La clase obrera marchó el pasado Primero de Mayo para exigir la derogación de leyes nocivas para el país, como la Ley Marco del Agua y la Ley General de la Industria Eléctrica. En San Pedro Sula, la manifestación terminó con un discurso de la presidenta Xiomara Castro; y en Tegucigalpa, el evento lo cerró el expresidente Manuel Zelaya Rosales, actual asesor presidencial.
Texto: María Celeste Maradiaga y Allan Bu
Fotografía: Antonio Gutiérrez y Jorge Cabrera
En tranquilidad transcurrieron las manifestaciones por el Día del Trabajador en Tegucigalpa y San Pedro Sula, las dos principales ciudades de Honduras. No faltaron las consignas clásicas, como el «el pueblo unido, jamás será vencido», pero además sonó con insistencia en los altoparlantes la canción «Juanchi va para Nueva York», dedicada al expresidente Juan Orlando Hernández. En ambas marchas hubo una fuerte presencia de simpatizantes del Partido Libre y de funcionarios del Gobierno.
En Tegucigalpa, la marcha tuvo la presencia del exmandatario y actual asesor presidencial Manuel Zelaya Rosales, quien llegó al Parque Central y, una vez instalado en el escenario en compañía de distintos dirigentes sindicales, expresó que participaba en la manifestación del Día del Trabajador como coordinador del Partido Libre, al que calificó de democrático y de izquierda radical.
«Llegó la hora de organizarnos, de acumular fuerza, y de defendernos frente a quienes no quieren que salga el cartel y la dictadura de Honduras. Hoy ustedes tienen una gran misión, que es entender que solo organizados y acumulando fuerza democrática, pacífica y revolucionaria podemos reclamar nuestros derechos y cambiar la dictadura que está presente en el modelo de explotación neoliberal. ¡Viva el trabajador hondureño, viva la clase obrera, vivan los campesinos, vivan las mujeres! ¡Hasta la victoria, siempre!», finalizó diciendo Zelaya Rosales.
Mientras, la presidenta Xiomara Castro se desplazó a San Pedro Sula –la capital industrial–, donde su discurso terminó igualmente con la frase «Hasta la victoria, siempre», misma que utilizó tantas veces en la campaña presidencial. Ahí, a punto de cumplir sus primeros cien días como presidenta, la mandataria anunció el envío de una nueva ley para el sector energía, a la vez que prometió a las mujeres luchar por sus derechos.
Izquierda Radical, una organización política, marchó ese día en Tegucigalpa exigiendo pensamientos ideológicos definidos en el Gobierno de Xiomara Castro. «Actualmente estamos integrados como funcionarias y funcionarios de distintas secretarías de Estado, secretarías centralizadas y entes desconcentrados a nivel nacional. Lo que queremos es que haya un gobierno socialista, democratico y solidario, por eso nos hemos organizado y como funcionarios desde las distintas instituciones promovemos el socialismo y la solidaridad», explicó Miroslava Cerpas, vocera de la organización.
En la capital industrial la jornada comenzó muy temprano. Unos 50 sindicatos se reunieron en el bulevar que conduce a La Lima. A las 8:00 a. m. iniciaron la nutrida caminata en la que se exigía, entre otras cosas, respetar los derechos del trabajador y un alto al incremento de la canasta básica y de los combustibles. Había música de los Guaraguao de Venezuela y de algún grupo hondureño. Por supuesto, a cada momento sonaba «Juanchi va pa Nueva York», en alusión a la extradición del expresidente Juan Orlando Hernández. Esta música se escuchaba mientras avanzaban los grupos con gigantescas pancartas llevadas por sindicatos. En la marcha apareció una avioneta de papel con las siglas de la DEA y la leyenda «pronto regresará».
En el camino a la Plaza de Las Banderas, donde se había preparado el escenario para los discursos, conversamos con Armando Villatoro, secretario de Finanzas de la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH). «Aquí no celebramos, nosotros el Primero de Mayo protestamos por los derechos legítimos que le corresponden a los trabajadores y a los más pobres de Honduras», nos comenzó diciendo.
