Desde el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) se estima que el Gobierno está sobreestimando la proyección de tributos que recaudará en el 2023. La ministra de Finanzas, Rixi Moncada, respondió que Honduras acudirá a contratar más deuda para financiar el presupuesto.
Texto: Allan Bu
Fotografía: Fernando Destephen
El 24 de febrero de 2022, la recién nombrada ministra de Finanzas, Rixi Moncada, compareció en Casa Presidencial haciendo un anuncio para los hondureños: el país recibido de la administración anterior estaba en bancarrota y en las arcas del Estado apenas había 800 millones de lempiras.
La abogada Moncada, tras dejar su posición en el Consejo Nacional Electoral (CNE) para asumir la titularidad de la Secretaría de Finanzas (Sefin), agregó que el presupuesto aprobado en diciembre por la administración de Juan Orlando Hernández tenía en sus orígenes «cifras manipuladas y preceptos de corrupción» y que, además, fue aprobado con «la institucionalidad desplomada y hundida».
«El presupuesto es falso y una fuente de corrupción», dijo Moncada con mirada firme e indignada. Unas semanas después, ese presupuesto «falso» que alcanzaba los 308,000 millones de lempiras, fue reestructurado y, en lugar de reducirse, aumentó en 50,000 millones de lempiras, una medida que contrastó con la declaración de quiebra.
Durante los meses de octubre y noviembre del 2022, el Congreso Nacional(CN) a través de la Comisión de Presupuesto, se ha reunido con los ministros para desglosar en qué se invertirán los fondos asignados a sus carteras. La discusión y aprobación del Presupuesto General de la República para el año 2023 debe hacerse en la primera quincena de diciembre.
Luis Redondo, presidente del CN, manifestó a través de un tuit que están preparados para aprobar en diciembre «el primer presupuesto con perspectiva de género en el Congreso del Pueblo, un presupuesto que sin duda será apoyado por todas las mujeres de este poder del Estado». Por su parte la congresista por Cortés, Scherly Arriaga, escribió que el 24 de mayo se había lanzado la Unidad Técnica de Género, «que será la encargada de aplicar perspectiva de género en todas las iniciativas de ley presentadas en el Congreso». La perspectiva de género hace alusión a una herramienta conceptual que busca demostrar que las diferencias entre mujeres y hombres se dan no solamente por una condición biológica sino que también es una construcción social de roles asignados al nacer los humanos.
Pues en este proceso hay muchas perspectivas por analizar y cuestionar. Una de estas situaciones está relacionada con el contexto internacional. A pesar de que a las puertas hay una recesión económica mundial, eso no impidió que en el proyecto de presupuesto del próximo año se contemple un incremento de 32,000 millones de lempiras.
El último presupuesto aprobado por el Gobierno pasado fue de 308,000 millones de lempiras (12,469 millones de dólares). La administración Castro pretende que en el 2023 Honduras tenga un flujo presupuestario de 392,000 millones de lempiras(15,879 millones de dólares).
En una conferencia de más o menos una hora, los economistas del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Santiago Herrera, Obed García y Alejandro Kafati, expusieron sus dudas respecto a cómo una economía como la nuestra, en un contexto de recesión económica, puede producir los suficientes recursos para financiar un presupuesto tan elevado.
«La economía mundial entra casi en un proceso de recesión. Estados Unidos, que es nuestro principal socio comercial, crecerá apenas un 1 % el próximo año, la economía hondureña es pequeña, abierta y vulnerable a lo externo y no podemos presumir que vamos a crecer más que nuestros principales socios comerciales. No podemos prever eso», afirmó Santiago Herrera, gerente de Política Económica del Cohep.
“La economía hondureña es pequeña, abierta y vulnerable a lo externo y no podemos presumir que vamos a crecer más que nuestros principales socios comerciales”, Santiago Herrera, economista del Cohep.
