Entrevista por Fernando Silva
Edwin Róbelo Espinal se ha enfrentado a todo -casi todo- lo que se puede enfrentar una persona que nació y vive en Honduras. Creció y vivió en un barrio controlado por las pandillas, migró hacia Estados Unidos en busca de mejores oportunidades económicas y regresó, perdió a su novia Wendy Ávila quien murió a causa de los gases lacrimógenos lanzados por la policía en una represión durante las protestas contra el golpe de Estado en 2009; y fue encarcelado en la cárcel de máxima seguridad en 2017.
El liderazgo comunitario y activismo de Edwin en favor del movimiento social se fortaleció, y fue perseguido por la policía en reiteradas ocasiones hasta que el 19 de enero de 2018 fue capturado y acusado por daños agravados e incendio agravado contra grupo Intur y el Hotel Marriot en el marco de los daños a dichos establecimientos en una protesta previa a la toma de posesión de Juan Orlando Hernández; además, según informes de medios de comunicación, la policía lo acusó de “entrenar y coordinar a menores de edad para cometer actos vandálicos así como de proveer explosivos a grupos de desestabilización social”.
Edwin fue encarcelado con el argumento de que su motocicleta personal tenía las mismas características de la de alguien que estuvo en los disturbios, y aunque mantenía medidas cautelares dictadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), fue encerrado en una de las cárceles de máxima seguridad que ha inaugurado el gobierno de Juan Orlando Hernández, “La Tolva”.
Durante los diecinueve meses de encarcelamiento algo cambió en Edwin Espinal (EE), y ahora que está defendiéndose en libertad, Contracorriente (CC) le entrevistó sobre ese periodo de tortura y soledad, pero también sobre sus perspectivas a futuro después de que le quitaron todo -casi todo- lo que tenía.
CC: ¿Hace cuánto iniciaste en el activismo social?
EE: Desde muy joven empezó a formarse en mí una conciencia social debido al lugar donde vivía, yo vengo de estos barrios y colonias donde hay mucha discriminación, mucha represión en contra de la población a causa de los diferentes niveles de exclusión creados por los gobiernos liberales y cachurecos (nacionalistas) que han pasado por el gobierno. En ese contexto de exclusión social crecí y me fue desarrollando, entonces cuando se da el golpe de Estado en 2009 es cuando me doy cuenta de la falsa sociedad en la que vivimos, de la hipocresía política en la que vivimos siempre.
Fue muy fuerte cuando me di cuenta que el presidente que habíamos escogido fue sacado por los grupos fácticos y económicos del país que sacaron las garras, se quitaron las máscaras y dieron el golpe de Estado en frente de todo un pueblo que fue el que eligió a esta persona.
Los grupos de poder en Honduras no estaban dispuestos a tolerar que alguien viniera a quitarles los privilegios que han tenido como clase dominante, y por eso se deciden a removerlo del poder. A nosotros como hondureños nos dolió saber que esa falsa democracia había sido siempre una ilusión.
Indignados no nos quedaba más que salir a las calles en defensa del pueblo. Allí vimos la necesidad de organizarnos como pueblo. Allí es cuando se organiza la resistencia popular en Tegucigalpa.
CC: En 2017 se genera una nueva crisis política con el fraude electoral, ¿Qué ocurrió en esa crisis que llevó a tu captura?
EE: Esta crisis política es la misma que se viene arrastrando desde 2009. La débil institucionalidad evidenció que el Tribunal Supremo Electoral, Registro Nacional de las Personas, Corte Suprema de Justicia y Congreso Nacional siempre se han prestado para los diferentes fraudes electorales para poner a los candidatos que benefician a los diferentes grupos de poder en Honduras. También hubo un fraude en 2010, en ese entonces no participamos como pueblo en esas elecciones, allí fue electo Pepe Lobo que es un nefasto personaje para el país ya que usó el poder para hacer sus negocios de familia. Pasaron esos 4 años sin pena ni gloria, pero en 2013 se inicia un nuevo proceso electoral con Xiomara Castro como candidata de LIBRE (Partido Libertad y Refundación). Ya esperábamos que se iba a dar otro fraude electoral.
