Afectados por Eta e Iota temen ser desalojados tras ocupar predio municipal en abandono

Pobladores del sector Chamelecón, en San Pedro Sula, ocupan desde hace unos dos meses el predio donde funcionó la Procesadora Municipal de Carnes (Promuca), que desde hace 18 años ha estado en abandono. Unas 450 familias pretenden que la alcaldía de San Pedro Sula les ceda el terreno, y propusieron nombrar a la colonia «Roberto Contreras», en honor al alcalde actual; sin embargo, el edil declaró que ordenará que desalojen a estas personas.

 

Texto y fotos: Allan Bu

 

Una lágrima resbala por la mejilla de Rosy Aguilar mientras recuerda que desde hace 30 años ha vivido de alquiler en alquiler. Su vida ha sido muy dura; se ha ganado la vida lavando ropa y cualquier otro trabajo honesto que le permita llevar comida a su casa. Es madre soltera de tres hijas, todas mayores de edad, pero una de ellas tiene una discapacidad que la mantiene desde hace 27 años en una silla plástica. La situación es tan precaria que no poseen ni siquiera una silla de ruedas.  Rosy es oriunda del sector Chamelecón de San Pedro Sula, en el norte de Honduras.

 

A los 54 años, las fuerzas de Rosy se han ido agotando. Ahora tiene problemas en sus ojos y ya no puede trabajar como antes, pero las cuentas no dejan de llegar. Por un pequeño cuarto de alquiler tiene que pagar 2,000 lempiras y su hija debe tomar medicamentos a diario. «Si pagábamos casa, no teníamos para la medicina y la comida, era una encrucijada», dijo. 

 

La situación económica doblegó a Rosy. Desde hace dos meses su familia es una de las 450 que ha ocupado un terreno municipal que colinda con la colonia Sabillón Cruz en San Pedro Sula. En ese predio de 11 manzanas funcionó la Procesadora Municipal de Carnes (Promuca), pero ha estado desocupado desde hace 18 años. 

 

Tras los desastres provocados por los huracanes Eta y Iota en 2021, la municipalidad de San Pedro Sula mandó a depositar en ese predio todo el sedimento que se acumuló en las calles de Chamelecón. Volcanes de lodo y basura fueron a parar ahí. Ahora, poco a poco, entre esos escombros se levantan pequeñas casas de madera y nylon, como la covacha donde Rosy ha acomodado una pequeña cama y un par de sillas.

 

Las circunstancias de Rosy son similares a la mayoría de la población en Honduras, donde según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) el 64 % de la población vive en situación de pobreza. Sumado a eso, las condiciones económicas no mejoran; solo en el 2023 en el Valle de Sula se perdieron más de 30,000 puestos de trabajo, de acuerdo con información del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep).

 

Rosy y sus hijas frente a la modesta vivienda que han construido en un predio que el alcalde Roberto Contreras les ha pedido desalojar. San Pedro Sula, 24 de abril de 2024. Foto CC/Allan Bu.

«Somos madres solteras y no tenemos dónde ir, aquí hay niños que necesitan ayuda, somos personas con necesidad de vivienda. No somos invasores de oficio, nunca ante los ojos de Dios había hecho esto. Mi padre nunca me acostumbró a andar tomando lo ajeno y es la primera vez en mi vida que decido estar en esto por la necesidad de que no tenemos una casa», dice Rosy, derramando lágrimas y tomando la mano de su hija. 

 

La familia asegura que ya no tiene otras opciones: «Por eso decidimos venirnos para aquí y que sea la voluntad de Dios. Tengo que pedirle a la presidenta Xiomara Castro que ella nos apoye, que es mujer y por eso la elegimos a ella. Siendo ella mujer, puede entender las necesidades de nosotras», ruega Rosy. 

 

Las 450 familias que tienen ocupado ese terreno municipal ya fueron advertidas por el alcalde de San Pedro Sula, Roberto Contreras, quien ha pedido a la Policía Nacional que ejecute un desalojo de ese terreno. En declaraciones a Televicentro, el edil mencionó que las personas que ahora ocupan la propiedad municipal llegaron a ese lugar después de haberse ejecutado un desalojo ocurrido en otra colonia de Chamelecón. 

 

Sin embargo, Georgina, una de las habitantes, desmiente al alcalde Contreras. «Todos los que estamos viviendo aquí somos de Chamelecón, aquí no hay ningún infiltrado de otra colonia. Ya tenemos dos meses de estar aquí», dice, y explica que ella había perdido su vivienda en el 2020 y no ha podido recuperarla. 

 

Contreras aseguró en los medios que ese lugar no es habitable: «Este terreno está altamente contaminado por heces fecales y desperdicios, lo cual hace invivible ese lugar. Tenemos constancias del Medio Ambiente y del Ministerio Público, que esa zona no se puede habitar», dijo. 

