En casi 5 meses de pandemia, Honduras ha contabilizado 48,400 personas contagiadas de COVID-19 después de procesar un estimado de 118,000 pruebas PCR. Solamente el 0.12% de la población hondureña ha sido sometida a la prueba de hisopado nasofaríngeo utilizada para detectar el virus. Algunos laboratorios privados se han encargado de realizar y procesar muestras para las personas que pueden pagar un elevado precio. Mientras tanto, la falta de capacidades técnicas en el sistema sanitario público y la corrupción han generado una pérdida de $1.9 millones en pruebas que se arruinaron en el transporte y almacenamiento, mientras se esperaban máquinas adquiridas por $585,360.00 para el procesamiento de las mismas.
A través de un comunicado emitido el 9 de agosto, la junta interventora de Inversión Estratégica de Honduras (Invest-h) informó que 100,000 pruebas de reacción en cadena de la polimerasa, PCR por sus siglas en inglés, que se encontraban almacenadas en bodegas, estaban en mal estado porque no se cumplió con la cadena de frío. A estas se suman 150,000 pruebas que se echaron a perder porque Invest-H no las admitió y se espera que sean sustituidas por el proveedor, pero según una cláusula contenida en el contrato firmado por ambas partes, el comprador, o sea el Estado de Honduras, se responsabiliza por daños ocurridos durante el transporte y el almacenamiento.
Estas pruebas fueron adquiridas por el Estado de Honduras por $1,875,032.00 a través de Invest-h a la empresa surcoreana Bioneer, por pedido de la Subsecretaría de Redes Integradas de Servicios de la Secretaría de Salud. Cuando se recibió el producto, 16 días después del pago realizado a través de Citi Bank, la Comisión Veedora y Auditora y técnicos de la Secretaría de Salud pudieron identificar que la temperatura ambiente en la que fueron almacenadas dichas pruebas no estaban conforme a las normas establecidas. Las pruebas debían entonces someterse a una evaluación para verificar que aún podían utilizarse.
Mientras se realizaba el desaduanaje de las 150,000 pruebas restantes, las primeras fueron almacenadas en un cuarto frío entre 2 °C y 8° que no cumple con la temperatura estipulada en los protocolos del manejo de este material, que es de -21 °C, según el comunicado de la junta interventora. El material aún se encuentra en el almacén de la empresa de transporte y se ha procedido a realizar las gestiones legales correspondientes para el reemplazo de este material averiado.
La jefa de Vigilancia de la Secretaría de Salud, Karla Pavón, declaró ante medios de comunicación que «son 250 mil pruebas compradas por Invest-h, pero llegaron 100 mil. Nosotros como SESAL no tenemos bodegas, por tanto, la licenciada Claudia Sikaffy gestionó una bodega con cadena de frío y estas pruebas así lo requieren. Fueron 100 mil las que llegaron a ese almacén, pero las pruebas no cumplían con esa cadena de frío».
La doctora Pavón comenta que aún se desconoce si el material se averió en las unidades de transporte de la empresa encargada de realizar el envío y la entrega de las pruebas. «Los responsables son quienes lo recibieron. El jefe de la unidad, que está delegado, recibió las pruebas y ahí constató en los recibos que recibían sin las condiciones de cadena de frío. Se las entregó una empresa de transporte que mandó Invest-H», aseguró.
Alba Consuelo Flores, ministra de salud, dijo que la Secretaría de Salud ha actuado con transparencia porque a ellos solo les corresponde recibir producto que se encuentra en óptimas condiciones, si no, no se reciben, es por esto que no puede confirmar el estado en el que llegaron las pruebas compradas a través de Invest-H, pero asegura que no fueron trasladadas con la cadena de frío correspondiente. También lamentó que los trámites administrativos no se hayan realizado de la manera adecuada, por lo que los entes de justicia tendrán que deducir responsabilidades a los implicados.
Compra de pruebas y máquinas
En abril, Invest-H, a través de la orden de compra número 015-2020 y factura proforma B200404-P1 del 6 de abril, ejecutó un total de USD $1,934,657.86 en concepto de compra de pruebas, seguro, transporte y gastos de desaduanaje. El costo de cada una de estas pruebas es de $7.50, indican los documentos del ente gubernamental. El trámite de compra se hizo directamente con la empresa surcoreana Bioneer, ya que ésta no cuenta con representación en el territorio nacional.
