Julio Prado, abogado y escritor guatemalteco, presentó el 13 de junio de 2022 la novela La noche viene sin ti (Alfaguara, 2022), que revela algunas de sus vivencias como fiscal en casos reales de adopciones ilegales en Guatemala.
Texto: Persy Cabrera
Fotografías: Fernando Destephen
La librería Metromedia de Tegucigalpa recibió con un conversatorio al abogado y escritor guatemalteco, Julio Prado, autor de La noche viene sin ti (Alfaguara, 2022) quien habló sobre el proceso literario de ésta, su primera novela. Aunque Prado publicó antes un libro de cuentos y solía escribir columnas de opinión en medios digitales de Guatemala, para recopilar lo que vivió en el Ministerio Público como fiscal de la unidad que investigó adopciones ilegales, decidió usar una narrativa novelística y así, a través de la ficción, ordenar sus recuerdos y respetar a las víctimas.
Gonzalo Ríos, protagonista de la historia y especie de álter ego para Prado, es un joven fiscal que acaba de ser asignado a la Unidad de la Niñez y Adolescencia y ahora deberá enfrentarse a la corrupción en el sistema judicial, redes de narcotráfico, prostitución y, por si fuera poco, al desgaste de su relación matrimonial y su reciente paternidad.
La novela está escrita en primera persona, así que la herramienta para contar la historia de Gonzalo Ríos fue plantearla como un diario, explicó Prado: «Cuando uno lleva un diario, sabe que uno se está confesando con uno mismo, entonces se es más resuelto, más transparente». De esta manera se desarrolla esta historia para la que el escritor guatemalteco mencionó que tuvo presente la novela Abril Rojo (Punto de lectura, 2006)de Santiago Roncagliolo y la película Heat de 1995, protagonizada por Al Pacino y Robert de Niro.
Así como en Heat se plantea la dualidad a través de Pacino y de Niro al ser uno un policía y el otro un ladrón de bancos, Prado expone las dos facetas de su protagonista. Por un lado el hombre de familia que se ve sumido en la desesperación al llegar a casa y verse restringido aislado por no poder compartir las atrocidades que vive en su jornada laboral y, por otra parte, el fiscal incansable que choca con problemas burocráticos por la corrupción en el sistema judicial y se siente responsable por las víctimas de un Estado que parece poner solo trabas para que vean justicia.
«Creo que somos una máquina de producir víctimas», dice el autor al referirse a cómo se maneja la justicia en Centroamérica y, además, considera que la violación a los derechos de las habitantes de la región aún persisten, lo que concluye en que no tengan más opción que ser víctimas de la trata de personas, prostitución o adopciones ilegales.
El primer tercio del libro introduce a Gonzalo a este mundo corrupto y violento y da inicio a un problema social que hoy día perdura en la sociedad: las adopciones ilegales. «Una galería como oferta de productos en línea. Un Amazon de personas. Esa era la puerta que acabábamos de abrir», es la frase que da el pistoletazo de salida para una trama que pone en el foco de atención la maldad más pura del ser humano y cómo la avaricia se aprovecha de la necesidad económica de unos y de la necesidad emocional de otros que solo quieren formar una familia.
Prado lo resume como el «síntoma de épocas sumamente violentas, de épocas en las que la vida vale muy poco y vale tan poco que tiene un precio». El negocio de las adopciones ilegales en Guatemala inició aproximadamente en 1977 cuando en la legislación guatemalteca se aprobó que notarios y notarias estuvieran facultados para gestionar procesos de adopción, desde ahí se confabularon la corrupción y los problemas socioeconómicos de la población para que a inicios de la década de los 80 se convirtiera en un negocio rentable, según el Centro de Investigación Periodística de Chile (CIPER). De acuerdo al CIPER, para el 2008 Guatemala se convirtió en el primer lugar de países con «exportación de niños» hacia Estados Unidos.
La noche viene sin ti (Alfaguara, 2022)explora desde la piel de Gonzalo cómo funciona a nivel de calle todo el proceso de las adopciones ilegales; el lector puede conocer de primera mano cómo exactamente funcionaron –y todavía lo hacen– estas redes criminales, por medio de historias reales de madres y padres que fueron forzados por su contexto a entregar a sus hijos e hijas.
Según Julio Prado, este no es un negocio exclusivo de Guatemala; también Honduras, Chile, España, Rusia o China sufren por esta actividad ilícita. Tras la interrogante de uno de los lectores en el conversatorio sobre qué dice este problema acerca de nuestra sociedad, concluyó que esta «fue una industria floreciente. Y ¿qué estábamos haciendo? Estábamos vendiendo guatemaltecos».