Falta transparencia en la entrega de 67 millones de lempiras del fondo rotatorio que continúa ejecutando la AMDC

Entre 2022 y 2024, el alcalde Jorge Aldana, el vicealcalde Carlenton Dávila y los 10 regidores municipales del Distrito Central liquidaron 67,094,552.93 lempiras en fondos rotatorios. Sin embargo, la falta de transparencia en la rendición de cuentas es evidente. La mayor parte de estos fondos se destinó a «ayuda económica social», frecuentemente entregada en efectivo y sin suficientes registros de facturas, lo que dificulta verificar su destino real.

Texto: Luis Escalante
Fotografías: Fernando Destephen 
Portada: Persy Cabrera

En las oficinas de la Alcaldía Municipal del Distrito Central, en el área de regidurías, un largo pasillo se extiende. Hay varias puertas de vidrio que incluyen letreros con los nombres de las y los regidores municipales. Afuera de estas puertas, varias personas se amontonan esperando su turno; sus rostros reflejan desamparo. La identidad de quien les abra la puerta y recoja sus datos resulta irrelevante. Algunos imploran por un poco de dinero para comida, medicamentos o materiales escolares; otros solicitan lo indispensable: una puerta, un fogón, láminas para el techo o bolsas de cemento.

Detrás de esas puertas, en oficinas confortables, climatizadas y con uno o varios asistentes, se encuentran los regidores municipales del Distrito Central. Algunos de estos políticos, a menudo desconocidos entre la ciudadanía, alguna vez buscaron ocupar el cargo de alcalde y no lograron  su aspiración.

Pero, ¿acaso importa? Ahora, con el título de regidores municipales, disfrutan de un salario generoso y de prebendas casi equivalentes a las del alcalde o el vicealcalde, aunque en una escala menor. Eso sí, algunos de ellos confiesan su anhelo de alcanzar esos privilegios. «No alcanza, es poco dinero para toda la ayuda que nos piden», lamentan. 

A pesar de los lamentos, mucho dinero se encuentra disponible para la Corporación Municipal.  Entre 2022 y 2024, el alcalde del Distrito Central, Jorge Aldana, el vicealcalde, Carlenton Dávila, y los 10 regidores municipales han liquidado 67,094,552.93 lempiras en concepto de fondo rotatorio, sin suficiente rendición de cuentas, publicando apenas el presunto destino de los fondos sin facturas o liquidaciones, y con mecanismos deficientes para que los entes fiscalizadores y la ciudadanía puedan comprobar el destino del dinero. Un modelo que parece replicar el asistencialismo y clientelismo político de pasadas administraciones.

Los fondos rotatorios están presentes en la Ley de Municipalidades, artículo 185, y en sus reformas contenidas en el artículo 99, y también están consignados en las normas presupuestarias de la Alcaldía Municipal del Distrito Central. Desde 2015, estos fondos pueden ser utilizados para destinarse a ayudas sociales-humanitarias y pequeños proyectos sociales. Las ayudas pueden ir desde la entrega de materiales de construcción para vivienda, insumos médicos o servicios fúnebres, hasta alimentos. 

Este tipo de ayuda opera paralelamente a la Dirección y Gerencia de Desarrollo Humano de la alcaldía, que, por ley, atiende solicitudes de instalación de techos y suelos para vivienda, clínicas comunitarias, donación de medicamentos, guarderías municipales y asistencia a adultos mayores y discapacitados. Muchas de estas acciones coinciden con las ayudas ofrecidas por los regidores a través del fondo rotatorio.

El alcalde Aldana ha liquidado 15,950,881.69 lempiras en concepto de fondo rotatorio desde febrero de 2022, de los cuales 13,599,029.24, es decir el 85.3 %, los destinó a ayuda económica social. Sin embargo, la información disponible sobre este tipo de ayuda es ambigua y está envuelta en opacidad debido a que el alcalde, vicealcalde, regidores y regidoras pueden decidir si entregan ese dinero en efectivo, con un recibo como único comprobante, lo que dificulta verificar si el dinero entregado es el mismo que los funcionarios consignan. Alternativamente, el beneficio puede otorgarse en especie, por ejemplo, si se realizó la compra de materiales y fueron entregados al beneficiario. Posteriormente, elaboran una liquidación del dinero asignado por concepto de fondo rotatorio y la entregan a la Gerencia de Auditoría Municipal y al Tribunal Superior de Cuentas (TSC). 

