En Villanueva, Cortés, comerciantes y emprendedores enfrentan un panorama económico desafiante esta temporada navideña. Mientras algunos ven un repunte en la venta de bisutería, otros, como barberías y restaurantes, reportan ingresos bajos. La incertidumbre global, marcada por la ralentización económica e inflación, afecta a pequeños negocios en Honduras. Los economistas advierten que estos factores internacionales tienen un impacto directo en la actividad local, reflejando las dificultades de los sectores más vulnerables en sostener sus ingresos.
Texto: Allan Bu
Fotografías: Archivo Contracorriente y Fernando Destephen
«Pregunte, amor, sin compromiso», le dice Maryuri a una sexagenaria que se acerca a la mesa donde exhibe sus productos de bisutería y joyería en el Parque Central de Villanueva, Cortés, al norte de Honduras. La señora pregunta y luego se retira sin comprar. Es un ritual que a menudo se repite en el comercio de esa zona en estos tiempos.
Cuando llega la Navidad, los emprendedores y comerciantes suelen hablar de la temporada alta de ventas. La actividad económica aumenta debido a que empleados públicos y privados reciben el aguinaldo y están dispuestos a gastar.
Maryuri ha logrado vender muchas de sus piezas. Considera que la venta ha sido buena y espera seguir aprovechando la oportunidad de vender sus productos en el Parque Central de Villanueva. «Todo bien gracias a Dios, hay que aprovechar», sostiene.
Pero hay otros que no están tan bien. Por ejemplo, Fernando trabaja en una barbería que queda a unas dos cuadras de distancia de donde está ubicada Maryuri, y el trabajo en ese rubro no ha aumentado en el mes de diciembre.
«Esto está pelado, compa», exclama, tras expulsar una bocanada de humo de su cigarrillo. Así como van las cosas, no sabe si el próximo año continuará en la barbería.
En otro negocio de la zona, el restaurante de pollo frito de Gabo, las ventas han mejorado en los últimos dos meses, pero no llegan a cubrir las expectativas de estas épocas decembrinas. «La época alta no tiene mucho de esto, pero al menos se vende algo. La verdad, está bien golpeada la economía», sostiene.
Contexto internacional
Emprendedores y comerciantes entrevistados por Contracorriente aseguran que siguen esperando la temporada alta característica de las festividades, pero aún no perciben un aumento de la actividad económica. El dinero se mueve lento, y los economistas dicen que hay una ralentización de la actividad económica. Hay varias razones para esta lentitud. En el 2022, el economista Julio Raudales le dijo a Contracorriente que la economía de Honduras, al ser pequeña y abierta, depende mucho del contexto internacional, especialmente de lo que pasa en Estados Unidos. Hay una expresión coloquial que resume lo dicho por Raudales: «Si en el norte estornudan, a nosotros nos da gripe», dicen.
El informe de Coyuntura Regional de Centroamérica y República Dominicana del Consejo Monetario Centroamericano (CMC) destaca que, a septiembre de 2024, la economía de Estados Unidos creció un 2.4 %, mientras que la inflación se estableció en el mismo porcentaje. Esto contrasta con el crecimiento de China (4.6 %) y la zona euro (0.7 %), donde la inflación fue de 1.7 %, por debajo de la meta del Banco Central Europeo. En ese sentido, la inflación en Estados Unidos fue de 2.4 %, mientras que en la Unión Europea fue de 1.7 %.
El economista y consultor Wilfredo Díaz le dijo a Contracorriente que espera que por lo menos el principal socio comercial de la región, Estados Unidos, siga con una dinámica positiva de crecimiento económico, y que esto apoyaría a se mantenga la expansión de la actividad productiva en Centroamérica.
«No obstante, hay mucha incertidumbre debido a diferentes factores, como las políticas económicas que promulgará la administración de Donald Trump; además, las tensiones geopolíticas en distintas zonas alrededor del mundo podrían incidir de forma negativa si se llegan a materializar, tanto a nivel de precios, como en cuanto a crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para los países de la región», sostuvo.
Crecimiento regional
En la región de Centroamérica y República Dominicana (CARD), la actividad económica ha presentado un crecimiento respecto al año anterior de 3.75 %. La República Dominicana se destacó como la economía de mejor desempeño con un crecimiento de 5.59 %, seguido de Guatemala (4.11 %), Honduras (2.90 %), Costa Rica (2.34 %), El Salvador (1.82 %) y Nicaragua (0.27 %). Estas cifras responden, entre otros factores, al aumento del crédito en el sector privado, así como a una moderada recuperación de la inversión extranjera (en algunos países), turismo, remesas y de las exportaciones, sostiene el informe del CMC.
