David Chávez, presidente y máximo defensor del Partido Nacional, podría ganar la carrera por la alcaldía en el Distrito Central en las próximas elecciones. Su fuerza se sustenta en el clientelismo, la violencia en contra de candidatos opositores y el acompañamiento de políticos corruptos y con sospecha criminal.
Texto: Fernando Silva
Fotografía: Martín Cálix
El pasado 13 de octubre, cuando Salvador Nasralla, presidenciable por el Partido Salvador de Honduras (PSH), anunció su renuncia a la candidatura y que se sumaría como designado presidencial a Xiomara Castro de Libertad y Refundación (Libre), el Partido Nacional de Honduras anunció una conferencia de prensa para pronunciarse.
Ese mismo día por la tarde, David Guillermo Chávez Madison salió de la oficina de la presidencia del Consejo Central Ejecutivo del Partido Nacional, tras reunirse con la vieja guardia de esa institución política. Salió con una sonrisa y chocando puños con los periodistas que le esperaban. Al iniciar su discurso su expresión cambió y entre sus primeras palabras afirmó que la alianza «de hecho» que candidatos presidenciales acababan de anunciar tenía entre sus objetivos «regresar al país al socialismo del siglo XXI», promover el aborto y las clases de sexualidad para menores, Chávez asegura que la forma de gobierno de Manuel Zelaya entre 2006 y 2009 era el socialismo. «Mientras tanto, nosotros estamos enfocados en defender la familia y la vida», aseguró.
Con 39 años David Chávez es el presidente del Comité Central Ejecutivo del Partido Nacional más joven en la historia de ese Partido, y es desde su juventud que ha cimentado la simpatía que le tienen las bases: usando una gorra hacia atrás, publicando videos de Tik Tok, pero manteniendo los valores ultraconservadores que identifican a esa institución política. Un modelo que parece haber sido copiado del presidente salvadoreño Nayib Bukele.
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David Chávez, que asegura ser «la fuerza de la capital», dice que la contienda electoral se convirtió en una lucha entre «el comunismo y el progreso».
Sin embargo, a poco más de un mes de las elecciones generales, los vínculos con la corrupción y el narcotráfico que han perseguido a los principales líderes del partido que representa, también le persiguen.
Un lugar común en el narcotráfico
El lunes 18 de octubre, el Ministerio Público (MP) ejecutó medidas de aseguramiento y capturas en contra de Roosevelt Avilez, alcalde de Talanga en Francisco Morazán, y su esposa Nancy Santos, candidata a diputada suplente por el Partido Nacional, por suponerlos responsables del delito de lavado de activos en perjuicio de la economía del Estado de Honduras. Entre los dos superan los 300 millones de lempiras injustificados en sus cuentas bancarias. Un comunicado del MP explicaba que estos hallazgos se habían hecho a partir de una serie de denuncias que apuntaban que su patrimonio tiene origen en el tráfico ilícito de drogas. Además, las autoridades aseguraron 131 bienes inmuebles, 43 vehículos y 3 sociedades mercantiles.
Los lujos que gozaba esta familia son evidentes en las publicaciones en redes sociales de Nancy Santos, así como también es evidente su cercanía con la familia de David Chávez y algunas de las figuras con más poder en el Partido Nacional.
Santos aspiraba a ser la diputada suplente de Pedro Antonio Chávez, quien resultó como el diputado más votado del departamento de Francisco Morazán en las elecciones primarias y es hermano de David Chávez.
Sin embargo, la relación con esta familia no es nueva. En 2013, Nancy Santos acompañó como suplente en las elecciones a la exparlamentaria nacionalista Lena Gutierrez, desde ese entonces ya aparecían fotografías junto a David Chávez en el prefil de Facebook de Santos.
En 2015, tras las acusaciones en las que la empresa Astropharma —de la que Gutierrez era fundadora y accionista— se vio involucrada por el supuesto uso de registros sanitarios falsos para participar en los procesos de licitaciones de medicamentos en la Secretaría de Salud, Santos ocupó su cargo, y luego en 2018, se postuló como diputada titular sin alcanzar éxito. Ahora, en estas elecciones, aparecía junto a Pedro Chávez, quien además es esposo de Lottie García Carias, hermana de la primera dama de la nación.