Mensualmente, el alcalde capitalino tiene acceso a un fondo rotatorio de 550 mil lempiras, el vicealcalde a 300 mil lempiras y los 10 regidores a 150 mil lempiras cada uno. Al año, son 6.6 millones, 3.6 millones y 1.8 millones de lempiras, respectivamente. 

Estos fondos son liquidados, pero, según observó Contracorriente en un análisis de la información que se encuentra en el portal de transparencia de la alcaldía, tanto el alcalde y vicealcalde como los y las regidoras optan por destinarlo en su mayoría al concepto de «ayuda económica social», que, según uno de los regidores que maneja este fondo, suele entregarse completamente en efectivo. 

En el caso del dinero en efectivo, según los mismos regidores a los que contactamos, el único registro es un recibo de entrega en el que la persona beneficiaria expresa haber recibido una determinada cantidad de dinero, el uso al que lo destinará, su firma, número de Documento Nacional de Identificación (DNI) y huella digital. Debido a la modalidad de entrega del beneficio, no existe constancia de que la persona realmente recibió la cantidad que aparece en el recibo.

El 17 de julio de 2024, Contracorriente solicitó a la Alcaldía Municipal del Distrito Central,  a través del Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP), facturas de compra, así como el listado de personas u organizaciones beneficiadas por concepto de fondo rotatorio otorgado al alcalde, vicealcalde y regidores municipales en los últimos dos años. Sin embargo, la alcaldía estableció una prórroga para entregar la información solicitada a más tardar el 14 de agosto de 2024. 

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Según lo existente en los portales de transparencia, en el caso de las liquidaciones presentadas por el vicealcalde Carlenton Dávila solo se establece una categoría que indica que los 300 mil  lempiras que se le asignan mensualmente los dirige a ayuda económica social. Dávila, que en 29 meses ha liquidado 8.7 millones de lempiras, declara que destina el fondo rotatorio a alimentos, medicinas, materiales de construcción, mejora de viviendas y capital semilla. Contracorriente solicitó una entrevista con él, y contestó: «El 25 de agosto voy a dar una rendición de cuentas en el Parque Central».

Al ser 10 los regidores municipales con los que cuenta la Alcaldía Municipal del Distrito Central, el 77.2 % del dinero correspondiente a los fondos rotatorios se canaliza a través de ellos. El monto asciende a 46,056,143.73 lempiras. Contracorriente consultó a regidores municipales de todos los partidos políticos, pero sólo dos de ellos accedieron a atender una entrevista: Lidieth Díaz, que recientemente dejó el Partido Libertad y Refundación (Libre) para unirse al Partido Liberal, y Godofredo Fajardo, de la Democracia Cristiana (DC).

Díaz ha liquidado 4,445,436.45 lempiras en estos últimos dos años. Desde su despacho, asegura que ella prefiere comprar los insumos que le solicitan y no entregar el dinero en efectivo, aunque acepta que utiliza ambos mecanismos. «Las personas que solicitan la ayuda deben presentar cotizaciones y una receta médica si la necesitan. En nuestro caso, pagamos directamente donde sea más cómodo realizar la resonancia. No entrego el dinero directamente a la persona para que se pueda hacer ese examen médico», dice. No obstante, Contracorriente constató que 2,712,765.25 lempiras, el 61 % lo ha dirigido también a ayuda económica social.

La regidora Lidieth Díaz muestra documentación que respalda el uso de fondos de la Alcaldía en ayudas sociales. Distrito Central, julio de 2024. Foto CC / Fernando Destephen.

Aunque no existe un registro real de que el dinero que se entrega en efectivo es el mismo que aparece en los recibos presentados por los miembros de la corporación municipal, la regidora Díaz insiste que no existe opacidad en esa modalidad. «Hay algunos compañeros que otorgan más ayudas sociales en efectivo. No es opaco, porque la gente tiene que firmar, y actualmente las personas son muy susceptibles. Entonces, se debe llenar el recibo; no es que las personas firmen en blanco», defiende.

