Deconstruyendo el mito de «Honduras»: más allá de la leyenda de Colón

«Gracias a Dios, salimos de estás honduras […]» dijo Cristobal Colón, o al menos eso es lo que se ha transmitido sobre el nombre de esta nación. Lo cierto es que, aunque hay investigaciones y documentación sobre el proceso de hispanización de Mesoamérica, hay escasos estudios críticos sobre los nombres propios, ¿quién y cuándo nombró a Honduras?

Texto: Didier Dubón
Ilustración: Persy Cabrera

«Sólo hay un bien: el conocimiento. Sólo hay un mal: la ignorancia.»
– Sócrates (470 AC-399 AC)

Se ha investigado y documentado ampliamente el proceso de hispanización de Mesoamérica. No obstante, resulta notorio el escaso interés que se ha prestado al estudio crítico de los nombres propios. Una de las particularidades de nuestra identidad es desconocer el nombre de nuestro territorio antes del choque cultural de la conquista española. Es común escuchar el mito de que el nombre «Honduras» se atribuye a que Cristóbal Colón, al estar en una borrasca cerca del cabo de Gracias a Dios, dijo a los vientos: «Gracias a Dios, salimos de estás honduras […]». Es una historia contada a medias. En realidad, no estaba cerca del territorio de Gracias a Dios, pero sí de las profundidades del mar caribe, en la isla de Guanaja. Según el historiador chileno Robustiano Vera, «Honduras debe su nombre a las honduras o fondos, que los primeros pilotos hallaron en sus costas y porque al abandonarlas exclamaron: «¡líbrenos Dios de estas honduras!» (Vera, 1899).

En la conferencia Rutas Históricas de Honduras, celebrada en la Universidad Nacional Autónoma De Honduras (UNAH), Dennis Portillo relató lo siguiente: «[…] el verdadero nombre de Honduras no se sabe con exactitud, pero qué los libros de historia cuentan sobre la expresión “Bendito Dios, que salimos de estás honduras”», dicha por Cristóbal Colón cuando salía de Punta Caxina a Guanaja. Este registro se relata por Don Antonio de Herrera y Tordesillas en el libro Primer Conquista Mayor de Indias – «Historia de los hechos de los Castellanos en las Islas y Tierra firme del mar de los Océanos», escrito en 1601, 70 años después de este suceso y aclarando que es el trayecto entre Guanaja y el Cabo de Honduras o Punta Caxinas, y no a la costa de la Mosquitia lo que se conoce como Gracias a Dios (Portillo, 2021).

Tras la investigación y discernimiento sobre el mito que ha rodeado al nombre de Honduras, se evidencia una marcada distancia en nuestro conocimiento actual acerca del verdadero topónimo. Por ello, es necesario investigar cronológicamente los registros de la región. De acuerdo con Canahuati, el verdadero nombre de Honduras se lo dieron en 1508 los exploradores Juan Diaz Solís y Vicente Yáñez, donde dice «Fueron ambos a descubrir la tierra, a seguir la tierra que había descubierto el almirante en el viaje de Veragua, hacia occidente y siguiendo casi el mismo camino llegaron a la Costa de Caria y pasaron por el cabo de Gracias a Dios hasta Punta de Caxinas que ellos llamaron de [sic] Onduras» (Canahuati, 2021). Encontramos dos versiones del mismo hecho entre Pedro de Herrera y los exploradores Diaz Solís y Vicente Yáñez, la única constante de ambos relatos es que los barcos «fondearon» en las aguas a las que llamaron «fondvras».

