Créditos de biodiversidad en la COP16 despiertan rechazo de pueblos originarios y ambientalistas de Honduras

En la Cumbre de Biodiversidad (COP16)  en Cali, Colombia, la propuesta de créditos de biodiversidad como uno de los mecanismos para restaurar ecosistemas para el 2030, ha suscitado un debate intenso. En Honduras, iniciativas similares enfrentaron denuncias de irregularidades y rechazo por parte de pueblos indígenas y ambientalistas, quienes sostienen que esta medida privilegia a corporaciones y mercados. Defensores indígenas también instan a que las discusiones de la cumbre no se enfoquen solo en proteger la naturaleza, sino también en garantizar los derechos de las comunidades.  

Texto y fotografías: María Celeste Maradiaga

Los créditos de biodiversidad, mecanismo creado como una opción para revertir y detener la pérdida de biodiversidad para 2030 —uno de los puntos clave en el Acuerdo Kunming-Montreal suscrito  en la COP15—, ha sido uno de los puntos más discutidos entre las organizaciones durante la Convención de Biodiversidad. Una parte asegura que el mecanismo privilegia a corporaciones y empresas que buscan compensar el daño que realizan al ambiente y la biodiversidad por encima de los derechos comunitarios y el resguardo ambiental genuino.

Los créditos de biodiversidad son similares a los créditos de carbono, pues buscan que industrias o corporaciones que en el desarrollo de sus proyectos han contribuido a la pérdida de biodiversidad se comprometan a restaurarla mediante la financiación de proyectos.

Rony Castillo, subcoordinador de la Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh), quien ha estado presente como observador en la COP16, expresa que la implementación de este mecanismo resulta preocupante para las comunidades, pues a nivel mundial no se ha consolidado aún el mercado de carbono, y tampoco se han mostrado sus beneficios reales a las comunidades.

«Son una fortaleza para las corporaciones, y creemos que no van a ayudar a nuestras comunidades, al contrario, es una herramienta más de despojo», manifestó Castillo.

Bertha Zúniga, coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh) también cree que los créditos de biodiversidad no representan una solución real a los problemas de pérdida de especies, bosques y ríos en Honduras. Zúniga, mujer lenca e hija de Berta Caceres, ambientalista asesinada en 2016, califica a los mecanismos como el mercado de carbono o los créditos de biodiversidad dentro del «extractivismo moderno», y asegura que no atacan el problema de fondo en la pérdida de los ecosistemas a nivel mundial.

«Es horrible que ahora se están convirtiendo los bosques de las comunidades, su biodiversidad y su riqueza, incluso cultural, en un servicio ambiental a disposición del mercado. Nosotras (Copinh) siempre hemos reivindicado en las comunidades que son la vida y no la ganancia, y que no pueden ser mercancía los bosques, los ríos, ni la biodiversidad; esto sigue siendo una falsa solución ambiental», aseguró la coordinadora del Copinh.

Bertha Zúniga Caceres, coordinadora del Copinh, en una entrevista después de un evento en el marco de la COP16. Cali, Colombia. 24 de octubre de 2024. Foto: CC/María Celeste Maradiaga.

Además, apuntó que las negociaciones y discusiones desarrolladas en esta COP16 no deben enfocarse solo en los bosques, las costas y los océanos, sino que también deben implementarse medidas centradas en los pueblos originarios, las comunidades y sus derechos, y que sean soluciones basadas en los derechos humanos.

«Todo el mundo tiene expectativas de una cumbre que se realiza en América Latina» señaló Bertha Zuniga, «en la que hay presencia de comunidades indígenas, rurales y campesinas, pero también hay expectativas de ver en concreto acciones por parte de los Estados, sabiendo que estos no se comprometen ni en lo mínimo con quienes protegemos la naturaleza».

Los créditos de biodiversidad, mecanismo creado como una opción para revertir y detener la pérdida de biodiversidad para 2030, uno de los puntos clave en el Acuerdo Kunming-Montreal, también han despertado protestas en el desarrollo de la Cumbre de la Biodiversidad. En la Zona Azul, ubicada en el Centro de Eventos Valle del Pacifico, espacio en el que se desarrollan las negociaciones y eventos de la COP16, en Cali, Colombia, un grupo de ambientalistas demostró su rechazo al mercado de los créditos de biodiversidad.

