Trabajadores exigen a B.L. Harbert cumplir con los derechos laborales

Trabajadores exigen a B.L. Harbert cumplir con los derechos laborales

Fotografía y texto: Fernando Destephen

El 28 de abril de 2022, el Congreso Nacional de Honduras derogó, con el voto de 83 de los 128 diputados, la Ley de Empleo por Hora aprobada en 2014. Tras la derogación, se dio una vacatio legis de 60 días para encontrarle solución a las personas que estaban trabajando bajo esta modalidad. Sin embargo, esa solución no llegó para muchas personas que quedaron en un agujero de incertidumbre laboral.

Eso pasó con un grupo de 1,100 trabajadores de la empresa que construye la nueva Embajada de los Estados Unidos en Tegucigalpa: B.L. Habert. El 7 de julio, después del tiempo de vigencia de la vacatio legis, en el bulevar Los Próceres, Adolfo Álvarez, Brick Barrios, Marcos Bejarano y Giovanni Torres junto con otros 1,096 trabajadores salieron a manifestarse en contra de seguir firmando un contrato por hora para la empresa B.L. Habert, que les ofrecía esta modalidad a pesar de que en Honduras la ley que permitía ese tipo de contrato ya había sido derogada. 

«La empresa nos hizo firmar un contrato por hora limitado anexado a un finiquito en el que nosotros estábamos renunciando a la antigüedad. Nosotros también estábamos renunciando a proceder a demandar a la empresa si sufrimos algún daño físico o algún tipo de accidente, esto causó indignación en todos», explicó Adolfo Álvarez, uno de los trabajadores despedidos en septiembre. Además, cuestionó que después de haber trabajado hasta tres años y aun con esa antigüedad pasen otra vez por un periodo de prueba de 30 días, lo que considera un paso previo al despido masivo y no a la contratación permanente.

B.L. Harbert International es una empresa estadounidense con sede en Birmingham, Alabama, y fue fundada en el año 2000. «Es una empresa de construcción diversificada que trabaja en los EE. UU. y en el extranjero. La empresa es uno de los contratistas más influyentes del país, líder en construcción sostenible y uno de los principales constructores de diseño», establece la página web de esta empresa que construye la nueva Embajada de Estados Unidos desde marzo de 2019. Esta empresa ha sido acusada en Ghana y Namibia por malos pagos y abusos laboralesen construcciones de complejos del Gobierno de Estados Unidos, y en julio de 2021 ocurrió una situación similar en Turquía: el despido de 100 trabajadores y atrasos en los pagos.

Adolfo pidió la intervención de la Embajada de los Estados Unidos para que estén enterados de la situación y se evite una nueva caravana de migrantes hacia los Estados Unidos creada por los 1,100 empleados que protestan: «Pues sentimos que la Embajada de los Estados Unidos tiene que pronunciarse, porque si no le dan seguimiento a este conflicto de aquí podrían salir cientos de personas despedidas y formar una caravana para migrar a Estados Unidos».

Empleados que no apoyan la protesta, la observan desde un piso elevado de la construcción. Foto CC/Fernando Destephen.

La Embajada de los Estados Unidos en Tegucigalpa sí se pronunció el 6 de julio por medio de una declaración en la que aduce que el contratista estaba revisando los términos de los contratos para cumplir con el cambio de legislación. 

Pero la indignación escaló porque los obreros se sienten desprotegidos, «ellos [funcionarios de Honduras] piensan que se están metiendo con el Imperio, solamente se están metiendo con una empresa cualquiera, una empresa contratista dedicada a elaborar embajadas y cárceles a los Estados Unidos», explicó Álvarez mientras estaba rodeado de obreros que lo escuchaban cuando les hablaba por el megáfono.

Los obreros —algunos ya exempleados– superaron ya los 60 días protestando y todavía no obtienen solución ni de la empresa ni del Ministerio de Trabajo, institución a la que han acudido en unas 16 ocasiones sin una respuesta favorable. Adolfo Álvarez, ahora en un emprendimiento de la construcción, confirma que los despidos ya van por los 150 y que los despidieron por participar en la protesta.

Desde julio de 2022, el lugar de la construcción tiene un resguardo de policías preventivos, antimotines y una o dos tanquetas, sin embargo, hasta el momento no ha habido represión. «Usted sabe el estigma que nosotros tenemos aquí que los americanos son superiores a nosotros», dice Brick Barrios, otro de los líderes del movimiento y quien denuncia que las armas, las bombas lacrimógenas y las tanquetas son formas de intimidación hacia ellos.

Geovany Torres o «Chaco», como le dicen desde hace 14 años, se gana la vida como obrero de la construcción, y para él estos tratos no son nuevos, siempre como obreros de la construcción han estado desprotegidos, sin derechos ni beneficios más que un sueldo bajo.

Marcos Bejarano considera que B.L. Harbert les hace un juego de números al mostrar el voucher en el que se ve el desglose de los pagos y considera que, al hacer las sumas, les faltan entre 1,500 y 2,000 lempiras. Lo que confunde a Bejarano es el pago de vacaciones y aguinaldos reflejados en el voucher en el pago quincenal y no completo como se entrega en junio y diciembre: «A nosotros del propio sueldo nos están sacando, prácticamente es una estafa», dice sobre la forma de pago y afirma que ninguno tiene copia del contrato que firmaron porque la empresa no los entrega. 

Kevin Romero, abogado del Ministerio del Trabajo, explicó que, como es un caso privado, no podían dar información sin el permiso de las partes: los obreros y B.L. Harbert, que tampoco contestó a Contracorriente la solicitud de información sobre la problemática en la zona de construcción.

La empresa, eso sí, publicó un comunicado el 18 de septiembre de 2022, en el que confirma reuniones con inspectores laborales del Ministerio de Trabajo, quienes han confirmado que la empresa B.L. Harbert respeta el cumplimiento de las leyes laborales hondureñas, aunque en el contrato se establece el derecho a la libre sindicalización, pero en la práctica —de acuerdo a Adolfo Álvarez— ese derecho les ha sido negado y, la prueba, arguye, es que él y los otros que protestaron han sido despedidos.

El lunes 19 de septiembre, Marco Bejarano fue despedido junto a 22 trabajadores más quienes se sumaron a un emprendimiento: Trabajadores Unidos una iniciativa para «generar empleo», sentencia Adolfo Álvarez.

Las protestas continúan, pero dentro del plantel hay personas ya con carta de despido que trabajan por horas. Los despidos continúan y Álvarez dice que «la empresa lo que quiere es despedir a 400 compañeros que tiene en lista».

Sobre
Fernando Destephen 1985 Tegucigalpa, Honduras. Fotoperiodista y contador de historias.
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