Néstor Ulloa: la poesía como tránsito de la oscuridad hacia la luz

Fundador del Festival de los Confines, Néstor Ulloa

El escritor, catedrático, y fundador y organizador del Festival de los Confines, Néstor Ulloa, compartió en Contracorriente parte de su vida en el camino poético y su viaje personal hasta escribir su más reciente poemario, Salir del Cuerpo (Efímera, 2021), uno que «…testimonia las dificultades que existen en el tránsito de la oscuridad hacia la luz» o que, en palabras más concretas, ahonda en la dificultad de pertenecer a la población LGBTIQ+ en un país como Honduras; pero aunque su título juega con la expresión «salir del clóset» y Néstor se alegra de quienes ven en él un componente político, prefiere que sea visto primordialmente como un discurso estético y como el libro de poesía que lo retrata tal y como es, y siempre ha sido. 

Texto: Persy Cabrera
Fotografías: Fernando Destephen

Néstor Ulloa nació en Ojos de Agua, Comayagua, en 1978. Y, además de ser «aprendiz de poeta», como prefiere llamarse, trabaja como docente de Español General en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) en Tegucigalpa, donde vive desde hace aproximadamente diez años. Su oficina —y todas las del Departamento de Letras— se encuentran en el J1, edificio en el que se imparten, en su mayoría, asignaturas para los futuros biólogos y microbiólogos de la nación. 

En medio de un corte de luz en todo el edificio J1 de la UNAH, Néstor respondió algunas de las preguntas para esta entrevista que brindó a Contracorriente. Días después, a plena luz del mediodía y en una cafetería de Tegucigalpa, Ulloa replicó a las preguntas complementarias que le hicimos. Las condiciones de esta conversación se asemejan a la descripción de su último poemario, un «tránsito de la oscuridad hacia la luz», según la escritora Helen Umaña. El «aprendiz de poeta» se dispuso a responder sobre lo que considera su «modo de forma y vida»: la poesía.

Fundador del Festival de los Confines, Néstor Ulloa

Néstor Ulloa considera que este es un momento muy productivo e importante para la poesía hondureña y comenta que «prueba de ello son los ganadores del premio de poesía de Los Confines, son jóvenes la mayoría de ellos, Iveth Vega, Josué Álvarez o Rommel Martínez, el premio es un termómetro que nos dice que se está escribiendo buena poesía en Honduras». FotoCC/ Fernando Destephen

Contracorriente (CC): ¿Para usted qué es la poesía?

Néstor Ulloa (NU): No es una moda y jamás lo será, la poesía siempre será un modo de vida porque para mí es la producción artística que me ha permitido evolucionar como ser humano y convertirme en lo que soy. Si la poesía no me hubiese encontrado, no me hubiese dado cabida y cobijo, creo que sería una persona totalmente diferente. 

Podría decir cualquier cliché sobre la poesía, que «es una forma bella de ver el mundo» y sí, es esas cosas, pero para mí es eso: una forma de vida. Yo hoy por hoy no concibo mi vida fuera de la poesía —por muy cliché que suene también. 

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Este «modo y forma de vida» lo ha acompañado desde niño, en el pueblo de Ojos de Agua, Comayagua. Leer los periódicos aunque tuvieran noticias viejas, una madre que le leía cuentos antes de dormir o los inventaba con él y sus hermanos como protagonistas le dieron los empujes iniciales en el mundo de la poesía, eso y, además, un hecho trascendental: « (…) Cuando tenía unos diez u once años, más o menos, un primo de mi mamá, el escritor Julio César Anariba (1964-2015), que trabajaba en el Instituto Emiliani y estudiaba Letras, fundó un taller de poesía con alumnos de este instituto, pero también una contraparte con niños del pueblo… Ahí Julio nos enseñaba cómo construir y hacer una imagen, etcétera, nos prestaba libros e incluso trasladó su biblioteca al pueblo para que tuviéramos acceso a la lectura».