Para ese entonces mi casa fue desalojada por la Policía Militar. Llegaron y allanaron mi casa con ordenes sin fundamento, como excusa dijeron que buscaban drogas y armas de guerra. Yo jamás he tenido armas, mucho menos drogas. Yo no tengo antecedentes criminales, pero llegaron a mi casa y destruyeron puertas y ventanas, le dieron vuelta a toda mi casa incluso se perdieron objetos personales y nadie respondió por eso. Nosotros interpusimos la denuncia en la fiscalía de Derechos Humanos del Ministerio Público, y justo cuando estaban investigando ese allanamiento llegó la misma Policía Militar y secuestró los documentos de la fiscalía donde se había interpuesto la denuncia.
Luego nosotros investigamos y nos dimos cuenta que ese allanamiento lo habían coordinado los dirigentes cachurecos de esa zona donde yo residía en la colonia Flor del Campo. Esto se dio dos meses antes de las elecciones de 2013, antes del fraude electoral.
Cuando llegamos a las elecciones, se dieron muchas protestas en rechazo al fraude. Así pasaron esos nefastos y represivos cuatro años de corrupción y actividades ilícitas del gobierno de Juan Orlando Hernández. Fue duro porque muchos de nuestros compañeros fueron asesinados, otros están en el exilio, otros presos y fueron judicializados por estar en defensa de la madre tierra.
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Llegamos al 2017 con un nuevo proceso electoral y teníamos las esperanzas de que pudiéramos superar el fraude que podía darse, porque sabemos cómo opera el crimen organizado que ha secuestrado la institucionalidad en Honduras. Así como lo esperábamos se dio otro fraude electoral en 2017. Y fue lamentable porque creíamos que lo íbamos a superar, de hecho lo superamos, pero no pudimos superar el descaro de Juan Orlando Hernández porque sabemos que compró las urnas, actas y funcionarios para llevar a cabo el fraude electoral.
Después del fraude comenzaron las protestas, la expresión del pueblo en rechazo a ese fraude electoral. A raíz de ello yo fui perseguido nuevamente y judicializado. Ya la seguridad del Estado andaba detrás de mí, yo me di cuenta por información que tenían mis compañeros que mis teléfonos estaban intervenidos, mi familia estaba siendo vigilada y que me andaban persiguiendo. Yo ya no estaba en mi casa, pero yo sabía que no iba a poder esconderme siempre, y me capturaron en un momento en que iba saliendo. Sin orden de captura, solo me dijeron que para efectos de investigación me iban a llevar a las oficinas de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), yo accedí por temor porque era de noche y eran 6 personas con el rostro cubierto con pasamontañas y armas de alto calibre, así me dijeron que “por favor acompañenos a las oficinas de la DPI” y no me permitieron ni siquiera hacer una llamada.
Ya estando en la DPI me esposaron y me dijeron que estaba siendo investigado por los daños en el Hotel Marriot y de allí comienza todo el proceso de judicialización en mi contra.
CC: ¿Qué condiciones tuvo en la prisión?
EE: Era una celdita pequeña entonces había un colchoncito allí adentro. No hay un inodoro para las necesidades fisiológicas de uno, no hay agua, no hay nada allí.
Después de 15 días yo empecé a cuestionar mucho más fuerte y empecé a golpear la puerta y a pedir una explicación del porqué me tenían allí, me seguían ignorando y hasta esa fecha ni el director ni ninguna autoridad me habían dado una explicación del porqué yo estaba allí.
Pasó un mes y yo estaba allí en ropa interior, solo con mi bóxer nada más, desnudo. Después de todo ese tiempo yo seguía golpeando la puerta y ya cuando vieron que los golpes eran cada vez más fuertes y eso afectaba a todas las personas que estaban afuera porque estaban cerca las oficinas; en ese momento decidieron sacarme de allí.
Pasé un mes en esas condiciones de tortura, un trato cruel, inhumano y degradante, más tratándose de mí que no soy una persona con perfil criminal, no soy una persona con antecedentes criminales. No soy alguien peligroso para la sociedad. Siempre me preguntaba por qué me trataron de esa forma y luego caí en la razón de que mi perfil era político, yo soy un perseguido político.