Llegando a este punto entendemos a plenitud cómo el período del descubrimiento y conquista de Mesoamérica modernizó la región, «bautizando» con nombres españoles al territorio, sin la equivalencia de registrar la historia de las indias y sus habitantes. Una de las figuras históricas de la que menos se habla es de «Bartolomé Colón, navegante y cartógrafo genovés, hermano de Cristóbal Colón, nombrado capitán (14 de abril de 1494) de las tres carabelas que realizaron el primer viaje de abastecimiento a las tierras recientemente descubiertas» (Marcos, 2022). Este momento histórico es clave, para resaltar la habilidad de cartografiar y anotar referencias de los habitantes de las indias, que tuvo Bartolomé, registrando en 1502 que los antiguos pobladores Jicaques hacían referencia a la existencia de territorios y provincias ubicadas más allá de las regiones meridionales de las islas de Guanaja, a las cuales se referían como Maia. Este hecho histórico, que ha pasado desapercibido, constituye una valiosa fuente para entender el conocimiento que los jicaques poseían acerca de la cultura prehispánica hondureña previa a la conquista. Resulta interesante cómo este registro histórico permite vislumbrar la interconexión y continuidad de la cultura Maya con otros pueblos, destacando la importancia de las lenguas indígenas en la construcción de nuestra historia y cómo este registro no solo es valioso desde una perspectiva crónica, sino también desde un punto de vista cultural y lingüístico, a fin de valorar y preservar la riqueza patrimonial que implica. El registro de Bartolomé Colón acerca de la existencia de tierras y provincias llamadas Maia por los indios jicaques constituye un ejemplo valioso de cómo nuestra historia y cultura están interconectadas, y la importancia de incluir las voces y conocimientos de los pueblos indígenas en nuestra narrativa histórica.

Mientras el descubrimiento continuó, se registra el pueblo costero de Guaymuras, ubicado en las tierras del actual departamento de Colón, por descripciones qué dejó Diego De Porras, (1527) escribano de la expedición de Colón. Se especula que vivían en los alrededores del norte del río Sico, también llamado por los españoles río Tinto o río Negro, y siendo este pueblo parte de los Lencas «Guaymuras fue llamada porque ese era el nombre de un pueblo en la costa y la pretendió Pedro Arias Ávila.» (Pereyra, 1924), Guaymuras fue el primer nombre que tuvieron las costas hondureñas. Este nombre hace referencia a las aguas profundas del río Ulúa (también conocido como Guaymuras o Guayambre) que fluye a través de la región. Sin embargo, no está completamente confirmado, es una teoría sostenida por algunos investigadores y etnólogos que especulan que Guaymuras forma parte de la raíz etimológica lenca guagzura: «pie y agua abajo o caminando abajo del agua» (Pinart, 1897). Adjunto este dato debido a que la mayoría de nombres lencas que se registraron como Guaymaca, Masaguara o Gualcince entro otros, conservan su raíz lenca guay, guaz y guag, todas estas se refieren al agua, por ejemplo Guay-Maca significando «quebrada» o «cauce» en referencia a un río cercano que rodea al pueblo. Por lo que ahora tenemos dos elementos que aportan a nuestro territorio: «Guaymuras y Maia» haciendo un recordatorio de la compleja y oscurecida historia de la región.

El siguiente registro que recibe es Hibueras, que se originó debido a que los españoles, al llegar a las costas, observaron que en el río Sico flotaban calabazas que el pueblo Guaymuras llamaba así. Los españoles, al no poder pronunciar adecuadamente esta palabra, corrompieron su fonología al llamarle «figüeras» en castellano antiguo e «higüeras» en la modernización, lo que produjo la pérdida del fonema por aspiración, así lo registra el mandrílense Gonzalo Fernández de Oviedo, primer cronista de las Indias nombrado por Carlos V: «Higüeras –por corrupción de Hibueras– por haber encontrado en el mar gran número de calabazas flotantes» (Oviedo, 1526), en este momento se le llamó Hibueras al territorio y segunda la RAE hibuerense a los primeros conquistadores (RAE. 2020). Una particularidad de este acontecimiento es que posiblemente la calabaza que flotaba en las aguas del río Sico fuera el jícaro, también conocido como calabaza peregrina. Esto se debe a que esta calabaza, al ser hueca, es capaz de recorrer miles de kilómetros flotando hasta llegar al mar, también demuestra la importancia de los recursos naturales en la vida cotidiana de los pueblos indígenas, quienes utilizaron la calabaza para diversos fines, como recipientes para alimentos y bebidas. «Desde su descubrimiento, el territorio de Honduras se mantuvo intacto hasta marzo de 1524, cuando Gil González Dávila se convirtió en el primer español en arribar a Honduras con propósitos de conquista. Posteriormente lo hicieron, Cristóbal de Olid, Francisco de las Casas, Hernán Cortés y Pedro de Alvarado.» (Marcos, 2022). El análisis histórico de los orígenes del topónimo “Honduras” constituye un ejercicio académico que incita a la reflexión sobre la influencia de un enfoque no crítico del pasado puede tener consecuencias históricas en el presente y futuro. Cabe destacar que el proceso de descubrimiento y conquista de la región no puede ser concebido como un evento de carácter neutral, sino que tuvo una notable incidencia en la denominación del territorio. Por tanto, abordar la tarea de rastrear los antecedentes del nombre “Honduras” requiere de una perspectiva crítica, consciente de la complejidad histórica y social que enmarca este proceso.