Néstor emigró de Ojos de Agua —al que se refiere siempre como «mi pijalío hermoso»— hacia Tegucigalpa en 1997 para averiguar sobre el proceso de admisión en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM). En la capital, cuenta, la experiencia ha sido un ir y venir hasta que en 2012 se empezó a establecer de forma permanente por cuestiones laborales, específicamente su trabajo como docente en la UNAH.

«Mi mundo había llegado hasta Comayagua y Siguatepeque. Creo que de alguna u otra forma el destino o el cielo ponen las personas adecuadas, yo venía a la Pedagógica sin saber donde quedaba, pero en el mismo bus en el que venía estaban dos profesores que se trasladaban de Comayagua para la Pedagógica. Ellos me orientaron y toda la cosa», comenta sobre su primera llegada a Tegucigalpa.

Su formación educativa siempre ha estado relacionada con la docencia; en Comayagua estudió en la Escuela Normal Centroamérica para poder dar clases a nivel primario, luego en la UPNFM para impartir a nivel secundario, y, en el presente, lo hace a nivel universitario. 

La docencia funciona como un respaldo para su oficio como escritor. Escribir y publicar poesía a tiempo completo es algo que no está al alcance de todos los poetas. «Si uno tiene dinero es fácil publicar libros, uno prepara su libro, lo lleva a la imprenta y ya está. El problema es que los artistas en Honduras normalmente no vivimos del arte, no da para vivir, son contados con los dedos de una mano los que pueden hacerlo», comenta Ulloa, y, además, agrega que históricamente los autores hondureños se han visto obligados a escribir, corregir, editar, diagramar, publicar y vender sus libros por la inexistente industria del libro en el país.

Aún con todo esto que supone ser artista en Honduras, Ulloa tiene publicado como autor los poemarios Soldemedianoche (Bellota Cultural, 2003), Los espejos de Carlos (il miglior fabbro, 2006), Detrás de la Sed (Efímera, 2015), Toque de queda para la primavera y otras estaciones (Malpaso, 2018) y el último de sus poemarios, que surgió de un proceso catártico, la necesidad de contar su historia y para expresar que está «plenamente convencido que simple y sencillamente yo soy esa persona, que es la persona que siempre he sido», ese libro es Salir del cuerpo (Efímera, 2021).

Fundador del Festival de los Confines, Néstor Ulloa
Ulloa explica que las temáticas que más le inquietan para escribir son «los temas eternos, la muerte, el desamor, el amor —por supuesto—, la soledad. Luego los temas sociales por mi formación política e ideológica, me golpean fuerte, mucho y creo que siempre están presentes en mis libros». FotoCC/ Fernando Destephen

Helen Umaña, destacada investigadora de la literatura hondureña y autora del prólogo de Salir del cuerpo (Efímera, 2021), además de describirlo como ese tránsito de la oscuridad hacia la luz, lo describe como «un atravesar las sombras para conquistar el derecho a vivir con fidelidad hacia sí mismo». Esta es una colección de poemas homoeróticos que exploran la travesía de Néstor por contar su historia y expresar cómo se siente aceptándose en el amor, un libro del que recalca lo que para él es el arte y que si bien hay un discurso político en Salir del cuerpo, prefiere que sea una consecuencia de y no una etiqueta al presentarlo.

CC: ¿Por tratar la diversidad sexual es Salir del cuerpo una novedad en Honduras?

NU: Ante todo es un libro de poesía como cualquier otro. No debería de ser una novedad más que ser una nueva publicación. Recuerdo que Salva (Salvador Madrid), que es mi editor, una vez que mi libro ya estaba listo e impreso me dijo: «Estoy preocupado, o sea ¿qué tratamiento le vamos a dar al libro? Porque yo no quiero faltarte el respeto a vos y al libro». Yo le decía: «Pero es que no te preocupés, vamos a tratar el libro como lo que es, un libro de poesía».

Ni yo pretendo personalmente ni pretendo que el libro se convierta en una bandera política, no es eso, es un libro de poesía. ¿Que es una postura política o discurso político? Claro que sí lo es, pero en primera instancia es un libro de poesía, una obra de arte, es un discurso estético. Con esto yo no quiero faltarle el respeto a los que hacen el trabajo político, mis respetos para ellos y ellas.

