Fotografías y texto: Jorge Cabrera
con la colaboración de Daniel Fonseca
Con 85 años de edad y 45 de vivir en la colonia Guillén en Tegucigalpa, Simeona Mairena no sabe a dónde irá ahora que tiene que salir de su casa, una casa pequeña y de madera, después del deslizamiento el pasado 12 de septiembre 2022 en el sector #1 de la colonia Guillén. Hasta hoy, se contabiliza que una falla geológica ha causado los deslizamientos y los daños en alrededor de 150 viviendas.
Doña Simeona vive sola. Para subsistir vende frijoles cocidos y tortillas que ella misma prepara. «Nadie me ha dicho nada, sé que nos sacarán a la fuerza, pero aquí nadie ha venido. Estoy al amparo de Dios, porque no tengo dónde ir, solo me preocupa mi vida», dice con relación al aviso de desalojo que ha dado la Alcaldía desde el 12 de septiembre de 2022 tras el derrumbe de las primeras casas.
Mairena vio crecer a muchos niños que hoy son jóvenes y que son los que la apoyan comprando lo que necesita para poder agenciarse dinero. Mientras nos invita a entrar a su vivienda, un cuarto de cuatro metros cuadrados que funciona como sala de estar, de cocina y de habitación, nos dice que allí crecieron sus cinco hijos hasta llegar a ser adultos. «Una de mis hijas vive aquí cerca, pero no quiere salir de su casa y está pegada donde se ha derrumbado todo, antes de caer la noche desde que inició esto, se escuchan truenos que anuncian que lloverá y me asusto más», cuenta Simeona.
Elizabeth Mairena, su hija, dice que no teme porque no sucederá nada más, que ya todo ha pasado, pero su madre le responde: «La confianza es la muerte del hombre». Elizabeth la cuestiona: «Imagínese esta gente que salió de sus casas, ya cuando los saquen de los albergues, ¿para donde van a agarrar? El Gobierno se va aprovechar de esta gente pidiendo ayuda que jamás llegará, la gente tiene necesidad pero siempre nos pasa, al pobre siempre lo afectan más los gobiernos, por eso prefiero quedarme».
Los centros escolares de zonas aledañas cancelaron su año lectivo presencial desde el 12 de septiembre 2022 para recibir a cientos de damnificados después de que un deslave de tierras por la activación de una falla geológica provocara daños en las estructuras de las casas de diferentes barrios en Tegucigalpa. La Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC), en un informe, detalló que el número de damnificados aumentó a 354 personas repartidos en diferentes albergues: Colonia Suazo Córdova: Kinder 10 de Septiembre (alberga 98 personas), Casa de la Mujer (alberga 33 personas), Escuela Santa Margarita ( 25 personas); barrio San Pablo: Escuela Agustín Alonzo (147 personas), Instituto San Pablo (32 Personas); barrio El Reparto: Iglesia de Dios de la Profecía (19 personas).
La alerta roja declarada por la Alcaldía de Tegucigalpa por los daños que ha causado por el movimiento de tierra, las lluvias y la saturación de los suelos han dejado más de 160 viviendas en riesgo, por lo que se inició una evacuación forzada. «Esta declaratoria es para provocar la necesidad urgente de las familias de poder salir para poner a salvo sus vidas», expresó el alcalde del Distrito Central Jorge Aldana.
Cargando camas, mesas, sofás, congeladores y animales, los habitantes toman lo que pueden recuperar y con dolor observan sus casas que con tanto sacrificio lograron construir, las cuales quedan hoy convertidas en escombros. «Es triste salir de donde toda su vida ha vivido, nadie vela más que nosotros mismos. El Gobierno piensa que con salir en la televisión hablando de refundación logrará que esto se detenga», dijo sollozando Maritza Valle, habitante de la zona.
Muchos de los habitantes desarman sus casas de madera para intentar tener un comienzo en alguna otra zona confiando no estar otra vez en riesgo, aunque es de conocimiento que, una vez la tierra se deslave en su totalidad, probablemente las personas que hoy decidan salir volverán por no tener acceso a crédito para adquirir una vivienda digna y menos a un trabajo bien remunerado.