La captura de esta pareja solo se suma a una serie de acusaciones en contra de funcionarios del Gobierno por actividades relacionadas con el narcotráfico, incluyendo en las últimas semanas la acusación en contra de Jerry Hynds, alcalde de Roatán.
Un lugar común en la corrupción
Los antecedentes de relaciones con ilícitos no son nuevos para David Chávez. En febrero de 2018, el CNA señaló que el actual candidato por la alcaldía habría ocasionado un perjuicio en contra del Estado por un monto de más de 21 millones de lempiras al sobrevalorar un contrato de suministros en un centro regional del Instituto de Formación Profesional (Infop) cuando era titular de dicha dependencia en el Gobierno de Porfirio Lobo, posterior al golpe de Estado.
En ese momento, Chávez dijo que esos señalamientos eran una «brutada» y que toda la acusación era por su posición política: «Soy el diputado más votado, no tengo ninguna relación con las denuncias que presentaron contra mí», aseguró. Sin embargo, este no fue el único caso de corrupción vinculado a su nombre.
Victoria Isabel Madison, madre del candidato, fue mencionada por la disuelta Unidad Fiscal Especial Contra la Corrupción e Impunidad (Ufecic) del Ministerio Público como involucrada en el trabajo de la Fundación para el Desarrollo Integral de la Mujer (Fundeimh) que recibió entre 2014 y 2017 al menos 318 millones de lempiras (12 millones de dólares) desde la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (Sedis). Dicha fundación tuvo a la primera dama, Ana García, como apoderada legal, y hasta el momento de la investigación había obtenido múltiples convenios con el Estado manejando el programa Vida Mejor, el principal proyecto asistencialista del actual gobierno, que David Chávez asegura van a continuar en caso de seguir en el poder.
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Todos estos señalamientos generan más suspicacia considerando que en las elecciones primarias sus gastos de campaña ascendieron a los 4.5 millones de lempiras, aproximadamente el doble de lo que gastó Mauricio Oliva, el derrotado precandidato en carrera por la presidencia de la República y actual presidente del Congreso Nacional, según datos del informe «Observación y seguimiento a elecciones generales 2021» del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep).
Para Eduardo Martell, candidato del Partido Liberal y contrincante de Chávez por la alcaldía del Distrito Central, a pesar de tener todos los recursos a su alcance, la imagen del nacionalista se encuentra altamente deteriorada por su «actuación violenta, irascible y confrontativa».
«Pero, no hay que obviar el otro lado de la moneda: recursos ilimitados —provenientes probablemente de recursos públicos o incluso actividades ilícitas— apoyos institucionales, y que es el “delfín” de Juan Orlando Hernández. Y yo por eso digo: “votar por David Chávez es votar por Juan Orlando”, porque lo impusieron como presidente del Partido Nacional y eso de alguna manera refleja el camino», asegura Martell.
En una biografía publicada en una página web del mismo Chávez, se le describe como un «joven abogado independiente y empresario exitoso», en ese sentido, para costear sus gastos de campaña contaría con al menos tres empresas inscritas ante el Registro Mercantil de Tegucigalpa, en las que figura como socio fundador: Tecnicell S de R. L. de CV, Telefonia Celular S. A. de CV y Telefonía Móvil S. A de CV. Ninguna de estas empresas cuenta con registro de compras con el Estado u otro tipo de evidencia de sus negocios.
Martell también apunta que desde su visión David Chávez refleja lo peor del Partido Nacional, y cuenta que él sabe de fricciones a lo interno por su comportamiento.
«Yo creo que David Chávez (no creo, estoy seguro) es el peor candidato que ha tenido el Partido Nacional en los últimos 25 o 30 años. Mucho peor de cómo llegó como candidato Miguel Pastor, como llegó Ricardo Álvarez, como llegó Nasry Asfura». Tal como lo indica Martel, los resultados de las elecciones primarias reflejan cifras que podrían preocupar a Chávez, y es que al menos 50,000 personas que votaron por Nasry Asfura en el Distrito Central no votaron por David Chávez como candidato a alcalde, según los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE). Sin embargo, si finalmente gana la alcaldía del Distrito Central, al concluir su periodo en 2026 se acumularían un total de 28 años de dominio del Partido Nacional en la municipalidad de la capital.
