Todos los días, Víctor y Domingo recorren la playa de Trujillo buscando clientes que quieran pagar por escucharles ejecutar alguna canción. Juntos son el Dúo Trujillano, y cantan rancheras a los turistas para poder vivir. Cuando el Gobierno declaró el estado de emergencia por la expansión de la COVID-19, el dúo sufrió la ausencia de los turistas debido a las restricciones sanitarias. La playa donde trabajan cerró y ellos debieron optar por buscar otras formas de sostener a sus familias: limpiando solares, como ayudantes de Albañil o haciendo algún trabajo de carpintería.
Víctor de 63 años (originario de Catacamas, en el departamento de Olancho) y Domingo de 62 años (originario de Sonaguera, en el departamento de Colón) se conocieron en la adolescencia cuando les presentaron como primos y juntos aprendieron a ejecutar distintos instrumentos musicales. Pero Víctor no se dedicó a la música hasta después de los treinta años, cuando decidió mudarse a Ceiba para unirse a su primo en el oficio de cantar canciones. Con el tiempo el dúo decidió radicarse en Trujillo, y es ahí —donde a pesar del riesgo a contagiarse de COVID-19— que han regresado a la playa buscando entre los pocos turistas que ahora llegan a alguien que quiera pagar por escucharles cantar.
Música, playa y pandemia
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Escritor y fotoperiodista, no labora en Contracorriente desde 2022.
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