CC: ¿Cómo fue física y anímicamente estar en una cárcel de máxima seguridad todos esos meses?
EE: Los entes de seguridad cuando me judicializan y me envían a esta prisión, ellos están logrando el objetivo de sacarme de las calles, neutralizar mi activismo político social, intimidarme, llenarme de miedo y por esa razón es que me envían a La Tolva, porque me pudieron enviar a Tamara, un presidio abierto, pero el objetivo era amedrentarme y llenarme de miedo.
Las condiciones en esa cárcel son tanto de tortura psicológica, emocional y física cuando yo ingreso a esa cárcel apenas tenía como diez meses de ser inaugurada, las condiciones dentro son de extrema represión porque la construyeron con ese propósito, porque déjenme decirles que este modelo de cárceles de máxima seguridad que se están construyendo en Honduras, en infraestructura no esta tan mala, se encuentran mejor que las cárceles tradicionales que hemos tenido, pero el gobierno de Juan Orlando Hernández no está utilizando toda la infraestructura para beneficiar a los privados de libertad.
Las violaciones a los derechos humanos se siguen practicando dentro de las cárceles desde el momento en que les quitan a los reclusos el beneficio constitucional de darles espacio y oportunidad de ser rehabilitados, y este gobierno está quitando ese derecho. Pero quien paga las consecuencias somos nosotros como sociedad porque cuando esos privados de libertad cumplen su condena y salen a la sociedad vienen mucho más violentos y con más preparación. Salen como delincuentes profesionales porque se relacionaron con otras personas del crimen organizado y estas personas dieron clases de cómo llevar a cabo otros crímenes al estar libres en la sociedad.
El gobierno de Juan Orlando Hernández le está negando la oportunidad a los presos para que trabajen, para que vayan a la escuela, aprendan un oficio y en las cárceles de máxima seguridad los privados de libertad no tienen estas opciones, aunque la infraestructura allí esta. Ahora hay que preguntarse por qué el gobierno no utiliza esa infraestructura.
Al gobierno de Juan Orlando Hernández no le importa que las personas que están pagando allí regresen a la libertad y sean personas mucho más violentas y peligrosas. Entonces allí tenemos una bomba de tiempo. Todas las cárceles de máxima seguridad son bombas de tiempo.
CC: ¿Cuáles son las condiciones de alimentación, acceso a salud, descanso y recreación en La Tolva?
EE: De todo eso, no existe nada, condiciones de salud no existen porque los privados de libertad convivíamos con personas con tuberculosis y no hay medidas de prevención contra el contagio. Compartíamos 170 personas en un espacio muy reducido y 20 de ellas tenían tuberculosis, a esas personas les están dando tratamiento, pero mientas se lo dan, otras personas se están contagiando.
Sobre el acceso a la salud, si en los hospitales públicos no hay medicinas, no podemos esperar mucho de una cárcel de máxima seguridad. No hay medicamentos en las clínicas y solo hay un doctor que atiende aproximadamente 500 privados de libertad al día. Hay una pastilla que dan allí que le decíamos: “TEVA” te va a curar el dolor de cabeza, te va a curar el dolor de estómago, te va a curar de la fiebre, te va a curar de una amigdalitis, te va a curar de una tos. Solo hay una pastilla y esa misma pastilla les dan a todas las personas sin importar el padecimiento, la asistencia médica allí es muy precaria.
Las condiciones de alimentación son muy deficientes, cuando yo llegué en los primeros dos meses creo que perdí aproximadamente 25 libras, bajé de peso muy rápido. La alimentación es arroz, frijoles y cuatro tortillas en cada tiempo, tres tiempos al día y eso no es suficiente para mantener tu sistema de defensa fortalecido para contrarrestar algunas enfermedades que están dentro de los módulos.
CC: ¿En qué se basaba la fiscalía para acusarte de los daños al hotel?
EE: Tenían fotos que tomaron a mis espaldas. Los mismos infiltrados que estaban ese día 12 de enero frente al Hotel Marriot, los que iniciaron la destrucción en el hotel también andaban cámaras y equipo de filmación para grabar y tomar fotos de ciertas personas y ese fue mi caso que me tomaron fotos y hay videos, donde solo estoy con las demás personas, no estoy haciendo ningún acto de destrucción, no estoy haciendo nada y simplemente estoy en el grupo de personas que estábamos en la manifestación frente al hotel.
