La carrera presidencial de Jorge Cálix: entre ambición política y denuncias de fraude y corrupción

Jorge Cálix, diputado del Congreso Nacional (CN) y exmiembro del Partido Libre, busca  la presidencia de Honduras por el Partido Liberal, con un discurso centrado en la seguridad «a cualquier precio», inspirado en el presidente de El Salvador, Nayib Bukele. Con una carrera marcada por controversias y disputas internas, Cálix  ha enfrentado acusaciones de fraude y críticas a sus controvertidas relaciones familiares. Sin embargo, a pocos meses de cumplir 40 años, confía en que saldrá victorioso del proceso electoral primario de mañana y que en noviembre llegará a la Casa Presidencial como el presidente más joven de la historia hondureña

Texto: Luis Escalante 
Fotografías: Fernando Destephen y archivo CC

Era septiembre de 2015 cuando Jorge Cálix a sus 30 años paseaba en un Honda Civic del año 2000 por las eternamente deterioradas calles de Tegucigalpa mientras se grababa cantando Historia de taxi de Ricardo Arjona. Recogía pasajeros y se liberaba de las convenciones hablando mal de la clase política. Los rostros de quienes abordaban la unidad reflejaban sorpresa y, en algunos casos, cierto desencanto cuando con una sonrisa les decía: «soy diputado». Apenas tenía un año y ocho meses siendo el diputado suplente de Beatriz Valle, su «madrina política», en el Partido Libertad y Refundación (Libre). Hoy, aquel Cálix del taxi y la voz un tanto infantil que ya mostraba sus primeras huellas de ambición política, está por cumplir 40 años y asegura que el 30 de noviembre de 2025 se convertirá en el próximo presidente de Honduras.

La historia del taxi no es la única imagen que tengo de Cálix cuando iniciaba su carrera política. También lo recuerdo en una curiosa entrevista de 2017 en la que contó cómo hizo la ruta  migratoria  hondureña para  llegar a Estados Unidos, atravesando Guatemala y México. «Muchos políticos hablan, yo decidí vivirlo», tituló al video en el que compartió su experiencia a través de Facebook.

A Cálix nunca lo había tenido en frente de mí. Lo había visto varias veces años atrás cuando yo cubría el Congreso Nacional (CN), pero nunca lo había entrevistado.

Cuatro días antes de las elecciones primarias me dio la entrevista, escoltado por Darío García y Elisa Borjas, dos de las personas que gozan de su mayor confianza. El primero fue director del Instituto de la Propiedad (IP) entre el 1 de marzo de 2022 y el 10 de febrero de 2023, y luego estuvo a cargo de la Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco); la segunda fue directora del Registro Vehicular del IP. Ambos apresuran la marcha de Cálix que estaba a punto de entrar a una reunión con su comité de campaña en las instalaciones del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal (CCEPL). «Rápido, porque vamos a una reunión», escucho decir a una de las personas que lo rodean.

—Hermanito, te voy a quedar mal porque voy a una reunión, pero podemos verlo esta semana. ¿De qué medio sos? —pregunta Cálix mientras sujeta mi carné de identificación. «Te puedo dar cinco minutos», me dice después de un par de insistencias. Al final fueron dos. 

En su discurso de cierre de campaña, efectuado el 3 de marzo en San Pedro Sula cuando presentó su plan de gobierno, Cálix mostró una obsesión casi compulsiva por las políticas de seguridad implementadas por Nayib Bukele en El Salvador.  Hizo referencia a Bukele unas diez veces y en ocasiones se comparaba con él. «Si en El Salvador un millennial pudo hacer lo que ha hecho, ¿por qué acá no?», pregunta, mientras sus correligionarios y las personas que se interesaron por conocer su plan de gobierno le aplauden. Un millenial como él. 

—¿Es admirador de Nayib Bukele? —le pregunto.

—Sí —responde—. Me parece que ha hecho cosas importantes en El Salvador. Estoy seguro de que podemos discutir durante seis semanas seguidas si sus medidas son buenas o malas, si violentan derechos humanos o no, si la democracia se cumple a cabalidad o no, pero hay una pregunta que nos va a llevar 30 segundos responderla, y es que las y los salvadoreños viven felices, viven en un país seguro y ya no hay maras, y eso es envidiable, y los hondureños lo anhelan. 