A pesar de lo anterior, Contracorriente accedió al número telefónico de Heydi (nombre ficticio para proteger su identidad), una persona que, según los registros de uno de los 10 regidores municipales, el 3 de marzo de 2024 obtuvo una ayuda en efectivo de 2 mil lempiras. Cuando se le hizo una llamada, respondió que no había recibido ese dinero.

«Dinero no. Lo único que recuerdo fue una canasta con comida que me dieron en mayo, para el Día de la Madre», respondió Heydi.

Otra inconsistencia detectada es que el regidor Dagoberto Suazo, del Partido Libre, no entregó sus liquidaciones correspondientes a junio y julio de 2022, pese a que sí recibió los fondos rotatorios de ambos meses. Contracorriente le envió mensajes de texto y llamó al regidor Suazo para obtener una explicación, pero no obtuvo respuesta. 

Mecanismos de liquidación deficientes y opacos

A consideración de Osiris Payes, asesora legal en Transparencia y Anticorrupción del Centro de Estudio para la Democracia (Cespad), los fondos rotatorios surgieron para atender situaciones de emergencia de manera excepcional, pero, con el transcurso del tiempo, han sufrido una desnaturalización y se han dirigido a ayudas constantes, lo que abre la posibilidad de que se utilicen como una herramienta de clientelismo o asistencialismo. 

«Los fondos rotatorios deberían ser excepcionales, pero al observar la cuantía que asciende año con año, ya no son algo excepcional, sino algo continuo. No responden a una urgencia, y en las liquidaciones de los regidores no se justifica ninguna urgencia. Hay una necesidad urgente de una norma específica que establezca el régimen y los límites para el uso de estos fondos rotatorios. Deberían existir resoluciones de los regidores para cada una de las solicitudes de ayudas económicas sociales», analizó Payes.

Contracorriente preguntó a las y los regidores municipales si consideran necesaria una bancarización de la entrega en efectivo de la ayuda económica social y sus respuestas fueron condicionadas.

Lidieth Díaz contestó que sí podrían existir otros mecanismos para transparentar el proceso, pero que sería necesario que la Corporación Municipal lo acordara. «Hay gente que pide comida o ayuda social y es muy humilde; a veces, muchos no saben ni firmar. Pero sí, para transparentar, debería haber otro mecanismo», admitió.

Por su parte, el regidor Godofredo Fajardo, que ha liquidado 4,333,965.00  lempiras y todo lo ha dirigido a ayuda económica social, declaró que expresaría su respaldo en caso de que las ayudas requeridas superen los 5 mil lempiras. «Pero para alguien que me pide carpas para una venta de hot dogs o tortillas en el mercado, no estaría de acuerdo con que haya un proceso bancario para entregar ese dinero», dijo.

No es lo único en lo que coincidieron Díaz y Fajardo, quienes también aseguran que «150 mil lempiras no son suficientes».

«Es necesario que se aumente el fondo rotatorio; es muy poco. En la colonia La Esperanza hay una gran necesidad, y nosotros solo pudimos ayudar a 10 personas, aunque 20 o 30 nos habían buscado. La gente lo mira como algo más cercano; si se necesita una lámina o algo, la respuesta es más inmediata. Por eso, siempre están acudiendo a los regidores», ejemplificó Lidieth Díaz.

Godofredo Fajardo manifestó que él siempre logra ejecutar el 100 % de los fondos rotatorios debido a que «150 mil lempiras en términos de problemas sociales no es nada; más de un millón de lempiras al año no es nada». ¿Y 67 millones en dos años?

#El regidor del Distrito Central, Godofredo Fajardo, en su oficina en el plantel de la Alcaldía Municipal en la colonia 21 de Octubre. Tegucigalpa, julio de 2024. Foto CC / Fernando Destephen.

«Este monto debería ser igual al que maneja el vicealcalde, que son 300 mil lempiras. Más bien nos quedamos cortos; los que más manejan son el alcalde y el vicealcalde», expresó Fajardo.

Godofredo Fajardo, entre 2010 y 2012, se desempeñó como subsecretario de Cultura, Arte y Deportes durante el gobierno de Porfirio Lobo Sosa (2010-2014). Después buscó ser alcalde en dos ocasiones a través de la Democracia Cristiana, primero en las elecciones de 2017 y luego en las de 2021. No lo logró, pero, a pesar de ese «fracaso electoral», ahora es regidor municipal y maneja dinero público.