En el Presupuesto General de la República para el próximo año, Educación se mantiene como la cartera con mayor presupuesto, recibirá 38, 109 millones de lempiras, con un aumento de 4,556 millones de lempiras. De los fondos asignados, 29,743 millones de lempiras se destinarán al pago de salarios.
En el presupuesto detallado de la Secretaría de Educación que publicó la web de la Sefin no aparece orientado a la reparación y mejoramientos de centros escolares, que según información oficial son más de 14,000 los que se encuentran en mal estado. Hay una partida llamada construcciones con más de 37 millones de lempiras en las que no se menciona que esté destinada a edificios escolares. En el ítem de transferencias y donaciones hay contemplados 6,700 millones de lempiras, tampoco se especifica si algunos de estos fondos se destinarán a reconstruir escuelas.
La segunda secretaría con más presupuesto es Salud con 26,638 millones de lempiras, lo que significa que tendrá disponible 4,387 millones de lempiras más en relación con el actual presupuesto. El ministerio de Salud, dirigido por el doctor José Manuel Matheu, ha sido uno de los más conflictivos en este primer año de Gobierno. Pacientes han denunciado desabastecimiento de medicinas en los hospitales y los empleados de diferentes centros asistenciales denuncian atrasos en sus pagos hasta por cinco meses. Una de las promesas del ministro Matheu es construir cinco hospitales más al finalizar el Gobierno. Actualmente Honduras cuenta con 29 hospitales, el último que se construyó fue en San Lorenzo, Valle, en 1993.
La Secretaría de Seguridad ha recibido un presupuesto de 9,202 millones de lempiras, presentando un incremento de fondos de 2,348 millones de lempiras con respecto al 2022. La seguridad es un tema crucial. Este año, la amenazas extorsivas en las principales ciudades del país han crecido pese a que agentes de la Policía Nacional confirman que la Mara MS-13 ha dejado de cobrar extorsión a la mayoría de negocios en sus territorios controlados.
El presupuesto planteado para la Secretaría de Defensa es mayor al previsto para Seguridad. En los tiempos de campaña, cuando el Partido Libertad y Refundación buscaba el poder, en Honduras se hablaba de desmilitarización ante los abusos de los militares durante las manifestaciones. Y ahora, aunque no se ven tantos militares confrontando a la gente como años anteriores, el presupuesto sigue siendo robusto. En el 2023 será un poco más de 10,662 millones de lempiras, el incremento para esta secretaría es de 1,326 millones de lempiras.
El diputado Hugo Noé Pino, integrante de la Comisión de Presupuesto, fue interpelado por la prensa en el Congreso Nacional sobre este aumento para Defensa y respondió escuetamente que se comprarán «dos helicópteros más para las Fuerzas Armadas», que según el parlamentario servirán para apoyo al ambiente y ayuda en caso de desastres naturales. El ministro de Defensa, José Manuel Zelaya, manifestó que el plan es comprar seis helicópteros, pero para el próximo año solo están contemplados dos. Es contradictorio, si se habla de prioridades, porque hay otras áreas como Educación que, según cifras oficiales, cuenta con más de 14,000 escuelas con la infraestructura dañada.
El economista Rafael Delgado manifestó que le parece una contradicción «que en este momento se estén asignando altas sumas de dinero a cuestiones que no representan una prioridad para los sectores más vulnerables, con los que supuestamente el Gobierno se ha comprometido».
El presidente de la Comisión de Presupuesto del CN es Carlos Zelaya, quien declaró en entrevista para Radio América que los helicópteros son necesarios para cumplir el nuevo rol de las Fuerzas Armadas. «La Fuerza Aérea Hondureña está bastante debilitada y ahora con las nuevas funciones que tienen las Fuerzas Armadas es necesario fortalecerla; comprando estos helicópteros se va a potenciar porque no solo sirven para la guerra, también para atender desastres u otras necesidades», dijo.