«Demostró de lo que es capaz en el Infop y yo no voy a decir si es bueno o malo, que juzgue el ciudadano. Pero si quieren evaluar cómo se comporta David Chávez al frente de una institución vayan a ver lo que hizo en esa institución, vayan a ver lo que ha hecho como diputado y jefe de bancada del Partido Nacional, qué leyes ha aprobado, vean las ZEDE, vean el Código Penal, vean la salida de la Maccih, ahí podrán evaluar el tipo de compromiso y comportamiento que tiene David Chávez», concluye Martell.
Las estructuras del clientelismo
Dentro y fuera del Partido Nacional muchos aseguran que además de que Chávez actualmente figura como máximo líder visible de ese partido y un «empresario exitoso», en un futuro también tendría la proyección para competir por la presidencia.
En ese sentido, el abogado Renan Inestroza, candidato a diputado en Francisco Morazán, cuenta que si David Chávez llega a convertirse en alcalde es casi seguro que eso lo catapultará a otros lugares dentro de la estructura de la institución política.
«Pero no nos gustaría pensar en eso, sino a corto plazo, que él sea el alcalde y que sea la persona que conduzca al partido a un nuevo triunfo. Sin duda alguna eso lo pondrá en un sitial de honor dentro del Partido Nacional».
Es sábado por la mañana e Inestroza justamente está representando a David Chávez en una actividad proselitista denominada «El Fifon» que se desarrolla en un centro educativo de la colonia Kennedy de la capital. En la cancha del lugar hay ocho televisores y en cada uno dos jugadores que se enfrentan en un videojuego de fútbol, al menos sesenta jóvenes esperan su turno, ya que al final, el ganador de todas las rondas recibirá dinero en efectivo como premio y la oportunidad de enfrentarse a ganadores de otros barrios y colonias de la capital.
«Mantiene distraídos a los jóvenes y los motiva para poder desarrollar ese espíritu de competencia que, me parece, debe prevalecer en todo joven. Así que nosotros venimos a apoyarlos, este es el segundo evento que se desarrolla aquí en la capital y tengo entendido que se va a desarrollar en todas las zonas», explica Inestroza.
Uno de los jóvenes que participa de esta actividad es Ivan Flores, de 22 años, que viene desde el otro lado de la ciudad, de la colonia 3 de mayo —en la carretera rumbo al norte del país— para jugar videojuegos. Sin embargo, contrario al propósito de fondo de esta actividad, no logran motivarle a votar por David Chávez como alcalde capitalino.
Ivan asegura que es apolítico, aunque sí votará en las próximas elecciones. Actualmente estudia comercio internacional en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), y aunque ha buscado empleo, en ningún lugar le han contratado. Ivan cuenta que con la pandemia las opciones de empleo se redujeron incluso más de lo que ya estaban. Cuenta que preferiría una feria de empleo a un Fifon.
La falta de empleos es una de las principales necesidades en el Distrito Central, siendo el municipio del país con mayor tasa de desempleo abierto, además de ser la región del país en la que un desocupado puede llevarse más tiempo sin encontrar trabajo: 4.2 meses, según datos de la Encuesta permanente de hogares de propósitos múltiples, publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a mitad de 2019.
«La gente hace ojos ciegos, yo no entiendo al pueblo hondureño como se deja engañar por una tontería (dice indignado) te dan 10,000 lempiras y se roban un millón. Esto no es nada para ellos, aquí miro a un montón de jóvenes que quieren votar por David Chávez, pero no sé si hacen tontos o son», cuenta Iván.
El Fifon es una fiesta proselitista para jóvenes que consumen videojuegos y fútbol, y es que, al solo entrar al recinto, con la música de reguetón de fondo, se pueden observar réplicas impresas de David Chávez y Nasry Asfura vestidos de jugadores de fútbol de Olimpia y Motagua, los dos equipos de mayor popularidad en el país.
«Cuando entré sentí que era una tontería la verdad», cuenta Iván, «no sé cómo juegan estas personas con el hondureño pobre, nos lavan el cerebro, e igual el pueblo que se deja influenciar por tonterías. Son millones, tras millones, tras millones que se roban y esto es lo mínimo que gastan para el pisto que tienen ellos».
Por su parte, el diputado Inestroza cuenta que además de esta actividad, la Comisión de Deportes del Partido Nacional ha inaugurado la iluminación de muchos campos de fútbol, y están colocando engramado artificial.
