Ante la incertidumbre y la preocupación que generó la llegada de la COVID-19, muchas personas acudieron a recetas ancestrales compuestas por un sinnúmero de hierbas, raíces, flores y frutas, con el propósito de fortalecer su sistema inmunológico, aliviar algunos síntomas y enfrentar de mejor manera el virus. Conversamos con la fitoterapeuta Cindy Zelaya, fundadora de la empresa Artea Honduras, un negocio que se dedica a la producción de tisanas.
Cyndi nos habló de los beneficios en el uso de los productos que ofrece y de cómo nació Artea. «Nosotros tenemos un negocio familiar que se llama Merendon Coffee y notamos que las personas no solo buscaban café, sino también infusiones que les ayudaran con sus problemas digestivos, de ansiedad y estrés. Entonces vimos esa necesidad y como yo estudié fitoterapia, quise crear estas tisanas y aportar un poco para el alivio de los síntomas que sufrían quienes nos visitaban», nos comentó.
Cuando hablamos de fitoterapia nos referimos al estudio de las plantas, de sus flores, hojas, frutas y todas sus partes que sirven para un fin terapéutico. «Es importante ser conscientes de que si utilizamos un medicamento prescrito por un médico especialista, este no debe ser sustituido por las tisanas, sino más bien deben ser utilizadas como una medicina complementaria al tratamiento», nos dijo Cindy, y además explicó que todas las hierbas tienen un cierto grado de toxicidad y por esto es necesario brindar asesoría sobre el uso adecuado de la medicina tradicional.
A través de la historia, las plantas han sido utilizadas para el tratamiento y prevención de enfermedades, esta ha sido una práctica realizada de manera frecuente en las comunidades rurales y ha logrado mantenerse hasta la actualidad acompañando y, en algunos casos, sustituyendo a la medicina occidental. El fácil acceso y su bajo costo —en la mayoría de los casos— ha convertido a la medicina ancestral herbaria en la principal alternativa para la población en general. Cada vez es más común el uso de las tisanas, tés y blends entre la gente que busca mantener un estilo de vida saludable y alejado de los compuestos químicos.
Al principio de la pandemia era frecuente escuchar a muchas personas, incluso leer en algunos medios de comunicación, sobre la importancia de recurrir a la medicina natural. Con frecuencia se hablaba de tomar infusiones de eucalipto, de jengibre, de limón, etc., sin embargo en pocas ocasiones se dialogaba acerca de la cantidad necesaria para utilizarlos con fines terapéuticos. Cindy nos comentó que «es contraproducente y puede afectar si no tomamos las cantidades adecuadas, por ejemplo el jengibre no debe utilizarse más de tres gramos por tres tazas de ocho onzas. Todas las plantas tienen un grado de toxicidad y si no se utiliza de la manera correcta puede causar daños en el organismo, sin embargo con una orientación y una dosis adecuada estaremos contribuyendo de manera positiva a nuestra salud».
También nos explicó que una tisana es una infusión de frutas y hierbas deshidratadas, que no es lo mismo que el té: «normalmente la gente le dice té a todo, pero el té viene de una hoja específica que se llama Camellia sinensis y sus diferentes tipos dependen del grado de fermentación, de oxidación y de fermentación de la hoja».
Artea ofrece asesoría y brinda diversas alternativas para fines terapéuticos: reguladores digestivos, para problemas respiratorios como el asma, para personas que vienen saliendo de COVID-19 —que no los va a curar, pero sí les va a disminuir sus síntomas—, para personas con problemas de ansiedad y trastornos del sueño. Además tienen opciones con frutas en combinación con verduras y con té, por ejemplo el chai y otras mezclas que contribuyen al tratamiento y prevención de enfermedades como la diabetes, artritis, problemas hepáticos, cardíacos, entre otros. «Elaboramos tisanas frutales, para personas que simplemente quieren tomarse una infusión antes o después de hacer ejercicios, estas son bebidas energizantes con puros antioxidantes. También tenemos tisanas con fines medicinales. Todas se pueden ingerir frías y calientes, todo dependerá del fin y de la preferencia de quien las ingiera», nos explicó Cindy.
Artea existe desde marzo de 2019, sin embargo sus productos solo eran distribuidos a los restaurantes y cafés. Con la llegada de la pandemia las ventas se vieron afectadas porque muchos de estos establecimientos tuvieron que cerrar, unos de manera temporal y otros de manera definitiva. «Me quedó una cuenta por cobrar bien grande y no voy a mentir: me deprimí porque todas las empresas a las que le vendía cerraron y a mí no me pagaron. Esto me generó una gran deuda, pero decidí no quedarme de brazos cruzados, decidí levantarme y seguir luchando», relató Cyndi. Pero fue entonces cuando también pensó en llegar directamente a las personas.
«La gente me dejó entrar a sus hogares y empezó a comprarme las tisanas, que por cierto tuve que hacer en presentaciones más pequeñas porque antes la distribución se hacía en cantidades grandes, dado que las vendía al por mayor». Cindy recuerda que antes los dueños y empleados de los cafés y restaurantes le comentaban sobre cómo los clientes disfrutaban de sus tisanas: «sin embargo yo no miraba la expresión de la gente, yo no los escuchaba decir: “me gustan estos productos”, “siento alivio en mi estómago con estas bebidas”, pero ahora yo lo escucho y me llena de dicha».
Se estima que el 80 % de la población de los países en desarrollo recurre a los medicamentos herbarios para el alivio de sus enfermedades. Ante esta situación la Organización Mundial de la Salud ha manifestado la importancia de que los Gobiernos garanticen instrumentos que contengan la mejor información y así garantizar el uso adecuado de las medicinas tradicionales. Pero la realidad es que en la mayoría de estos países la asesoría es casi nula, incluso el tema es abordado con prejuicios, en lugar de propiciar diálogos interculturales para encontrar puntos de encuentro y mejorar los niveles de salud de la población.
Uno de los objetivos fundamentales de Artea es contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas y hacer conciencia sobre la importancia de consumir productos que contribuyan a la salud física y mental. «Me llena de alegría y satisfacción el hecho de escuchar lo que la gente siente al usar mis tisanas y cómo les mejora la vida. La gente me llama o me escribe para decirme “ya puedo dormir”, “mi papá viene saliendo de COVID, está tomando el Lung protector y sus síntomas los siente más leves”, “antes me sentía muy ansiosa, pero sus tisanas me relajan y me ayudan mucho”. Entonces he vivido esa experiencia de ver, escuchar o leer la expresión de la gente. Es algo que no estaba viviendo, ahora ya lo leo, ya lo escucho y esto me motiva».
Cyndi tiene planes de seguir estudiando a profundidad la fitoterapia, y así brindar una mejor asesoría a las personas. A raíz de la reapertura decretada por el Gobierno hondureño, muchos de los establecimientos a los que les distribuía sus productos han abierto las puertas al público y de nuevo han recurrido a Artea: «Estamos en más de sesenta negocios a nivel nacional, entre ellos en una franquicia muy conocida que es del grupo Intur».
Es importante mencionar que Artea también se involucra en la labor social y actualmente ha destinado las ventas del mes de octubre al Comité de apoyo de la liga contra el cáncer: «nos interesa aportar a la comunidad. Apoyamos en lo que podemos. En realidad creemos que servir a la comunidad es uno de los propósitos de Artea», finalizó Cindy.
Podés contactarte con Cindy Zelaya a través de su página de Instagram Artea Honduras.