecha no se ven indicios de que el proyecto esté en marcha y podría ser solo una promesa más sin cumplir. Ese proyecto tampoco solucionaría el problema dado que con los 90 kioscos solo alojarán a 360 vendedores, ni la mitad de los que ya existen solo en la tercera avenida. Los vendedores aceptan que los muevan del centro, pero que antes les den otra alternativa.

 

Hace una semanas la municipalidad cerró con láminas el perímetro del parque central para hacerle  algunos arreglos, los  vendedores que estaban instalados dentro del mismo tuvieron que salir y ubicarse en la segunda calle de la zona peatonal. «Pensamos que nos iban sacar con la policía pero no, cuando estaban colocando el cerco de láminas un ingeniero nos dijo de buena manera que saliéramos para que no quedáramos encerrados.» comentó a Contracorriente  la dueña de un puesto que quedó sobre la segunda calle frente al parque.

 

Con el cierre del parque, los vendedores que quedaron uno tras  otro formando tres o cuatro filas de puestos sobre la segunda calle, obstaculizando el paso de peatones.Yadira teme que la municipalidad decida sacarlos de la calle peatonal y enviarlos a la tercera avenida donde ella tiene su puesto «Van a querer quitarnos a nosotros para darles lugar a ellos que solo tiene un  año de haber llegado y no es justo porque nosotros tenemos años de vender en la tercera avenida», comentó.

 

«Cuando el alcalde quería el voto venía y nos daba la mano a todos, nos decía que iba a respetar a los vendedores porque él era un emprendedor como nosotros» comentó Yadira, luego de  que el  pasado 20 de julio  el alcalde Roberto Contreras, hiciera un video de la tercera avenida hablando del desorden generado por los vendedores informales. Esta  vez el alcalde no se acercó ni le dió la mano a ningún vendedor, pues desde su vehículo  grabó el video donde dijo que no le importaba si votaban por él o no en las próximas elecciones pero se debía poner orden en el centro.

 

En enero de este año la policía municipal desalojó a vendedores en algunos puntos de la ciudad, pero éstos reaccionaron con  protestas y quema de  llantas en la tercera avenida, incluso a pocos metros de la entrada principal de la municipalidad los vendedores quemaron llantas y otros materiales mientras Contreras y otros 40 empleados municipales permanecían en el edificio, Debido a eso el alcalde puso una denuncia en el Ministerio Público por privación injusta de libertad contra dos dirigentes de los vendedores luego de permanecer encerrados mientras el fuego ardía en la entrada del palacio Municipal.

En la toma de posesión en febrero del 2022 el alcalde de San Pedro Sula, Roberto Contreras, dijo que preferiría tener a 5000 emprendedores vendiendo sus productos de manera ordenada que 5000 delincuentes, sin embargo, con 9000 vendedores  informales ubicados el centro de la ciudad es inevitable el desorden, la mayoría lucha por llevar el sustento a su familia y no hay voluntad de la alcaldía para atender esta situación.

 

Texto y fotografía: Amílcar Izaguirre

 

Agobiada por la pobreza y el desempleo, Yadira salió a vender calcetines por las calles de San Pedro Sula para complementar el sustento del hogar con su esposo quien trabaja como guardia de seguridad y cuyo sueldo es insuficiente para sostener a tres hijos. «Hace 10 años empecé a vender calcetines en las calles, comedores  y hasta en las cantinas del centro cargando a mi hijo de un año en mis brazos porque no encontraba trabajo» contó Yadira.

 

San Pedro Sula, también es conocida como la capital industrial, ubicada al norte de Honduras, a la cual llegan personas del interior del país en busca de trabajo, pero al no encontrar muchos han encontrado la manera de sobrevivir a través del comercio informal, donde no pagan alquiler de local y tampoco energía, aun así, aseguran que las ventas apenas les permite vivir el día a día.