En el caso de Honduras, el informe revela que el sector de electricidad y agua mostraron el mayor crecimiento al cierre de agosto de 2024 (10.33%). Además, en el país crecieron las actividades financieras y de seguros en un 7.10 %, seguido del comercio con un 5 %, mientras que lo referente a hoteles y restaurantes creció en 4.48%.
Sin embargo, hay rubros que descendieron, como las industrias manufactureras, en la cual se han perdido miles de empleos, según los empresarios maquiladores. También hay variaciones a la baja en los sectores de transporte y construcción, a pesar de que el Gobierno de Xiomara Castro ha anunciado la mayor inversión de la historia en infraestructura que se ha hecho en Honduras.
El economista hondureño Wilfredo Díaz explicó que la disminución en la actividad del sector de la construcción se debe a una combinación de factores que no pueden ser compensados únicamente por la inversión pública, la cual representa el 15.5 % del plan de inversión nacional.
Entre los factores destacados que menciona están los desastres naturales, que pudieron haber suspendido o destruido proyectos de construcción; la escasez de mano de obra, probablemente ocasionada por la migración, no solo en Honduras, sino en toda la región; la aproximación del año electoral, que podría influir en las decisiones de la inversión privada; y los costos de insumos y restricciones financieras, como el aumento de tasas de interés, que podrían haber limitado el desarrollo de nuevos proyectos.
La inflación en la economía significa la subida generalizada de precios y servicios por un determinado tiempo. En Centroamérica, Honduras tiene la tasa de inflación más alta, con 4.5 %; le sigue Nicaragua, con un 3.61 %; luego Guatemala con 1.17 %, y finalmente Costa Rica y El Salvador, con 0.79 y 0.08 %, respectivamente. Según los datos del CMC, la inflación regional ya acumula 16 meses por debajo del 4 % interanual en el período que va de julio de 2023 a octubre de 2024.
Honduras cerró el año 2022 con una inflación de dos dígitos, y aunque ahora este informe la coloca en 4% , en los mercados, tiendas y pulperías el mensaje de los consumidores se repite: «Todo está caro». Para contener las presiones inflacionarias, los países de la región han tomado varias medidas. Una de ellas fue elevar la Tasa de Política Monetaria (TPM) en el período entre 2021 y 2022, pero a partir de septiembre de 2024 ya comenzaron a hacer ajuste a la baja, menos Honduras, que no subió la TPM cuando lo hicieron los otros países de la región y lo está haciendo justamente ahora.
No obstante, Wilfredo Díaz cree que el aumento de la TPM no está relacionado con la inflación, sino que más bien responde a presiones del tipo de cambio en el país. «Esto tiene que ver mucho con el esquema de política monetaria en Honduras», dijo.
Para Alejandro Kafati, oficial de política económica del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), la tardanza en la toma de decisiones, no solo en la TPM sino también en cuanto a la devaluación gradual de la moneda que anteriormente, han generado incertidumbre en los mercados, particularmente en los inversionistas nacionales e internacionales, lo cual, en su opinión, «afecta la confianza en la estabilidad económica del país».
Kafati explicó que la TPM es una herramienta que contribuye a controlar la inflación y a estabilizar la economía; sin embargo, su impacto no es inmediato y por tanto, un ajuste tardío, como el que hubo en Honduras, contribuye a un ciclo económico desfavorable, ya que el ajuste no será suficiente para contrarrestar la inflación, la falta de atracción de inversiones y la disminución de reservas internacionales. Agregó que estos factores y otros, como la dificultad para comprar dólares, están contribuyendo a una dinámica de ralentización económica.
Instó a las autoridades monetarias a hacer los ajustes en el tiempo justo: «Es crucial que la autoridad económica tome decisiones oportunas, de manera técnica y no política», recalcó.
En lo que respecta a las exportaciones e importaciones, en el país, las exportaciones sumaron 8,580.9 millones de dólares, con una disminución de 4.1 % respecto al año anterior; mientras que las importaciones se situaron en 14,774.0 millones de dólares, denotando un alza de 1.9 % respecto al mismo período de 2023.