Estos acontecimientos en paralelismo con el nombre dado por exploradores Juan Diaz Solís y Vicente Yáñez se registra por tercera vez el nombre de Ygüeras e cabo de Honduras en real cédula del 20 de noviembre de 1525 y golfo de las Ygüeras e cabo de las Honduras en la Cédula 31 de agosto de 1526. «El nombre de Higueras e Honduras aparece en las crónicas de Bernal Diaz Del Castillo, quien llegó en compañía de Hernán Cortes en 1524, Honduras e Higueras lo fue bajo el Gobierno de Cereceda en 1524 […] En Ciudad de México y Michoacán las hibueras son las frutas que proceden de tierras calientes, es decir de Cuernavaca y Tehuantepec» (Valle, 1953). Con la conquista de ciudad de México y la industrialización del ganado vacuno en Mesoamérica por parte de Cortés, Fernando Colón registra: «la provincia que se llama ahora cabo de Honduras, el Almirante la llamó entonces cabo de Caxinas» (Valle, 1953) haciendo mención que el Almirante, su padre Colón ya había nombrado estas tierras como cabo de Caxinas o cabo Honduras o punta Castilla.

Los datos de este viaje trazan la siguiente línea temporal: Cristóbal Colón llegó a Guanaja el 30 de julio de 1502, a la punta Caxina el 14 de agosto, y al río Sico, al que denominó como “Río de la Posesión”, el 17 de agosto. Sin embargo, es destacable que la relevancia del territorio descubierto no se reconoce hasta la llegada de Gil González Dávila el cual conquista las amerindias y crea la primera fundición «Buena Vista» en Santander, Colombia en 1524. En paralelo Hernán Cortés rivaliza con Gonzalo de Alvarado por el control de los territorios amerindios, en particular por las Hibueras, y encarga a Cristóbal de Olid la misión de conquistarlas. Para ello, le asigna cinco navíos y un bergantín, así como una fuerza de 400 hombres. Con posterioridad, el conquistador español decide trasladarse a Las Hibueras en compañía de Cuauhtémoc y otros nobles mexicas, y emprende una política de industrialización en la zona, dando inicio a la denominación de las costas del actual territorio hondureño como Trujillo, fundando así la Villa de Trujillo y nombrando al sur, Nueva Extremadura (1524 – 1526), en honor a su provincia española y a la época de conquista de Sudamérica, ya que la gobernación de la Nueva Extremadura era el territorio que ocupaba la mitad norte de América del Sur y el Amazonas. En consecuencia tenemos la visión eurocentrista donde Honduras es nombrada Nueva Extremadura por los conquistadores españoles, debido al símil geográfico que vieron en Hibueras y la región Extremadura en España, ya que se encuentra geográficamente al oeste de la península Ibérica y se caracteriza por ser una zona montañosa de ríos caudalosos, al igual que el territorio hondureño. Además, muchos de los conquistadores y colonizadores de Honduras venían de Extremadura, y por la semejanza geográfica se bautizó así la nueva tierra.

