Como un parto colectivo definió Katto Salinas a su iniciativa que lleva por nombre Aleras y que «ha logrado subsistir por ese apoyo y por ese consumo local de las mujeres», recalcó. Aleras es una marca de toallas menstruales y accesorios ecológicos enfocada en la menstruación sostenible.
«Para mí la educación menstrual es un punto estratégico para el desarrollo social, junto con el uso y la elaboración de productos ecológicos hechos a mano, porque son hechos desde otra cosmovisión, son hechos desde esa lógica de menstruar en tela aún teniendo millones de opciones desechables y descartables a las manos. Creo que es rebeldía pura, es transgresor, es resignificar la manera en que yo recojo mi sangre menstrual», nos comentó Katto, en relación con lo productos que elabora y las actividades que realiza, porque además de la venta de los accesorios se dedica a la ejecución de talleres sobre educación menstrual.
Katto nos contó que antes de que Aleras naciera, ella había sufrido un accidente que la dejó sin poder caminar durante seis meses, «yo estaba en medio de una crisis como esta, pero me aferré a mi sueño y logré materializarlo. Ya tengo más de dos años y vamos dándole para adelante».
Katto Salinas emprendió este sueño que comenzó en 2017, pero que se concretizó el 17 de junio de 2018, gracias al apoyo de otras mujeres y amigas, que impulsaron su proyecto. «Yo soy quien se encarga de todo, de los inventarios, de costurar, de elaborar patrones, de generar las ideas que quiero para las imágenes, de crear algunos que otros diseños», nos comentó.
Aleras va más allá de vender solo un producto, ya que también nace como una iniciativa desde la economía de los cuidados feministas. Katto nos contó que es ella quien se encarga de la asesoría en el uso de todos los accesorios: «yo soy activista y además educadora menstrual, y en lo personal he llevado un proceso de sanación bastante amplio, desde diferentes perspectivas, y eso me ayuda mucho a sanar, a menstruar sin dolor, a menstruar desde otro punto y desde otra realidad».
Katto hace el acompañamiento de, al menos, los tres primeros meses de uso de las copas menstruales: «es una experiencia muy bonita porque vas mirando que aunque sean mujeres del área urbana, con alta formación académica, desconocen muchas cosas, y es que nadie nos las enseña, nadie nos dice que la copa va a una vulva y que no te tenés que quitartela cuando orinás, porque orinás por la uretra que se encuentra abajo del clítoris. Nadie te dice que tenés que pedirle permiso a tu cuerpo y contarle que vas a usar una copa o cualquier otra cosa, que tenés que armonizar tu cuerpo para ir poco a poco cediendo y así tener otra relación. Es importante ser consciente de que si el útero duele es porque hemos gestado dolor en él y no solo porque la regla duele y así es, como de manera equivocada nos han dicho».
Aleras promueve la menstruación sostenible y consciente, y se enfoca en la salud sexual y menstrual de las niñas y mujeres. Además pretende concientizar sobre la cultura y la diversidad menstrual, ya sea informando desde otras narrativas a nivel de redes sociales o también brindando talleres de manera presencial.
«Dada la pandemia modificamos algunos de los talleres. Hace poquito dimos una jornada de diálogos menstruales y ahora estamos planificando otra, enfocada en esa resignificación y en la mejora de la relación con el útero, su sanación y el menstruar conscientemente, más allá de solo usar un producto ecológico también menstruar con el cuerpo, con el ser, porque la menstruación no es algo que nos pasa, es algo que vivimos y que somos», nos comentó Katto, y agregó que en Aleras, por ejemplo, no se habla de higiene, sino de gestión menstrual por el hecho de que es importante reconocer que la menstruación no es algo sucio.
«La construcción de la menstruación, de la vulva, de los órganos genitales femeninos ha sido asentada en la construcción del pecado, del morbo, de lo sucio, y nosotras lo negamos», dijo Katto. A partir de eso, Aleras pretende posicionar la gestión integral de la salud menstrual y esto incluye el acceso a la información, al agua potable, a un lugar privado donde una mujer pueda cambiar su toalla, el acceso al producto adecuado según su realidad: «yo miro muy violento, por ejemplo, ofrecer la copa menstrual a una niña o a una mujer del interior que no es consciente del cuerpo que posee, del territorio que tiene».
Katto está organizando un proyecto sobre alfabetización corporal y menstrual de niñas jóvenes y mujeres adultas: «es necesario para poder politizar este cuerpo que habitamos y definir de nuevo esta parte nosotras, esto que forma parte de nuestras vidas, de nuestro ser y que es el quinto signo de salud vital», dijo.
Aleras también ofrece libros sobre educación menstrual, sanación del útero y la resignificación de la menstruación desde el conocimiento ancestral y la ginecología natural, porque para Aleras la autogestión de la salud, el habitar de manera consciente el cuerpo y el útero es necesario para sanar. «Si nosotras habitamos conscientemente el cuerpo ganamos y somos conscientes de crear y construir juntas esas herramientas de autodiagnóstico y de sanación que ya nos han dejado nuestras abuelas, nuestras mamás, nuestras tías, nuestras ancestras. En octubre voy a empezar a lanzar una convocatoria para más talleres sobre educación menstrual y otros enfocados en ginecología natural», comentó Katto.
El año pasado hicieron giras para dar clases sobre educación menstrual y elaboración de toallas de tela. Estas fueron dirigidas a niñas cafetaleras en la zona de Santa Elena, La Paz, y en Santa Bárbara. «Este año también teníamos planes de más giras, pero por la pandemia no se pudo, sin embargo esperamos que el otro sí podamos realizarlas», finalizó Katto Salinas.
El objetivo principal de Aleras es velar por el bienestar del cuerpo de las mujeres, y eso también significa reconocerlo como parte del medio ambiente. El primer producto que ofrecieron fue la toalla menstrual Aleras, de manera posterior introdujeron la copa menstrual, también toallitas de algodón que se utilizan para secar la vulva después del baño, jabones para lavar las toallas, un libro menstrual con información básica, almohadas terapéuticas y antifaz para cólicos menstruales hechos de hierbas, semillas y maceración de aceites. Katto nos comentó que pronto ofrecerán calzones menstruales y lencería de algodón que permitan la respiración adecuada de las vulvas y otros productos que ayudarán a mejorar los síntomas premenstruales que sienten muchas mujeres.
Podés contactarte con Aleras, a través de su página de Instagram Aleras, y en su contacto de whatsapp +50431573694
1 comentario en “Aleras: rebeldía y resignificación menstrual”
Gracias Linda, ContraCorriente por la nota. Un abrazo.
Que la única sangre que fluya,sea la sangre menstrual.