Luego, confiesa que ha sostenido reuniones con asesores del presidente salvadoreño y que,  junto con su equipo, han diseñado estrategias que «se adecúen a nuestra realidad». Sin embargo, se niega a dar más detalles sobre ellas. 

Cálix jura que «acabará con los mareros y los narcotraficantes» y que estos «se arrepentirán de haber nacido». Hace recordar a Porfirio Lobo Sosa con su «puño firme» o a Juan Orlando Hernández con su «voy a hacer lo que tenga que hacer». Estas palabras cobran relevancia pues él mismo ha admitido que el narcotraficante Mario José «Cubeta» Cálix Hernández, extraditado el año pasado a Estados Unidos, es «hijo de un hermano de su papá». Además, sus adversarios políticos han señalado que Ramón Eduardo Cálix Vásquez, supuesto integrante de la Mara Salvatrucha (MS-13), es su hermano paterno. Sin embargo, como en la obra de Noah Baumbach ganadora de un premio en el Festival de Cannes de 2017, «la familia no se elige» y así lo ha dicho.

Jorge Cálix durante su juramentación como miembro del Partido Liberal de Honduras acompañado de figuras que estuvieron en el Partido Libertad y Refundación. Distrito Central, julio de 2024. Foto CC/ Fernando Destephen.
Jorge Cálix durante su juramentación como miembro del Partido Liberal de Honduras acompañado de figuras que estuvieron en el Partido Libertad y Refundación. Distrito Central, julio de 2024. Foto CC/ Fernando Destephen.

En poco más de una década de carrera política, Cálix ha sido protagonista de diversos episodios marcados por controversias y su constante exposición frente a las cámaras, como cuando fue querellado por Billy Joya — esa figura temida en los años 80 por sus presuntas acciones en el batallón 3-16 del ejército — a quien se atrevió a llamar «asesino» en un programa televisivo de debates. Su imagen tampoco puede dejar de ser relacionada con su accidentada carrera a la presidencia del Congreso Nacional a inicios de 2022, cargo que terminó en manos de Luis Redondo. A poco más de tres años de aquello, Cálix le dice a Contracorriente que agradece que no le hayan dejado ser presidente del Congreso, que eso ya quedó atrás y que ahora busca dar un paso más grande: convertirse en candidato a la presidencia de la República por el Partido Liberal, del que, según afirma, fue miembro antes de unirse al Partido Libre.

«Lo único que le agradezco al Partido Libre es que me dieran golpe en el Legislativo. Eso me permitió no tener nada que ver con este Gobierno. Imagínese, yo coludido con estos tipos que son narcos, que salen en videos repartiéndose cualquier cantidad de millones con narcos confesos. Gracias a Dios no me toca cargar esa cruz y estar coludido con eso», expresa Cálix en relación al video revelado el año pasado por InSight Crime en el que Carlos Zelaya Rosales, cuñado de la presidenta Xiomara Castro y hermano del expresidente Manuel Zelaya Rosales, figura negociando sobornos con narcotraficantes en 2013. A pesar de lo anterior, Cálix parece olvidarse de que, como premio de consuelo por el arrebato de la titularidad del Legislativo, negoció con Zelaya Rosales y Castro para obtener el control de instituciones como el IP, Copeco y el Patronato Nacional de la Infancia (PANI).

El 6 de septiembre de 2024, Contracorriente publicó Ayudando con Amor, una ONG para el proselitismo político, donde expusimos cómo una ONG recibió una donación de 39.5 millones de lempiras por parte del IP cuando estaba en manos de Dario García, pieza de Jorge Cálix. 

Funcionarios del actual gobierno, como el entonces ministro de Finanzas Marlon Ochoa, señalaron a dicha organización de haber sido utilizada por Cálix para comprar kits de emprendimiento y entregarlos a su nombre. El oficialismo denunció que esas acciones fueron parte de un supuesto desvío de 1,000 millones de lempiras procedentes de un fideicomiso que administraba la Unidad Coordinadora de Proyectos (UCP) del IP. En aquella ocasión intentamos obtener una aclaración por parte de Cálix, pero no respondió.

 

En Copeco también detectamos el gasto de 17 millones de lempiras que se destinaron en entrega de alimentos a «voluntarios», sin mayores detalles, en diciembre de 2023. 

