Honduras, entre las crisis humanitarias más desatendidas del mundo

En su informe del 2024, el Consejo Noruego para Refugiados (NRC) ubicó a Honduras entre las diez crisis más desatendidas del mundo, y apuntó que el país continúa enfrentando una grave crisis humanitaria, marcada por el desplazamiento forzado, la violencia, los desastres climáticos y la falta de asistencia internacional. La organización alertó que la disminución de fondos humanitarios, el cierre de espacios de protección y las restricciones para acceder al asilo están agravando las condiciones de vida de miles de personas. Además, advirtió que los riesgos se intensificarán en 2025 si no se fortalecen las respuestas nacionales e internacionales.

Texto: Abigail Gonzales

Fotografías: Fernando Destephen y Archivo CC

Por segundo año consecutivo, Honduras figura entre las diez crisis de desplazamiento más desatendidas del mundo, según el Informe 2024 del Consejo Noruego para Refugiados (NRC). En esta edición, el país ocupa el noveno lugar, siendo el único de América Latina en el listado; en 2023 se encontraba en la sexta posición.

Aunque el descenso en el ranking podría interpretarse como una mejora, el NRC advierte que no refleja un progreso real. Por el contrario, subraya una tendencia alarmante: la creciente indiferencia global ante crisis humanitarias prolongadas. El informe identifica tres factores principales que explican esta desatención: escasa cobertura mediática, insuficiente financiación humanitaria, y baja voluntad política internacional.

En 2024, el Plan de Respuesta Humanitaria para Honduras solicitó 203 millones de dólares, pero solo se recibió el 32 % de ese monto. La situación se agravó con la decisión del gobierno de Estados Unidos de suspender programas de ayuda exterior a principios de 2025, lo que impactó directamente en la asistencia al país, ya que casi el 40 % del financiamiento provenía de esa nación. Otros países donantes, como Reino Unido, Alemania, Francia, Países Bajos y Bélgica, también redujeron significativamente sus contribuciones.

El informe, publicado el 3 de junio de 2025, resalta que Honduras comparte la lista con países africanos y asiáticos que enfrentan conflictos armados, represión política o catástrofes naturales. Se trata de una crisis humanitaria de grandes proporciones, con escasa visibilidad y sin el apoyo necesario para atenderla.

Filas de personas en la oficina de migración de Danlí, El Paraíso. 28 de abril de 2022. Foto: Archivo CC.

Violencia, desplazamiento y falta de protección

Según el informe, entre 2014 y 2018 se registraron más de 247,000 personas desplazadas forzadamente en el país. Durante 2024, aproximadamente 100,000 personas fueron desplazadas dentro del territorio hondureño a causa de la violencia ejercida por maras, pandillas y otros grupos criminales. Esta cifra podría ser mayor debido a la falta de denuncias por temor y a la falta de mecanismos de protección accesibles. 

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El NRC documenta el caso de Vilma, quien ha sido desplazada en tres ocasiones junto a su familia. Relata que fueron extorsionados y, al no poder pagar, recibieron amenazas; añade que abandonaron su vivienda únicamente con la ropa que llevaban puesta. Desde finales de 2022 Honduras se encuentra bajo un estado de excepción parcial que, según organizaciones, no ha tenido el efecto que pretendía ante la criminalidad organizada y los efectos de sus actividades en la población.

El informe también destaca que la cobertura mediática sobre esta crisis ha sido insuficiente en relación con la magnitud del problema, lo que contribuye a la falta de visibilidad y respuesta adecuada.

Caravana migrante esperando para salir de la Gran Terminal de San Pedro Sula. 24 de enero de 2024. Foto. Archivo CC.

Aunque la tasa de migración continúa siendo alta, las oportunidades de protección son limitadas. En 2024, más de 245,000 hondureños tenían en trámite solicitudes de asilo, principalmente en México y Estados Unidos. Sin embargo, durante ese mismo año, más de 23,000 personas fueron retornadas a Honduras. A pesar del contexto de alta vulnerabilidad, entre 2019 y 2024 únicamente alrededor de 7,000 hondureños lograron ser reubicados a través de programas de reasentamiento, en su mayoría hacia Estados Unidos.

Además de enfrentar una crisis interna, Honduras también es ruta de tránsito para personas migrantes de diversas nacionalidades que se dirigen hacia Estados Unidos. Según el NRC, en 2024 aproximadamente 375,000 personas ingresaron de forma irregular al país como parte de su trayecto hacia el norte, entre ellas, ciudadanos de Camerún, Etiopía, Burkina Faso, Mozambique,  Mali, Uganda, Irán, Congo y Somalia. 

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Impactos climáticos y vulnerabilidad persistente

El NRC subraya que los fenómenos climáticos han intensificado la crisis humanitaria. En noviembre de 2024, la tormenta tropical Sara afectó a más de 250,000 personas en el país, provocando inundaciones, deslizamientos de tierra y daños en la infraestructura. 

La organización advierte que el cambio climático está generando más desplazamientos internos, pérdida de medios de vida y mayor presión sobre las zonas más vulnerables del país. Asimismo, señala que la voluntad política para atender la crisis ha sido limitada. Los compromisos existentes no han sido efectivos, dificultando la implementación de respuestas sostenibles y adecuadas.

Gustavo Cardoza, analista político y miembro del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC-SJ), declaró en entrevista con Contracorriente que el desplazamiento forzado es, en muchos casos, consecuencia directa de la inacción estatal. «El desplazamiento es muchas veces por la falta de toma de decisiones gubernamentales», afirmó.

Un grupo de migrantes que acampaban en el Trans 450 de Tegucigalpa son trasladados en buses del Instituto Nacional de Migración hacia la frontera con Guatemala. Tegucigalpa, 23 de noviembre de 2023. Foto CC / Fernando Destephen.

Cardoza señaló que el Estado hondureño carece de capacidades para atender adecuadamente una crisis humanitaria, incluso cuando se trata de personas migrantes extranjeras que solo transitan por el país. También recordó que la migración forzada no es un fenómeno reciente, y no ha sido abordado de forma adecuada. 

A lo largo de más de una década, Honduras ha atravesado múltiples crisis políticas y sociales —como el golpe de Estado en 2009, los altos niveles de violencia entre 2011 y 2013, la crisis humanitaria de menores migrantes en 2014 y la reelección presidencial de 2017—, eventos que han contribuido al desplazamiento interno y externo de miles de personas.

«Honduras ha hecho mérito suficiente para que seamos un país altamente vulnerable, socialmente hablando, frente al desplazamiento», expresó Cardoza, y advirtió que la falta de atención estructural ha colocado al país en una situación de deuda con su población afectada. «Honduras ha estado en deuda con el tema del desplazamiento forzado y la deuda va a seguir», dijo.

Si el espacio humanitario continúa reduciéndose, la financiación sigue cayendo y las rutas de asilo permanecen cerradas, los riesgos para la población hondureña se incrementarán durante 2025, reduciendo aún más sus posibilidades de acceder a un futuro seguro. Así lo advierte el NRC, y llama a la comunidad internacional a no seguir ignorando una crisis que, aunque silenciosa, sigue cobrando vidas y empujando a miles de personas a huir en busca de protección.

Sobre la autora
Pasante de la carrera de Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
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