«Si eso lo están haciendo ahorita como una simple comisión de campaña, hay un refrán que dice: “Así como es la víspera es la fiesta”, eso me indica a mí que lo que van a hacer en materia de deportes será algo verdaderamente impresionante», dice Inestroza.
Sin embargo, enfocarse en actividades deportivas —especialmente en el futbol— no es algo innovador en las campañas del Partido Nacional, incluso sumando a exfutbolistas a las filas de su partido para ganar electores. La construcción y reparación de canchas deportivas también responde a la lógica paralela de campaña que contrasta con la oferta de una «revolución de oportunidades» para el municipio, que enarbola Chávez.
Lea más sobre el tema en: Deportistas en la política: De titulares en las canchas a la banca legislativa
En ese sentido Russel Garay, coordinador del plan de gobierno del Partido Libre en el Distrito Central, asegura que estas actividades son alimentadas por la relación clientelar que tiene el Partido Nacional con sus bases, y que, si David Chávez llega al poder, continuará.
«Muchos candidatos han utilizado la alcaldía para hacer su campaña y carrera política, y este es un aparato estatal que el Partido Nacional tiene secuestrado desde hace veinte años, y por eso toda la estructura de la alcaldía está permeada por el clientelismo, nadie se salva ahí. No hay procesos de auditoría, y esto favorece justamente a las redes clientelares que le permiten a David Chávez seguir con su campaña. Los grandes bancos que lo están apoyando, los comerciantes corruptos que lo están apoyando, los que apoyaron el golpe, los que financian las ZEDE, y los que financian los proyectos hidroeléctricos», dice Garay.
También comenta que con respecto a las obras (como la construcción y reparación de canchas, o pavimentación de calles), es casi imposible saber cómo la alcaldía prioriza las obras públicas, pero sí se puede intuir que responde también a una lógica clientelista en la que los lugares donde el voto del Partido Nacional es importante hay infraestructura útil, pero «en lugares donde la mayoría pertenece a partidos de oposición, no llegan carros de agua cisterna, no hay servicios públicos, y no hay calles pavimentadas».
Una lucha antiderechos
Contracorriente solicitó en reiteradas ocasiones una entrevista con David Chávez: personalmente, vía teléfono e incluso a través de una nota impresa. En tres ocasiones el candidato accedió a otorgar la entrevista, pero siempre fueron promesas que no se cumplieron o bajo condiciones que ponían en riesgo al equipo periodístico.
Una de las ocasiones en las que mintió asegurando que le daría una entrevista a Contracorriente fue el pasado 21 de agosto, durante el primer intento de sorteo para la ubicación de los candidatos en las papeletas electorales. Allí se acercaría junto al diputado Antonio Rivera Callejas, el asesor Fernando Anduray, y su hermano Pedro Chávez y aseguraría: «daría una entrevista cuando quieran y donde quieran», inmediatamente después se dirigió hacía los portones del lugar donde se desarrollaba el evento para dejar entrar a una turba de activistas del Partido Nacional, que ingresaron al salón y atacaron a la prensa que cubría el evento.
Esa noche en la que se realizaba el sorteo para definir la ubicación en las papeletas electorales para candidatos a elección popular, resultó en un evento de violencia que inició con la irrupción de candidatos de partidos minoritarios que exigían igualdad de condiciones tras las reglas que estableció el CNE. Esto desencadenó una serie de enfrentamientos verbales y físicos entre dirigentes y activistas de los diversos partidos, resultando en varios heridos, todo ante la permisividad de las Fuerzas Armadas (FF. AA.), que con pocos miembros se limitaron a observar los acontecimientos.
En el caso del Partido Nacional, David Chávez fue el principal promotor de la violencia, incluso intercambiando insultos con el sociólogo Milton Benítez, candidato presidencial independiente. Pero esta no es la primera ocasión en la que David Chávez actúa de forma violenta, en mayo de 2019, en medio de una discusión en el hemiciclo, también agredió físicamente al diputado Jari Dixon del Partido Libre.
Para Eduardo Martell el comportamiento de David Chávez refleja «la prepotencia, soberbia y arbitrariedad con la que ha actuado este régimen».
«Escuchaba un vídeo ayer —me lo hicieron llegar, no lo había escuchado, me dicen que es de algún par de meses— en el que decía que él podía incendiar la capital si le quitaban su candidatura», cuenta Martell, y asegura que mientras él puede visitar cualquier centro comercial sin temor a ningún tipo de agresión, David Chávez perdió esa libertad por el rechazo y repudio a su comportamiento.