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Cálix fue expulsado del Partido Libre el 21 de junio de 2024 tras una resolución del Tribunal de Honor de esa agrupación política, y menos de un mes después, el 16 de julio, fue juramentado en el Partido Liberal. Ahora no se sabe si es por su destierro o por sus ambiciones que sueña con posicionarse como el principal rival —o uno de los principales— del Partido Libre en las elecciones generales del 30 de noviembre y «sacarlos» (a Libre) de la Casa Presidencial. Para ello, ha logrado ganarse a las bases y a gran parte de la dirigencia del Partido Liberal, un partido que, según Beatriz Valle, le ha permitido «florecer». Mañana se enfrentará a Salvador Nasralla, otra persona que abandonó el zelayismo, y a Luis Zelaya y Maribel Espinoza.

***

Para hablar de Jorge Cálix es imprescindible consultar a una de las personas que más lo conoce: Beatriz Valle. Valle relata que coincidió por primera vez con él a través de un grupo de Facebook a inicios de la década de 2010. Dice que desde el principio confió en él y creyó en su capacidad y ahora está segura de que «es la persona idónea para sentarse en la presidencia». Valle lo llama «mi niño» y él le dice «mi Bea».

«Es un buen conciliador, una persona plural, él sabe negociar y, aunque lo critiquen, sabe echarse en la bolsa hasta a los empresarios, quienes han creído en él y lo han financiado», expresa. Cálix es el precandidato que más inyección publicitaria ha dado a sus redes sociales previo a las elecciones primarias, con una erogación de 804,422 lempiras (más de 32,000 dólares) en los últimos 90 días, según datos de Meta. 

«No me va a creer, lo conocí en Facebook, en un grupo que se llama “Ya no más”, que creo que todavía existe y es autosostenible. Un grupo de voces de protesta en contra del golpe de Estado de 2009, con varios jóvenes, entre ellos Manuel Sandoval, Mauricio Varela —actual gerente de Recursos Humanos de la alcaldía capitalina—, el hermano de Fernando Varela, y otros compañeros. Nos hicimos amigos, y yo decidí invitarlos a mi casa para conocernos personalmente. Así fue como nos conocimos, a través de ese grupo que creamos con Jorge y otras personas», cuenta.

Valle, quien fue viceministra de Relaciones Exteriores y embajadora en Canadá durante el Gobierno de Manuel Zelaya Rosales (2006-2009), ganó una curul en el Congreso Nacional durante las elecciones generales de 2013, y ahí estaba el joven Cálix como su suplente. Esa fue la primera vez que el Partido Libre tuvo presencia en el órgano legislativo, lo que también marcó el inicio de una historia que, en 2021, culminó con Xiomara Castro en la Presidencia de la República después de un siglo en el que se combinaron convenientemente el bipartidismo de los partidos Nacional y Liberal por un lado, y los regímenes militares de las décadas de 1960, 1970 e inicios de 1980, por el otro.

Sin embargo, Valle y Cálix, quienes afirman haber sido marginados por el partido Libre, se convirtieron en rivales de una agrupación en la que, dice Valle, «solo puede brillar Zelaya Rosales, su familia y las personas que él decida».

«A Jorge no lo iban a dejar llegar a ninguna parte. “Mel” no deja que nadie brille allí, solo quien él dice. Si alguien brilla, a él le molesta. Solo su familia o quien él designe. Nada más. Y si la persona que él designe brilla demasiado, tampoco le gusta», manifiesta Valle, quien asegura que, a finales de 2023, en una visita que Cálix le hizo en Canadá, donde se volvió a desempeñar como embajadora entre 2023 y 2024, en el gobierno de Castro, este le dijo «Bea, no sé cómo voy a hacer en Libre, porque en Libre me quieren quebrar».

Jorge Cálix durante su presentación como miembro del Partido Liberal de Honduras. Distrito Central, 10 de julio de 2024. Foto CC/ Fernando Destephen.
Jorge Cálix durante su presentación como miembro del Partido Liberal de Honduras. Distrito Central, 10 de julio de 2024. Foto CC/ Fernando Destephen.

El divorcio de Cálix y Valle con el Partido Libre se consumó el 21 de enero de 2022. Ese día, mientras se instalaba la junta directiva provisional del Congreso Nacional (CN) para el período 2022-2024, Valle leyó una moción nominativa que postulaba a Cálix como presidente, a Yavhé Sabillón como primer vicepresidente y a ella misma como primera secretaria. La nómina alcanzó 85 votos, incluidos 44 del Partido Nacional y 18 del Partido Liberal. La lista la completaban 21 votos del Partido Libre, uno del Partido Anticorrupción y otro de la Democracia Cristiana.