Cuando le preguntamos qué le exigían al Gobierno de Xiomara Castro, manifestó que apenas tenía tres meses en el poder: «No tiene una varita mágica para cambiar (la situación del país), tiene que ser un período largo. La problemática sigue siendo la misma, ahorita no va a cambiar. La canasta básica arriba; energía, cara… Este es un proceso duro que le toca a la presidenta Xiomara Castro resolver poco a poco, porque este país lo dejaron saqueado y endeudado».
Más adelante, caminaba Juan Carlos Aguilar, un comerciante informal, quien nos dijo que el Primero de Mayo no es una fecha para festejar: «Como lo han venido manejado los grandes empresarios, que (dicen que) salimos a celebrar, cuando nosotros salimos a exponer todos aquellos desacuerdos y descontentos que a veces no podemos expresar».
La caminata siguió su rumbo hasta llegar a la Plaza Banderas, ubicada a un costado del Estadio Morazán. Ahí tomó el control el Gobierno desde un púlpito donde hablarían los oradores y en el que decía «Casa Presidencial». La maestra de ceremonia arengó al público a gritar el nombre de la presidenta, «vamos a ver esas bases», les dijo a los colectivos de Libre que participaron en la marcha.
En la tarima estaban la presidenta Xiomara Castro y el presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo. «Me siento honrado de estar aquí y recordarles que la razón por la que yo soy presidente del Congreso es por un acuerdo histórico que se suscribió con la primera mujer presidente de Honduras, que ha demostrado el valor de la palabra», les dijo Redondo a los asistentes.
Los trabajadores presentaron su pliego de peticiones mediante un discurso del dirigente magisterial Joel Navarrete, quien en un fragmento de su participación homenaje insistió en desmontar «el sistema capitalista y su modelo oprobioso».
Pidió también la derogación inmediata de la Ley Marco del Agua y eliminación de la Ley General de la Industria Eléctrica. Minutos después, la presidenta Castro dijo que enviaría al hemiciclo un proyecto para una nueva ley en el sector de energía.
Navarrete, como voz de la clase obrera, exigió un verdadero proceso de cambio del modelo educativo, el respeto al Estatuto del Docente, un decreto que le devuelva a los derechos a los compañeros despedidos y suspendidos durante el Gobierno anterior, y la aprobación del Código Procesal Laboral.
Entre la algarabía de los presentes y el calor del mediodía en San Pedro Sula, Xiomara Castro comenzó diciendo: «Me inclino ante ustedes, la clase trabajadora de Honduras, generadores de la riqueza nacional. Quiero felicitarles por su dedicación y empeño con la que día a día construimos la refundación de la patria».
Después pidió a los trabajadores y empresa privada trabajar por el crecimiento solidario y un desarrollo equitativo. «Quiero que nos acompañen en este esfuerzo. Luchar contra la pobreza extrema y que todas y todos tengan acceso a vivir con dignidad». También aprovechó para anunciar la propuesta de una nueva ley de energía y la llegada de representantes de las Naciones Unidas para iniciar el proceso de la instalación de una comisión contra la corrupción y la impunidad.
«A las mujeres de Honduras les digo, voy a defender sus derechos. Confíen en mí. Viva la clase trabajadora de Honduras, viva la clase trabajadora del mundo», cerró diciendo en su participación.
“A las mujeres de Honduras, les digo. Voy a defender sus derechos. Confíen en mí”. Xiomara Castro
En Tegucigalpa, en la manifestación también participaron colectivos de Libre. Uno de los militantes presentes fue Florentino Argueta, líder de base en la colonia Japón en Tegucigalpa. Este grupo forma parte de la coordinadora Eduardo Lanza Becerra, la cual aglutina a barrios y colonias como el Picachito, el Japón, el Bosque, Buenos Aires, La Vuelta del Perro Ahorcado, entre otros. Tiene 60 años y se denomina como uno de los fundadores de Libre desde 2012, pero ha marchado en las calles desde 2009.
«Nosotros como fundadores de Libertad y Refundación andamos en la movilización de hoy porque le pedimos al Gobierno de doña Xiomara que nos dé trabajo», manifestó, y explicó que en los barrios y colonias las bases de Libre urgen oportunidades de empleo.