Zelaya mencionó con cierto agrado el aumento que recibió el ministerio de Defensa en su presupuesto: «Bajo las instrucciones de nuestra presidenta, estamos seguros que se hizo una presentación transparente y honesta, donde no se escondió ninguna información. Me gustó que hayan apoyado al ministro (de Defensa) en las diferentes ramas que tienen las Fuerzas Armadas», destacó.
Ese ministro de Defensa al que se refiere el diputado Carlos Zelaya es su hijo, José Manuel Zelaya Rosales.
Sobrestimación de ingresos
El economista y catedrático universitario, Julio Raudales, coincide que para la economía mundial se avecina una recesión. Hace unas semanas le dijo a Contracorriente que Honduras, al ser una economía pequeña y abierta, depende mucho de los «vaivenes internacionales», especialmente de la actividad económica en Estados Unidos, nuestro principal socio comercial. «Si la economía en el mundo está bien, aquí estamos bien, si va mal, nosotros estamos mal», concluyó Raudales.
Las proyecciones de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) indican que la economía mundial está cercana una recesión, mientras que la Comisión Económica para América Latina (Cepal) considera que ya hay una recesión y que en el 2023 puede empeorar.
El Cohep estima que el contexto económico mundial ha sido afectado por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, por el aumentó de los precios de combustible y por el alto costo de los fletes marítimos; eso, señala el Cohep, no permitirá a la economía hondureña generar en impuestos los 144,000 millones de lempiras que según el Gobierno se recaudarán en el 2023.
Rafael Delgado, economista y director adjunto de la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec), manifestó que el presupuesto es un instrumento que se viene trabajando desde meses atrás, pero estima que los socios comerciales de Honduras o tienen un crecimiento cero o incluso negativo y «eso obliga a hacer una revisión de la proyección que se hizo a mitad de año sobre los ingresos tributarios, porque si no estaríamos construyendo un presupuesto sobre bases muy endebles. La duda está justificada», afirmó.
La ministra de Sefin, Rixi Moncada, en aquel discurso que brindó en febrero del 2022 cuando dijo que Honduras era un Estado en quiebra, ya adelantaba que Honduras tendría que endeudarse con unos 2,500 millones de dólares para poder salir adelante. Y el pasado 16 de noviembre reiteró ante medios de comunicación que el «Presupuesto General de la República para el ejercicio fiscal de 2023 será financiado con deuda». Al comienzo de este mandato, según cifras oficiales, los compromisos de Honduras alcanzaban los 15,500 millones de dólares.
En agosto del 2022, el Congreso Nacional aprobó un préstamo con el Banco Central de Honduras por 1,000 millones de dólares, con un interés del 1.9 y con un plazo de 30 años para pagar. Desde la administración también se ha manifestado que contratarán deuda en condiciones blandas con entes como el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y no utilizarán los bonos soberanos que tienen los altos intereses del mercado.
De hecho, el pasado 24 de noviembre, el Congreso Nacional informó a través de Twitter que se aprobaron 23 contratos de la ENEE orientados a servicios de consultoría individual y técnica, suministro de bienes, auditorías y construcción de proyectos, todo esto con fondos provenientes de diferentes préstamos entre el Estado de Honduras y el BID. «Finalizando esta extensa jornada, aprobando iniciativas al servicio de la población», manifestó el diputado Carlos Zelaya en redes sociales.
El Gobierno encabezado por Xiomara Castro no ha mostrado señales de austeridad, al menos en la práctica. Aunque la ministra Moncada dijo que nadie debía ganar más que la presidenta, se sigue aumentando la burocracia estatal atendiendo el clientelismo político y se continuará endeudando al país.