 

Según la dueña de un puesto de camisetas, hay meses duros en los que se vende poco y lo que vende en ese tiempo lo usan para comprar comida sin posibilidad de reinvertir, «para no perder el negocio lo que hacemos es invertir en mercadería en tiempo que se vende un poquito más y así vamos pasando» comentó. Yadira, por su parte, lleva 10 años vendiendo en el comercio informal, ha logrado sobrevivir con sus hijos, pero aún sigue viviendo en una pequeña casa ubicada en el bordo de la colonia Sandoval Sorto. Otras familias como la suya viven en los distintos bordos de contención ubicados a la orilla de los ríos que cruzan esta ciudad.

 

Según contó Yadira, con los ingresos de su pequeño negocio, logró mandar a sus hijos a la  escuela y pagar los gastos de la universidad a su hija mayor. «Acá una solo va pasando el día a día, tengo que seguir vendiendo porque a mi edad ya no se encuentra trabajo, mi hija pronto se va a graduar de la universidad, pero sin experiencia será difícil que también encuentre  trabajo porque las empresas solo contratan personas con experiencia», comentó.

 

Según el presidente del  Sindicato de Vendedores Libre de Mercados, Ferias Estacionarias de Honduras (SIVELEFEST), Fredy Pineda,  en San Pedro Sula, hay entre 8000 a 9000 vendedores estacionarios, aglutinados en seis organizaciones, «solo en la tercera avenida hay unos 8,000 vendedores y 200 en el parque central», comentó.

 

Poco a poco los vendedores han ido poblando el centro de esta ciudad y en esa conquista de espacio, convierten las calles y avenidas en un laberinto difícil de transitar, hay calles completamente ocupadas por puestos de venta que impiden el paso vehícular. Los hidrantes que deberían estar libres de obstáculos, están muy cerca de  carpas y champas de madera.  En el pasado ya se han registrado incendios donde varios puestos han quedado reducidos a cenizas por esta causa. 

 

A los transeúntes se les ve caminando por el centro de la calle porque las aceras están ocupadas por estos vendedores, en otras áreas se puede caminar por en medio de un  túnel que se forma entre casetas y los edificios. Los negocios formales ubicados dentro de esos edificios han perdido el espacio que antes les servía de estacionamiento, incluso su entrada principal está ocupada por vendedores. «Usted no se puede meter con ellos, al contrario se enojan cuando un cliente nuestro se estaciona para recoger un artículo» comentó un vendedor de electrodomésticos.

 

Hay tiendas formales que también colocan mercadería en las aceras para evitar que otros  les quiten el espacio que les corresponde, sin embargo, a partir del primero de agosto el alcalde Contreras ordenó a los dueños de estas tiendas dejar libres las aceras para que los transeúntes hagan uso de ellas. «Da risa ver cuando pasan los municipales midiendo el espacio que cada puesto de debe tener, en ese momento todos hacen para atrás, una vez las autoridades dan la vuelta, todos regresan al lugar donde estaban», comentó un vendedor.

 

Varios alcaldes prometieron reubicar a los vendedores informales pero no lo hicieron, Roberto Contreras, también lo hizo quizá sin medir la dimensión del problema. «Reubicaremos a los vendedores ambulantes porque yo prefiero tener 5,000 emprendedores vendiendo sus productos ordenadamente en la ciudad que 5,000 delincuentes», dijo Contreras, el 12 de febrero del 2022 durante la toma de posesión, además, aseguró identificarse con ellos porque cuando niño él también vendió periódicos por las calles de esta ciudad, «seré el alcalde de los chuña», dijo durante el discurso vestido con un delantal de cocinero y los pies descalzos.

 

A 18 meses de haber tomado posesión , Contreras, aún no cumple con la reubicación de los  vendedores del centro, al contrario cada vez llegan más. En agosto del 2022 la municipalidad presentó un proyecto valorado en 150 millones de lempiras que consistía en convertir 6 calles de la tercera avenida  en zona peatonal, según el diseño del proyecto, iría desde la primera calle hasta la cuarta avenida, donde se  construirían uno 90 kioscos para ubicar a cuatro vendedores en cada uno. 