«¡Las falsas soluciones basadas en la naturaleza no nos llevarán a ningún lado, la naturaleza no está a la venta! ¡Los créditos de biodiversidad son una distracción!», gritaban los manifestantes que pertenecen a Amigos de la Tierra, una red que agrupa a organizaciones ambientalistas de todo el mundo.

Una mujer sostiene una pancarta durante la protesta en contra de los créditos de biodiversidad realizada por Amigos de la Tierra en la Zona Azul, donde se está desarrollando la COP16. Cali, Colombia. 28 de octubre de 2024. Foto: CC/María Celeste Maradiaga.

Por su parte, Lucky Medina, ministro de la Secretaría de Ambiente y Recursos Naturales (Serna), aseguró que en Honduras actualmente no existe un marco que regule la implementación de este mecanismo, y que como país no han fijado una postura al respecto, considerando que entre las prioridades en la COP16 está buscar el financiamiento para el desarrollo de programas que preserven la biodiversidad, pero que puedan ser implementados dentro de la normativa nacional.

«Estas cosas pueden acordarse aquí en la convención, pero aterrizarlas a la realidad nacional es difícil», dijo el ministro de la Serna, momentos antes de que iniciara el segmento de alto nivel donde los presidentes y ministros de los países participantes expresaron sus posturas respecto a los acuerdos alcanzados hasta el momento en la COP16.

El ministro de la Serna también recordó que la implementación de un mecanismo como los créditos de biodiversidad puede ser complejo en el contexto hondureño, debido a las irregularidades que han sido detectadas en mecanismos parecidos, como el mercado de carbono.

Es por esta razón que, según Medina, el gobierno aprobó la «Ley especial de las transacciones de carbono forestal para la justicia climática», para que el Estado sea quien regule este mercado, luego de la moratoria que se estableció en junio de 2022. Sin embargo, hasta el momento no se han registrado avances en la reglamentación de esta Ley, y sectores de la sociedad civil y los pueblos originarios no fueron incluidos en la socialización de la misma.

 Poder dentro de las negociaciones

Para Valentina Figueroa, miembro de la Global Forest Coalition, la implementación de los créditos de biodiversidad solo representa una parte de la agenda que impulsan las corporaciones en estos eventos, y asegura que es necesario que en estas cumbres se implemente más la participación de los sectores disidentes en las negociaciones que aquí ocurren.

«Creo que es necesario priorizar la necesidad de limitar el lobby que están teniendo las corporaciones con el CBD (Convención de Biodiversidad). Esto es crucial, y en las COP del clima también, porque ves que hay demasiados esfuerzos puestos en promover falsas soluciones en estos espacios, que no van a la raíz de los problemas en la pérdida de biodiversidad», indicó.

Además, en cuanto a las negociaciones, explicó que las organizaciones que son críticas con estas alternativas para recuperar la biodiversidad están en clara desventaja con las corporaciones, que tienen más participación en las reuniones con los negociadores, lo que representa un conflicto de interés, considerando que son las mismas que ejecutan proyectos extractivos en un determinado punto del mundo, pero que buscan compensar el daño en otros.

Por ejemplo, en un evento paralelo a la COP16, una ambientalista de la amazonia colombiana denunció ante la ministra de ambiente de Colombia, Susana Mohammad, que justo en el mismo pabellón donde se encontraba su organización haciendo conciencia sobre el daño que el extractivismo ha hecho a su comunidad, también estaba la empresa ejecutora de este proyecto, supuestamente demostrando su compromiso con la defensa del medioambiente y destacando la importancia de las soluciones basadas en la naturaleza.

Aunque las metas 2 y 3 del Acuerdo Kunming-Montrealacordado en la COP15 en Montreal, Canadá— solo indican que para el año 2030 las áreas terrestres, marinas o costeras deben ser restauradas efectivamente en un 30 %, y que además esta restauración debe ser manejada por representantes de las comunidades e incluir sus saberes tradicionales, los créditos de biodiversidad se han planteado como un mecanismo que asegura esta conexión entre los distintos sectores, y que además podría asegurar el financiamiento necesario para la preservación de la biodiversidad.

