Se está volviendo muy popular que algún amigo o amiga te invite a un café por las tardes. A pesar que Honduras está considerado uno de los principales exportadores de café en décadas pasadas, es hasta ahora que tenemos la costumbre y dejarnos atrapar por este sensual elixir.
Nuestras altas montañas han dado posada a las mejores tazas de café a lo largo de los años. Baristas han ganado premios nacionales y no lo digo yo, lo dice nuestro café que es de los mejores.
Hace unos días les hablaba de “Garifunas Place”, el día que conocí ese sitio también tuve el privilegio de visitar otro lugar, éste en El Progreso, Yoro.
Cuando veníamos de regreso de Tela de devorarnos tremenda “curruncha” en “Garifunas Place” a todos nos dio ganas de un café, el pescadito había bajado en nuestro estómago.
Al pasar por El Progreso se nos antojó un cafecito, casi no conozco esta ciudad, me han hablado de un par de restaurantes que en otros días iré a meterles diente.
Cuando llegué a la ciudad le llamé a un amigo para que me diera la recomendación y me dijo: “allí vas a pasar por un nuevo lugar que se llama Aramacao” y me dio la dirección. Ubicado casi frente a la UTH encontramos un bonito café con ese nombre exótico.
Entramos; cuenta con dos ambientes, con aire acondicionado y varias butacas y sillas altas tipo bar, y otro exterior que no te lo recomiendo porque las moscas se apoderan de todo el entorno y no te dejan disfrutar a pesar que está muy bien decorado y acondicionado.
También tiene guaras, de allí viene su nombre: Aramacao es el nombre científico de la guara, nuestra ave nacional.
En lo personal no me gusta ver animales enjaulados, pero en el sitio podrás ver cinco guaras y dos pizotes.
El menú, lo vas a encontrar en las pantallas como es la tendencia, podes entretenerte entre: paninis, emparedados, crepas y por supuesto bebidas naturales, té y café.
Nos decidimos degustar, capuchino grande (42.00 lempiras), moca blanco pequeño (45.00), té, sangría, pastel de fresa (55.00) y panini catracho (65.00), esto lo pedís en caja y cancelas.
El pedido no tarda en llegar, así que comenzamos a platicar de todo. Mis amistades están acostumbradas a degustar café, así que fue rápida la reacción, tiene un olor delicioso y mucho cuerpo, en general está rico pero sentimos que falta entrenamiento al personal en cremar la leche, no es que no te lo bebes, pero falta sentir ese orgasmo en tu paladar.
El pastel de fresa es coqueto y picarón, juega con tu lengua, solo que no lo logras terminar porque llega un momento que tanto amor empalaga.
El panini catracho, si lo abres tiene dos tipos de queso mozzarella, chédar, aguacate y frijoles, además de una sabrosa salsa a base de jalapeño, a pesar de todos estos ingredientes solo se logra distinguir el sabor de la salsa, que es poderosa e invasiva a pesar de tener ingredientes tan sabrosos.
Les recomiendo reducir la salsa y además usar tipos de quesos que distingan al país, un queso con chile por ejemplo, con frijoles y aguacate quedaría espectacular lo digo por el nombre del platillo.
Te recomiendo total y profundamente el té, está tan generoso con tu cuerpo y alma, cierras los ojos y te da esperanza y tranquilidad, una bebida que cumple con regalarte paz y eso que lo bebimos sin ningún endulzante.
Me falta la sangría que no es usual que la vendan en establecimientos en nuestro país, te puedo decir que es rica, hay suficiente fruta, está elaborada con ganas, un poquito de gaseosa de más pero no es mucho, te va a gustar.
En general Aramacao Café cumple con brindarte un ambiente agradable, un café que está en la medida estándar, un té de ensueño, solo se tiene que trabajar un poquito en los platos salados y listo porque el ambiente parece estructurado por un diseñador o diseñadora de interiores, es impecable.
El personal es amable, con un poquito más de conocimiento estarán a la altura de competencia en servicio. En Aramacao Café te podes dar esas tertulias entre amigos y amigas porque no sientes que te corren.
Aramacao Café funciona.
Nos leemos pronto y recuerda que comer no es lo mismo que degustar.