El comportamiento de las exportaciones se explica fundamentalmente por la disminución de envíos externos de productos agrícolas y manufacturados como banano, café y aceite crudo de palma, entre otros, a causa de una combinación de factores, entre los que destacan los fenómenos climáticos adversos, incidencia de plagas, menores precios internacionales y menor disponibilidad de mano de obra, este último relacionado con la migración, de acuerdo con el economista Wilfredo Díaz.
En las importaciones hubo un aumento, y el informe explica que se debe principalmente a mayores importaciones de regímenes definitivos, destacando equipos de transporte, alimentos y bebidas. También hubo un aumento en las importaciones de productos destinados a la industria maquiladora, lo cual contradice el discurso de los voceros de la industria, quienes aseguran que la pérdida de empleos en el rubro se debe precisamente a la baja demanda en el exterior.
Si comparamos con la región, observamos que Nicaragua, gobernada por la dictadura Ortega-Murillo, registra un déficit de 2,088.4 millones de dólares, cifra que, aunque es menor que la de Honduras —que registró 6,193.1 millones de dólares en su desbalance comercial—, tuvo un incremento del 39.3 % respecto al año anterior.
En El Salvador, al tercer trimestre, el comportamiento de las exportaciones e importaciones resultó en un déficit de la balanza comercial de 6,852.8 millones de dólares, con un aumento del 2.2 % (150.4 millones de dólares). Esta cifra contradice el discurso triunfalista de Nayib Bukele, ya que una balanza comercial negativa puede derivar en un aumento de la deuda externa y la pérdida de empleos. Mientras tanto, en Costa Rica, al tercer trimestre de 2024, la balanza comercial acumuló una brecha negativa de 2,893 millones de dólares.
A septiembre de 2024, la región CARD mostró un aumento en su déficit comercial equivalente a 6.0 %, debido a la expansión de las importaciones en la mayoría de los países, como resultado del incremento en las compras de bienes de consumo y de materias primas. Honduras, incluso, está por arriba de ese promedio.
Por otro lado, en Honduras sigue creciendo el flujo de las remesas, que es parte esencial de la economía nacional. Hasta septiembre de 2024, habían aumentado en un 5 % respecto al mismo período en el 2023. En la región ingresaron en total 41,473 millones de dólares hasta el tercer trimestre de 2024. Guatemala siguió siendo el principal receptor de remesas de la CARD, (15,835 millones de dólares), seguido de República Dominicana (7,998.7 millones), Honduras (7,194.3 millones), El Salvador (6,134.7 millones). Nicaragua aumentó en un 39 % respecto al año anterior, pero sigue en el quinto lugar, con 3,828.3 millones de dólares.
Con base en el peso que tienen las remesas en el PIB como comparación, el informe indica que la economía guatemalteca es la más grande de este año, pues aunque ese país es el mayor receptor de divisas de la región, solo representan el 15 % de su PIB; en cambio, para Honduras y Nicaragua, los envíos de dinero que hacen sus ciudadanos desde el exterior constituyen el 40 % del PIB, el 35 % para El Salvador y solamente un 1 % para Costa Rica.
De acuerdo con las proyecciones en el informe del CMC, la República Dominicana terminaría con el mejor crecimiento en la CARD con 5.4 %, seguida de Costa Rica y Nicaragua con un 4.0 %. Se espera que las economías de Honduras, Guatemala, El Salvador y Panamá se expandan en 3.60, 3.4, 3.0 y 2.50 %, respectivamente.
Los países de la región crecerán por arriba de la media proyectada en América Latina, que es de 2.10 %, pero por debajo del promedio mundial de las economías emergentes (antes llamadas países en vías de desarrollo), que se prevé crecerán a un ritmo del 4 %.
A criterio de Wilfredo Díaz, tanto la balanza comercial como las remesas pueden generar presiones inflacionarias. «Desde el punto de vista de la balanza comercial, la inflación puede verse afectada por el valor de las importaciones, es decir, choques de precios de bienes importados se trasladan a nivel de precios nacional. Respecto a las remesas, también pueden generar inflación, debido a que en gran medida son utilizadas para consumo; esto genera aumento en la demanda que podría generar presiones inflacionarias», indicó.
Y estos números fríos, aunque son determinantes para el comportamiento de las economías, a veces pasan desapercibidos para emprendedores y trabajadores como Maryuri y Fernando, quienes buscan en diciembre elevar sus ventas para esperar y hacer frente a un período de recesión. «Hay que aprovechar ahorita, porque en enero esto se pone pelado», comenta Maryuri.