 

En esa ocasión, Contreras aseguró que el proyecto de los kioscos sería una realidad y que estaba dentro del presupuesto del 2023, hasta la fecha no se ven indicios de que el proyecto esté en marcha y podría ser solo una promesa más sin cumplir. Ese proyecto tampoco solucionaría el problema dado que con los 90 kioscos solo alojarán a 360 vendedores, ni la mitad de los que ya existen solo en la tercera avenida. Los vendedores aceptan que los muevan del centro, pero que antes les den otra alternativa.

 

Hace una semanas la municipalidad cerró con láminas el perímetro del parque central para hacerle  algunos arreglos, los  vendedores que estaban instalados dentro del mismo tuvieron que salir y ubicarse en la segunda calle de la zona peatonal. «Pensamos que nos iban sacar con la policía pero no, cuando estaban colocando el cerco de láminas un ingeniero nos dijo de buena manera que saliéramos para que no quedáramos encerrados.» comentó a Contracorriente  la dueña de un puesto que quedó sobre la segunda calle frente al parque.

 

Con el cierre del parque, los vendedores que quedaron uno tras  otro formando tres o cuatro filas de puestos sobre la segunda calle, obstaculizando el paso de peatones.Yadira teme que la municipalidad decida sacarlos de la calle peatonal y enviarlos a la tercera avenida donde ella tiene su puesto «Van a querer quitarnos a nosotros para darles lugar a ellos que solo tiene un  año de haber llegado y no es justo porque nosotros tenemos años de vender en la tercera avenida», comentó.

 

«Cuando el alcalde quería el voto venía y nos daba la mano a todos, nos decía que iba a respetar a los vendedores porque él era un emprendedor como nosotros» comentó Yadira, luego de  que el  pasado 20 de julio  el alcalde Roberto Contreras, hiciera un video de la tercera avenida hablando del desorden generado por los vendedores informales. Esta  vez el alcalde no se acercó ni le dió la mano a ningún vendedor, pues desde su vehículo  grabó el video donde dijo que no le importaba si votaban por él o no en las próximas elecciones pero se debía poner orden en el centro.

 

En enero de este año la policía municipal desalojó a vendedores en algunos puntos de la ciudad, pero éstos reaccionaron con  protestas y quema de  llantas en la tercera avenida, incluso a pocos metros de la entrada principal de la municipalidad los vendedores quemaron llantas y otros materiales mientras Contreras y otros 40 empleados municipales permanecían en el edificio, Debido a eso el alcalde puso una denuncia en el Ministerio Público por privación injusta de libertad contra dos dirigentes de los vendedores luego de permanecer encerrados mientras el fuego ardía en la entrada del palacio Municipal.

Un vendedor lanza una llanta para avivar el fuego a poco metros de la entrada principal de la municipalidad de San Pedro Sula, durante una protesta contra los desalojos de parte de los policías municipales contra los vendedores informales.Foto CC/Amilcar Izaguirre

«Nosotros acá trabajamos con dinero prestado y si no pagamos, los prestamistas nos comienzan a reclamar y hasta se quieren adueñar de nuestros puestos. Nosotros no somos delincuentes somos luchadores, que nos ganamos el sustento de nuestras familias», comentó Fredy.

 

Yadira asiste puntualmente a las reuniones convocadas por la asociación que la protege, no piensa abandonar el puesto de donde provee el sustento de su familia. Los desalojos solo han traído confrontación y es algo que los vendedores no piensan permitir.

Sobre
Nació en 1985 en el municipio de Trojes, El Paraíso. Es licenciado en Periodismo egresado de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula. Ha trabajado 15 Años como reportero gráfico en distintos temas y medios escritos en Honduras.
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