Cortés, al regresar a México en 1526, nombra a Hernando de Saavedra gobernador de Honduras. En retrospectiva vemos que el proceso continuo de conquista y reconquista requiere que cuestionemos los relatos históricos que se han transmitido a lo largo de los epigramas y busquemos activamente una comprensión más completa y precisa del pasado. En 1526 Hernando de Saavedra (primo de Hernán Cortés) se consolida como el primer gobernador de la «Provincia de Honduras», registrando un nuevo nombre al centro de las amerindias, siendo estas un anexo de Cortés y la Nueva España, Thomas relata que: Saavedra «En Honduras fundó la ciudad de Frontera de Cáceres. Repelió salvajemente la agresión de los indios que atacaron Puerto Caballos, mas, no contento con ello, se vengó arrasando los poblados indios de la zona, aunque la mayoría de ellos no hubiesen intervenido en el ataque. Ante sus desmanes, la Audiencia de Santo Domingo lo sustituyó en 1527.» (Thomas, 2001)

Paralelamente el capitán general español Alonso de Cáceres funda en el centro de la Provincia de Honduras la ciudad de «Villa de Santa María de la Nueva Valladolid de Comayagua» (1537). Los mapas no registraron más cambios hasta la creación de la República Federal De Centroamérica (1823) donde el territorio hondureño se llamó temporalmente Gobernación de Comayagua siendo ésta la capital de la unión centroamericana hasta su separación en 1839. Los procesos independistas criollos crean a diversos jefes de estados en Comayagua y adoptan la primera constitución de 1841, donde el general Francisco Ferrera se convierte en el primer presidente constitucional nombrando a todo el territorio como República de Honduras.

Cronológicamente los motes de Honduras desde 1502 hasta la actualidad con registro histórico y fuente

Nombres históricos encontrados en fuentes:
Maia – (1502) Bartolomé Colón.
Guaymuras – (1505-1527) Diego de porras
Cabo de Caxina o Punta Castilla – (1508-1527) Juan Diaz Solís y Vicente Yáñez
Figueras – (1527) Fernández de Oviedo
Hibueras ≈ (1508-1527) Fernández de Oviedo
Higueras o Ygueras ≈ (1526-1527) Bernal Diaz Del Castillo
Golfo de Higueras – (1527) Bernal Diaz Del Castillo
Honduras e Higueras ≈ (1527) Bernal Diaz Del Castillo
Fondvras ≈ (1527-1601) Don Antonio de Herrera y Tordesilla

Nombres propios registrado por autoridades:
Cabo de Honduras o Cabo de Caxina – (1524-1527) Fernando Colón
Nueva Extremadura ≈ (1524-1526) Hernán Cortes
Provincia de Honduras – (1526-1527) Hernán Cortes
Gobernación de Comayagua – (1537-1823) Alonso de Cáceres
República de Honduras – (1841) Constitución de la República de Honduras

Los orígenes de «Honduras» van de la mano de los mitos y relatos históricos. La creencia común de que Cristóbal Colón llamó al país «Honduras» al encontrarse con aguas turbulentas cerca del cabo de Gracias a Dios no es más que un dogma inverosímil. El proceso de descubrimiento, conquista y mestizaje europeo llevó a nombrar la región con múltiples etimologías y nombres, sin registrar la historia de los pueblos indígenas.

A través del tiempo podemos ir descubriendo pequeños detalles que nos conectan con nuestra identidad nacional y que nos invitan a indagar en los conceptos propios de nuestras raíces culturales, lo que nos lleva a reflexionar acerca del origen de los nombres propios y etimológicos de nuestra región. Esta exploración crítica es fundamental para comprender nuestra identidad y destino como pueblo. En el caso de Honduras, podemos observar un proceso histórico heterogéneo que ha generado una identidad mestiza incompleta, lo cual refleja la necesidad de una evaluación crítica de la narrativa histórica española del descubrimiento y conquista de América, que a menudo ha exaltado el papel de los exploradores y colonizadores europeos, minimizando la historia y el legado de las culturas precolombinas y las personas indígenas que ya habitaban estas tierras.

La historia de Honduras y Mesoamérica en general ha sido escrita desde una perspectiva eurocéntrica por eso es necesario examinar y escudriñar críticamente rutas, nombres y mapas históricos para comprender mejor el pasado y para que las historias no se escriban parcialmente. Es importante mencionar que el cambio de nombres y la imposición de una cultura extranjera no es algo exclusivo de Honduras, sino que ocurrió en toda Mesoamérica y en gran parte del mundo durante el período de colonización. La imposición de una cultura extranjera y la imposición de una narrativa histórica no es algo que se detiene con el final de la conquista, sino que continúa en la actualidad, y es nuestra responsabilidad seguir desmontando estos mitos y estereotipos, construyendo una narrativa histórica más precisa y justa.