Después de la juramentación de Cálix como presidente interino del CN, Valle se acercó a la mesa directiva del hemiciclo y, desde lo alto, con los brazos extendidos, hizo un gesto que daba a entender «ya está, ya fue», mientras congresistas del Partido Libre y del Partido Salvador de Honduras (PSH) protestaban, algunos incluso lanzando objetos. En ese momento, también surgió el tumulto protagonizado por Rasel Tomé, hoy tercer vicepresidente del CN y precandidato presidencial por el Partido Libre, quien agredió a Cálix con una patada y varios empujones. 

La noche de ese 21 de enero, Xiomara Castro, que estaba a pocos días de asumir la presidencia y suceder a Juan Orlando Hernández, «expulsó» a 18 congresistas de su partido por no haberse comprometido a prestar sus votos para elegir a Luis Redondo, del PSH y ahora también del Partido Libre, como titular del Legislativo. Pero, relata Valle, «yo no recibí una sola llamada para pedirme un voto para Luis Redondo. Ni una. Ni Luis Redondo, ni nadie, nadie, nadie, ni Mel, ni Xiomara, ni los hijos, nadie. Ni nadie del partido tampoco».

«Jorge me dijo “Bea, yo quiero ser presidente del Congreso y voy uno por uno, buscando los votos, ¿me va a acompañar usted en la Junta Directiva?” Claro, mi niño, yo te acompaño en la Junta Directiva», recuerda haberle contestado.

Finalmente, después de que el 23 de enero se juramentaron dos juntas directivas, una encabezada por Cálix y otra por Redondo, los «calixtos» —como se denominó a Cálix, Valle, Sabillón y un grupo de más de 10 congresistas— y el coordinador general del Partido Libre, Manuel Zelaya Rosales, pusieron fin al asunto en una cuestionada reunión llevada a cabo en la Casa Presidencial el 8 de febrero. Los primeros desistieron de los planes presidencialistas de Cálix en el Congreso, y el segundo se comprometió a ofrecerles poder para efectuar nombramientos y contratar personal afín en algunas instituciones y secretarías del Estado.

Jorge Cálix y Manuel Zelaya Rosales en Casa Presidencial, durante una reunión para terminar con la crisis de Libertad y Refundación en el Congreso Nacional. Distrito Central, febrero de 2022. Foto: Archivo CC.

Beatriz Valle, además de ser su madrina política, ha sido importante en su vida personal, pues asegura que fue quien le presentó a su esposa Camila Agüero de Peyrecave, quien, según reportes de medios como El Pulso o Reportar Sin Miedo, es sobrina de Jean Francois Marie de Peyrecave Fiallos, viudo de Hilda Hernández, hermana del expresidente Juan Orlando Hernández. Peyrecave Fiallos estuvo señalado por su implicación en el caso de corrupción «Pandora», una red liderada, según la fiscalía, por su fallecida cónyuge, pero que al final resultó sobreseído en 2020. 

Valle dice que amaba su vida en Canadá, pero menciona que fueron dos cosas las que la obligaron a volver a Honduras, la denuncia al tratado de extradición con Estados Unidos en agosto de 2024 y la precandidatura a la presidencia de Cálix, anunciada casi simultáneamente.

Ella está convencida de que Cálix ocupará la titularidad del Ejecutivo el 27 de enero de 2026. «Él se propuso una meta y está enfocado en esa meta. Su meta no es solo llegar a ser presidente, sino transformar Honduras. Y yo pienso cooperarle en eso porque es mi sueño», manifiesta.

Entre muchos otros halagos, Beatriz Valle dice que Jorge Cálix es un «hombre cariñoso y dado a su familia», una imagen que se desvaneció cuando, el 24 de noviembre de 2023, Higinia Chávez denunció una supuesta agresión violenta por parte de Cálix, quien ingresó a su vivienda en estado de ebriedad y sin su consentimiento.Hasta ese día se desconocía que, supuestamente, Chávez y Cálix sostenían una relación sentimental. Chávez hizo una publicación en la red social X en la que mostró el documento de denuncia y una fotografía de Cálix con una mochila, supuestamente abandonando su residencia. También presentó dos documentos que hacían constar su denuncia ante la Fiscalía Especial de la Mujer del Ministerio Público (MP).

