La realidad sobre el «cero analfabetismo» en La Paz

El 30 de julio de 2024, en el marco de la meta de declarar al país libre de analfabetismo, autoridades del gobierno anunciaron que el departamento de La Paz había logrado el cero analfabetismo a través del Programa José Manuel Flores Arguijo, con la metodología «Yo sí puedo». A pesar del evento y de la declaratoria, el objetivo no se cumplió, pues quedó un grupo de personas que siguen sin saber leer y escribir.

Texto y fotografías: Fernando Destephen

A finales del mes de julio de 2024 el Gobierno de Xiomara Castro anunció en un acto oficial que el departamento de La Paz se convirtió en el primero del país en alcanzar la meta de cero analfabetismo. El evento se desarrolló en Los Planes, Santa María, La Paz, y a la ceremonia llegaron 14,215 personas beneficiarias del Programa Nacional de Alfabetización José Manuel Flores Arguijo, que a través de la metodología «Yo sí puedo» y con el apoyo de profesionales cubanos, ha alfabetizado a personas adultas con o sin conocimientos previos en lectura y escritura.

Al evento también llegaron Daniel Sponda, ministro de Educación, y el designado presidencial Renato Florentino, quien dijo: «Hoy declaramos La Paz como el primer departamento libre de analfabetismo. Esta hazaña no solo es una victoria educativa, sino un triunfo de la dignidad humana y un paso firme hacia el futuro».

La historia oficial es bonita, funciona con la narrativa del Gobierno y el eslogan de esta administración: refundar la educación; pero la realidad es otra. Las condiciones del programa son precarias y los maestros, que colaboran como una red de facilitadores, enfrentan sobrecarga laboral. Cada facilitador trabaja con un máximo de diez personas por municipio, dedicando hasta tres días a la semana. Los beneficiarios o participantes del programa son personas adultas de las zonas rurales, quienes además de participar en las clases deben cumplir con sus obligaciones laborales, de cuidado del hogar y de los niños, enfrentando grandes dificultades para ajustar sus horarios. Esto se suma a la falta de motivación para alcanzar la meta del programa, que es enseñarles a leer y escribir a los y las beneficiarias en un plazo de tres meses.

Una comunidad en el municipio de Santiago de Puringla, departamento de La Paz en donde hay un remanente de personas que no aprendieron a leer y a escribir, a pesar de la declaratoria del gobierno del primer departamento libre de analfabetismo. La Paz, agosto 2024. Foto CC / Fernando Destephen.

En un video de propaganda, Clay Pérez, coordinador nacional del Programa José Manuel Flores Arguijo, confirma que no se ha alfabetizado a todas las personas y queda un grupo sin aprender, incluso en los municipios ya declarados libres de analfabetismo: «…incluyendo los que se declararon (con cero analfabetismo), porque siempre queda un remanente de personas que todavía deben aprender a leer y a escribir».

En 2023, de acuerdo con información oficial, 100 municipios fueron declarados como territorios libres de analfabetismo y más de 138 mil personas fueron alfabetizadas, con el liderazgo de 23 expertos cubanos.

Esta escuela del departamento de La Paz se ubica en el municipio Santiago de Puringla, uno de los municipios declarados libres de analfabetismo, pero sus necesidades aún no han sido atendidas por el gobierno. La Paz, agosto de 2024. Foto CC / Fernando Destephen.

«No se puede declarar un municipio o país con cero analfabetismo, no se puede, se reduce el índice de analfabetismo pero no se acaba, ni los países del primer mundo logran eso», explicó una fuente vinculada a la Secretaría de Educación a este medio, cuyo nombre se omite por razones de seguridad. 

«Ningún departamento o país alcanza el 0 % de analfabetismo, ya que siempre hay un remanente, población mayor de 80 años, discapacitados y con problemas mentales, y otros que simplemente no quieren ser alfabetizados. La Paz quedó con un remanente de 1,380 personas analfabetas, con las que hay que seguir trabajando», dijo la fuente.

El alcalde de Santiago de Puringla, La Paz, Wilfredo Vijil, confirmó a este medio que el programa llegó a su municipio de forma inesperada, no hubo avisos ni firma de convenios. El alcalde cuenta que accedió a atender solamente a una persona cubana por falta de presupuesto, y que le habría gustado que el programa se hubiera socializado con otros alcaldes, porque al instalar a una persona extranjera de forma tan súbita, el esfuerzo se asumió como una imposición.

En La Paz, el gobierno ha invertido en infraestructura escolar. Mediante la gestión de la alcaldía se reconstruyó una escuela en la comunidad Las Quebradas, y se concluyó la construcción de ocho aulas en dos escuelas en Santiago de Puringla, y dos aulas más en las comunidades Hornitos y Rancho de Jesús.  Pero el alcalde Vijil cuenta que cuando conoció la declaratoria de cero analfabetismo en La Paz se sintió defraudado, pues cuando «dijeron que Santiago de Puringla y La Paz iba a ser declarados con cero analfabetismo, a mí me habían dicho que 400 personas que ni para atrás ni para adelante [no entendían nada]».

Ester Martínez y Gloria Pérez (nombres ficticios para proteger sus identidades) madre e hija que participaron en el programa «Yo sí puedo», reconocen que sí aprendieron algo. Ambas se lograron graduar del programa cumpliendo con un único requisito: escribir una carta, lo que según las autoridades de la Secretaría de Educación garantiza que pueden leer y escribir, aunque ambas reconocen que para ello contaron con la ayuda de su maestra. 

Sobre
Fernando Destephen 1985 Tegucigalpa, Honduras. Fotoperiodista y contador de historias.
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