La tarea de recuperar y valorar nuestra verdadera historia y cultura es crucial para entender nuestra identidad como país y como pueblo en la sociedad actual. Para lograrlo, es esencial reconocer y valorar las voces de los pueblos indígenas, afrodescendientes y marginados, quienes han sido sistemáticamente excluidos de las narrativas dominantes en la historia. Este proceso no recae únicamente en los académicos o historiadores, sino que es una responsabilidad compartida por toda la sociedad. Es imperativo educar a nuestra juventud sobre nuestra verdadera historia, promover la investigación y el estudio de nuestra cultura y nuestras raíces, y fomentar la participación activa de todos en la construcción de una sociedad más justa e inclusiva.

Bibliografía

Canahuati, C. M. (15 de septiembre de 2021). ¿Conoce el verdadero origen del nombre Honduras? Obtenido de Presencia Universitaria: https://presencia.unah.edu.hn/noticias/conoce-el-verdadero-origen-del-nombre-honduras/

Marcos, J. V. (21 de octubre de 2022). Real acádemica de la Historia. Obtenido de Bartolomé Colón: https://dbe.rah.es/biografias/4662/bartolome-colon

Oviedo, F. d. (1526). Sumario de la historia natural de Las Indias. Barcelona: ED Reditado 2011.

Pereyra, C. (1924). Historia de la America Española. Madrid.

Pinart, E. H. (1897). Pequeño Diccionario de la Lengua Lenca (Dialecto Guajiquiro). París: Ernesto Leroux.

Portillo, D. A. (5 de marzo de 2021). Rutas Históricas de Honduras: Origen histórico del nombre de Honduras (UNAH). (A. R. Costa, Entrevistador)

RAE. (2020). Diccionario. Madrid: Española, Real academia de la Lengua.

Thomas, H. (2001). Quién es quién de los conquistadores. Madrid: Salvat.

Valle, R. H. (1953). El nombre de Honduras. Capítulo de “Historia de Honduras” (págs. 214-215 p). México DF: Atlante.

Vera, R. (1899). Apuntes para la Historia de Honduras. Santiago de Chile: Imprenta El Correo Delicias.

SOBRE
Maestro de educación primaria, docente de Español en el grado de licenciatura por la UPNFM y Máster en estudios lingüísticos literarios y culturales por la Universidad de Sevilla. Actualmente es director de la Escuela Normal Bilingüe Guillermo Suazo Córdova, en la ciudad de La Paz, La Paz. Ganador del primer certamen de poesía intercultural bilingüe y cuento breve Miguel de Cervantes en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, publicó sus primeras ficciones breves en la colección de Cuadernillos de Poesía y Cuento «Trece Lunas» en 2016 y publicado por la Universidad de Sevilla en el blog, Relatos de Creación Literaria, en 2018.
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Persy Cabrera nació en Tegucigalpa en 1997. Es graduado de bachiller técnico en electricidad del Instituto Técnico Saúl Zelaya Jiménez y cursó media ingeniería eléctrica en la UNAH antes de pasarse a estudiar periodismo. Actualmente es periodista cultural en Contracorriente. Le gusta el cine, las series, el anime, el manga y los libros. Practica fútbol y es entusiasta del deporte en general.

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2 comentarios en “Deconstruyendo el mito de «Honduras»: más allá de la leyenda de Colón”

  1. Ruben Hernandez Cruz

    Excelente articulo! Abre el apetito por la historia verdadera de nuestra hibueras. Gracias por sus esfuerzos investigativos. No solo los verdaderos nombres saldran a luz sino tambien el sentimiento de nuestra gente original.

  2. Buen artículo hasta cuando comienzan con indigenismo y decontruccion, Hondura es la suma de su pasado y el presente republicano, democrata y representatvo, que logran todos los ciudadanos con su trabajo, educación, dedicación y aporte desde todos los rincones del país. Hacer juicios históricos a los colonos y todos los tristes hechos que sucedieron aquí y el resto de Americanos nos convierte en victimas. Creo en Honduras libre y soberana, valorando todo su origen y descendencia porque todos ellos formamos el país.

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