 

Agregó que dió instrucciones a la gerencia municipal para «desalojar esas personas por su salud, en primer lugar, y en segundo porque es un terreno donde se planea construir un hospital, luego de retirar toda la capa que está contaminada». 

 

Las personas que están ocupando el terreno han limpiado los desechos con palas y azadones. Algunos incluso ya han preparado las parcelas para construir sus hogares. Es un trabajo arduo, especialmente por la gran cantidad de lodo que fue depositado ahí.

 

En uno de los solares está Chepito, oriundo de Nueva Arcadia, Copán, pero que radica en Chamelecón desde hace más de 20 años. Desde el 2013, este humilde hombre se dedica a vender jabones y detergentes en las calles de su barrio. Siempre ha vivido solo y alquilando, y ahora se ha unido a las familias en el terreno municipal.

José Villanueva, más conocido como «Chepito», se dedica a vender jabones y busca un lugar para vivir. San Pedro Sula, 24 de abril de 2024. Foto CC/Allan Bu.

Chepito, que tiene dificultades de lenguaje, es muy querido por sus vecinos. Nunca ha dejado de trabajar. A pesar de que le cuesta un poco expresar sus ideas, le envió un mensaje claro al edil sampedrano: «Yo le pido al alcalde Roberto Contreras que se toque su corazón para el pueblo, él se comprometió a ayudar al pueblo». 

 

«El alcalde de los chuñas»

 

El 12 de febrero de 2022, cuando Roberto Contreras asumió como alcalde de San Pedro Sula, en el Parque Central se repartieron tamales y refrescos. Ese día, Contreras manifestó frente a una bulliciosa multitud, después de quitarse los zapatos, que era el «alcalde de los chuñas», palabra que describe en Honduras a alguien muy pobre, que no tiene zapatos. 

 

Con esa frase, Contreras quería entregar un mensaje: que gobernaría para las personas pobres de San Pedro Sula, que le dieron la victoria con el 61 % de los votos. En sectores como en Chamelecón y la Rivera Hernández, el actual alcalde ganó las elecciones holgadamente. 

«Aquí todos votamos por Contreras», declara una  de las personas que han ocupado el antiguo rastro municipal. Incluso, las familias que quieren formar la nueva comunidad habían decidido nombrar a la nueva colonia «Roberto Contreras».

 

Pero en entrevista a Televicentro,  el alcalde Contreras reaccionó molesto diciendo que los pobladores «son unos abusivos porque le han ido a poner el nombre de mi persona a esa colonia ¿cómo voy a permitir yo que le pongan mi nombre? Ni siquiera una escuela que construí con mis propios fondos permití que le pusieran mi nombre ¿cómo pueden ser abusivos y ponerle a esa invasión Roberto Contreras? Yo desautorizo eso totalmente porque si no el Ministerio Público vendrá detrás de mí», dijo en un tono muy molesto.

Una mujer retira escombros y maleza de la parcela que le han asignado en la colonia. San Pedro Sula, 24 de abril de 2024. Foto CC/Allan Bu.

Wilman, una de las personas que ocupa el predio municipal, explica que utilizaron ese nombre porque consideran a Contreras un líder, pero si a él le molesta es porque se está apartando del pueblo que lo llevó al poder: «Al alcalde en esa entrevista en la televisión lo vi muy prepotente y elevado. Cuando vino aquí a la comunidad vino con humildad, andaba protestando con nosotros en el bulevar. Estuvo metido con el pueblo, y ahora que el pueblo lo busca le está dando la espalda», dice. 

 

El vecino agrega que la mayoría de las personas que intentan hacerse de un terreno están alquilando y fueron afectados por los huracanes Eta y Iota: «Es por eso que estamos en este lugar, somos personas que no se han podido levantar. La situación del país es muy crítica». 

 

El déficit de vivienda es uno de los problemas más visibles que hay en el país. Según un estudio realizado en el 2020 por Hábitat para la Humanidad, Honduras necesita 522,076 viviendas nuevas, mientras que 844,000 viviendas presentan necesidades urgentes de mejoramiento. Ese estudio, realizado antes de las tormentas Eta y Iota, reveló que el 11 % de las viviendas en el país no tienen acceso agua potable y que el 23 % tienen piso de tierra.

 

A Rosy y sus hijas, vivir en este predio desde hace un mes les ha quitado la carga de tener que decidir si pagar el alquiler de un modesto cuarto o comer. En este lugar no hay servicios básicos de agua, luz o alcantarillado, pero ya no tienen que pagar. «No somos invasores de tierra, simplemente tenemos la necesidad de estar en un lugar. Créame que es difícil no tener dónde vivir y yo nunca he andado en esto, Dios lo sabe», se lamenta.

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