Sin embargo, el 28 de noviembre de ese año, la misma Chávez publicó un video en el que denunció que personas del gobierno la presionaron, señalando a Julissa Villanueva, viceministra de Seguridad, para emitir falsas declaraciones contra Cálix.

*** 

A Jorge Cálix siempre lo ha perseguido el fantasma del fraude. En el Partido Libre, en diferentes ocasiones, se le acusó de «inflar urnas». Lo señalaron en 2017 y también en 2021. Ahora, dentro del Partido Liberal, y a solo dos días de las elecciones primarias, Salvador Nasralla denunció ante el Ministerio Público (MP) un intento del movimiento de Cálix, Juntos por el Cambio, de pretender dañar los lectores biométricos en las elecciones del domingo y cometer fraude. Nasralla, junto a su esposa, Iroshka Elvir, presentó como medios de prueba un teléfono celular y una USB que contienen grabaciones de Fabiola Abudoj, antigua funcionaria del actual gobierno, hablando al respecto. Abudoj, tras renunciar a su precandidatura a la alcaldía del Distrito Central por la corriente de Nasralla, se sumó al movimiento de Cálix. Sin embargo, Cálix ahora la desconoce.

Tras estos acontecimientos y solo un día antes de las elecciones, el fiscal general del MP Johel Zelaya llamó a declarar a Nasralla, Elvir y Josué Colindres (diputado suplente de Elvir) ante la Unidad Especializada Contra Delitos Electorales (UECDE) para que presenten las supuestas evidencias que tienen contra Cálix y su movimiento político interno. 

Jorge Cálix llegando al Ministerio Público para solicitarle a la fiscalía investigue el caso del supuesto audio de una activista de su movimiento que incita a dañar el equipo biométrico usado en las elecciones internas y primarias. Distrito Central, 7 de marzo de 2025. Foto CC/ Fernando Destephen.
Jorge Cálix llegando al Ministerio Público para solicitarle a la fiscalía investigue el caso del supuesto audio de una activista de su movimiento que incita a dañar el equipo biométrico usado en las elecciones internas y primarias. Distrito Central, 7 de marzo de 2025. Foto CC/ Fernando Destephen.

Ricardo Soto, dirigente del Partido Libre y colaborador de Cálix previo a las elecciones primarias de 2017, acusa a los dos protagonistas de esta historia de cometer acciones fraudulentas y antidemocráticas. Asegura que, en 2017, Cálix lo llevó a un edificio ubicado en el bulevar Morazán de Tegucigalpa, cerca de una zona donde operan varias discotecas y billares, y le manifestó que «era el edificio de Beatriz Valle».

«Me dijo “Vámonos a una reunión” y me llevó a un edificio que queda en el bulevar Morazán, donde está un Circle K, cerca de Toño Rosa. En ese momento me dijeron que era el edificio de Beatriz Valle. Yo nunca había ido a ese edificio», dice Soto.

Cuando entró a una oficina, asegura, observó computadoras y personas trabajando frente de ellas. «Hasta ese momento conocí que, en ese edificio, él tenía montadas computadoras y una gente, y estaban falsificando credenciales, falsificando firmas; eran documentos del partido. Es decir, eran documentos públicos, y él estaba ahí falsificándolos. Cuando vi eso, miré que estaban falsificando firmas y todo».

Cuenta que un día después acompañó a Cálix en una gira política por Reitoca y Curaren, en Francisco Morazán. Allí iba a estar el expresidente Manuel Zelaya Rosales y coordinador general del Partido Libre. Soto recuerda que, desde el asiento del conductor del vehículo que manejaba en ese entonces Cálix, una Nissan Frontier verde, este lo volteó a ver y le dijo «Hey, si te pregunta el presidente Zelaya, haceme el paro, por favor, y decile que me ayudaste en lo de ayer en la noche. O sea, en lo que hice en el edificio de Beatriz Valle, falsificando la documentación». Asegura que se rehusó. 

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Ricardo Soto, quien expresa que se alejó de Cálix utilizando como pretexto una enfermedad en la uretra, por la cual le «agradezco a Dios», dice que siente asco por Cálix, una persona a la que considera «muy peligrosa» y «hasta psicópata».