Con eso ellos comprueban que yo estaba frente al hotel Marriot y es cierto es un hecho, yo en ningún momento he negado eso, yo estaba en la manifestación pero ellos no tienen pruebas de que yo haya cometido algún daño o iniciado algún incendio porque los delitos que a mí se me imputan es daño agravado, incendio agravado y uso y manejo de material explosivo de fabricación artesanal; sin embargo, en ningún momento me encontraron algún artefacto explosivo, no estoy iniciando algún incendio y no hay videos ni fotografías de eso.
Me relacionan con el sobrino de Mel Zelaya de nombre Josué Manuel Zelaya, dicen que él era mi contacto y que nosotros tenemos una organización que le proveemos material incendiario y explosivo a los estudiantes de la universidad, por ejemplo, esos son los argumentos que ellos presentaron ante el juez, pero no tienen prueba de todo ello. Incluso el día de mi arresto me decomisaron mi motocicleta la cual no tiene nada que ver, ellos argumentan que era un medio de prueba, ¿en qué pude haber yo involucrado mi vehículo de transporte personal?
Me decomisaron la motocicleta y hasta la fecha no me la han entregado, incluso después de que en la última audiencia de presentación de medios de prueba, la jueza determinó que la motocicleta no era un medio de prueba por lo tanto la fiscalía debió habérmela entregado pero la intención de ellos es perjudicarme lo más que puedan, y por eso no me la han entregado.
La jueza también determinó que la información que colocaron de mis redes sociales no eran medios de prueba que la fiscalía debería manejar en mi contra. La jueza determinó eliminar esos medios de prueba, pero la fiscalía apeló para que no fueran descalificados.
CC: ¿Qué encontraron en las redes sociales?
EE: Fotos en las protestas. Yo soy una persona pública y todo mundo sabe que vamos a las protestas y que estamos en contra de un gobierno corrupto, y nos manifestamos visiblemente, tenemos que manifestarnos en las redes sociales y en los medios de comunicación. Esas son las fotos que descargaron de las redes sociales para usarlas en mi contra, es absurdo, yo todavía me sigo preguntando cómo pasé en la cárcel 19 meses en condiciones de tortura y en condiciones de peligro con estas pruebas en mi contra que no son bien fundamentadas para privarme de mi libertad.
CC: ¿Por qué perseguir y encarcelar a Edwin Espinal y otras personas que no son parte de la estructura política como candidatos?
EE: La razón es que todos sabemos que los entes de seguridad del Estado tienen sus cuerpos de inteligencia, ellos saben el perfil de cada persona entonces a mí me perfilaron desde el 2009 y saben que he sido una persona constantemente en actividad tanto organizativa como en las diferentes protestas que se dieron después del golpe de Estado. Y claro, es muy cierto que no he sido muy mediático por la razón de que yo no persigo un interés político partidario, para mí el único interés ha sido siempre la organización dentro del movimiento social, he estado apoyando bastante a las organizaciones campesinas, pueblos indígenas, movimientos sociales de barrios y colonias sin ningún interés personal; con el único interés de que se fortalezca la organización social dentro del Frente Nacional de Resistencia Popular.
Es que a veces nos exponemos en el sentido de que estamos conscientes de que para que haya cambios y se logren los objetivos dentro de la lucha a veces tienen que haber sacrificios y esos sacrificios implican asumir riesgos y yo sé que todos en el movimiento social y político en Honduras lo sabemos, pero a veces nos cuesta asumir esos riesgos porque sabemos que el costo es muy grande.
CC: ¿Sentías el apoyo de los líderes políticos por los que luchabas en las calles?
EE: Sí, siempre tuve el respaldo del movimiento social y el respaldo del partido político también solo que no había comunicación allí dentro, no había forma de que yo me comunicara con nadie y no había acceso. Allí solo mi familia podía ingresar y mi esposa Karen Spring.
