Fotografias y texto: Fernando Destephen
La colonia Las Ayestas está ubicada al norte de la ciudad de Comayagüela, es un cerro y una zona con problemas de abastecimiento de agua. Para llegar hay que entrar por el barrio Las Crucitas en el bulevar del Norte, después bajar hasta el barrio Tres de Mayo y subir, ahora sí, la cuesta que lleva hasta Las Ayestas.
Lourdes Espinal sufre el mismo problema en esta colonia desde hace 38 años: el agua no llega, llega a medianoche o en la madrugada y solo un poco, «la echan cuando quieren» dijo Lourdes. Esto obliga a la mayoría de vecinos a pagar desde 35 hasta 50 lempiras por un barril de agua cada dos o tres días. Eso representa un gasto promedio de 200 a 300 Lempiras cada dos o tres días.
La falta de agua es difícil de explicar en la colonia Las Ayestas, porque a un lado de la calle el agua sí llega con frecuencia y, del otro lado, no llega. En la parte alta se quejan de que el agua no sube. Carmelo Aguilera, de 73 años, dijo que la gente de arriba sí recibe agua y él no. Carmelo vive en el lado de la calle al que no llega el agua. Todos los vecinos cuentan diferentes historias dependiendo de dónde viven en la zona, la falta de agua es el tema central de sus vidas.
Carmelo Aguilera lamentó la falta de agua aunque su caso es diferente, porque en su casa solo viven tres personas y cinco perros chihuahua. Él tiene dos pilas en su casa, una en el patio y la otra en la entrada. «Así van a ser las guerras por el agua» dijo Carmelo mientras llenaban la pila de enfrente y él se paseaba por la calle, otros vecinos se le acercaban para solicitarle ayuda con el agua, al menos para llenar un par de baldes.
En Las Ayestas las quejas son constantes, dos o tres semanas sin agua, dos o tres semanas llamando a la línea de atención de la Unidad Municipal de Agua Potable y Saneamiento, Umaps, (9414-8434) para que envíen una cisterna que, cuando al fin llega, es insuficiente para la demanda de los vecinos. También son insuficientes un motorista y un ayudante que cargan, descargan, conectan y desconectan las mangueras de una casa a otra sin perder de vista el tablero con el registro de la visita de ese día, firmado por cada vecino que recibió agua.
Después de unos minutos, motorista y ayudante se disculparon porque ya no había más agua, un grupo de madres de familia les pedían llenar al menos un balde porque desde hace dos semanas no reciben el servicio pero, sí el recibo de cobro. La respuesta fue una opaca promesa de volver.
Un par de cuadras más arriba, siempre en Las Ayestas, otro grupo de vecinos rodeó el carro de la Umaps y le preguntó a José Armando, el conductor de la cisterna, si iban a continuar entregando agua. Armando respondió que ya no había agua, los vecinos le consultan si iba a regresar; Armando contestó que no sabía, los vecinos se retiraron hablando bajo; una mujer dictó su número de teléfono y su nombre, el ayudante apuntó los datos y el conductor arrancó.
La Umaps es la oficina encargada de la administración y prestación de los servicios públicos municipales de agua potable, alcantarillado sanitario y drenaje pluvial. La Ley Marco del Sector Agua Potable y Saneamiento (Decreto No. 118-2003), en su artículo 16, establece que le corresponde a las municipalidades, en su carácter de titulares de los servicios de agua potable y saneamiento, disponer la forma y condiciones de prestación de dichos servicios en su respectiva jurisdicción.
El proceso de municipalización del agua inició en el año 2003 «con una vigencia de cinco años, más una prórroga de cinco años más», explicó Julio Pozo, empleado del Sanaa y agregó «que ese tiempo venció en 2013 y es hasta el 2019 cuando emiten un decreto ejecutivo para la Ley marco del sector agua potable y saneamiento». Julio vincula la publicación del decreto ejecutivo con los 785 despidos en el Sanaa a los que aún no se les cancelaron sus prestaciones laborales.
Pozo explicó que la Alcaldía del Distrito Central se comprometió a transferir 750 millones de Lempiras de los que aún se deben 390 millones que servirían para el pago de las prestaciones de los empleados del Sanaa, agregó Julio. La cancelación de los empleados y el traspaso de los bienes del Sanaa a la Umaps, incluido el plantel Los Filtros de la colonia La Divanna, representarían los últimos pasos en el proceso de municipalización del agua, aunque Julio Pozo aseguró que la parte técnica del Sanaa no desaparecerá sino que «el nuevo rol será brindar asistencia técnica a las 298 municipalidades».
En el plantel Los Filtros de la Umaps, en la colonia Divanna, las cisternas deben salir antes de las siete de la mañana, porque a esa hora llegan los empleados del Sanaa cierran los portones y no dejan salir las cisternas. La otra opción es usar un portón secundario, pero salir o entrar por ese portón queda a criterio y riesgo del conductor, porque hay orden de la pandilla 18 de no permitir la salida o el ingreso de cisternas por ese lado; ¿la explicación? no hubo, solo la orden, contó un funcionario de la Umaps.
De las 23 cisternas con las que cuentan solo 10 o 12 funcionan, explica Karen Díaz, funcionaria de la Umaps en el área de cisternas. Estas 10 o 12 unidades deben abarcar la mayoría de barrios y colonias del Distrito Central en donde hay problemas de abastecimiento y desde donde han llamado a la línea de atención 9414-8434 para solicitar una cisterna que apenas puede abastecer unas 10 casas.
El verano se acerca y una capa de humo cubre el Distrito Central. Manuel Amador, presidente de las Juntas de Agua del Distrito Central, es del criterio de que mientras no se construyan más represas, la escasez de agua continuará. En cuanto al papel de la Umaps, Amador no considera que estas funcionen porque «la AMDC no tiene la capacidad técnica, administrativa y financiera para manejar el sistema del agua».
El Congreso Nacional aprobó 1,100 millones de lempiras para la construcción de la represa San José, al oriente del Distrito Central. La construcción inició en 2021 y su finalización se espera para el año 2025. Con esta represa se proyecta beneficiar a entre 150 o 200 mil personas, y su capacidad estimada será de entre 12 y 14 millones de metros cúbicos de agua.
El 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua para concientizar sobre la importancia del cuidado del agua, pero ni Carmelo Aguilera, ni Lourdes Espinal, los vecinos de la zona alta de Las Ayestas, necesitan de un día al año que les recuerde la necesidad de cuidar y usar el agua, eso lo han aprendido de la escasez de agua durante toda su vida.