Trans-450: hogar y refugio mientras Alcaldía decide qué hacer con él

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Texto y fotografía: Fernando Destephen

«Yo vivo de lo que los demás botan», dijo José Paz, un hombre de 62 años que se mueve de un lado para otro en la estación del Trans-450 frente al Hospital Escuela de Tegucigalpa, en el Bulevar Suyapa. 

Paz, ahora reciclador, dijo que trabajó ad honorem durante 10 años en la Villa Navideña de la Alcaldía del Distrito Central que se instala cada diciembre en el Bulevar Juan Pablo II.

Contó que en la Alcaldía no le reconocieron el tiempo que trabajó. Al quedarse sin ese trabajo, optó por desafiar el urbanismo e instalarse junto con su pareja, Juana Gutiérrez, de 35 años de edad, en la caseta del Trans-450. Ambos viven ahí desde octubre de 2021 y se protegen del mundo exterior con varias cobijas amarradas a la estructura de lo que alguna vez fue una obra inaugurada para desahogar el tráfico de la ciudad, pero que jamás llegó a funcionar.

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José Paz durante un recorrido por la colonia Las Colinas de Tegucigalpa. Tegucigalpa, Honduras. Foto CC/ Fernando Destephen.

El Trans-450 tuvo un costo de 51 millones de dólares provenientes de con fondos propios de la Alcaldía, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Fondo OPEP para el Desarrollo Internacional (OFID) y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).

José se levanta a las 4:00 de la mañana a reciclar para vender y poder comer cada día. Si no logra salir de madrugada, entonces trabaja de noche, desde las 8:00 p. m. hasta las 10:00 p. m. que es cuando pasan los camiones recolectores de basura para llevarla al Crematorio Municipal.

«Aquí la vida es bien trágica desde que amanece hasta que anochece», dijo José Paz. Al ser un bien público y sin cerraduras, José Paz y Juana Gutiérrez duermen con un ojo abierto y otro cerrado porque a José le toca —en lo que puede— poner orden a los borrachos y los ladrones que se refugian por la noche en la estación del Trans-450 y que a veces asaltan a los familiares de los pacientes internos en el Hospital Escuela. 

Las pocas noches que José logra dormir, se despierta pensando en que lo podrían desalojar de esa estación que muchas noches comparte con hasta 15 personas que deciden dormir en el suelo de ese lugar. La nueva administración de la Alcaldía del Distrito Central ya canceló el proyecto y tiene otros planes para hacer de esa infraestructura algo útil, por ejemplo, convertirla en una sala de espera exterior del Hospital Escuela.

El 14 de septiembre de 2022, varias cuadrillas de la Alcaldía limpiaron esa estación del Bus de Tránsito Rápido (BTR) para los desfiles del 15 de septiembre, y lo hicieron sin importunar la vida diaria de José y Juana, quienes disfrutaron del desfile desde su improvisado hogar. 

«Nosotros solicitamos nos hicieran en este pedazo del Trans un albergue, no para mí, sino para la gente que viene de afuera», dice. La propuesta de José se desprende de su emoción y también propone una solución económica: hacerlo con cartones, puertas, y colchonetas «porque total no hay capital para comprar camas». Para solucionar de una forma práctica y rápida un problema muy antiguo, el que los familiares de pacientes en el Hospital Escuela que no tienen un refugio seguro donde pasar el tiempo mientras sus familiares están internos. 

La noticia de la cancelación y los nuevos proyectos para el Trans-450 incluyeron habilitar los carriles para los vehículos normales —que ya es una realidad en varias de las 12 estaciones.

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Un familiar de Juana Gutiérrez duerme en la cama de la improvisada habitación en la caseta del Trans - 450 frente al Hospital Escuela. Tegucigalpa, Honduras. Foto CC/ Fernando Destephen

Otra alternativa es crear los «centros de movilidad urbana», que serían espacios donde se cuente con personal permanente para responder de manera inmediata a accidentes, con presencia policial y de ambulancias, explicó Russel Garay, director del Despacho Municipal. Garay también dijo que se buscará llegar a acuerdos con la gente que vive en las estaciones, como José y Juana, para encontrar una solución habitacional, aunque sea provisional, mientras se encuentra una solución integral.

Este proyecto fue iniciado en 2013 durante la administración municipal de Ricardo Álvarez, quien, por ahora alejado de la política, se ha mostrado indignado por la cancelación de un proyecto millonario que no hizo funcionar, pero que sí inauguró en uno de sus tramos el 23 de enero de 2014, en la estación «Los Presidentes» en el Bulevar Centroamérica.

Mientras unos políticos deciden qué uso darle a las estaciones del fallido Trans-450 y otros se lamentan por la cancelación de esta millonaria estafa, José se entretiene en una de sus estaciones reparando lo que encuentra, esperando la noche —o la madrugada— para salir a reciclar a la colonia Miraflores. El recorrido incluye el portón de emergencia del Hospital Escuela y las glorietas de madera que se apoyan en el Hospital Escuela, la calle La Salud hasta llegar a la colonia Miramontes, donde sube y baja sus calles, para visitar a su amigo Roger, que duerme en las gradas de la iglesia Cristo Viene. Se saludan, bromean y se despiden. José y Juana siguen su camino, las bolsas las llenaron arriba de la mitad, fue un buen recorrido.

Sobre
Fernando Destephen 1985 Tegucigalpa, Honduras. Fotoperiodista y contador de historias.
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