De la búsqueda de la libertad a la crisis política

Texto: Óscar Estrada
Portada: Persy Cabrera

Carlos Luna Garay nació en Masaya el 13 de mayo de 1986. Se bachilleró en el Colegio Salesiano Don Bosco en el 2002, y en el 2007 se graduó de Administración de Empresas en la Universidad Católica de Managua, ahora cerrada por el gobierno de Ortega. Empezó a escribir relatos a los 12 años. A los 19 terminó el primer borrador de Debajo de la cama (2022), seleccionada por el Centro Nicaragüense de Escritores para su convocatoria en 2013. Según el jurado calificador, esa novela expone la búsqueda de libertad individual, sexual y vocacional.

Este año, Casasola Editores publica Abandono, la segunda novela de Luna Garay, ya un autor maduro. Abandono es una novela que rompe esquemas en la región, por esa mezcla que logra entre el retrato de la movida gay de Managua, y la irrupción abrupta de la crisis de abril de 2018. Los personajes de Luna Garay se mueven en esa permanente crisis existencial de quienes buscan un lugar en el mundo, solo amplificada por la política.

Abandono es entonces, una novela bien escrita de temática gay que transcurre en los turbulentos meses de la crisis política de 2018.

Óscar Estrada: Hablemos primero de quién es Carlos Luna Garay.

Carlos Luna Garay: Tuve educación salesiana en la infancia y después estudié Administración Turística y Hotelera. Mi primer acercamiento a la literatura se dio en mi preadolescencia, cuando leí varias novelas que me hicieron enamorarme del género. De ahí nació la curiosidad por completar un libro; hice algunos manuscritos y entre ellos nació la primera novela que publiqué. Mi familia fue siempre muy unida. Crecí en Masaya, en un barrio donde mis vecinos eran mis tías y mis primos, y donde todos eran amigos de mi abuela.

OE: Tu primera novela, Debajo de la cama, recibió un premio de literatura en Nicaragua. Cuéntanos de esa novela y cómo se diferencia ese trabajo de Abandono.

CLG: Ese trabajo es el resultado de esa misma inquietud por la literatura que nació después de esas primeras lecturas. Hace diez años de ese premio, que me sorprendió gratamente recibir. Se postula como la primera novela publicada en Nicaragua que retrata la vida gay clandestina y también abierta del país. Se diferencia de Abandono porque creo que la novela más reciente es inevitablemente más madura. No me aquejan los mismos conflictos de autodescubrimiento temprano. Los temas de la segunda novela reflejan nuevos demonios.

OE: En tu segunda novela, Abandono, explorás temas como el duelo, las despedidas, la soledad y el desamor, además de abordar cuestiones sociales y políticas. ¿Qué te llevó a elegir estos temas como eje central de la trama?

CLG: Creo que los temas escogen al escritor. Los primeros temas que mencionas son eje central de la trama personal de todos. Desde la pérdida de los padres, de los abuelos, de amigos y de un país. Todos hemos experimentado soledad y desamor, y las historias que nos llevan a experimentarlos me resultan siempre interesantes de contar, puesto que todos hemos pasado por eso y todos hemos sido afectados por cuestiones sociales y políticas.

OE: Los personajes principales de la novela, Santiago «Chago» y Selma llevan el peso de la muerte de sus padres y las heridas del pasado. ¿Cómo desarrollaste sus personajes para que fueran auténticos y creíbles? ¿Consideras que estos personajes representan a tu generación? ¿Una generación abandonada a su suerte, traicionada por la utopía de sus padres?

CLG: Los personajes empezaron a ser escritos desde el 2010. Creo que el tiempo jugó un papel importante, pues cuando pensé que ya tenía lista la novela ocurrió [la crisis] del 2018 en Nicaragua y cambió todo. Los personajes que yo seguía escribiendo no podían moverse en los mismos escenarios sin narrar lo que ocurría a mi alrededor. Ellos sortean estos cambios, navegan por esas aguas turbulentas y viven encuentros y desencuentros. Los personajes reflejan lo que nos pasó a todos, o a más de alguno que conocemos. Creo que esto es lo que los hace creíbles.

OE: En tu opinión, ¿cómo se relacionan las situaciones de violencia y machismo que se presentan en la novela con la generación anterior, marcada por la guerra de los ochenta?