En otra de las metas del Acuerdo se señala que los países desarrollados adscritos deben movilizar al menos 200 mil millones de dólares para proteger y restaurar la biodiversidad para 2030, los que deben destinarse a países en desarrollo y con economías en transición. Esto también ha sido debatido en la COP16, pues estos fondos son voluntarios, pero algunos países señalan que esta contribución debe ser obligatoria por parte de los países desarrollados, mientras que otros manifiestan que debe crearse otro fondo distinto al Fondo Mundial para el Medio Ambiente (Global Environment Facility en inglés), administrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente.

Onno Van Dan Heuvel, jefe global de la Iniciativa de Financiamiento para la Biodiversidad (Biodiversity Finance Iniciative, Biofin por sus siglas en inglés) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) explica que, si bien los créditos de biodiversidad aún no han desarrollado el máximo de su potencial, desde el PNUD tienen dos líneas de acción que aseguran que estos serán implementados con base en principios de integridad y en conexión con las comunidades.

Una de estas líneas se desarrolla junto a la iniciativa Biodiversity Credit Alliance, que es coliderada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente. Mediante esta iniciativa, asegura Onno Van Dan Heuvel, se busca analizar el contexto en las distintas regiones y considerar qué tan factible es la implementación de programas para la compensación de créditos por biodiversidad.

Onno Van Dan Heuvel, jefe global del Biodiversity Finance Iniciative, en una entrevista con periodistas de la beca para cubrir la COP16 del Internews’ Earth Journalism Network (EJN). Cali, Colombia. 23 de octubre de 2024. Foto: CC/María Celeste Maradiaga.

«Vemos como prioridad construir capacidad a nivel nacional en los países y apoyar a los gobiernos a construir su política nacional correspondiente a este mecanismo [los créditos de biodiversidad] para ayudarles en su propio marco a desarrollarlo en su país, sí así lo deciden, pero si un país no escoge este mecanismo, también podemos ayudarles mediante otros», indicó el jefe de Biofin.

Por otro lado, Manesh Lacoul, coordinador del Biodiversity Credit Alliance, insiste en que el éxito de los créditos de biodiversidad radica en haber aprendido de los errores que ocurrieron en el mercado de carbono, un mecanismo que ha sido criticado por los sectores de sociedad civil, ambientalistas y pueblos originarios.

En el caso de Honduras, por ejemplo, una organización ligada al desarrollo local de las comunidades miskitas, al oriente del país, buscaba desarrollar un proyecto para la captura de carbono con irregularidades en la consulta al pueblo miskito. Las irregularidades fueron señaladas por el sistema de certificación de estos proyectos y las comunidades también denunciaron a la organización Ayuda en Acción por impulsarlo sin consulta previa libre e informada.

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La Biodiversity Credit Alliance es una alianza voluntaria internacional que facilita los créditos de biodiversidad como uno de los mecanismos para asegurar el financiamiento que hace falta para detener la pérdida de biodiversidad. La organización es apoyada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y los gobiernos de Suecia y Alemania.

Lacoul aseguró que entre las diferencias entre los créditos de biodiversidad y los créditos de carbono está la conexión entre quienes buscan detener la pérdida de biodiversidad y las comunidades que han preservado esta biodiversidad por años, compensándoles directamente. También dijo que en el contexto de la COP16 han tenido reuniones con las comunidades y que tienen un enfoque en la consulta previa, libre e informada, incorporado en los planes para el desarrollo de los proyectos.

La coordinadora del Copinh, Bertha Zuniga, califica como urgente que en Honduras sea efectiva la consulta previa, libre e informada, un derecho que tienen los pueblos originarios antes de que se instale un proyecto en sus comunidades y territorios. Además, recuerda la importancia de que Honduras se adhiera al Acuerdo de Escazú, el cual garantiza la protección a defensoras y defensores del ambiente, y la transparencia en el derecho a la información en asuntos ambientales.

Esta historia fue producida en el marco de la beca para cubrir la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16) en 2024, auspiciada por Internews’ Earth Journalism Network (EJN).

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