La violencia de Chávez va más allá de agresiones físicas, el peligro real es su discurso de odio que en las últimas semanas se ha incrementado y orientado en contra de exigencias en el tema de derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
«Esta lucha es entre el comunismo que representa la miseria, que representa el aborto, que representa la escasez (…) mientras ellos promueven la clase de sexo, nosotros promovemos la clase de religión», dice Chávez en uno de sus videos de TikTok.
Sobre esto, Diana Sabillón, de la organización política feminista Luchemos, apunta a David Chávez como el representante por excelencia del sector más conservador y violento del Partido Nacional, y explica que el fuerte control que tiene sobre su partido y la candidatura de Nasry Asfura, en la que a veces parece que él es el candidato a la presidencia, le asegura una gran plataforma para reproducir su discurso de odio.
«Además de vender una teoría sobre el sexo y el género que no existe —que la extrema derecha en todo Latinoamérica insiste en tergiversar—, este discurso de odio se sostiene en pactos políticos que determinan la importancia de unos temas sobre otros o la instrumentalización de problemáticas sociales y culturales para una proyección irreal de ese partido y de él mismo como una opción “del lado del bien”» – apunta Diana Sabillón.
También denuncia que esta modalidad de manipulación de la opinión pública, a través de las creencias de la población, hace que David Chávez —a pesar de que sus acciones que indican todo lo contrario— parezca una persona moralmente buena, siendo en este caso las mujeres utilizadas como «arma de guerra y siendo las primeras afectadas al momento de pactar acuerdos para que muchos hombres puedan sostenerse en sus puestos».
«En su ataque actual en contra de las propuestas de Xiomara que tienen que ver con nuestros derechos sexuales y reproductivos, nos indica que la continuidad del Partido Nacional en el poder es un peligro mayor para nosotras. Porque puede encaminarse a políticas más retrógradas para afianzar en el imaginario colectivo que están supuestamente conservando los valores de nuestra sociedad».
David Chávez, defensor del nacionalismo
«Cuando lo miro en la tele yo le digo a mi hermano, a todo el que me conoce: “ese es el alcalde lindo que vamos a tener nosotros”», cuenta Maritza Flores de 41 años, mientras carga a su hija de 7 meses.
La noche del 17 de abril de 2020, la casa de Maritza, ubicada en la colonia Nueva Orocuina, empezó a quemarse. Como pudo y embarazada, salió corriendo con su familia para presenciar cómo se consumían sus camas entre las llamas que iniciaron por un corto circuito en una casa vecina.
Martiza, alquilaba esa casa desde hace quince años, la dueña no estaba dispuesta a reparar por sus propios medios y no tenía idea de cómo recuperarse, pero con la ayuda de una líder local que trabaja para el programa Mejores Familias, de la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (Sedis), lograron contactar a David Chávez, quien llegó la mañana siguiente para ofrecer toda su ayuda.
Maritza cuenta que el candidato nacionalista le preguntó qué necesitaba y asignaron cien bolsas de cemento para ayudarle a reconstruir la casa, también le ayudaría con el techo, canaleta, y todo lo necesario para restaurar el sistema eléctrico, incluso prometió llevar nuevas puertas y ventanas.
«A saber, si hicieron mal el presupuesto, pero solo nos cayeron diez de cemento, pero sí fue una ayudita. Y nosotros conseguimos dinero de colaboraciones de la gente, y compramos lo que nos hacía falta», cuenta Martiza.
Explica que ella y su familia son nacionalistas desde hace mucho tiempo y que le gustaría que David Chávez se lanzará como candidato a la presidencia, ya que si solo siendo diputado se interesó por su situación podría ser un gran presidente. Y sobre Nasry Asfura dice que ha sido más o menos un buen alcalde, y no está realmente convencida de tenerlo como máxima autoridad del país.
«Yo le pregunto a la gente qué ha hecho, y mi familia dice: “Y esas calles bonitas”, pero yo no miro trabajo, sin oportunidades de trabajo ahí debajo del puente nos tocará irnos, vale que hizo buenos puentes» dice Maritza, y suelta una carcajada.
