La Ultra Fiel (la barra deportiva más antigua del país, fundada en 1990) extendió una manta con la leyenda: «La + fiel, haciéndole barra a las mujeres». Esto sucedió en el marco de los 16 días de activismo mundial al que la barra se sumó para denunciar la violencia contra las mujeres. Nati, una barrista de 22 años, y que pertenece a la Ultra Fiel desde hace cuatro años, está convencida que estos proyectos hacen que la Ultra Fiel avance hacia la igualdad de género.
El país de la Ultra Fiel y Nati es uno sumido totalmente en la violencia hacia las mujeres: octubre de 2021 fue el mes que registró el mayor número de femicidios en Honduras, un total de 43 femicidios, según el Observatorio de Violencias Contra las Mujeres del Centro de Derechos de Mujeres (CDM) en su monitoreo de medios.
La Ultra Fiel ha echado a andar un proyecto de prevención de violencia hacia las mujeres, esto con apoyo de la oenegé Alianza para la Paz. El proyecto busca que desde los barrios las mujeres identifiquen los distintos tipos de violencia que existen y que se han normalizado en sus vidas, esto lo explica Melvin Servellón, líder nacional de la Ultra Fiel. La idea de la manta surgió en los grupos focales de trabajo en prevención de violencia.
Daniela, quien es integrante de la Ultra Fiel desde hace tres años y tiene 21 años, es una joven consciente de lo que significa ser mujer en Honduras. «Desde que se sale de casa una sale mentalizada que va a sufrir acoso, es bien difícil porque aunque se ande cubierta siempre te van a decir cosas», explica.
En 2021 (hasta el 31 de octubre), el sistema nacional de emergencia del 911 registró 38,988 denuncias de violencia doméstica y 51,053 denuncias de violencia intrafamiliar. Pero el impacto que las mujeres de la Ultra Fiel esperan —con acciones como la manta y los talleres de formación que impulsan en los barrios— viene cargado de la expectativa de un cambio real en una sociedad que violenta los derechos de las mujeres: «Esto tendría un impacto supergrande no solo en la barra si no en cada una de nuestras casas, más que todo saber el lugar que tenemos en la sociedad, que somos importantes», explica Mati.
En La Ceiba, durante el segundo partido de la semifinal recién jugada entre el Olimpia y el CDS Vida, una llave que terminó por ganar el Olimpia, Daniela cuenta que pudo ver esa necesidad de un cambio para las mujeres: «Cuando extendimos la manta en La Ceiba las muchachas del Vida estaban asombradas de la manta, decían: “Sí va a haber un cambio, sí va a haber un cambio” y gritaban “Xiomara presidenta”. Quitando las diferencia entre barras, estamos tratando de crear ese cambio en las mujeres porque no podemos seguir siendo oprimidas y seguir sabiendo que toda la violencia que ocurre entre nosotras y hacia nosotras, todos los casos de violencia y las muertes sigan quedando impunes, de cualquier manera nosotras tenemos que proclamar nuestros derechos».
Daniela reconoce que puede resultar mucho más peligroso para una mujer responder al acoso, que precisamente ese miedo es el que provoca el silencio de las mujeres ante el acoso cotidiano de la calle. A Daniela le gusta su ciudad, le gusta caminar por sus calles, y aunque ahora no son seguras para las mujeres, las jóvenes de la Ultra Fiel sueñan con ese día en que ser mujer y barrista no sea sinónimo de sentirse segregada en Honduras.