CLG: La violencia se hereda, las heridas no terminan de cerrarse cuando se abren nuevas. La generación anterior se encarga siempre de enseñar a la que sigue, a cambiarla, y muchas veces a dañarla. Son ciclos que se repiten. Las situaciones violentas que se viven en la novela son todas reales, ninguna fue completamente creada a partir de la nada. La realidad siempre supera la ficción.

ÓE: Aldo Andana, en su reseña, menciona que los primeros capítulos de la novela no lograron emocionar al lector, pero luego la perspectiva cambia a medida que avanzas en la historia. ¿Puedes explicar cómo lograste esta evolución en la trama y en la narración?

CLG: Yo tenía el manuscrito bastante avanzado, pero los hechos que se dieron en el país me hicieron reescribirlo, para que fuera más cohesiva la historia original con los sucesos que vivíamos. La trama evoluciona de un grupo de jóvenes lidiando con traumas violentos terribles y justo cuando creen que están por superarlos surgen otros hechos violentos, que vienen de todas partes.

OE: En lo personal siento que hay allí dos novelas distintas, una íntima pero superficial, y otra política, que arranca a partir de los acontecimientos de 2018. ¿Cómo integraste este trasfondo político en la historia sin que se convirtiera en un tema mórbido?

CLG: Los acontecimientos del 2018 en Nicaragua se vuelven parte de la trama casi a mitad del libro, cuando ya los personajes tienen varios problemas resueltos, cuando parece que están listos para avanzar y reencontrarse consigo mismos y superar traumas. Nunca fue mi intención hacerlos pasar por un 2018, no imaginé ni siquiera una ficción tan desafortunada, pero la realidad, de nuevo, supera cualquier ficción. Esos conflictos se vuelven un escenario por el que los personajes tienen que sobrevivir de la manera que puedan.

OE: Destaca la forma en que construyes el ambiente en la novela. ¿Puedes compartir algunos ejemplos de pasajes que consideras particularmente impactantes en la creación del ambiente?

CLG: Creo que el principal aspecto de la novela en su creación es haberla concebido en cinco partes, que permiten resolver asuntos independientes en cada una. A medida que avanzan los conflictos nacionales cercan a los personajes, y a la vez estos hechos violentos reflejan lo que ellos ya han vivido en carne propia. La escalada de violencia externa es inversamente proporcional a los cambios internos de los protagonistas de esta historia.

OE: Uno de los temas clave de la novela es la capacidad de cerrar heridas y enfrentar el abandono. ¿Qué mensaje o reflexión deseas transmitir a los lectores a través de esta temática?

CLG: El abandono es lo común que tienen los personajes, que tienen Selma, Santiago, Leonardo, doña Clara y Victoria. Creo que el mensaje que ellos dejan es que no todo abandono es malo ni es el fin. Lo de cerrar heridas viene después de haber enfrentado el abandono y haberse encontrado consigo mismos.

OE: En tu opinión, ¿cómo contribuye Abandono a la narrativa nicaragüense contemporánea? ¿Qué crees que aporta esta obra al panorama literario de tu país?

CLG: Aporta una perspectiva contada desde personajes que viven en tres ciudades distintas de Nicaragua, y que terminan por arrojar una luz sobre los hechos de los últimos cinco años del país que quizás la historia, o datos estadísticos, pasen por alto. Un retrato doliente de los estragos de la violencia familiar y estatal, que desafortunadamente, parecen condenados a repetirse. 

Sobre

Óscar Estrada (San Pedro Sula, 1974) es escritor, guionista y periodista hondureño. Fundador de Casasola Editores. Ha publicado las novelas Cuando el río suena (2022), El pescador de sirenas, la vida poética de Juan Ramón Molina (2019) e Invisibles, una novela de migración y brujería (2012); la colección de cuentos El Dios de Víctor y otras herejías (2015), y los libros de crónicas  Héroes y villanos del golpe de Estado (2022), Tierra que vivo (2020) y Honduras, crónicas de un pueblo golpeado (2013). Es autor además del libro Tierra de narcos, como las mafias se apropiaron de Honduras, que será publicado en su segunda edición por Grijalbo en 2022. Como guionista ha trabajado en los largometrajes para cine La condesa (2020), de Cabezahueca Films; Operación Navidad, Como el xocolatl y El monstruo de San Judas de Guacamaya Films; así como varios guiones para televisión y radio.

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