Lo político será añadido después, como una consecuencia del texto. Cuando se anunciaron las presentaciones del libro fue «libro de poesía tal, autor tal», o sea, sin hacer referencia alguna porque tampoco queríamos alimentar el morbo a la gente de decir «aquí está el libro de un poeta que salió del clóset», no, porque no es esa la finalidad. 

Si el libro llega a manos de quién lo necesita en ese aspecto y se siente identificado, le ayuda, eso será hermoso; y ya han llegado algunos comentarios de ese tipo.

CC: ¿Cómo fue el viaje creativo y personal para escribir Salir del cuerpo (Efímera, 2021)?

NU: Fue una catarsis, no violenta, porque yo ya había pasado por ese proceso violento. Con los demonios un poco calmados comienzo a escribir el libro, eso no significa que escribirlo fuera fácil, porque a medida que se fue escribiendo —que no fue de un tirón, pero sí con esa linealidad que tiene— volvían a aflorar ciertas cosas que al final de cuentas hacían un poco difícil el texto, porque apelaban a los sentimientos, a la humanidad.

A pesar de que yo ya había tenido un proceso que duró años, me fui abriendo con pocas personas que estaban a mi alrededor, amigos sumamente cercanos, familia, pero saber para qué estaba escribiendo, los alcances que iba a tener, y eso complicaba más las cosas. Pero sí fue muy liberador.

CC: ¿Cuánto tiempo le llevó escribirlo?

NU: Fue un libro que pasó por distintas etapas de un proceso que duró unos 4 años más o menos. Antes de cumplir los cuarenta, yo comencé porque dije «a los cuarenta es tiempo suficiente para que yo haga esto». Yo cuento una anécdota, leí una novela en la que decía «a los cuarenta un hombre debería contar su historia o debería morir», y yo estaba próximo a llegar a esa edad y dije «así es, tiene que ser así». Fue un proceso entre mis 39 y 43 años.

***

¿Cuántas veces debe amanecer el día

para encontrar el camino que le lleve al mar?

¿Cuánto grito debe sofocar las piedras del camino

para no desnudar las dudas

que arrancan a los pasos del caminante?

¿Cuánta sombra debe esconder la noche

para que no brillen los deseos 

que trajinan por las rendijas?

Fragmento del poema «Confesión de parte»del poemario Salir del Cuerpo
(Efímera, 2021)

***

Así como Bob Dylan en Blowin in the wind recolectaba una serie de preguntas retóricas sobre problemáticas sociales y el mismo ser humano —que aún persisten— entre las que se puede mencionar: ¿Cuánto tiempo deben existir algunas personas hasta que se les permita ser libres?, también Ulloa se plantea sus propias cuestiones en Salir del Cuerpo (Efímera, 2021), y, a partir de ahí, surgen otras interrogantes sobre la situación de la comunidad LGBTIQ+ en Honduras y la necesidad del cambio de narrativa de la tolerancia por una de respeto cuando la población se encuentra con una persona que se sale de la heteronormativa a la que están acostumbrados.

CC: ¿Qué cree que falta para que se cambie la narrativa de «tolerancia» por una de respeto a las personas de la comunidad LGBTIQ+?

NU: El problema es la formación que recibimos y eso es en todos los aspectos, formación en la familia, escuela, universidad, porque estamos acostumbrados a etiquetar las personas y a valorarlas por esas etiquetas. En la medida en la que por fin entendamos que todos somos seres humanos, independientemente de cuánto dinero tengamos en el banco o con quien se acueste la gente, en esa medida iremos avanzando un poco más. Parece fácil, pero cuesta, a la gente le cuesta entender que no soy ni un ángel porque soy hombre y me acuesto con una mujer, pero tampoco un demonio porque soy un hombre y me acuesto con otro hombre.

