Escapar de su agresor para enfrentar más violencia: la historia de una migrante hondureña
Para las mujeres hondureñas, cruzar calles sin ser víctimas de acoso es improbable y cruzar fronteras sin sufrir violencia basada en género es inimaginable. Rosa –nombre que ella escogió para cuidar su identidad– escapó de su agresor dos veces. La primera vez intentó llegar a Estados Unidos con su hermano, pero fueron secuestrados por Los Zetas en México. La segunda vez intentó recorrer el mismo camino con sus hijos, pero fueron separados por agentes federales mexicanos. En Honduras, la justicia sigue sin responderle, porque el juzgado aún no emite sentencia del proceso judicial por violencia contra la mujer. Sin esta sentencia, Rosa no puede iniciar a tramitar su divorcio.