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Fajardo concibe los fondos rotatorios como «lo más importante» que posee la Alcaldía Municipal del Distrito Central. «Es la única ayuda que llega de manera directa a las personas que tienen problemas de salud, pago de alquileres, alimentación, desempleo y todo lo demás», aseguró.

Dijo que prefiere que esos más de 67 millones de lempiras que desde 2022 han sido erogados por concepto del fondo rotatorio (sin suficiente transparencia y seguimiento) lleguen a «las manos del pueblo» y no a «las constructoras corruptas». «Es una lucha entre el bien y el mal», según él.

«Estos fondos siempre se quieren eliminar porque los alcaldes quieren destinarlos a las construcciones y a los contratos de obras. Pero en la comunidad hay un 60 % de desempleo; esa gente necesita una ayuda social de alimentación, ayuda para que un hijo pueda hacerse un chequeo médico o para que una persona dé a luz. Ese es el conflicto en la alcaldía: grupos que quieren que los fondos lleguen a las mismas constructoras que licitan y se les adjudica desde hace 30 años. Esto no lo satanizamos, pero sí es malo que a doña Juana se le dé una ayuda de alimentación de dos mil lempiras. Eso sí es malo; que esta mujer reciba dos mil lempiras», manifestó Fajardo, mientras mostraba a Contracorriente un recibo de las personas a las que «beneficia» con el dinero procedente de los fondos rotatorios.

Parte del sistema de registro de entrega de ayudas sociales en efectivo que usa el regidor, Godofredo Fajardo. Tegucigalpa, julio de 2024. Foto CC / Fernando Destephen.

Godofredo Fajardo aseguró que opta por entregar el dinero en efectivo debido a que es una forma «directa» de ayudar a la ciudadanía. «El dinero no se desperdicia cuando se entrega directamente al pueblo; solo hay que ver a las personas en esos barrios», expresó.

«Aquí hay compañeros que cambian un techo, hacen gradas, pero ya la alcaldía pone 1,500 techos al año; ya hay una gerencia destinada a eso. Es la visión del regidor, del alcalde o del vicealcalde. Cuando voy a un barrio, una aldea o un caserío, el problema es la pobreza, la falta de acceso a alimentos y medicamentos. Yo tengo que ver cómo los auxilio», agregó Fajardo.

Nada impide que los fondos rotatorios sean utilizados con fines clientelistas 

Godofredo Fajardo aseguró que él no dirige sus ayudas a barrios, colonias o aldeas en las que tiene conocimiento de que puede lograr votos, ya que la estructura partidaria de la Democracia Cristiana, dijo, no alcanza para eso. 

«Los regidores de los partidos grandes sí pueden hacer un manejo político, pero yo voy a la aldea La Cuesta y ahí solo tengo cinco votantes de la DC. Ellos sí pueden hacer eso porque cuentan con una estructura de empleados, pero nosotros en la DC salimos casi por un milagro de Dios. Yo no podría hacerlo con fines políticos. Ningún dirigente de la DC puede acosarme como a otros regidores. Aquí, a veces hay huelgas del Partido Nacional y de Libre, y la gente viene a mostrar sus censos y fotos para que los ayuden», expresa.

Para Osiris Payes, del Cespad, representa un alto riesgo la entrega del dinero en efectivo y con escasa rendición de cuentas. Desde su análisis, la falta de transparencia puede alentar que estos recursos sean entregados a las personas con el interés de influir en su decisión de voto. 

«En un contexto electoral, es muy riesgoso que estos sistemas de entrega de dinero a través de recibos y sin reportes en el portal de transparencia permitan a los partidos políticos y candidatos manipular o intervenir en la decisión del electorado. Se puede interferir en el voto con fondos del Estado, desnaturalizando el origen de los fondos rotatorios», indicó.

El 9 de marzo de 2025, el Consejo Nacional Electoral (CNE) celebrará las elecciones primarias en las que participarán los tres partidos políticos principales: Libre, Nacional y Liberal. Durante esos comicios se definirán a las y los candidatos a la presidencia, al Congreso Nacional y a las Corporaciones Municipales que irán a las elecciones generales del 30 de noviembre de ese año. 