No podemos negar que hay ciertos avances, que han costado sangre, muertes a otras personas que se han dedicado a hacer política para esto. Mi mayor miedo es que estos avances sean solo una burbuja y que en cualquier momento reviente, que la realidad llegue a ser tan cruel o peor que como era antes.

Fundador del Festival de los Confines, Néstor Ulloa
Néstor Ulloa tiene entre sus logros académicos una Maestría en Literatura Hispanoamericana que estudió en la Universidad de Salamanca, España. FotoCC/ Fernando Destephen

CC: ¿Cambió la perspectiva de algunas personas sobre usted después de publicar el libro?

NU: Honestamente, no lo sé, imagino que sí. Si bien es cierto ha habido muy buena recepción por parte de mucha gente, no puedo asumir que el cien por ciento va a ser así. Que me lo hayan demostrado y me haya dado cuenta, no, no lo sé. La gente no puede estar completamente de acuerdo con cualquier tema, independientemente que se trate del cambio del dólar o de un libro de poesía homoerótica.

Por lo menos la gente que está a mi alrededor, círculo de amigos íntimos, familia, no ha alterado nada el transcurso cotidiano de la vida el hecho que haya salido el libro, más que alegrarse porque haya salido y que yo me sienta alegre, pleno y feliz.

CC: La infancia generalmente es un tema recurrente e idealizado, ¿fue usted libre durante la suya?

NU: Puede ser, de la infancia se derivan los traumas de los adultos. Yo fui un niño feliz, no fui alguien a quien obligaban a hacer «trabajos de hombre». Yo me la pasaba leyendo y escribiendo. Que un niño prefiera estar leyendo libros en su casa que estar jugando a la potra con sus amiguitos, es un estigma para el papá —me pongo en la posición de mi papá—, y por supuesto que le va a acarrear los estigmas al niño.

A pesar de todo siempre fui un espíritu fuerte, nunca me importó que me gritaran marica mis compañeritos, por ejemplo, en el fondo yo sabía que ni siquiera sabían lo que significaba la palabra y no es que tuviera aires de superioridad, sino que era como aquello de «padre, perdónalos porque no saben lo que hacen».

Con el tiempo me fui ganando el respeto de la gente, mi trabajo como profesional ayudó mucho en eso, la poesía me ha ayudado mucho en esas situaciones. Pero es muy probable que esos procesos que se dieron hayan provocado que no me haya sentido con la libertad suficiente como para hacerlo hasta los cuarenta años, que fue cuando decidí hacerlo, y que haya vivido toda una vida no escondido pero encerrado en un cascarón que no me atrevía a romper.

***

Calló porque ya sabía la respuesta.
Desde entonces, 
los domingos por las noches,
dejaba un par de alas de mariposa
debajo de mi almohada.

Fragmento del poema «Historias para contar antes de dormir»del poemario Salir del cuerpo (Efímera, 2021)


No entristezca, madre, 
sólo escuche lo que dicen,
pero usted sabrá que, al fin,
me habré encontrado al otro lado del espejo.

Fragmento del poema «Canción de cuna para una madre»del poemario Salir del cuerpo (Efímera, 2021)

CC: ¿Sus padres lograron ver este libro?

NU: Mi mamá no, mi papá sí, ella murió en el 2006. Pero mi mamá no necesitaba el libro para saberlo, las mamás siempre saben esas cosas. De hecho hubo una plática cuando era niño —y lo menciono en uno de los poemas— y que no la entendí en ese momento, la entendí cuando ya era adulto y la recuerdo. Ella sabía que mis gustos sexuales eran diferentes a los de mi hermano, ella siempre lo supo. 

CC: ¿Eran personas abiertas con su preferencia sexual?

NU: No, recuerde que vengo de un pueblito de campesinos, donde el peso de la tradición machista es un poco complicado. Es complicado para la persona que se sale de la norma y la familia de esa persona. Yo decía en algún momento que se aplican estas categorías de posición y condición que creo son de Foucault o sea, no es lo mismo ser un hombre homosexual en Tegucigalpa, hijo de una familia de clase media, que serlo en un pueblito, hijo de campesinos.