Por ejemplo, en Casa Presidencial hay tres asesores presidenciales que ganan más de 80,000 lempiras mensuales. Además, hay otros cargos como enlace municipal de Casa Presidencial, Comisionado contra las ZEDE y Comisionado de Reforestación y Medio Ambientes, creados en este Gobierno. Hay funcionarios con altos salarios como el gerente de Banco Hondureño de la Producción y Vivienda (Banhprovi), Edwin Araque, cuyo salario asciende a 341,768.67 lempiras, siendo el funcionario mejor pagado, mientras que los comisionados de la Comisión de Bancos y Seguros devengan arriba de 230,000 lempiras.
El último presupuesto aprobado bajo el mandato de Juan Orlando Hernández fue de 308 mil millones HNL, mientras la administración Castro pretende que en el 2023 sea de 392 mil millones HNL.
El 16 de noviembre, Moncada declaró que están enfrentando la crisis fiscal y financiera de manera responsable y equilibrada, y añadió que están respondiendo poco a poco a la gente y a las empresas que están haciendo reclamos. La ministra adelantó que buscarán financiamiento en las mejores condiciones.
Según el Servicio de Administración de Rentas (SAR), Honduras deja de percibir por exoneraciones 42,000 millones de lempiras, que sería la tasa más alta de exoneraciones en América Latina.
«Nosotros lo estamos haciendo con la banca multilateral que tiene unas altas condiciones de concesionalidad y la población se dará cuenta si es o no correcto que nosotros continuemos adelante con esta estructuración», dijo Moncada, y agregó que hay «proyectos (en el Congreso) todavía pendientes de debate como el tema de las exoneraciones y exenciones fiscales, porque lo que por un lado tenemos que salir a prestar, por otro lo estamos otorgando a través de exoneraciones», dijo Moncada.
Ese fue un mensaje claro de la ministra Moncada a las empresas que reciben alguna exoneración del Gobierno. A juicio de economistas entrevistados por Contracorriente, en el país hay incertidumbre con respecto al devenir de la economía por algunas decisiones que podrían ahuyentar la inversión. El país ya está en una tendencia de perder empleos: en el norte del país ya han cerrado cuatro maquilas y se han perdido alrededor de 15,000 empleos de acuerdo con la Red de Sindicatos de la Maquila.
Santiago Herrera del Cohep, manifestó que la situación económica de Honduras y la inminente recesión mundial que se avecina podrían impedir que el Gobierno hondureño salga a colocar bonos de deuda externa porque el costo de la deuda, según él, «es muy alto y el país no tiene posibilidades de pagar deuda en las actuales condiciones», consideró. El economista condenó que en el caso de la deuda adquirida con el Banco Central de Honduras (BCH) fue para pagar otra deuda: «Es como si usted saca un préstamo para pagar su tarjeta de crédito».
Para Rafael Delgado, el Gobierno debe replantearse la idea de contratar más deuda y no continuar con el mismo curso de endeudamiento de las administraciones pasadas, porque ya la partida más alta del presupuesto está destinada al servicio de la deuda (unos 50,000 millones de lempiras): «No podemos seguir endeudandonos más. Hay un riesgo muy importante que considerar».
Delgado también recordó que en el comienzo de este Gobierno se habló de una serie de medidas que iban a contribuir a reducir el gasto fiscal, una de ellas fue la eliminación una serie de oficinas e instancias creadas en el mandato de Juan Orlando, no obstante, con el cierre de algunos entes empezaron a nacer otros: «Creo que el Gobierno no ha tenido la capacidad ni el interés real de meterle el diente a esos problemas, porque hay otros problemas adicionales que podrían surgir y, en efecto, cada vez que se amenaza a la burocracia con despidos hay paros, los mismos activistas se levantan», señaló.
El economista Claudio Salgado expresó que la crisis fiscal heredada, minimizada por algunos, no deja otra opción al Gobierno que endeudarse para financiar el presupuesto. Agregó que a pesar de toda la propaganda realizada en los gobiernos de Juan Orlando Hernández, jactándose de una política fiscal sana, lo cierto es que se heredaron varias «bombas fiscales», siendo una de ellas la deuda que tiene la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) —de 75,000 millones de lempiras—. Los compromisos de la estatal eléctrica forman parte de la deuda de Honduras. Desde el 2009, Honduras pasó de 3,500 millones de dólares a casi 16,000 millones de dólares de deuda el año pasado. «¿Qué hizo todo ese endeudamiento?», preguntó.