Yo sé que muchas personas trataron de ir a visitarme y ofrecerme su apoyo, pero jamás pudieron ingresar por las medidas estrictas que tienen para que nadie más que tu familia ingrese. No hay teléfono así que no puedes comunicarte al exterior ni con tu familia, aunque sea una emergencia no hay forma, no se puede enviar una carta, no hay forma de que se pueda enviar un papelito por pequeño que sea.
No dudamos de que siempre recibimos la solidaridad de todas las organizaciones, gremios, movimiento social y político partidario.
CC: Te quitaron tu libertad durante 19 meses, te quitaron tu motocicleta ¿Qué más le quitó este gobierno a Edwin Espinal?
EE: Este gobierno me privó de mis proyectos personales y afectó mi economía porque yo he sido una persona económicamente independiente y en este proceso de encarcelamiento no tuve acceso a todas mis actividades. Ahora estoy pagando las consecuencias de todos mis proyectos que fueron paralizados y afectados.
CC: ¿Qué cosas han cambiado en tu interior?
EE: Ya no veo el mundo desde la misma perspectiva, a estos gobiernos corruptos ya no los veo de la misma manera, ahora siento que la lucha debe radicalizarse, ahora siento que no podemos mantener esta lucha con medias tintas, tenemos que ir con todos los recursos que tenemos. Ya no nos podemos relajar, es necesario continuar organizándonos y es la forma en que ahora veo la lucha.
CC: ¿Cómo resumirías estos diez años desde el golpe de Estado?
EE: Han sido diez años de persecución muy fuertes que han dejado secuelas no solo a mí, sino que han afectado a toda mi familia y mis amistades.
CC: ¿Qué esperas en tu vida de ahora en adelante?
EE: El futuro para mí, en términos económicos, siento que no tengo futuro. Todas mis actividades económicas han sido afectadas por toda esta represión, al menos la independencia económica no me la han quitado, no dependo de una chambita y no tengo que ir a mendigarle al gobierno o partidos políticos para poder subsistir.
Lo único que puedo visualizar es mi futuro familiar y continuar fortaleciendo a mi familia. Tengo a mis hermanas, sobrinos y una esposa a la que deseo cuidar y con la que espero en un futuro tener hijos y educarlos para que puedan ser parte de nuestras luchas y continuar en contra de las injusticias sociales de este país.
En cuanto al futuro político no tengo ninguna aspiración político-partidaria, sabemos que muchas personas militan en estos partidos políticos es para poder garantizarse su futuro, yo no soy de ese tipo de persona y por eso quizá no he sido tan mediático y por eso quizá no busco el protagonismo. Si aspiro a mantener el protagonismo en cuanto a organización dentro de los movimientos sociales para seguirlo fortaleciendo y continuar luchando. Ese es el único futuro que puedo visualizar en mí.
CC: ¿Cuál es el siguiente paso en tu proceso judicial?
EE: Tengo que ir a firmar una vez por semana e incluso al salir de aquí creo que tengo que pasar por la Corte Suprema de Justicia y firmar porque trato de ir a inicios de la semana para dejar un precedente y que las autoridades vean que tenemos la buena intención de continuar en el proceso, para que se nos respete el debido proceso y se nos permita seguir defendiéndonos en libertad, habló en plural por mis demás compañeros como el caso de Romel Herrera que sigue preso en La Tolva y en el caso de Gustavo Cáceres que está en El Progreso y Raúl Álvarez que también está defendiéndose en libertad; y los ocho compañeros que están siendo judicializados por defender la comunidad de Guapinol en Colón.
Queremos demostrarles a las autoridades que no tenemos nada que temer. Raúl Álvarez y yo tenemos fecha para el 14 de mayo para inicio del juicio oral y público.
Lo más importante que la gente sepa de nuestra lucha y del encarcelamiento, es que sepan que tenemos que participar y unirnos a este proceso de lucha, ya no podemos ser indiferentes.
1 comentario en “Edwin Espinal: “Han sido diez años de persecución””
Me encanta la manera de, desarollar el periodismo alternativo, siempre les doy lectura y comparto las publicaciones, me solidarizo con Edwin, se perfectamente lo que significa ser enemigo de los grupos de poder en Honduras, al equipo CC valentía y bendiciones…