Ana es docente de primaria en el Programa Hondureño de Educación Comunitaria (Proheco), y ha llegado a Tegucigalpa para protestar en los bajos del Congreso Nacional junto a un grupo de profesores, que como ella, exigen que el Poder Legislativo apruebe un decreto que les garantice su permanencia laboral y un aumento de 1000 lempiras (42.25 dólares). Ana tiene 28 años, un hijo de 11 años que cursa el quinto grado de primaria y un esposo que por casi 10,000 lempiras (412.56 dólares) labora en el Cuerpo de Bomberos de Sabá, en el departamento de Colón, de donde es originaria Ana, quien además ejerce la docencia desde 2010. Docentes como Ana, ganan apenas unos 7600 lempiras al mes (313.54 dólares).
En el país, 6619 docentes trabajan para Proheco, un programa estatal que fue implementado en 1999. Son estos docentes los que ahora podrían entablar una demanda contra el Estado hondureño de no cumplir con sus exigencias, explica Juan Martínez, vocero de los maestros de Proheco.