El 26 de octubre, en el Instituto Hondureño de Cultura Hispánica (IHCH), Tercer Cine proyectó y organizó un conversatorio con las protagonistas del documental Dos Ríos, un mediometraje que muestra, por una parte, la resistencia de pueblos originarios de Honduras y Guatemala a la construcción de proyectos hidroeléctricos, y, por otro, el liderazgo de dos mujeres feministas y ambientalistas en el contexto centroamericano.
Texto: Persy Cabrera
Fotografías: Fernando Destephen
Dos Ríos es una coproducción realizada en Honduras y Guatemala, con una dirección compartida entre la documentalista hondureña Laura Bermúdez y su colega guatemalteca, Anaïs Taracena. En este documental financiado por la Fundación Friedrich Ebert Stitfung, las protagonistas defienden los ríos Oxec en Cahabón, Guatemala, y el Ulúa en Santa Bárbara. Con ello se oponen a los enunciados con los que las autoridades estatales o empresarios privados presentan los proyectos hidroeléctricos en Centroamérica: para mitigar las consecuencias del cambio climático y traer desarrollo a la sociedad.
Las protagonistas en cuestión son María Caal, defensora Maya-Q’eqchi’, que expresó la emoción de participar en este documental y así se visibilice «la lucha que realizamos en cada territorio, como mujeres ahí estamos en las diferentes calles exigiendo la justicia». Acompañando a María está Betty Vásquez, coordinadora del Movimiento Ambientalista Santabarbarense (MAS), quien expresó tener sentimientos encontrados al ver el documental porque «no es fácil enfrentarse a medios de comunicación, grupos económicos, al machismo, capitalismo, imperialismo, que es el que ha oprimido y sigue oprimiendo no solo las luchas de las mujeres, sino también las luchas de los pueblos».
Dos ríos funciona como antítesis a lo que los medios de comunicación masivos muestran sobre la construcción de represas hidroeléctricas, tanto en Guatemala como en Honduras. María Caal considera que estos medios presentan las empresas extractivas como «desarrollo para el país», pero que «no hablan qué son esas masacres, esos delitos que ellos cometen en cada territorio y nuestros ríos lloran, gritan, piden auxilio de que sean defendidos en contra de esos mega proyectos que llegan a torturar, a desviar y despojar», expresó Caal, y, además, agregó un cuestionamiento: «¿Cuántas luchas en Centroamérica en la televisión o la prensa han sido visibles?».
En Honduras la situación es similar. El pasado 3 de octubre, el secretario en los Despachos de Energía, Erick Tejada, anunció la aprobación de la construcción de las represas El Tablón, Llanitos y Jicatuyo en el norte del país para contener las inundaciones por las crecidas del río Chamelecón y Ulúa, aunque de acuerdo a expertos esto no es una solución absoluta a la problemática.
Tras la proyección del documental que coprotagoniza, Betty Vásquez expresó que hay que hacer frente a los desastres naturales consecuencia del cambio climático, pero advirtió sobre el tamaño de estas represas, la magnitud de las lluvias, la cantidad de agua que se almacena y que, sumado al sedimento que se genera por deslizamientos, podría ocasionar que los encargados de las represas decidan abrir las compuertas para no tener daños en infraestructura: «Recordemos lo que pasó el 22 de septiembre del 2020 cuando la represa Patuca —del mismo tamaño que quieren hacer Jicatuyo, Llanitos, Tablón y Tornillito— abrió compuertas y tiró 1,000 metros cúbicos de agua por segundo, esa agua también será derramada cuando se abran las compuertas de esas nuevas represas y va a seguir inundando el Valle de Sula», agregó Vásquez.
La coordinadora de MAS agregó que, al igual que el Valle de Sula, Santa Bárbara también es un territorio bajo amenaza porque la construcción de las represas tiene como consecuencia «ahogar al río Gualcarque, se van a ahogar todos esos ríos porque no van a poder correr libremente», y por tanto, dice que «las represas no pueden ser alternativa para los derechos de una población violentando derechos de otra población, es tremenda contradicción esa».
Dos ríos también evidencia la criminalización y los peligros que enfrentan los defensores ambientales; en su metraje se puede conocer la historia de Bernardo, hermano de María Caal, que «fue condenado a 7 años de prisión por delitos que él no cometió», un hecho perpetrado por las autoridades gubernamentales, «es lamentable cómo opera el Estado de cada país, vela a favor de las empresas extractivas y no al derecho de los pueblos originarios», denunció Caal.
En ese sentido, Betty Vásquez estima importante la memoria histórica, y explica que, aunque estas luchas se inspiran en mártires del ambientalismo, «no los quisiéramos tener como mártires y que después aparezcan como parte del calendario cívico de septiembre y el resto del año se olvidan», explicó.
En el conversatorio de Dos ríos, Betty Vásquez enlistó a defensores del medio ambiente que marcaron la historia del activismo medioambiental en Honduras y a los que se espera reciban la justicia que se exige. Entre ellos están Margarita Murillo, activista hondureña por los derechos humanos asesinada en 2014, a quien Vásquez definió como una mujer «que defendió su territorio-tierra y su territorio-cuerpo ante un patriarcado»; Carlos Escaleras, defensor del medio ambiente asesinado en 1997, y del que Vásquez denunció que «sus asesinos todavía están en libertad; a pesar que tiene un parque nacional a su nombre, sigue instalada una mina en su territorio y es una área protegida»; y un nombre que no puede faltar cuando se habla de la defensa de los ríos de proyectos hidroeléctricos, Berta Cáceres, de la que Betty Vásquez exclamó «nosotras lo sabemos y lo tenemos bien claro, Berta nos inspira y a ella se lo dijo un río, a mí me lo dijo Berta, y yo le creo».
De acuerdo a un registro de la organización Global Witness, América Latina es la región del mundo más peligrosa y letal para los defensores del medio ambiente. En Honduras, solo en el 2020 se documentaron 17 asesinatos de ambientalistas; en Guatemala, 13.
En 50 minutos, Dos ríos permite conocer a dos mujeres líderes en sus territorios y ver la evidencia de su trabajo, resistencia e ímpetu para enfrentar los enunciados y beneficios que el Estado adhiere a la construcción de proyectos hidroeléctricos. Laura Bermúdez, una de las directoras del documental, considera que «estas historias son importantes, de mujeres que están defendiendo, contadas desde sus propias voces y es una gran apuesta de la fundación Friedrich Ebert Stitfung, porque realmente hay una libertad creativa de hacer cine y hacerlo con un propósito de entender más nuestros territorios y las mujeres que están adentro luchando por nuestros bienes —que son de todos— y que en la ciudad no estamos al tanto».
Uno de los mensajes de Dos ríos es resumido por una de las respuestas de Betty Vasquez durante el conversatorio: «Sí, tenemos que mitigar el cambio climático, pero no desde la represa a los ríos, no desde el desplazamiento y el despojo».