Bioneer Corporation es una empresa fundada en 1992 y reconocida por sus pruebas para la detección de enfermedades como Zika, Gripe Porcina, Chikungunya, Dengue, entre otras. La empresa surcoreana se comprometió a entregar 100,000 pruebas en los primeros 15 días del mes de abril, el segundo lote de 100,000 pruebas el 17 de abril y un último lote de 50,000 pruebas más el 24 de abril.
Por la compra de esta cantidad de pruebas, el gobierno pagó $1,875,032.00 a Bioneer a través de una transferencia bancaria con fecha del 6 de abril de 2020. En una segunda transferencia de fondos, el 9 de abril de 2020, se pagaron $57,582.00, correspondientes a los gastos de transporte y seguro para los tres envíos de compra de 250,000 pruebas AccuPower SARS-CoV-2 Real Time RT-PCR Kit. Invest-H también pagó gastos de desaduanaje a la empresa DHL.
Algunos expertos en microbiología explican que los kits que se compraron a la compañía surcoreana son los adecuados para detectar la COVID-19 pero no son compatibles con la tecnología que se utiliza en el Laboratorio Nacional de Virología. Esto deja ver que la compra de las 250,000 pruebas se hizo sin contar con asesoría adecuada.
«Generalmente, la plataforma de los fabricantes de equipo, consumibles y reactivos de PCR, son plataformas de cada fabricante. Es decir, la gente de Bioneer tiene su propio equipo y plataforma, creo que el Gobierno de Honduras no las tenía como tal», asegura un microbiólogo hondureño que pidió anonimato.
Documentos de adquisición de Invest-h muestran que los 250,000 kits no fueron la única compra que se hizo a la compañía surcoreana. En mayo, después de haber pagado y recibido las pruebas, se compró equipo para el óptimo funcionamiento del Laboratorio Nacional de Virología, este sería el idóneo para procesar las muestras que se tomarían con las pruebas que se compraron en abril.
Lisandro Rosales, en su condición de Comisionado Especial de Atención a la Emergencia, autorizó a Marco Bográn, entonces director de Invest-h, el uso de $50,150.00 para pagar los gastos de transporte aéreo mediante FedEx o DHL y seguro de la maquinaria que llegaría desde Corea del Sur. Pero las facturas muestran que el total de la compra de las máquinas fue de $635,510.00, cantidad que fue pagada por adelantado.
Con esta compra se adquirieron 5 máquinas para la extracción automática de ácido nucléico y 530 kits para la extracción rápida y precisa de ADN o ARN viral. Además, en la factura con fecha del 18 de mayo, se incluye una donación de dos máquinas de extracción valoradas en $42,000.00 cada una. El 12 de junio Invest-h hizo entrega de este equipo al Laboratorio Nacional de Virología. Para este momento, ya habían pasado alrededor de dos meses desde la llegada de los tres lotes de pruebas para la detección de COVID-19 que, según Invest-h y la Secretaría de Salud no se habrían podido utilizar por la pérdida de la cadena de frío durante el trayecto.
Personal de una empresa distribuidora de equipos e insumos para laboratorios dio a conocer que desde hace dos semanas no se han procesado muestras en San Pedro Sula y el Distrito Central, esto por falta de reactivos para las máquinas que esta empresa alquiló al gobierno. Durante estos 5 meses se han estado procesando muestras con reactivos y sistemas de varias compañías que desarrollaron pruebas para la detección de la COVID-19, no las de Bioneer porque las pruebas que estas máquinas procesarían se arruinaron. Actualmente, los laboratorios que han adquirido pruebas y reactivos son los privados, mientras el Laboratorio Nacional de Virología solo cuenta con 10,000 pruebas para San Pedro Sula y el Distrito Central.
En Honduras, el Laboratorio Nacional de Virología es el encargado de procesar las muestras enviadas por centros de salud, hospitales públicos, Instituto Hondureño de Seguridad Social y centros de triaje. Entre marzo y julio se realizaron 110,640 pruebas de PCR. A medida avanza la pandemia, se ha ido aumentando la cantidad de muestras procesadas a nivel nacional, en marzo se realizaron solamente 1,052 pruebas mientras que en julio se procesaron más de 1,000 muestras a diario, pero en agosto, días como hoy se procesaron menos de 900 pruebas.
La mala gestión de los fondos asignados al combate de la pandemia y la falta de asesoría al momento de realizar compras de insumos para hospitales y laboratorios incrementan los problemas que enfrenta la población hondureña y el sistema de salud público. El descenso de casos positivos no se debe al aplanamiento de la curva, sino a la falta de materiales para detectar la enfermedad.