Entre enero y agosto de 2022, la Agencia Hondureña de Aeronáutica Civil (AHAC) registró 610.3 milímetros de precipitaciones (lluvia) en su estación meteorológica de Tegucigalpa. En 2021 registró 501 milímetros de lluvia, siendo un incremento de 109.3 milímetros en las precipitaciones de un año a otro en el mismo periodo. Para finales de agosto, la capital hondureña ha experimentado 91 días de lluvia; es decir que, en promedio, llueve una vez cada tres días. Según registros de la AHAC, desde 2020, año en que Honduras fue afectado por los huracanes Eta y Iota, hubo un aumento considerable en las precipitaciones.
«Tenemos una probabilidad de lluvia del 90 %, entre unos 10 a 20 milímetros de agua, eso es bastante fuerte, los especialistas nos explican que unos 30 milímetros de agua para el Distrito Central en una sola lluvia nos puede afectar muchísimo por la filtración del suelo. Entonces tenemos que estar alerta, la meta que tenemos hoy hasta la noche es poder tener la mayor cantidad de personas evacuadas tanto en la zona naranja como en la zona amarilla», explicó Ingrid Flores, ingeniera de la Alcaldía de Tegucigalpa.
Militares corriendo de un lado a otro tratando de ayudar a salir a los habitantes de la colonia Guillén, camiones bloqueando las calles, y vehículos intentando cargar lo que puedan sacar de las casas son las escenas de una zona en riesgo inminente. Según Maynor Ruíz, geólogo del Instituto Hondureño de Ciencias de la Tierra (IHCIT), tienen 17 fallas geológicas debidamente identificadas en Tegucigalpa: La Guillén, Nueva Santa Rosa, El Reparto, La Canaán, Barrio Cabañas, La Plazuela, Barrio El Rincón, El Bosque, Buenos Aires, El Edén 2, Villanueva y La Izaguirre. Una de las fallas que está más activa, según el geólogo, es la llamada «falla Tegucigalpa», que la componen las colonias 3 de Mayo, pasa por el sector de El Berrinche y cruza toda la falda de El Picacho —pasando por la Aldea El Chimbo— hasta llegar al municipio de Santa Lucía, Francisco Morazán.
La zona de la Guillén fue declarada como «zona desastre», según el propio alcalde del Distrito Central, Jorge Aldana, a través de un mensaje en su red social. «En las últimas horas la cooperación internacional de Taiwán dio un donativo de 100,000 dólares para poder atender lo más importante que es la evacuación y sobre todo, la atención a las personas que se encuentran albergados, en total son más de 800 y que buena parte ya están bajo resguardo en los albergues», dijo el edil capitalino.
La Guillén es una de las colonias más antiguas de la capital, fundada en el año 1979. Según un informe de 2019, la población de mujeres era de 1,319 y la población de hombres de 1,275, con un total de 2,534 habitantes. Hoy en día no existe un informe actualizado de la cantidad de habitantes. Según lo mencionado por el alcalde Aldana, “«la falla geológica pasó de afectar cinco manzanas a diez manzanas en cinco días». La gran cantidad de familias asentadas en la falla sumado a la saturación de agua hicieron ceder la montaña.
Marta Sosa asegura que supuestos trabajadores de la Alcaldía le ofrecieron ayudarla a salir de su casa antes de que todo se viniera abajo la noche del 13 de septiembre 2022: «Confiada les pedí cargar el camión con mis muebles, y todo lo perdí, nunca más los volví a ver. Ahora duermo junto con mi hija en una colchoneta que me dio una familia en el albergue en la escuela Agustín Alonzo, solo me acompaña la ropa que ando puesta y mi hija. Mi casa ya no está y ahora no tengo nada», dice Sosa.
Ajenos al desastre, los niños corren sonrientes y gritando afuera de la escuela Agustín Alonzo, mientras sus padres los observan: «¿Qué va a suceder con ellos luego de esta catástrofe? —se pregunta Gustavo Hernández, un joven de 26 años que observa a sus dos hijos jugar—. «Ellos no comprenden la magnitud de la situación. Antes dudé en migrar de Honduras por no dejarlos, pero hoy siento que ellos (mis hijos) y mi esposa nos iremos, porque aquí no tendremos futuro. Y menos ahora, que estamos viviendo esto».