El Guancasco urbano del mercado San Miguel

Texto y fotografías: Fernando Destephen

Hace unos años, le consulté al maestro de teatro Tito Estrada sobre la historia del barrio El Guanacaste, y me llamó mucho la atención lo que me contó del mercado San Miguel. Según Tito, desde hace tiempo se hace una procesión en honor a San Miguel Arcángel, y me describió una fiesta de barrio hermosa. Recordando esa historia del maestro Estrada, se me vino a la mente una frase de la cantautora Karla Lara, que en una plática en La Ilimitada describió la zona del centro de Tegucigalpa como un gran barrio común. El Chile, Barrio Abajo, El Jazmín, La Ronda, La Plazuela, La Leona, parte de Buenos Aires, del barrio el Guanacaste y la avenida Gutemberg, forman ese gran barrio común conocido como «El Centro».

El mercado San Miguel fue construido en 1904. La persona que donó el terreno para el mercado pidió que se mantuviera en su interior una capilla para el arcángel, lo cual se ha respetado. El edificio fue construido por la Alcaldía; antes solo existían el terreno y los locales, que son 95 en la actualidad. Desde 1978, la alcaldía comenzó a cobrar a los locatarios por el uso de las instalaciones.

Josué Ayala, administrador del mercado, cuenta que en los años cincuenta era una plaza, sin techo; cada dueño de local ponía el suyo, de lámina o de laja. 

Vista del interior y de una de las entradas al mercado San Miguel. El piso de piedra se conserva. Tegucigalpa, septiembre de 2024. Foto CC / Fernando Destephen.

Imagino el mercado San Miguel de esa época como el mercado municipal de Intibucá, un desorden hermoso de artículos de plástico y colores, verduras y comida. Un solar para vendedores. Con el paso del tiempo las diferentes administraciones hicieron cambios, y desde hace unos 30 años ya hay un techo común y baños. En el área de las carnicerías el piso se cambió por cerámica; se han cambiado las tuberías; ahora hay más orden, comunión. Es un mercado hiperlocal que funciona para un barrio que ha crecido mucho, ese gran barrio común, «El Centro».

El mercado San Miguel conserva una fraternidad heredada. Me cuenta Erick Andino, dueño de un local y parte de la asociación de vendedores del mercado, que es tradición de muchas personas ir a hacer las compras y de paso comer en alguno de los comedores, como el de doña Berta, quien vende pescado frito todos los días y el domingo sale con un anafre a freír los pescados en la acera del mercado. 

También está el comedor de Yessica María Sierra, un híbrido gastronómico que ha encontrado un espacio incluso en la cultura popular hondureña, al aparecer en la película de Michael Bendeck El Paletero. Yessica heredó la receta de su madre, y por motivos de derechos de autor no podemos reproducirla. Pero la creatividad va más allá, y cuando hay ferias gastronómicas las enchiladas son de espaguetis a la boloñesa, para aumentar la apuesta. Mientras Yessica me contaba la historia, también preparaba una enchilada para un cliente que la esperaba para almorzar.

Yessica María Sierra termina la preparación de una enchilada de espaguetis agregando queso rallado. Tegucigalpa, septiembre de 2024. Foto CC / Fernando Destephen.

El mercado es un laberinto en el que uno disfruta mucho perderse, porque se encuentra con una abarrotería, una bolsa de rosquillas colgada, una barbería  en medio del mercado o una carnicería con dos cortes colgando. Esperando clientes en el local, Luis Alonzo Galo, quien hace 52 años vende carne en el mercado, cuenta con orgullo que gracias a su trabajo en la carnicería logró graduar de la universidad a sus cuatro hijos. Sin embargo, lamenta que en la actualidad el flujo de venta ha cambiado mucho; cuestiona la inseguridad, la extorsión y la falta de oportunidades de trabajo para los viejos, dice.

En este laberinto sobresale una estatua de San Miguel Arcángel, de unos 50 años de antigüedad y hecha en Guatemala, acompañada de dos ángeles vestidos de blanco. Sale una vez al año en procesión, el 28 de septiembre, en un Guancasco urbano, a encontrarse con el San Miguel Arcángel del mercado municipal de la avenida Gutemberg. 

Sobre
Fernando Destephen 1985 Tegucigalpa, Honduras. Fotoperiodista y contador de historias.
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