Vendedores ambulantes en Guatemala: extranjeros en su propia tierra

Vendedores ambulantes en Guatemala: extranjeros en su propia tierra

Fotografía y texto: Sandre Ruiz

Erick Xha, de 50 años, empuja cada día su negocio ambulante —un carrito de conos— por las calles empedradas de un pueblo colorido y de cultura muy arraigada: Antigua Guatemala. 

Se le suele encontrar en la Plaza Mayor con «La Primorosa», uno de sus seis carritos de conos cuyo atractivo —una idea de él— es la forma de transporte público que tienen. Erick prepara «conos» mientras los oferta a quienes hacen turismo en la plaza; así se gana la vida, dice, vendiendo helados orgánicos artesanales de múltiples sabores elaborados con sus propias manos y apoyado por su sobrino.

Xha cuenta que él es el administrador y promotor de venta del producto. Dice que tiene 43 años de vivir en Antigua y que comenzó vendiendo helado de marcas internacionales como Foremost, Trendy y Sarita, trabajo que le dio la experiencia para producirlo por sí mismo y conocer el mercado de la heladería.

La idea de los «buses» de ventas de conos nace como estrategia para atraer a turistas y para honrar el patrimonio cultural de Antigua Guatemala, tomando como modelo las rutas de autobuses existentes de varias comunidades que llevan a la población desde Antigua hasta la ciudad capital de Guatemala. Actualmente ha construido 6 buses: La Xoyita, La Esmeralda, La Primorosa, La Blanca Estela y Pullman.

«Somos los primeros aquí –dice–. Y pegó (la idea de los autobuses). Es mi motivación, es muy llamativo, los otros son copia nada más», expresa Erick Xha refiriéndose a que su idea ha sido única y ha sido muy bien aceptada por la población y turistas de la ciudad.

En Antigua Guatemala existen muchos vendedores ambulantes, los cuales son regulados por las leyes de patrimonio cultural de Antigua a través de las prohibiciones del articulo 4. En el pasado, la Policía Municipal ha desalojado a muchas personas en zonas exclusivas de Antigua, sobre todo en la Plaza Mayor. El hecho de no ser un comerciante registrado les convierte en trabajadores ambulantes con privilegios desiguales a la venta libre.

Pese a que don Xha tiene el privilegio de ser un comerciante legal, procura que los guías turísticos no le vean conversando con medios de comunicación sobre la realidad del trabajo ambulante, ya que eso podría traer consecuencias para su oficio cotidiano.

Erica, una mujer indígena de 22 años, también vende en los alrededores de Antigua Guatemala. Lo hace desde sus 8 años de edad junto con su hija, madre y sus hermanas. Mientras oferta su producto, relata la agresión que los Policías Municipales ejercen a las y los vendedores ambulantes, exclusivamente con las señoras mayores; además del desalojo, denuncia Erica, les decomisan la mercancía y les multan entre 700 a 800 quetzales (entre 116 a 135 dólares).

En la actualidad, son muchos los comerciantes a los que no se les permite vender sus productos en las calles de Antigua, por lo que tienen que realizar ventas rápidas por el miedo a ser parte de los decomisos.

Y es que no todos los comerciantes ambulantes tienen el privilegio de vender en Antigua, que se ha convertido en un lugar extranjero sin privilegios para su población nativa.

Erica dice que ella viaja todos los días desde San Andrés, Chimaltenango, hasta Antigua para tratar de vender su mercancía artesanal. Viaja predispuesta a no exhibir mucho su venta o también a recibir violencia a cambio de vender un poco. 

En ocasiones, dice, pide apoyo a las personas extranjeras cuando los policías les están agrediendo en la plaza, pues, frente a los extranjeros, la Policía Municipal suele refrenarse un poco. 

El sábado 05 de noviembre, día en que hablamos con ella, acababa de llegar un crucero a Puerto Quetzal. Erica cuenta que los guías turísticos cuidan a los extranjeros de no escuchar a los vendedores alzar la voz sobre las injusticias que comete la Policía Municipal con sus propios ciudadanos guatemaltecos. 

«Ojalá un día seamos escuchadas», expresa Erica.

Dice esto, y después pide que nos vayamos. Se está acercando un grupo de turistas con guías y no quiere que la vean en una entrevista. Podría costarle, como mínimo, la venta y el viaje de 20 kilómetros desde San Andrés. Podría costarle todo.

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Sobre
Licenciada en Informática Administrativa, graduada en la Universidad Nacional Autónoma del Valle de Sula(UNAH-VS). Fotógrafa, disidente, amante al arte y diseño. Feminista. Emprendedora creativa.
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