La distribución de fondos sociales por parte de funcionarios con cargos de elección popular es una práctica habitual en Honduras. En reportajes previos, Contracorriente ha documentado cómo, en 2023, el Congreso Nacional asignó 200 millones de lempiras en subvenciones. Sin embargo, no se llevó un registro detallado de las organizaciones no gubernamentales que recibieron estos fondos, ni se dispuso de un control adecuado sobre las liquidaciones correspondientes.

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Godofredo Fajardo admite que existen deficiencias en el mecanismo de liquidación de los fondos rotatorios en la Alcaldía Municipal del Distrito Central, y que resultaría costoso constatar el destino del dinero que es entregado en efectivo para ayudas económicas sociales.

«Nosotros no llegamos a ese detalle; es difícil saber si la persona debe renta. Eso implicaría que yo haga una investigación para constatar que la persona debe un alquiler. Esas ayudas son en efectivo; eso sí, hay un recibo. Las solicitudes varían, desde piñatas hasta una puerta. La chequera no funcionará, porque no vale la pena hacer un gran trámite en un banco por 600 o 700 lempiras. Por eso es mejor que se dé en efectivo», explicó.

El 8 de junio de 2023, Lidieth Díaz y el diputado del Congreso Nacional Jorge Zelaya, del Partido Nacional, protagonizaron una polémica después de que este último asegurara que los fondos rotatorios estaban siendo utilizados de forma opaca por la Corporación Municipal del Distrito Central.

Contracorriente consultó a la regidora Díaz sobre por qué en aquella ocasión desmintió al diputado Zelaya. «Él dijo que nosotros nos robamos el fondo rotatorio, haciéndolo ver como si fuera algo normal. Si él lo hizo cuando fue regidor municipal, no lo sé, pero nosotros no. En mi caso, usted puede ver las especificaciones. No se puede juzgar a todos por lo que usted hizo, echándolos a todos en el mismo costal. Si usted quiere hacer las cosas transparentemente, lo puede hacer», contestó. 

Riesgos latentes 

La opacidad ha rodeado a los fondos rotatorios no solo en esta gestión municipal. El 26 de octubre de 2020, la Unidad Fiscal Especializada Contra Redes de Corrupción (Uferco), adscrita al Ministerio Público (MP), presentó una solicitud de antejuicio contra el exalcalde capitalino Nasry «Tito» Asfura (2014-2022) y la exregidora municipal Nilvia Castillo, señalando que entre 2017 y 2018 habían desviado alrededor de 28 millones de lempiras de las arcas de la alcaldía capitalina.

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No obstante, el 26 de diciembre de 2022, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) concedió una acción de amparo con suspensión del acto reclamado a favor de Asfura, con lo que se impidió al MP promover acción penal en su contra.

Según el escrito que presentó en aquel entonces la Fiscalía, los acusados depositaron cheques en cuentas personales. El dinero después fue trasladado a otras cuentas, a la emisión de cheques y a pagos de gastos operativos de sociedades mercantiles relacionadas con Asfura. El dinero de estos cheques procedía de los fondos rotatorios, fondo especial y reembolsos.

Osiris Payes concluye que, mientras las reglas del juego no se modifiquen y los fondos rotatorios se continúen utilizando con un alto nivel de opacidad, siempre estará abierta la posibilidad de que se repitan actos de corrupción.

«El hecho de que una norma no se reforme abre la posibilidad a la repetición de hechos similares. Es necesario implementar reformas sustanciales que limiten a un regidor, al alcalde o al vicealcalde, para evitar que repitan situaciones ya ocurridas. Si persisten ambigüedades en las normas que regulan los fondos rotatorios, es muy probable que vuelva a suceder. Cuando se manejan grandes cantidades y no hay suficiente transparencia, siempre existe esa posibilidad latente», finalizó Payes.

Autor
Periodista de actualidad comprometido consigo mismo y con la ciudadanía. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Católica de Honduras (Unicah) y, durante su trayectoria, ha cubierto el Congreso Nacional y reporteado en procesos electorales. Además, ha recibido capacitaciones en técnicas de periodismo de investigación, verificación de datos, reporteo y creación de perfiles periodísticos. A través de su ejercicio busca combatir las injusticias, los abusos de poder y la falta de transparencia.
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Fernando Destephen 1985 Tegucigalpa, Honduras. Fotoperiodista y contador de historias.
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