Es atroz. En mi caso no lo fue tanto, no significa que no lo he sentido, pero a pesar de que hago milpa, frijolar, ese tipo de trabajos, no es a lo que me he dedicado, me he desarrollado profesionalmente y no he convivido al cien por ciento en el pueblo en esas actividades, pero es más complicado.

***

Su contribución a Honduras ha estado en y para la poesía porque además de escribir y vivirla también es parte del grupo fundador de un evento que la expresa y comparte al país, el Festival Internacional de Poesía de los Confines. Un evento cultural y también un espacio de contracultura que inició junto a Salvador Madrid con un simple «¡hagamos un festival de poesía!» —cuenta Néstor—, y se replicó con un «¡vaya pues, hagámoslo!». ¿Qué más se necesita? 

Inició con esas frases y con el deseo de «descentralizar el acceso a la cultura» y, además, de «llevarlo a la periferia del país, y, sobre todo, al tomar en cuenta que en occidente —específicamente en Lempira— están los niños que más leen en este país, entonces nos pareció adecuado hacer que esos niños también tuviesen contacto con un evento de esta naturaleza, que conozcan autores, poetas, escritores de narrativa, pintores o músicos», comenta Ulloa.

Desde ya está pensando en la próxima edición de este espacio —que además— considera está produciendo poesía de calidad, visibilizando los poetas jóvenes del país en el mundo. Néstor confía que esa próxima edición se realizará como se ha desarrollado el Festival de los Confines y sigue avanzando, teniendo cero presupuesto.

Entre risas, Néstor comenta que va a considerar que es un poeta hasta que muera, y agrega que «no importa si yo me asumo o no como poeta, lo que importa para mí es que en algún momento yo, como este ser que soy, sea utilizado como un puente entre la poesía y el lector».

Pronostica que seguirá escribiendo y mejorando hasta ser digno de ser llamado poeta. Produciendo poesía que tenga la calidad estética con la que está comprometido y construyendo versos que provoquen algo en el lector, porque «si no provoca eso “sublime”, como decían los griegos que debería provocar, no es arte».

Por la conocida naturaleza religiosa y conservadora de la población hondureña y los elementos bíblicos que Ulloa plasma en Salir del Cuerpo (Efímera, 2021), había que plantearle una última pregunta que había quedado en el aire de la cafetería. 

CC: Salir del cuerpo tiene varias referencias religiosas ¿es por algo en especial? ¿ha sido usted alguien religioso?

NU: Me crié en un pueblo, bajo la tradición católica. Soy católico aunque no vaya a misa todos los domingos. Soy católico, pero uno que cuestiona, un cristiano que cuestiona al cristianismo mismo.

Tengo mi propia visión de Dios y mi relación con Dios que no pasa por la relación que pueda tener la mayoría. Me puedo tomar la libertad de citar a David cuando dice «más maravilloso me fue tu amor que el amor de las mujeres», llorando cuando mataron a Jonatán. Me puedo tomar esas libertades, y estoy seguro que Dios no me va a castigar por eso.

Sobre

Persy Cabrera nació en Tegucigalpa en 1997. Es graduado de bachiller técnico en electricidad del Instituto Técnico Saúl Zelaya Jiménez y cursó media ingeniería eléctrica en la UNAH antes de pasarse a estudiar periodismo. Actualmente es periodista cultural en Contracorriente. Le gusta el cine, las series, el anime, el manga y los libros. Practica fútbol y es entusiasta del deporte en general.

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Fernando Destephen 1985 Tegucigalpa, Honduras. Fotoperiodista y contador de historias.
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2 comentarios en “Néstor Ulloa: la poesía como tránsito de la oscuridad hacia la luz”

    1. Nuestro Ulloa es un ser humano excepcional. Tiene la noble cualidad de dejar existir a los demás sin invadir. Es muy atento a los detalles y a la vida. Lo cual en gran parte constituye un excelente punto de encuentro para la Poesía y para la vida individual y colectiva ahora y frente al futuro…

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