Cuando David Chávez asuma como alcalde, Maritza dice que lo irá a buscar para que le regale un terreno donde construir su propia casa, dice que le ha dicho a su esposo que tiene más de un año de estar desempleado que lo busque para conseguir un trabajo. Confia plenamente que el candidato nacionalista no le fallará.
«Él es bueno, hasta el hablado que tiene es humilde, es bien accesible», y sobre si su voto estará condicionado por la ayuda que le dieron explica: «Uno se le va al que más ayuda, mire yo estoy bien agradecida con David Chávez porque fue el único que estuvo aquí, Jorge Cálix ayudó en otra casa en la que eran Libre y el alcalde que va como presidente ni siquiera vino, no crea, yo me ponía a llorar».
Del otro lado de la ciudad, en el mercado Los Dolores del centro histórico de la capital, María Elena Amador, dueña del comedor doña Tere, explica que también se siente feliz con la candidatura de David Chávez, y espera que su gestión supere a todas las que han pasado en la alcaldía.
«Siempre he sido nacionalista, siempre he votado por el candidato nacionalista» explica Elena y cuenta que «David es bien carismático, no todo lo que nosotros le digamos él nos lo va a dar, pero él sabe escuchar, hemos tenido reunión privada con él y nos ha dicho que puede mejorar el piso del mercado y muchas cosas que hacen falta. Nosotros no tenemos vigilancia, nosotros pagamos luz».
Por ahora —cuenta María Elena— Chávez les ha dicho que no les promete nada hasta que sea alcalde, sin embargo, el 29 de septiembre en un acto publico Chávez firmó un documento que le comprometía con una serie de demandas realizadas por los representantes de todos los mercados en la capital del país, las demandas no se hicieron publicas y según medios de comunicación dicho acuerdo implicaría un pacto para garantizar el voto de todos los locatarios para el candidato nacionalista.
Uno de los puntos que sí fueron dichos por Chávez en esa firma de acuerdo fue la intención de traspasar la responsabilidad de los mercados a las asociaciones de vendedores y que dejen de depender de la alcaldía. Sin embargo, María Elena apunta ciertas preocupaciones ante esa propuesta: los mercados de la capital deben ser exentos de impuestos para poder funcionar a través de las asociaciones, y se debe estar atento ante la llegada de empresarios que «de buena voluntad» quieran manejar los mercados y a cambio de embellecer los locales cobran un alquiler altísimo, en resumen privatizándoles.
A pesar de esas preocupaciones María Elena apoya completamente a Chávez, y sobre los conflictos que ha tenido en las últimas semanas asegura: «La política no la vamos a quitar, es como la pandemia que no se va a ir, ese virus ahí va a quedar como gripe, ellos solo se están peleando porque quieren llegar al poder, al final los que pagamos los platos rotos somos nosotros. Yo seguiré vendiendo comida, yo seguiré pagando dos mil lempiras de electricidad, y los que saldrán con buena ganancia serán ellos».
Destinado a liderar el nacionalismo
La llegada de David Chávez a la alcaldía del Distrito Central no sería una casualidad, considerando la serie de vínculos que han acercado a la familia Chávez Madison con el poder en Honduras.
Su padre fue el reconocido abogado Gonzalo Chávez, quien fue gerente del Banco Central y amigo personal de algunos de los políticos más importantes de la vieja guardia del Partido Nacional, como Rafael Callejas y Oswaldo Ramos Soto, aunque nunca se involucró formalmente en política. Ahora, Pedro Chávez, cuñado de Ana García Hernández, busca la primer diputación en el Poder Legislativo; su otro hijo Gonzalo Rafael Chávez representa a Honduras como cónsul en Chicago, Estados Unidos; y David Chávez además de llegar a la alcaldía del Distrito Central, encabeza a todo su partido en el camino a la continuidad del partido en el gobierno. Ahora Chávez también sirve de inspiración para los cuadros más jóvenes del Partido Nacional.
Sin embargo, para la oposición política es el nuevo enemigo por vencer, tal como lo cuenta Russel Garay, quien asegura: «no habría nada que pueda hacer el enemigo que nos sorprenda. Ellos no pueden gobernar hablando de esperanza, eso es por lo que cuando habla en los barrios solo habla de nosotros, solo habla de Cuba, de Venezuela, del temor del comunismo, porque sabe que la esperanza no se la cree nadie, ni los militantes de su propio partido. Lo único que ellos ofrecen es el miedo, nada más».