Salgado destacó que ha observado en el Gobierno la intención de conseguir deuda a bajos intereses y a largo plazo: «Este Gobierno está empecinado en que las condiciones financieras sean muy suaves, el plazo será a 30 años y se ha dicho que este va a dedicarse a la inversión pública, porque si se va a buscar endeudamiento para cubrir gasto corriente eso no sirve», dijo.
Salgado mencionó que en la Constitución de la República el Presupuesto General tiene varias «ataduras», entre los que enumera lo presupuestado para la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), a la que se le entrega el 6 %; a la Corte Suprema de Justicia (CSJ), el 3 %; al Ministerio Público el 3 % y a las municipalidades el 11 % en transferencias. Además de eso, agregó que el presupuesto es afectado por el servicio de la deuda, que alcanza casi 50,000 millones de lempiras, y, finalmente, mencionó, lo que se paga en sueldos y salarios, indicando que en ese sentido el Gobierno actual tiene una partida por 66,000 millones.
«Hay que hacerle frente a todo esto, es muy fuerte lo viene para el otro año. Se tiene que endeudar si no se tendría que paralizar el Gobierno y dedicarse a cubrir la deuda y pagar salarios, no habría inversión pública ni política social», dijo Salgado.
Contracorriente buscó la posición de Hugo Noé Pino, diputado y miembro de la Comisión de Presupuesto, pero este no respondió los mensajes. Tampoco lo hizo el ministro de Presidencia, Rodolfo Pastor, su asistente contestó que preguntaría al funcionario sobre su disponibilidad para brindar una entrevista, pero hasta el momento de publicar esta nota no hubo respuesta alguna.
Contexto desfavorable
El proyecto de Presupuesto General de Ingresos y Egresos llevado al Congreso Nacional de 392,000 millones de lempiras incluye las transferencias a las municipalidades y asignación a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), entre otras, la mayor parte es ejecutada por la administración central, que recibe 234,000 millones de lempiras (9,473 millones de dólares).
En los últimos 10 años, el Presupuesto General de la República creció en un 200 %, según el Cohep. Pasó de 131,000 millones en el 2013 a 392,000 millones en el 2023. Creció desmesuradamente bajó la administración de Juan Orlando Hernández y lo continúa haciendo bajo el mandato de Xiomara Castro. A criterio del Cohep, este aumento presupuestario no ha significado más desarrollo y oportunidades.
El 2022 cerrará con un 75 % de los hondureños en la línea de pobreza. A principios del 2020, cuando se dio el último dato oficial sobre el desempleo, este rondaba el 10 %. El país sigue siendo inseguro y violento pese a que se invierten miles de millones en seguridad. Y en infraestructura, cientos de kilómetros de carreteras permanecen abandonadas.
Datos oficiales, recabados por el Cohep en el 2022, reflejan que el gasto corriente de la administración central sumó 195,000 millones de lempiras, mientras que el gasto capital (o inversión) es de 38,000 millones de lempiras.
El 84 % del presupuesto es para el gasto corriente, que está compuesto por los gastos de personal, gastos en bienes y servicios, gastos financieros y transferencias corrientes. 66,000 millones de lempiras corresponden a pagos de salarios a los empleados; 49, 700 millones corresponden al servicio de la deuda y 34,400 millones están clasificados en transferencias y donaciones.
Para el ejercicio fiscal 2023, las perspectivas cambiarán muy poco. Y ese es uno de los señalamientos del Cohep, donde menciona la «calidad» del gasto. «Quiero aclarar que nuestra crítica no es al presupuesto, sino a la forma de ejecutarse, porque la calidad del gasto es más importante que la cantidad; al final el presupuesto debe ser un instrumento de desarrollo y prosperidad. No visualizamos que en grandes líneas el presupuesto vaya dirigido a eso», mencionó Alejandro Kafati.