«Lo último que experimenté, y fue como el momento en el que ya me salí de ahí, fue cuando nos llevó a una casa. Había dos mujeres, las dos dirigentes. Yo iba en el asiento de adelante con él, atrás iban otros compañeros, y llegamos. Llevaba una bolsa negra en la mano. Se bajó del carro y me tiró la bolsa negra encima y me dijo “Cuando yo te llame, entrá, Ricardo”. Empecé a tocar la bolsa, tratando de ver qué había con las manos, y comencé a sentir como carnés. Entonces, abro la bolsa, saco y miro aquel montón de credenciales de mesa, de presidente, de vocal, de secretario, de no sé qué. Estaban todas las credenciales, pero salían credenciales de los diferentes movimientos de Libre. Es decir, Jorge Cálix, que era del movimiento 28 de Junio, el M-28, tenía en su poder, en esa bolsa, credenciales del movimiento 5 de julio. Yo estaba ahí viendo, en mi mano, que él me tiró esa bolsa, un vivo tráfico de credenciales», agrega. 

Soto afirma que advirtió a los dirigentes del Partido Libre, incluido el expresidente Zelaya Rosales, sobre la situación, pero no supo en qué quedó aquello. Lo que sí es un hecho es que Cálix siguió su camino como diputado en el Congreso Nacional y, hasta antes del 21 de enero de 2022, todo parecía armonioso dentro del partido. Finalmente, dice, Cálix demostró su «naturaleza de traidor».

Pero Beatriz Valle, que no es ajena a los señalamientos, contrarresta y asegura que siempre los acusaron de eso, pero dice que fue un «milagro» que en las elecciones generales de 2013 ella y Cálix resultaran como los segundos más votados después de Esdras Amado López.

«Fue una sorpresa para mí, porque no esperábamos ese lugar. En las primarias, llegamos a la séptima posición, que no es tan buen lugar. Estábamos en la orilla de la plancha, y yo le decía a Jorge que no entendía cómo habíamos llegado tan lejos», recuerda Valle, quien acepta que no participó en las elecciones de 2017, algo que a la postre le facilitó el camino a su pupilo.

«Después, en las elecciones de 2021, obtuvimos una votación enorme. Jorge sacó 229,000 votos, yo saqué más de 221,000 votos», recuerda Valle, quien se muestra orgullosa de eso a pesar de los cuestionamientos que rodearon dichos resultados, nunca antes obtenidos por candidatas  o candidatos al Congreso.

Antes de convertirse en diputado suplente, Cálix —bastante joven para aquel entonces— se había desempeñado dentro de la Dirección Administrativa y Financiera del extinto Tribunal Supremo Electoral (TSE), donde, dice Valle, aprendió tanto que «solo le faltó ser magistrado». 

*** 

Jorge Cálix es una persona que desafía cualquier intento de definición, pero cuya presencia resulta imposible de pasar por alto. El Cálix que fingió ser taxista o que se aventuró a recorrer la ruta de los migrantes no era más que un hombre en búsqueda de una identidad política, un joven que, a inicios de sus 30 años, se despojaba de su cargo de diputado suplente, que nunca menospreció y que en cambio aprovechó al máximo. Al inicio Cálix mostraba la inocencia de quien empieza a rozar el poder pero con sueños que ya se teñían de ambición. En el Congreso Nacional, compartía conversaciones de igual a igual con Elvin Santos, excandidato a la presidencia por el Partido Liberal y, según cuentan, siempre gozó de la simpatía de Mauricio Oliva, expresidente de ese poder del Estado.

A un día de las elecciones primarias, aunque sus detractores lo perciben como una figura oscura, aquellos que lo apoyan lo consideran un líder en ascenso, dispuesto a todo para alcanzar sus metas, aunque el costo de ese ascenso sea aún incierto. Así es la política en Honduras, un escenario plagado de contrastes, donde el pasado y el futuro se entrelazan en una danza peligrosa, donde las caras de Cálix seguirán siendo múltiples, pero jamás indiferentes.

Autor
Periodista de actualidad comprometido consigo mismo y con la ciudadanía. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Católica de Honduras (Unicah) y, durante su trayectoria, ha cubierto el Congreso Nacional y reporteado en procesos electorales. Además, ha recibido capacitaciones en técnicas de periodismo de investigación, verificación de datos, reporteo y creación de perfiles periodísticos. A través de su ejercicio busca combatir las injusticias, los abusos de poder y la falta de transparencia.
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