Crisis energética en Honduras: el costo de los apagones en el norte del país

Fotografías y texto: Fernando Destephen

 

El domingo 9 de junio ocurrió una protesta por la falta de energía eléctrica en la colonia 24 de Abril # 1, en Cofradía, Cortés, en el norte de Honduras. Los manifestantes cerraron la calle y quemaron llantas en protesta por un apagón de casi 10 horas. Para resolver el problema, tuvo que mediar la Policía Nacional, quien ayudó a que los técnicos de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) restituyeran el fluido eléctrico a cambio de la liberación de un carril de la carretera que permanecía tomado por los pobladores inconformes.

 

Lourdes Rivera, de 52 años, es la presidenta del patronato de la colonia,  donde es conocida por buscar soluciones a los problemas de la comunidad. La falta de fluido eléctrico había sido causada por el roce de las ramas de un árbol con un transformador, y se resolvió con un mantenimiento de rutina. Pero para Lourdes ese es un problema que pudo prevenirse; por eso ella habitualmente coordina los trabajos de recorte de ramas para que no alcancen los cables y ocasionen problemas.

 

En esa misma colonia vive Henry Alvarado, quien tiene un negocio de venta de  variedades y ofrece servicios de cibercafé y trabajos secretariales. Henry asegura que ese apagón del 9 de junio le costó alrededor de 1,500 lempiras, debido a que también venden alimentos, que con los apagones tan prolongados se descomponen, y tiene que «echarlos a los perros». 

 

En ese contexto, parece que la única forma de que los encargados del servicio se interesen por restituir el fluido eléctrico es realizar una protesta, como la de ese día, en reclamo por una solución. 

Fachada del negocio de Henry Álvarez en la colonia 21 de Abril # 1. El comerciante perdió productos debido a los apagones. Cofradía, Cortés, junio de 2024. Foto CC / Fernando Destephen.

Otro lugar donde hubo protestas por los prolongados cortes de energía fue la colonia San Cristóbal, en el Bulevar del Este en La Lima. De ahí es Antonio, dueño de un emprendimiento de venta de comida a la orilla de la calle, quien asegura que tiene mucha impotencia por no poder reclamar como quisiera a una «empresa tan grande como la ENEE». Duda mucho de que un reclamo formal le reconozca los daños sufridos en los apagones, que sumaron la pérdida de un congelador, una refrigeradora y su computadora personal.

 

La crisis energética en Honduras no es nueva. En la década de los noventa se conocía como «racionamientos programados», y ahora el Gobierno les llama «mantenimientos programados», programaciones que los vecinos de La Lima desconocen, porque, aseguran, no se anuncian. Antonio, por su parte, relaciona los cortes de energía con las altas temperaturas y cree que debido a eso los transformadores «se disparan».

 

Respecto a los problemas de energía eléctrica debido al sobrecalentamiento de los transformadores, Erick Tejada, ministro de la Secretaría de Energía, aseguró que esos problemas ya se terminaron, y que ahora el problema es otro. «Estamos haciendo trabajo específico de repotenciación de la red de distribución en todo el Valle de Sula», dijo, refiriéndose a los trabajos que se hacen en Pimienta, Cortés, en la mediana de la CA-5, en donde la ENEE trabaja en la instalación de una nueva red de distribución. El proyecto terminará en un período aproximado de tres meses y tiene un costo de 3 millones de lempiras, según Tejeda.

Trabajos de ampliación de la red de distribución para la zona norte del país. Pimienta, Cortés, junio de 2024. Foto CC/Fernando Destephen.

Kevin Rodríguez, experto en energía de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), explicó que el problema del déficit de energía es en horas pico, y que anda entre los 300 y los 400 megavatios, lo que resulta en una pérdida de alrededor de 20 millones de lempiras diarios, de acuerdo a los datos de esta organización.

 

Otro problema directo son los cortes constantes, esos que apagan y encienden los electrodomésticos y que en algunos casos terminan por dañarlos, como lo que perdió Antonio, y como en el caso de las quejas que recibe Lourdes de vecinos a quienes se les han dañado desde televisores hasta refrigeradoras. 

 

En ese sentido, Lourdes Rivera recientemente solicitó el cambio de cinco postes de madera que están podridos y se sostienen solamente gracias al enredo de cables de la ENEE y de las empresas de distribución de cable que operan en la zona. La respuesta que le han dado es que no hay materiales para reemplazarlos.

Lourdes Rivera muestra el daño en un poste de madera podrida que se sostiene de la maraña de cables de energía eléctrica y pone en riesgo una vivienda de la colonia 24 de Abril # 1. Cofradía, Cortés, junio de 2024. Foto CC / Fernando Destephen.

En algunos postes deteriorados salen chispas por el contacto con otros cables, y los vecinos no pueden ni dormir, preocupados ante la posibilidad de que ocurra un incendio mientras descansan. Ese problema se resolvió en otras zonas de la colonia 24 de Abril, en la colonia San Cristóbal y en la colonia Asentamientos Humanos, después de protestas de los habitantes, y resultó que en esos casos el problema también había sido causado por falta de mantenimiento regular.

 

Parece que en esta zona del país los problemas no se resolverán sin la exigencia de los habitantes de las comunidades, especialmente cuando las autoridades no realizan mantenimientos rutinarios para evitar los apagones. Mientras tanto, esos mismos pobladores seguirán con el temor de perder recursos en sus negocios y electrodomésticos en sus hogares.

Sobre
Fernando Destephen 1985 Tegucigalpa, Honduras. Fotoperiodista y contador de historias.
Comparte este artículo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.