En la comparecencia del Cohep se desglosaron los principales riesgos que hacen del contexto económico internacional un elemento adverso para las optimistas proyecciones de ingresos que a su juicio se presentan en el presupuesto del 2023.
Las consideraciones son políticas antiinflacionarias en Estados Unidos y Europa, las perturbaciones de los precios de energía y alimentos, tensiones geopolíticas (conflicto Rusia-Ucrania), la sostenida apreciación del dólar e incremento en los costos de producción y el comercio.
El Gobierno espera recaudar 144,000 millones de lempiras en impuestos, 25,000 millones más que la meta tributaria del 2022. Una de las dudas en el gremio empresarial es cómo se alcanzarán estas metas de recaudación sin ampliar base tributaria o aprobar más impuestos.
El economista Claudio Salgado comparó la apuesta del presupuesto con el fútbol. Sostuvo que hay dos visiones: una más reservada y prudente, y otra visión un poco más agresiva de los técnicos de la Sefin.
«Aquí veremos quién acierta con el pronóstico. Esto es igual que con el Mundial, que muchos apuestan por Brasil y otros por Argentina. En Finanzas más bien dicen que están subestimando los ingresos para el próximo año, porque este año se va a superar la meta que tienen, es otro de los fundamentos que tienen», afirmó Salgado.
Desde el Cohep se concluye que «no hay contexto económico que nos pueda llevar a ingresos tributarios de 144,000 millones de lempiras, nuestro comentario es que esta proyección está sobreestimada en cuanto a la economía nacional e internacional», dijo Alejandro Kafati en la conferencia.
Kafati advirtió al Banco Central de Honduras y al Gobierno lo peligroso que es mantener el financiamiento de la administración a través de las reservas internacionales netas «en un contexto económico internacional desfavorable como el que estamos viviendo».
En esa conferencia, el Cohep también señaló que en el proyecto de presupuesto no se observa un pilar fuerte para promover el desarrollo y crecimiento económico que se necesita para la generación de empleo. También se pidió más transparencia fiscal y abrir espacios a la sociedad civil y sector privado.
«Aquí es importante que el Gobierno comience a tomar medidas de discurso y de política que den confianza a los inversionistas y esto reduzca esta percepción de riesgo, esto arriba del promedio de Latinoamérica», mencionó Santiago Herrera.
El economista Rafael Delgado manifestó que los señalamientos del Cohep son justificados y que hace falta dinero asignado para salud, educación, desarrollo agrícola, infraestructura y ni hablar en renglones como ciencia y tecnología. «Hay tantas cosas que quedan descubiertas y no solo por la ineficacia, sino también porque simple y sencillamente es agobiante la cantidad de problemas y que no se puede hacer en un año», dijo.
Pero el mensaje de Delgado no quedó ahí, pidió también al gremio empresarial —representado en el Cohep— hacerse un autoanálisis, ya que es un gremio poderoso que históricamente ha tenido mucha influencia sobre los gobernantes y partidos políticos en el país, pero en muchos momentos «no se ha entendido su posición. Toda la crisis social de los últimos cuatro años en el Gobierno de Juan Orlando Hernández, el Cohep mantuvo unas posiciones difíciles de entender», señaló Delgado.
Delgado mencionó que en el presupuesto se contemplan una gran cantidad de exoneraciones y exenciones fiscales a empresarios, y dijo que en el país la evasión fiscal ha llegado a niveles alarmantes: «¿Y donde estaba la cúpula para denunciar esto que afecta al empresario honrado que quiere trabajar por el país? Necesitamos que revisen su posición, y se contesten, porque por mucho tiempo se han callado sobre situaciones muy precisas que (como país) hemos querido combatir».