Florentino asegura que el pueblo decidió votar por Xiomara por la promesa de que este sería un gobierno humano, y que al ser una mujer la que gobierna, ella conoce de primera mano las necesidades en los hogares de las familias hondureñas y la situación de pobreza que viven los niños y niñas. Florentino también afirma que, por la situación en la que dejó el país Juan Orlando Hernández, es necesario que se instale una asamblea constituyente para reformar el país y que así se construya una mejor Honduras para todos los hondureños.
Carlos Reyes, líder sindical quien también asistió a las manifestaciones, dijo que los trabajadores hondureños salieron a las calles a celebrar la derogación de la Ley del Empleo por Hora, la cual sustituye el trabajo permanente por el temporal. «Hemos escuchado las voces de muchos empresarios que ahora aparecen como defensores de los trabajadores diciendo que están luchando para que no haya despidos, y quienes despiden son ellos. Esto es el puro cinismo y es condenable lo que pasa en el país», asegura.
Además, Reyes afirma que es mentira que la derogación de la Ley del empleo por hora, la Ley marco de protección social y la derogación de las ZEDE serán un inconveniente para las inversiones que vengan al país, y que si una persona invierte en un país donde hay dictadura, golpes de Estado y reelección ilegal, sabe a lo que se atiene.
Por otro lado, Manuel Amador, presidente de la Asociación Hondureña de Juntas Administradoras de Agua y Saneamiento, marchó junto a la coalición de organizaciones sociales en defensa del agua exigiendo la derogación de la Ley Marco de Agua Potable y Saneamiento aprobada en 2003, la cual, según él, permite la privatización de los servicios de agua.
«Nos sentimos motivados a participar en la marcha para exigir respeto al agua y denunciar las amenazas que recibimos por parte del alcalde. Al pueblo les estamos diciendo que se unan a esa lucha, porque el agua es un derecho humano y el servicio del agua no puede ser privatizado», indicó Manuel Amador, quien aseguró que en esto hay grandes intereses de por medio por parte del alcalde.
Por otra parte, Jorge Aldana, alcalde del Distrito Central, manifestó a Contracorriente que la privatización del sistema de acueductos no es algo cierto, y que solamente se le está dando el respectivo seguimiento a la Ley marco del agua. Aldana explica que, mediante los estudios que han hecho, han comprobado que la municipalidad tiene la capacidad de administrar el acueducto y proporcionar un mejor servicio a la ciudadanía.
«Nuestro reto es convertir a la UMAPS (Unidad Municipal de Agua Potable y Saneamiento) en una empresa pública que sea totalmente rentable, fuerte y que resuelva los problemas de capitalinos. El agua no se va a privatizar porque es un bien común y es un derecho humano», finalizó diciendo el alcalde.
Las mujeres también salieron a protestar este Día de los Trabajadores. Alba Leticia Ochoa, quien forma parte del Grupo Mujeres Socialistas, expresa que las mujeres hondureñas se sienten motivadas a marchar este Primero de Mayo al ser una mujer la que gobierna por primera vez el país, y esto representa la esperanza de que los reclamos de las mujeres sean atendidos.
«Tenemos esperanzas plenas de que este Gobierno va a lograr grandes conquistas del pueblo hondureño y de las mujeres, pero sabemos que existen muchas brechas que hay que llenar, por ejemplo: la falta de participación de las mujeres en cargos de dirección del Gobierno, falta de igualdad en los salarios, y en otras cosas como la aprobación de la PAE y el aborto por las tres causales», argumenta Alba Leticia.
Ante esto, la designada presidencial Doris Gutiérrez manifiesta que el modelo neoliberal instalado en el país ha colocado a las mujeres en un segundo plano, y que aunque existan leyes que exijan el pago de salarios igual entre mujeres y hombres, en la realidad esto no es así. Gutiérrez indicó que esto, sumado a la violencia que enfrentan las mujeres día a día en Honduras, son las principales luchas que tiene Xiomara Castro, y que será por medio de su administración que se logrará una situación diferente para las mujeres hondureñas.